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Capítulo 5


Malia

Cuando tenía 14 años recuerdo como mi tía Cassie, me contaba sobre sus experiencias en la vida a pesar que mi madre (cuando estaba presente) le reprochaba que yo no necesitaba saber eso. Sin embargo de alguna forma siempre logro decirme todo a escondidas.

Escuchar de sus diferentes novios y las cosas que hacían con ellos me hacían pensar que mi tía era la mujer más increíble del mundo. Pensar que siempre tuvo una vida así de increíble me hacía desear ser como ella.
Pero ella me dijo que no tenía que repetir todo lo que había hecho ella, tenía que ser mejor y enfocarme en mis estudios, para así poder ser una buena mujer a comparación de cómo era ella a mi edad.

Pero supongo que estar en la oficina del director porque la subdirectora junto con una maestra me encontró en una posición comprometedora con una de las personas que menos me creería estar en una situación así. Y la verdad no sé qué es lo que me enoja más, si el hecho que no nos dejaron explicar nada de lo que paso o que la secretaría me esté viendo como si me hubieran encontrado en medio de una orgía y aunque hubiera sido el caso no es razón para que me vea así, pues media escuela sabe que se acuesta con el director a pesar de que él tiene esposa.

Sin embargo no puedo evitar sentir la vergüenza de haber sido encontrada en una situación así ¡Y ni siquiera hicimos nada!

Admito que me preocupe al ver a Hale, como si en cualquier momento se fuera a desmayar o a matar a alguien, sinceramente ir a la clase de música a ver las pinturas debía ser algo incluso relajante ¿Por qué diablos se puso así? Aunque no debo juzgarlo por eso sin saber la razón. No cometeré el mismo error dos veces.

Por lo que volteo mi mirada al chico que está a mi lado con los brazos cruzados sin siquiera verme. No había dicho nada desde que nos trajeron y solamente se sentó en aquella silla mientras se colocaba la capucha para no verme, enfrascándose en su propio mundo o yo que sé.

La verdad cada vez lo entiendo menos.

Salgo de mis pensamientos al momento de escuchar como la puerta de la dirección se abre mostrando a la subdirectora que nos ve con una mueca en su rostro para decirnos que entráramos y sin decir aunque sea una maldita palabra, el chico a mi lado se levanta para entrar.
Okey, admito que le di una bofetada pero la verdad me estaba preocupando demasiado verlo en esa especie de trance o ataque de pánico, lo que sea que haya sido que nos trajo donde estamos ahora, y tampoco niego que lo disfrute un poquito pero no es como que hubiera querido hacerlo a posta.

Cuando entramos, el director está en su silla con su traje siempre pulcro, su mirada seria que lo hace ver un poco intimidante debido a las arrugas que le empiezan a salir en la cara, sus ojos negros nos escanean como si de alguna forma tratara de encontrar la prueba que falta para expulsarnos de la escuela por tener relaciones sexuales en su escuela. Pero la verdad es que para mis ojos solamente es un hombre que está entrando en la tercera edad (Eso parece, no es que sea cruel) tratando de sentirse joven teniendo un romance con su secretaría creyendo que nadie los descubriría y tratando de intimidar a los jóvenes sabiendo que no pueden alegar nada ante su autoridad, o al menos así lo describe mi tía.

Creo que fue un sermón de alrededor de una hora donde nos estaba diciendo que estábamos dejando que nuestros instintos bajos nos ganaran y quisiéramos hacer algo tan privado como es el sexo en un lugar que se hizo para ser un templo del saber, que no debíamos manchar el nombre de la escuela y si no nos expulsaban era porque al parecer Hale, nunca se había metido en problemas y yo porque mi familia dona mucho dinero a este lugar, pero se excusó diciendo que él sabía lo que era ser joven y tener las hormonas alborotadas.

Y eso llevo a que nos diera una charla de sexualidad y de prevenciones que debíamos tener si íbamos a seguir en "nuestros encuentros".

Dios, solamente deseaba que en ese momento la tierra se abriera para tragarme, ni cuando mis padres trataron de hablarme sobre ese cuento de la "Abejita y la Flor" me sentí tan incómoda. O tal vez se debía a que estaba recibiendo esa charla de alguien ajeno a mi vida personal y que un chico está a mi lado escuchando que debe ponerse condón antes de tener relaciones con su novia, ósea yo.

Quería morirme, quería morirme y desparecer de la misma existencia para no poder ver la cara que estaba en la cara de Hale por la situación.

Por lo que cuando termino de hablar en la parte de usar pastillas y de que debía mantener un buen control de mis periodos ( ¡¿Puedo contar esto como acoso sexua?!) finalmente llego el castigo. Aunque escucharlo hablar debía ser más que suficiente castigo para ambos.

–Debido a los actos que ambos cometieron hemos decidido que desde el día de hoy ayudaran en el club de teatro con las obras que tengan que hacer hasta nuevo aviso; escenografía, casting e incluso a arreglar los asientos de ser necesario, más ahora que viene la obra escolar para recaudar fondos.

Si, esa siempre es la excusa, pero hay algo que no entiendo del todo.

-Por lo que decido levantar la mano un poco para que me dejara hablar –Perdone director, pero los días que los de teatro se reúnen son los mismos días que las porristas hacemos entrenamientos –Digo sonriéndole un poco tratando de mantener bajo control mis nervios- ¿No cree que puede cambiar el castigo ligeramente? Las chicas necesitan a su capitana.

La subdirectora solamente niega mientras me ve con dureza sabiendo lo que intentaba hacer y me reprocha con sus ojos acusadores.

–Lo lamento señorita Smith, pero se tomó una decisión y su tía estuvo de acuerdo –Dice haciendo que me quedara muda, porque no perdieron el tiempo de llamar a mi tía y menos que ella estuviera de acuerdo con esta tontería- además de que no debe preocuparse por las porristas ya que asignaran otra capitana, no es la única con talento aquí señorita Smith, de momento está suspendida de las porristas hasta nuevo aviso.

Los oídos me empezaron a zumbar y sentí como mi corazón se detuvo por unos segundos mientras las palabras de esa mujer se repetían en mi cabeza.

Deben estar bromeando.

–Deben estar bromeando –Les repito mis pensamientos- soy la capitana y soy quien se sabe mejor que nadie las coreografías, he sido una alumna ejemplar todo este tiempo siendo incluso la mejor de mi clase, no pueden quitarme por lo que tanto me esforcé. –Les digo tratando de no gritarles o entrar en un ataque de histeria-

–Hubiera pensando en eso antes de hacer actos indebidos en la escuela en horas de clases. –Me reprocha el director-

Las ganas de tirarme sobre el director aumentan para recordarle que no estábamos haciendo absolutamente nada, que incluso teníamos la ropa puesta. Que no tenía que compararnos a él en los momentos donde se revuelca con su secretaría tratando de luchar para que de milagro consiguiera una erección en su cuerpo decrepito.

Pero antes de que todo eso se me salga de la boca siento como mi mano es sujetada por una más grande, áspera y que al contacto con mi piel sentí como si quemara, pero no de una forma desagradable, sino que de una forma que me mando un escalofrió por todo el cuerpo evitando que gritara.
No tenía que voltear para saber que era Hale, que desde el inicio se mantuvo en silencio como si no le importara en lo más mínimo lo que estaba pasando y eso me molesta un poco aunque la verdad no puedo echarle la culpa completamente ya que fui yo quien quiso entrar a la sala de música.

-El director mira unos papeles en su escritorio para ordenarlos entre sus manos, antes de vernos de nuevo –Ya nos comunicamos con su tía y estuvo de acuerdo con el castigo, sin embargo –Ve a mi compañero- señor Hale, tratamos de comunicarnos con sus tuto...

–Soy mayor de edad director –Le interrumpió Isaac, que desde el inicio de toda esta charla se mantuvo callado pero ahora, su voz sonaba más ronca y profunda, como si estuviera molesto- no necesita comunicarse con alguien, yo respondo por mí mismo.

Debo admitir que hasta a mí me dio miedo como estaba hablando y creo que a los dos adultos enfrente de nosotros también pues no se atrevieron a decir una sola palabra más que para indicarnos que saliéramos de ahí y no debió decirlo más de una vez para que saliera casi corriendo de la oficina.

Estaba echando humo mientras estaba caminando por los pasillos, hasta que de la nada siento como algo me jala hacía atrás provocando que me detenga de golpe o más bien alguien me detuviera por lo que volteo y veo como Hale es el responsable.

–Oye sé que estás de malas, pero si vas a matar alguien ¿Al menos puedes soltarme? No quiero que me acusen de cómplice.

Bajo mi mirada para ver como justamente nuestras manos estaban sujetas, pero era yo la que lo sujetaba sin dejar que se soltara, por lo que rápidamente lo hago pues no me había dado cuenta.

–Lo siento –Me disculpo, pero luego recuerdo lo que paso- no, espera no lo siento, por ti es que me sacaron del equipo de porristas. –Le digo frunciendo el ceño-

Él solamente rueda los ojos con completo desinterés ante mi queja y estaba por reclamarle de nuevo pero al verlo recuerdo el momento que estuvimos tan cerca los dos y el calor se me sube por la vergüenza, genial lo que me faltaba es que los profesores estuvieran pendientes de ambos para no "repetir". Pude ver de cerca sus ojos y tal como pensaba, esa tonalidad es mucho más hermosa cuando se puede apreciar de cerca justo a la distancia donde estuvimos en el salón de música, pero a pesar de eso no olvido que repase su rostro en los pocos segundos que nos estuvimos viendo fijamente.

Pensar en todo eso casi hace que se me olvide el enojo.

–Mira es mejor eso a que nos hayan expulsado y créeme que a mí tampoco me hace ilusión ayudar a los de teatro tomando en cuenta que tengo trabajo por las tardes.

–Si no te hubieras quedado callado y me hubieras ayudado a explicar lo que paso posiblemente solo nos hubieran dado ese horrible y seguro trauma de sermón para dejarnos ir, pero no el señor tenía que quedarse callado como una maldita estatua.

–De nada hubiera servido que hablara, el director no escucharía razones y solos nos acusaría de estarle llevando la contraría, aunque hubiera hablado habría dicho que solo nos estábamos excusando e inventando cosas para salvarnos del castigo, ese hombre es alguien que prefiere apuntar a los demás antes que admitir que está equivocado, es una actitud humana normal. –Expresa con un tono de voz que me demuestra fastidio y aburrimiento-

Y la verdad pensándolo bien, posiblemente tenga razón, la mayoría de los adultos suelen enojarse tanto cuando los jóvenes tratan de corregirlos o demuestran saber más que ellos que incluso llegan a ser odiosos, el director nos hubiera suspendido de haber renegado más.

Pero eso no quita el hecho que no me ayudo en nada y tampoco ha dicho al respecto de lo que paso en aquel salón, lo que de cierta forma me preocupa.

–Oye Hale, lo que paso en el salón... -Me quedo callada al no saber cómo continuar-

Ver como su cuerpo se tensa y su mandíbula pareciera apunto de desencajarse, me da entender que para nada quiere hablar de eso, lo hubiera dejado pasar en otro momento pero la verdad me metió en un problema y me quito algo de lo de verdad me encanta hacer, así que es lo mínimo que me merezco es saber la razón de que casi se desmayara.

–No es algo que te incumba Smith ¿No quedamos que cada quien por su lado? –Me escupe de forma tosca-

–Ese era el plan, pero con lo que hizo mi tía y con lo que tenemos que hacer ahora dudo mucho que pase así que al menos como compensación de haber hecho que me expulsaran de las porristas me debes una explicación. –Le digo firme mientras me cruzo de brazos-

Él da un paso al frente cortando el poco espacio que nos separaba y de inmediato el aroma que había sentido aquel primer día en mi nueva aula me inunda de nuevo, estaba a punto de cerrar los ojos para poder olerla mejor pero me doy cuenta de lo estúpido que es eso por lo que solamente alzo la barbilla para verlo a los ojos.
La sombra que le hace la capucha de ese horrible sudadero hace que su cara de algo de miedo pero a su vez un cierto aire misterioso.

–Yo no te debo nada Smith, lo que paso ahí no es algo que a ti te incumba saber así que hagamos esto más llevadero para ambos y trata de no hacer que quiera pegarme un tiro cada que escuche tu voz. –Dijo con una sonrisa ladeada-

Mi boca se abrió en completa indignación y las ganas de volver a darle una cachetada como lo hice en el salón de música vuelven, incluso me pica la mano con la que se la di. Pero solamente sé que perdería saliva con este tipo que me logra sacar de mis casillas y más cuando escuche su risa que me hizo casi lo mismo que al momento que sujeto mi mano.

-Pero me recompongo para verlo con fastidio – ¿Qué se te hace tan gracioso?

Veo como se quita la capucha un segundo para pasarse la mano por el cabello mientras me mira de forma burlona junto con esa misma sonrisa ladeada, sinceramente estoy acostumbrada a las sonrisas coquetas de los chicos, pero de la forma que él lo hace solo me deja con mis emociones negativas en aumento.

–Que es verdaderamente entretenido sacar otra expresión de ti que no sea esa estúpida sonrisa fingida –Dice mientras se coloca la capucha- así no pareces la "Reina".

Mi cuerpo entero espabila en ese momento haciendo que sienta un completo frío, incluso creo que mi corazón se detuvo un segundo con sus palabras y al ver como su sonrisa se agrandaba me doy cuenta que le di la razón con mi reacción.

–N-No sé de qué me hablas. –Digo mientras trato de salvarme a pesar de que es inútil, pues aunque no lo quería mi voz temblaba-

No sé cómo se dio cuenta ¿Cómo rayos alguien sabe si sonríes de verdad? No es como que nos conozcamos mucho por no decir nada, ni mis padres o mi tía se dan cuenta de si las sonrisas que les doy son falsas, ni mis amigos más cercanos han notado eso porque me he esforzado por tantos años para construir esa máscara que nadie podría notar la diferencia.

¿Y ahora resulta que el tipo que no tengo ni un mes de conocer sabe que es falsa? No me jodan.

–Puedes hacerte la loca todo lo que quieras aunque más de lo que eres lo creo imposible, pero no trates de mentirle a un mentiroso, si los demás no se han dado cuenta es porque son idiotas, no me compares con ellos.

Hale, pasa a mi lado y se perdía en los pasillos debido a que aún duraba el receso, no me importaba donde iba en ese momento porque de alguna forma logro dejarme sin argumentos, de nuevo.

Y parece que se está empezando a hacer costumbre...

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Desde que mi tía me dijo que trabajaría en su cafetería un tiempo indefinido, tener una excusa para no ir sonaba como algo muy tentador pero en este momento mientras veo como un chico trata de hacer una escena de la película «500 días con ella» pero digo tratando porque para mis ojos no es otra cosa que una burla a esa película y eso que no me gusta ese filme.

Mientras que mi compañero del castigo debe pensar lo mismo al ver como ese tipo trata de llorar pero solo escucho berridos de una vaca bebé y no una bonita, no. Sino que una que está muriendo muy lenta y dolorosamente mientras se le atascaba algo en la garganta.

Sinceramente no está mal que al menos solo tengamos que ver las audiciones por hoy y ayudar a los que son rechazados a irse en un mar de lágrimas sin caerse del escenario.

Los jurados están formados por dos chicos y una chica, entre ellos están Raúl y Adam, que el último al menos nos recibió con una sonrisa amable, mientras que el otro lo primero que me dijo es que me sentara cerca de él para que haga mi estadía ahí más llevadera.

Finalmente la otra chica no la conozco pero la había visto en el club en algún momento. Como sea, ella y Adam son la clase de personas que son honestas pero amables cuando tratan de decir que apestas haciendo algo, de hecho hace parecer que son incluso buenos pero les falta que pulir su "talento", en cambio Raúl es mucho más tosco y grosero ya que incluso finge hacer ronquidos mientras el pobre chico seguía haciendo su escena, para después decirle que se bajara del escenario porque no tenía nada para pertenecer al mundo del teatro.

Sinceramente no sé cómo catalogar esta experiencia, pero si por esto evito unas semanas de limpiar y atender mesas ¡Que vengan los actores!

Pasaron unos dos más y ninguno al parecer daba el ancho para el papel del protagónico y los únicos que estaban tan siquiera cercas eran Raúl y Adam, pero el último dijo que no estaba interesado en el papel.

Y ¿Cómo culparlo?

La obra sería a base de una historia que creo una de las chicas y que la señora Dantes (Qué es la encargada de vigilarnos y apoyarnos, además de una loca obsesionada con el teatro) aprobó.

Al parecer la historia trata de un hombre acabado por la vida, que vive su día a día en un trabajo que odia, con una esposa que solo se queja de él, una hija en el hospital por cáncer de riñón y finalmente un padre que solamente le recuerda día a día que fue un idiota al tener una hija a temprana edad. Pero un día conoce a una chica que es unos años más joven que él, que trabajaba como voluntaria en el hospital donde estaba siendo atendida su hija y desde el momento que lo vio trata de mostrarle que la vida no siempre es un asco como él lo pensaba, que había más colores además del gris.
Todo eso, mientras se iban enamorando durante la obra.

Es algo cliché pero es mejor a hacer blanca nieves como se había propuesto al inicio.

Pero mis pensamientos son interrumpidos al ver como Adam, nos hacía una seña para que nos acercáramos.

Ambos lo hicimos para ver qué era lo que necesitaba.

-Como siempre nos recibe con una sonrisa amable –Chicos necesitamos cambiar de escenografía ¿Podrían traer la que está detrás de bambalinas? Es la de la ciudad.

Le damos una respuesta positiva y vamos en camino a buscarlas.

No es como que podamos negarnos tampoco.

Mientras estábamos buscando la escenografía entre todas las que había, no puedo evitar notar la marca en las mejillas de Hale.

Una la entiendo porque es cuando le di la cachetada, pero la otra no sé de donde la saco puesto que después de que la campana de salida sonara llego así y con una cara de fastidio, aunque siempre tiene esa cara.

–No la encuentro ¿Enserio esta esa cosa aquí?

–Revisa mejor, si no está hay que regresar para seguir viendo esas malas actuaciones. –Comenta mientras sigue buscando también-

-Me es imposible no soltar un bufido a pesar de que comparto la misma opinión, no lo digo en voz alta –Oh si claro y tú eres el mejor actor del mundo. –Me burlo de él-

Cuando voltea a verme, estaba de brazos cruzados dándome a entender que no va a dejar el tema por ahí.

–No digo eso, simplemente que ahora pienso que prefiero lavar los baños de la escuela con un cepillo de dientes y una sola mano a seguir viendo esas malas interpretaciones para una obra ridícula.

–Admito que no es la mejor, pero no es como para que digas como si nada que los demás no son buenos actuando –Espeto mientras lo veo- eres demasiado honesto, deberías aprender a guardarte tus pensamientos para ti mismo ¿Sabes?

Hale, solamente me ve un segundo para soltar una risa leve que se escuchaba más de burla que una amable mientras seguía buscando.

–Es mejor decir una cruel y amarga verdad temprano, que en el futuro ser humillado porque alguien no quiso dañar tus sentimientos, soy honesto porque así ahorro tiempo en explicaciones y pláticas sin sentido en busca de evitar dañar los sentimientos de una persona para que no se sientan mal –se encoge de hombros- al fin y al cabo en esta vida nadie se va sin sufrir algo, por ejemplo tú –Dijo ganando mi atención- sonríes ante todos para que no vean que debajo de lo que ellos ven solamente hay una chica miserable que es lo opuesto a lo que ellos ven día a día o al menos eso es lo que veo.

Todo mi cuerpo se tensó ante eso mientras lo veía y recordaba que ese idiota dijo que mi sonrisa era falsa, de cierta forma tiene razón pero me enoja la forma en que lo dice por lo que me acerco a él mientras sacaba la escenografía de la ciudad.

–Oh, entonces puedo decir también que tú tampoco eres una joyita sabes ¿No? Eres un idiota que solo sabe criticar a las personas mientras finge que lo sabe todo, ¿Qué es lo que escondes tú, Hale? ¿Fumas? ¿Te masturbas? ¿Eres mujeriego o alguien violento? –Le exclamo en la cara mientras lo veo a los ojos- No hables de mí como si me conocieras, no sabes nada de mí así que no tienes derecho a opinar.

-Verlo rodar los ojos solo me exaspera más – ¿Ves a lo que me refiero? Con los demás eres sonrisitas, risitas y esa actitud de niña de papi que es muy fastidiosa, mientras que cuando no te ven muestras está facera malhablada, desesperante y por cierto para nada atractiva. –Me dice con burla-

Mis ojos se abren ante sus palabras y el golpe de ese comentario me pega más fuerte de lo que hubiera querido admitir, porque tiene razón, los demás siempre me han visto como yo he querido que me vean, incluso mis padres creen que soy una hija que no mataría ni una mosca.

Pero soy incluso peor que la mayoría que muchos chicos, claro, no uso drogas ni bebo alcohol como algunos adictos pero si oculto cosas debajo de la máscara que les muestro a los demás e incluso hago cosas que no me gustan solamente para mantener la misma para que nadie sospeche.

Solo pocas personas he dejado que vieran esa faceta de mí, cuando no tengo que sonreír por todo y han sido solo con Amaya y mi tía Cassie, pero ahora resulta que este idiota entra en esa lista sin siquiera haberme dado cuenta ¡Ni siquiera somos amigos o conocidos cercanos siquiera!

-Pero no demuestro que sus palabras me hayan afectado y solo le sonrió con burla a él –Y tú Hale? No hablas con nadie más que con tu compañero de banco, eres un retraído social y jamás te he visto en la cafetería comiendo con alguien y de la nada ahora eres muy hablador conmigo ¿No? Eso solo me hace pensar que simplemente finges que te caigo mal y molestarme para estar cerca de mí, pero –Lo veo directamente- no eres mi tipo.

Ver como suelta la escenografía para verme y que esos ojos azules me recorran de pies a cabeza hizo que de cierta forma me sintiera algo tímida, ya que sus ojos tan intensos y profundos parece que me escanean hasta el alma.

–La verdad no eres tampoco mi tipo –Dijo mientras se acercaba a mí- prefiero a las rubias y créeme –Se inclina hasta quedar cara a cara conmigo- si en verdad me interesaras lo último que haría sería molestarte o tan siquiera hablar. –Me dijo en un tono más grave y bajo-

Creo que tuve un infarto en ese momento, las palabras no salieron de mi boca y estoy segura que se me seco completamente o tal vez perdí el habla e incluso me tentó a decir que olvide cómo hacerlo.

Su voz, su maldita voz. Debería ser ilegal que un hombre tenga una voz así, porque seguramente mataría a muchas personas al darles un infarto.
El tono de su voz es como si alguien te rodeara en un abrazo tan cálido y adictivo que solamente quieres que el momento siga por mucho tiempo o de preferencia jamás se acabara. Seguramente si canta tendría incluso a muchas chicas a sus pies, pero no puedo dejar expresar eso, porque en además de mantener mi orgullo no seré la persona que le suba el ego a este idiota. Pero por más que quiera negarlo y decir que sus palabras no me afectaron tanto como quisiera aceptar, que solamente fueron las mismas palabras que muchos chicos usan para para tratar de llevarme a sus camas, pero al ver sus labios en la pronunciación de cada palabra me hace muy difícil ese pensamiento y eso es lo que me fastidia.

Por lo que antes de que note todo lo que está pasándome por la cabeza coloco mis manos en su pecho para tratar de empujarlo, pero por más fuerzas que pongo es como si tratara de mover una pared, una pared muy dura. En verdad no quiero volver a ver aquellos ojos azules que oculta este chico debajo de su sudadera porque estoy segura que estaría más tonta de lo que me dejo con su voz.

–El papel de chico malo y mujeriego no te va, Hale –Le digo viéndolo y retrocediendo unos pasos muy a mi pesar, pero necesito pensar con la mente fría con este tipo cerca- de hecho dudo que alguien tan siquiera se fije en ti.

Él estaba por contestarme y yo para lanzarle una de los instrumentos de utilería para callarlo de una buena vez, pero antes que alguno de los dos intentara matar al otro, varios aplausos suenan a nuestras espaldas haciendo que nos volteáramos para ver como medio club de teatro, junto con el maestra Dantes, que nos miraba con asombro y con una especie de orgullo. Pero las que más me llaman la atención son la cara de enojo de Raúl y la sonrisa tensa de Adam, creo que solo tardo unos cuantos aplausos en darme cuenta que se habían escuchado toda nuestra discusión y los colores se me estaba subiendo a la cara.

En verdad estoy pensando que el chico detrás de mí solo hace que este en momentos de vergüenza y pena.

Aunque me desconciertan los aplausos, ¿Acaso apoyan para que mate a Hale? Si es así, con gusto correspondo a sus ánimos y con mis propias manos lo estrangulo ahora.

–Cuando Blake dijo que estaban haciendo una escena no lo creía al principio pero al verlos con tanta pasión, tanto sentimiento –La mujer agita su mano abanicándose el rostro- uff sentí incluso la tensión de quererse besar el uno al otro.

No sé quién tiene la cara más desconcertada y desencajada al momento que la profesora dice eso, si la persona que se encuentra a mi lado o yo. ¿De qué diablos estaba hablando? ¿Actuación?

Dirijo mis ojos hacía Adam, que en forma discreta me dice que le siga el juego y es cuando comprendo todo mientras que él solamente nos estaba ayudando ya que seguramente no nos iban a creer que estábamos haciendo otras cosas aquí y más como estábamos tan cerca el uno del otro. Y sinceramente con eso que nos tienen como los tipos de estudiantes que al parecer no les importa estar en el instituto para hacer sus cosas, solamente íbamos a conseguir que emporara nuestro castigo.
Veo de reojo como Hale, al parecer lo entendió también pues solamente suspira como si le fastidiara esa situación, pero al ver como pasaba sus manos sobre su cabeza de alguna forma entiendo que también se llevó un susto.

Y es así como ambos entendemos que le debemos una grande a Adam.

–Chicos –Nos regresa a la realidad la profesora que nos ve con una sonrisa comprensiva y entusiasmada- si querían audicionar me lo hubieran hecho saber, no tenían que reprimir sus dotes artísticos así.

–Simplemente no quis... -Intento hablar Isaac, pero me metía antes que dijera algo más-

–No quisimos hacerlo ya que estamos castigados y creíamos que no nos dejarían actuar en la obra –Digo en fingida pena- pero no pudimos resistirnos al estar aquí atrás con todos estos escenarios que actuamos un poco, no pensábamos que íbamos a tener público.

Al parecer cree mi mentira pues la veo asintiendo.

–Y ¿De dónde era esa escena? No la conozco. –Nos preguntó-

En otra ocasión inventaría rápidamente algo elaborado, pero en situaciones como está acudo a la mejor arma que pudo usar.

–Es una escena de una película de Netflix, se llama "Aunque te odie, ámame" es muy buena se la recomiendo totalmente.

Algo que sé de la profesora enfrente nuestra, es que está hecha a la antigua y prefiere ver las películas en el cine ya que no le agrada demasiado la tecnología de hoy en día, por lo que si le menciono una película inventada junto con las palabras de alguna plataforma para verlas, ella de inmediato desconocerá de ella.

Y al ver como asiente con una expresión de confusión en su rostro, me dice que funciono.

Sinceramente solo esperaba que nos dijera que no volviéramos a hacer eso para seguir en las absurdas audiciones, pero sus palabras me dejaron demasiado sorprendida.

–Muy bien chicos, ya está decidido –Dijo con una sonrisa- los finalistas para participar para los papeles protagónicos han concluido, el señor Ruiz y el señor Hale participaran por el papel protagónico masculino y la estrella de nuestra obra será la señorita Smith.

Las caras de sorpresa por las palabras de la profesora no hacen justicia ante lo que en verdad siento en ese momento.

De verdad ya no sé qué más puede salir mal...

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Pasaron unos días hasta que finalmente el fin de semana llego y con eso un descanso de todo el caos, llega a mi vida.

Desde que nos dieron el castigo junto con Hale, hemos estado quedándonos después de clases los días que corresponde a los ensayos y preparativos para la obra. Afortunadamente no eran todos los días pero gracias a eso teníamos que ir aún a la cafetería de mi tía para reponer el tiempo perdido, pero por alguna razón mi tía deja irse temprano a Hale y cada que le pregunto la razón ella solamente me sonríe de forma misteriosa.
Mi tía cuando regrese de la escuela el día que todo este embrollo, solamente me pregunto si habíamos usado protección y antes de que se hiciera una historia en su alocada mente me vi obligada a contarle todo. Cada instante desde que llegue tarde a la primera clase, hasta cuando tuve que darle una "suave" palmada en la cara al idiota de Hale, para que reaccionara.

Ella al inicio solamente me miraba con su sonrisa jocosa de siempre, pero mientras iba avanzando en mi relato, su rostro cambiaba en muecas leves de inquietud y preocupación. Extraño, pero no la culpo ya que yo también me había preocupado por él en su momento. Pero después de eso, para aligerar todo le dije que debido a que íbamos a participar en la obra el director accedió a bajar nuestro tiempo de castigo con la condición que participáramos como si nuestra vida dependiera de ello.

Fue una semana horrible, estar aguantando los reclamos de Raúl, del porque no le había dicho que iba a participar para luego ponerse contento de que íbamos a actuar juntos e incluso se puso coqueto al decir que podríamos empezar a practicar las escenas de besos. Aguantar a la estúpida de Rachel, que Dios sabe cómo se enteró del castigo y sus insultos, burlas y todo se multiplico por el triple sin siquiera yo entender el porqué.
Sin olvidar también de estar yendo mis tardes a una cafetería donde no soy a quien atienden, sino quien les atiende a las personas, luchando por aprender a usar la maldita máquina de cafés, evitar tirar las tazas y platos que sirvo los pedidos.

De verdad con todo me dan ganas de tirarme por un barranco.

Por eso tenía planeado no hacer absolutamente nada el día de hoy, pero por supuesto mi muy querida amiga (Que se note el sarcasmo) llegó para pedirme que la acompañara al hospital para unos exámenes que se hizo para una competencia de artes marciales mixtas.

Sinceramente lo veía innecesario ya que Maya, era de las personas más sanas que conozco, pero según los requerimientos para participar se necesitaba unos exámenes médicos que demuestren que se encontraban estado óptimo para participar y como buena amiga que soy, tuve que ser arrastrada por esa loca mujer amante de golpear a la gente.

Por eso ahora estábamos en la sala de espera, muriendo del aburrimiento por los exámenes de mí amiga que parecían tardar una eternidad.

–Recuérdame ¿Por qué accedí a venir contigo?

-Maya, solamente rueda los ojos en exasperación ya que era la quinta o séptima vez que se lo preguntaba –Porque yo siempre te ayudo a limpiar tus estragos de fiestas, eres mi mejor amiga, te traje arrastrada sin opciones y además prometí comprarte una rebanada de tarta de queso con moras.

Cierto, el chantaje fue con mi postre favorito. Maldita mi yo de hace una hora por acceder por un pedazo en vez de pedir una tarta completa.

– ¿Por qué no simplemente pediste que te los mandaran a tu casa?

–Porque a como son mis padres creerán que me dio cáncer o algo –Dijo soltando un suspiro y la verdad no la culpo, sus padres se preocupan demasiado por ella- así que deja de estarte quejando y juega con tu teléfono.

–Oye, no soy una niña.

-Mi amiga solamente me ve con una ceja alzada – ¿Enserio? Porque no lo parece.

Le saco la lengua mientras veo a mi alrededor y veo a varias personas que seguramente deben estar esperando a algún familiar o amigo, realmente no es que me aburran los hospitales o al menos no del todo, más bien solo me dan incomodidad ya que son lugares donde personas llegan gravemente heridas o mueren en un día donde uno quizás está tranquilo de lo lindo en su cama, mientras alguien está luchando entre la vida y la muerte.

Por eso cuando mis padres insinuaron la sola idea de yo estudiar medicina, simplemente les casi grite el "NO".

Por lo que en el intento de distraer mi mente llega el recuerdo de lo que Hale, me había dicho de mi mejor amiga y la verdad hasta el momento sigo sin creerlo, digo es algo que me hubiera dado cuenta.
Amaya Chandler, es una persona que no se anda con rodeos en la vida y a pesar de verse algo intimidante es de grandes sentimientos y si las personas la conocieran como yo se darían cuanta que es fácil de leer con respecto a sus emociones, por ejemplo que cada que se concentra arruga el entrecejo y la nariz, además de tener un tic en el labio superior. Cuando está incomoda se arregla el cabello a pesar que ya lo hubiera hecho, cuando está feliz da sonrisas sutiles pero sus ojos chispean en aquel sentimiento que la hace ver más hermosa. Y finalmente cuando está enojada, pues ya sientes el golpe en la cara, en mi caso es una almohada o mis zapatos de diseñador.

Si ella estuviera enamorada de alguien como Adam, yo me daría cuenta y no lo digo por ser su mejor amiga (un poquito sí), sino porque no nos guardamos secretos. O bueno, ella no me guarda secretos.

Demonios, ahora me siento mal.

Pero volviendo al tema, sé lo que piensa mi amiga sobre el amor desde que termino su primera y única relación amorosa con al que llamamos "El innombrable". Sinceramente por ese idiota fue la primera vez que vi a mi amiga llorar en todo el tiempo que la he conocido y gracias a él, ella se ha cerrado por completo a salir con chicos.

Pero igualmente las palabras de aquel chico de ojos tan lindos pero actitud agría me inquietan, por lo que decido preguntarle a Maya, lo peor que puede pasarme es que me quite mi tarta, pero estoy dispuesta a usar el chantaje para que eso no pase.

Sin embargo, cuando volteo ella ya no se encontraba ahí y eso me dejo desconcertada por lo que reviso a mi alrededor y al no verla, la idea de que me haya dejado ahí hace que me enoje un poco pero al ver como mi teléfono vibraba en un mensaje donde ella me decía que debía atender un asunto y tuvo que ir a otra área del hospital, pero que en media hora nos reuniríamos en la sala de espera.

En pocas palabras me quede sola en un lugar al que ni siquiera quería venir, genial.

Bueno ya que no puedo irme, lo mejor que se me ocurrió fue recorrer el lugar con la excusa de ir a ver a alguien pero que ya conocía la habitación y con eso empecé a caminar con la ilusión de encontrarme a Maya o algún doctor guapo, cualquiera de los dos es bastante bueno.

Sin embargo, después de unos minutos donde no encontrar a mi amiga o al doctor guapo que las novelas siempre describen, estoy tentada a regresar a la recepción y ahí esperar a Maya. Pero justamente cuando pasaba al lado de una puerta que daba al patio que el hospital tenía para que sus pacientes pudieran estirar los músculos. Veo como hay un grupo de niños vestidos con batas de hospital que me dan a entender que son pacientes del lugar.
Algunos estaban con las cabezas sin un cabello en ellas haciendo que supiera que eran tratados por cáncer y otros estaban en sillas de ruedas o muletas, incluso creí ver a uno de ellos con un tanque de oxígeno cerca de él, todos y cada uno de ellos estaban reunidos ahí como si esperaran algo y al verlos a todos ellos, sabiendo que tienen alguna enfermedad hace que se me encoja el corazón.

Me encantan los niños, y no porque quisiera ser madre o al menos no a esta edad, sino porque me gusta la pureza e inocencia que tienen que son ajenos al mundo que los rodean y de la oscuridad que los puede consumir en el futuro, muy oscuro lo sé, pero solo recito las palabras que alguna vez alguien me dijo.

Por lo que estaba por irme ya que pensaba que estaban en alguna especie de actividad, las palabras de una de las enfermeras que estaba con ellos llaman mi atención.

–Muy bien niños ¿Están listos? –Les pregunta con una sonrisa haciendo que los niños gritaran un fuerte "Si"- no puedo oírlos ¿Están listos?

Los niños gritaron con gran emoción, como si la mejor cosa del mundo fuese a serles revelada en ese momento, lo que me hace alzar una ceja curiosa.

–Muy bien, en ese caso con ustedes el dúo que jamás deja de sonreírles y darles una risa a los niños del mundo, primero tenemos a la payasita más tierna que jamás verán, con sus pasos que no tienen fin y nos dejan sorprendidos, con ustedes ¡La payasita Azul!

Detrás de la otra puerta que daba al patio, salió una niña vestida con un traje de payaso completamente azul, nariz roja, zapatos azules y unos lentes de broma que tenía los ojos saltones, pero sobre todo una peluca de color verde.

Ella camino como fuese un pingüino haciendo reír a los niños, hasta que se detuvo frente a ellos saludándolos muy efusivamente pero sin decir una sola palabra, para después ver a su alrededor como si buscara algo que incluso se da una vuelta mostrando una colita de conejo que me hizo verla más adorable de lo que se veía.

–Oh oh, parece que azul no ha encontrado a su hermano ¿Saben lo que tenemos que hacer niños? –Los niños nuevamente gritaron una afirmativa mientras decían varias opciones, llegando uno incluso a decir que activaran la batiseñal- jeje buenas ideas queridos, pero que tal si por esta ocasión abrimos bien los ojos y si alguien lo ve gritamos su nombre para que salga.

Los niños emocionados empezaron a ver a su alrededor buscando al payaso desconocido, fue tanta la curiosidad que tenía que me puse a buscar con mi mirada también y al ver un color rojo de unos zapatos, casi se me sale un grito para avisarle a los niños pero a como pude me contuve.

No tardo mucho para que una niña que estaba en silla de ruedas gritara la ubicación del payaso.

–Muy bien niños, pero parece que nuestro amigo necesita más ánimos para salir, así que gritemos juntos para llamarlo ¿Si? A las tres –Avisa levantando un dedo- a la una, a las dos y a las ¡Payaso Smile! –Grito el nombre junto a los demás niños-

Y al parecer funciona ya que el payaso sale y al momento de eso, mi sonrisa seguramente se volvió una O gigante en mi rostro y la sorpresa lleno todo mi sistema.

Estaba vestido con un ridículo traje de payaso que era mitad rojo y mitad azul, sus zapatos rojos gigantes, la cara completamente pintada como lo hacen los payasos y su cabello estaba teñido de un rojo bastante llamativo, pero aun así reconocí esos ojos tan profundos y a pesar de tener la cara toda blanca sus rasgos fueron fáciles de reconocer. Pero incluso lo que me hace dudar de quien era, fue la gran sonrisa que tenía en su rostro mientras veía a cada uno de los niños, pero mientras más lo veía, más me confirmaba que era él.

Isaac Hale, vestido de payaso.

Si esto es un sueño por favor que nadie me despierte y me deje grabarlo.

Y de hecho cuando empezó a hablar con los niños, ya estaba grabándolo con mi celular.

–Oh! Parece que tenemos mucho público el día de hoy ¿No te parece azul? –Dijo con una voz chillona que con su tono grave daba risa para los niños y a mí, pero también me daba algo de miedo, todo mientras la niña a su lado solo asentía- parece que tendremos que esforzarnos ¿Verdad?

La niña payaso asiente para correr detrás del árbol donde Hale, digo el payaso Smile estaba antes y de ahí sacar un saco rojo como el de los santas que se ven en los centros comerciales en épocas navideñas, camina con él como si llevara un elefante arrastrado, pero cuando el payaso más grande se le acerca y la carga como si nada la niña solo sonría y se lo entrega haciendo reír a los niños.

–Parece que Azul no puede cargar el saco de las mil maravillas, seguramente no ha comido sus vegetales como le indico el doctor –dice en ese tono gracioso en forma de reproche, pero sin borrar su sonrisa- ¿Ustedes saben lo que pasa cuando no comemos nuestros vegetales? –Dijo y los niños negaron- ¿No? Pues –Deja a la niña en el suelo para del saco sacar un exageradamente grande jeringa haciendo a los niños gritar del miedo pero también reían- se les debe dar una vacuna, Azul ¿Estás lista para tu vacuna? –Dijo volteando a su lado pero la niña payaso no estaba- ¿Azul? Niños ¿Han visto a Azul? –Dijo viendo a su alrededor-

La niña payaso estaba detrás de él mientras saludaba a los niños, los mismos que gritaban su paradero pero cada que se volteaba la niña se movía.

Así estuvieron ambos haciendo chistes, bromas e incluso vi como hacían un baile ridículamente gracioso como de los programas de cuando era niña.

Pero la parte que más ternura me dio fue ver como ambos payasos bailaban con cada niño como si de un vals se tratara, incluso con los que estaban en sillas de ruedas lo hacían a su modo y las niñas que usaban muletas eran cargadas por el payaso mayor. Fue un momento que se me hizo realmente lindo.

Saco varias cosas de su saco, desde unos simples muñecos de juguete que le entrego a cada uno de los niños como premios por jugar sus juegos, hasta incluso una caja con un pastel.

Y cuando al parecer estaba por terminar el acto, termino de entregar unos animales de globos que entrego a todos, incluso a las enfermeras que se sonrojaron.

–Bueno niños, parece que el tiempo corre cuando te ríes y por eso le dije a mi mamá que me quería llamar Alfonso –Dijo encogiéndose de hombros mientras que los niños reían y soltaban quejidos de molestia y tristeza porque ya se iban- no deben ponerse así, saben lo que digo ¿No? A ver ¿Quién lo sabe?

Los niños emocionados levantaron las manos mientras gritaban que la sabían.

–Veo que todos lo saben, pero dejemos que una de nuestras bellas enfermeras nos diga en esta ocasión que no ganaron ningún premio –Se acerca a la enfermera que lo presento al inicio de todo y la rodea con su brazo- dígame señorita, ¿Le interesaría salir con un payasito soltero? –Pregunta moviendo sus cejas de forma graciosa haciendo que la enfermera riera un poco pero con las mejillas rojas-

Los niños solamente sueltan quejas y sonidos que demostraban su asco por una escena así, pero también risas. Por mi parte me sorprende tan siquiera ver a Hale, coquetearle a alguien.

-Cuando el rubor se le calmo, la enfermera solamente sonrió viendo al payaso –Nunca decimos adiós, porque un Adiós es una despedida, para nosotros que nos volveremos a ver es un hasta pronto.

–Exacto mi bella enfermera, Adiós jamás, adiós nunca será y el hasta pronto siempre estará –Dijo viendo a cada uno de los niños que al parecer algunos estaban por llorar pero sus sonrisas demostraban la felicidad que habían en sus rostros- así que despidámonos con una sonrisa ¿Sí? A Azul les gusta ver su sonrisa, a que sí Azul? –Dijo haciendo señas con las manos-

La niña asintió, mientras que los niños sonreían despidiéndose pero lo que me extraño fue ver como todos los niños levantaban sus manos, levantando el dedo anular y pulgar en alto mientras los demás estaba cerrados, parecía el ademan que se usa para representar un arma, pero de la forma que lo hacían los niños parecía que no era eso, sino que era algo que yo desconocía.

–Así que por eso quiero que todos se porten bien y le hagan caso a estas bellas enfermeras que no le quieren dar sus números a este pobre payasito –Dijo sacando un teléfono de juguete de su saco para después meterlo de nuevo- coman cada comida, tomen sus medicinas y siempre apóyense entre ustedes, si no lo hacen Azul y yo lo sabremos, ella los ve todo y yo huelo las mentiras.

Él se quita la nariz roja en demostración, mientras que la niña se quita los lentes de ojos saltones como si los viera a todos y casi me da un infarto al ver sus ojos.

Eran iguales a los de Hale, o tal vez un tono más claro pero estoy segura que son similares.

Pero no pude pensar en eso ya que vi cómo ambos payasos se iban marchando de ahí mientras los niños seguían haciendo ese ademan tan raro.

–Veo que de nuevo fueron un éxito. –Dijo una voz cercana-

Me volteo al escuchar ese comentario y es en ese momento que varios adultos, adolescentes e incluso adultos muy mayores, al igual que varios doctores miraban el lugar donde había sido el espectáculo, así que en busca de algo de información, solo finjo ver a los niños.

–Es increíble que se tome el tiempo de venir cada tanto para hacer estos espectáculos con los niños. –Dijo una de las señoras que estaba ahí-

-El hombre a su lado asiente en confirmación –Los niños lo aman y por lo que veo las enfermeras también. –Bromeo haciendo que los demás adultos también lo hagan-

Yo por mi parte solamente me quedo un rato viendo por donde salieron, para sin darme cuenta en que momento empecé a andar en su búsqueda.

Está era una faceta que jamás creí ver de una persona como Hale y por alguna razón quiero saber más de ella y más para averiguar sobre esa niña.

Por lo que camino por los pasillos un rato entre los pasillos tratando de encontrar por donde se fueron, pero no había ninguna pista así que estaba por rendirme hasta que escucho una risa infantil haciendo que me dirija a una puerta cercana y es ahí donde veo a las personas que buscaba. Y a Hale, limpiándole la cara a la niña del sudor que tenía en ella y la pequeña solamente le pasaba un paño por el rostro en busca de hacer lo mismo pero solo le esparcía más el maquillaje.

Era una escena graciosa pero tierna.

–Lo hiciste muy bien Urs, a todos les gusto como bailaste, como siempre fuiste la estrella más brillante. –La elogió sonriéndole de forma cálida-

Okey, definitivamente si su voz no me mato, esa sonrisa lo hará y eso que no me está viendo a mí cuando la hace.

La niña por su parte solo ríe un poco para empezar a hacer varios ademanes que me confunden un poco, pero el chico solamente suelta una suave risa.

–Vamos no te pongas así, la enfermera solo estaba jugando al decir que la llamara, se refería a que le avisara cuando fuéramos a actuar otra vez, nada más. –Le dijo mientras le revolvía el cabello-

Debo admitir que ver cómo trata a la niña con tanto cariño y la ve como si fuese lo más importante de su vida, que incluso veo como sus ojos toman un matiz diferente que por un segundo se me hace difícil no admitir que es bastante atractivo de esa forma. Aunque ahora que lo medito bien y veo todo lo que pasa me doy cuenta que esos dos son bastante cercanos por lo que mi mente empieza a trabajar rápidamente y la idea de que sea su hija choca mi cabeza pero al instante me dan ganas de golpearme por lo estúpido que suena, la niña tiene cómo 8 o 10 años, para haberla tenido debió haber sido un niño.

Posiblemente sean hermanos y eso debe explicar ese color de ojos tan bello que tiene esa niña. La verdad no me importo mucho en ese momento ya que al ver la escena tan linda que ambos estaban protagonizando, de forma inevitable quise tomarle una fotografía, pero cuando justamente la tome no solo había olvidado quitarle el flash, sino que el mismo aparato hizo ruido cuando la tomo haciendo que ambos voltearan a verme sorprendidos por eso.

Mierda, empiezo a pensar que soy yo la que tiene muy mala suerte.

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