Capítulo 21
El lunes, muy temprano en la mañana, TaeHyung ingresó al edificio de Golden Group con una decisión tomada.
Después de haberse emborrachado hasta desmayarse el viernes por la noche, pasar con una horrible resaca todo el sábado, por fin el domingo pudo poner sus pensamientos en orden, llegando a una conclusión: haría lo correcto.
Tomó el ascensor rumbo al área de diseño, y cuando las puertas se abrieron, tragó grueso.
Ahora ya no se sentía tan valiente, pero debía seguir sus convicciones. Caminó por el pasillo hasta la oficina de Kim Namjoon, el causante de su desastre emocional.
TaeHyung se rasca la cabeza y respira hondo tres veces antes de finalmente tocar, recibiendo como respuesta un:
— Pase.
Era momento de dejar las cosas claras con su jefe, así que abrió la puerta y entró.
Kim Namjoon estaba vistiendo un traje gris hecho a su medida, que abrazaba su gloriosa figura a la perfección, dejando ver sus músculos bien formados. Su cabello castaño claro, casi rubio, perfectamente peinado, y en su atractivo rostro lucía unos lentes que lo hacían ver como el hombre más jodidamente perfecto del mundo.
¿Por qué tenía que verse tan atractivo? TaeHyung se perdió en sus pensamientos por unos segundos y le costó un poco demasiado volver a la realidad.
— Tae…
— Buenos días, arquitecto Kim —Lo cortó TaeHyung de inmediato, haciendo que Namjoon lo mirara asombrado.
— Tae, no me llamas "Arquitecto Kim" desde que eras apenas un pasante —dijo, como si aún no pudiera creerlo.
— Creo que después de lo que sucedió la última vez que estuve aquí, prefiero que tengamos un trato más profesional —anunció TaeHyung.
— ¿Podemos hablar de ello? —pidió Namjoon, su rostro se veía un poco dolido.
— Lo mejor sería olvidarlo y fingir que nunca pasó —propuso TaeHyung.
Los ojos de Namjoon miraron el rostro de TaeHyung.
— ¿Cómo podría hacer eso? ¿Olvidarlo, fingir que nunca pasó? ¿Acaso es posible?
— Si no lo es, hazlo posible —espetó TaeHyung.
— ¿Por qué estás siendo tan radical con este asunto, Tae? —Namjoon caminó hasta él.
— Es la única forma en que podemos seguir tratándonos, por el bien de nuestras carreras y por esta compañía —expuso.
— No es la única forma, podremos resolverlo si hablamos —Namjoon se acercó a TaeHyung—. Yo, en realidad, tengo sentimientos por ti, y por la forma en que me besaste, sé que tú sientes lo mismo por mí.
— ¿Y eso qué? —TaeHyung negó con la cabeza—. ¿Te estás escuchando? ¡Eres un hombre casado! ¿Acaso propones que me convierta en tu amante sólo porque tenemos sentimientos el uno por el otro?
— ¡Por supuesto que no quiero que seas mi amante! —le aclaró Namjoon—. Yo puedo divorciarme, Tae…
— ¿Divorciarte? —Tae dejó salir una risa que estaba muy lejos de ser divertida, era amarga y dolorosa—. ¿Crees que si me dices eso me voy a sentir mejor? —preguntó.
— TaeHyung, vamos a hablar las cosas con calma, déjame explicarte…
— Es que lo que tú no entiendes, Namjoon, es que no hay nada que hablar —TaeHyung estaba con todas sus fuerzas manteniéndose firme y no derrumbándose. Aunque estuviera jodidamente enamorado de Namjoon, no podía aceptar esto. No lo sentía correcto y sabía que su conciencia no lo dejaría en paz.
— Sí lo hay, el divorcio es la mejor opción para Soojin y para mí.
— Pero no lo es para mí —afirmó TaeHyung—. No quiero ser el causante de la destrucción de un matrimonio, de una familia. ¿Cómo puedes hablar tan fácilmente de separarte de tu esposa con quien llevas más de 9 años de casados?
— ¡Porque te amo! —Namjoon se pasó las manos por el cabello, desordenando un poco su pulcro peinado—. Te he amado desde el momento en que te conocí.
Esas palabras hicieron que a TaeHyung se le rompiera el corazón y una lágrima rodó por sus mejillas.
— No puedo aceptar tu amor —sollozó—. Sería muy cínico de mi parte. Yo he compartido muchos momentos con tu familia, incluso tu esposa preparó un pastel de cumpleaños para mí, el pequeño Yeonjun me dice "tío Tata".
— Yo no voy a abandonar a mi hijo, Tae. Voy a seguir apoyándolo y siendo su padre —le aseguró Namjoon, posando sus manos en el rostro de TaeHyung, limpiando sus lágrimas—. Pero no puedo continuar con mi esposa cuando a quien amo es a ti.
Tae dejó salir un sollozo mientras los labios de Namjoon se aproximaban a los suyos. Estuvo a punto de caer en la tentación de nuevo, pero pudo contenerse desviando su rostro a un lado y dando un paso atrás.
Necesitaba encontrar la forma de rechazar a Namjoon de forma definitiva, así que se aclaró la garganta.
— ¿Y si me amaste desde el principio, por qué nunca me lo dijiste? —preguntó.
— Porque no estabas seguro de lo que tú sentías por mí —le dijo Namjoon.
— ¿Y ahora que estás seguro, decides que quieres separarte y estar conmigo? —murmuró—. Pienso que no sé si lo que me estás diciendo es verdad.
— ¡Claro que es verdad! —exclamó Namjoon—. Me conoces, nunca te he mentido, puedes confiar en mí.
— Creo que no puedo confiar en una persona que, sólo después de besar a otra que no es su pareja, le es tan fácil decidir dejar a su esposa y madre de su hijo, como si los últimos 10 años de su vida no fueran nada —Tae le dio una mirada firme—. ¿Quién me asegura que si yo acepto, tú te divorcias y después de estar juntos ves a alguien que te guste más, no me harás lo mismo que a Soojin?—
—Yo no...
—No asegures algo que no sabes —Tae se dio la vuelta hacia la puerta—. Por el bien de todos, vamos a manejar asuntos netamente profesionales. Esta tarde hay una reunión con los ingenieros y visitaremos nuevamente los terrenos de construcción —informó antes de salir.
TaeHyung caminó por el pasillo lo más rápido que pudo hasta llegar nuevamente al ascensor. Se sentía como si estuviera quebrando por dentro.
Estaba seguro de que había hecho lo correcto, pero era demasiado doloroso de soportar.
Su pecho se sentía apretado y solo quería llorar.
Trató de recomponerse mientras el ascensor se abría en el segundo piso, y se dirigió a Jimin.
Jimin, cuando lo vio, hizo una mueca de preocupación.
—Tae...
Tae no lo soportó y rompió en llanto. Afortunadamente, era lo suficientemente temprano como para que no todos los empleados hubieran llegado.
Jimin tomó a TaeHyung y lo llevó al único lugar donde sabía que no los molestarían: la oficina de Jungkook, que estaba vacía porque el pelinegro había subido a hablar de unos asuntos con su padre.
TaeHyung escondió su rostro en el pecho de Jimin y lloró como un niño pequeño. Se sentía desconsolado y con su pobre corazón hecho pedazos.
—Tranquilo, estoy aquí contigo —le susurró Jimin acariciándole la espalda. Él, más que nadie, sabía lo que se sentía necesitar llorar hasta ya no poder más.
Pero tener a alguien que te sostenga, aunque no disminuye el dolor, hace que se sienta un poco más fácil de sobrellevar.
TaeHyung siguió hipando en su pecho durante varios minutos, hasta que levantó su rostro.
—¿Quieres hablar? —preguntó Jimin suavemente, sabiendo perfectamente la causa del estado de su amigo.
Tae asintió.
—Yo... le dije que lo olvidara, que hiciéramos como si nunca pasó —le contó—. Pero él no lo aceptó, dijo que me amaba y que iba a divorciarse si yo lo aceptaba. No puedo, no se siente correcto. Aunque esté enamorado de él, no quiero que Yeonjun sufra la separación de sus padres por mi culpa.
—Tae, solo haz lo que sientas correcto para ti. Lo más importante es tener una conciencia tranquila que puedas superar y seguir viviendo en paz —le dijo Jimin.
Jimin tenía conocimiento de primera mano de lo que se sentía cuando tu propia conciencia te culpaba y acusaba, y no era algo que le deseaba a nadie.
Enojarse con otra persona está bien y tiene solución, pero cuando te enojas y te culpas a ti mismo al grado de odiarte, es una vida miserable, la cual le costó demasiado superar.
—Tienes razón, rechazarlo fue lo correcto, y aunque mi corazón está roto, algún día se restaurará —aunque eso se lo dijo más para sí mismo.
—Conocerás a alguien que esté soltero y sea un buen hombre, yo lo sé —le aseguró Jimin.
Tae asintió con una sonrisa triste en su rostro.
—Gracias, Jimin, por escucharme y no juzgarme.
—Para eso están los amigos. Además, el corazón es un jodido traicionero que a veces se enamora de quien menos esperamos.
—¿Cómo tú y tu jefe, al que odiaba? —preguntó TaeHyung, limpiándose las lágrimas, un poco más tranquilo.
—¡Oye! —Jimin solo se rió.
TaeHyung se limpió las lágrimas con un pañuelo bajo la mirada de Jimin.
—¿Crees que puedes manejarlo?
Tae suspiró y asintió.
—E incluso si no puedo, tengo que hacerlo. Hay demasiado involucrado en este asunto.
—Tal vez no puedo hacer mucho, pero cuentas conmigo —Jimin sonrió.
Tae lo abrazó, sintiéndose un poco mejor por haberlo hablado con alguien.
Alguien se carraspeó la garganta detrás de ellos, haciéndolos separarse.
Jimin se dio la vuelta, encontrándose a Jungkook con una mirada un poco oscura y una ceja levantada.
Tae miró a Jimin con su rostro aterrorizado, y el pelirrojo solo le sonrió para tranquilizarlo.
—Buen día, joven Jeon —Tae hizo una reverencia.
—Buenos días, TaeHyung —respondió Jungkook caminando hacia ellos.
Tae hizo una nueva reverencia para despedirse antes de salir de la oficina.
—¿Qué le pasa ahora a Kim? —preguntó Jungkook, tratando de sonar casual.
—Tiene problemas —contestó Jimin—. No me mires así. ¿Estás celoso?
—Tal vez un poco —musitó Jungkook.
—Oh, vamos, odioso, arrogante y ahora también celoso —Jimin negó con la cabeza—. Y aún preguntas por qué no aceptó ser tu novio.
—¡Porque solo ves mis defectos! —se quejó Jungkook.
—La persona que está a tu lado debe conocer todos tus defectos y amarte con ellos —Jimin le sonrió.
—¿Vas a llegar a amar incluso mis defectos? —preguntó Jungkook, tirando del brazo de Jimin y atrayéndolo a su pecho.
—Debes descubrirlo tú mismo —Jimin le sonrió, haciendo que sus ojitos se volvieran dos líneas perfectas.
—Siempre me dices eso —Jungkook suspiró.
—Es que no quiero que pierdas tu interés en mí —Jimin se encogió de hombros.
—No creo que haya otra persona que pueda interesarme más que tú —aseguró Jungkook.
—Más te vale —advirtió Jimin.
—¿Ahora quién es el celoso? —preguntó Jungkook, divertido.
—Tonto —Jimin le sacó la lengua.
—¿Realmente no me contarás lo que le pasa a Kim? —preguntó Jungkook de nuevo.
—¡Claro que no!
—Pero entre nosotros no debe haber secretos —Jungkook puso ojitos de cachorro.
Jimin tragó grueso, había un secreto muy grande que él estaba guardando y era otra de las cosas que llevaba en la conciencia.
—Pero... no puedo revelarte secretos que no sean míos —susurró.
—Está bien, creo adivinar lo que pasa.
—Ahora eres adivino, debería llamarte Trelawney —se burló Jimin.
—Deja de usar referencias de Harry Potter conmigo, aún no las entiendo bien —dijo Jungkook con puchero—. Además, creo que lo puedo adivinar porque vi a Kim Namjoon hecho un lío hace un rato. Esos dos tienen problemas.
—Qué observador —Jimin levantó una ceja.
—Solo un ciego no podría darse cuenta de que Namjoon siente algo por su asistente —Jungkook se encogió de hombros.
—Creo que los jefes de esta empresa tienen un fetiche por sus asistentes —murió Jimin, pícaro.
Jungkook solo se rió antes de apretar el trasero de Jimin y besar sus labios.
Hola mis amores míos de mi espero que hayan disfrutado los dos capítulos de hoy y no es por alarmarles pero estamos a un tris de entrar al drama.
Nos leemos pronto y no olviden lo mucho que les ama NeRak su loquita Potter.
La Profesora Sybill Patricia Trelawney era una bruja y profesora de Adivinación en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.
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