Un Día de Tranquilidad
Cazzu P.D.V
*Al día siguiente*
Siento un peso encima de mí vientre que obliga a despertarme, poco a poco abro los ojos parpadeando varias veces para acostumbrarme a la luz del sol. Tomás juega con Elvira sin percatarse de que yo me desperté y al parecer intenta sacármela para evitar que me despierte. Mi mente es lenta todavía, cómo si para hacer el más mínimo movimiento mi cuerpo necesitara procesar la orden de mi cerebro.
No es malo, sino que siento tanta paz, tanta tranquilidad, que por una vez mi consciencia parece querer tenerme piedad y se mantiene relajada. Los halos de luz del sol se cuelan por las cortinas alumbrando todo con figuras bonitas, la sonrisa tranquila del peli verde acariciando a mi gata sólo aporta más ¿alegría? ¿Lindo ambiente? Al lugar.
-“Espero que Elvira no se agarre la manía de venir a despertarme de en adelante gracias a vos eh…”-Le digo con una sonrisa burlona llamando su atención.
-“Me voy a asegurar de que no…Buen día….”-Corresponde mi sonrisa y yo su saludo.
Se pone sobre mí y haciendo que yo lo atrape entre mis piernas, me besa con lentitud disfrutando las sensaciones, de a poco baja a mí cuello pero sólo para dejar unos castos besos y esconder su rostro, aún así sus labios están pegados a mi piel y puedo sentir cómo sonríe.
Pienso en algo que hablar pero no sé qué por mi mente aún adormecida ¿le resultará incómodo el silencio? Al menos tengo el sonido de su respiración que ya no sabría determinar desde cuando se transformó en uno de mis tranquilizadores favoritos.
-“¿Qué tenemos en la agenda de agentes criminales hoy Cazzuchelli?”-Dice de buen humor.
-“Milagrosamente hoy nada, todos están ocupados y no podríamos hacer mucho.”-Acaricio su pelo y Tomás me aprieta más a sí mismo.
Mi estómago me advierte que necesito ingerir algo, miro mi celular y sorprendentemente son las 10:00 de la mañana, temprano para un típico sábado mío. Me separo de Tomás y busco con qué abrigarme para hacernos el desayuno sin pasar frío.
-“¿A dónde vas?”-Pregunta enarcando una ceja.
-“Estoy en tanga con una blusa de dormir, un saco de hilo, medias y pantuflas tenía pensado salir a correr…”-Le doy una mirada divertida y él sonríe también negando con la cabeza -“Voy a traer algo para desayunar, vos quedate en la cama…”-
-“Tus deseos son órdenes”- Se acuesta boca abajo sonriente para luego esconder su cara en la almohada.
En la cocina intento no demorarme mucho con el desayuno, hace frío y quiero volver a la cama, unas tazas de café con leche, tostadas con mermelada y estaba todo listo.
De repente vienen los recuerdos de la madrugada con Tomás durmiendo en mi pecho y aquella frase. Pensando en eso vuelvo de manera autómata con una bandeja al cuarto, las dudas reaparecen en mi cabeza.
Tomás continúa boca abajo pero esta vez está usando su celular, no se percata de mi presencia permanece acostado boca abajo incluso cuando me siento en la cama. Pase mi mano por su espalda debajo de su remera, acaricio su pelo y él sólo emite un “mmm”.
Por fin me pone atención, se acuesta de costado y me abraza por la cintura, estira su mano derecha para sacarme un mechón de pelo de la cara. Ambos tenemos una sonrisa suave y sin motivo “¿quién se la provocó a quién?”
-“Se nos enfría…dale…”-Tiro de su mano para que se levante, él obedece.
Agarramos nuestras tazas y con las tostadas al medio desayunamos. Me causa gracia y ternura en cierto modo ver cómo saborea las tostadas porque la mermelada de frambuesa es su favorita lo sé incluso antes de que me lo dijera, lo noto porque cada vez que se las preparo él las disfruta comiéndolas lentamente y cuando hago un postre con mermelada siempre pide que sea esa.
-“Veo que te gustaron las tostadas…”-Me estiro para limpiar un resto de mermelada que quedó en la comisura de sus labios, siempre es un placer poder acariciarlo por eso aprovecho a pasar mi dedo lentamente disfrutando de su piel bajo mi tacto.
-“Frambuesa…es la mejor mermelada…”-Dice cuando traga el último bocado de la tostada.-“Acercate…”-Lo hago –“Más…”- Cuando nuestras caras están sólo a centímetros es que me besa, pero lo hace con mucha suavidad, siempre sabe que tono tiene que usar conmigo.-“Mmm…si, definitivamente la de frambuesa es la mejor mermelada.”-Dice cuando nos separamos provocándonos una leve risa.
De repente nos quedamos en total silencio, y mi mente vuelve a recalcarme lo dicho por el peli verde anoche, intento ser prudente, pero ¿a quién engaño? ¿Desde cuándo me sale ser prudente? Me decido por preguntarle, pero manteniendo cierto tacto al menos.
-“Che Tomás…anoche… ¿vos te acordás que me dijiste algo?”- Tanteo terreno al principio.
-“Anoche ¿cuándo?”-Pregunta con gesto confundido.
-“Ehh…en realidad creo que estabas dormido más bien, por eso capaz no te acordás…”-Inquiero a ver si de esa manera se da cuenta de lo que le estoy diciendo.
-“La verdad es que casi nunca me acuerdo de lo que sueño, soy de esas personas que generalmente se les borra todo…”-Deja la frase en el aire como sacando conclusiones para sí mismo.
-“¿De nada, nada te acordás? ¿Posta?”- Conservo una mínima esperanza de no verme obligada a explicarle todo.
-“No…mm bueno sí algo me acuerdo.”- Abro mis ojos entusiasmada.”- En realidad más que soñar parecía que estaba recordando; cuando jugamos en la cancha con los pibes, cuando cenamos todos juntamos…ese tipo de cosas...”-Pierdo la esperanza, será mejor no insistir.-“Pero ¿qué fue lo que te dije? ¿Vos te acordás?”-
Mierda ¿qué se supone que le diga? “Tranqui, me dijiste amor en sueños y yo quede flashando” No tiene sentido alguno ¿y si se enoja o se incomoda? Tengo que admitir que estoy nerviosa.
-“Emm…si…bueno algo así…vos anoche me dijiste…”-Pero antes de que pudiera terminar la frase me interrumpió su celular, al parecer era H.
-“Perdón…”-Me dice por interrumpirme.-“Hache ¿cómo estás?...nosotros bien…si, si…no hay problema, dale nos vemos después.”- Cortó luego de la breve conversación.-“Lucas dice que hoy hasta la tarde todos van a estar fuera de la ciudad hasta la noche.”-Dice encogiéndose de hombros.
-“Tamara y Joaquín van a estar ocupados también… ¿nos hacemos compañía?”-Le pregunto con una sonrisa pícara.
-“Obvio que sí…”-Se estira y nos damos otro beso-“Al final no me dijiste ¿qué fue lo que te había dicho?”- Pregunta de vuelta curioso.
-“Nada, no des bola…estabas en el quinto sueño…”-Le digo restándole importancia.
Y es que en realidad es lo mejor que puedo hacer, por fin un día que podemos estar totalmente tranquilos lo último que necesitábamos era que yo la complicara por algo que el pibe dijo dormido y que encima ni se acuerda. Seguro estaba flashando cualquiera, ahora sólo queda convencer a mi consciencia de eso.
Ninguno de los dos tiene ganas de levantarse así que Tomás me pide prestada la guitarra y se pone a componer algo sentado en el sillón debajo de mi ventana con Elvira en su falda, yo me dedico a dibujar. Realmente no estoy prestando atención a los dibujos, tampoco a la conversación trivial que tenemos de a ratos, y sin embargo siento que me encanta pasar las mañanas de los fines de semanas así.
Levanto mi cabeza cuando da una última tonada, se acerca a mí con paso lento, se pone detrás de mí y me abraza pasando sus brazos debajo de los míos para ver mis dibujos.
No dice nada solo sonríe, logré hacer tres dibujos muy simples y sencillos con colores: un paisaje de un parque con de árboles y plantas, una sala de estar con la chimenea encendida como el típico paisaje invernal de las películas. Y al final quise arrancárselo de las manos y tragármelo por la vergüenza.
Lo había dibujado a él, recostado en el sillón mirando por la ventana tocando la guitarra, con Elvira acostada en sus piernas. Lo había detallado muy bien, sus facciones, su expresión, sus lastimaduras recientes (que en nada afectaba en el cuadro a su estética). Totalmente en paz, transmitiendo tanta relajación, se veía muy lindo la verdad.
-"Vamos a tener que conseguirte un oculista ¿de verdad tan lindo me ves? Parezco salido de un anime"- Dice divertido rascándose la nuca.
-"Callaatee, te hice tal cual"- le digo golpeando su brazo suavemente.
-"Listo, mañana vamos con un médico...estás ciega…"- Dice resoplando totalmente convencido.
-"Que tonto que sos…"- Miro por sobre mi hombro y su rostro queda pegado al mío.
Me doy vuelta totalmente y me siento a horcajadas de él, sin mayor intención que besarnos con suavidad, estuvimos así un rato. Tomás pasa sus manos con lentitud, apenas pasando sus dedos por mis muslos, trazando líneas y formas, analizando mis texturas. Yo sólo suspiro cuando baja sus besos a mi cuello.
-"Mmm…tengo ganas de salir a pasear… ¿vamos al cine?"- Dice con cierto tono aniñado, como si dependiera de mi permiso.
-"Antes tenés que contarme qué onda con lo que pasó anoche...acordate que quedaste en decirme…"- Le digo ya más seria, y tengo que bajarme de él porque no sé qué tan seria pueda permanecer a poca distancia de él.
Tomás suspira y asiente, me narra con lujo de detalle lo que pasó, desde cómo fue a parar en el mismo bar que Rigetti y sus hombres "charlando" con una banda de pibes que estaban acompañados por mujeres. Obviamente todo pareció una mera casualidad al principio, pero cuando Tomás quiso acercarse se le fue la mano...y tal parece que a Rigetti le pareció buena idea enviar a sus matones para darle una advertencia.
-" ¿Y cuántas veces te he dicho yo que tenés que controlarte con cómo respondes a las provocaciones? Seguramente si no llegaba ese auto te desfiguraban"- Digo con un tono de "te lo dije."
-" Igualmente me hubieran curtido a palos morena. Los pibes esos fueron los que me encontré en la Villa 31 la otra vez, digamos que entre bandas no nos llevamos bien y bue…"- Cuando dice eso una duda se despierta en mí.
-"Pará pará...hay algo que no me está quedando claro, es obvio que Rigetti estaba haciendo uno de sus negocios ahí pero ¿por qué se preocupa por hacer tremenda redada y limpieza con unas bandas y con las otras no? ¿Qué criterio tiene?"- Digo con clara confusión.
-" Seguramente Rigetti se maneje según si les gusta su cara o no...Io que sí ¿te acordás lo del libro que decía “producto”, “herramientas”, y “mercancía”? Creo que ya descubrimos cuál es la mercancía…”-Deja la frase en el aire y me recorre un escalofrío por la espalda.
-“Pero ¿vos decís? ¿Pero no acabas de decir que eran pibitas, mujeres jóvenes?... ¿Vos decís que Rigetti sería capaz de algo así?”-Le digo horrorizada y asqueada.
-“Rigetti es capaz de eso y mucho más con lo ambicioso que es Julieta…además muchas de ellas lo hacen por no morirse de hambre, para conseguir pagar la droga, o porque algún desgraciado las clavó con deudas de cualquier tipo y necesitan pagarlas ¿quién sabe?”-Dice suspirando apenado, y ahí es cuando veo que por más que lleve vida de calle no es insensible a los estragos que ella provoca, realmente se siente mal.
-“¿Pero vos te das cuenta que eso es abuso? Cuando ellas no tienen la libertad de elegir por sí mismas, cuando la otra opción ante vender sus cuerpos es la muerte…estamos hablando de abuso ¿y si son menores? ¿Y si las secuestraron? ¿Y si…?”-Hablo rápido, con desesperación, cómo si por mostrar mi horror la situación cambiara.
-“Entiendo lo que querés decir morena. Pero por ahora no podemos hacer mucho más nosotros solos. Y menos si el resto no está para apoyarnos. Yo de verdad te comprendo, y vamos a hacer todo lo posible ¿sí? Si Rigetti cae van a caer todos sus negocios atrás, incluso los de ellas.”-Intenta darme ánimos, pero es muy difícil sabiendo aún más que la trata de no va a dejar de existir porque Rigetti caiga preso.
-“Cada vez…cada vez me horrorizo más y…y cada vez siento que puedo menos con todo esto yo…”-
Mis ojos pican, empiezan a lagrimear porque cómo mujer siento mucho más profundo, me pongo en su lugar ¿qué haría? Seguro no resistiría, pero para el mundo sólo somos una estadística, somos una menos y un número más.
Un “¡Uy que lástima! Pero mientras no le pase a mi esposa, hija, madre…” Lo tienen normalizado, cómo sí lo único que les diera valor a esas niñas y mujeres es el título de relación o parentesco, el resto sólo son fantasmas, lo tienen aprendido cómo que son asuntos que no van a cambiar, y encima son peligrosos, mejor no meterse. ¿Va a cambiar esta mierda? No, pero siento que no puedo quedarme de brazos cruzados si puedo hacer algo.
Los minutos pasan y lloro casi imperceptiblemente abrazada a Tomás, el me da palabras de consuelo, para hacerme fuerte, para darme apoyo.
-“Me imagino que es mucho más complicado asimilar todo siendo mujer…pero pensá en cuantas vas a poder ayudar si te lo propones ¿sí?”- Son sólo algunas de sus palabras de consuelo, que con el pasar de un rato, logran aliviarme más.
-"Hmm...Si, supongo que tenés razón… ¿nos bañamos? Me vendría bien salir de casa"- Le propongo porque la verdad es que despejarme ahora me vendría muy bien, Tomás asiente entusiasmado.
Nos bañamos juntos obviamente, no cogimos pero si jugamos haciéndonos cosquillas o pellizcándonos suave, él no hace que todo sea perfecto, pero en momentos así hace que todo sea mucho mejor
-"Vení…"- Me paró enfrente de él y agarró la esponja, le puso jabón y empezó a pasarla por mi cuerpo.
Fue tal su gentileza y suavidad que se sentía a la vez cómo un masaje, le dedicaba halagos a mi físico y no necesariamente con intenciones sexuales. Sino que eran más bien como confesiones, como pensamientos que quería guardarse pero no podía, lo sé porque los decía en voz baja.
“Contaría tus lunares uno por uno…” Dice acariciando mi espalda, pasa sus manos por mi vientre dándome cosquillas, besa mis hombros… “Tus piernas…lo que son” las repasa prestando atención a mis tatuajes. El rapero usa su habilidad con la palabras para hacerme saber que donde yo encontraba defectos, él ve belleza, y juro que mi corazón tomó vida propia porque lo escuchaba suspirar.
No pude hacer lo mismo porque él se había lavado antes, pero me dejó secar su pelo una vez nos habíamos vestido. Mis dedos gozaban estar tocando su suavidad, confirmo que podría estar horas solamente acariciándolo y oliendo su aroma, más aún si me permite permanecer abrazada a su calor reconfortante.
Llegó la hora de irnos, una vez todo estaba listo cada uno agarró su abrigo y salimos de casa. El camino fue corto pero acompañado de risas y música como siempre.
Llegamos al cine y pude sentir como más de una mirada se posaba en mí, más específicamente en una zona cubierta por mi pantalón. Tomás me pega a él cuando nota mi incomodidad, lo cual estoy agradecida. Hacemos fila para comprar nuestras entradas, elegimos una película de acción y efectivamente entramos a la sala. Había gente pero no mucha a decir verdad, nosotros nos pusimos en una fila vacía pero en la siguiente habían personas.
La verdad estaba buena la película, los dos le prestamos atención por un buen rato solamente despagando la mirada de la pantalla para comer o tomar algo. En determinado momento vino una escena en la que los protagonistas pasarían a tener sexo, unos minutos después de que empezara esa escena sentí la mano de Tomás en mi muslo y su respiración en mi cuello.
*****
-“¿Ahora? ¿En serio?”- Mascullo para que sólo él me escuche, pero siento que mis rodillas se debilitan cuando el aprieta más fuerte.
-“¿Y? Estoy seguro que te encantaría que te coja bien duro…mmm…mirá cómo el pibe se la chupa… ¿querés que te haga lo mismo?...”- Mi respiración se corta a mitad de camino y a penas puedo sentir mis piernas ¿cómo puede decir eso tan…tan tranquilo? Y lo peor es que tiene absolutamente toda la razón.
-“A-ahora no Tomás…”-Intento apartarlo sacando su mano, pero cuando la toco no lo alejo, sólo se queda ahí.
-“¿Segura?...”-Pasa uno de sus brazos por mis hombros pero por su mirada maliciosa sé que pretende algo más.
-“Si, dale Tomás, quedate quieto”- Él no responde sólo de vuelve su mirada a la pantalla, esa sonrisa no abandona su rostro.
Mientras avanza la escena siento su mano bajar a mi torso “con qué era esto lo que estabas planeando”, acaricia mi costado pero no de manera suave sino con firmeza, me acobardo. Llega hasta el borde de mi remera y mete su mano, su tacto frío en comparación a mi piel cada vez más caliente me hace jadear por lo bajo ¿desde cuándo hace tanto calor en una sala de cine?
Esta vez recorre mi piel y hace presión tengo que cerrar los ojos ante esto, siento aún más calor ahora, dos de sus dedos se escabulle por mi corpiño para jugar con mi pezón tironeándolo, pellizcando y acariciándolo ¿por qué tiene que ser tan malditamente manipulador?
Mete su mano por completo y me incendio por completo ¿por qué? Porque aparentemente a mi instinto le parece estimulante el cliché de estar “a punto de ser descubiertos”, al parecer todo eso de la adrenalina y excitación es cierto.
-“Abrí las piernas…”-Exige y mi mente volada no termina de captar o creer lo que me está ordenando.
-“¿Qué?”- No responde, al contrario, el muy hijo de yuta baja su mano con rapidez y la mete en mi pantalón, pero sin tocar mi intimidad todavía.
-“To-Tomás…”-Quiero decirle algo, quiero pararlo e impedirlo porque todavía tengo algo de prudencia, pero no puedo, no puedo porque me está gustando más de lo que quiero admitir.
-“Aguantá un rato ¿sí?”- Dice con una sonrisa agrandada, sabe lo que me provoca y el poder que tiene sobre mí.
Baja por completo, yo cierro mis ojos, ya no tengo resistencia, no tengo fuerzas, ni muchos menos ganas de poner objeción cuando lo siento acariciar mi clítoris. Estoy empapada y ardiendo, él lo sabe porque minutos después mete dos de sus dedos haciéndome arquear la espalda, lo miro, para intentar callar mis gemidos lo beso, Tomás sonríe en el medio.
Aún así para mí gran frustración cuando estoy a punto de acabar saca sus dedos, me enderezo y lo miro con un enojo que se nota de lejos.
-“¿Qué? ¿Por qué me mirás así? ¿No que no querías?”-Ríe divertido por toda la situación, yo sigo decepcionada.
-“No podés ser tan malo como para dejarme a medias”-Digo incrédula y molesta. Lame sus dedos impregnados de mí y siento que muero una vez más.
-“Vos me dijiste que no querías…parece que cambiaste de opinión o más te hice cambiar de opinión…”-Se encoge de hombros, la diversión no deja su rostro –“Pero ya me dijiste que no querías, además sabés qué no te bastaría con mis dedos.”- Cuando dice esto último se enciende una luz en mi cabeza, es mi turno de ser mala.
Se vuelve a acomodar en su asiento y pongo en marcha mi plan,esta vez yo escondo mi cara en su cuello para dejar besos y mordisqueos húmedos, el de repente se queda estático, lo veo apretar sus puños y sonrío con satisfacción –“Sabés que no, sabés bien que te necesito a vos papi…”- Digo con vos de súplica.
Bajo mi mano a su entrepierna y su pene por haberme estimulado estaba casi duro, yo lo toco con firmeza –“¿Por qué me dejaste a medias papi? ¿Eh?”-Aprieto y no hay forma de que no me sienta, lo confirmo cuando gruñe tirando su cabeza para atrás.
-“Decime ¿qué querés?”-Suspira pesadamente.
-“Te quiero a vos, quiero sentirte llenándome con tu verga cuando me cojas…estoy toda mojadita y caliente esperándote…”-Frunce el ceño lo estoy haciendo sufrir igual que él a mí.
Lo obligo a mirarme para besarlo de manera obscena cómo si fuera una actriz de su porno favorita, lo pajeo por encima de la ropa, y cuando nos separamos por falta de oxígeno sé que se hartó. Le sonrío triunfante pero él sonríe sombrío.
-“¿Eso querés? Te la voy a dar…Vení”-Tira de mi mano sin darme tiempo a contestar, al principio quedo anonadada, pero después sonrío.
Casi corremos por los pasillas, los dos nos morimos de ganas y se nota, al parecer tenía todo planeado desde antes porque toma la delantera y camina con un rumbo fijo…ya sabe a dónde vamos.
-“¡Tomás! ¿Acá?”- Digo entre risas cuando me mete a la cabina donde se reproducen las películas, nadie nos vería pero sí podrían entrar.
-“¿Algún problema?”- Habla con voz grave y se prende de mi cuello, tiro de su pelo y gimo.
-“¿Y la gente…?”-Pregunto con la poca respiración que me queda.
-“Hoy no parecían preocuparte…nadie va a ver nada…”-Gimo porque a diferencia de hoy parece envuelto en fuego y me toca de esa manera. Fuerte, apasionado, muerde y besa toda la piel de mi cuello y hombros que tiene disponible. Levanta mi remera y se frustra.
-“¿No consideraste usar corpiños que se saquen más fácil?”-Gruñe, llevo mis manos al frente y lo desabrocho porque se desprende de adelante, el suspira y ataca mis pezones esta vez con su boca.
No doy más, no resisto, el me aprieta, muerde, saborea, se deleita con mi piel y yo necesito que me complazca, lo necesito adentro para estar satisfecha. Saco mis manos de su pelo para bajarlas a su pantalón, tiro de él para pegarme a la pared, el me besa mientras desabotona mi jean para bajarlo junto a mi tanga.
-“Alguien se va a tener que cambiar la bombachita después…”-Dice en tono pícaro. Respondo sólo con una carcajada y bajo sus pantalones deportivos con su bóxers cómo hizo conmigo. Me pongo de espaldas, apoyando mis brazos contra la pared y gimo alto cuando me nalguea. Siento su pene frotarme para lubricarlo bien y segundos después me penetra.
-“¡AY TOMÁS!”-Pego un gritito, me nalguea de vuelta y con una mano tapa mi boca.
-“Que no entren no quiere decir que no escuchen…gemí sólo para mí mami…”-Susurra en mi oído haciéndome sentir aún más cosquilleos.
Su boca no abandona mis hombros y cuello mientras entra, el sonido de nuestras pieles y la humedad de por medio hacen que pierda la cordura con gran facilidad. No tiene piedad conmigo porque minutos después dudo que mi cuerpo sea capaz de soportar todo el placer que me dan sus embestidas. La mano que estaba en mi boca baja por mi vientre para sostenerlo.
-“Sé que no te falta mucho…ahh la puta madre…pero aguantá un poco más…”- Gime y jadea ¿existe algo mejor que escucharlo gozar? Lo dudo, su mano baja de mi vientre hasta mi clítoris y por más que me haya pedido que no me venga, no tengo control sobre mí siento cómo las descargas de placer se agrandan cada vez más y por fin siento mi orgasmo.
-“¡Ay Tomás por favoor…!”-Gimo su nombre en un hilo de voz agudo, mi espalda se arquea a más no poder y acabo por fin. Sale de mí porque sabe que no puedo aguantar mucho más, pero sé que todavía falta él.
Me doy vuelta y me pongo de rodillas frente a él, tomo su miembro en mis manos, lo masturbo con fuerza y rapidez al mismo tiempo que lo chupo. Mi lengua pasa por toda su longitud y sus testículos, ya cuando pasan unos minutos lo siento tensarse.
-“Chupala toda…asíí…voy a acabar Juli…”- Se sostiene con fuerza de mi cabeza y poco después tengo su líquido corriendo en mi boca, lo trago sin dudarlo.
*****
-“No me voy a cansar de decirte como me gusta darte de espaldas…”-Confiesa pero en parte parece que hablara consigo mismo.
-“A mí también me gusta jajaja… ¿te digo algo? Es la primera vez que lo hago en un lugar público…”- Me termino de acomodar la ropa, él también, y me mira con cara de sorpresa pero después sonríe, como con ternura y algo de orgullo.
-“¿Y qué te pareció cómo primera experiencia?”- Me abraza por la cintura y yo a él por los hombros.
-“Al principio en la sala me daba cosa, pero después lo que me hacías me hizo sentir más cómoda y me olvidé de todo…la verdad no daba más… ¡me encantó!”- Con Tomás he generado un vínculo para este tipo de confianza, nos contamos todo practicamente, lo que nos gusta, lo que no, nuestros límites y condiciones, el respeto y empatía por el otro nos ha ayudado aún más, no tengo pudor de hablar con él, y eso sólo hace que disfrutemos mucho más, porque ya nos conocemos y sabemos nuestros gustos.
-“Me alegra mucho que te haya gustado, de verdad…”-Tiene una sonrisa imborrable en la cara de satisfacción, no sólo por el encuentro, sino porque le gusta saber que fue la primera vez que alguien me guió y ayudó a disfrutar algo así, lo sé y me parece muy tierno honestamente que lo considere como un logro. –“La próxima vez tenemos que procurar que sea más o menos la misma cantidad de gente por si acaso para que estés cómoda.”-Afirma
-“Mmm… ¿recién acabaste y ya estás pensando en la próxima? ¡Dejala descansar…!”-Le digo haciendo referencia a su amigo.
-“Jajaja dale, vamos a merendar ¿te pinta ir a un Mc?”-Propone saliendo del lugar, pasa su brazo por mi hombro y yo entrelazo nuestras manos ahí.
-“De heechoo…estuve hablando con Sky, cada vez me está convenciendo más y quiero hacerme vegetariana…”-Dije mirando al piso por lo general la gente es reacia a este tipo de cosas. Tomás levanta mi mentón con su mano libre y me planta un beso en los labios.
-“Me parece genial que pienses distinto y hagas las cosas según cómo pensás, no pienses que yo voy a juzgarte”- Y nunca me decepciona, Tomás me entiende, y a diferencia de muchos me apoya sin necesidad de dar un veredicto cuando son decisiones personales.
-“Lo sé…muchas gracias por eso…”-Esta vez lo beso yo sin importar que estemos en la vereda del cine.
-“¡Pero qué parejita tan linda que hacen! ¿Te acordás cuando nosotros éramos así de jóvenes Adolfo?”- Se escucha la voz de una ancianita que nos pasa por al lado caminando enganchada del brazo de quien parece ser su marido, a decir verdad me dio mucha ternura. Pero no pude evitar sentirme incómoda cuando veo que se refiere a nosotros, Tomás obviamente se está rascando la nuca cómo reacción.
-“Estábamos igual de enamorados que ellos ¿te acordás? Gracias a dios seguimos igual.”- Dice su marido sonriendo palmeando su mano.
Ninguno de los dos dice nada porque no nos dieron tiempo de responder que ya se fueron caminando, y porque en realidad no sabíamos que decir.
-“Ehmm…bueno yo…”-Intento formular algo pero estoy nerviosa.
-“Vos me estabas contando que querías ser vegetariana, vamos, seguro encontramos un lugar vegano o algo así por acá…”-Tomás sonríe tranquilo, quiere cambiar de tema lo cual estoy agradecida.
Para evitar ponerme más nerviosa no le doy importancia a lo que acaba de pasar. Caminamos un rato y encontramos efectivamente un lugar vegano en el centro para comer, nos sentamos uno al lado del otro en un cubículo contra una ventana que da a la calle. Pedimos café con facturas veganas para merendar.
Tomás vuelve a pasar su brazo por mi hombro y yo descanso mi cabeza en el suyo mientras me pregunto confundida ¿dé dónde habrá sacado esa parejita de ancianos que nosotros estamos enamorados y en pareja? Si sólo somos amigos ¿No?
______________________________________________________________________________
Recomendación
Le quiero agradecer mucho a la autora que voy a recomendar hoy, porque fue de las primeras lectoras de esta novela, y siempre me da su apoyo. ¡Así que un abrazo muy fuerte para ella!
Primero que nada aclaro que a pesar de recién haber empezado me parece que por los siguientes motivos merece recibir más apoyo.
Su primer novela es Croazzu y se llama "Rota", todavía consta de 4 capítulos, pero déjenme decirles que la trama ya es de por sí es muy atrapante: Julieta es una chica que se encuentra en pareja por parte de la cual sufre violencia de género. Por otra parte Tomás a quién ha considerado su mejor amigo durante años empieza a enamorarse de ella. El problema es que a medida que los abusos avanzan y se vuelven más graves ambos saben que deben encontrar una escapatoria antes de que Julieta termine muerta.
La historia está narrada con el debido respeto y esfuerzo que merece tratar una temática tan difícil y triste. Sin mencionar que considero muy valiente de su parte tratar un tema que hoy en día es tan controversial, lo que significa que muchas veces se podría estar exponiendo a que la gente de críticas de manera nada agradables a su trabajo o que incluso hagan juicios de valor con ella.
Es decir es prolija en cuanto a su ortografía, es coherente en cuanto al desarrollo porque los eventos pasan en orden, siguiendo un hilo.
La trama está redactada de manera intrigante e interesante. Y por más que sea un tema serio ella supo utilizar un lenguaje apropiado para no hacerla tedioso como si se tratara de un libro de filosofía, es una lectura que cualquiera puede disfrutar.
Si les interesa leer algo con temas que les haga reflexionar pero al final que los entretenga definitivamente está novela merece que le echen un buen vistazo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro