— ¿Como era él?—Fue lo único que se me ocurrió preguntar.

Mi atención se desvió de él al notar la mirada cómplice que me había dedicado Olivia en el momento que llegó a traer unas galletas junto con dos vasos con jugo de naranja; puedo jurar escuchar sus pensamientos, "Que atractivo muchacho, aprovecha Elsa", definitivamente eso decía su mirada.

Volví mi atención hacia él, notando que estaba apunto de hablar.

—Castaño—lo miré incrédula.

—Lo sé, físicamente sé lo que ví en las fotos de las revistas, castaño, más alto que yo, delgado...—enumeré—¿En serio no le tomaste ninguna foto a su cara?

El peliblanco negó mientras bebía jugo de su vaso; solté un suspiro frustrada.

—¿Entonces cuál se supone que será tu función en la búsqueda si no sabes nada?—Me arrepentí de mis palabras, ya que habían salido demasiado grotescas.

Jack por primera vez miró mis ojos sorprendido; él había estado evitando mi mirada desde que llegamos.

—Podemos ir al bar, de seguro las personas de allí vieron algo.

—¿Crees que mi padre me dejará regresar al bar?—Pregunté con un notable sarcasmo.

—Yo preguntaré, no hay necesidad de que bajes—Lo miré dudosa.

—Bien, termina con eso y vayamos—Dije esto al notarlo concentrado en las galletas que había traído Olivia; un tierno sonrojo apareció en sus pálidas mejillas.

[• • •]

Tragué en seco al verme justo frente a la estructura de aquel lugar; el chófer recién había aparcado a orilla de calle dejándonos justo frente el bar, al parecer a Jack tampoco le agradaba estar en aquel lugar debido a expresión poco conforme.

Él bajó luego de decir que regresaría pronto; yo me quedé dentro el auto, distrayendo mi mente de aquel lugar.

Tomé mi celular y sonreí al ver las fotos que me había mandado Mérida.
Un hermoso vestido blanco se hizo presente en la pantalla, de hecho me mandó cientos de fotos de vestidos pidiéndome ayuda acerca de cuál elegir.

Uno de todos llamó mi atención, era sencillo pero elegante, tenía un hermoso corte corazón como escote dejando la mitad de la espalda descubierta, con decoraciones en la cintura, parecían ser perlas teñidas de plateado, de la cintura hacia abajo el vestido caía como una hermosa cascada con brillos apenas notable. Era hermoso.

Le dí mi opinión recordándole elegir el que fuera del gusto de ella, ya que era ella quien se casaba no yo.
Seguí texteando y ayudando a Mérida a través de mensajes con diferentes cosas que ella elegía para su boda; prometió invitarme, sin embargo yo no creo poder ir, o mejor dicho: no creo que mi padre me lo permita.

El auto volvió a ser abierto indicando que Jack ya había regresado así que apagué el celular dejándolo a un lado.

El chófer inició el trayecto de vuelta a casa tal y como le había dicho

—Tengo algunos sospechosos—Dejó a mi vista una pequeña página con algunos nombres escritos en ella.

—¿Cómo hiciste para que te dieran los nombres?

—Tuve que rogar demasiado, hablé con la gerente del local y cuando te mencioné a ti y a tu padre no demoró en darme unos cuantos nombres; al parecer todo este revuelo también le esta dando reconocimiento al bar.

Asentí para luego quitar la página de sus manos.

—Disculpa—Apresuré a decir ya que le había quitado la página con poco cuidado; pero estaba ansiosa por saber los nombres de los sospechosos.

Leí apresuradamente, ningún nombre se me hacía conocido, ni muchos menos encajaban con las iniciales que tenía la nota; devolví la página a Jack.

—No es ninguno de ellos—Dije convencida.

El ojiazul me miró atónito.

—¿Cómo lo sabes?—Lo noté nervioso.

—Pues porque ninguno de sus nombres encajan con las iniciales de la nota.

—Oh, no sabía que tenías una nota; ¿cuales son las iniciales?—se concentró en leer ahora él los nombres esperando mi respuesta.

—"D.H."

—Puede que no sea su nombre, tal vez son las iniciales de su apodo o un diminutivo—Alzó la página para mí, yo fruncí mi entrecejo—Por ejemplo él.

Su dedo se encontraba sobre un nombre, recibí la página leyendo el nombre señalado.

—¿Tadashi Hamada?

—Sí, puede que su apodo sea Dashi—No pude evitar reír, aquel nombre apodo era ciertamente gracioso, Jack también soltó una carcajada, pero continuó:—Su apellido es Hamada, ¿qué formaría?

Abrí mi boca sorprendida y miré a Jack como si fuese un científico que acababa de hacer un importante descubrimiento.

—¡D.H.!

Tenía razón, ese chico podía ser el que buscamos; aquello me aterraba.

—Exacto—Noté cierto deje de superioridad en su voz.

Lo miré con una ceja alzada.

—Pero aún no está nada confirmado—Hablé seria.

—Pero es el más probable—Renegó.

—Algo me dice que ese chico no es a quién buscamos—Tal vez piensen que solo quiero llevarle la contraria, lo cual es cierto, pero en el fondo algo me dice que no es el correcto.

Él guardó silencio y solo me observó, no pude evitar dirigirle una mirada amenazante para que dejase de hacer eso, su mirada me incomodaba.

—¿Estas segura que quieres encontrar a ese chico?

Una mueca se dibujó en mi rostro.

—¿Tanto se me nota?—Dije con ironía.

Él no apartó su mirada de mi; me removí incómoda en mi lugar.

—Podemos hacer algo.—sentenció, giré mi rostro viendolo con curiosidad—Algo para que no tengas que ver a ese chico, me parece mal que te hagan hacer eso con un chico al cual no conoces. ¿Tú no sientes nada por aquel chico, cierto?

—Por supuesto que no—Solté decidida, como si la simple idea me aterrorizara, Jack me miró curioso—Y sobre lo que dices; sé a lo que te refieres y no lo haré, no le mentiré a mi padre, eso solo me metería en más problemas.

—Te estás arriesgando tu, tus sentimientos y todo eso, ¿solo por seguir las estrictas reglas de tu padre?—Habló incrédulo—Eso no es bueno, esto tú no lo quieres hacer, te están obligando pero piensas seguir solo para complacer a tu padre.

Por primera vez despegue mi mirada de él sintiéndome diminuta; hablaba como si fuera fácil negar a las peticiones de mi padre, como si simplemente pudiese encararlo y decirle que todo su plan es absurdo, sonaba fácil más no lo era y prefería no arriesgarme porque sabía que esto en parte también era mi culpa; no podía desligarme de las consecuencias tan fácil.

Tan sumida en mis pensamientos estaba que no notaba que Jack seguía hablando, aconsejandome y diciéndome que debía imponerme para proteger mis sentimientos; aquellas palabras parecían incesantes y su constate insistencia en el tema comenzaba a fastidiarme.

Tan fácil sería para cualquier desconocido cumplir con su parte y continuar con su vida, ¿por qué el afán de Frost en interponerse?

—Basta—Lo detuve cuando un dolor de cabeza se instaló como una fuerte punzada—Detente, ya no sigas.

Noté como apretó sus puños en su lugar.

—No voy a hacer una jugarreta de adolecente liberal en estos momentos; cumple con tu parte y acabaré con esto—Dije con mi mirada centrada en el paisaje reflejado en la ventana del auto.

Él calló.

Todo en él me parecía sospechoso, su sobreactuada preocupación por mi y mis sentimientos no era algo normal, no era simple empatía y se me hacía difícil confiar en alguien que había ganado dinero a costa mía y no de buena forma; tal vez mi padre había sido más ingenuo de lo que profesaba y el dejar entrar a aquel chico en nuestras vidas era un fatídico error.

Algo ocultas Jack Frost.