Capítulo 19
—¿Ya no puedo negarme a ir, verdad? —preguntó Jungkook con una mueca.
Jimin levantó una ceja. —Dijiste que irías. ¿Los Jeon no tienen palabra?
—Por supuesto que sí, pero tu hermano...
Jimin dejó escapar una risa burlona. —¿A caso Mr. Arrogante le teme a mi hermano?
—No te burles, él es intimidante —se quejó Jungkook.
—¿Intimidante? ¡Eres como mínimo unos 10 centímetros más alto que Yoongi! —exclamó Jimin.
—Él se ve enano, pero parece peligroso —murmuró Jungkook con recelo.
La risa de Jimin se escuchó en toda la casa mientras miraba a Jungkook. —Si crees que a mí me enoja que me llames enano, deberías decirle así a Yoongi —dijo entre carcajadas—. No vivirás para contarlo.
Jimin casi se dobló de la risa, sosteniéndose el estómago al ver el rostro de Jungkook palidecer. ¡Por la barba de Merlín! Mofarse de Mr. Arrogante era demasiado divertido, y lo estaba disfrutando.
Aunque en realidad era cierto, otra de las tantas cosas que su hermano odiaba era que se burlaran de su estatura. Podrías fácilmente ganar un ojo morado cortesía de Yoongi.
Jungkook frunció el ceño y se cruzó de brazos. —¿Podrías dejar de reírte de mí?
—No —Jimin le sacó la lengua de forma divertida.
Jungkook no pudo evitar sonreír ante ese gesto. Ese pequeño y sexy pelirrojo empezó a mofarse de él con el tema de la visita a su hermano desde que llegaron a casa, y no es que Jungkook le temiera a Yoongi, pero la última vez este le tiró la puerta en la cara. Bueno, en ese momento se lo tenía merecido, pero ahora su miedo era otro.
Jungkook realmente quería estar con Jimin y le causaba un poco de temor la idea de que su "futuro cuñado" no lo aceptara. Sabía lo importante que era Yoongi para Jimin y no se sentiría bien siendo un punto de discordia entre los hermanos Park.
—Vamos, ya quita esa cara —Jimin se acercó a él y, poniéndose de puntitas, le estiró los labios para mostrar una sonrisa—. Yoongi puede ser malhumorado, pero es muy bueno.
—Pero de verdad me odia, lo vi en sus ojos —Jungkook rodeó la pequeña cintura de Jimin con sus brazos.
—Lo sé, él te odia, pero para cambiar esa mala impresión que tiene de ti, es por eso que vamos, ¿no? —Jimin picoteó sus labios con rápidos besos.
—Lo intentaré —Jungkook dejó escapar un suspiro de resignación.
—¿Vamos, a qué le temes? —preguntó Jimin con curiosidad.
Jungkook miró los encantadores ojos de Jimin. —La verdad es que... no quiero que le desagrade la idea de que estemos juntos, y que eso te cause problemas con él.
Jimin asintió. —Debes tranquilizarte, Yoongi es mi hermano mayor y lo amo, pero soy una persona independiente, y aunque somos muy cercanos, respetamos las decisiones del otro. Y si algo no nos gusta, pues debemos lidiar con ello y resolverlo en el camino.
Jungkook asintió y bajó su rostro, apoderándose de los labios de Jimin a su antojo. Necesitaba muchos besos para llenarse de valor.
Jimin sonrió con picardía en medio del beso y tomó el labio inferior de Jungkook entre sus dientes, mordiéndolo. —¿Estás más calmado?
—Ahora, en lugar de querer ir a casa de tu hermano, quiero ir a la habitación —le susurró Jungkook.
Jimin dejó escapar una risita. —Tranquilo, vaquero —cantó antes de palpar la entrepierna de Jungkook de forma descarada—. Llegar con una erección no es la mejor forma de cambiar tu imagen ante Yoongi —dijo antes de soltarse de los brazos del pelinegro.
—Eres tan cruel —exclamó Jungkook.
—Pero así te gusto —Jimin le guiñó un ojo y se arrodilló frente al sofá donde estaban arrellanados sus dos regordetes gatos.
Jungkook no podía negar eso.
—Mis preciosos amores, papá tiene que salir y llegará algo tarde. Por favor, no se porten mal, ¿está bien? —Jimin les habló a sus gatos mientras los acariciaba.
Jungkook se quedó mirando a Jimin con una sonrisita adornando sus labios. ¿Por qué se tenía que ver tan jodidamente lindo mientras le hablaba a sus mascotas? Si el primer día que conoció a Jimin lo hubiera visto haciendo esto, se habría burlado y reído en su cara, pero ahora... ¡estaba loco por ese pequeño gnomo pelirrojo!
—Ron y Hermione prometieron portarse bien, es hora de irnos —dijo Jimin al levantarse.
—Está bien —Jungkook llenó sus pulmones de aire, estaba listo para esto, o al menos eso creía.
Antes de llegar a la casa de Yoongi, pasaron a comprar cervezas y bocadillos. Una vez frente a la puerta, Jimin le sonrió a Jungkook para darle ánimos.
Yoongi fue quien abrió, miró primero a Jimin y luego su mirada barrió a Jungkook de los pies a la cabeza. —¿Y este qué hace aquí? —fue lo único que dijo.
Jungkook tragó grueso.
—¡Bebé, esa no es la forma de recibir a nuestros invitados! —interfirió Hoseok, que estaba parado detrás del rubio.
—Yo no lo invité —afirmó Yoongi en tono aburrido.
—Yoongi, no seas así, es mi jefe —Jimin hizo un puchero, intentando ablandar a su hermano.
—Es un idiota —murmuró Yoongi directamente, encogiéndose de hombros antes de alejarse de la puerta.
Hoseok les brindó una radiante sonrisa, como si su novio no hubiera acabado de insultar al jefe de Jimin.
—Lo siento por eso, está un poco molesto porque no le gustan las reuniones y quería dormir temprano hoy —explicó.
—No tienes que disculparte, Hobi, esa es solo la encantadora forma de ser mi hermano, Jungkook debe acostumbrarse —Jimin le restó importancia.
Hoseok levantó una ceja. —¿Por qué tendría que acostumbrarse?
—Eh... porque... es mi jefe y nos veremos con frecuencia —dijo rápidamente—. ¿TaeHyung aún no llega?
—No, TaeTae aún no ha llegado, creo que dijo que vendrá con un amigo —le hizo saber Hoseok, sin perderse el cambio drástico de tema que hizo Jimin.
—Está bien, dejaremos esto en la cocina —Jimin empezó a caminar con Jungkook detrás de él.
—¿No les diremos que estamos juntos? —preguntó Jungkook en tono bajo.
—Recuerda que no estamos oficialmente juntos, Jungkookie —le recordó Jimin mirando por la puerta, asegurándose de que su hermano no viniera—. Además, no es buena idea hoy, Yoongi está aburrido, parecía que quería lanzarte un avada kedavra.
Jungkook abrió los ojos. —¿Qué?
—Necesitamos terminar de ver Harry Potter para que entiendas —Jimin le dio un beso fugaz antes de dirigirse a la sala.
Se sentaron un rato a charlar con Hoseok mientras esperaban al resto de invitados. Jungkook estaba realmente asombrado. ¿Cómo es que alguien como Yoongi era pareja de Hoseok? Eran como el agua y el aceite. El peli naranja era una de las personas más encantadoras y divertidas que existía, tenía una sonrisa contagiosa y tan radiante que competía con el sol. Mientras su casi cuñado... bueno...
—Vamos, gatito, no estés enojado, sonríe para mí, ¿sí? —Hoseok le hizo un puchero a su novio—. Así, mira —mostró todos sus dientes de forma adorable.
Y, para sorpresa de Jungkook, el rubio sonrió. En sus ojos había un brillo especial mientras miraba a su novio.
—¿Ves que no era difícil? —Hoseok le dio un beso a Yoongi como premio.
Era una escena bastante linda, se podría decir, y en ese momento el timbre sonó. Hoseok fue quien se puso de pie para abrir. La mirada de Yoongi ahora se posó en Jungkook y cambió a una sombría de nuevo.
Jungkook gimió mentalmente, si quería ganarse a su cuñado, tenía una gran lucha por delante.
—¡Awww! —se escuchó un grito en la puerta, llamando la atención de todos—. ¿Cómo hiciste para sacar a este hombre del hospital?
—Tuve que arrastrarlo hasta aquí, Hobi —fue TaeHyung quien contestó.
Junto a TaeHyung, vistiendo un traje, Jungkook dijo:
—No exageres, TaeTae, vine incluso cuando acabo de salir de mi trabajo para celebrar.
Hoseok sonrió:
—Vamos, pasen, chicos, solo faltaban ustedes dos.
Los guió a la sala.
Todos se saludaron, aunque no se conocían.
—Les presento al fabuloso Doctor Kim SeokJin —exclamó Hoseok.
—Mucho gusto —Jin les mostró una amplia sonrisa.
—Oh —TaeHyung hizo una reverencia a Jungkook—. Joven Jeon.
—No estamos en la oficina, no hay necesidad de ser formales —dijo Jimin.
—Jimin tiene razón —estuvo de acuerdo Jungkook—. Estamos aquí para celebrar a TaeHyung.
—Por supuesto —dijo el castaño, aunque sus ojos estaban un poco hinchados y sus ojos algo tristes.
Yoongi fue el encargado de poner algo de música mientras todos se acomodaban con cervezas en las manos. Comenzaron una charla amena para romper el hielo, aunque Jungkook podía sentir una mirada sobre él, y era la del Doctor Kim.
—Primero tenemos que hacer un brindis por TaeHyung y su primer diseño arquitectónico, y por Jungkook, que logró hacer un gran trato —propuso Jimin, su sonrisa dirigida a su jefe.
Todos levantaron sus cervezas, pero TaeHyung la tomó como si fuera agua.
—Oye, ¿por qué parece que, en vez de celebrar, quieres ahogarte en alcohol hasta más no poder? —le preguntó Yoongi.
TaeHyung solo le sonrió.
—¿Para qué tomar si no es para emborracharnos?
—¿Y cómo es que un doctor, un arquitecto y un profesor son amigos? —preguntó Jimin, tratando de ayudar a Tae.
—Tae, Jin y yo nos conocemos desde la escuela, en realidad —comentó Hoseok—. Pero al entrar en la universidad, ya no tuvimos tiempo para vernos.
—Pero quien más desaparece es SeokJin —lo acusó TaeHyung.
—Mi trabajo es demasiado exigente —se defendió Jin.
—En eso tienes razón, compadezco a Ken —murmuró Hoseok.
—Ambos somos doctores, gracias a eso podemos funcionar —dijo Jin.
—¿Cuánto tiempo llevan juntos ya? —preguntó Jimin.
—Vamos para nuestro cuarto aniversario —contó Jin.
—Yoongi y yo llevamos juntos dos años y medio —exclamó Hoseok.
—¿Y ustedes cuánto tiempo llevan juntos? —Jin miró a Jungkook y Jimin.
—Ellos no son pareja —dijo Yoongi con un bufido.
—Oh...
—¡Vamos, brindemos por las relaciones estables y duraderas! —propuso Hoseok.
Bebieron un poco más antes de que Jimin se levantara para buscar bocadillos.
Jungkook fue tras él con un puchero en sus labios.
—Ese doctor me mira raro —afirmó.
Jimin levantó una ceja.
—¿Raro? ¿Te conoce desde antes?
—No, que yo sepa. Solo... no lo sé —Jungkook se encogió de hombros—. Además, nunca le caeré bien a tu hermano.
Jimin se rió —No te desanimes, le empezarás a agradar algún día.
—Algún día —chistó Jungkook.
Jimin dio una rápida mirada hacia la sala antes de besar los labios de Jungkook.
—Tú puedes hacerlo —le dijo sobre sus labios.
Jungkook iba a responder, pero Hoseok entró a la cocina, así que Jimin le puso una charola con bocadillos a su jefe en las manos para disimular, y el pelinegro no tuvo más remedio que llevarla.
—¿Qué pasa entre tú y tu jefe? —preguntó Hoseok con picardía.
—Nada —respondió Jimin fingiendo inocencia.
La reunión siguió su curso entre risas y juegos de mesa que se fueron hasta las apuestas. Para la madrugada, TaeHyung estaba completamente borracho y SeokJin, quien fue recogido por su novio, dijo que lo llevaría a casa.
—Ustedes no pueden irse así, chicos, tomaron mucho y no pueden conducir —afirmó Hoseok.
—Jimin duerme en la habitación de huéspedes y tú en el sofá —ordenó Yoongi de inmediato.
—Pero...
—¿Pero qué? —Yoongi entrecerró los ojos hacia Jimin.
—Está bien, no tengo problema —afirmó Jungkook.
—Bien, a dormir —sentenció Yoongi, tomando la mano de su novio para subir las escaleras.
Jimin hizo una mueca de disculpas a Jungkook —Te traeré una manta.
—Mejor quédate conmigo —pidió Jungkook.
—No puedo hacer eso, si Yoongi se da cuenta, nos matará.
—Él parecía tener mucho sueño, solo un ratito —usó de nuevo su mirada adorable.
Jimin sonrió—No cabemos ambos en el sofá.
—Claro que sí —Jungkook se acostó y tiró de Jimin, prácticamente sobre él.
—¿No te sientes incómodo?
—Claro que no —aseguró Jungkook antes de besar los labios de Jimin.
Ese delicioso beso se extendió por un largo rato, demasiado confiados de que Yoongi no bajaría. En ese momento, hubo un carraspeo de garganta justo en las escaleras. Jimin dio un salto, casi cayendo de encima de Jungkook.
—¡Yo sabía que algo había entre ustedes! —susurró Hoseok de forma divertida.
—Hobi...
—No te preocupes, Minnie, no le diré a Yoongi.
—Gracias.
—Pero ustedes claramente tienen que contarle —los señaló—. Si se entera de otra manera, sí que se va a enojar.
—Es que yo no le agrado —Jungkook hizo una mueca.
—Yoongi puede ser todo lo gruñón que quiera, pero él adora a Jimin, y si Minnie es feliz, aunque no le agrades, él lo aceptará.
Hoseok pasó hasta la cocina como si nada.
Jimin se llevó una mano al pecho.
—Pensé que Yoongi...
—Casi me da un infarto —murmuró Jungkook.
El peli naranja salió de la cocina con un vaso de leche en sus manos.
—Hablan como si mi Yoonie fuera una mala persona, confíen más en mi gatito —hizo un puchero—. Y Jungkook...
—¿Sí?
—Cuando vayas a hablar con Yoongi, primero cómprale mandarinas —le aconsejó antes de empezar a subir.
Hola mis amores míos de mí.
Yoongi es una cosa pero bárbara ¿No creen?
Fotitos del KenJin por los viejos tiempos.
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