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—Cariño, ¿ahora me vas a decir por qué lloraste antes?.
Claro que lo sabía, bastaron unas cuantas miradas con su suegra para saber que algo malo había pasado, sin embargo al llegar al baño y abrazarle, preguntarle qué sucedía ella no respondió, sólo lloró.
Ahora Chaewon cree que en casa, un lugar en donde sólo estaban ellas y era sumamente privado, podría saber la razón por la que su novia había estado llorando.
—No fue nada, estoy mejor ahora...—Minju, quien había estado envuelta en sábanas y mantas después de regresar del restaurante, darse un baño y vestirse, soló dijo esas palabras, sin convencer a la mayor.
—Vamos, dime porqué estabas llorando.
Y es que ella quería decírselo, pero tenía algo de vergüenza, pues después de tanto drama no sabía si su llanto había sido algún berrinche o algo serio, aunque le afectó bastante.
Chaewon observa que su novia enrollada en las mantas miraba la sábana de color celeste pastel de manera pensativa, da un suspiro y se acerca a la pelirosa para acariarle la mejilla y luego alzar su mirada.
—¿Acaso tienes vergüenza de decírmelo?.—pregunta, la menor infla sus mejillas sabiendo que ella ya se había dado cuenta, por lo que rindiéndose asiente con su cabeza.—Oh, pero no deberías.P
—Es algo ridículo.—musita ella.
—No creo que sea ridículo, te he visto llorar por películas en las que perros mueren y lloras por minutos, pero esta vez llorabas a mares que creí que ibas a tardar más así.—menciona, atrae el cuerpo de su novia con ella, primero sacándole todas las mantas para reemplazarlas por sus propios brazos.
—Uhm, bien.—asiente, aferrándose a su novia, apoyando su cabeza en el hombro de ella.—Kriesha y yo discutíamos.
—Ahg, esa chica, ¿ahora qué hizo?.—suelta con enfado.
—Su hijo, Chan, jugaba con sus juguetes sobre la mesa, pero no lo hacía de manera suave, los golpes de sus juguetes resonaban en la mesa y sólo le pedí que dejara de hacerlo como tres veces en las que ella jamás intervino.—dijo, frunciendo su ceño al recordar lo molesta que se sentía.
—Bueno, ¿y qué fue lo que hizo para hacerte llorar?.—pregunta, agarrando el control remoto del televisor para bajar el volumen, recuesta su espalda en las almohadas y deja que la pelirosa se recueste sobre su pecho.
—Dijo que no debía opinar, porque son cosas de madres y no lo entendería.—murmura, finalizando con un puchero en sus labios, Chaewon ondoluba entre sus dedos el cabello de la menor, oyéndola.
—Minju, ¿y porque te dijo eso lloraste?.—pregunta suavemente, la menor se acurruca más en ella.
—No solamente por eso.—niega con su cabeza cerrando sus ojos por la comodidad que sentía en ese momento recostada sobre su novia.
—¿Entonces?.—pregunta, jugando todavía con los cabellos de la menor, Minju infla sus mejillas.
¿Podría ser ahora un buen momento para decirlo? ¿O no?...
Ella relame sus labios porque se habían resecado, acomodándose sobre ella, aún sin atreverse a mirarla.
—¿Recuerdas las veces que hemos hablado sobre niños?.—pregunta, sintiendo su corazón empezar a acelerarse rápidamente, mientras que la pelinaranja asiente.
—Eh, sí, creo que han sido unas tres o dos veces.—lo recuerda, lo hablaron algún par de veces.—Pero, ¿qué tiene que ver eso?.
Minju, muerde su labio inferior aún pensando en cómo decirle alguna indirecta a su novia, para tampoco ser tan directa con ella, no sabía cómo podía reaccionar por su decisión.
—Tiene que ver mucho, verás.—hizo una pausa, deseando poder usar palabras correctas para eso explicárselo.—Ella dijo que no entendería, porque son cosas de madres.
—Sí, eso ya me lo dijiste.—asiente con su cabeza aunque estuviera algo confundida.
—¿No entiendes?.—pregunta, alzando su mirada aún recostada en el pecho de la adversa.—Significa que para poder entenderlo, tendría que ser madre.—Chaewon al oír eso ladea algo su cabeza, aún con sus cejas fruncidas.
—¿Eh?
Minju suelta un suspiro, aunque intentó ser algo indirecta terminó siendo lo contrario y aún su novia parece no comprender. Se sienta, ahora acomodándose para quedar de esa manera pero al frente de su novia, abre su boca en intento de finalmente decir lo que quiere, pero niega con su cabeza y no dice nada, lo intenta más veces hasta que lo hace.
—Quiero ser madre, Chaewon.—suelta esas palabras que tanto quería decir, sonríe levemente cuando se auto felicita por haberlo hecho aunque al ver el rostro de su novia, no sabe aún la manera e que ella reaccionará.
—¿Qué?.—abre sus ojos en demasía, finalmente analizando todo dentro de su cabeza, mirando con impresión a su novia.
—Lo que oíste, Chaewonie, quiero tener un hijo, quiero ser madre y que tú también lo seas, quiero ver juguetes regados por la casa y jugar lo que sea que ese pequeña criaturita quiera con nosotras, ay, amor ¿no quieres eso?.—pregunta con una honesta sonrisa en sus labios, Chaewon observa a la menor aún impresionada, sin saber qué decir.
—Bueno, eh, no lo sé.—se encoge de hombros, aún sin tener idea de qué responder, en cambio si novia hizo un mohín con sus labios.
—Tú no quieres, ¿verdad?.—pregunta sin muchos preámbulos, sus ojos cambiaron de expresar anhelo y alegría a decepción y tristeza, por lo que Chaewon niega con su cabeza.
—No es que no quiera, es sólo que,—rasca su nuca.—Siento que no estamos aún preparadas para eso.
—Pero ambas somos buenas con los niños, hemos cuidado de las hijas de tu prima, y también de la pequeña Nako cuando Sakura y Chaeyeon no pueden cuidarla.—comienza a hablar en tono de niña a punto de hacer algún berrinche, Chaewon suspira y con sus manos toma las de Minju.—Y-Y.. además fuiste muy linda con la niña del restaurante, pareces estar lista tanto como yo.
—Está bien, mira, hagamos un pequeño trato; me darás un día entero para pensarlo, analizaré todo y al final del día, te daré mi respuesta, lo que pienso.—murmura.—¿Estás de acuerdo?.
—¿No puede ser por esta noche y me dices mañana al despertar?
—Minju.—suelta con su ceja arqueada, la pelirosa suelta una risita para después abalanzarse sobre su novia y abrazarla.
—Está bien, te amo.—sonríe, uniendo sus labios por la felicidad que sentía al convencer a su novia al menos de pensarlo.
—Te amo más, dulce.—sonríe, correspondiendo nuevamente a su beso ahora, Minju abraza su cuello mientras las manos de Chaewon buscan las mantas, alzándolas hasta taparlas a ambas mientras se reían.
Y entre más besitos y risas, ellas lograron atrapar el sueño, durmiéndose juntas y abrazadas.
Mañana, Chaewon tendría que pensar mucho.
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