Capítulo 1
— ¡Desperté! — Chilló Jimin, sentándose en la cama. Su pecho subía y bajaba de manera irregular; había estado teniendo un muy buen sueño húmedo con su amor platónico.
Zac Efron.
Si él amaba a ese actor estadounidense, no lo iba a negar ni avergonzar de ello.
Miró el reloj de su vieja y destartalada mesita de noche. — ¡Oh, mierda! — Gritó poniéndose de pie y casi cayendo al piso debido al mareo por haberse levantado demasiado rápido.
¡Estaba tarde, muy tarde! Tenía que asistir a una entrevista muy importante, la única que había conseguido en el último año y medio gracias al amigo de un amigo.
Jimin se metió corriendo al baño y abrió la llave de la ducha. ¡El agua estaba tan malditamente fría que casi le congela las bolas! Pero tuvo que aguantar, encender el calentador haría que el recibo de la electricidad se elevara demasiado, y ese no era un lujo que se podía dar.
"Pero vas a terminar sufriendo de pulmonía", le dijo su mente.
Jimin ignoró por completo esos pensamientos; necesitaba alistarse lo más rápido posible. Esta era una oportunidad que no debía perder si quería salir de su miseria y recuperar a Ron y Hermione, sus dos preciosos gatos que por el momento estaban en casa de su hermano, ya que él no podía cuidarlos. Los últimos meses había saltado de trabajo en trabajo; incluso fue niñero por una temporada y definitivamente no fue la experiencia más agradable.
Salió de la ducha, secándose lo más rápido que pudo y empezó a ponerse su traje, su único traje. Era lo mejor que había conseguido en una tienda de segunda mano.
Una vez listo, salió de su departamento como alma que lleva el diablo hasta las escaleras. Vivía en el cuarto piso de ese destartalado edificio, pero ni loco se acercaría al ascensor. Otro de sus defectos era sufrir de claustrofobia. Tan solo pensar en estar en ese reducido espacio lo hacía sentir mareado.
Miró la pantalla llena de fisuras de su celular; tenía el tiempo justo para llegar a la parada del autobús. Caminó un par de cuadras, evitando los charcos de agua que había dejado la lluvia la noche anterior.
¡Sí, llegaría a tiempo! Celebró en su interior con un leve saltito.
Entonces, como un maldito auto fantasma, un Mercedes pasó por su lado a toda velocidad, justo por donde había un enorme charco de agua, y sí, literalmente bañó a Jimin con agua sucia.
— ¡Maldito bastardo! — Gritó Jimin al verse totalmente empapado.
El hombre del auto tuvo el descaro de bajar la ventanilla y mirarlo con una arrogante sonrisa en sus labios, y volvió a arrancar el auto.
— ¡Ojalá te pudras en el infierno, jodido estúpido! — Gritó.
Jimin se mordió el labio inferior con impotencia, viendo cómo un par de monjas pasaban por su lado persignándose.
¡No, no, y no! Esto no le podía estar pasando a él. ¿Qué diablos había hecho en su otra vida para merecer esto?
Secando su rostro con su pañuelo favorito, trató de quitarse las manchas más grandes, fallando totalmente. ¿Ahora qué iba a hacer? No tenía tiempo para cambiarse, ni tampoco otro traje.
Apretando sus manos en puños hasta que sus nudillos se pusieron blancos, decidió ir a la entrevista así. Si Will Smith lo había logrado en "En busca de la felicidad", ¿por qué no lo podría hacer él?
Además, su madre siempre decía que al que le van a dar, le guardan. Así que, si ese trabajo era para él, lo conseguiría. ¡Por supuesto que lo haría!
¡Un Park jamás se rinde!
Subió al autobús rumbo a su destino: Golden Group Company.
Desde que Jimin llegó al área empresarial de la ciudad, pudo darse cuenta de que este era un ambiente totalmente diferente. Hombres y mujeres vestidos de forma elegante salían de los enormes y sofisticados edificios.
Jimin mordió su labio inferior, dudando de lo que haría a continuación; justo ante sus ojos estaba el imponente edificio donde sería su entrevista.
Bien, era el momento. Lo peor que le podría pasar era que lo sacaran los guardias de seguridad por sus fachas, y eso era un panorama mejor que estar cubierto de vómito de bebé.
Entró al elegante lugar, ganándose varias miradas de curiosidad que Jimin trató de ignorar. Por lo general odiaba que lo miraran fijamente, como si fuera un bicho raro. Se dirigió hacia la recepcionista.
— Buenos días, señorita, vengo por la entrevista para asistente administrativo — logró explicar.
La hermosa mujer le dio una mirada indiferente, como si no lo pudiera creer.
— Llegas tarde — murmuró, arqueando una ceja.
Jimin gimió bajito.
— Lo sé, pero solo fueron un par de minutos — susurró.
La mujer volvió la vista al ordenador de forma desdeñosa.
— Toma el ascensor, piso 15 — murmuró.
¡Oh diablos, no!
Él no entraría a ese aparato, y tenía que subir 15 jodidos pisos.
¿Acaso esta era una señal de que no debía obtener este trabajo?
Por supuesto que no.
Este era el momento de poner a prueba su condición física y la resistencia que había obtenido como paseador de perros.
Caminó directo a las escaleras.
— ¡Oye, muchacho, es mejor que uses el ascensor, vas para el piso 15! — escuchó la voz de la mujer.
Jimin siguió, casi subiendo los escalones de dos en dos, pero definitivamente tener piernas cortas no era de gran ayuda. Casi sin aliento, logró llegar a una sala de espera en el piso 15. No había jodidamente nadie.
Jimin se dejó caer en un sofá, respirando pesadamente, tratando de llenar de aire sus pulmones. En ese momento, una puerta se abrió, dejando ver a una mujer de edad avanzada.
— ¿Park Jimin? — Preguntó ajustando sus anteojos.
— ¡Sí! — Jimin se levantó de inmediato.
La mujer lo escaneó con el ceño fruncido.
— El señor Jeon te espera, pasa — dijo, quitándose de la puerta.
Jimin entró en la elegante oficina donde un increíblemente atractivo hombre estaba sentado en un sillón de cuero negro. Jimin calculaba que estaba en sus 45, quizá menos.
— Buenos días — saludó el pelirrojo con una reverencia.
El hombre le dio una mirada confusa.
— ¿Park Jimin? —
El pelirrojo asintió.
— Sí, señor, créame que tengo una explicación para asistir aquí con esta apariencia — informó Jimin tragando grueso.
El hombre sonrió de lado.
— Bueno, me gustaría escucharla —
Jimin abrió su boca, tratando de encontrar cómo decirle a su futuro jefe lo que le sucedió.
— Eh... resumiendo, tuve un accidente con un arrogante hombre que conducía un Mercedes y un charco de agua sucia — dijo directamente.
El hombre arqueó una ceja y se llevó una mano a su mentón.
— Así que te mojó un hombre con su auto —
— Sí, literalmente eso pasó — explicó — y tuvo el descaro de reírse de mí — murmuró entre dientes.
— ¿Y aún así viniste a la entrevista? —
Jimin se mordió el labio inferior.
— Necesito el trabajo, pero supongo que ya no importa — dijo, bajando la mirada.
— Claro que importa, pareces un muchacho decidido — dijo el señor Jeon, enderezándose. — Entra allí, en esa puerta, es mi baño. Creo que deberías arreglarte un poco antes de comenzar la entrevista — ordenó.
Jimin asintió y se dirigió hacia donde el hombre le señaló. ¡Gracias a todos los cielos que parecía ser un buen tipo y algo comprensivo! Si conseguía el trabajo, el pelirrojo estaría tranquilo de trabajar con un jefe así.
Entró al baño, mirándose al espejo. ¡Por el diablo y todos sus jodidos demonios! Su cabello estaba horrible, tenía trocitos de lodo por todos lados.
¡Maldito y mil veces maldito ese bastardo que lo mojó!
Jimin se apresuró a limpiarse con su pañuelo, haciendo su mayor esfuerzo posible por verse bien, pero no fue mucho lo que pudo hacer. Con un suspiro, abrió la puerta. No quería hacer esperar tanto al señor Jeon.
Entonces, ante sus ojos, como en un jodido déjà vu, se encontraba el hombre con esa sonrisa arrogante, sentado al frente del señor Jeon. La sangre de Jimin hirvió de ira. Esto no se iba a quedar así.
Olvidándose de dónde estaba, Jimin se apresuró a enfrentarlo.
— ¡Fuiste tú! ¡Estúpido infeliz! — Gritó, señalándolo con su dedo índice.
Próximamente bebés, una nueva locura de su NeRakPotter...
Espero poder contar con su apoyo para esta loca historia que voy a iniciar.
Les amo un montón y nos leemos pronto mis amores.
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