14. Viaje juntos.
Hi~ como les comenté, este capítulo tiene momentos muy dulces para procesar las cositas e irles digiriendo, sobretodo cuando se trata de los sentimientos de estos dos y para ya ir concretizando qué son. Pero el final del capítulo sí marca un norte de a dónde termina la trama, así que ponganle ojito no más.
Gracias por tanto, espero que les guste.
—¡Auch! ¡No seas tan bruto! —Sin embargo, Eiji impresiona sin ganas de escuchar sus quejidos y se limita a desinfectar sus heridas remojando el algodón y envolviéndolo con las vendas.
—Quédate quieto y déjame ser un buen enfermero.
—¡Un buen enfermero no golpea a sus pacientes!
—¡Pues un buen paciente se porta bien y no hay que golpearlo!
—Estás enojado. —Y Ash sabe que es redundante ratificar, ha aprendido a leer con una extrema precisión el idioma que este terco habita, no obstante, a veces se sigue sintiendo perdido como si caminara a ciegas con las luces apagadas—. ¿No es así, onii-chan? —Así que se tropieza.
—Lo estoy. —Pero está bien, todos tropiezan en la oscuridad—. Te dije que volvería con ayuda.
—Y volviste con ayuda. —Con sus subordinados y Chinatown para ser más precisos—. Por eso, tu molestia conmigo no está justificada, te hice caso. —Pero ese no es el tema.
—¿Acaso era tan difícil confiar en mí? —Eiji deja las vendas sobre la mesita, están sentados en la cama con él acostado puesto que lo toca como si estuviera convaleciente, debería ofenderle que lo trate como si fuera débil, más verlo tan preocupado le parte el corazón y hace que quiera golpear al idiota que provocó esa expresión (aún si es él mismo)—. No me esperaste.
—¡Te esperé! Resistí hasta que llegaste con los refuerzos.
—¡Sí! Y te encontré apenas reconocible por la paliza que te habían dado.
—Debiste ver cómo quedaron los otros. —Trata de hacerlo reír, es en vano—. No te enfades, no es que no confíe en ti, pero debía ganar tiempo contra los hombres de Arthur y Golzine.
—¿Y debías provocarlos para iniciar otra pelea? Te arriesgaste innecesariamente.
—¿Cómo sabes que yo los provoqué?
—Skip me dijo. —Ese niño—. No sabes lo culpable que me siento por no haberte ayudado más.
Le da risa que piense de esa forma, puesto que Eiji nunca entenderá cuánto significa realmente para él. Lo salvó. Esa fue la primera vez que alguien lo ayudó sin pedirle nada a cambio, los que lo alimentaban o le daban un lugar para dormir siempre querían algo a cambio como sexo. Solo tiene una pistola y aprendió a disparar porque era la única manera de sobrevivir, solía envidiarlo por no haber necesitado una la mayor parte de su vida. Envidiarlo y admirarlo en partes iguales.
Pero entonces fue apareciendo algo más, algo que se intensificaba cada vez que se encontraba con sus ojos repletos de amabilidad y bondad desmesurada, algo que dolió al ordenarle dormir en la misma cama esperando que se propasara, pero eso nunca pasó, algo que escoció al oírlo reír ya que le tenía miedo a las calabazas, algo que lo hace feliz, lo desespera, lo asusta, resulta impredecible y contradictorio, algo que tiene una franqueza infantil arrebatadora pero al mismo tiempo es capaz de volar así. Algo que día a día escarba más en su alma y teme que ya no puede sacarlo, como si Eiji hubiera hecho un jardín y una casa entera en su corazón, así que sí, le da un poco de risa escucharlo decir que no lo ayudó lo "suficiente".
Ni siquiera tienes idea, ¿cierto? No debes tener la menor idea de cuán importante eres para mí.
—Lo siento por haberte desobedecido. —Dice en su lugar, es más fácil que clarificarle lo capaz que es de matar, morir y vivir guiado por esos anhelos—. No debería haber ignorado la sabiduría de mi onii-chan. Tú eres el mayor, tú sabes más, yo no, ¿contento?
—Así está mejor. —Porque aunque Ash es quien sostiene la pistola—. Espero que lo recuerdes.
—Lo haré, me matarás si vuelvo a salir herido.
—¡Y ya lo sabes! —Es Eiji quien lo sostiene a él—. No me gusta ser duro contigo, pero odio esto.
—¿Qué cosa? —Ash finge inocencia y rodea la cintura del japonés con sus brazos, lo hace lento puesto que tuvieron una discusión previa acerca de la cercanía física, más, Eiji se derrite entre sus mimos y todo está bien—. Háblame.
—Odio que no podamos tener una vida normal. —El nipón se arropa aunque parece incómodo.
—Lo sé. —Así que alza las sábanas y le da el espacio para acurrucarse a su lado incluso si está solo en pijama (es decir, bóxer), pero Eiji no protesta ni se queja, al contrario, se hace pequeñito sobre su corazón, el toque lo quema—. Yo también lo odio, me pregunto constantemente cómo serían las cosas si simplemente fuéramos... ya sabes, adolescentes y sé que es tonto, antes ni siquiera me cuestionaba qué estaría haciendo o qué me gustaría hacer.
—¿Y qué cambió?
—Tú. —Sonríe—. Tú me cambiaste y ya no puedo ver las cosas como antes. —Los relumbrantes ojos de Eiji lucen más hermosos que nunca al recibir esas palabras. Inocentes. Cálidos. Libres.
—¿Eso es bueno o malo? —Una caricia suya basta para sanarlo, no le importa que Eiji se apoye sobre los vendajes, su mera presencia es milagrosa—. No creo que sea bueno que te preguntes esas cosas porque son realidades que no podemos tener.
—Tal vez, pero... —Ash lo arrima encima, quedan cara a cara, lo ha acomodado arriba suyo con las piernas entrelazadas y la respiración cortada, desliza sus manos por la cadera del contrario y piensa en lo sexy que es aquella curva, realmente le gusta su cercanía, en otra vida esto es lo que llamarían "pareja"—. Me da esperanza de que algún día podré salir de esto.
—¿Quieres salir de esto? —Es la primera vez que hablan del tema—. Pensé que querías heredar los negocios de Dino Golzine.
—Quiero destruirlo. —No miente—. Quiero matarlo. —No suaviza—. A todos los bastardos que están involucrados ahí, ese ha sido mi motor de vida desde que tengo memoria pero ni una sola vez me imaginé lo que vendría después. —Ríe con tristeza—. Siempre pensé que me suicidaría.
—Ash.
—Una vez consumado lo que le daba cuerda a mi vida, ¿qué sentido tendría? —Divaga dándose cuenta de lo verdaderamente desesperanzado que se sintió—. Incluso si Griffin seguía con vida pensaba dejarlo al cuidado de Max, no quería que él viera en lo que yo... contigo esa visión poco a poco va cambiando y de repente está apareciendo un futuro y otra posibilidad.
—¿En serio? —Su mirada es tan esperanzada que le partiría el corazón decirle que no—. ¿Ash?
—En serio. —Así que se expone, desliza los dedos por su espalda con devoción, acaricia la tela como si se tratara de los pétalos de una flor en pleno apogeo, no puede forzarla, debe esperarla para que se abra, así como el girasol cambiando de dirección o la rosa alzando sus espinas, se debe mostrar receptivo a su naturaleza—. Y tú estás en ese futuro. —Musita—. Si quieres, claro.
—Claro que quiero. —Eiji le sonríe y asesina cualquier inseguridad antes de que brote y asume que esa es la cosa con ese chico. No usa una espada afilada. No tiene garras. Ni espinas—. Me encantaría ser parte de tu futuro hasta donde me lo permitas.
—¿Por qué?
—¿Qué no es obvio? —Eiji ríe—. Porque te amo, Ash. —Y lo acaba de matar con la peor de todas las armas: su corazón desnudo. Él no ataca. Ni se defiende. Él va al campo de batalla descalzo.
—No puedes. —Y él ni siquiera vio cuándo sucedió, no alcanzó a subir la guardia ni a elevar sus muros, más, ¿habría servido? Eiji puede volar—. No puedes amarme.
—Puedo. —Se burla el hijo de puta—. No me dirás qué sentir o no y puedes hacer lo que quieras con esos sentimientos, no espero que los correspondas ni que les des sentido, solo quiero que sepas que alguien te ama y está dispuesto a hacer cualquier cosa por ti. Sin moneda de cambio ni trampa. Sin nada detrás.
—Eiji.
—Te amo sin "peros" ni "porqués". —Es tan injusto—. Simplemente te amo, Aslan. —Tan cruel.
—Maldición. —Ash hunde su rostro contra el hombro del nipón, tiene la cara roja y la siente tan caliente que teme que explotará, su corazón late con ferocidad, su cabeza da vueltas, era obvio lo que pasaba entre ellos, ambos lo sabían en una especie de complicidad, ¿pero decirlo? Esté chico realmente está desquiciado, un día lo asesinará—. No sé qué hacer contigo, Eiji.
—Llévame de viaje.
—¿Eh?
—Cuando todo esto termine. —Eiji entrelaza sus dedos y la caricia es tan dulce que lo craquela un poco más, puede ver pedazo a pedazo desprenderse pero no se había percatado de que era una gruesa capa de suciedad igual que una matrioska que olvidó la original—. Cuando ya hayas destruido la mafia de Dino y hayas logrado todo lo que quieras lograr vámonos de viaje. Solo tú y yo. Nadie más.
—¿A dónde? —Ash sabe que es un escenario imposible, una pura fantasía de dos enamorados.
—No tengo un lugar particular a dónde me gustaría ir, ¿tú tienes?
—Japón, quiero ir a Japón.
—¿Japón? —Impresiona tan confundido como ilusionado—. ¿En serio?
—Claro, tengo curiosidad. —Tararea—. ¿Cómo es Japón?
—Mhm. —Eiji esboza una sonrisa rebosante de añoranza—. Pues hay mucha gente. Y autos.
—¿En serio? —Ash suaviza su voz, queriendo ser parte de eso, deseando por primera vez seguir vivo para poder presenciar el lugar en dónde Eiji nació—. Entonces es igual que aquí.
—Bueno, Tokio sí. —Eiji forja un nido con sus brazos en su pecho, está seguro de que puede oír y sentir cada maldito latido de corazón—. Mi ciudad natal no es así. —Lo trae loco.
—¿Dónde es? —Ash se inclina, quedan a centímetros de distancia, incluso si es Eiji quien yace en una posición más vulnerable a merced en sus brazos, es él quien se profesa expuesto dentro de esos inmensos ojos cafés. Brillantes y bonitos.
—Izumo-shi en la prefectura de Shimane. —El dulzor que desprende su aliento es hipnotizante, sus ojos penden a la gargantilla deseando no sentirse receloso de verla ahí y sin embargo es él quien lo tiene entre sus brazos y es a él a quien le cuenta esas historias—. Izumo es la tierra de los dioses.
—¿Gizmo? —Eiji ríe y él se alegra, porque si Eiji ríe entonces todo está bien, el mundo se podría estar quemando, el cielo podría estarse cayendo y su vida desmoronándose, pero mientras Eiji ría, él estará bien. Todo lo estará. Lo sabe.
—No, eso es de los Gremlins. —Eiji se inclina un poco más encima, queriendo que vea su boca por la pronunciación cuando él la ve por algo muy distinto—. Es I-zu-mo.
—I-zu-mo. —Ash se acerca.
—¡Sí! ¡Sí! Hay 8 millones de dioses en Japón. Incluso hay uno para los baños. Y uno que te hace pobre.
—Espero que no me visite. —Bromea—. Japón, ¿eh? Me gustaría ir algún día.
—Me encantaría llevarte.
Ambos se miran sin decir más porque les duele, claro que Ash amaría dejar todo atrás y renacer en otro país donde su pasado no lo atormente y los monstruos no existan. Pero. Pero. Pero. Ash es consciente de su realidad y es lo suficientemente realista para saber que ahora es un lujo al que no se puede permitir sucumbir. Arthur sabe que Eiji está vivo. Le ha declarado la guerra. Su papá pronto nombrará heredero. Y más encima habrá un matrimonio forzado para el "ganador" o pierde o pierde, así que lo único que puede hacer es hablar con añoranza de su futuro con Eiji comprendiendo que se trata de un sueño inalcanzable o una promesa surreal.
—Arthur sabe que estás vivo. —Le encantaría poder ir a Japón con Eiji, le encantaría poder darle la mano y responderle ese "te amo", pero hacerlo implicaría consecuencias demasiado graves.
—Ese descuido fue mi culpa. —Y en estos escenarios tan inciertos no tiene cómo pagar—. Creo que la solución es obvia, Ash.
—No te entregaré. —Es impermeable. Duro. Imponente—. No resolveremos nada así, Arthur lo único que buscaba era una razón para matarme sin romper la regla de Dino y la encontró, tarde o temprano pasaría así que cualquier locura que estés pensando, detenla.
—Pero. —Ash golpea su frente con suavidad para asegurarse de detener cualquier plan suicida que se le pueda cruzar, no confía en su capacidad para cuidarse a sí mismo—. ¿Qué hago?
—Cumplir con tu promesa y quedarte a mi lado, nada más. —Es firme con sus palabras, hacen promesas que son pecados, rezan sueños en iglesias profanas—. Por favor deja de sentirte con el deber de devolver algo violento para ser valioso, eres valioso por el simple hecho de ser tú al menos para mí, ¿acaso eso no cuenta?
—Es difícil.
—Entonces estoy haciendo un terrible trabajo mimándote. —Bromea para aligerar el ambiente.
—No. No es eso. —Pero Eiji—. Es difícil porque no te he dicho toda la verdad de mí.
—¿Te refieres a la razón por la que Arthur se apegó a ti?
—Sí. —Hay tanto terror en los ojos de Eiji—. Pero no te gustará. —Qué por primera vez hace que sienta miedo. Uno genuino. Visceral. Gutural. Sus ojos se clavan en la gargantilla. Ha tratado de no pensar en eso. Ha estado evitándolo porque quiere que Eiji sea suyo—. Y temo que me trates diferente luego de saberlo.
—¿Tan malo es?
—No es bonito. —Impresiona a punto de romper en llanto—. Y no será fácil de digerir, no lo fue para mí. Tiene que ver con Arthur.
—Eiji.
—¿Te acuerdas de lo que el doctor dijo cuando desperté? Sobre que yo estaba en una situación delicada y acababa de recibir una noticia difícil. Tiene que ver con eso. Parte con Arthur.
—Ya veo. —Pero Ash no quiere saber más de esa relación, le duele imaginarla—. ¿Me lo puedes decir luego? Tengo una reunión muy importante con los chicos y necesito mi mente enfocada.
—Claro. —Eiji impresiona herido por el rechazo—. Te lo diré cuando quieras o estés preparado.
Pero teme que ese día nunca llegue, jamás se sentirá preparado para que Eiji rompa su corazón.
⊱✿⊰
Caín estampa un puñetazo contra la mesa, es esa redonda tallada de un roble de 100 años que Dino tanto le presumió cuándo la compró, ja, ¿qué pensaría si supiera que ahora está usándola para construir su caída? Le daría dos ataques de cabeza de seguro, rumia acerca de su relación padre e hijo y se pregunta si estará condenado a que conceptos como "amor" o "seguridad" se hallen jodidos para siempre, ¿cómo no? A estas alturas solo queda reír frente a los platos rotos.
—¿Te hace gracia la situación? —Caín se escucha a lo menos cabreado, francamente no puede culparlo, debe asumir la responsabilidad del caos—. Arthur tiene prácticamente a todo el resto de Downtown bajo su control, eso hizo mientras tú estabas afuera: fundó un reinado.
—Pensé que ya habíamos superado eso. —Pero no lo hicieron—. Me fui y ya. —No se arrepiente de haber estado en Cape Cod, necesitaba encontrar pistas de su hermano y no pasó, al menos se arriesgó y no vive con el arrepentimiento—. No hay nada que pueda hacer para cambiarlo.
—Lo sé.
—Entonces deja de repetirlo y concentrémonos en la situación actual, ¡Arthur tiene la ventaja!
—¿Y de quién crees que es la culpa?
—Caín. —Advierte—. Te estás propasando de la raya.
—Solo me frustra. —Caín lo resiente y la situación actual no ayuda a limar esas asperezas ante el abandono—. Entiendo que hayas querido salvar a tus chicos, habría hecho lo mismo si me hubieran puesto en tu lugar, pero eso te pone en una posición complicada con Arthur.
—Y a ti también. —Coloca las cartas sobre la mesa—. Eres el daño colateral de esta guerra civil porque obligatoriamente debes apoyar a uno de los bandos e independiente de la decisión que tomé al rescatar a Eiji y a Skip, tarde o temprano debías tomar un rol más activo.
—Arthur tiene más hombres ya que ha sometido a los demás, infundió terror entre las pandillas del bajo mundo e incluso se ganó a las mafias emergentes. —Porque inclusive si Dino pretende que forjen su reinado por su cuenta permite cierto margen de trampa, le gusta joderlo y ya sabe qué hará cualquier cosa con tal de ajustarle la correa—. Estamos en desventaja y una abismal.
—Nosotros también tenemos apoyo externo. —Caín alza una ceja cuestionándole su sanidad.
—¿Dónde? Si solo estamos nosotros dos acá.
—¡Tres! —Sing se alza en la punta de sus pies para hacerse notar—. Somos tres en esta reunión de mafias, ¡he estado acá todo el tiempo! Incluso llegué antes que tú, grosero.
—¿Y el enano quién es?
—El reemplazo de Shorter. —Clarifica antes de que el chiquillo reclame y proteste iniciando un conflicto que no necesitan, Ash no codicia soportar más—. Él tenía asuntos urgentes y por eso no está acá, pero el mocoso es de confianza, representa bien a los chinos.
—¿Y Yut-Lung? Es el otro líder real de Chinatown, me sentiría más cómodo hablando, ya sabes, con otro adulto. Porque nunca accedí a ser la niñera de nadie.
—¿Estás insinuando que mi presencia no es lo suficientemente buena? —Sing se escucha más que cabreado con el comentario, es volátil, aunque personalmente no lo conoce a profundidad desglosa la confianza que su mejor amigo le regala ciegamente para ser su sucesor—. ¿Es eso?
—Tú lo dijiste, no yo.
—¡Te voy a demostrar lo que un mocoso puede hacer!
—¡Suficiente! —Ash golpea la mesa con ambas palmas, las siente resentidas, las mira ponerse rojas—. Vinimos a resolver lo qué haríamos con Arthur, no a acorralarnos aún más ¿entienden?
Sing y Caín asienten sin decir una sola palabra.
Ash se arroja a la silla de la cabecera, se frota el entrecejo con fuerza, hundiendo con tal dureza sus yemas que se pregunta si la fricción le abrirá un agujero en el cráneo y así morirá, sería más fácil que enfrentarlo, rumia, no le preocupa que Arthur quiera desafiarlo ni que Golzine fomente el conflicto para extenderles una cuenta por su benevolencia, el tema es Eiji. Eiji. Eiji. Su amado Eiji. Y Arthur queriendo reclamarlo de vuelta por el mero capricho a quitárselo, siempre ha sido así entre ellos dos, cada vez que Ash valoraba algo su hermano se aseguraba de hacerlo mierda delante de sus ojos por placer a verlo sufrir, así pasó con la primera chica que le gustó y mucho más tarde lo intentaría matando a Shorter y a Max. Por eso se desapegó. Se volvió frío. Solitario.
Como un pequeño y duro lince.
Porque si no quería a nadie no le quitarían a nadie, mierda, fue tan descuidado dejando que Eiji se acercara demasiado. Pero ya está ahí. Está ahí y por más que pretenda alejarlo no puede, es débil y es egoísta, no se siente capaz de vivir sin él, por eso, deja en incógnita las preguntas que tienen respuestas: ¿qué te hicieron en la mansión?, ¿cuál es tu relación con Arthur?, ¿qué hace o significa la gargantilla?, ¿por qué estabas llorando cuando Meredith te revisó la primera vez?
Le da demasiado miedo que esas respuestas terminen por arrebatárselo, por eso, se cubre con una venda y vive en la ignorancia aceptando que es cosa de tiempo para que la cuenta regresiva llegue a su final y la bomba estalle. Nada es para siempre. Mucho menos acá.
—¿Qué vamos a hacer, Ash? —Ambos líderes ponen su vida en su voluntad y juicio, la carga es pesada.
—Tengo un plan. —No puede fallarles—. Saben que Dino organizará una gala para declarar con más formalidad a su siguiente heredero oficial, ¿no es así?
—Sí.
—Pues aprovecharemos esa oportunidad. —Caín y Sing lo miran sin entender a qué se refiere, le dan el pie para clarificar—. Vamos a mantenerlo a raya estos días, lo más probable es que se mantenga con provocaciones infantiles mandando hombres para transgredir nuestros terrenos e intentando que actuemos del impulso, no lo haremos y en la gala de sucesión llevaré a Eiji de mi brazo, él será mi bandera de guerra, la declaración oficial, para Golzine son importantes las cosas de estrategia y honor. Las respetaremos.
—Ya veo. —Caín intenta procesarlo—. Él espera que tú actúes primero y metas la pata para así quedar mal frente a Dino, ¿no es así? —Ash asiente, es eso exactamente lo que espera—. Pero si llevas a ese chico ¿no será cómo darle la razón? Después de todo, tú se lo quitaste.
—Discrepo en eso si él lo desechó. —Dice por capricho—. Pero de todas maneras, lo que Dino más valorará será la honradez del acto, por lo mismo, es probable que cambie de parecer en la gala y eso nos dé más tiempo. Ahí, una vez la declaración de guerra quede hecha y clara, vamos a atacar a Arthur y a todo el que lo siga.
—Será una masacre.
—No, será una cacería. Limpia. Brutal. Rápida. —Y una vez resuelto, se concentrará en la droga.
—¿Si a Golzine le gustan los juegos no es probable con que tome esto como una provocación?
—¿A qué te refieres? —A Ash le sorprende el razonamiento del niño—. Explícate.
—Si se declaran la guerra en un evento tan importante me resulta posible que Golzine les arroje más leña el fuego diciendo que el ganador será el heredero o algo así. —Procesa los escenarios en su mente y le resultan verosímiles, es decir, su amado padre una vez los tiró juntos a prisión con la esperanza de que se mataran los unos a los otros como perros de pelea e incluso lo hizo antes en el reformatorio infantil, siempre los pone el uno contra el otro ¿no?—. ¿Qué crees?
—Es un punto válido. —Se pregunta qué habría pasado si ambos se unieran en contra del viejo, no obstante, Arthur es orgulloso y preferiría rebanarse todos los dedos antes que aliarse y luego de todo lo que le hizo a Eiji, él tampoco se cree capaz de perdonarlo—. Lo tomaré en cuenta al momento de afinar el plan, por mientras protejamos lo que es nuestro y no caigamos ante esas provocaciones infantiles que nos estará ofreciendo estas semanas.
—Vale. —Caín se calma, parece más junto luego de racionalizar y encontrar soluciones a todos esos laberintos sin salidas—. Puedo aceptar eso.
—Gracias.
—Por mientras, lo aceptaré por mientras. —Le advierte—. Aún queda mucho que perfeccionar.
—¿Puedo preguntar algo? —Sing alza la palma como si estuviera en un salón de clases, le saca una sonrisa, a veces le da pena que alguien tan joven se encuentre metido en esta mierda, pero luego recuerda que él estuvo incluso de más pequeño y prefiere dejar de pensar—. ¿Por qué no he conocido a Eiji todavía?
—Porque ni siquiera te habíamos visto debajo de la mesa. —Caín le toma el pelo—. Y de hecho, no te habíamos escuchado hasta que saltaste, eres tan pequeño que pasas desapercibido.
—Serás un... —Bufa enfurruñado—. Pero hablo en serio, todos hablan de ese tal Eiji y me entró curiosidad, debe ser alguien muy especial para haber domado a alguien como Yut-Lung.
—¿Cómo así? —A Ash ya no le gustó tanto el comentario—. ¿Domado a Yut-Lung? Vaya broma.
—¿No sabes? Ha ido bastante a la mansión Lee, Wu me contó. —Más tarde tendrá que hablarle seriamente sobre el nulo respeto que muestra frente a sus esfuerzos para mantenerlo con vida, pero ahora disimulará para salvar su dignidad—. Son buenos amigos.
—Claro que sabía. —Miente olímpicamente—. Pero no me gusta hablar acerca de la serpiente.
No es del todo mentira.
Le costó digerir a Yut-Lung, incluso si fueron criados en circunstancias símiles en donde ambos se vieron aprisionados por sistemas de abuso y violencia tienen conceptos contrarios sobre lo que implica la libertad. Creó asperezas. Más cuando usaron sus diferencias para subestimar a Yut-Lung. Uno metódico. El otro impulsivo. Uno manipulador. El otro rebelde. Uno destinado al éxito. El otro a la sumisión. Cuando Dino propuso un matrimonio fue el colmo para Lee porque eso transmitía que la única manera en que estaría en la cima sería como un accesorio, gracias a Dios la propuesta desistió, más, finalmente se comprometió con Shorter y se hizo verdad esa profecía.
Mierda, siendo honesto todavía no tiene idea de qué pasa por la cabeza de ese tipejo, Ash ansía más que nada escapar, pero no puede y por eso pretende luchar aunque eso lo mate. Yut-Lung no es así. Él quiere quemarlo todo desde adentro. Y quemarse a sí mismo. Es autodestructivo. Rencoroso. Y por eso mismo no quiso preguntarle por lo que descubrió en la feria, vendría con un precio ¿estaría dispuesto a pagarlo?
—¿Qué tanto confías en Yut-Lung? —Entonces aprovecha la presencia de Sing para encararlo.
—No llevo viviendo con él mucho tiempo y casi no lo veo porque mi deber es servirle a Shorter, como sabes, él prácticamente no pisa ese lugar incluso si están comprometidos, es algo triste.
—¿Ha estado actuando raro?
—Lucía deprimido. —Sing musita en voz alta—. Y también... despechado, no me dio muy buena espina siendo honesto.
—¡Ash!
Shorter entra desesperado abriendo ambas puertas, su pecho sube y baja, tiene la camisa rota y embarrada de sangre, más, no impresionan ser sus heridas, su torso está empapado de sudor y sus lentes yacen quebrados en su cabeza, nunca lo ha visto tan alterado, el terror palpita igual que un derrumbe en medio de sus pupilas y Ash tiene que pararse para calmarlo, Shorter no se ve racional y balbucea incoherencias acerca de Yut-Lung ¿qué diablos le hizo para ponerlo así?
—¡Se lo llevaron! —Es lo único capaz de repetir una y otra vez—. Ellos lo tienen... ¡Dino lo tiene!
¿Seguimos con Yut-Lung altiro? Sep, porque habrán muchas revelaciones importantes a raíz de esta infiltración, secuestro más que nada, pero hey, nadie es perfecto, lo intentó (yo, tratando de justificar a mi favorito, perdón). Se les quiere mucho chiquillos, gracias por estar acá siempre, han sido un refugio muy lindo estos días.
Nos vemos mañanita~
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro