capítulo 18
—¿A dónde vas?— La voz ronca de Jungkook se escuchó en su oído, y el fuerte brazo de este afianzó su agarre en la cintura de Jimin, dejándole inmóvil en la cama.
Jimin dejó salir una risita pícara. —Debo preparar el desayuno.
—Aún es temprano— se quejó Jungkook con el ceño fruncido, apresándolo aún más contra su pecho.
—No puedo permitir que llegues tarde al trabajo— dijo Jimin, pero tampoco hizo nada por soltarse.
—Soy el jefe— susurró Jungkook, su mano se deslizó por la cintura de Jimin hacia abajo hasta instalarse en los redondos glúteos de Jimin, apretándolos un poco.
—Me siento acosado— murmuró Jimin, divertido.
—Eso no decías anoche— Jungkook levantó una ceja. —Incluso me exigiste que no parara.
Jimin se rió de forma traviesa. —Entonces yo también puedo tocar— susurró, y su mano fue directamente a la entrepierna de Jungkook.
El pelinegro jadeó ronco cuando la mano de Jimin se envolvió en su miembro.
Jimin se mordió el labio inferior. —Parece que alguien está despierto aquí abajo— dijo en tono divertido.
Jungkook lo miró con sus pupilas dilatadas, sus ojos llenos de deseo y lujuria.
—Lástima que deba irse a dormir de nuevo— se burló Jimin, y en un rápido movimiento aprovechó la distracción para salir de la cama, sin avergonzarse por su desnudez.
Jungkook abrió los ojos, llenos de asombro e indignación. —Park, vuelve aquí— ordenó.
Jimin se rió desde la puerta. —Toma un baño con agua fría— dijo antes de guiñarle un ojo y salir.
El pelirrojo tenía una sonrisa de satisfacción en el rostro por haberse burlado de Jungkook mientras caminaba contoneando sus caderas por el pasillo hacia su habitación.
En ese instante, fue levantado del piso por los fuertes brazos de Jungkook.
—¿Crees que puedes jugar conmigo?— gruñó el pelinegro, y lo arrastró de nuevo a su habitación.
—¡Bájame!— chilló Jimin. —Debemos tomar un baño para ir a la oficina.
—Vamos a tomar un baño, ¿quién dice que no?— La voz de Jungkook sonaba muy diferente.
Sin bajar a Jimin, fue directo al baño de su habitación y solo lo dejó en el piso para arrinconarlo contra los azulejos de la ducha.
Los ojos de Jimin estaban llenos de picardía y diversión. —Tan mandón y...
Los labios de Jungkook se estrellaron con los de Jimin, callándolo. Volvió a levantarlo, haciendo que el pelirrojo envolviera sus piernas en su cintura.
Y sin previo aviso, se introdujo dentro de Jimin, haciéndolo gemir de placer. Después de un par de rondas de sexo la noche anterior, el acceso fue bastante fácil.
Las uñas de Jimin se clavaron en la espalda de Jungkook mientras jadeaba y gemía. Definitivamente no volvería a burlarse de Jungkook de esa manera.
Con su cabeza recostada a la pared, gimiendo sin pudor, disfrutaba de las fuertes embestidas del pelinegro en su interior.
Los ojos de Jungkook parecían inyectados de sangre mientras sostenía la cintura de Jimin, golpeando ese delicioso punto que tenía al pelirrojo delirando.
—¡Ah, ah, Jungkook!— Jimin abrazó más fuerte al pelinegro y sus dientes se clavaron en el hombro de Jungkook.
Su cuerpo estaba tan jodidamente caliente que sentía que no podía más. Nunca se había corrido tan rápido en su vida.
Su cuerpo enfrentó el clímax con gritos lujuriosos, mientras Jungkook seguía atacando su interior con salvajes embestidas.
—No juegues así conmigo— le susurró Jungkook en el oído antes de alcanzar el orgasmo, llenando al pelirrojo por completo con su esencia.
Ambos se quedaron abrazados, sintiendo cómo sus ritmos cardíacos estaban totalmente acelerados y sus respiraciones eran inestables.
Jimin sentía sus piernas como gelatina, su cuerpo totalmente relajado y satisfecho, presionándose contra el de Jungkook.
—Eres un sádico— dijo después de un rato, cuando al fin pudo recuperarse.
—No debiste provocarme— dijo Jungkook, saliendo de él para después morder el carnoso labio inferior de Jimin.
—Eres un arrogante— Jimin hizo un puchero y recostó su rostro sobre el pecho de Jungkook. —Estoy dolorido, pero debemos ir a la oficina.
—Podemos tomar el día— propuso el pelinegro.
—Hoy el arquitecto Kim presentará la propuesta para la construcción de los nuevos edificios. Tienes que estar allí— Jimin suspiró.
—Déjame cuidar de ti— propuso Jungkook, abriendo la ducha para lavarlo.
Jimin no se pudo resistir y dejó que Jungkook hiciera todo el trabajo, desde asearlo hasta ayudarlo a ponerse la ropa.
Jungkook fue quien terminó haciendo el desayuno y alimentando a los gatos antes de que fueran a la oficina.
Decir que llegaron tarde estaba de más.
—Buenos días, Señorita Kim— Jungkook saludó a su secretaria antes de entrar a su oficina.
—B-buenos días, Joven Jeon— contestó Jisoo, un poco demasiado asombrada.
Jimin no pudo evitar sonreír ante la cara atónita de su compañera.
—¡Oye, Jimin! ¿Qué bicho le picó hoy?— preguntó Jisoo en un susurro.
—Tal vez el de la amabilidad— Jimin le guiñó un ojo antes de reírse.
Ella estrechó los ojos. —Tú también te ves bastante contento hoy— murmuró.
—El jefe está de buen humor hoy, hay que disfrutarlo— dijo simplemente.
—¿Seguro que es solo eso?—
—¿Qué más podría ser?— preguntó Jimin, encogiéndose de hombros y empezó a revisar su trabajo.
La verdad, Jimin aún se sentía un poco abrumado por todos los eventos de la noche anterior y de esta mañana, pero definitivamente se sentía feliz y relajado.
Fue, por mucho, una de las mejores noches de sexo que había tenido en su vida. Jungkook era más que bueno en la cama y su cuerpo sabía cómo estar en los lugares correctos.
Además, había confirmado, sin dejar ninguna duda, lo mucho que le gustaba su arrogante jefe. Esto le parecía uno de esos dramas de la TV, pero estaba bien con ello.
En la mañana, durante el desayuno, no hablaron sobre cómo se vería afectada su relación a partir de los últimos sucesos. De hecho, no hablaron de nada.
Jungkook solo preparó café y pan con mermelada, mientras le robaba besos al pelirrojo. Durante el trayecto a la oficina, se concentraron en hablar de trabajo.
Jimin tampoco quiso darle relevancia al asunto. Ellos eran dos adultos que habían tenido sexo delicioso; el resto lo resolverían en la marcha. No había necesidad de complicarse.
Después de un rato de estar trabajando, sonó el teléfono.
—Park, ven a mi oficina —ordenó Jungkook.
—De inmediato, joven Jeon —respondió Jimin antes de colgar y ponerse de pie.
—¿Qué necesita? —preguntó de manera profesional.
—Mmm... ¿Dónde está el contrato? —murmuró Jungkook, cerrando las persianas.
—Por supuesto, justo allí —Jimin señaló el escritorio.
Jungkook sonrió y le puso seguro a la puerta.
—Entonces, lo que necesito es... —rodeó la cintura de Jimin con sus brazos.
Jimin se mordió el labio inferior y una sonrisa floreció en sus labios.
—¿Sí? —dijo, desafiando la situación.
Jungkook no respondió nada, solo acercó sus rostros y tomó los labios de Jimin en un apasionado beso, que por supuesto Jimin correspondió, dejando que su boca fuera invadida por la lengua de su jefe.
—Se me antojaba un beso tuyo —afirmó Jungkook, bajando sus manos al trasero de Jimin.
—¡Uh! Estamos en el trabajo, esto claramente podría ser reportado como acoso sexual —amenazó, de forma divertida.
—No es acoso cuando mi asistente es mi pareja —contestó Jungkook, robándole un beso más.
—¿Pareja? —Jimin levantó una ceja.
—Lo que hicimos anoche no es algo de solo jefe y asistente —afirmó Jungkook.
—Pero yo necesito más que sexo para aceptar ser pareja de alguien —acarició el pecho de Jungkook.
Jungkook lo miró a los ojos.
—¿Qué necesito hacer para que aceptes ser mi novio?
—Descúbrelo tú mismo —Jimin se rió, soltándose del abrazo.
—Pero...
—Es casi hora de la reunión —Jimin tomó el contrato del escritorio y se lo puso a Jungkook en los brazos.
Jungkook dejó escapar un suspiro.
—Bien, vamos.
—Yo no iré —hizo saber Jimin.
—Eres mi asistente, debes estar allí.
—Resulta que estoy un poco adolorido y no se me antoja subir 15 pisos por las escaleras —Jimin se encogió de hombros—. Además, no soy realmente necesario en esa reunión y mi jefe no se enojará si falto.
Jungkook lo miró.
—¿Por qué piensas que tu jefe no se enojará? —interrogó.
Jimin se acercó lentamente al oído de Jungkook.
—Porque él está enamorado de mí —susurró, divertido.
Jungkook solo se rió antes de besar de nuevo los regordetes labios del pelirrojo.
—Espérame para almorzar juntos —ordenó antes de irse.
Jimin salió un momento después con una tonta sonrisa adornando sus labios.
Jisoo lo miraba desde su escritorio.
—¿Estás seguro de que no tienes nada que ver con el buen humor de nuestro jefe?
—Pff —Jimin se rió, negando con la cabeza, y mejor volvió a entrar a la oficina de Jungkook. Si seguía así, lo descubrirían muy pronto.
Jungkook regresó un par de horas después con una sonrisa llena de orgullo.
—¿Cómo estuvo la reunión? —le preguntó Jimin de inmediato.
Jungkook lo abrazó con efusividad, atrayéndolo a su cuerpo.
—TaeHyung, el asistente de Kim, hizo la presentación de la propuesta y el diseño. Al cliente le gustó y el contrato está firmado.
—¡Felicidades! —Jimin le dio un gran beso—. Este proyecto es muy importante para la compañía, tu padre estará orgulloso de ti.
Jungkook sonrió orgulloso de sí mismo. Este era el primer contrato que conseguía por méritos propios.
—Vamos a almorzar entonces para celebrar —propuso el pelinegro.
Jimin asintió. Bajaron juntos las escaleras hasta el living. Estaban a punto de salir cuando TaeHyung salió del ascensor. Su rostro parecía aterrado.
—¿Jimin, podemos hablar? —preguntó, un tanto desesperado.
—Yo... claro.
—Por favor, almuerza conmigo —le suplicó.
Jimin miró entre el rostro atribulado de TaeHyung y el de Jungkook, e hizo una mueca.
—¿Podríamos dejarlo para la cena? —preguntó Jimin, dándole una mirada de disculpas a Jungkook.
—Está bien —murmuró Jungkook.
El señor Jeon también iba saliendo de la compañía en ese momento.
—Jungkook, hijo, qué bueno que te encuentro. Fui a tu oficina pero no estabas, felicidades por el contrato —murmuró, dándole unas palmaditas en la espalda.
—Gracias, padre —respondió Jungkook.
—Comamos juntos para que me cuentes todos los detalles —le propuso, y Jungkook asintió—. ¿Jimin, vienes con nosotros?
—Gracias por la invitación, pero almorzaré con Tae —Jimin hizo una reverencia antes de ser arrastrado por TaeHyung hacia su auto.
Una vez en su vehículo, Tae comenzó a golpear su frente contra el volante con frustración.
—Cálmate, TaeTae —Jimin lo detuvo—. ¿Pasó algo malo?
TaeHyung se pasó las manos por el rostro y asintió.
—Pero Jungkook me dijo que tu presentación fue muy buena —Jimin lo miró, confundido.
—No se trata del trabajo —Tae suspiró—. Hice algo muy malo.
—¿Qué?
—Te contaré cuando lleguemos al restaurante —aseguró, para empezar a conducir.
Jimin realmente estaba lleno de curiosidad ahora. TaeHyung, por lo general, era del tipo carismático y amable. Verlo tan perturbado era inusual.
Una vez llegaron y estuvieron en la mesa, Jimin no pudo evitar preguntar.
—¿Qué es eso tan malo que hiciste para estar así?
—Besé a mi jefe —TaeHyung suspiró, afligido.
—¿Qué hiciste, qué? —Jimin lo miró atónito.
—Besé a Namjoon —repitió Tae, mordiéndose los labios.
—¿C-como pasó? —Jimin miró a Tae, preocupado.
—Esta es la primera propuesta de diseño que hago por mí mismo —comenzó a decir Tae—. Estaba nervioso, pero al cliente le gustó y firmó el contrato. Me sentí muy emocionado, y cuando estuve en la oficina con Namjoon, no lo sé, solo estaba feliz y agradecido con él por darme la oportunidad. Entonces lo abracé. Estábamos tan cerca... que yo no pude contenerme.
—¿Y qué pasó? ¿Él te detuvo? —preguntó Jimin.
TaeHyung negó con la cabeza.
—Él correspondió al beso.
Jimin abrió aún más los ojos con asombro.
—Pero dijiste que él era heterosexual.
—¡Lo sé! ¡Yo también lo creía! —Tae tomó aire y lo dejó salir antes de volver a hablar—. No sé por qué me correspondió, pero cuando lo hizo, no pude detenerme. Sus brazos rodearon mi cintura y me dejé llevar.
—¿Y?
—¿Cómo qué "y"? —TaeHyung tiró de su cabello con desesperación—. ¡Él está casado! ¡Bese a un hombre casado!
Jimin hizo una mueca. ¡Por el diablo y todos sus jodidos demonios! No quería estar en el lugar de TaeHyung.
—¿Cómo hiciste para salir de esa situación?
—Cuando nos separamos me di cuenta de lo que hice y mi primera reacción fue huir. Salí corriendo y me encontré contigo y tu jefe.
—Tae, realmente no sé qué decir —Jimin se mordió el labio inferior.
—Esto me pasa por tonto. Sabía que no debía seguir trabajando con Namjoon, creo que debo renunciar —dijo, resignado.
—No puedes hacer eso, Tae —le contestó Jimin—El proyecto de construcción apenas empieza y si son tus diseños, solo tú puedes llevarlo a cabo.
—Yo sé eso —una lágrima se deslizó por la mejilla de Tae—No sé qué hacer, ¿cómo voy a mirar a Namjoon de nuevo a los ojos?
—Tae, no te culpes solo a ti mismo —Jimin le tomó las manos—Él correspondió al beso, quizás también le gustas.
—Incluso si yo también le gusto, lo que hicimos no está bien.
Tae tenía una mirada angustiada. —Conozco a su esposa y a su hijo, Jimin —sollozó.
—Entiendo, Tae, pero solo fue un beso. Si hablan...
—Incluso si fue solo un beso, no puedo evitar sentirme mal —murmuró TaeHyung—La infidelidad es algo que aborrezco y fui yo mismo quien tentó a un hombre casado a serle infiel a su pareja.
—Tae, sé que ahora te sientes angustiado y confundido, así que no es el momento para tomar decisiones —le aconsejó Jimin—Debes calmarte primero y mirar el panorama general. Este proyecto es muy importante tanto para la empresa como para tu carrera. No puedes dejarlo todo.
—Lo sé...
—Entonces, no te apresures. Tú y el arquitecto Kim pueden separar lo personal de lo profesional.
—Tengo miedo —confesó Tae—Temo no saber manejarlo, temo que si yo también le gusto, esto vuelva a pasar. Cuando él me estaba besando, mi mente se quedó en blanco, no pude pensar en nada más que en cómo se sentían sus labios sobre los míos y sus fuertes manos acariciando mi cintura.
Jimin suspiró; él conocía esa sensación. Justo anoche, cuando Jungkook le hacía el amor, fue como si el mundo a su alrededor no existiera, solo importaban ellos dos.
—No quiero entrometerme en un matrimonio.
—Sé que no lo harás, Tae —le dijo Jimin. —Eres una buena persona y sé que encontrarás la mejor solución a esto. Solo necesitas pensar con cabeza fría.
Tae asintió.
—También necesitas relajarte un poco. ¿Qué tal si esta noche hacemos esa reunión de la que hablamos? —propuso Jimin.
—Pero le dijiste a tu jefe que cenarían juntos. —Tae hizo un puchero.
—Es cierto —Jimin frunció el ceño —Podemos reunirnos todos, para celebrar lo del contrato y que tu mente se distraiga. Jungkook aceptará, solo le escribo a Yoongi y a Hoseok. Podríamos reunirnos en su casa.
—No le agrado a Yoongi.
—Nadie le agrada a Yoongi. —Jimin se rio—Solo no le hagas caso.
—Está bien—Tae suspiró, pareciendo más tranquilo— Creo que me tomaré la tarde libre.
—Me parece bien. —Estuvo de acuerdo Jimin.
Cuando Jimin terminó de almorzar y regresó a la compañía, fue recibido por Jungkook, quien de inmediato lo arrastró a su oficina.
—¿Qué pasó con el asistente de Kim? —preguntó.
—Solo tiene algunos asuntos que resolver, no seas chismoso —se burló Jimin.
Jungkook gruñó. —Es que quería comer contigo.
—Lo sé, lo siento. Y en cuanto a la cena de esta noche...
Jungkook frunció el ceño. —¿Qué pasa con eso?
—Nos reuniremos con los chicos esta noche para tomar algo, quizá veamos una película, depende de cómo esté el ambiente —dijo Jimin rápidamente.
—¿Nos? —Jungkook arqueó una ceja.
—Sí, celebraremos lo del contrato con TaeHyung, mi hermano y mi cuñado, una reunión de amigos. ¿Te parece?
—Tu hermano me odia —refutó Jungkook de inmediato.
—En eso tienes razón, pero si quieres ser mi novio, ¿no crees que debes empezar a relacionarte y a ganar méritos con mi familia? En especial con Yoongi, él es un tanto difícil.
—Si voy a esa reunión, ¿aceptarás ser mi novio? —preguntó Jungkook de inmediato.
—Tendrás que ir para descubrirlo —Jimin le robó un besito y le guiñó un ojo antes de salir de la oficina.
Hola mis amores yo de nuevo por aquí, Nuestro TeTe tiene una difícil situación en sus manos ¿Qué creen que hará?
Nos leemos 💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro