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Chaewon despertó de manera increíble, su novia—que parecía realmente feliz el día de hoy—le despertó con muchos besitos y cariñitos, palabras dulces y abrazos.
Y ella sabía porque lo había hecho, aunque eso no significaba que ella no hiciera eso otras veces, pero hoy lo había hecho más animada que antes porque Chaewon le prometió que hoy pensaría sobre si debían o no adoptar.

Luego de unos ricos pancakes que su novia hizo con más esfuerzo que nunca y un delicioso chocolate de taza, ambas se encontraban lavando los trastes.

—Amor, hoy iré de nuevo con Kriesha y mamá.—menciona, no muy a gusto con sus propias palabras mencionadas.

—¿Qué? ¿Por qué te verás de nuevo con esa prima presumida tuya?.—Chaewon pregunta frunciendo su ceño, Minju asiente inflando sus mejillas.

—Mamá dijo que debíamos disculparnos por lo qué pasó ayer, y bien, no me negaré a mi mamá.—dice, encogiéndose de hombros, ella sabe que su mamá siempre las termina uniendo para que se disculpen, aunque a unos días después ya estarían discutiendo otra vez.

—Oh, eso es una buena idea, tú mamá tiene razón, deberían disculparse.—asiente, poniendo los platos a secar.

—Pero es que, ¡ella es quien debería de disculparse primero!.—exclama, y ante eso, Chaewon sabía que era cierto, Kriesha había sido la que traspasó la línea, se había excedido.

—Está bien, deja que ella se disculpe primero entonces.—asiente, secando sus manos con un pañuelo.

—Sí, no pediré disculpas hasta ella lo haga primero.—asiente también, agarrando la mano de su novia.—No me vayas a extrañar mucho, volveré al rededor de las cinco, mamá planeó un día casi entero.—sonríe leve, la pelinaranja asiente y besa cortamente los labios ajenos.

—Está bien, pero igual voy a extrañarte.—menciona después del beso, Minju sonríe y pasa sus brazos por el cuello de su pareja, volviendo a besarla esta vez ella.

—Y yo a ti amor.—le sonríe, poniendo sus manos en los hombros ajenos.—Pero se me hará más tarde, así que prefiero irme ahora.—asiente.

—Uhm, está bien.—hace un pequeño mohín pero la deja ir, sabe que es mejor que las cosas entre Kriesha y ella se arreglen cuanto antes.—Te amo, Minju-ssi~

La pelirosa la mira con una sonrisa, caminando hacia la barra para agarrar su teléfono y las llaves del auto.—Yo te amo también, Chaewonie.—dice para desaparecer de la cocina, la adversa hace un mohín, ¿qué se supone que haría sin su preciada novia en casa? Iba a morirse del aburrimiento.

Salió de la cocina y subió a la habitación, quitó su ropa, para envolver su cuerpo en una toalla y entrar al baño, duro allí unos quince o veinte minutos para después salir, de vistió y se tiró en la cama con su teléfono. Ah, ¡que aburrido era todo! ¿Cómo iba a lidiar toda la tarde sola? Ahora comprendía porque su novia prefería aveces acompañarla que quedarse sola, si estar sólo era aburrimiento total.

Siguió revisando algunas cosas en su teléfono hasta que se acordó de algo, específicamente personas y sonríe.

—Oh sí, ahora no voy a aburrirme tanto.—sonríe satisfecha.

Luego de media hora, Lee Chaeyeon, Lee Sakura y la pequeña Nako llegaron, Chaewon abre la puerta y las recibe con cariño y felicidad de tenerlas en casa, ambas chicas van de la mano con su pequeñina hija de apenas dos años.

—¡Hola! Adelante, gracias al cielo vienen aquí porque me estaba muriendo de lo aburrida que ando.—menciona, dejándolas pasar, saludando con su mano a la pequeña niña.

—¿No está Minju en casa? Porque sólo así estarías aburrida.—Chaeyeon dice, riéndose para dirigirse al sillón y sentarse, Sakura la imita y se sienta con Nako en sus piernas.

—Exactamente y pensé en ustedes.—asiente, tomando asiento en un sillón particular.—¿Qué tal están? ¿Todo bien con ustedes y esa criaturita linda?.—cuestiona.

—Todo excelente Kim, Nako es una niña muy linda y buena, aunque cuando se enoja no es muy bonito.—Chaeyeon ríe, recordando los primeros días con la niña que adoptaron, ella se enojaba si no le daban el biberón a su hora exacta y hacía enormes berrinches.

—Pero hemos estado enseñándole a no hacer esos berrinches tan ruidosos, pero incluso nos hace alguno cuando le decimos que está mal.—Sakura ríe al finalizar de decir sus palabras, sentando a niña en su rodilla para moverla, mientras la menor reía y disfrutaba del caballito.

Chaewon mira a la niña reír, juntar sus propias palmas de sus manos y aplaudir, observa las expresiones amorosas, tiernas y felices de Chaeyeon y Sakura. Chaewon aprieta sus labios, escindiéndolos pensando en algo.

—¿Todo bien, Kim?—Chaeyeon le pregunta, la pelinaranja asiente rápidamente pero le da una mirada atenta a ambas chicas.

—¿Es muy difícil ser madres?.—preguntó, no sabía porqué lo hizo en sí pero lo hizo.

—Bueno, depende de cómo tú lo veas, aunque sí tiene dificultad en varios aspectos pero no los verás desde un principio, a medida de que las cosas sigan dando y dando, depende de eso, entenderás si es difícil o no.—Sakura le responde, bajando a la insistente niña que quería bajar a la alfombra.

—Oh, ya veo.—asiente, mirando sus propias manos jugar entre sus dedos, ambas chicas comparte miradas para después clavarlas en Chaewon, esta resopla con sus labios.—¿Adoptar fue difícil para ustedes como una pareja homosexual?.—pregunta algo más, ahora abraza sus piernas sobre el sillón.

—Bueno, sí. Fue difícil encontrar un lugar en el que nos aceptaran por como somos, en algunos orfanatos no nos dieron el permiso pero en este, nos recibieron con las puertas Bien abiertas y mucha felicidad, fue el día más feliz de mi vida, enserio.—Chaeyeon expresa con una sonrisita en sus labios, recordando todo al ver a su pequeña niña.

—El mío también, tuve una gran corazonada al ver a Nako, así que jugué un par de minutos con sus manos o haciéndola reír, hasta que alzó sus manitas hacia mí y casi lloré de ternura.—Sakura también recuerda, muy feliz de oír por primera vez esa risita de la pequeña que ahora era su hija.

De acuerdo Chaewon, míralas, si ellas pueden ser felices con una bebita,, ¿por qué Minju y tú no? También podemos, ella lo quiere... ¿Yo quiero lo mismo que ella?...

Es decir, seguramente Minju estaría más feliz de lo casual, tendrían a una pequeña o un pequeñín corriendo por la casa, tener que recoger sus jugetitos, bañarlo, mimarlo...

—Yo también quiero.—dijo, en voz alta que hizo captar la atención de Sakura tanto Chaeyeon, la japonesa frunce sus cejas y así la observa.

—¿Qué? ¿Qué dices?.—pregunta, mirándola, jugando con las manos de su hija. Chaewon no dice nada, rápidamente desbloquea la pantalla de su teléfono para buscar a su novia, marca a este y se levanta del sillón.

—Oye, ¿qué está pasando?—Chaeyeon pregunta ahora, pero no se veía preocupada, Chaewon las mira tras aún no ser respondida por su pareja.

—Quiero decirle a Minju que tengamos un hijo, quiero ser madre, ella quiere, queremos.—asiente con una sonrisa pero se desvanece al no ser contestada, aleja el teléfono de su oreja para volver a marcar.

—¿Qué? ¿Enserio? ¡Eso es genial!—Chaeyeon sonrió al instante, pero Sakura arrugó su nariz.

—No deberías de decírselo por una llamada, es mejor que se lo digas en persona y ver su reacción, ¿no?.—menciona, Chaewon lo vacila por unos segundos y cae en cuenta que es cierto pero, justo había sido contestada.

—Hola amooor~—Minju saluda a su pareja desde la otra línea, bastante animada para lo que esperaba.

—Hola, cariño, ¿todo bien allá?.—pregunta, mirando a Sakura y Chaeyeon ya que no sabía qué decirle entonces.

—Sí, todo súper genial, mamá organizó un almuerzo muy rico y por primera vez Kriesha y yo nos hemos reído juntas, sin críticas hacia la otra, ósea, ¡que increíble!.—se oía realmente muy feliz, a Chaewon le alegró saber que las cosas se habían arreglado.

—Me alegra mucho, amor. ¿Sabes? Quería decirte algo pero, está bien, mejor puedo decírtelo cuando regreses, no hay problema.—se encogió de hombros aunque no pudiera verla, aún así oye un pequeño y corto jadeo de su novia.

—¿Qué cosa?~ vamos Chae, dime, dime.—Dijo, empezando a oírse insistente.—Quiero sabeeer~

—Oh, pero enserio Minju-ssi, cuando vuelvas a casa te lo diré, es mejor así que por teléfono.—mencionó, lo que escuchó en los siguientes diez segundos fue silencio total.—Uhm, ¿amor?.—cuestionó.

—Kim Chaewon, tienes que decime ahora, quiero saber, quiero saber.—podía haberle oído hacer un pequeño berrinche, Chaewon resopla con sus labios, ¿qué se supone que haría ahora?.—¡Chaewooon!~—volvió hacerlo, Chaewon no sabía exactamente qué hacer.

—Es que, yo—.

—Dime, dime, quiero saber, dime, hazlo.—chilló desde la otra línea, Chaewon miró con auxilio a ambas chicas.—Wonnieeee~

Había sido suficiente, no podía aguantarse a las insistencias de su novia.

—¡Está bien! Cálmate.—dijo, exigiendo que dejara de hacer berrinches, la chica se calmó.

—Está bien~..—Chaewon tomó aire, quería decírselo pero no quería hacerlo de esta manera.

—De acuerdo, yo... Bien, ¿recuerdas que me darías tiempo para pensar sobre la propuesta de adoptar un niño o niña?—cuestiona, queriendo oírse tranquila, no oye la respuesta de la chica pero sabe que ella se había emocionado, por lo que decidió continuar.—Bueno, estuve pensándolo y, está bien, acepto, adoptemos y seamos madres, las mejores.

Pero seguía sin oír su respuesta, por un momento creyó que se había desmayado o algo así, hasta que su novia dijo algo que le hizo sonreír.

—No te muevas, iré para allá. Voy a comerte a besos Kim Chaewon, me has hecho la chica más feliz del mundo, ¡te amo!.

—¿Qué? Oye, no, estás con tu madr-..—la llamada había sido finalizada por su novia, Chaewon abrió sus ojos en demasía y miró a las otras dos chicas.—Oh oh, viene para acá.

—Oh dios, eso significa que huracán Minju amorosa viene.—Sakura dice, Chaewon suelta una risita.

—Eso creo.—responde, tirándose al sillón de vuelta, suspirando.—Chicas, ahora estoy asimilando que acepté adoptar.

—Y felicidades por eso, están dando un gran paso en sus vidas.—Chaeyeon sonríe con motivación, la pelinaranja la observa, sonriendo suave.

Su vida iba a cambiar drásticamente ahora, ya no sería una relación normal como otras, ya no serían ellas dos, más responsabilidades, más gastos, un poco más de todo.

Y le encantaba la idea, claro, si era con su novia todo le encantaba.
Entonces quizás, la idea de adoptar ya no parecía tan mal para ella.