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Capítulo 8

Isaac

Muchas veces los padres les dicen a los niños que deben apreciar lo que tienen porque otros niños podrían desear lo que ellos poseen y desprecian en ese momento. Y seamos honestos, los niños y peor ahora la dichosa generación de cristal son muy pocos conscientes incluso desde antes de aprender a caminar.

Pero yo jamás tuve que aprender esa lección porque yo era quien estaba del otro lado de aquella tan famosa frase.

Desde que tengo memoria yo jamás tuve demasiado, por no decir casi nada que pudiera llamar mío, pues como anteriormente mencione mis padres eran unas personas alternativas que vivían como querían o como prefiero llamarlos: unos drogadictos que excusaban su estilo de vida ante la ley.
Mi madre por lo poco que sé sus padres la abandonaron cuando se enteraron de que estaba embarazada de mí y pues simplemente se fue de casa junto a mi padre, quién se había ido de la casa de los suyos por no sé qué tantas cosas, seguramente porque no querían que su hijo viviera como un vagabundo cómo lo fue cuando huyo de casa.

Ambos eran demasiados jóvenes en aquel entonces, mi madre apenas tenía 17 años y mi padre 22.

No tengo idea como es que esos dos se conocieron, pero seguramente el karma hizo de las suyas para juntarlos y que de esa unión yo saliera, unos meses después de que se fueran de sus hogares.
Me gustaría poder decir que al enterarse de que venía en camino ellos se asustaron, estuvieran nerviosos para finalmente aceptarlo y decidir hacerse cargo de mí como mejor pudieran hacerlo.

Suena lindo ¿Verdad? Como en las novelas que ven los abuelos de Maya, sin embargo ese no fue ni por cerca mi caso.

Ellos quisieron abortarme cuando se enteraron que venía en camino, pero el doctor simplemente les dijo que era imposible hacerlo debido a que tenía casi dos meses en el vientre de mi mamá y obviamente era ilegal, así que ellos huyeron de todos los que los conocían hasta llegar a una ciudad donde según ellos iban a vivir mejor ambos y verían que harían conmigo después.

Quisiera decir que todo fue mejor después pero nada lo fue, mi progenitora de alguna forma siempre trataba de fumar, beber o drogarse mientras me tenía en su vientre sin importarle que podía matarme en el proceso, la verdad no sé cómo es que sigo vivo después de todas las tonterías que ella hacía y que mi progenitor poco le importaba por estar buscando algún trabajo que les pagara lo suficiente para no morir de hambre ni por falta de drogas. De verdad agradezco el día en el que finalmente salí de ese infierno al cual yo alguna vez llame vientre y ojalá la enfermera al ver la segura pinta de drogadictos de mis progenitores decidiera cambiarme por otro bebé o decir que nací muerto para regalarme a una familia que en verdad pareciera buena o ahogarme, la verdad hubiera preferido todo eso a lo que se venía después.

Después de que el hospital, al ver la penosa situación económica por la que pasaban mis progenitores decidieron exonerar su deuda y darme incluso algunas cosas que necesitaría los primeros meses de nacido.

No puedo decir que no todo fue malo, puesto que cuando mi madre se recuperó del parto de inmediato decidió que junto a su "marido" saldrían de fiesta mientras me dejaban con su vecina que era una dulce abuelita que amaba a los niños y que gracias a ella pude crecer más o menos bien hasta los cuatro años donde empecé a tener un poco más de consciencia a mi alrededor y todo lo que estaba en él.

Pero yo era muy feliz sin importarme la razón del porque mis padres me dejaban siempre con la vecina mientras ellos salían durante toda la noche y regresaban a la casa hasta la mañana siguiente en un estado lamentable y obviamente poco sobrios, para dormir todo el día sin importarles si comieras algo o si siquiera estas respirando. Para después volver a comenzar la rutina dejándote con la vecina que era tan amable en siempre acogerte y cuidarte a pesar de no recibir ni un solo pago por ello.

Por eso envidió y agradezco la ignorancia de los niños, de no haber sido por ella y por la dulce abuelita que me cuidaba posiblemente yo estaría en un lugar donde no desearía en este momento.

Pero como todo lo bueno que llega a mi vida, siempre se va o se extingue para siempre, entre ella está la vida de esa dulce mujer, que como a todos en algún momento de la vida la muerte la reclamo para ella para que finalmente pudiera descansar, cuando yo tenía cinco años apenas. Lo recuerdo perfectamente puesto que ella antes de cerrar los ojos por última vez ella me confundió con su hijo, dándome su bendición para que tuviera una vida llena de bendiciones y felicidad.

Creo que no llore tanto después de ese día.

Poco después me entere que esa dulce mujer, me había heredado aquella casa puesto que no tenía ningún otro heredero en su testamento me dejo una pequeña suma de dinero junto con aquella propiedad que tiene la mayoría de mis recuerdos buenos de la niñez. Pero lamentablemente no podría tocar nada de eso hasta cumplir los 19 años.

Después de eso la realidad me golpeo más duro de lo que pensaba, fui a los 5 años de edad plenamente consciente de que mis padres no les preocupaba en lo más mínimo y que si yo no veía por mí nadie lo haría.

Creía que nada podría hacerlo peor...

Hasta el día en el que las sirenas se escucharon a mitad de la noche...

....

Me desperté de golpe, casi saltando del sofá donde me había quedado a dormir, sintiendo como mi respiración estaba agitada, me encontraba completamente empapado de sudor y sobre todo debido a los golpes que tenía y el movimiento demasiado rápido me dolieron peor de lo que pensaba por lo que tengo que morderme la lengua para no soltar una maldición.

Cuando finalmente logró calmarme de esos malditos recuerdos solamente me levanto de mi cama improvisada para dirigirme a la cocina por un vaso de agua, pero por el trayecto me asomo a ver a mi "invitada" y verificar que no se haya ahogado en su propio vomito. Y sinceramente me arrepiento plenamente de hacerlo, no porque haya vomitado mi cama, sino porque esa chica incluso dormida se sigue viendo muy linda.

Me es imposible no recorrer su cuerpo que estaba cubierto con ropas mías que enserio la hacían ver de una manera que jamás creí que la vería. Okey, no me llevo bien con ella pero hasta yo debo admitir que verla con mi camisa que casi la cubre toda me parece algo... ¿Curioso? No sabría cómo describirlo. En fin, mi recorrido termina en sus labios y de inmediato quiero golpearme ante el recuerdo de sus labios sobre los míos, pues aún podía sentir la suavidad de suyos y la frescura del enjuague bucal que gracias a dios uso porque literalmente asalte su boca de una forma que ni yo me logro explicar.

Acepto que me tomo por sorpresa su acción y lo primero que paso por mi cabeza era alejarla y decirle que se largara de mi casa, pero fue como si mi mente se apagara ante sus su contacto para solamente quedaran los instintos primarios que me dijeron que reclamara esos labios.

Estaba en piloto automático, que cuando finalmente me separe de ella tuve que inventar una excusa para que ella no malinterpretara eso, pero no tuve que esperar demasiado antes de que se desmayara.

Salgo de mis pensamientos al verla como estaba hecha un ovillo en la cama y es en ese instante que soy consciente de que la noche era demasiado fresca y como deben imaginar no tengo algún calentador o algo parecido que pudiera remediarlo, por lo que primero que nada entro a la habitación para colocarme una camisa desmangada de color azul, para después tomas la sábana que yo tenía en la sala ya que las otras estaban en el cesto de la ropa sucia. Lo que me recuerda que debo lavar.

En fin, tapo con esa sábana a mi invitada y cuando veo que deja de temblar me saca una leve sonrisa ya que me recuerda a las pocas veces que arropaba a Urs, cuando era más pequeña pero la clara diferencia es que esta chica no es mi hermana de nueve años y definitivamente no es una niña inocente. De hecho tengo que recordarme que es una chica casi de mi edad para poder separarme de ella. Así que simplemente me dirijo a la puerta en silencio para no despertarla pero de la nada escucho como ella comienza a sollozar por lo que me asusto pensando que despertó no recordando nada y pensando que la secuestraron o algo peor, así que me acerco para aclararlo sin embargo me quedo quieto al verla sollozar dormida.

Y mientras murmuraba algo que ni siquiera entendía me da a entender que estaba teniendo una pesadilla, así que tenía dos opciones:

La primera era irme y fingir no haber escuchado nada, hasta que se le pase la pesadilla como a todos.

Lo segundo es quedarme para tratar de calmarla.

Y en verdad odio mi maldita conciencia.

Así que me acerco a ella mientras murmura algo entre sus sueños, no puedo entender mucho de sus palabras pero pude distinguir un nombre.

¿Jack?

Y después mencionaba algo confuso como que estaba muy oscuro o algo así, la verdad no le entiendo mucho pero me es imposible pensar en el nombre que mencionaba una y otra vez esa chica del club que ayude a llevar a su hogar.

¿Acaso será amigo de ella?

Al ver como no podía dormir simplemente suspiro mientras levanto mi mano algo dudoso para acariciar su cabello al mismo tiempo que pienso en cómo hacer para que se calmara un poco, en mi cabeza llego la canción que Urs me hace cantarle cuando tiene alguna pesadilla ya que según ella la hace sentir muy poderosa y valiente.
Soy bueno memorizando cosas, sobre todo canciones y las melodías porque es algo que...bueno eso es historia para otro momento.

Sin embargo me tenso un poco al solo imaginarme cantar enfrente de otra persona, pues de solo pensar en tocar algún instrumento o cantar frente a alguien que no sea Ursa...joder, de solo plantearme la idea siento que me dará un ataque de pánico. Sin embargo sacudo mi cabeza para suspirar recordándome que ella está dormida así que tomando todo el valor que tengo en ese instante empiezo a cantar Titanium.

I'm bulletproof, nothing to lose

Fire away, fire away

Ricochet, you take your aim

Fire away, fire away

You shoot me down, but I won't fall

I am titanium

You shoot me down, but I won't fall

I am titanium

Cut me down

But it's you who'll have further to fall

Ghost town and haunted love

Raise your voice, sticks and stones may break my bones

Talking loud, not saying much

I'm bulletproof, nothing to lose

Fire away, fire away

Ricochet, you take your aim

Fire away, fire away

You shoot me down, but I won't fall

I am titanium

You shoot me down, but I won't fall

I am titanium

I am titanium

I am titanium

Con cada verso que sale de mi boca, como si fuesen un susurro para no despertarla, veo como poco a poco se iba calmando y dejando de sollozar e incluso la veo dar una leve sonrisa pero siempre manteniendo esa respiración lenta que demostraba encontrarse completamente dormida.

Así que cuando finalmente veo que está completamente calmada dejo de cantar, sintiendo como mi corazón retumbaba en mis oídos y poco a poco mi respiración empezaba a acelerarse, tenía miedo de que me diera un ataque de pánico mientras ella estaba dormida y despertarla de esa manera. Después de todo ya me había visto teniendo uno y por más que trate de ignorarlo, si me incomoda que me haya visto en una situación donde me encontraba tan vulnerable. Odiaba sentirme o verme débil ante la gente, así que trato de hacer cualquier cosa para impedirlo, hago los ejercicios de respiración, trato de mentalizarme en otra cosa sin embargo parecía que nada funcionaba. Pero mis ojos por casualidad se enfocaron en ella y en el momento de ver su rostro pacifico, como si nada en el mundo la molestara o pudiera afectarla y por el poco brillo de la luna que entraba por la ventana hace que me quede hipnotizado viéndola, haciendo que me fuese calmando de a poco hasta quedar completamente tranquilo.

No soy ciego y como dije en algunas ocasiones Smith, es linda.

Okey es muy hermosa no lo puedo negar y como toda personas normal es imposible que no me atraiga el físico, pero la verdad ella jamás llamo mi atención como para haberla visto antes en los pasillos, aunque posiblemente al estar en clases separadas influyo. Pero el caso es que a pesar de ser tan hermosa, mi primera impresión de ella no fue la mejor y la segunda, tampoco lo fue, la tercera fue aún peor.

Aunque debo darle el crédito de que tiene algunas cosas buenas, por ejemplo que es capaz de ir por sus amigos a un bar para que no les hagan nada malo.

O incluso que es capaz de ayudar a alguien en medio de un ataque de pánico sin asustarse demasiado o abandonarlo, y por no olvidar que también hace una que otra buena acción con dulces niños cómo mi hermana.

Sinceramente no sé qué pensar ahora de ella, pero sea lo que sea.

Malia Smith, se está metiendo demasiado en mi vida y eso no puede ser ya que va en contra de mis reglas.

Quiero pensar que eso es solamente algo pasajero.

Que al igual que las otras personas que han entrado en mi vida, ella se irá.

Que no se meterá más en mi vida.

Que su presencia no significara más que un recuerdo efímero que surcara en el momento que tenga la valentía suficiente para apretar el gatillo que acabara con mi vida.

Quiero pensar que ella no será importante en mi vida.

...

Vaya que fui estúpido al pensarlo....

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Cuando la mañana llego con ello mi mala gana por levantarme para ir a la escuela, sumando el hecho de que mi espalda me está matando así que mientras camino a la cocina para preparar algo de comer me estiro haciendo crujir mis huesos mientras siento el olor a tocino y huevos...

....

Un segundo ¿Cómo rayos huele a huevos y tocino mi departamento?

Así que me apresuro para ir a mi cocina para llevarme la increíble y desconcertante sorpresa de Malia Smith, cocinando en mi cocina.

Dios ¿Me llevaste a tu reino mientras dormía?

Seguramente estoy soñando o estoy drogado o la más posible.

Estoy en una realidad paralela y esta chica está a punto de sacar un arma para matarme en tres...

Dos...

Uno...

...Bueno, ya que una bala no atravesó mi cabeza significa que no es nada de lo que pensé.

Así que toco el marco de la puerta haciendo que ella pegara un leve brinco mientras se volteaba para verme sorprendida y algo avergonzada. Pero la verdad no pude darle el monologo que estaba haciendo en mi cabeza porque al momento de verla de pies a cabeza la garganta y toda la boca se me secaron.

¿La razón?

Pues tal vez fue porque anoche estaba muy cansado para verlo con mucha atención o porque ni siquiera le di la atención para examinarla lo suficiente pero ahora que la luz del día y que estoy más despierto también puedo verla como mi camiseta le quedaba casi como un vestido llegándole hasta la mitad de su muslo dejando incluso a uno de sus hombros expuestos, su cabello castaño desordenado por estar recién levantado pero se le veía igual o mejor que como lo tenía anoche.

Jamás he sido de gustos ostentosos con las chicas, no me importa la marca de sus ropas, teléfonos de última generación, maquillaje perfecto o incluso que tengan el jodido auto del año, no me interesa nada de eso y tal vez por esa misma razón es que sigo con lo que sea que tenga con Rachel, porque es casi como me gustan las chicas por así decirlo, simples.

Pero al ver a Malia Smith, vistiendo nada más que mi ropa vieja, cabello desarreglado y sin gota de maquillaje juro que sentí incluso que otra parte de mí se despertaba.

¿Qué? No me juzguen, soy un completo asocial pero también soy hombre.

Pero al ver su mirada burlona en su rostro solamente aclaro mi garganta.

– ¿Qué pasa Hale? ¿Jamás viste a una chica con ropa de hombre? –Me pregunta de manera burlona-

-Solo ruedo los ojos mientras me cruzo de brazos –No te creas especial, es que me sorprende ver como simplemente parece que estas cocinando y no has quemado el lugar, eso me desconcertó.

Ella solamente rueda los ojos mientras señala la pequeña barra que tenía en la cocina.

–Sé un buen niño y cierra el pico –Dijo fastidiada- ahora siéntate que serviré el desayuno.

Por mi parte solamente imite su gesto y rodé los ojos, pero como era demasiado temprano como para discutir con ella simplemente tome una de las sillas que tenía y me senté viendo como ella llegaba con el sartén sirviendo lo que había cocinado y solo puedo definirlo de una forma y perdonen mi léxico.

De puta madre.

Pan francés recién hecho, huevos revueltos y tocino que con solo verlo se ve crujiente y delicioso, y además de ello unos pastelillos de moras.

¿Cómo diablos hizo todo esto en mi cocina cuando recuerdo que solamente tenía una simple cebolla y leche que poco le faltaba para caducar?

Mi estómago traicionero no me ayudo rugiendo como si no hubiera comido nada en días y casi estaba en lo correcto, por lo que tomando uno de los cubiertos di el primero bocado y ojala no lo hubiera hecho.

Está cosa sabía tan deliciosa que creía que estaba soñando ya que jamás había probado algo tan delicioso en mi vida. Pero no lo entendía ¡Solo eran huevos y tocino!

Así que alce mi mirada completamente desconcertado viendo como ella me veía expectante y algo más que no entendía en su mirada, pero solamente lo relacione a saber que tal estaba su comida y pues por más que quisiera decirle que estaba normal y que había probado mejores...no pude mentirle.

–Okey, dime ¿Cómo conseguiste para hacer está comida y cómo lo hiciste tan sabroso?

Veo como una sonrisa se dibujó en su rostro e incluso un leve tinte rosado apareció en sus mejillas pero asumo que eso siempre lo tiene cuando sonríe.

–Pues debo admitir que fue algo difícil porque literalmente no tenías nada en ese refrigerador, así que aprovechando que me levante temprano fui a una tienda que estaba muy cerca de aquí, sinceramente no sé como pero salió todo bien al final.

Por mi parte asiento mientras pruebo esos pastelillos y debo admitir que era lo único que sabía normal pero igualmente mi estómago lo agradecía felizmente.

– ¿Y saliste –Trago- así? –Digo señalando la ropa que llevaba puesta-

Sus mejillas se tiñen de rojo mientras me ve con molestia.

Sip, esa es la Smith que conozco.

–Obvio que no tonto, tome una de tus sudaderas y me la puse para ir a la tienda y una cafetería, que por cierto eso último fue casi imposible ¿Acaso aquí no conocen lo que es un café por las mañanas?

–Cómo pudiste apreciar querida, no vivimos en tu barrio. –Digo sarcástico-

Ella se queda en silencio mientras sigo comiendo el desayuno que me hizo, sin embargo ella solamente se me queda viendo sin ninguna clase de plato así que solamente suspiro mientras dejo el tenedor en la comida a medio comer y lo deslizo hacía ella que ante mi acción me ve confundida.

–No me gusta que me vean mientras estoy comiendo y menos si esa persona no está comiendo nada.

–Pero yo ya comí. –Murmura-

-Me es imposible no rodar los ojos –Smith, te huelo el aliento desde aquí y aun huele a menta, además de tener una hoja de perejil en los dientes, así que puedo suponer que solo tomaste un batido verde mientras compraste estos pastelillos, lo que resume a unas 300 calorías más o menos, por lo que puedo suponer que estás acostumbrada a tomar en las mañanas por alguna dieta, además de una manzana o mango para acompañarlo, pero estamos en mi casa y aunque me hiciste esta comida y te lo agradezco vas a comer algo más que un batido de veganos.

Ver su expresión desconcertada por todo mi palabrerío me saco una sonrisa mientras tomaba un poco del jugo de naranja que no sé en qué momento me trajo. Pero lo que casi me saca una carcajada es que se cubre la boca creyendo lo que le dije de la hojas de perejil pero dándome a entender que acerté.

No soy adivino ni nada, solo soy buen estudiante y escucha, además del hecho que recuerdo que Amaya me dijo que a Malia le gustaban los jugos verdes por las mañanas y que la enojaba que solo tomara eso acompañado con alguna fruta o una barra de cereal.

–Pero lo hice para que lo comieras tú. –Susurra-

Casi se me sale el jugo por la nariz cuando escuché y lo que supongo que pensó en voz alta sin darse cuenta, así que simplemente me aclaro la garganta ignorando el comentario.

–Agradezco el gesto Smith, sin embargo tuviste una noche bastante movida, además de que vomitaste demasiado por lo que me comentaron Max y Maya, así que debes poner comida de verdad en tu estómago si no te quieres desmayar en clase que por cierto –Digo viendo mi reloj- llegaremos tarde, así que come de una vez.

Ella hace una mueca para tomar el plato y jugar un poco con los huevos, está bien que después de una noche alocada como la que tuvo no tuviera demasiadas ganas de ir a la escuela pero es inevitable ya que hay muchas cosas que hacer hoy o al menos para mí las hay.

–Hale, sé que posiblemente me arrepienta de esto pero lo preguntare –Dijo viéndome- me comeré este desayuno lleno de demasiadas calorías, a cambio de que faltemos a la escuela el día de hoy y hagamos otra cosa.

Me dan ganas de reírme de solo escuchar su propuesta, pero al ver cómo incluso jugaba con sus dedos de manera nerviosa sobre la mesa y apartaba su mirada de la mí comprendí que enserio no quería ir, bueno tenía un punto a favor ya que no tenía ropa para irse y si se fuera a su casa por un cambio no llegaría a tiempo, además de que seguramente me dejen a cargo de todo lo del club de teatro que no me pregunten como terminamos audicionando.
Pensé en que también teníamos que hacer el trabajo pero después de la discusión del día de ayer la verdad sería lo más factible aprovechar que esta de un humor estable.

Sumando el hecho de que me siento muy cansado y adolorido de la noche anterior, de verdad estoy oxidado para pelear, es verdad que deje de estudiar judo y karate hace años pero no creí que fuera para tanto.

E inevitablemente al pensar en lo que paso anoche alzo la vista para verla y cómo empezaba a comer el desayuno, por su expresión puedo suponer que aunque intentara negarlo lo estaba disfrutando tanto que me hizo sacar una sonrisa que oculte comiendo uno de los panecillos. En fin por su expresión puedo saber que no recuerda absolutamente nada de lo del beso así que mejor para mí.

Pero volviendo al tema, me le quedo viendo unos cuantos segundos.

–Bueno, supongo que por esta ocasión y porque te debo un favor –Le recuerdo- puedo faltar contigo está vez aunque no tengo entendido del porque quieres que yo falte también.

Ella no trato de ocultar su sonrisa mientras seguía comiendo.

–Porque mis amigos están en clase o en algún lugar tirados después de tanto beber en una fiesta, además de que estaba pensando que podríamos aprovechar y adelantar lo último del trabajo ya que estamos en tu casa o ir a la mía porque aunque como dices esta ropa obviamente me queda increíble no puedo andar campante con ella todo el día.

-Asiento de acuerdo –Okey te doy la razón en ello pero la verdad no me atrae la idea de irme a tu casa, las cosas de ricos me hacen sentir mal como verás mi morada no es exactamente un Pendhouse. –Digo señalando el departamento-

Puedo ver por su mirada que coincide conmigo.

–Mira Hale, a menos que me quieras desnuda en tu departamento es mejor ir a mi casa para que me pueda bañar con agua que no me congele hasta las ideas y usar ropa que no haga pensar a cualquiera que me vea que estuvimos en una noche alocada.

Me perdí en sus primeras palabras y me le quede viendo de pies a cabeza dándole a entender que me la imaginaba de esa forma, al parecer lo entendió porque me lanzo un pedazo de pan a la cara haciendo que suelte una leve risa que sinceramente hasta a mí me sorprendió haberlo hecho.

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Después de arreglarme un poco para poder salir, lo que nada más consistía en un pantalón desgastado negro, unos tenis grises junto con una camisa negra manga larga pero como siempre me puse una sudadera gris con el logo de mi equipo favorito de futbol

¿Qué? Aunque no lo practique no significa que no me guste, además según la cara de Smith le desagrado como me vestía e incluso me lo expreso en palabras pero poco o nada me importo puesto que era cómodo para mí y con eso bastaba.

Debido a que no podía ir con la ropa de ayer y que con la mía daría a entender una imagen completamente errónea, así que le di una de esas sudaderas que tanto parecía odiar de color azul y ver su cara de desagrado al vestirla mientras bajábamos por las escaleras por Dios que valió la pena. Aunque debo admitir que me quede viéndola no solo por cómo se veía sino por la sudadera que le había dado, no lo había pensado demasiado al dársela sabiendo lo que esa prenda significaba para mí.

–De todo tu guardarropa ¿No podías darme algo que no fuera esta cosa? Ya perdí la cuenta de los agujeros que tiene. –Se queja mientras llegamos a mi vehículo-

-Me es imposible no formar una sonrisa con tan solo escucharla quejarse, en verdad se me está haciendo muy divertido poder hacerla rabiar –Smith, siempre está la opción de que vayas mostrando mi hermosa ropa, por mí no hay problema de hecho si alguien más te viera apuesto que la reputación de la "Reina" al llevar la ropa del don nadie de la escuela caería en picada.

–Estás más que loco si piensas que por verme con está ropa no me veo perfecta, incluso está sudadera horrible me queda bien, solo trato de comprender por qué siempre las usas, digo –Me habla mientras le entrego mi casco- siempre, siempre te veo con una de estas sudaderas o alguna chaqueta que te queda demasiado holgada, te apuesto que si vistieras mejor seguramente tendrías una novia y quitarías esa cara de chupa limones.

Nos montamos sobre mi motocicleta para de inmediato arrancarla y emprender nuestro camino sin contestarle sus palabras y sinceramente, solamente porque ella no sabe lo que ha sido mi vida sexual, mi experiencia con las mujeres estoy seguro que estaría con una expresión horrorizada.

No hablamos durante unos minutos mientras me enfocaba en conducir y de verdad lo apreciaba ya que así podía pensar mejor en como rayo termine en esta situación con esta chica en específico.

Pero al parecer no puede quedarse lo suficientemente callada.

–Hale em, quería preguntarte desde que desperté pensando que había sido un raro sueño pero al ver los moretones en tu cara supongo que no lo fueron, quería disculparme por lo de tu trabajo en verdad no quería que eso pasara, prometo que te lo compensare algún día, o al menos hasta que me quiten el castigo.

Nos detuvimos en un semáforo mientras pensaba en las palabras que ella dijo y aunque ya lo había hecho cuando estaba ebria la verdad me sorprende que lo haga estando sobria. Pero también me da a entender que recuerda un poco de lo que paso en la noche, solamente espero que el sueño y el poco alcohol que había en su sistema haga que no recuerde el beso.

–No te preocupes por eso, ya me estaba cansando de trabajar en ese lugar y aguantando a mi horrible jefe que se quedaba con casi todo mi dinero –Le digo mientras me encogía de hombros y veía cambiar el semáforo, acelerando al instante- así que no te preocupes, de todas formas planeaba renunciar. –Mentí-

Y de inmediato me pregunto ¿Por qué rayos trato de hacerla sentir mejor cuando en primer lugar es por su culpa que muchas cosas de mi vida que estaban perfectamente cambiaran de golpe? Tal vez tenga algo que ver con la expresión triste que le vi la noche anterior o quién sabe.
El ser humano tiene ese raro hábito de hacer de menos sus problemas para que quienes los provocaron no se echen la culpa cuando en realidad la tienen, o al menos los seres humanos decentes lo hacen así que de nuevo, no entiendo por qué yo lo estoy haciendo.

Seguimos otro tramo de camino hasta que de nuevo vuelve a hablar y me hace demasiado tentador haber traído mis auriculares inalámbricos para no poder escucharla.

–Yo emmm, de casualidad vi la fotografía que Max subió de ustedes con Úrsula y Maya, no puedo decirte que no salgas con ella porque sonaría demasiado territorial con mi amiga pero te advierto que si le rompes el corazón poco me importara que sepas artes marciales, seas un ninja o lo que sea, te parto esa cara y las bolas para hacer que te las tragues.

Okey, eso me confirma que no lo recuerda todo haciendo que suelte un suspiro de alivio pero de verdad tengo que aclararle que no tengo intenciones con Amaya, en primera porque no es mi tipo y en segunda porque...bueno es Amaya. Pero ahora me explico de donde saco esa idea.

No me doy cuenta que entramos al lado de los ricos de la ciudad, hasta que veo las grandes casas o como yo las llamo "mansiones de riquillos".

Tardo un poco en ubicarme porque el que condujo la última vez que estuve aquí fue Max y yo no le estaba prestando demasiada atención, así que con ayuda de Smith logro ubicar su casa y sip, ella tiene una mansión de ricos....que sorpresa.

Así que ella coloca un código en un panel para que la reja nos permita el paso y finalmente entrar a los terrenos de su casa, tardando nada más que unos minutos donde estoy seguro que ella estaba esperando alguna palabra del comentario que me había hecho y sinceramente no estaba en la obligación de contestarle nada porque, bueno si me metiera de esa forma con Amaya es algo que solo a ella y a mí nos debería interesar, pero por alguna razón mientras se bajaba de mi motocicleta y se quitaba el casco, al ver su rostro y a pesar de que tenía el cabello revuelto por llevarlo, de nuevo me quede viéndola más de lo que me gustaría admitir y no pude callarme.

–No estoy con Amaya de esa forma, ella y yo solamente somos amigos de la infancia por así decirlo –Digo mientras apago el motor- de hecho me hiciste la misma pregunta anoche y aclarare todo de una vez, el día de esa foto Max y yo decidimos llevar a Urs, a la playa ya que tenía libre de la escuela así que nos fuimos todos, fue coincidencia que nos encontramos a Amaya, ella se quedó con nosotros un rato y tomamos la foto, nada más.

Ella se me quedo viendo algo desconfiada y la verdad no la culpo, no suena demasiado convincente pero es la verdad.

–Cuando llame a Maya, escuche tu voz contestando su teléfono así que dudo que solamente lo hayas hecho por confundirse de celular.

Ante la mención de eso no puedo evitar hacer una mueca recordando lo que paso, debido a que ese día Amaya me pidió que fuera a su casa para poder entrenar un poco ya que según ella debía desempolvar mis conocimientos o me traería consecuencias, quién diría que al día siguiente sus palabras tendrían razón.
Pero en fin, debido a eso estuvimos reviviendo algunos recuerdos de ella dándome una paliza, pero con el poco orgullo que me dejo debo admitir que al menos le di pelea.

–Me quede en su casa porque ya era demasiado tarde cuando la fui a dejar, su madre es demasiado buena como para dejarme ir demasiado tarde.

Ella asiente coincidiendo estando de acuerdo con mis palabras ya que si en verdad es amiga de Amaya, ya debió haber conocido a la santa de su madre, porque esa es la única forma de definir a la señora Chandler, puesto que siempre que me veía cuando estudiaba karate con su hija hace años, siempre me llevaba por un helado o me invitaba a comer.

Incluso cuando me aleje un tiempo de Amaya, por ciertas razones al momento de reencontrarnos su madre me hizo comer hasta casi engordar y nadie (Y no exagero cuando lo digo) nadie le puede decir que no a esa mujer por más que lo intenten.

Al parecer si se termina de creer todo ya que suelta un suspiro mientras me da la espalda e ingresa a su casa, por lo que por mi parte solamente me limito a seguirla.

Cuando ingreso al lugar a diferencia de cuando estuve atendiendo la barra de verdad pude apreciar un poco el lugar y debo admitir que es completamente lo contrario a lo que es mi hogar, puesto que desde que pones un pie en la entrada te das cuenta del increíble espacio que hay.

Camino un poco por el recibidor mientras veo la pinturas, jarrones y demás cosas que había en ella y que estoy seguro que ella oculta cada que hace una fiesta puesto que no vi nada de esto cuando fui su barman, así que me fascino por algunas de las obras de arte que veo que estoy seguro que valen más de lo que ganaría en toda mi vida. Admito que eso me decepciona un poco, pero supongo que así es la vida.

Nacer en una familia rica no es cosa de nada más desearlo y se cumplirá, depende de suerte y que en verdad la vida te amé para regalarte los lujos que veo a diario y que estoy seguro que ninguno de esos niños pijos agradece porque es algo que tienen desde la cuna.
No saben cuál es el significado de irse a dormir sin un pedazo de pan a la boca o pasar días enfermo pero no poder recostarte a recuperarte porque tienes que trabajar por un pago miserable que usaras para pagar el alquiler pero no para comparar medicinas.

No quiero decir que todos sean malos, es verdad que hay excepciones como la familia de Max y de Adam por ejemplo, pero son muy raros los casos.

Salgo de mis pensamientos al escuchar unos murmullos que provenían de una habitación que si no mal recuerdo era el comedor puesto que ahí guardaba el alcohol para la fiesta, pero en ese momento veía a Malia, que no sé en qué momento se fue a vestir cambiando la ropa que le preste por unos jeans azules que se pegaban a sus piernas y trasero de una forma que..., bueno se le pegaba mucho, unas zapatillas del mismo color y finalmente un jersey de un color rojo vino. Pero lo que me confundí era que estaba solamente en las puertas de esa habitación más no ingresaba y por lo que puedo escuchar de ahí provienen los murmullos.

Mi primer pensamiento es que es que su tía estaba ahí y le estaba dando un sermón, por lo que estaba tentado a irme pero en ese momento recuerdo que me dijo que a esas horas pasa a ver sus otros locales así que definitivamente lo descarto ya que si algo destaca a Cassie Montenegro es que siempre es puntual y seria en sus negocios, además de que no falta a menos de que sea algo de vida o muerte, lo tengo perfectamente sabido lamentablemente.

Sacudo mi cabeza sacando esos pensamientos de mi mente, para pensar en la posibilidad de que sea Amaya, puesto que ella es capaz de saltarse un par de clases con tal de ver a sus amigos así que solamente ruedo los ojos para acercarme a la puerta, puesto que quería irme lo más pronto posible para poder disfrutar del tiempo libre que tomare este día y ¿Quién sabe? Tal vez ir a la plaza de la ciudad con Ursa, para poder escuchar a los músicos y que ella baile con las chicas de ahí.

–Oye Smith, ¿Qué tanto estás haciendo ahí? Es Amaya con la que hablas ¿Verdad? –Le pregunto mientras acorto la distancia entre ambos, pero ella me ve con una expresión alarmada que me confunde- Amaya, ¿Qué diablos le estas diciendo para...?

Mi voz muere puesto que cuando me asome al otro lado de la puerta no me encontré para nada a la chica de rasgos japoneses y puños de acero, no, para nada lo era. Sino que me encontré en el lugar a un hombre de cabello negro con algunas canas, de cuerpo robusto y bastante alto, ojos negros que me miraban con completo desconcierto y junto a él estaba....la jodida copia de Smith, una mujer de verdad hermosa que como dije parecía ser la copia de Malia, solo que un poco mayor, que al igual que el hombre a su lado me miraba con completa sorpresa y curiosidad.

El lugar se queda en silencio mientras en una escaneo rápido puedo ver como el hombre iba vestido con una camisa blanca arremangada a los antebrazos mostrando así las venas que sobresalían de ellos, mientras que la mujer estaba vistiendo un vestido blanco.

Volteo a ver a Smith y al ver como trataba de cubrir su cara con sus manos, analizando todo y el parecido que noto en los tres solo se me ocurre que el hombre sea su padre y la mujer.

–No sabía que tenías una hermana. –Pienso en voz alta y en definitiva quiero golpearme-

La copia de Smith, suelta una dulce risa que me deja algo embobado pero salgo del encanto por el ceño fruncido que el hombre me da y es en ese momento que noto un minúsculo detalle que no pude apreciar antes, ambos llevan anillos de matrimonio.

Jodida mierda, okey señor entiendo la mirada de advertencia que me está dando ahora, yo haría lo mismo.

–Pero que chico más dulce, pero no cariño yo no soy la hermana de Malia, soy su madre –Me dice mientras me da una sonrisa- soy Sofía Montenegro, un placer.

-El hombre a su lado se aclara la garganta mientras me ve con una expresión seria –Soy Arthur Smith, el padre de Malia y esposo de esta bella mujer. –Dijo remarcando su unión con la mujer-

Me quedo un rato sin habla mientras trato de formular algo en mis cuerdas vocales, pero por más que lo intentaba seguramente parecía uno de esos peces que solo abren y cierran la boca. No reacciono hasta que Malia a mi lado me da un discreto codazo que me hace reaccionar así que me aclaro la voz.

–Muy buenos días señores, lamento mi descortesía soy Isaac Hale y soy compañero de Malia, es un placer. –Digo tratando de sonar más amable posible y sereno sin que los nervios se me noten-

El señor Smith, parpadea unas cuantas veces y le da una mirada a su esposa que lo veía de igual forma, no sé el porqué de esa reacción pero hizo que su expresión se relajara y ya no me viera como si me quisiera cortar la cabeza así que no le doy mayor importancia.

–Isaac ¿No? ¿Ya has desayunado? –Me pregunta el señor Smith, ahora con una leve sonrisa-

Parpadeo algo desconcertado por la pregunta del patriarca de la casa, pero solamente me limito a asentir.

–Emm sí señor, de hecho desayune con su hija.

Y ahora es ella la que me da una mirada asesina que la verdad no comprendo.

–Eso me imagine –Dice la madre de Smith, con algo de diversión en su expresión- pero no nos vas a negar probar un postre ¿Verdad? Eres invitado y eres el primer amigo que de Malia que trae a la casa que no sea Maya, nos gustaría conocerte. –Dijo con una brillante sonrisa-

Wow, puede que sea la madre de la chica que está a mi lado pero debo admitir que verla sonreír a ella es completamente diferente, tal vez exagero pero pareciera que brilla más de lo que ya lo hace cuando sonríe, mientras que Malia, bueno ella solamente parece...falsa.

Veo a Malia, quien niega discretamente dándome a entender que me negara a la invitación de su madre pero sinceramente hay algo que he aprendido varias cosas en mi vida.

Una de ellas es que Rick Riordan es un gran escritor que mezcla el conocimiento mitológico con la dulce ficción.

Y lo segundo, que nunca negare una comida gratis y menos de un rico.

Así que les dedico mi mejor sonrisa mientras acepto la invitación para sentarme en una de las sillas frente a ellos, mientras escucho un gruñido de parte de mi acompañante que de mala gana se sienta a mi lado mientras ambos padres depositaban su atención en mí.

–Así que Isaac –Dice el señor Smith- jamás habíamos oído de ti de nuestra hija ¿Acaso eres nuevo en la escuela?

Veo de reojo como Malia, baja la mirada haciendo que no vieran la sonrisa amarga que ella tiene, cosa que no entiendo pero me enfoco en contestar su pregunta mientras veo como nos dan cubiertos para comer el postre.

–No señor, de hecho nací y crecí aquí, simplemente no hablaba con su hija hasta este año.

–Ya veo, se ve que eres un chico muy amable pero me da curiosidad saber porque están los dos juntos en casa que se supone que estaría sola porque se supondría que deberían estar en la escuela en este momento ¿O me equivoco? –Pregunta la madre de Malia mientras me veía con una sonrisa-

A pesar de ser una sonrisa de esa bella mujer, en definitiva sentí la seriedad de sus palabras y estoy seguro de que no debe estar para nada feliz de que su hija falte a clases, por lo que trato de pensar una manera de excusarnos porque esa sonrisa empieza a asustarme. Pero antes de poder decir algo la chica a mi lado habla.

–Tenemos un trabajo pendiente que nos asignó una profesora, es bastante así que decidimos venir a hacerlo aquí ya que es más cómodo.

–Eso no responde mi pregunta querida.

– ¿Qué podemos decir mamá? La profesora nos dejó el trabajo ayer y quiere que lo entreguemos mañana, así que no teníamos demasiado tiempo tomando en cuenta las actividades que realiza cada uno.

–Qué curioso que lo menciones porque justamente tu tía me dijo que te saliste de las porristas por un tiempo, que raro porque pensé que te gustaba ser capitana.

Veo como ella se tensa levemente pero al ver de reojo a sus padres supongo que sus padres no se dieron cuenta, así que la veo como juega con sus dedos seguramente tratando de encontrar alguna excusa para poder evitar mencionar que no se salió por voluntad, puesto que el director la obligo a salirse por un castigo...un castigo que fue mi culpa.

–Verá señora.

–Cariño por favor, puedes llamarme Sofía. –Dijo mientras enfocaba su mirada en mí-

–Okey –Digo algo inseguro por su repentino comentario- verá, yo ayudo al club de teatro de la escuela para la obra que se avecina y su hija, se ofreció a ayudar ya que contamos con pocas manos de obra para hacer escenarios, vestuarios y las audiciones –Digo soltando un suspiro que hasta yo me creería lo que estoy diciendo- de verdad su hija es como un ángel que cayó del cielo para ayudarnos. –Le digo con una sonrisa-

Ugh, creo que voy a vomitar por tantas mentiras y adornos que le di a esta chica, pero es lo mínimo que le debo en ese punto, tal vez no pueda hablar de los míos pero estoy seguro que a Smith, no le gustaría que sus padres la criticaran o juzgaran...por mi culpa.

Ambos se nos quedan viendo sorprendidos para luego Sofía, voltear a ver a su hija con una sonrisa.

–Vaya, no esperaba eso pero supongo que es algo que como madre me alegra –Me dice con una sonrisa- de hecho me alegra que Malí, ayude a los demás y de paso apoye un arte como es el teatro, tal vez eso la ayude a apoyar el suyo.

Me quede confundido por eso, pero en ese instante nos traen lo que supongo es un muz de chocolate que se me hizo agua la boca, pero también veo como Malia a mi lado se tensa de manera más visible que la vez anterior.

–Mamá. -Llama su atención-

–Si la hubieras visto antes Isaac, ella hacía unas pinturas maravillosas que incluso los profesores de arte estaban impresionados con su talento. –Menciona con una sonrisa-

–Cielo no creo que sea el mejor momento para esto. –Trata de mencionar el señor Smith-

–De hecho, ¿Sabías que la mayoría de pinturas que hay en la sala fueron pintadas por Malia? De verdad son muy hermosas. –Menciona al parecer no oyendo las palabras de su esposo e hija-

Sé que no debería sorprenderme que una madre hable tan bien de su hija haciendo alguna actividad como el arte, pero se le ve incluso con los ojos brillando cuando lo menciona que se me hace difícil no creerle.

Sin embargo cuando veo a la chica a mi lado no paso por alto el hecho que está apretando sus manos mientras la tensión en su cuerpo aumenta.

–Ya veo –Digo ya que no se me ocurre nada más que decir- es increíble. –Digo tratando de que se cierre el tema para no seguirla incomodando-

–SI lo es, lástima que dejo de hacerlo hace ya tres años después de que Jackson se fuera. –Habla con una sonrisa menos brillante que las anteriores y con una clara tristeza en sus ojos-

Ese nombre hace que mi atención vuelva a la mujer ya que es el mismo nombre que la chica de aquel club y la que está a mi lado mencionaron. La verdad al principio no le di mayor importancia al nombre ya que pensé que solamente era un idiota que dejo a una chica con el corazón roto y nada más, luego cuando escuche a Malia mencionarlo entre sueños mientras lloraba hizo que un poco de curiosidad se encendiera dentro de mí, pero ahora que la madre de la mencionada me dice que la razón por la que dejara de pintar podría ser ese mismo chico hace que no pueda resistir saber más.

– ¿Jackson? –Es lo único que se me ocurre preguntar-

Ahora es el turno de ella verme con cara de confusión, como si no entendiese el porqué de mi pregunta lo cual hace que yo también me confunda.

– ¿Malia no te hablo de su hermano?

La sorpresa por la información llega a mí de golpe, pero no puedo terminarla de procesar debido al fuerte golpe que se dio en la mesa que hizo que el muz de chocolate me cayera encima de la ropa, por lo que volteo a ver a la responsable del pequeño accidente y mis ojos se asombran al ver a Malia Smith, la chica que siempre he visto sonriendo de manera falsa, burlona, molesta e incluso la he visto divertirse, pero jamás del poco tiempo que la llevo conociendo...la he visto llorar como mis ojos la ven en este momento.

Hay una expresión de enojo en su cara, su ceño estaba fruncido, su nariz levemente arrugada que en otro momento vería como una expresión tierna pero al ver como sus ojos marrones derramar lágrimas hizo que algo en mi pecho se removiera incómodo.
Pero en vez de gritar o despotricar lo que sea que estuviera rondando en su cabeza y que la hizo estar de esa forma, pero a pesar de todo lo que imagine en mi cabeza ella simplemente se fue rápidamente de ahí.

Sus padres se quedaron sorprendidos por el arrebato de enojo de su hija no dijeron nada, pero de la nada la señora Sofía se lleva las manos al rostro.

–Soy una estúpida, pensé que ya estaba bien con mencionarlo p-pero solamente la lastime. –Dice con su voz entrecortada debido al llanto-

No sé qué está pasando exactamente pero al ver como el señor Smith, abrazaba a su esposa para luego darme una mirada que entendí al instante solamente me levante de la mesa para salir del comedor y dirigirme a las habitaciones del piso superior.

Mis recuerdos del día de la fiesta me hacen moverme como si hubiera pasado toda mi vida en esa casa para caminar con tanta seguridad por sus pasillos, sin embargo mientras lo hago en ese mismo pasillo noto unos cuadros con pinturas, fotografías y demás cosas que estoy seguro que oculta siempre en sus fiestas, pero uno de ellos llama mi atención puesto que era de una niña, de al menos la misma edad que Ursa, que se encontraba sentada en un banco de madera mientras enfrente de ella estaba un lienzo en blanco, que era llenado por un pincel de pintura que la misma niña sostenía.

Por el color de cabello puedo suponer que es Malia de niña, incluso de espaldas sé que es ella por alguna razón. Ni siquiera yo la entiendo pero sé que es así.

Por lo que me encamino a la habitación de ella, donde soy recibido por la misma perrita que me mueve su cola mientras ladra un poco queriendo que le prestara atención así que le doy una caricia en la cabeza para dirigir mi atención a la chica que estaba hecha un ovillo en su cama y sabanas.

Abro la boca pensando en que podría decir, pero no me llegaba nada a la cabeza ya que literalmente abría y cerraba la boca tratando de poder formular una sola palabra o aunque sea un mísero sonido siquiera, pero no lograba salir nada así que solo me resigne para bajar la mirada y ver a la perra que estaba sentada a mi lado viéndome con una mirada que podría traducir como «Oye tú, al menos intenta llamar su atención o te muerdo» , así que resignado aclaro mi garganta para escuchar un gruñido de parte de ella, por lo que volteo a ver al animal a mis pies dándole a entender que ese era mi mejor esfuerzo, pero al ver su mirada....de verdad me urge tener más amigos, me estoy volviendo loco.

Así que sin más toco la puerta levemente, logrando así que se levantara rápidamente y al momento enfocarse en mí, puedo ver como sus ojos estaban rojos e hinchados.

– ¿Qué es lo que quieres, Hale? ¿Vienes a verme en mi peor momento? Pues mejor toma una fotografía esas duran más y después lárgate. –me dice mordazmente-

Sin embargo no respondo nada.

–Hale, hablo enserio vete de mí habitación ahora. –Dice con un tono amenazante en su voz-

No digo absolutamente nada y al parecer eso la desespera porque toma una de sus almohadas para lanzármela contra el pecho.

– ¡¿Qué diablos quieres?! ¡¿Quieres burlarte?! ¡¿Criticarme?! ¡Adelante Hale, búrlate, ríete o haz lo que se te pegue la maldita gana! ¡Aquí me tienes, la Reina de la escuela, ex porrista llorando! ¡Toma la foto y súbela! –Me grita mientras me lanzaba las almohadas y peluches que habían en su cama-

Sin embargo yo solamente camino hacia ella mientras recibo el impacto de cada uno de las cosas que me lanzaba, llegando incluso a lanzarme uno de sus perfumes que solamente se estrelló contra la pared sin siquiera rozarme pero a pesar de eso no me detuve. Todo eso mientras me acercaba a ella que estaba de rodillas sobre el colchón llorando mientras me lanzaba insultos, palabras hirientes y otras cosas que no sería muy apto de mencionar, pero a pesar de eso no me detengo hasta que me pare frente a ella y con eso ella aprovecha tratando de empujarme, alejarme o incluso lanzarme por la ventana si hubiera tenido la fuerza suficiente como para hacerlo.

Sin embargo yo solamente y sin que ella lo esperara, la rodeé con mis brazos en un abrazo que envolvió su cintura y con mi otra mano la tome de la parte trasera de su cabeza para pegarla finalmente a mí, donde al principio trato de soltarse, de alejarse e incluso clavando sus uñas en mis brazos pero sin embargo no dije nada o me queje por el pequeño ardor de sus uñas clavándose en mi piel.
Sin importar lo que intentara hacer para que la soltara no lo hice y solamente la pegué a mí.

–Puedes bajar tus barreras un segundo S...Malia –Me corrijo pronunciando su nombre por primera vez en voz alta y que ella me escuchara decirlo- nadie más está aquí, solamente nosotros así que –Hablo de forma baja y suave para que me escuche lo suficientemente bien- no sé qué pasa en tu vida, pero no te lo tienes que aguantar en este momento al menos, llora, grita, golpea todo lo que quieras para desahogarte, yo te ayudare.

Después de mis palabras ella dejo de pelear y retorcerse, para finalmente empezar a llorar mientras se aferraba fuertemente a mi espalda, con sus brazos delgados rodeando mi cuerpo.

Sus lágrimas humedecían mi sudadera pero poco o nada me importaba en ese momento, ya que le estaba funcionando a ella así que podía dejar pasar eso al menos.

No es que sea un experto dando confort o tan siquiera decir palabras de aliento puesto que con la única persona con que lo he hecho ha sido con Ursa, pero ella solamente es una niña que se preocupa por cosas tan simples como no aprobar una materia o llora cuando se hace algún rasguño, así que es simple poder ayudarla y lo peor que ha sido para ayudarla es cuando siente impotencia por no poder hablar correctamente, es fácil encargarme de esas cosas porque yo literalmente he crecido cuidándola, yo sé todo de ella y sé cómo hacerla sentir mejor, pero no sé qué hacer con una chica que en primer lugar ni siquiera somos amigos o buenos conocidos.

Pero algo, (No me pregunten qué) me hace no querer verla así, puedo soportar que se enoje, que me grite o incluso que se comporte como una diva insoportable, pero verla llorar de esa manera es...molesto.

Tanto era mi enojo por verla así y no poder decir algo para hacerla sentir mejor que sin darme cuenta empecé a tararear la misma canción que cante cuando ella estaba teniendo una pesadilla la noche anterior.

Y como lo hizo la última vez, su cuerpo empezó a perder la tensión que tenía y poco a poco empezó a calmarse pero en ningún momento se separó o hizo la insinuación de que la soltara.

Así que estuvimos así no sé cuánto tiempo donde lo único que se escuchaba en la habitación era mi voz tarareando la canción y los leves sollozos que aun soltaba, por lo que nos sentamos en la cama hasta que finalmente se calmó por completo y se separó de mi abrazo mientras yo simplemente trataba de enfocar mi vista en algún punto ya que no sabía que hacer ahora y la capucha de mi sudadera (que no sé cuándo se bajó) me permitía poder ver mejor la habitación gigantesca de la chica, donde podía ver cosas caras como; Una pantalla plana de no sé cuántas pulgadas, uno de esos columpios colgado en el techo, sofás pequeños, con mesas llenas de revistas y artículos que las chicas usan, hay más cosas pero me tardaría en describirla y además de que la chica a mi lado finalmente habla.

– ¿No vas a preguntar nada de lo que escuchaste? –Murmura lo suficientemente alto para que pueda escucharla-

Me es difícil no soltar un suspiro ya que tiene razón, tengo bastante curiosidad pero no puedo simplemente hacerle preguntas ya que literalmente lloro por ello.

–No tienes que fingir Hale –Me dice sin verme- no quiero que me tengas lastima.

Me quedo en silencio ya que enserio lastima es lo último que siento con ella.

– ... ¿Alguna vez te has preguntado la razón del porque yo le doy dinero a mis tíos para que cuiden de mi hermana, en vez de mis padres? –Le digo llamando su atención mientras yo solamente quiero salir corriendo de ahí desde que abrí la boca, pero si empecé con esto debo terminarlo al menos, no me gusta dejar las cosas a medias- Cuando tenía nueve años y Urs, solamente era una bebé de meses nuestros padres dijeron que iban a salir a buscar un medicina que mi hermana necesitaba, no podíamos pagar un hospital así que ellos dijeron que conocían una farmacia con la medicina para curarla –Cierro los ojos recordando a la bebé de escaso cabello en mis brazos, envuelta en mantas con su carita completamente roja mientras respiraba pesadamente- dijeron que solamente se irían por una hora nada más y solamente tenía que tratar de hacer que tomara agua –Una risa sin humor mientras niego con la cabeza- pero la hora se volvió en dos y así también en cuatro, para finalmente la noche llegar mientras yo cuidaba de mi hermanita enferma, yo, un niño de nueve años que no tenía idea de lo que hacía y pudo haber matado a su hermanita sin querer porque sus padres decidieron que era más interesante buscar una mejor vida...pero sin nosotros.

Recuerdo perfectamente ese día, tuve que correr hasta una de las casas de los vecinos que teníamos, pero debido a los vicios de mis progenitores nadie quería poder relacionarse con nadie de nuestra familia y ya que la abuela que me cuidaba cuando era más joven llevaba muerta varios años, no tenía con quien contar, hasta que finalmente durante la calle me topé con una pareja que pasaba por ahí y les rogué de rodillas, entre lágrimas e incluso pegue mi cabeza al suelo cómo había leído en un libro alguna vez, para que por favor ayudaran a mi hermanita.

Afortunadamente ellos se apiadaron de mí y me ayudaron para llevarla conmigo en su auto.

De no haber sido por ellos, posiblemente Urs...

Ni siquiera puedo pensar en la posibilidad.

–Los abandonaron. –Susurra Malia, a mi lado-

Simplemente me limito a asentir mientras tomaba una profunda respiración, la verdad no es que le cuente algo súper secreto que no le haya dicho a nadie, puesto que Amaya y Max, junto con los padres de cada uno saben de ello, además de la señora Montenegro.
Ursa, puesto que jamás los conoció rara vez me pregunta por ellos y es algo que sinceramente gradezco, puesto que aunque no me interesa si están en algún lugar o en un zanja muertos, pensar que por ellos pude perder a mi hermana, hace que la ira crezca en mí.
Pero volviendo al tema, no me importa mucho si ella se entera de esta historia, no es para nada secreto que no vivo con mis progenitores o mis tutores.

Así que solamente asiento ante sus palabras.

–Tus padres se notan que son buenas personas, no creo que tu madre haya dicho esas cosas porque sí, sinceramente ni siquiera sabía que pintabas o que tenías un hermano, pero se le veía la preocupación por ti a ambos, así que no te enojes con ellos ¿Sí? Yo hubiera deseado que los míos se hubieran preocupado por Urs, de la forma de los que los tuyos se preocupan por ti.

Malia, solamente me da una sonrisa triste mientras niega.

–Gracias por tus palabras pero, mis padres pasan el 90% de su tiempo de viaje de negocios, el 8% en un avión y finalmente el último 2% conmigo, prácticamente crecí a cuidados de una nana y raramente los veía a ellos –Dijo apretando los puños- mi "hermano" –Dijo haciendo las comillas en el aire- también era alguien que prefería estar en otro lugar que en la casa vacía, debido a que él era mayor las nanas solamente se enfocaban en mantenerme en mis actividades diarias mientras que a él nadie le impedía irse y regresar cuando se le diera la gana, pero a pesar de eso algunas veces él estaba en casa y llegaba a mi cuarto para leerme algún cuento o simplemente usar la televisión de mi cuarto, o incluso me dejaba pintarlo a pesar de que no era muy buena con los retratos, la verdad no me importaba porque podía estar con él, me sentía un poco feliz porque a pesar de no tener a mis padres siempre conmigo tenía a alguien que sentía lo mismo que yo, que entendía cómo me sentía y que por más que se fuera siempre regresaría por mí. –Dijo con una sonrisa melancólica que poco a poco se fue borrando-

Creo que me imagino a donde terminara está historia.

–Cuando tenía 15 años y él 19, un día regrese de mi curso de arte donde por fin había logrado hacer una pintura de él que no solo impresiono a todo mi salón sino que a mí mismo profesor que iba a mandarla a un concurso donde podrían descubrir mi talento como pintora –Ríe y niega- pero le dije que la quería un día para mostrársela a mi hermano puesto que en él estaba basada la pintura así que me dejaron llevarla a casa para mostrársela, recuerdo que ese día estaba lloviendo pero no me importo pues cuando puse un pie en la casa lo busque en la sala pero no lo encontré, luego en la cocina donde tampoco estaba y seguí buscando por cada centímetro de la casa hasta que finalmente llegue a su habitación –Su expresión se oscurece ante sus palabras- cuando entre, muchas de sus cosas no estaban, al principio creí que nos habían robado o alguien entro en su habitación pero cuando llegue a mi habitación para poder ver si no se habían llevado nada, encontré una nota –Suelta una risa amarga- una nota escrita con su letra, que me decía dos míseras líneas "No aguanto estar más tiempo en esta casa vacía así que me voy, cuídate y dile a tus padres que no se atrevan a buscarme" él huyo, él se fue y no pudo escribir más que esas dos malditas líneas, después de eso tuve un ataque de ira y rompí el cuadro que le hice, renuncie al concurso y a la pintura, todo eso era un recordatorio de un tiempo doloroso, así que lo deje.

Los dos nos quedamos en silencio puesto que ambos procesamos la historia del otro, no esperaba que se abriera de esa forma conmigo ya que no le conté mi historia pensando que ella lo haría pero creo entender un poco de su reacción en el comedor, ella a pesar de tener unos padres amables y cariñosos ellos siempre estaban muy ocupados para estar con ella y la única compañía que no estaba obligada por el dinero a quedarse en su casa, se fue sin dejar nada más que una simple nota y sin embargo no puedo evitar hablar.

–La madre Teresa de Calcuta dijo una vez "La Vida es Tristeza, supéralo" –Digo sin más y ella me ve completamente desconcertada- es irónico que una madre lo diga pero es la verdad, lamento lo que te paso con tu hermano pero tus padres no deben pagar siempre por ello, por si lo olvidas tú pudiste perder un hermano pero ellos perdieron un hijo y por lo que pude ver de ellos, se notan que aunque no pasen demasiado tiempo con ustedes, les importaban y debieron sufrir de igual o peor forma que tú, -Digo mientras veo como agachaba la cabeza- no sé porque se fue de la esta casa, pero fue su decisión irse no la de tus padres, con lo de pintar, la verdad no te he visto hacerlo y no me confió de tu palabra –bromeo un poco haciendo que me dé una leve sonrisa- pero si era algo que enserio te gustaba no debías dejarlo por algo como eso, de hecho alguien sabio dijo alguna vez "la tristeza es la madre de la inspiración".

– ¿Quién dijo eso?

–Aunque no lo creas, fue Max y no le digas que le dije sabio porque se le sube el ego y ya lo tiene suficientemente alto.

Ella suelta una suave risa mientras lleva un mechón de su cabello por detrás de su oreja mientras me ve.

–Con tu experiencia con los tuyos no imagine que hablaras bien de los padres.

–No generalizo por lo que me paso a mí –Digo mientras me encojo de hombro y me levanto de la cama- y si ya te sientes mejor es mejor que hagamos ese trabajo porque por más que quiera molestar a esa profesora, no quiero una mala nota.

Ella por su parte asiente mientras se levanta y cuando estaba dispuesto a salir por mi mochila que deje por la entrada, ella me llama así que volteo a verla levemente y para mi confusión jugaba con su cabello.

–H...Isaac –Usa mi nombre que me sorprende un poco- gracias por tus palabras y hablo enserio cuando te digo que le tengo envidia a Úrsula por tener un gran hermano mayor como tú, no eres tan idiota como pensaba –Me dice con una leve sonrisa- y también, quería decirlo antes pero hasta ahora lo admitiré por una vez, tienes una hermosa voz deberías intentar que alguien más la escuchara, podrías volverte famoso con ella.

Me sorprendo por sus palabras y sin quererlo mi cuerpo se tensa en su totalidad, sé que no lo dijo para hacerme reaccionar de esta manera, pero a pesar de que cante algunas veces o que sienta las increíbles ganas de tocar algún instrumento, simplemente no puedo hacerlo... ya no puedo hacerlo.

Así que solamente me limito a asentir y finalmente salir a paso apresurado de ese lugar.

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Unas horas más tarde, cuando ya era más del medio día finalmente terminamos el informe de la profesora, para después los padres de Malia, invitarme a almorzar con ellos mientras me mostraban algunas fotografías de su hija (que cabe aclarar que las niñeras tomaban) haciendo el clásico ritual de avergonzar a su hija y esa fue la única razón por la que acepte quedarme tanto tiempo.

También debido a que mi sudadera se manchó con el muz antes tuve que quitármela quedando con mi camisa negra, supongo que se le hacía raro a la menor de la familia puesto que se me quedaba viendo demasiado, supongo que no se acostumbra a no verme sin una de mis sudaderas.

La verdad pese a lo que Malia, me conto sus padres son personas que cuando tienen tiempo te hacen sentirte como en casa y también algo curioso es que por alguna extraña razón el sentimiento se me hace familiar, pero no logro recordar de dónde. En fin no debe ser nada importante.

Así que mientras me bebía un batido que la señora Sofía hizo, que por cierto es una increíble chef, me hablaban también de sus trabajos y también explicaba la razón de tanto dinero.

Aunque mientras me relataban todo eso no podía dejar de comparar a la señora Sofía con la señora Montenegro, ya que en verdad eran opuestas en muchos sentidos.

–Y esa es más o menos la historia de cómo conocí a esta hermosa mujer. –Dijo el señor Smith, mientras besaba la mano de su esposa-

No soy alguien que le guste demasiado ver a las parejas enamoradas, per admito que si son ellos es soportable.

Pero mientras terminaba de contarme esa historia hay algo que me ha dado curiosidad desde que se presentaron.

–Disculpe señor Smith, pero ¿Por qué ustedes no usan el mismo apellido? –Pregunto curioso esperando que no les moleste la pregunta.

Malia a mi lado solamente rueda los ojos divertida, seguramente ya sabiendo el porqué de ese hecho. Al menos ya está de mejor humor.

La señora Sofía también se ríe mientras se acomoda en el sofá que está enfrente de mí.

–Verás querido, cuando nos casamos hubo un error en el registro civil así que no terminaron de darnos nuestra acta de matrimonio y solo estábamos casados por la iglesia así que o podíamos usar legalmente el apellido del otro, por lo tanto durante un tiempo que donde nuestros negocios personales crecían se hizo nuestro renombre a base de nuestros apellidos de solteros, así que a pesar de que compartimos el apellido Smith de mi marido sigo usando mi apellido Montenegro por nostalgia a esa época.

Vaya, esperaba algo más...no sé, ¿Divertido? Pero admito que es una buena anécdota, puesto que ninguno de los dos se hace renombre por el apellido del otro, todo lo que lograron lo obtuvieron por sus esfuerzos.

Iba a hablar nuevamente pero de la nada recibí una llamada por lo que me disculpe mientras me levantaba y salía de la habitación para contestar.

Cuando lo hice....de verdad deseaba no me esperaba lo que me estaban diciendo.

Por lo que mientras la persona del otro lado me hablaba, mi corazón y pulso iba acelerando de una manera anormal y que podría que en cualquier momento darme un ataque.
No sé cuánto tiempo estuve hablando u oyendo en este caso, cuando Malia salió de la sala para acercarse a mí y preguntarme lo que estaba pasando y por qué estaba tan pálido.

Las únicas palabras que pude formular en ese instante fueron...

–Urs, está en el hospital.

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