Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9

Malia

Escuchar esas cinco palabras salir de sus labios hizo que mi corazón se detuviera por una fracción de segundo.

Pero lo que me hizo sentir un nudo en la garganta fue ver la cara de desesperación de Hale. Y la verdad no lo culpo, a pesar de que no he tenido la mejor experiencia con los hermanos y no tengo ningún hermano menor para poder saber lo que sentía en ese momento, pero no debo tener uno para que la preocupación por esa dulce niña llegue a mí también.

Pero, aunque quisiera sacudirlo para que me diga qué diablos estaba pasando, sabía que debía calmarlo o posiblemente le diera un ataque de pánico, así que no dudo para acércame a él y colocar mis manos sobre sus hombros para que dirigiera toda su atención a mí.

–Calma Isaac -Lo llamo por su nombre, siendo aún una sorpresa para mí llamarlo por su nombre- se te olvida como respirar –Le digo con una leve sonrisa mientras sonrío levemente- no podré ayudarte si no me explicas todo ¿Sí? Así que inhala y exhala. -Le hablo en un tono suave mientras lo veo asentir y hacer lo que le indicaba-

Mientras se terminaba de calmar o al menos de estabilizar su respiración, puedo ver de reojo a mi padres y de verdad no pudieron ser más oportunos para estar aquí, de todos los días posibles que tenían para llegar tenía que ser justamente en el que decido escaparme de la escuela porque estaba en la casa de un chico que me obligaron a pasar la noche....okey si lo digo en voz alta enserio suena peor.
En fin, cuando logro que el chico de los ojos azules se calme lo suficiente veo como cierra sus ojos por varios segundos tratando de formular palabras.

–Me llamaron de la escuela de Urs -Empieza a hablar finalmente- me dijeron que la llevaron al hospital por un problema que hubo en su salón, d-debo ir rápido. -Dijo mientras que con manos temblorosas palpaba sus bolsillos buscando algo-

Es cuando caigo en cuenta de sus intenciones e involuntariamente sujeto su mano mientras lo miro con el ceño fruncido.

– ¿Acaso estás loco? ¿Piensas conducir en el estado en el que estás? Lo único que conseguirás es llegar al hospital, pero no como visita sino como paciente. -Le digo seriamente-

Estaba seguro de que su expresión de fastidio significaba que estábamos por pelear como cada vez que estamos enfrente del otro, pero no me importaba si tenía que gritarle el reglamento del conductor a la cara o incluso atarlo y encerrarlo en la cajuela de uno de los autos de mi padre, no iba a dejar que condujera una motocicleta en el estado en el que ni siquiera podía sacar unas malditas llaves sin que les temblaran las manos.

Sin embargo, una mano se posa sobre el hombro del chico frente a mí y ambos volteamos para ver como pertenecía a mi padre que lo miraba seriamente.

–Mira muchacho no sé qué está pasando, pero mi hija tiene razón, no importa que tan importante sea lo que tienes que ir, si vas así de alterado solamente preocuparas a las personas cercanas a ti -Dijo con seriedad para luego darle una leve sonrisa tranquilizadora- así que deja tu motocicleta aquí y haremos que nuestro chofer te lleve al hospital ¿De acuerdo? –Propone-

Los ojos de Isaac se llenan de alivio y agradecimiento para asentir mientras mi padre se alejaba para llamar a su chofer.

Y ese damas y caballeros es Arthur Smith, un hombre que puede ser frío en los negocios y tajante para sus ventas, pero es un pan de Dios y ositos de azúcar cuando ve que una persona de verdad vale la pena o para consentirnos a mamá y a mí.

Por lo que cuando lo veo regresar y dirigirse a la puerta mientras Isaac lo seguía, me fue imposible no ir detrás de ellos, así que cuando vi como la camioneta gris que mis padres usaban mayormente para irse al aeropuerto o a otra ciudad, Hale estaba por subirse y cerrar la puerta, pero fui más rápida que él y me subí a su lado sorprendiendo a mi padre y al chico a mi lado.

Por lo que antes de que mi padre dijera algo cerré la puerta en su cara mientras le decía al chofer que arrancara porque era una emergencia así que sin pensarlo mucho y debido a que mi padre le dio instrucciones antes él no dudo en hacerlo. La verdad no puedo decir que me sentía mal al irme sin decir nada porque en primer lugar no estaba demasiado contenta con mis padres el día de hoy así que solamente fue un segundo de remordimiento para luego sacudir la cabeza y ver al chico a mi lado que me veía desconcertado de mi acción.

–No creías que te iba a dejar solo ¿No? Apenas conozco a esa niña, pero puedo decir que incluso a la persona más fría del mundo le preocuparía, así que cierra el pico y deja que vaya porque podemos pasar todo el camino discutiendo.

Sinceramente esperaba que me llevara la contraria como siempre es cada vez que hablamos, pero para mi sorpresa solamente se limita a asentir desconcertándome mientras veía por la ventana mientras movía su pierna golpeando de manera repetitiva y muy constante el suelo como si de un conejo se tratase, pero entiendo que es por nervios que tiene de saber que le paso a su hermanita ya que al parecer la persona que le llamo no le dio más información.

Posiblemente si alguien me llamara para decirme que mis padres, mi tía Cassie o Maya, están en el hospital creo que hubiera enloquecido mandando al diablo todo lo que estaba a mi alrededor solamente para poder llegar a su lado y así poder apoyarlos y sacarme el seguro pedazo gigantesco de roca que oprimía mi pecho por la preocupación, así es como me imagino que debe sentirse él en este momento, por lo que al no saber que decir o siquiera si podríamos hablar simplemente estiro mi mano para colocarla sobre su rodilla llamando su atención y darle una suave sonrisa.

No necesitamos palabras ya que entendió lo que quería hacer con solo verme a los ojos.

Y con eso pude hacer que su pierna dejara de golpear el piso del auto.

Por muy inoportuno que pueda sonar por la situación, cuando nos vimos a los ojos por alguna razón sentí que algo en mi estómago se revolvía.

Creo que también estoy enferma.

***

Fueron alrededor de diez minutos que tardamos en llegar al hospital al que le habían indicado a Isaac, donde el mismo salió disparado del auto sin siquiera mirar atrás así que solo le dije al chofer que fuera a buscar un lugar para estacionarse mientras bajaba y seguía a mi loco compañero antes de que por accidente aviente a una ancianita en silla de ruedas.

Y cuando entre, bueno tal vez no era una ancianita en silla de ruedas tirada en el suelo, pero definitivamente era igual de malo.

A unos metros de mí se encontraba Isaac Hale, levantando del cuello del uniforme a uno de sus enfermeros mientras le gritaba algo mientras unas enfermeras a su alrededor estaban pasmadas viendo como su compañero era zarandeado como un muñeco de trapo.

Debo admitir que he visto de muchas formas a Hale, desde frustrado, decepcionando e incluso desesperado, pero jamás lo vi tan molesto como lo estaba en ese momento así que antes que matara al pobre hombre me acerque a él para colocar una mano en su hombro llamándolo para que se detuviera, pero no me hizo caso por lo que fruncí el ceño volviéndolo a llamar, pero me ignoro por lo que solamente suspiro para, hasta para mi sorpresa.

Salté sobre su espalda haciendo que de inmediato su atención se enfocara sobre mí y soltara al enfermero, pero al mismo tiempo se escuchara un quejido de dolor salir de sus labios haciendo que me preocupara de inmediato recordando cómo la noche anterior le habían estrellado un palo de billar en la espalda, seguramente le quedo algún moretón.

–Lo siento lo siento lo siento. -Me disculpo mientras me bajo de él de inmediato-

La verdad no sé en qué diablos estaba pensando al momento de hacer una cosa como saltarle encima, pero solo pensé en que podría meterse en problemas y sinceramente eso estaría muy mal ahora que su hermana está aquí.

Por lo que de inmediato le doy una sonrisa de disculpa al pobre hombre haciendo que me viera asustado por el chico a mi lado que estaba terminando de reponerse del dolor en su espalda.

–Lamento lo de mi amigo, es que su hermana está internada en el hospital y solamente queremos saber si está bien para poder ir a verla.

El hombre cambia su expresión a una de fastidio, pero no se atreve a siquiera dar un paso para acercarse a mí, puesto que al ver a mi acompañante se asustó un poco, aunque trato de disimularlo.

–Como le dije a tu novio, no pueden ver a la niña sin la autorización de los tutores legales. -Dijo fastidiado-

Iba a contradecirlo sobre nuestra relación, pero tuve que ponerme en medio del camino de Hale, para evitar que se lanzara contra él de nuevo.

–Y yo creí haberte dicho que soy su hermano mayor, así que dime de una maldita vez donde está la habitación de Ursa Hale ¡Ahora! -Exige con rudeza-

Un segundo ¿Quién es Ursa?

No tuve tiempo para pensar demasiado debido a que debía evitar que el chico a mis espaldas tratara de matar al enfermero que parecía estar a punto de llamar a la policía.

–Un segundo, él tiene razón es hermano de la niña.

Todos volteamos ante para ver a la persona que dijo aquellas palabras, para así encontrarnos con una mujer que debe tener alrededor de 25 o 28 años, de cabello rubio, tenía unos preciosos ojos marrones que resaltaban con su piel pálida.

La mujer se acercó a nosotros para ver a Isaac con una ceja alzada.

–Creí que haber sido lo suficientemente clara por teléfono cuando le dije que se calmara antes de venir, joven Hale.

Volteo para ver al mencionado que ahora parecía apenado y estaba ¿Con las mejillas rojas?

¿Pero qué carajos?

Estaba por preguntar, pero veo como la misma mujer habla con los enfermeros explicando como si era Isaac si era hermano de la pequeña Ursa, además de pedir disculpas por no haber avisado que llegaría tan rápido. Eso último lo dijo viendo al chico de ojos azules a mi lado que mantenía la vista baja avergonzado...enserio me estoy asustando.

Cuando finalmente el enfermero por mucho que se notaba que deseaba mandarnos al diablo, tuvo que resignarse ya que esa mujer le intimido tanto que incluso le vi el miedo en los ojos, al ver que ya no estaban lejos volteo a vernos con una ceja alzada para verme de pies a cabeza.

–No sabía que ibas a venir con tu novia Isaac, de haberlo sabido te hubiera llamado después. -Dijo con un tono de voz divertido y bromista-

Eso hizo que él reaccionara finalmente para alzar la vista con el ceño fruncido.

–Lamento el escándalo profesora Reyes, pero incluso si hubiera estado en medio de un accidente desangrándome hubiera venido arrastrándome por mi hermana y eso ya lo sabe.

La mujer soltó una suave risa mientras se acercaba a él para darle unas palmaditas en el brazo que por alguna razón me fastidiaron y más porque al parecer mi presencia fue ignorada por completo.

¿Esperen, dijo profesora?

–Bueno como sea, me alegro de que está chica viniera contigo de verdad debes arreglar ese carácter chico, podría llevarte a problemas si sigues siendo demasiado impulsivo -Dijo para voltearme a ver mientras me daba una sonrisa- soy Seraphina Reyes, puedes llamarme Sera o profesora Reyes, pero jamás me llames señora. -Dijo con la misma sonrisa mientras extendía su mano en forma de saludo-

-Por lo que deje de quedarme muda para estrechar su mano –Malia Smith, el placer es mío y para aclarar no soy novia de este neandertal. -Dijo mientras apuntaba al mencionado-

–Eso no importa ahora, profesora dígame ¿Cómo está mi hermana? -Le pregunto volviendo a tener el tono de preocupación palpable en su voz-

La profesora Reyes asintió para hacernos una seña para que la siguiéramos, así que no dudamos al momento de seguirla por el pasillo blanco del hospital viendo como algunas enfermeras o médicos iban y venían de un lado para el otro que incluso a mí me estaba empezando a preocupar sobre que algo muy malo le haya pasado a esa dulce niña, pero lo que más me confunde es que esa profesora no parecía para nada preocupada.

Estaba por preguntarle, pero ya habíamos llegado a una habitación donde casi se me cae la mandíbula por la escena que veían mis ojos.

Úrsula o Ursa, sea como sea que se llame estaba sentada en una de las camillas, sí, pero no se encontraba ni con un brazo roto, enferma y ninguna herida en su cuerpo. Ella estaba completamente perfecta, pero en ese instante se encontraba besando la frente de un niño que se encontraba a su lado y que estaba completamente rojo.

Estaba por preguntar de nuevo que estaba pasando, pero el grito de Isaac, pasando a mi lado para ir a abrazar a su hermana mientras la cargaba para hacerle una rápida inspección de pies a cabeza mientras le hacía miles de preguntas que la niña parpadeaba tratando de usar sus manos para comunicarse, pero debido a que su hermano la estaba revisando no podía hacerlo.

Escucho la risa de la profesora a mi lado mientras se acerca al niño que estaba con la niña en la camilla, y es en ese momento que puedo detallarlo completo y solamente podría definirlo en una simple y precisa palabra...adorable.

Tenía una cabellera rubia corta que estaba completamente alborotada, sus ojos eran de un tono verde oscuro con algunas motas de color marrón en ellos que te hacía pensar en la naturaleza al solo verlos, su nariz pequeña y adorable le daban un toque más tierno, además de sus mejillas completamente rojas por la acción que la niña a su lado le hizo, pero lo que llama mi atención es ver como tenía una gaza pegada en la parte derecha de su frente, además de que sus mejillas tenía algunos raspones y curitas.

¡¿Acaso alguien golpeo a ese dulce niño?! ¡Qué venga el maldito y le rompo las piernas!

Aunque dejando de lado mis planes de asesinato a una persona que ni conozco, por alguna razón este niño se me hace familiar.

Lo hubiera seguido pensando, pero finalmente Isaac, se dio cuenta de la presencia y estado del otro niño sorprendiéndose al ver su estado por lo que ambos volteamos a ver a la profesora que alzo las manos.

–Para hacer un resumen, chicos él es Elek Blake y es compañero de Ursa quienes son la razón por la que estamos aquí.

El dulce niño saludo tímidamente y...un segundo ¿Dijo Blake? ¿Acaso...?

–Muy bien muy lindo, pero no entiendo que hace Ursa aquí si no parece tener nada -Habla Isaac, que cargaba a su hermana-

–Bueno verán es una historia algo chistosa –Empezó a hablar la profesora pero pierde la gracia cuando ve el rostro sin humor de Isaac- verás, hubo una junta de maestros de improviso así que íbamos a mandar a los niños temprano a sus casas por lo que llamamos a los padres y tutores de cada uno de ellos para que lo fueran a recoger para que pudiéramos iniciar, pero -Ve de nuevo a Isaac y no sé qué clase de mensaje le transmitió con solo su mirada que todo su cuerpo se tensó- creo que debes imaginarte lo que paso en ese caso, así que me quede con Ursa en lo que pasaba la reunión para después irla a dejar a su casa, pero para que no se aburriera le dije que podía ir a jugar al patio y bueno, lo que no tome en cuenta es que unos niños aún seguían ahí y que empezaron a molestarla.

Si antes me asustaba como su cuerpo estaba tenso, ahora tengo tanto miedo de ver como su mandíbula estaba tan apretada que me daba miedo de que se le fuese a desencajar, pero trataba de disimularlo mientras la niña jugaba con sus mechones de cabello tratando de hacerle alguna trenza, pero se frustraba por lo corto que era.

La molestia era palpable en su mirada, pero me sorprendía que no lo demostrara tan fuertemente con su hermanita cerca.

–No sé qué paso o dijeron exactamente, pero terminaron lanzándoles piedras a Ursa -Dijo haciendo que nos quedáramos de piedra- Elek llego en ese momento se metió para defenderla, pero solo fue peor y entonces unas cosas llevo a otras y pues el pobre termino con todas las heridas al proteger a tu hermana.

Me es imposible no verlo nuevamente teniendo ahora el contexto del porqué de tantos raspones, pero al sentir mi mirada el niño me ve y de inmediato empieza a parpadear y hacer muecas algo raras que me confunden, pero al parecer nota mi cara de confusión también puesto que rápidamente aparta la mirada.

Pero salgo de mis pensamientos al ver como el Hale mayor se acerca al niño dejando a su hermana en el suelo que veía curiosa todo lo que pasaba, pero al ver como su hermano se colocaba sobre una rodilla para estar a la altura del niño que seguía haciendo esas raras muecas y parpadeaba demasiadas veces que me preocupaba.

Isaac, se le quedo viendo por un par de segundos poniendo más nervioso al pobre infante y al parecer empeorando sus tics nerviosos, pero lo que ninguno de nosotros espero fue que de un segundo para el otro cambio su cara seria a una expresión tranquila con una suave sonrisa y sus ojos llenos de alivio que hasta yo me quede sin aire al verlo.

Dios, ya llévame este chico me va a matar de un infarto.

¡Y tú tampoco ayuda maldito corazón!

–Elek ¿No? -Pregunto haciendo que el mencionado asienta- Muchas gracias por cuidar a mi hermana cuando no tenías la obligación para hacerlo, en verdad te lo agradezco mucho. -Dijo revolviéndole el cabello-

El niño lo vio sorprendido al mismo tiempo que sus tics se detenían, para luego sonrojarse seguramente por la vergüenza y asentir.
Después de eso Isaac, voltea a ver a su hermanita que se estaba comiendo un dulce que no sé de dónde rayos lo saco y miraba con una sonrisa a su hermano que le hizo una mueca.

–Ya hemos hablado de comer tantos dulces, no creas que no vi lo azul de tu lengua antes -La regaña de manera tan dulce que me empalaga- ¿Le agradeciste a Elek adecuadamente? -Pregunto alzando una ceja-

Ella hizo unas cuantas señas que no entendí, pero al parecer fui la única puesto que Isaac asintió aprobando lo que haya dicho, la profesora sonrió ligeramente mientras que el niño se sonrojaba más al parecer entendiendo lo que estaba diciendo la niña.

Enserio necesito aprender lenguaje de señas.

–Está agradeciéndole a Elek, por haberla defendido y se disculpaba por haber hecho que se lastimara. -Me aclara la profesora a mi lado en un susurro-

Le agradezco con un asentimiento de cabeza, hasta que escucho como Isaac, le pide a la profesora salir mientras me pedía que cuidara de ambos niños por lo que acepte y con ambos los senté en la camilla mientras pensaba que podría hacer para entretenerlos, aunque también me picaba la curiosidad por saber de qué estaban hablando ambos, pero antes tenía que saber si mis sospechas eran ciertas.

–En verdad fuiste muy valiente por lo que hiciste con Úrsula -Le digo con una sonrisa mientras empezaba la conversación llamando la atención de ambos- fuiste como un caballero de brillante armadura para ella.

El niño nuevamente pareció ponerse nervioso por mis palabras y por una extraña razón empezó a carraspear demasiado por lo que me preocupe de inmediato.

– ¿Necesitas agua?

El niño nuevamente niega para calmar el carraspeo de golpe, confundiéndome más, pero Urs solo me mira con una sonrisa para bajar de la cama hasta su mochila que estaba sobre una silla, para sacar su cuaderno con el que antes se comunicó conmigo el día que la conocimos y empezó a escribir.

"Elek fue muy valiente, aunque me siento mal porque se lastimo su carita, el doctor dijo que le quedaría una cicatriz."

Me cuenta mientras veo una expresión triste en ella.

–Y-Ya te dije que no fue tu culpa Ursa. -Murmura bajito el niño sentado en la camilla, pero lo suficiente alto pata que lo escucháramos, aunque de nuevo vuelve a desconcertarme ver como su cara hacía esas muecas raras-

–Él tiene razón corazón -Le digo apoyándolo, haciendo que la niña de ojos azules tan bellos me vea- lo que esos niños hicieron estuvo mal, pero ninguno de los dos tuvo la culpa de lo que paso ¿Entendido? -Les digo seriamente-

Ambos asienten y sinceramente entiendo que los niños tengan demasiada energía y aprendan demasiadas cosas del internet y la televisión, pero la verdad me desconcierta esa actitud de unos simples niños, digo ni siquiera yo sería capaz de lanzarle piedras a una persona por mucho que la odiara (Aunque con Rachel me lo pensaría un poco).

–A todo esto, ¿Por qué los estaban molestando? Digo son dos dulces niños, no encuentro una razón lo suficientemente lógica para que hayan llegado a esos extremos.

El niño de lindo cabello rubio solamente me ve y abre la boca varias veces queriendo formular unas palabras pero no salía nada de ella, por lo que tomo algo de aire mientras cerraba los ojos.

–Esos niños siempre molestan a Ursa y a mí, d-dicen que somos fenómenos p-por nuestras discapacidades.

El plural de esa oración hace que me quede desconcertada y cuando iba a preguntarle a que se refería escucho como la puerta se abriera, haciendo que volteara pensando que ambos ya habían regresado de hablar, pero grande fue mi sorpresa al ver como quien estaba en el umbral de la puerta era nadie más que Adam Blake, el chico más amable de la escuela y novio de la bruja de Rachel.

Por favor díganme que es mera casualidad que este aquí y se haya equivocado de habitación, pero al ver el alivió al ver al niño de inmediato confirmo mis sospechas desde el momento que escuche su apellido.

–Qué bueno que estás bien -Dijo entrando a la habitación para acercarse a la cama y abrazar al niño que no dudo en corresponderle el gesto- cuando me llamaron a la escuela pensé lo peor -Dijo mientras lo veía de pies a cabeza- ya me explicaron que paso ¿No te hicieron nada más? ¿No tuviste un ataque? ¿Necesitas un abrazo? -Dijo preocupado-

Debería decir que me conmueve ver está escena, pero también quiero reírme por la cara tan roja que tenía el pobre niño, pero eso no evita que las dudas no ataquen mi cabeza.

¿Adam tiene un hermano?

¿Desde cuándo tiene un hermano?

¿A qué se refiere con "ataque"?

Por lo que solo me aclaro la garganta llamando la atención finalmente del rubio mayor que al parecer no había notado mi presencia por su expresión de sorpresa al verme.

– ¿Malia? Pero ¿Qué haces aquí? -Dijo desconcertado-

–Digamos que es una larga historia -Digo nada más puesto que ni yo sabría cómo termine en esta situación- pero la que debería estar sorprendida soy yo, no sabía que tenías un hermano... ¿O es tu hijo y lo mantienes bien oculto? -Bromeo un poco-

Adam ríe un poco, haciendo remarcar sus hoyuelos y sus blancos dientes demostrándome así porque él era uno de los chicos más codiciados de la escuela, muchas chicas caían derretidas por solo presenciar esa sonrisa y ser el punto de atención de sus ojos marrones tan brillantes y llenos de vida.

A mí jamás me llamo la atención, puesto que en primer lugar este chico sale con mi peor enemiga, pensaba que significaba que era peor que ella o definitivamente el chico tenía un retraso, aunque me lanzó más porque se vuelve ciego cuando esta con ella.
Pero ahora, en el momento que me sonrió un pensamiento lleno mi cabeza y no dejo de rebotar hasta la más oscura zona de mi cerebro.

La sonrisa de Isaac es más linda

Y de inmediato quise golpearme contra el electrocardiograma de la habitación ¿Qué rayos había sido ese pensamiento? Digo, es verdad que no vale lo mismo un chico que se la pasa sonriendo casi todo el tiempo que lo ves mientras otro que muy rara vez lo hacen y hace que se te quede grabada su linda sonrisa y como trata de ocultarla, haciendo que se vea más...

Muy bien, creo que soy yo la que necesita un médico

–Es mi hermanito, Elek -Dice revolviéndole el cabello- es el guapo de la familia ¿Verdad? -Dice abrazándolo-

Inevitablemente una sonrisa se dibuja en mi rostro, definitivamente este chico si tenía una pinta de ser un hermano mayor de los de películas.

–Pero eso no responde mi pregunta -Dijo frunciendo el ceño- la verdad cuando Amaya y Maxwell dijeron extrañamente que ambos se enfermaron al mismo tiempo, pensé que era coincidencia, pero al ver a Isaac y a ti aquí creo que me hago una idea. -Dijo con una expresión divertida-

No me es difícil entender a la conclusión que había llegado y niego de inmediato.

–No sé qué es lo que estás pensando, pero no es lo que parece, es pura casualidad que nos encontráramos aquí. -Miento de inmediato-

El rubio vuelve a reír mientras niega, pero de la nada su expresión cambia de golpe a una más seria y contrariada lo que hace que me confunda, por lo que antes de poder preguntarle veo como le da su celular a su hermano para decirle que se pongan a jugar en él y los dos infantes no dudan en hacerlo.

Luego el chico me hace una seña para que ambos saliéramos de la habitación, así que algo extrañada le hago caso, aunque no me parecía correcto en dejar a ambos niños solos, pero por la cara de Adam de verdad parecía grave.

Cuando salimos al pasillo veo algunos médicos y enfermeras, pocos, pero habían algunos, pero no había señales de Isaac o la profesora, así que dirijo mi mirada a Adam, que parecía buscar algo en su mochila.

–Mira no sé por qué faltaron el día de hoy, pero creo que fue lo mejor, al menos para ti –Dijo haciéndome fruncir el ceño extrañada- alguien, no sabemos quién ha estado pegando estas cosas por toda la escuela.

Finalmente me entrega una especie de afiche que desenrollo para verlo y ojalá no lo hubiese hecho.

En aquel afiche había una fotografía de mía donde estaba bailando demasiado pegada a un hombre rubio de barba, por las fotografías se veía que no era para nada santo lo que estábamos haciendo y el recuerdo de la noche anterior me golpea de como justamente ese tipo me estuvo tocando mientras bailábamos, tal vez no le di mayor importancia mientras el alcohol estaba en mi sistema, pero al ver las fotografías y de cómo incluso en una parecía que nos estábamos revisando hasta las amígdalas, pero estoy bastante segura que ni siquiera llegue a tocar sus labios.

Oh, pero ahí no termina la cosa, pues no es solo una sino que son varias fotografías donde hay palabras escritas bastante ofensivas para cualquier persona, palabras como: Zorra, cualquiera, puta y más palabras que no podría imaginar leer en una imagen con mi nombre.

Pero lo que termina por rematar todo es en una donde se me veía entrando a un motel con ese mismo hombre ¡Eso jamás paso!

Sin darme cuenta estaba arrugando aquel afiche y lo rompía entre mis manos hasta solamente ver los restos en el suelo mientras respiraba pesadamente llena de furia y así mismo alce la vista para ver a Adam, que se removía incómodo ante la segura mirada asesina que tenía en ese instante.

– ¿Quién demonios hizo esto? -Le pregunto tratando de no perder la paciencia-

–No lo sé, pero la escuela estaba llena de ellos y el grupo de la escuela no está mejor.

El grupo, había olvidado que no he revisado mi celular desde que Isaac hablo conmigo en mi habitación y debido a que me estaban entrando demasiados mensajes decidí no verlos y solo silenciar mi celular.

–Déjate de rodeos y dime de una vez que están diciendo de mí, Blake. -Le casi gruño-

–No quiero repetir lo que han dicho, pero enserio es un caos -Dice mientras suspira- mira como dije no es mi asunto lo que sea de tu vida privada, pero me parece injusto lo que te están haciendo, muchos no creen en lo que dicen estás cosas, pero otros. -Dijo quedándose callado-

Asiento y sinceramente no los culpo, una cosa es que hayan escuchado rumores de mí siendo una zorra maldita y solamente se quedaba en eso, simples rumores de chicos que tienen el orgullo más grande de lo que tienen ahí abajo. Sin embargo, con estás fotografías no quedaba más duda que a la imaginación de terceros de verdad era una zorra, en definitiva.

Siempre trate de separar las fiestas y la vida de la escuela, en las fiestas siempre tenía cuidado de no beber demasiado para que cosas como estás no pasaran, pero al parecer baje la guardia la noche anterior creyendo que yendo a un club alejado nadie me reconocería.

En las fiestas me soltaba y liberaba un poco sin llegar a ser una idiota que llegara a cometer una tontería, mientras que en la escuela era aplicada, buena capitana y amable con todos, incluso me uní al club de bienvenida para los chicos nuevos que les costaba hacer amigos y unirse a grupos sociales.

Siempre separe ambas cosas, pero por ese maldito error ahora tiene como apuntarme y señalarme como si fuera un maldito circo. Los adolescentes pueden ser demasiado crueles.

Así que suspiro tratando de calmarme ya que necesitaba pensar con la mente fría para poder pensar en una solución para este problema, no sé quién fue la que tomo estás fotografías, además de que me encontraba en un hospital con dos niños detrás de la puerta donde estábamos, no quería perder el control.

-Miro a Adam que estaba en silencio durante toda mi meditación –Gracias por haberme avisado de esto, no tenías la obligación de hacerlo.

–Bueno -Empieza metiendo sus manos en los bolsillos- la verdad no me parece justo lo que hayan hecho, lo que hagas con tu vida privada es solamente tu problema, es tu cuerpo y tu decisión con quien estar, los demás no tendrían por qué opinar y además -Rasca su cabeza- esto fue más fácil que detener a Amaya de golpear a unos idiotas que hablaban tonterías.

Ay, Maya seguramente debe estarme matando en su cabeza por no responder sus seguras llamadas y mensajes que me haya mandado.

–Igualmente gracias -Le agradezco, quedando así un momento en silencio hasta que una duda llega a mí- tu hermano... -Dejo la palabra al aire ya que no sabía cómo formular la pregunta-

Él sin embargo me sonríe de forma amable como siempre lo hace mientras suelta un suspiro.

–No temas preguntar, no eres la primera en hacerlo –ríe mientras me ve- notaste las muecas y sonidos raros que hacía ¿No? Además de estas parpadeando demasiado.

Asiento ya que es justamente todo lo que he visto.

–Mi hermano sufre de Síndrome de Tourette -Me indica y al ver mi cara de confusión me sonríe comprensivo- no te preocupes, yo tampoco lo entendí cuando se lo diagnosticaron, pero para resumirlo es un trastorno que lo hace tener tics faciales y vocales completamente involuntarios, las muecas, sonidos e incluso otras cosas no puede controlarlas y empeora más cuando está nervioso, los médicos dicen que con tratamiento y terapia podrá mantenerlo bajo control o al menos disminuir los tics nerviosos.

–Yo, bueno sinceramente no sabía que tenías un hermano y menos que sufriera así, no sé nada de ese trastorno, pero se ve que es un niño valiente -Le animo con una sonrisa- y estoy seguro de que algo como eso no lo vencerá.

Me da una sonrisa aliviada y agradecida, la verdad esto me parece un poco familiar al momento en el que me entere de los trastornos auditivos y de habla de Ursa o Úrsula (Recordatorio para mí: Matar a Isaac, por haberme engañado). En fin, las diferencias son muy grandes ya que el chico frente a mí de verdad es un amor de persona, pero de la misma manera no se siente igual a como Isaac me dijo lo de su hermanita, es verdad que ambos casos son desafortunados, pero cuando lo hable con él, no lo sé pero se sintió más íntimo.

Al parecer iba a decirme algo más pero un pequeño estruendo llama nuestra atención ya que se escuchó demasiado cerca, por lo que curiosos nos acercamos por donde se escuchó pensando que había pasado algo malo ya que, bueno es un hospital, literalmente pasan miles de cosas cada día en lugares como este. Así que nos asomamos del siguiente pasillo que estaba cerca de nosotros para ver con sorpresa como Isaac, estaba recargado sobre un carrito que al parecer llevaba bandejas de comida vacías y algunas se encontraban en el suelo seguramente siendo las responsables del ruido anterior, mientras que detrás de él de brazos cruzados se encontraba la profesora que lo veía con una expresión tranquila, pero podía ver la preocupación en sus ojos.

–Sé que es duro Isaac, pero no hay nada que podamos hacer. -Habla la profesora Reyes-

–Y quieres que me quede como si nada sabiendo que esos estúpidos niños que no solo lastimaron a un niño por querer defender a mi hermana, sino que han llamado fenómeno a Ursa en más de una ocasión porque enserio dudo -Dijo molesto volteándola a ver- dudo mucho que esto haya sido solamente la primera vez ¿Y ahora vienes para decirme que la directora no hará nada porque los estudiantes que agredieron a mi hermana y al otro chico "No sabían lo que hacían"? ¡No me vengas con esas tonterías!

–Los padres de esos niños son grandes contribuyentes a la escuela, han donado demasiado dinero por lo que quiera o no ellos son intocables, mientras que Ursa, que entro a base de una beca, le pondrá más prioridad a lo que les genere más recursos económicos.

Mi quijada seguramente casi cae al suelo ante tal tontería, estoy seguro de que Adam debe estar de la misma forma que yo lo estoy.

La profesora Reyes suspira mientras se acerca a Isaac, colocándole una mano en el hombro.

–Isaac, te conozco desde que tienes once casi te vi crecer junto con esa niña y sé mejor que nadie lo que han luchado para tener una escuela donde puedan ayudarla, me he esforzado todo lo posible para ayudarla dentro de la escuela, pero no soy más que una maestra, yo no decido nada de esto y si por mi fuera mandaría al demonio a todos esos idiotas ricos -Dijo para sonreírle un poco- la madre de Elek hablara en la junta, tal vez logre, aunque sea dejarlos unos días en detención.

La cara de Hale solamente denotaba la completa inconformidad que sentía en ese instante, pero pareció resignarse ya que simplemente asintió para fregarse la cara, su expresión solo demostraba cansado que estaba, como dije lo he visto con muchas expresiones en su cara y entre ellas estaba el cansancio no solo físico sino que mental también. Como si llevara una carga inmensa sobre sus hombros y que nadie pudiera ayudarlo a llevarla o que se negara a compartir esa carga con tal de que nadie se metiera en su vida.

Isaac Hale es un enigma para mí desde que lo conocí hace más de un mes, es un idiota la mayoría del tiempo, pero a su vez siempre ha sido honesto al momento de decir las cosas, no se guarda las cosas sin importar que sea la cruda realidad que jamás quisiéramos oír, siempre busca tener la razón, pero a su vez sabe cuándo comete un error y lo reconoce sin avergonzarlo o pensar que le bajaría la hombría aceptarlo.
Puede parecer que siempre está de mal humor, pero incluso sabe cómo reírse y alegrarte a pesar de todo, por muy raro que suene (Yo aún no termino de entender eso), pero sobre todo es una persona que aprecia tanto a su hermana que incluso tiene varios empleos dejando de lado su vida de adolescente que es donde uno tendría que vivir más su vida antes de llegar a la adultez, él se la pasa trabajando sin importarle salir a fiestas, beber o incluso tener una novia.

No sé qué es lo que ha vivido para ser quien es ahora, pero debo admitirlo, aunque sea en mi cabeza.

Que me llama la atención más de lo que me gustaría admitir.

◆━━━━━━◆❃◆━━━━━━◆◆━━━━━━◆❃◆━━━━━━◆

Cuando finalmente le dieron de alta a ambos niños, me fue casi imposible poder tolerar la tensión que se sintió cuando Adam le ofrecía la mano a Isaac en forma de saludo y a él disculpándose con el rubio por los problemas.
Tal vez solo fue idea mía pero al saber que el chico de ojos azules era uno de los chicos con los que Rachel, engañaba al pobre de Adam.

Sinceramente no sé en qué momento me rodeé de tanto drama en tan poco tiempo.

En fin, cuando finalmente veo que ambos se acercan a mí yo simplemente me cruzo de brazos mientras alzaba una ceja.

–Con qué "Úrsula". -Le digo al Hale mayor-

Veo como suelta un suspiro para darle un par de señas a su hermanita junto con un billete para después ella asentir e irse a lo que supongo es a una máquina expendedora. Luego me vio a los ojos y casi me da risa ver la vergüenza en sus ojos, pero trato de mantenerme seria.

–Muy bien perdón ¿Sí? Pero sinceramente no estaba en mis planes que volvieras a ver a mi hermana, y técnicamente no confiaba en ti en ese entonces.

Me es imposible no verlo con una ceja alzada incrédula de sus palabras, pero con eso no puedo seguir disimulando mi seriedad y una sonrisa se formó en mis labios.

– ¿Eso quiere decir que ya confías en mí? -Pregunte tratando de disimular la emoción en mi voz-

–Admito que no eres la persona que imaginaba Malia, aunque hay momentos donde eres peor -Menciona arruinando de nuevo la linda atmosfera- pero te concedo que eres un poco de confianza, créeme que no a cualquiera le presento a mi hermana y además después de lo que hicieron tu padre con hacer que me llevaran en su camioneta y a ti por, bueno evitar que matara a ese enfermero -Rasca su cabeza mientras apartaba su mirada para luego soltar un suspiro- como ves, mi hermana es lo más importante para mí, es lo único bueno que me dejaron mis padres y la he cuidado desde que era una bebé -Cierra los ojos- en verdad me hubiera vuelto loco si no fuese por ti y tu familia, lo que quiero decir con todo esto es gracias. -Menciona con una sonrisa-

Y ahí está, esa estúpida sonrisa que es igual como el cometa Halley que solamente aparece cada cierto tiempo y que solo muy pocos son capaces de poder ver, un suceso majestuoso que le podrías contar a tus hijos o nietos deseando que fuesen capaces de pasar por esa misma experiencia algún día.

Okey, tal vez suene exagerado y demasiado cursi, pero entiéndanme siempre he sido capaz de sacarle, aunque sea una sonrisa a las personas que me rodean, incluso a la bruja de Rachel lograba sacarle más de alguna sonrisa por más que fuese de burla o fingida pero lo lograba. De hecho, sé que la mayoría de los que me rodeaban me sonreían de forma falsa solamente para quedar bien en mi círculo social para así poder pertenecer, aparte de Maya o Adam, jamás vi a nadie que me dedicara una sonrisa sincera sin tener un motivo escondido.

Y ahora, el chico que siempre que nos vemos parecemos perros y gatos a punto de arrancarnos la cabeza lo hace y yo solamente siento como su estuviera a punto de un ataque, con las manos empezando a sudarme junto con un nerviosismo que ni en mi primera presentación como porrista sentí.

Así que mejor decido cambiar de tema.

–Así que, Ursa -Digo sin saber de qué más hablar- no es un nombre muy usual.

Por su parte su sonrisa siguió, pero esta vez no mostraba agradecimiento o siquiera felicidad, sino que al parecer incomodidad lo que solo aumento mi curiosidad.

–Mis progenitores eran de una especie de culto astrológico, creían que las estrellas guiaban nuestros destinos ya que solamente ellas eran las que eran eternas en este inmenso espacio creado por un gran Dios o esa clase de tonterías, como sea jamás le di demasiada importancia o así hubiera sido de no ser porque junto a mi hermana nos dieron nombres de estrellas y constelaciones, pero como debes imaginar no es como que mucha gente lo entienda y lo toman como una forma de burlarse. –Dice con una expresión de fastidio-

–Ursa, ya recuerdo lo dijo un maestro una vez es el nombre en latín de la Osa Mayor, vaya que tus padres eran creativos -Digo completamente divertida y sorprendida por ello, pero entonces rememoro sus palabras haciendo que frunciera el entrecejo- un momento, dijiste "Nos" ¿Eso quiere decir que a ti también te pusieron un nombre estelar? -Pregunto divertida- ¡Espera ¿Isaac no es tu nombre?! -Vuelvo a cuestionar completamente desconcertada-

Creo que si me preguntaran ¿Cuál fue el momento de tu vida que te sorprendió más? Creo que respondería el día que vi al chico más burlón, sarcástico y necio, sonrojarse enfrente de mis ojos mientras balbuceaba alguna excusa.

¡Dios! ¿Dónde está mi cámara en estos momentos?

–Oh, ni siquiera los piensas Isaac, si es que ese es tu verdadero nombre ahora me dirás que clase de nombre tienes.

Verlo como rueda los ojos con la expresión de fastidio regresando a su rostro, pero manteniendo un tinte rojo en sus mejillas aún.

–En verdad eres un fastidio -Se quejó rodando los ojos- si me llamo Isaac, simplemente es mi primer nombre y no tengo porque decirte de que clase nombre me dieron.

–Ni pienses que podrás escapar de mi interrogatorio chico, soy capaz de quedarme pegada a ti todo el día si no me dices, vamos no es como que tenga a quien decírselo ¿O sí? -Él solo me ve con una ceja alzada- Okey si lo tengo, pero no es como que les interese mucho un chico al que dudo que sepan su nombre. -Trato de convencerlo-

Lo veo dudoso por un par de segundos e incluso veo como se remueve con algo de incomodidad que me hace sentir un poco mal por lo que estaba a punto de decirle que no era necesario si no quería hacerlo, pero me quito las palabras antes de siquiera decirlas.

–Sirius -Murmura en bajo pero si logre a alcanzarlo a escuchar quedando con la boca abierta- Isaac Sirius Hale, ese es mi nombre completo ¿Feliz?

Me quede en silencio por no sé cuánto tiempo, procesando lo que acababa de decirme y lo primero en salir de mis labios fue:

– ¿Llevas el mismo nombre que un personaje de Harry Potter? -Le digo completamente desconcertada y aguantando las ganas de reírme-

Nuevamente sus mejillas aumentaron en aquel tono rojizo que tenían haciéndome verlo más tierno como nunca lo había visto antes.

–Claro que no, Sirius es el nombre de la estrella más brillante del cielo, que tengan relación no es mi problema, pero ese es el significado de mi nombre y pobre de ti si alguien más se entera.

Juro por Dios que trate de no reírme, juro por lo que más quiero que lo intente, pero no pude hacerlo y estalle en carcajadas, una risa que no recordaba la última vez que me había reído de esa manera que ni con mi mejor amiga o en las fiestas más locas a las que he asistido.

En ninguno de esos momentos me reí como lo hacía en este momento, donde a pesar de saber que posiblemente que media escuela me vaya a ver como una zorra (peor de lo que ya lo han hecho en el pasado), era como si todos los problemas que me aquejaran de la nada desaparecieran y el peso sobre mis hombros de igual manera, reír sin tener que fingir. Y todo siendo el responsable, la persona que se encuentra enfrente de mí que se me había quedado viendo con una expresión algo sorprendida que hizo que mi risa se fuera apagando poco a poco.

Ambos nos quedamos viendo directamente a los ojos del otro, jamás me había fijado a detalle, pero este chico debe medir al menos un metro ochenta mientras que yo con mi metro sesenta y cinco tenía que alzar mi mirada para poder verlo a sus ojos azules tan hermosos que me hipnotizan cada vez más que los veo, pero en esta ocasión mi mirada baja a sus labios rosados, carnosos y que estaban separados ligeramente.

Desde la mañana he tenido en la cabeza un extraño sueño, en donde la persona enfrente de mí me daba un beso, pero no era un simple beso sino un jodido beso que me dejaría hasta tartamuda.
La verdad no tengo idea del porqué de eso, pero incluso podía sentir el tacto de sus labios, la humedad de nuestras bicas juntas y de cómo era la sensación de su lengua haciendo de todo con la mía, menos algo santo.

Cuando me desperté me alegraba que ese sueño se interrumpiera porque si no hubiera manchado aquella ropa que me había prestado, por lo que cuando vi al responsable de mi desconcierto por la mañana, dormido en el sofá del departamento, no pude evitar sentirme avergonzada por un maldito sueño y salí casi corriendo del lugar, donde pelee con esa maldita puerta antes de irme corriendo completamente alterada.

Y ahora, no sé en qué momento la distancia que teníamos se acorto un poco quedando a solo unos pocos metros de distancia, donde incluso puedo notar su mirada en mis labios haciéndome tragar saliva.

¿Qué diablos está pasando? Y ¿Por qué me siento tan nerviosa?

No lo sabía, pero lo que sí era que solo era cuestión de dar un paso para averiguarlo.

Pero antes que alguno de los dos pudiera hacer o decir algo la pequeña Ursa regreso abrazando mi pierna de una manera que me saco de mi extraño transe en el que estaba y solamente me enfoque en abrazarla de regreso mientras ella me mostraba el dulce que había comprado y otras cosas que trataba de hablarme en señas, aunque no le entendía absolutamente nada solamente asentía mientras disimuladamente veía al hermano de la dulce niña, rascando su cabeza mientras veía su teléfono.

–Creo que es mejor que nos vayamos, debo llevar a Ursa a casa. -Dijo mientras seguía revisando su celular para hacerle una seña a su hermana-

De inmediato ella me soltó para tomar la mano de su hermano y ambos empezar a dirigirse a la salida, pero Isaac se voltea para verme con una ceja alzada.

– ¿No vas a venir? -Me cuestiona mientras alzaba una ceja-

Por mi parte solamente veo algo de reojo para asentir.

–Claro, solamente iré por algo que olvide en la habitación ustedes vayan al auto y los alcanzo en un segundo.

Él solamente asintió para así ambos desaparecer de mi vista, y al asegurarme de que ninguno podía verme me di la vuelta para acercarme a la profesora Reyes que se encontraba terminando de llenar unos formularios que el hospital pedía.

Así que no dude al momento de llamar su atención y cuando se dio cuenta de quién era me vio con curiosidad.

– ¿Puedo ayudarte en algo? -Me pregunto-

Por mi parte solamente di mi mejor sonrisa, debido a que esperaba que no sonara muy raro a como sonaba en mi cabeza desde que empecé a pensar en esta idea espontanea.

– ¿Enseña lenguaje de señas?

◆━━━━━━◆❃◆━━━━━━◆◆━━━━━━◆❃◆━━━━━━◆

Y tal y como es el tiempo de efímero, el día se pasó volando.

Después de regresar del hospital, Isaac les agradeció a mis padres por la ayuda a pesar de que ellos le repetían que estaban felices de ayudar, además de que estaban encantados con su pequeña hermana y para mi sorpresa y desconcierto mi madre si entendía el lenguaje de señas de Ursa, así que no le costó entenderla mientras se comunicaba.

Se quedaron una hora nada más, donde mis padres consentían a la niña mientras platicaban de algunas anécdotas de sus viajes con Isaac, sinceramente se me hacía raro que mis padres estuvieran tanto tiempo en un solo lugar si no estaban trabajando. No me malentiendan ellos son buenos padres y cuando llegaban de sus viajes de negocios se la pasaban conmigo, aunque sea un par de horas que eran atesoradas para mí, pero para mí no era algo que me hiciera del todo feliz, puesto que sabía que cuando era niña era una suerte si los podía ver más de unos minutos, pero cuando Jackson se escapó de casa.
Sabía perfectamente que ellos se esfuerzan porque la historia no se repitiera conmigo, sin embargo, la verdad siento que el vacío es más grande teniendo que contar los minutos que ellos están conmigo antes de que se vuelvan a ir y sinceramente eso es muy cansado.

Por lo que ver cómo incluso consentían a Ursa, me dio una sensación leve de celos pero también me alegro que ellos fuesen tan amables con ella.

En fin, después de todo eso se fueron en la motocicleta del Hale mayor, que a pesar de que mis padres le ofrecieron llevarlos él se negó de forma amable y se fueron sin más.

Aunque la vergüenza de todo vino después de que se fuera y mi madre me viera con una sonrisa que no me auguraba nada bueno, y se confirmó cuando habló.

–Es bastante guapo y muy amable, por no decir que es bastante responsable –Me decía con una sonrisa- no me termina de convencer sobre que conduzca una motocicleta, pero como dije se ve que es responsable, así que lo apruebo.

No recuerdo la última vez que me sentí tan avergonzada, en fin, después de eso no pasó nada destacable solo que hice mi parte del trabajo que había que entregar el día de mañana sabiendo que Isaac haría la suya, con todo lo que paso casi se nos pasa, pero al final lo recordó antes de irse y pues...me dio su número para terminar de ponernos de acuerdo.

Ver la pequeña conversación que tuvimos por mensajes fue mi último recuerdo antes de irme a dormir.

Al día siguiente me levante normalmente, aunque estaba un poco más feliz de poder comer con mis padres, aun no superaba lo que paso el día de ayer, pero al menos estábamos juntos y eso era lo que me importaba.

Cuando nuestro chofer me llevo a la escuela y en el instante que baje del auto recibí todas las miradas de mis compañeros haciendo que suspire mientras tomaba una gran bocanada de aire repasando lo que había pensado desde la mañana para arreglar está situación en la que me metí sin darme cuenta, por lo que me repetí mis reglas.

No dejes de sonreír

No dejes que los demás noten tu vació

No dejes de ser amable y compartir con tus amigos

No dejes que nadie quite los muros que pusiste en tu corazón

No dejes ver que en vez de reír solamente quieres llorar

Abrí mis ojos con la misma sonrisa de siempre y con la frente en alto camine en dirección de la escuela, no mostraba que sus miradas o susurros me afectaran, estaba acostumbrada a ser el centro de atención así que no le preste demasiada atención a los comentarios que me lanzaban en susurros que creían que no escuchaba, pero en realidad me estaban empezando a formar un nudo en el pecho que trataba de ignorar, pero al momento de ingresar a los pasillos, solamente aumento.

Pues en aquel lugar aún había varios afiches iguales al que Adam me mostro el día anterior, y sinceramente me sigue asustando ver la cantidad de afiches que había y de cómo varios les tomaban fotografías como si no tuvieran nada mejor que hacer. Así que solamente suspire para dirigirme al salón de la clase que me tocaba en ese momento.

Sin embargo, antes de llegar al aula pude ver como mi mejor amiga se encontraba arrancando varios de esos horribles pedazos de papel mientras le gritaba groserías a quienes le reclamaban por hacerlo, a su lado estaba para mi sorpresa Adam y Maxwell quitando o alejando a las personas que trataban de seguir viendo esas estupideces.

Me acerque a Maya justo cuando estaba por saltarle encima a un chico que reconocía como parte del equipo de futbol.

–Vamos Maya, no sé porque te enojas tanto todos sabemos la clase de chica que es Malia -Dice el tipo tratando de calmar el temperamento de la chica enfrente de ella- no es nada nuevo que ella sea una...

– ¿Una qué? -Hablo cuando estoy detrás de él haciendo que pegara un brinco del susto para voltearme a ver completamente asustado- Vamos, sigue con lo que estabas diciendo, me gustaría saber cómo termina.

El chico balbuceo unas cuantas cosas antes de irse corriendo, seguramente no fue por mí, no es que sea la Reina de la intimidación como mi mejor amiga, pero si así lo quisiera podría hacer que sea el nuevo objetivo de bromas de todo su equipo, suena malvado, pero no es que me deje amedrentar por sus palabras.

Solté un suspiro para voltear a ver al trío que estaba quitando esas cosas.

–Malia, sé que tienes muchas preguntas, pero te juro que quería quitar estas cosas antes de decirte. -Me dice mi amiga preocupada-

–Tranquila Maya, ya me informaron de ello -Le cuento tranquila mientras veía a Adam, que me dio una leve sonrisa con un asentimiento- lo que me sorprende es verlos a ustedes tres juntos. -Digo alzando una ceja-

–Bueno, digamos que a mí me secuestraron -Dijo Max para ver con fastidio a su lado- ¿Era necesario secuestrar mi teléfono?

–Obvio que si Montaner, de no haberlo hecho te habrías quedado como idiota viendo sin hacer nada.

Suspiro mientras esos dos comenzaban a discutir, la verdad sigo sin entender como ellos dos estaban juntos el día que me sacaron de ese club, pero dejo eso de lado para ver a Adama que estaba recogiendo algunos afiches que estaban en el suelo.

– ¿No me digas que a ti también te chantajeo? -Digo apenada-

–No -Ríe- de hecho, yo me uní a ellos para ayudarlos, aún no sabemos quién estaba pegándolos, pero al menos puedo ayudar a quitarlos, de verdad tienes una buena amiga. -Dijo sonriendo-

Por curiosidad veo de reojo a Maya y veo como trataba de ver algo en su celular mientras Montaner le estaba reclamando aún, pero ella estaba tan enfocada en su aparato que no le prestaba atención o al menos eso quiso aparentar puesto que podía notar aquel sonrojo en sus mejillas que me hizo creer más en las palabras de Isaac.

Y hablando del diablo, me asomo un poco al interior del salón donde lo veo anotando algunas cosas en un cuaderno mientras llevaba una de sus horribles sudaderas cubriendo su rostro pero aun así notaba que llevaba unos auriculares mientras fruncía el entrecejo y sacaba ligeramente la lengua al parecer muy concentrado en lo que estaba haciendo, diría que parece hasta tierno, puedo notar que las bolsas negras que siempre llevaba debajo de sus ojos han empezado a desaparecer haciendo que me alegrara un poco. Digo, si trabajaba de noche después de su trabajo en la cafetería a quien sabe qué horas regresaba a su hogar para después dormir en un colchón que es más suave el suelo que estoy pisando, jamás se le notaron tanto debido al tono de su piel, pero las veces que lo pude ver sin su capucha si podía notarlas, ahora incluso con ella podía verlas pero gracias al cielo ya no estaban tan marcadas lo que significaba que estaba durmiendo mejor.

Pero al momento que levanto la mirada y se conectó con la mía mi cuerpo se llenó de nervios ya que no sabía si debía saludarlo o algo, pero al ver como solamente regresaba su atención a su cuaderno entendí que debíamos seguir la misma rutina de siempre.

Así que cuando la campana sonó tuvimos que regresar a clases, donde mi última vista del pasillo había sido con aquellos afiches por casi todo el lugar.

Sinceramente no sentí cuando las clases pasaron ni cuando entregué el ensayo que la bruja de la profesora nos pidió, pero al parecer tanto esperaba nuestro fracaso que se sorprendió al ver como si entregamos perfectamente nuestro trabajo. Ver como su cara estaba tan roja como un tomate por el enojo.

El resto del día transcurrió normalmente hasta que la hora del receso llego y me dirigí en dirección al comedor, para mis sorpresa y desconcierto Raúl, junto con sus amigos no me hablaron en ningún momento de la clase lo que me desconcertó completamente, pero no le di la importancia necesaria ya que lo vi como algo muy bueno al no tener que estarles pasando mis notas.

Pero cuando llegue al comedor donde siempre se escucha el ruido de las diversas conversaciones, risas e incluso gritos de algún loco por ahí, pero en está ocasión al verme entrar todos se callaron de golpe y empezaron a murmurar entre ellos de una forma que pude oírlos, pero trate de ignorarlos.

"Es ella"

"La zorra de Smith"

"Dicen que es la amante de ese tipo"

"Yo escuche que solamente es uno de muchos tipos con los que se ha metido"

Esas y más cosas empezaron a decir, enserio trate y trate de ignorarlos, pero a cualquier lado que volteaba podía escuchar como seguían murmurando acerca de mí mientras me juzgaban con la mirada.

El aire empezó a faltarme, pero sabía que no podía irme de esa manera, así que fingí como si me hubiera entrado una llamada mientras me cubría la otra oreja con mi mano y salí apresuradamente de ese lugar.

Cuando estuve completamente sola salí corriendo lo más rápido que pude sin fijarme por donde iba, afortunadamente no me topé con nadie que me viera aunque tampoco sabía a donde iba o porque no dejaba de correr pero necesitaba alejarme de todos y de todo, no quería escucharlos más, no quería que hablaran u opinaran de mí como si ellos hubieran estado presentes en ese momento.

Me detuve afuera de un salón de no sé qué pero no me importo y solamente me recosté contra la pared mientras me deslizaba lentamente hasta caer al suelo tratando de recuperar el aire que perdí sin darme cuenta. Cerré los ojos un segundo tratando de despejar mi mente, pero el sonido de mi celular hace que lo saque de inmediato para ver un mensaje de Raúl que causo todo lo contrario que quería lograr.

Ahora entiendo porque jamás aceptaste salir conmigo, estabas demasiado ocupada con tus clientes.

En un arranque de ira arroje el celular contra la pared destrozándolo, mientras sentía como las lágrimas descendían por mis mejillas haciéndome sentir peor de lo que ya me sentía. Odiaba llorar por estás tonterías, odiaba sentirme como si fuera una exhibición hacía los demás. No hice nada de eso, pero a ellos no les debería importar lo que yo haga o decida hacer con mi cuerpo, es mío y nadie más que yo tiene derecho de opinar.

No quiero sentirme de esta manera, se supone que me esforcé para armar la mejor imagen que pude lograr, una chica amable con todos pero que sabía defenderse cuando alguien trataba de intimidarla. Me hice capitana de porritas, me uní a un club para ayudar a los que les cuesta socializar, me hice una Reina a pesar incluso que mis ex me hacían ver como una zorra completa, logre salir adelante a pesar de eso.

¿Cómo es que no puedo lidiar con unos malditos rumores y unos estúpidos afiches?

Estaba tan concentrada en mis pensamientos que no me di cuenta que unas manos se colocaron sobre las mías y cuando alce la vista fui recibida por la mirada seria de Isaac.

Pero mis ojos se abrieron en sorpresa al ver como alrededor de uno de sus ojos estaba rojo como si alguien lo hubiese golpeado que me quede sin palabras, pero estaba por preguntarle que rayos estaba haciendo ahí y que le había pasado pero antes de poder preguntarle siento como me atrae hacía él pegándome a su pecho mientras con su otra mano rodeaba los hombros.

–Ya no tienes que seguir aguantando eso –Dijo casi en un susurro- no te prometo que termine, pero sí que puedes dejar de fingir esa sonrisa por unos segundos.

Pese a lo que creen no me puse a llorar en ese momento, para nada.

La vergüenza fue mayor que sentía como mis mejillas se calentaban tanto que me asustaba que él lo sintiera, pero aun así no me despegue de aquel abrazo sino que eleve mis brazos para corresponder su gesto mientras aspiraba el olor que desprendía.

Y así, a pesar de que sentía que todo caía sobre mis hombros como un yunque en ese instante solo pude pensar en la calidez de su cuerpo y de mi corazón que parecía a punto de estallar.

En verdad ¿Qué me estaba pasando?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro