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Ambas chicas salieron del lugar con un par de niñas repletas de felicidad por estar juntas y no haber sido separadas.
Eunbi e Hitomi las despidieron en cuanto salieron, Minju y Yujin se adelantaron parloteando sobre lo felices que estaban mientras que Chaewon hacía lo posible por no reír de ternura al ver que Yuri no podía bajar los escalones rápidamente ni aunque estuviera sosteniéndose de los dedos de su mami Chaewon.
Minju quitó la alarma del auto y se adelantó para abrir la puerta de atrás, y en cuanto voltea para pedirle a Yujin que entrara ésta estaba con su mejor expresión de asombro.
—¿Tienen un auto? ¡Asombroso!.—exclamó, corriendo lo poco que quedaba hasta tocar suavemente la puerta del mismo.—Es muy lindo, me gusta.—murmura, Minju ríe y toma la mochila con algo de ropa de ambas niñas para llevarlo al maletero, mientras Yujin subía al auto, sonriendo feliz cuando Chaewon ayuda a Yuri a montarla dentro quitando la pequeña mochila con solamente el peluche dentro de la menor, al instante Yujin la invitó a sentarse a su lado pero Yuri terminó sobre sus piernas, encantada con la idea de poder ver por la ventana.
Chaewon caminó hacia donde su novia se encontraba, dedicándole una sonrisita mientras coloca la pequeña mochila dentro, cerrando el capón.
—¿Lista?.—preguntó, la pelirosa la observa y ríe, asintiendo para acercarse y besar sus labios muy cortamente.
—Más de lo que tú lo estás.—menciona, cada una se fue por su lado, Chaewon cerrando con seguro la puerta que estuvo abierta de atrás y montándose en el asiento de copiloto mientras que Minju primero juega unos segundos con Yujin y Yuri en la ventana hasta hacerlas reír, montándose ella en el asiento de piloto y encendiendo el auto.
—¿Y a dónde vamos a ir?.—preguntó Yujin, peinando con sus dedos el lacio y negro cabello de su ahora y realmente, hermanita menor.
—¿Les gusta el helado? Podemos ir a una heladería antes de llegar a casa.—propuso Chaewon poniéndose el cinturón de seguridad, Minju la observa.—¿Qué? Oye, no eres la única muy feliz aquí, celebremos con helado.—sonríe, la menor asiente y arranca para poner el auto en marcha.
Durante el trayecto habían muchos ratos en donde ambas niñas se sorprendían por casi todo lo que veían por la ventana, les daba ternura a ambas mayores sin dudas, Chaewon aprovechó y sacó una foto de las pequeñas Yujin y Yuri viendo por la ventana ansiosas, creando una nueva carpeta en su galería con el título de "nuestras bebés"
Después de un buen rato paseando llegaron a la heladería favorita de ambas chicas, un local grande y muy habitado por muchas personas, Minju apagó el auto riéndose cuando tanto Yujin como Yuri bufaron tristes porque les estaba gustando el paseo.
—No, nada de eso, deberían estar felices porque comeremos helado, ¿quién quiere helado?.—Chaewon abrió la puerta de atrás recibiendo a Yuri saltándole encima con emoción.
—¡Yo, yo, yo!.—exclamó muchas veces, Yujin salió del auto y también se sumó a su menor exclamándolo otras veces más mientras saltaba de un lado al otro, la pareja ríe encantadas de ver a ambas niñas emocionadas, Minju sostuvo la mano de Chaewon mientras cargaba a la pequeña Yuri que no se despegaba de ella, y con su mano libre sostenía la de Yujin quien comenzaba a tenerle más confianza rápidamente.
Entraron al lugar y las dos pequeñas no paraban de soltar soniditos por la sorpresa, Yuri miraba a todos lados con curiosidad y los colores llamativos de todo el lugar mientras que Yujin no dejaba de parlotear sobre lo lindo que era el lugar, riéndose y corriendo alegremente a unos pocos pasos de sus ahora madres.
—Bien, ¿qué sabores quieren mis bebés?.—Chaewon estaba tan emocionada incluso por comprarle helado a las dos pequeñas, acercándolas al mostrador de sabores, dejando aus Yuri pegara su rostro al mostrador impresionada, Yujin ríe al verla y la imita.
—¡Yo los quiero todos!.—suelta sin más Yujin y Minju ríe tapando su boca con su mano.
—Yujin, no puedes obtenerlos todos, pero puedes pedir dos o tres de ellos, elige los que quieras y prometo que podrás probarlos todos cuando quieras venir de nuevo.—revuelve sus cabellitos y la niña sonríe alegre de oír eso, asintiendo y eligiendo sólo tres de ellos que Minju luego hizo el pedido, Chaewon le mostraba los sabores y la pequeña Yuri seguía apuntando al sabor de galletas oreos, pues alguna vez alguien llegó a darle y le gustaron mucho.
—Creo que quieres ese sabor, ¿verdad bebé?.—Chaewon pellizca la mejilla de su pequeña, Yuri ríe y pone sus pequeñas manos en las mejillas de su mami Chaewon, Minju y Yujin miran la escena felices y la mayor no pierde el tiempo de tomarle una foto.
Al final estaban las cuatro comiendo helados sentadas en una mesa, Yujin llevaba dos helados mientras que Yuri comía torpemente el suyo desde hace minutos, manchándose casi todo el rostro que Chaewon o Yujin le limpiaban con servilletas.
—¡Me gusta mucho el helado!.—exclamó Yujin en medio de su segundo helado con dos sabores diferentes, Yuri sonríe al verla alegre y decide imitarla, alzando sus brazos salpicando algo del helado sobre ella.
—¡Helado me gudta mucho!.—repitió, ambas mayores querían llorar de la ternura por eso pero todo acabó cuando en un mal movimiento Yuri volteó el vaso de su helado y cayó sobre la mesa, todas quedaron calladas y observando sus expresiones pues la niña se quedó un momento viendo su helado en la mesa y luego alzó su vista con su puchero tembloroso, Yujin hizo un mohín al ver que lloraría.
En cuestión de segundos Yuri estaba llorando, cosa que alarmó mucho a ambas mayores pues ellas habían olvidado ese gran detalle, cuando los niños lloraban por cualquier cosa que los afectara.
—¡m-mi h-helado!.—la niña rompió en llanto, mejor dicho, más que cómo comenzó.
—Oh dios, ¿qué hacemos ahora?.—Minju se altera rápidamente y Yujin niega con su cabeza estirando su mano hasta tomarla.
—He aprendido todo este tiempo que debes intentar tomar las cosas con calma... al menos cuando Yuri llora, suele llorar por muchas cosas así sean algo insignificantes, es fácil hacer que deje de llorar, pues con que la abraces y mimes basta.—lo que Yujin menciona la deja perpleja pero le cree, pues Yujin conoce más a Yuri que ambas.
Chaewon rápidamente intenta hacer lo que Yujin dijo, estira sus brazos hacia la niña y su corazón se acelera cuando por primera vez su pequeña Yuri está llorando en su pecho, la abraza y besa su cabeza suavemente, acomodándola sobre su pecho, meciéndola un poco.
—No llores Yuri bebé, podemos comprarte otro más.—intentó hacer que la niña se calmara pero parecía que le faltaba más por convencerla, Yuri dejó de hacer ruido al llorar pero todavía hipaba y sus lágrimas seguían fluyendo, Chaewon quería llorar también al verla así, sólo logró atraerla más y acariciar sus cabellitos.—Ya no llores, mira, ¿Quieres de mi helado? Puedo compartirlo contigo.—dicho eso la pequeña Yuri miró a su mami a punto de aceptarlo.
—¡Yo también! Puedes comer del mío Jjoyul.—pero Yuri sin dudas asintió cuando escuchó a Yujin, bajándose de encima de la mayor para irse con Yujin, sentándose sobre sus rodillas mientras abría su boca para que Yujin le diera helado que la niña no perdió tiempo en darle y ambas mayores de nuevo sonríen cuando ven lo muy unidas que son.
Las dos se levantan para pagar los helados que habían comido y pedir servilletas para limpiar la mesa.
—Amor, Yujin dijo que Yuri suele llorar mucho.—Minju abulta sus labios cuando le menciona sobre eso a su pareja, Chaewon ríe y acaricia su mejilla.—Me dio pánico verla llorar, no soy buena para esto.
—Tranquila bebé, no te pongas a pensar negativamente ¿sí? Aprenderemos juntas con cada una de las ocurrencias que no vengan más adelante con esas dos, preciosas niñas que no dejan de provocarme un enorme sentimiento.—suspira, porque al principio creyó que sería una locura pero ahora sin dudas sabía que era unas de las mejores bendiciones de su vida, incluyendo a su novia.
Cuando ambas volvieron a la mesa se encontraron con que ambas niñas parecían estar dormidas, pues Yuri reposaba su mejilla en la mesa con sus bracitos estirados sobre la misma mientras que Yujin se apoyaba de su espalda, Chaewon y Minju rieron, limpiaron la mesa y llevaron a la basura los vasos y servilletas, Minju tomó a Yuri quien simplemente se acurrucó más y Chaewon hizo lo mismo con Yujin, tal vez ambas estaban agotadas por lo que deciden volver al auto, acomodando a Yujin en los asientos de atrás procurando que no se cayera y Chaewon lleva en su regazo a la niña dormida mientras Minju manera a casa y tras unos minutos estaban en el garaje, Minju saca las mochilas de las niñas entregándoselas a Chaewon y despierta a Yujin con cuidado, Yuri estaba aún en brazos de Chaewon y a diferencia de Yujin no quería despertarse, por lo que continuó acurrucándose con su mami Chaewon.
Minju ríe cuando Yujin despierta y abre sus ojos en grandes al saber que ya están en casa, sonríe y desaparece todo rastro de cansancio saltando fuera del auto.
—¡Una casa!.—exclama saltando muchas veces, Chaewon ya había pasado la puerta que da al garage desde la cocina para llevar a Yuri a la habitación que días antes habían preparado, había sólo una cama por ahora por lo que tenía planeado el día de mañana comprar otra de inmediatamente, deja a Yuri sobre la cama y saca de la mochila el peluche que pensaba dormía con él y efectivamente Yuri lo abrazó y se aferró, la pelinaranja sonríe enternecida y la tapa con unas mantas encendiendo el aire acondicionado, dejando la luz encendida y cerrando la puerta bajando cuando escucha la emoción de Yujin.
—¡Es una gigante casota! ¿De verdad viviremos aquí con ustedes?.—pregunta bastante impresionada mientras Minju ríe y la sigue a donde la menor recorría.—¡Es hermosa! Me encanta, me encanta.—no dejaba de saltar de un lado al otro.
—Hay una televisión allí, ¿Quieres que veamos una película?.—Minju propone, dejando que Chaewon la abrazara por su espalda y besara su mejilla, Yujin las observó con un lindo brillito en sus ojos, le gustaba mucho admirar a las mujeres que hicieron su sueño posible y sin alejarla de su dulce pequeña Yuri.
—¡Claro! Pero tengo una duda.—ríe, rascando su cabeza.—¿qué es una película?.
Chaewon y Minju quedaron en silencio y luego la pelinaranja suelta una risita.
—Vaya, tenemos mucho que mostrarles a Yujin y Yuri a partir de mañana.
No cabía duda para ellas dos, estaban decididas a intentar ser las mejores y buenas en esto, cueste lo que cueste.
Iban a hacerlas las niñas más felices en el planeta.
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