Capítulo 10
Isaac
¿Alguna vez de niños tuvieron pesadillas sobre el coco o por una sombra por la ventana e incluso los típicos monstruos bajo la cama?
Sus padres llegaban de inmediato para ayudarlos y saber qué es lo que estaba pasando, para calmarlos y hacer el teatro de que espantaban a los monstruos o que simplemente et convencían de que no eran reales, pero en caso de serlo les decían que ellos te protegerían sin importar nada. Después te leerían un cuento para que puedas dormir tranquilo o te cantan una canción para que tu cerebro se relaje lo suficiente y así puedas dormir tranquilo.
Suena lindo ¿No? Pues la verdad desconozco todo de eso, pues nunca lo hicieron conmigo.
Recuerdo que cuando era niño no asistí a la escuela hasta que cumplí los 7 años, debido a que todas las escuelas a las que iba me terminaban sacando ya que según ellos me negaba a seguir las instrucciones de los profesores, me dormía en clase y no entregaba mis tareas, además de ser un chico problemático.
Aunque la verdad era otra muy diferente, no es que me negara a hacer lo que me pidieran los profesores sino que no entendía como realizar algunas cosas y ellos se negaban a explicarme las cosas de forma adecuada, no me dormía porque sí en clase sino porque estaba lo suficientemente ocupado en la noche esperando a mis progenitores, haciéndome la comida del próximo día, limpiando la casa y más cosas que eran cosas que eran tareas de mis "padres" pero debido a que se desaparecían durante toda la noche mientras que durante el día ellos dormían o se encerraban en su habitación sin salir mientras algunas veces escuchaba gritos y finalmente no entregaba las tareas porque incluso no tenía cuadernos para anotar nada en clase ya que según mi madre:
"Estarías llevando el cadáver de un árbol en tus manos".
Sinceramente ninguno de mis maestros creía que el chico que llegaba a clases con la ropa arrugada porque no sabía cómo usar una lavadora o que su cabello era un desastre porque se lo cortaba con tijeras que tenía en casa e incluso llevándose cortes en el rostro algunas veces o que a veces no podía bañarse porque a sus padres se les olvidaba pagar las cuentas del agua, jamás creían que fuera culpa de sus padres ya que solamente faltaba que la señora llegara con un cambio de ropa limpio y lo regañaba enfrente de los maestros y de inmediato era la culpa del niño.
Ninguno se tomó la molestia de saber cómo era mi casa, ninguno se tomó la molestia de nota que rara vez llevaba algo de comer en los recesos. Al final siempre era mi culpa que me expulsaran de las escuelas así que mis progenitores me negaron ir durante un tiempo.
Pero me estoy desviando del tema, después de todos esos días difíciles me quedaba completamente solo en casa, no tenía a nadie que me cuidara como lo hizo nuestra difunta vecina hace años, así que como podía comía algo para que el estómago no me estuviera exigiendo comida y por ello no pudiera dormir adecuadamente, pero a la hora de dormir en el sofá (si, porque en la casa donde vivíamos solo había una habitación pequeña y obviamente yo no dormía en ella), a la hora de dormir los sonidos de las sirenas de policías y ambulancias, el sonido de los ebrios caminando por las calles e incluso los perros callejeros ladrando como locos debido a que estaban peleando entre ellos me asustaba tanto que no podía dormir.
Eran noches horribles escuchar como un ebrio llegaba a la puerta de la casa creyendo que era la suya y empezaba a azotar la puerta debido a que no le abrían, el miedo de que una persona mala entrara y te hiciera algo malo.
Susurrar el nombre de mis padres para que llegaran mágicamente y me salvaran, me abrazaran y dijeran que todo estaría bien, que ellos me protegerían de todo el peligro que había afuera.
Nunca llegaron...
Incluso recuerdo que una vez les pedí que se quedaran conmigo una noche y lo único que recibí fueron gritos, gritos donde me decían que era un egoísta, un mal hijo que ellos se mataban trabajando todo el tiempo para darme de comer y cuando solo querían un par de horas para divertirse no era capaz de dárselas. Después de eso recuerdo con exactitud como mi padre se quitó el cinturón y me golpeo con él tantas veces que quede completamente afónico al día siguiente.
Quisiera decir que fue la primera vez que hizo eso, pero estaría mintiendo.
Tengo cicatrices de ello de la cintura hasta las rodillas debido a que era lo suficientemente listo para saber que si veían los golpes lo llevaría a la cárcel por maltrato infantil.
Nadie más que Rachel y una que otra chica las han visto, pero ninguna me ha preguntado por ellas, lo cual agradezco ya que sería un fastidio completo explicarlas. Ya bastante es mentirle a Max y Maya las veces que hemos ido a la playa con que eran por unos accidentes que tuve de niño.
El punto de todo esto, es que yo jamás tuve a nadie que me protegiera de monstruos inventados porque quienes eran los encargados de hacerlo eran los monstruos que me torturaban y estos eran muy reales.
━━━ • ✙ • ━━━━━━ • ✙ • ━━━━━━ • ✙ • ━━━━━━ • ✙ • ━━━
Después de haber regresado de la mansión de los Smith, de inmediato fuimos a la casa de mis tíos donde tuve que quedarme un par de horas para jugar con Ursa, para luego hacer que se bañara y finalmente acostarla, pero como siempre me logra manipular para que le cante alguna canción.
Por lo que esta vez me limite a cantarle una canción de cuna que le solía cantar cuando era más pequeña y que al igual que en ese entonces funciona perfectamente para hacerla dormir. Por lo que estaba por irme, pero ella me detuvo antes de poder hacerlo.
«Lamento haberte preocupado hermano, no creí que esos niños hicieran algo como esos por mi culpa Elek, se llevó un feo golpe por mi culpa»
Fue lo que ella me decía a través de sus señas mientras bajaba la mirada, haciendo que mi corazón se encogiera por eso ya que ella no tenía la culpa de que las madres no sepan educar adecuadamente a sus hijos. Lamentablemente con los aparatos que actualmente la humanidad depende tanto hace aumento de violencia o discriminación e incluso en los mismos hogares hay casos como esos ya que si una persona no entra en cierto rango de "normalidad" automáticamente lo ven como un simple error o adefesio.
Así que a través de señas le digo que ella no tuvo la culpa y no tiene por qué sentirse culpable de algo que estuvo completamente fuera de sus manos.
Seré sincero, siempre he tratado de mantener a Ursa lejos de todo ese tipo de situaciones por obvias razones e incluso le he enseñado que debe hacer en caso de que alguien trata de burlarse de ella o hacerla sentir de menos. No quiero que mi hermana sufra de bullying o alguien trate de hacerla de menos, ella es una dulce niña que le encantan los peluches, las caricaturas, los dulces, le encanta bailar y sobre todo adora la naturaleza.
Yo jamás pude tener una infancia decente o normal tan siquiera por lo que, aunque yo deba derrumbarme en pedazos haré que mi hermana no sufra de alguna carencia tanto económica como afectiva, así que al verla dormir saco la luz de noche que ella le gusta y la conecto en caso de que lo necesite más tarde para finalmente salir de la habitación.
Cuando cerré la puerta empecé a caminar por el pequeño pasillo de la casa de mis tíos donde sentía una mezcla de sentimientos completamente negativos debido a que no tenía ningún recuerdo bueno de este lugar o al menos alguno que involucrara a ellos dos porque gracias a esta casa pude ver a mi hermanita crecer a mi lado, pero como todo en la vida no fue para nada gratis y yo pague un precio muy alto.
Y hablando de precios, cuando estaba bajando a la primera planta vi como mi tía se encontraba sentada en la sala tomando un té, por lo que no le dirigí ni una mirada mientras me apresuraba a la puerta, pero como siempre mi suerte no es la mejor.
– ¿Te irás sin siquiera hablar con tu tía favorita? -Dice en un tono de burla-
Mi cuerpo entero se tensa, por una parte, podría irme de ahí de inmediato y mandarla al carajo como cada vez que me intenta hablar, pero sé que no lo dejará pasar esta vez así que regreso sobre mis pasos para verla desde el marco de la entrada de la habitación mientras ella me veía con una sonrisa.
A pesar de casi cumplir los 40 la mujer que estaba a unos metros de mí se ve demasiado joven para tener la edad que tiene, sus ojos azules que son característicos de su familia, aunque no son tan llamativos como los de mi progenitora, los de Ursa o los míos, sino que era un azul completamente normal, cabello castaño oscuro y de figura delgada.
Me asusta lo mucho que se parece a mí progenitora a pesar de que ella es unos años mayor que ella, tal vez por eso de niño me alegro de que ella junto a su marido nos hubieran dado un techo en donde vivir y tal vez así podríamos tener una familia real...que ingenuo fui.
– ¿Y bien? ¿Vas a hablar o ya puedo irme? Tengo cosas que hacer.
–Tan maleducado como siempre Isaac, que yo recuerde ninguno de nosotros te enseñamos a ser así.
–Oh claro que no -Le respondo con una sonrisa ladeada- lo único que me enseño al parasito de tu marido es a como embriagarme hasta perder el conocimiento y encerrarme en un estudio para escribir historias basuras porque eso es lo único que sabe hacer ¿No?
Ver como su cuerpo entero se tensa hace que la sonrisa crezca en mis labios, el imbécil de Lucas trabaja en una editorial que se podría considerar famosa que hay en la ciudad, sin embargo, él solamente se encarga de organizar los documentos para el papeleo con los verdaderos escritores mientras que él, por más que ha estado años ahí no han aceptado ninguno de sus escritos ya que solo lo ven como un mal intento de la literatura.
–Hablas mucho para alguien que apenas si puede dar algo de dinero para todo lo que necesita una niña. -Contrataca-
Ambos nos miramos fijamente hasta que ella suelta una asquerosa risa mientras deja su taza en la mesa y se levanta para acercarse a mí, haciendo que todo mi cuerpo se tensara ya que no quería que la quería ni unos centímetros cerca de mí, pero aun así trato de disimilarlo lo más que puedo ya que no quiero que se dé cuenta.
–Cierta persona me comento que te encontró un día en el parque de diversiones acompañado de una linda jovencita que dijo que era tu novia, no sabía que mi sobrino adorado al fin consiguió una novia y yo ni siquiera me entere me lastimas por tu frialdad querido. -Dice con un tono falso de tristeza-
Ahora me es imposible no tensarme completamente recordando aquel día que salí con Ursa y Malia después de encontrarnos en el hospital, por lo que no tuve que pensar demasiado para saber a quién se refería, por lo que le di una mirada que si pudiera matarla ya estaría en el infierno que es donde jamás debió salir en primer lugar.
–Sería una lástima que le comentaran las cosas que solía hacer su amado novio ¿No? Apuesto que esos lindos labios que besaba le darán nauseas de lo que ha hecho.
Ahora no sé qué cara debí haber puesto parta que su sonrisa de complacencia se haya formado en su rostro y aprovechando mi descuido ella se acercó a mí quedando nada más pocos metros entre ambos, para con su mano acariciar mi brazo haciéndome tener un escalofrió junto a las náuseas que inundaron mi sistema.
No quiero que me toque...
Su mano dejo mi brazo para ir subiendo hasta mi hombro, pecho y cuello para finalmente detenerse en mi mejilla acariciándola de forma gentil o al menos así se vería de otro ángulo, pero yo que se de lo que es capaz está mujer sé que esa acción no tiene ni una pizca de amor o afecto.
Quería alejarla, empujarla y gritarle que jamás me volviera a tocar para amenazarla si lo volvía a hacer.
Sin embargo, sabía que no podía hacerlo, sabía que si lo hacía habría consecuencias que no podría evitar.
Pero antes que avanzara a algo que seguramente me dejaría en un estado mental peor al que me encontraba actualmente, se escuchó un escándalo en la planta superior que supe interpretar como mi salvación al escuchar la maldición del imbécil de Lucas, así que puedo suponer que hizo un desastre en su estudio.
Así que mi tía se aleja de mí con una mirada de fastidio en su mirada para verme de nuevo.
–Sinceramente no sé a qué estás jugando con esa chica ni con esa delincuente rubia con la que vienes de vez en cuando, así que te recordare que tú de todas las personas en el mundo no podría darles los que ellas buscan -Dice con una sonrisa- ya que ¿Cómo puedes darle amor a otra persona cuando ni siquiera sabes lo que es? Cuando ni tus padres te tuvieron ni una pizca de amor para dudar y no dejarte.
La rabia en mi cuerpo me inundo en su totalidad, pero tuve que abstenerme de hacer algo mientras solo me limitaba a ver como se iba, así que tome mi casco y azote la puerta cuando salí de ese maldito lugar viendo de reojo la habitación de mi hermana para finalmente subir a mi motocicleta e irme.
Conduje lo más rápido que me permitió mi vehículo, tratando de que los recuerdos no inundaran mi cabeza, pero era demasiado tarde. El asco, la rabia y la impotencia de no poder hacer nada me llenaban por completo que estaba por soltar un grito lleno de todas esas emociones, pero antes de poder hacerlo mi motocicleta empezó a hacer un ruido muy molesto por lo que me vi obligado a orillarme.
Apague el motor para poder revisarla, pero me recordaba que no era mecánico así que simplemente la volví a encender pero por más que lo intentaba no lograba hacer que el motor funcionara, no sé cuántos intentos hice antes de golpear la pared que estaba a mi lado mientras finalmente soltaba un grito lleno de frustración y todo lo demás que se había acumulado durante el día sintiendo también como me lastimaba la garganta.
Me quede recargado contra la pared no sé cuánto tiempo hasta que decidí que era suficiente así que solamente empecé a llevar la motocicleta empujada.
Tarde alrededor de media hora en poder llegar a mi edificio y dejé la moto en un lugar donde estaba seguro que no la robarían para subir cansado a mi departamento, a pesar de que casi recibí un infarto al pensar que Ursa le había pasado algo, de verdad eso sigue siendo lo peor que me paso comparado a esto, aunque tendré que mandarla al mecánico.
Así que solo esperaba poder llegar y tirarme a la cama para poder dormir tranquilamente por una vez en la vida, aunque debido a la charla con esa asquerosa mujer lo dudo demasiado. Por lo que abrí la puerta gracias a Dios al primer intento esperando poder ir por una botella de agua, antes de nada, pero grande fue mi sorpresa al ver como Rachel, quien se encontraba sentada en mi sofá viendo la televisión mientras comía comida china.
Así que solamente me fregué la sien tratando de contener el enojo que sentía en ese momento.
– ¿Cómo rayos entraste?
–Por donde siempre, por la ventana -Dijo como si nada mientras no apartaba la mirada del televisor- oye note que estuviste viendo más capítulos de "The Originals" sin mí, no me enoje, pero si me siento traicionada, ¿Cómo te atreves a ver a papá Klaus sin mí?
–Mira Rachel, hoy no estoy de humor para tener sexo y mucho menos para otra cosa fue un día verdaderamente largo.
–Por más que me decepcione eso está bien, solo sentémonos y veamos la serie.
–No, no entiendes ya tuve bastante con aguantar a mis tíos y de no querer mandar al carajo la escuela de Ursa porque esos estúpidos niños casi la lastiman. -Le gruño perdiendo la paciencia-
Es tarde cuando me doy cuenta de que hable de más.
–Espera ¿Qué le sucedió a Ursa? ¿Está bien? -Me pregunta mientras se levantaba y me veía preocupada-
Nuevamente me friego el cien sintiendo dolor de cabeza así que me voy al baño buscando una pastilla, escuchando como Rachel me estaba siguiendo, pero solo la ignore mientras sacaba el frasco de pastillas para con el vaso que estaba ahí llenarlo de agua y tomarla de inmediato, deseando que hiciera efecto rápidamente o que algo se le metiera en la garganta para que se calle.
Pero lamentablemente nada de eso paso y las ganas de estamparme la cabeza contra el espejo aumentaron.
– ¡Por un demonio Isaac, dime si Ursa está bien!
Suelto un suspiro para verla.
–Rachel, tuve un día de mierda por unos mocosos que no saben que es el respeto o la igualdad hacía mi hermana, no puedo hacer nada para ayudarla porque no tengo ni un maldito centavo, además está el hecho de que cada día más estoy a nada de matar a mis tíos así que no, nada está bien Rachel así que cierra la maldita boca por un segundo. -Le casi grito-
Ella se queda en silencio por un par de segundos.
– ¿Por qué no me llamaste si necesitabas ayuda? -Es lo único que me pregunta-
-Me aguanta las ganas de golpearme la cabeza contra el espejo, pero me aguanto las ganas –Mira, no es como si estaba en un momento como para pensar en llamar a alguien. -Le digo mientras me quitaba la camisa-
La verdad es que no tenía planes de hablarle de lo que paso en el día de hoy, pero al escuchar su inhalación exagerada me di cuenta de que eso al parecer iba a costar demasiado.
– ¡¿Qué diablos te paso en la espalda?!
Ah es verdad, había olvidado que me había herido la noche anterior por evitar que un ebrio lastimara a Malia, creo que se me olvido con el susto de Ursa, aunque eso explicaba la picazón.
–Hubo unos problemas en el bar, me despidieron. -Es lo único que le respondo-
Me voy a mi habitación escuchando como Rachel aun me seguía ¿Enserio no podía dejarme solo por unos minutos?
–Te despidieron? ¿Peleaste? Isaac, dime ¿Qué diablos has estado haciendo que estés golpeado y que Ursa fue al hospital?
Me coloque una camisa desmangada para finalmente voltearla a ver cansado de su interrogatorio.
–Está bien ¿Sí? Me pelee en el bar con unos borrachos y me lleve una paliza que también me costó el empleo, pero no me arrepiento y te juro que lo volvería a hacer de ser necesario, falte a clases porque me dio la regalada gana y no te hablé para contarte nada porque por si no te diste cuenta de todas las veces que lo mencionaste ¡Ursa estaba en el hospital! No tenía cabeza para estarte llamando, así que deja de estarme jodiendo que no es mi problema si no tienes más amigos a los que estar molestando aparte de mí. -Le digo molesto-
Ella agacho la mirada y es cuando soy consciente de las palabras que dije llevándome una mano al rostro suspirando con pesadez ya que a pesar de siempre respetar mi principio de siempre ser honesto, la verdad también soy consciente de que lo soy en exceso en los momentos menos oportunos como este caso.
–Mira no quiero hablar hoy ¿Está bien? Fueron demasiadas cosas el día de hoy y me recordé que debo terminar un trabajo que no hice con Malia cuando fui a su casa, así que debo apurarme para...
–Aguarda un segundo -Me detuvo mientras alzaba la mirada viéndome con el ceño fruncido- ¿Qué es lo que acabas de decir?
–Que estaba cansado. -Digo extrañado-
–No hablo de eso -Gruñe mientras veo el enojo en su mirada- dijiste que fuiste con la estúpida de Malia ¿Acaso fue por eso que faltaste a clases? ¿Para revolcarte con esa zorra?
Cierro los ojos aguantando la molestia que recorrió mi cuerpo al escuchar la conjugación de esa palabra tan denigrante para las mujeres con el nombre de Malia, pero me mordí la lengua para evitar decir algo ya que yo mismo me metí en este problema así que tenía que salir de él sin ponerla en medio de esto ya que incluso yo siendo un inadaptado social que poco le importan los chismes me he enterado de que ellas dos no se llevan bien, jamás le di importancia hasta ahora.
–No le digas así.
Sin darme cuenta las palabras salieron de mis labios y ver la expresión molesta de Rachel, me demuestra que me escucho perfectamente.
Iba a hablar de nuevo para tratar de calmarla, pero veo cómo sale de la habitación durante unos segundos para regresar después con su celular y casi pegármelo a la cara para que vea lo que había en él y al hacerlo casi se me cae a la mandíbula al suelo.
Pues era una fotografía de un afiche donde podía verse a Malia, en situaciones muy comprometedoras y sinceramente se veían tan reales que...
Sacudí la cabeza.
– ¿Qué es esta mierda? -Es lo único que me limito a decirle-
–Es esa zorra captada haciendo lo mejor que sabe hacer, mira no me interesa a que rayos fuiste a la casa de ella, pero más te vale que tengas cuidado si te estás revolcando con ella, quien sabe si te pegara alguna enfermedad.
Okey, no me considero una persona con mucha paciencia, pero la tengo al menos para algunas tonterías así que solamente le devuelvo el teléfono mientras la veo seriamente.
–Vete.
– ¿Qué? -Pregunta desconcertada-
–Cómo te dije estoy cansado y tengo cosas que hacer, así que en vez de perder el tiempo en contarme chismes deberías irte a TU casa.
Ella parpadea un par de veces mientras mis palabras eran procesadas por ella para ver si no escucho mal cuando ambos sabemos que no lo hizo para nada, estaba hablando completamente en serio. Jamás la he sacado de mi casa ya que no me quiero imaginar lo que vive con su asquerosa familia, pero por alguna razón me hizo molestar bastante como para aguantarla en este momento.
–Haber déjame ver si entendí, ¿Me estás echando solo porque te mostré la verdad de esa perra? Debes estarme tomando el pelo.
–No estoy jugando Rachel, si te dejo entrar aquí es porque sé que no meterás cosas que no me interesan en conversaciones como estás ¿Y crees que me interesa si Smith se acuesta con otros? Eso no le interesa ni a ti, ni a mí, ni a nadie -Le digo seriamente- es su cuerpo y son sus decisiones, si quiere acostarse con todos los de está maldita ciudad no le interesa a nadie más que ella, así que deja de ser entrometida en la vida de los demás.
Cuando recibí la cachetada ya me la estaba esperando, así que solamente la vi salir de mi habitación a paso molesto para escuchar como la ventana se abría y cerraba de golpe haciéndome suspirar.
La verdad no entiendo su odio hacía Malia y mucho menos el odio de la persona que haya pegado esos afiches. Es verdad esa chica es muy molesta cuando lo quiere ser sin embargo tampoco es que todos seamos ángeles puros con la bendición del creador o yo que sé, todos tenemos una vida que tiene errores, pero nadie, absolutamente nadie tiene el derecho a juzgarla y decirnos como tenemos que vivirla.
Lo que aún no me explico es:
¿Por qué me enojo tanto que hablara mal de ella?
━━━ • ✙ • ━━━━━━ • ✙ • ━━━━━━ • ✙ • ━━━━━━ • ✙ • ━━━
Al día siguiente tuve que levantarme más temprano para poder irme en autobús al instituto mientras en mi celular buscaba tienda de refacciones o talleres para llevar mi motocicleta y además de estar buscando un trabajo nuevo para reemplazar el que perdí en el bar, pero la mayoría que eran nocturnos pedían que estuviera trabajando hasta las 6 de la mañana.
Por experiencia sé que si lo hago terminare desmayándome a mitad del trabajo de la tarde o en la escuela.
Así que los descarto mientras bajo del autobús, cuando finalmente llego al instituto me coloco mi capucha para entrar al lugar y pasar desapercibido entre la multitud de estudiantes, sin embargo, ante tantos murmullos alce la vista de mi celular y observe lo mismo que me mostró Rachel el día anterior pero más horrible.
Cientos de afiches pegados por donde quiera que viera, algunos profesores tratando de quitarlos mientras algunos alumnos les tomaban fotografías mientras se reían.
Eso me causo una molestia, pero sabía que no podía hacer nada para cambiar de eso por lo que decidí irme de ese lugar, pero cuando pase al lado de uno de los del equipo de futbol pase golpeando su brazo provocando que su teléfono cayera al suelo y debido a eso no pudiera seguirme para reclamarme.
Pero eso poco me importo pues en cada pasillo por donde veía la cara de Malia estaba impresa en esos horribles afiches, siendo seguidos por los asquerosos comentarios de las demás personas haciéndome suspirar con pesadez.
El ser humano es también un ser cambiante, si Malia era antes su reina cuando ven un signo de debilidad de la misma la comen viva como si de fieras se tratasen.
Así que cuando llego a clases saco mi cuaderno del bolsillo oculto de mi mochila, a diferencia de los libros que tenía para anotar en las clases este era algo que no podía compartir con nadie más y tampoco dejar que alguien además de mí viera, ni siquiera Ursa.
Como he demostrado en más de una ocasión sufro de ataques de pánico cuando realizo música ya sea de un instrumento o simplemente cantando, la ansiedad es tanta que me es insoportable poder siquiera hacerlo frente a una persona pues estando solo me ataca de una manera leve pero si me afecta, aunque con Ursa me aguanto todo lo que puedo porque sé que a ella le gusta oírme cantar y en el pasado la primera y última terapeuta que vi me dijo que eso podía servirme, y por más que quiera negarlo es verdad puesto que solo con ella puedo hacerlo....bueno, con ella y con Malia pero estaba dormida cuando lo hice.
En fin, a pesar de todo eso solía escribir canciones junto con partituras para alguna canción que jamás verán la luz, sino que solamente eran para llevar polvo junto a las demás que he escrito. Justo como la que estaba escribiendo en este momento, sin embargo, mientras lo hacía me era difícil no pensar en la chica que me ha enfrentado en más de una vez y no baja la mirada ante nadie, que cada vez que hablamos pareciera que se prepara para la batalla para responder.
No quería aceptarlo, pero está canción se estaba empezando a inspirar en ella.
Y hablando del diablo, alce la vista al sentir como alguien me estaba viendo por lo que cuando lo hice pude ver como en efecto la chica de mis pensamientos estaba viéndome desde el marco de la puerta y me fue imposible no recorrerla con la mirada de forma disimuladamente y en verdad se veía muy bien hoy. Estaba tentado para saludarla ya que creo que sería lo mínimo que podría hacer puesto que dudo que seamos simples conocidos ahora ¿Amigos? No lo sé, pero detengo mi intención al ver de fondo que estaba con Amaya y con Blake, para nada más bajar la mirada de regreso a mis cosas.
Pero, aunque quiero escribir más me es imposible puesto que cuando ella entro los murmullos que habían estado en todo el rato, pararon en un solo instante ante su presencia y se fue a sentar a su lugar.
La clase al fin inicio y la mañana pasó rápidamente, aunque estaba algo preocupado debido a que ni siquiera sus amigos usuales que hablan durante las clases con ella han dicho una sola palabra. Normalmente no me importaría nada de eso, pero se me hace demasiado raro.
Bueno, cuando termino la última clase al fin tenía algo de dinero para ir a la cafetería, pero me quede unos minutos en el clase para así poder terminar la canción pero por más que lo intentaba no podía darle el toque que necesitaba y eso me empezaba a desesperar, así que por la paz lo deje por ahora y me dirigí a la cafetería donde un escándalo se había armado haciéndome suspirar de fastidio ya que el día estaba siendo tan tranquilo. Por lo que cuando entre casi fui golpeado por otro cuerpo que al último segundo pude esquivar, pero al fijarme correctamente me di cuenta de que se trataba de Malia corriendo, extrañado entre al comedor donde trate de buscar algo de comer para preguntarle a Amaya que había pasado.
O al menos ese era el plan, puesto que en la fila me topé con una conversación muy interesante.
–Te lo digo enserio, todo este tiempo me tuvo como su perro de un lado para otro dándome falsas esperanzas solamente para al momento de subir al siguiente nivel poner excusas tontas, creí que necesitaba tiempo porque sabes que soy un caballero así que se lo di, pero ahora entiendo porque siempre ponía una excusa, no quería nada conmigo porque se iba a vender con esos idiotas. -Reconocí al instante la voz de Raúl-
–Hermano, debe ser difícil, pero tienes que admitir una cosa -Habla uno del equipo de futbol- tiene un cuerpo para morirse, desde esos labios hasta sus lindas piernas -Dijo con claro morbo en su voz- lo siento hermano, pero de haber sabido el precio yo mismo la hubiera comprado hace tiempo.
Siguieron hablando un rato, pero cada una de ellas eran cosas ofensivas para cualquier mujer que normalmente solo generarían una leve molestia que seguramente olvidaría al instante para no darle importancia, pero al igual que en la mañana algo se formó en mi pecho que me apretaba tan fuerza generándome que este enojo no se fuera y solamente rezaba que esta fila avanzara más antes de que haga una tontería. Y afortunadamente está vez si se cumplió mi plegaría por lo que no dude al tomar unas pocas cosas para satisfacer un poco mi hambre y cuando estaba listo para irme uno de los comentarios de Raúl me hicieron detenerme.
–Pero ¿Sabes que es lo peor? Las veces que tuve que ir a su casa y que sus padres repitieran una y otra vez sobre lo buena que era pintando, esos horribles cuadros que tanto presumían no servirían ni para hacer fuego. -Se burló-
Alce mí vista al cielo, rezando de nuevo que solamente me dé algo de paciencia, pero no es hasta que estoy detrás de Raúl, que se había sentado en su mesa con los populares del instituto y sin poder más le tire todo el contenido de mi bandeja sobre él.
Los sonidos de sorpresa, las muecas de asombro e incredulidad y el silencio que se formó por unos segundos mientras veía como toda la comida se esparcía en su ropa y en el suelo.
Pero lo que no tardo ni un segundo fue que el mismo chico rubio con ojos enfurecidos me enfocaban, su respiración levemente profunda junto con las aletas de la nariz que se abrían un poco demostrando así la furia que se abría paso en cada poro de su cuerpo, mientras yo simplemente miraba tranquilamente al tipo que era de mí misma altura, pero que me doblaba en musculo.
–Tienes 10 segundos para decirme la razón por la que hiciste eso y ya voy por 8.
Nunca me he amedrentado ante nadie, por lo que no dude para darle una sonrisa ladeada mientras me quitaba la capucha para verlo directamente a los ojos y con eso varias reacciones se dieron.
La cara de confusión de algunos, la de inexpresividad de otros ya que nos les importaba y algunas chicas que bueno, son algo exageradas.
–Lo siento amigo, pero creo que hasta a ti te enseñaron que la basura va con el resto de la basura ¿No? -Me rio en su cara para verlo con la misma sonrisa de antes- ¿O es que hasta para eso eres ignorante?
El golpe voló contra mi rostro en menos tiempo que el dolor recorriera el mismo, lo peor de todo es que fue en uno de los ojos haciéndome que ahogara un quejido de dolor recordándome también que soy un tremendo estúpido, pero cuando él me sujeta de la camisa yo solamente le sonrió con sorna al parecer confundiéndolo pues en solo cuestión de segundos unos maestros ya nos estaban separando o más bien estaban "alejando" a Raúl de mí.
No soy estúpido, si me iba a meter en problemas estaba seguro de que ellos aparecerían en cuestión de minutos y para no agraviar nada contra mí fingí que me había tropezado con algo a miradas de varios, juntando con el golpe que me dio enfrente de todo el comedor pues bueno, digamos que las cartas estaban a mi favor. Sobre todo, que los profesores saben que yo jamás me meto en problemas, así que si nos llegaran a preguntar a él y a mí, me creerán a mí sin dudarlo.
Mientras veo como él trataba de soltarse como bestia enjaulada agraviando más la situación solamente me hace sonreír de lado mientras me retiraba rápidamente y empezaba a correr por los pasillos.
Soy inteligente, pero hacer una tontería cómo hacer que Raúl me tuviera en su lista para molestar o posiblemente golpear en un futuro no muy lejano no demuestra eso. Ni siquiera yo me entiendo, es verdad que me molesto demasiado cuando insulto las pinturas de Malia porque, sé por experiencia el sentimiento de que alguien critique de esa forma lo que uno con tanto esfuerzo y dedicación hizo.
No pude seguir pensando debido a que me encontré con la persona en la que tanto estaba en mi cabeza, estaba sentada en el suelo recargada contra la pared y abrazándose las piernas y escuchaba sus sollozos por todo el corredor, por lo que lentamente me acerqué a ella de forma discreta para que no se asustara. Me hinqué sobre una rodilla y quise tomar sus manos, pero me detuve a mitad del camino ya que.
¿Cómo diablos le haces para consolar a una persona?
Jamás he sido bueno haciéndolo, la vez en la que estaba en su habitación solamente improvise y ni siquiera sé cómo es que no lo arruine. En esta ocasión era algo mucho más delicado, no sabía qué hacer.
Sin embargo, no quería escucharla llorar, era un sonido que me causaba incomodidad muy grande en el pecho así que solamente suspire para tomar sus manos y al instante ella alzo la vista para verme, vi la confusión y tristeza en sus ojos por lo que sin decir nada la jalé hacía mí para abrazarla.
–Ya no tienes que seguir aguantando eso -Dije en un susurro- no te prometo que termine, pero sí que puedes dejar de fingir esa sonrisa por unos segundos.
Sinceramente no esperaba que se desahogara y llorara en mis brazos como en esas estúpidas películas, pero al sentir como sus brazos ascendían hasta mi espalda devolviéndome el abrazo mientras se quedaba en silencio, supongo que es una señal para decirme que, si le estaba ayudando, creo.
No sé cuánto tiempo estuvimos juntos, no sé cuánto tiempo la mantuve entre mis brazos, aunque no lo diga en voz alta, tener a una de las chicas más guapas de todo el instituto me sube un poco el orgullo. Pero, sobre todo la calidez que su cuerpo desprende hace que cierre los ojos recordando a aquella amable abuela que me abrazaba mientras me leía alguno de sus libros o cuando me lastimaba, ella estaba ahí para mí, como mis padres no lo estuvieron nunca.
Ese calor agradable, que te hacía sentir...en casa.
Pero sacudí esos pensamientos de mi cabeza cuando se separó de mí para verme con aquellos ojos color chocolate que estaba rojos por haber llorado, inconscientemente eleve mi mano limpiando las pocas lagrimas que había derramado y cuando fui consciente de mi acción trate de que no viera lo nervioso que me estaba sintiendo así que lentamente aleje mi mano.
– ¿Estás mejor? -Fue lo único que pregunte después de estar un rato en silencio-
-Ella bajo la mirada apartándola de la mía, quedando varios segundos en silencio –...Si, pero no era necesario que vinieras por mí y sobre todo ¿Cómo me encontraste?
Una sonrisa irónica se formó en mi boca.
–La Reina de este lugar no pasa desapercibida. -Me burlo-
Ella suelta una suave risa mientras lleva un mechón de cabello detrás de su oreja y mientras me observaba.
–Las Reinas no tienen el maquillaje corrido y eso me recuerda -Hace una mueca- lamento lo de tu sudadera, aunque le di algo de estilo así.
Bajo mi mirada para observar cómo en efecto, el maquillaje que se le había corrido por sus lágrimas se había grabado en mi sudadera por lo que ahora estaba manchada, simplemente me limite a suspirar.
–Bueno, eso fue anticlimático -Digo mientras me levantaba- déjame darte un consejo Malia -La llamo haciendo que me prestara atención- las personas son seres horribles, son seres que vivirán solamente para su propio beneficio sin importarles a quién o qué deban pisotear para obtener lo que quieran, los aliados se vuelven enemigos y los enemigos se vuelven aliados, los hermanos se vuelven desconocidos y los amigos se vuelven traidores, así es la vida ¿Es triste? Mucho, pero así es todo esto -Le repito lo que tantas veces me he dicho en mi cabeza- pero sin importar que te quieran herir una y otra vez, jamás muestres que lograron su objetivo, no vaciles, no dudes, solamente sigue adelante sin demostrar que sus palabras te afectan, sin importar que estés rota, solo sigue avanzando.
Ella se queda en silencio unos segundos para de nuevo verme a los ojos.
– ¿Todo se vuelve mejor?
Una sonrisa escala en mi rostro.
–No, pero solo así aprendes a vivir en el mundo que te rodea.
Nuevamente nos quedamos en silencio, pero ya nos habíamos separado del otro así que solo me senté frente a ella mientras procesaba mis palabras.
Tal vez sea hipócrita que alguien que ha pensado muchas veces en renunciar a la vida se lo diga, pero ella no es como yo, ella no es como yo, ella es el tipo de personas que si se caen la gente vendrá a ayudarla sin dudar.
Yo por mi parte soy la persona que abandonan en un agujero para que se pudra.
–Tú -Empieza a hablar, pero parece retractarse por lo que iba a decir así que queda un par de segundos en silencio- viste los afiches ¿No? Por tus palabras veo que no crees lo que dicen ¿Por qué? -Pregunta con sospecha-
–Si dejara guiarme por todo lo que dicen o muestran jamás sabría que es verdad y que no, además del hecho de que -Pienso un segundo- bueno no te lo negare, por un segundo si lo pensé -Dije con honestidad- pero no te ves cómo alguien que haría eso, eres amiga de Amaya y ella no es amiga de cualquiera como habrás podido apreciar y en lo poco que he tenido de conocerte sé que no eres el tipo de persona.
–Uy, Isaac Sirius Hale me ve como una buena persona -Ríe- si no crees que soy ese tipo de persona, entonces ¿Cómo me ves? ¿Qué tipo de persona crees que soy?
Me quede viéndola un par de segundos haciendo que su sonrisa flaqueara un poco, sinceramente si me hubieran hecho esa pregunta hace unas semanas contestaría sin dudar que solamente es una molestia para mi vida y que solo venía a alterar mis reglas que con tanto esmero he respetado por años.
–En primera, jamás vuelvas a llamarme por mi nombre completo mucho menos aquí -Le recalco- segundo, sí -Asiento- tengo una imagen completamente de ti muy clara.
– ¿Y es? –Me pregunta curiosa-
Sin embargo, no contesto su pregunta y solamente me levanto del lugar mientras le tendía la mano para que ella lo hiciera también, aunque me miraba expectante no respondí y por la sonrisa que llevaba ella comprendió que no iba a decirle lo que estaba pensando.
Así que con eso ambos caminamos pro los pasillos vacíos ya que era obvio que ninguno de los dos tenía planes para regresar a la cafetería, aunque debo admitir que tengo algo de hambre, pero ahora mismo no es una opción. Así que solo caminamos en silencio, mientras ella sacaba de su bolso (Al que no me había fijado que llevaba) se limpiaba el maquillaje corrido mientras yo me quitaba la sudadera quedando en mi camiseta, sinceramente había veces donde en verdad me molestaban las sudaderas por el calor, pero la verdad es que son muy cómodas de vez en cuando y aprendía que sirven muy bien de almohadas cuando tienes que dormir en el suelo.
Ninguno hablo por un rato hasta que llegamos al único lugar que al parecer ambos pensábamos que era la mejor opción en ese momento y sinceramente fue algo irónico ya que en este lugar fue donde conocí a la persona a mi lado por primera vez.
La azotea de la escuela estaba abierta como siempre así que entramos sin problema alguno y ambos nos acercamos a la baranda para ver el paisaje que el edificio nos brindaba de nuestra ciudad.
–La señora Montenegro, digo -Me detengo- tu tía, me envió un mensaje al parecer está fuera de la ciudad y nos dio un día libre hoy, al parecer no se enteró que faltamos ayer y que tú llevas dos días faltando. -Es lo único que se me ocurre decir-
-Ella hace una mueca –Sinceramente estoy cansada de ese trabajo, sobre todos lo apretado que es el uniforme ¿A quién se le ocurre hacerlo así?
–Es una novatada que le hacen a los nuevos, tienes suerte a mí me hicieron atender mesas sin camisa por una semana -Le cuento recordando ese día con claridad ya que conseguía muchas propinas y números de varias chicas- sé cómo suena, pero la verdad era verano en ese entonces y era mucho más cómodo que el uniforme.
–Bueno si lo ves de ese punto de vista tengo suerte, pero me molesta más los idiotas que se me quedan viendo el trasero -Me dice con molestia- la verdad no sé cómo es que las demás aguantan esto.
–Es cosa que te acostumbres, aunque claro que va a saber una niña rica de un trabajo.
Ella me ve con ofensa, pero supongo que está tan cansada por lo de hoy que no tiene fuerzas para discutir.
Por mi parte yo solo veo el paisaje frente a mis ojos, pero al mismo tiempo veo de reojo como su mirada estaba perdida y no era por la vista, sino que estaba perdida en sus pensamientos mientras veía a la nada. Usualmente estaría tratando de sacarme alguna plática como el primer momento que nos conocimos, pero ahora se veía tan apagada que eso me confundía un poco ya que ¿Eso no debería hacerme feliz? Digo, amo el silencio y la paz, está chica es todo lo contrario a eso y por primera vez desde que la conozco logro hacer que se calle más de 10 minutos, pero algo no se siente bien.
Sin embargo, una idea viene a mi cabeza, pero al instante quiero golpearme contra el barandal por tan siquiera considerarlo, sin embargo a esta chica le debo no haberme posiblemente matado por ir corriendo al hospital en mi motocicleta y peor aún si en ese momento se hubiera descompuesto como lo hizo cuando regresaba de dejar a Ursa.
¿Podría decirse que le debo la vida? Carajo, ni siquiera quiero pensarlo, pero ya que a la mierda.
– ¿Tienes algo que hacer después de las clases? -Le pregunto sin verla-
–Mhm déjame pensarlo, tengo que ver mi agenda para decirle a mis clientes a qué hora puedo atenderlos. –Dice con sarcasmo-
Le dirijo una mirada de fastidio y ella alza una ceja.
– ¿Muy pronto? Pues eso díselo a los demás -Dijo soltando un suspiro- pero respondiendo a tu pregunta, lo último que está en mis pensamientos en este momento es salir a algún lugar con alguien –Dijo para verme- ¿Por qué?
Me quedo en silencio ya que sus palabras me hicieron pensar de nuevo si era buena idea lo que estaba pensando en hacer, así que solamente me quedo en silencio de nuevo, pero decido que es mejor decirlo y si dice que no puede no es como que vaya a sufrir por su negativa.
–Hoy en la noche, hay un eclipse muy raro que hace que la luna parezca roja como sangre, se le conoce como Luna de Sangre y como dije es una especie de eclipse lunar donde la órbita no se oscurece completamente, sino que adquiere tonalidades cobrizas o rojizas y -Hablo, pero me callo de inmediato- lo siento, esto debe sonar muy aburrido para ti.
Me estaba yendo por las ramas, ¿Por qué le va a importar un estúpido eclipse? Recuerdo que hace unos meses le hablé a Rachel sobre ir a una lluvia de estrellas pero ella solamente se negó ya que le parecía muy aburrido sobre todo la explicación que le di sobre cómo es que pasaba, ella no pareció importarle nada de lo que dije.
No es que me encante la astronomía y esas cosas, pero quiero presenciar cosas como esas antes de morir porque son pocas las personas que podrían presenciarlo en algún momento de su vida. La verdad que odie mi nombre no significa que odie a los astros y demás.
–No tienes que disculparte, sinceramente suena interesante -Me dice mientras me veía con atención dejándome mudo- vamos sigue.
Quede un par de segundos viéndola y debo admitir que, por primera vez en mi vida, yo me quede sin palabras.
Pero me recompuse rápido para hablar.
–El punto es que habrá un eclipse lunar muy raro esta noche, pensaba ir a verlo y ya que si no tienes nada que hacer podrías, acompañarme. -Murmuro lo último-
Ya, lo dije ¡Dios jamás he sido demasiado creyente en ti, pero llévame ahora!
Okey mucho drama lo sé.
Ya estaba esperando su negativa desde el momento que salieron las palabras de mi boca, sin embargo, mientras más pasaba el tiempo y el silencio se alargaba solo me confundía más y más, así que me limite a voltear para verla.
Ella no me veía, sino que tenía la cara volteada hacia otro lado.
– ¿T-Te refieres a cómo una cita?
Me quedo confundido por esa pregunta, parpadeo unas cuantas veces-
–Eh no, de hecho, Max irá con algún ligue así que si vienes espero que no te moleste.
–Oh -Dijo volviendo a ver al frente- bueno es un alivio ya que pensé que te habías enamorado de mí y honestamente eso sería muy incómodo ya que no eres mi tipo. –Dice en broma, pero su tono de voz parecía...decepcionado-
–Sí, no eres la primera en decírmelo -Le digo rodando los ojos- y no te preocupes, no está en mis planes enamorarme y mucho menos de ti.
–Oye! Eso me ofende, para que lo sepas soy el tipo de chicas que le gusta a casi todos.
–Ah sí? ¿Y dónde están esos idiotas ahora? -Le digo haciendo que se callara y yo sonrió- En el caso imposible de que me fueses a gustar el mínimo requisito sería -La veo a los ojos- que dejaras de fingir esa sonrisa.
━━━ • ✙ • ━━━━━━ • ✙ • ━━━━━━ • ✙ • ━━━━━━ • ✙ • ━━━
Las clases pasaron volando rápidamente, aunque la tensión en todo el salón se sentía la tensión que incluso podía jurar que se cortaría con un mondadientes. Sin embargo, la Reina de la escuela aún se mantenía siendo lo que es, una Reina.
Y eso se comprobaba viendo la falsa sonrisa, como si nada de lo que hubiera pasado hoy le afecto sino que se encontraba como si fuese un día normal, eso asustaba un poco.
En fin, durante el día pude ver a la profesora que nos dejó el trabajo con Malia y puedo decir con orgullo que estaba tan molesta por no encontrar una razón para amonestarnos que incluso eso me hizo el día. ¿Qué puedo decir? Soy un poco malo.
Como sea, ahora mismo estaba en el auto de Max, yendo a su casa para que dejara sus cosas y así poder irnos por nuestras invitadas (aunque prefiero que la "cita" de mi amigo se mantenga lejos de mí).
–Ah es verdad, Malia irá con nosotros a ver el eclipse lunar. -Menciono mientras dejo de ver mi celular-
Debo admitir que desde que conozco a Max, he experimentado un poco de vida que no podría hacer en mi situación, le debo mucho a él y a sus padres, aunque su hijo está casi loco por su Hobbie de andar haciendo porno novelas de sus amigos, pero para rematar es que jamás tiene el valor para publicarlas debido a que según él "no tiene el talento suficiente".
En resumen, Maxwell Montaner es una persona completamente impredecible.
Por eso mismo no espere para nada el volantuzo, que casi nos manda hacía el otro mundo al casi estrellarnos con los demás autos que estaban en el carril de al lado.
– ¡¿Qué mierdas te pasa?! ¡Si quieres matarte hazlo como la gente normal y come chatarra o vuélvete más holgazán! -Le grito mientras me aferraba al asiento, una vez habíamos logrado estacionar a un lado de la carretera-
–En primera ¿Crees que dejaría que estos cuadritos de chocolate desparecerían como si nada? ¡Eso sería un pecado! Segundo mi querido amigo -Me comenta con una sonrisa mientras me toma de los hombros, para después empezar a sacudirme como un maniaco- ¡¿Cómo es eso que la reina del instituto acepto a venir a ver algo tan aburrido como esto?!
Ni siquiera podía hablar ya que me sacudía como ropa en lavadora, además de no poder soltarme de su agarre debido que a diferencia de mí a Max, si le gusta ir al gimnasio.
Después de unos segundos finalmente entendió que mientras me sacudiera no iba a contestarle así que dejo de hacerlo, mientras yo trataba de hacer que mi mundo dejara de verse doble y las ganas de vomitar disminuyeran. Sonara irónico de alguien que conduce una motocicleta y se sube a juegos mecánicos sin problemas, pero me mareo demasiado cuando hacen eso.
–Okey, perdón por eso, pero ya explícate, Isaac Ciruelas Hale.
–Ni siquiera sé cómo es que pasaste español. -Digo en un suspiro-
Empecé a contarle como se lo propuse, aunque obviamente omitiendo algunas cosas, también hubo preguntas de su parte pero las ignore completamente ya que no tenía ganas de hablar como es que esa chica se ha metido tanto en mi vida.
Porque ni siquiera yo lo entiendo.
Así llegamos a su casa y de inmediato me arrastro a al interior, donde tuve que saludar a sus padres con la mano antes de que su hijo me aventara a su habitación como si de un muñeco de trapo se tratase.
–Bueno ya que esto se volvió una cita doble, será mejor que te prepares correctamente y no ir con esa ropa de mendigo.
– ¿Te he dicho que eres a veces más directo que yo? Y sobre todo grosero. -Le digo mientras me dirijo a su librera-
Escuchaba como detrás de mí, seguramente estaba haciendo un desastre en su armario, pero solamente me enfoque en los libros que estaban ante mis ojos no decidiendo entre volver a leer de nuevo El Gato Negro de Edgar Allan Poe o empezar a leer El Visitante que tanto me ha recomendado Max. Pero no pude terminar de pensarlo ya que me jalo del cuello de la camisa para ponerme una camisa enfrente y luego otra y luego otra. Después fueron los pantalones e incluso chaquetas.
–Oye, vamos a sentarnos en el suelo no a una fiesta. -Le digo cansado y fastidiado-
–Amigo literalmente le dijiste a la chica más popular de la escuela que te acompañara a ver esa cosa cursi y rara de la luna, sinceramente eso es obviamente una cita, así que por una vez en tu vida no te veas como un vagabundo -Me decía mientras me estaba abriendo el pantalón- pruébate este pantalón.
-Detengo sus manos antes de que siga su acción –Oye antes que nada yo no soy de ese bando, segundo amigo no sé qué pasa en esa cabeza novelera tuya, pero no es nada de lo que estás pensando simplemente se lo pregunte por un favor que le debo y seamos sincero con lo que paso en la escuela necesita distraerse.
Mi amigo solo se ríe de mí mientras niega con su cabeza.
–Ay mi querido y poco experimentado Isaac, es obvio que la invitaste a una cita y...un segundo ¿Le dijiste que iríamos mi cita y yo? -Me pregunta con horror mientras yo asiento- ¡Idiota! ¡De verdad te botaron de bebé ¿No?! -Casi me grita, pero toma aire- Muy bien puedo arreglar eso, primero que nada, ponte esto.
–Max ¿Quieres calmarte? Y no me pondré eso.
Él solo alza una ceja y cinco minutos después ya tenía la ropa puesta.
No me juzguen, el desgraciado nació para convencer a un vegano de amar la carne y a alguien intolerante a la lactosa comerse un bote de helado solo.
Estaba vistiendo una camisa beige, con unos jeans rotos de color negro junto con una chaqueta de cuero del mismo color y unos tenis blancos.
Debo admitir que me gusta cómo se me veía y eso que no soy demasiado de estar "a la moda". Pero hasta a mí me gusta verme bien, aunque sigo pensando que es algo innecesario para solo una salida.
–A veces creo que soy tan bueno que me doy miedo, en mi otra vida seguramente fui diseñador de moda o algo así -Me cuenta mientras sonríe orgulloso- bueno ya tienes la apariencia, ahora lo siguiente -Dijo tomando su teléfono para escribir algo rápido y luego sonreír, para acercarse a la mesa tomando sus llaves del auto y lanzándomelas- llévate mi auto.
–Con gusto lo hago, pero necesito los papeles también si va a ser un regalo. –Le digo en broma-
–Ja ja ja muy gracioso, pero en todo caso si llévatelos por si te para la policía, últimamente lo están haciendo.
No es hasta que me dice eso que entiendo que no estaba bromeando.
–Aguarda un segundo, ¿Por qué me das las llaves de la camioneta? Era broma lo que dije de regalármela.
–Obvio que no te la daré, irás a traer a Malia con ella -Me dijo tranquilo- pero irán solos, ergo solamente ustedes dos.
Me quedo unos segundos procesando y cuando lo hago tomo el bate con el que lo amenace la última vez, pero él me ve seriamente por lo que lo bajo de nuevo.
–Mira Isaac, no me malentiendas, pero es obvio que por el día que tuvo no querrá estar con demasiada gente y ya que es un milagro que ustedes dos hablaran, es mejor que solo vayan ustedes nada más, no debes preocuparte por mí -Se encoge de hombros- igual no me gustaba tanto la chica.
–No sé qué es lo que estás pensando en esa cabecita tuya, pero no es eso seguro, sin embargo -Suspiro- puede que tengas razón, pero creo que le sería más incómodo estar sola conmigo.
Mi amigo rueda los ojos para soltar un suspiro pesado, de verdad sabe que soy de buscarle sentido a todas las cosas.
–Mira como dices no harán nada más que esperar para ver ese eclipse o lo que sea, así que no será romántico a menos que así lo quieras.
–Y no lo quiero. -Le aclaro-
–Como sea, el punto es que solo sé tú mismo y ya no te compliques tanto la vida, solo recógela, vayan al lugar, vean el estúpido eclipse y la dejas en su casa simple y sencillo.
Lo miro algo inseguro.
–Okey joder, tu ganas -Dice fastidiado- si vas con ella a esa NO cita, yo -Toma aire- publicare uno de mis escritos.
Mis ojos se abren ante eso y una sonrisa escala mi rostro.
–Bueno, con ese trato no tengo más que aceptar. -Le digo dándole la mano-
-Él me corresponde el gesto mientras me ve con odio –Eres un estúpido.
━━━ • ✙ • ━━━━━━ • ✙ • ━━━━━━ • ✙ • ━━━━━━ • ✙ • ━━━
Después de esperar un rato finalmente llegué a la mansión de la familia Smith, donde al parecer ya me reconocían puesto que no tardaron nada en abrirme las puertas cuando dije que venía por Malia.
Raro-
En fin, avance hasta la entrada donde me estacione y baje del auto mientras pensaba en las palabras de Max que aunque fueron estúpidas no dejaban de resonar en mi cabeza como una mala canción que aunque lo era a su vez es muy pegadiza y te torturas por sacarla de tu cabeza.
¿Acaso Malia, pensaría que es una cita?
No tuve demasiado tiempo para pensarlo ya que la señora Smith, me abrió la puerta y con una sonrisa me jaló al interior de su hogar hasta llevarme a la sala de estar.
–Que puntual eres Isaac, eso habla muy bien de ti -Me dice con la misma sonrisa amable- además de que te vez muy guapo, se nota que quieres impresionar a mi hija.
–B-Bueno creo que hay un malentendido señora Sofía, no es una cita solo es una salida de amigos. -Le aclaro sintiéndome de la nada nervioso-
–Oh querido no tienes que usar esa mentira conmigo, es la misma que usaba con mis padres cuando tenía la edad de Malia -Ríe- solo déjame darte unos consejos mientras mi esposo le está dando un taser a nuestra hija -Dice y espero ver la broma en su rostro, pero al no hacerlo solamente me queda tragar fuerte ya que no estaba jugando- oh, no nos malentiendas querido no es que no confiemos en ti o al menos, no del todo -Me mira con disculpa- pero es que debes entender que Malia, es nuestra hija y queremos su seguridad ante todo así que entre mi esposo y yo jugamos para ver quien tenía está charla contigo y para tu buena suerte te toco conmigo.
Si yo era directo, esta mujer me sobrepasa, pero la verdad no puedo culparlos ya que después de que su hijo mayor se escapara de casa querrían que la hija que les queda estuviera a salvo lo más posible. Debo admitir que le tengo algo de envidia por eso.
–Bueno primero que nada quiero que traigas a mi hija a más tardar a la media noche, no quiero que ninguno de vosotros beba nada que tenga alcohol, mi hija sé que no es santa, pero sigue siendo menor de edad y por lo que sé tú ya eres mayor de edad ¿No? -Me pregunta y asiento- Perfecto, pero igual no quiero que beban nada, ten respeto hacía mi hija sé que son jóvenes y es en la edad donde todas sus hormonas se alborotan demasiado -Ríe- así que dejare mi papel de mamá amable y te lo diré seriamente -De pronto su expresión cambia a una completamente seria- no quiero que intentes nada con Malia que ella no quiero, son adolescentes y lo entiendo que quieran llegar a ese punto y no puedo opinar demasiado porque es el cuerpo de mi hija, pero si me entero que la obligaste a hacer algo que ella no quería, juró que te daré una razón para temer -Amenaza para luego sonreír nuevamente- y diviértanse.
En verdad está familia está llena de sorpresas, admito que me asusto con sus palabras, pero al mismo tiempo me saco una sonrisa ya que a pesar de que la misma Malia, piense que sus padres no se preocupaban por ella la realidad era lo opuesto ya que demostraban todo el amor que le tenían, tal vez no como a ella le gustaría pero lo intentan que es más de lo que yo tuve y para mí los intentos valen mucho.
Iba a darle una respuesta que la tranquilizara, pero al escuchar pasos detrás de nosotros y al ver la sonrisa de la mujer frente a mí creo que me hago una idea de quien se trataba así que simplemente me volteo tratando de pensar en un halago por lo menos respetuoso para esa ocasión. Sin embargo, cuando la vi de nuevo en mi vida me quedé sin una sola maldita palabra que decir.
He visto mujeres muy hermosas, ya sea en alguno de mis trabajos o que me han intentado coquetear, así que sé distinguir hasta cierto punto de la belleza de las mujeres, aunque poco o casi nada me importa el físico y tampoco es como le preste demasiada atención al conocer a una persona.
Pero en ese momento, en ese maldito momento al verla vistiendo nada más que con un vestido corto de hilo blanco con manga larga, que se apegaba muy bien a su figura y unas botas altas que le llegaban por encima de las rodillas de color café.
Llevaba también su pelo suelto como siempre y un poco de maquillaje nada más, era tan simple que hasta alguien como yo se daba cuenta de ello, pero aun así con eso y la ropa solamente podía definir a Malia Smith de una sola forma.
Hermosa.
No tengo idea de cuánto tiempo me quede como idiota viéndola, pero al ver a su padre bajar también con una ceja alzada, sacudo un poco la cabeza tratando de disimular lo tonto que me quede por ver a su hija y a su vez tratando de calmar mi corazón que parecía a poco de sufrir un ataque ¿Qué rayos?
–Te ves -Trato de hablar, pero no logro ni siquiera pensar, en una palabra- ...bien.
Okey, hasta yo mismo quiero golpearme con la respuesta que di pero al escuchar la risa de la señora Sofía, solo me hace sentirme un poco avergonzado pero a cómo puedo lo disimulo.
–Siendo tú quien lo dice lo tomare como el mejor halago de la noche -Me dice Malia, que con una sonrisa camina a mi lado- bueno nos vemos. -Dijo queriendo salir-
Yo también pedía eso, no me había humillado tanto en mi vida.
–Esperen un segundo -Hablo el señor Arthur, haciendo que nos detengamos- mi esposa ya debió hablar contigo así que no diré mucho más que esto -Me coloca una mano en el hombro- toca a mi hija y yo mismo me encargo de castrarte, no me malentiendas me caes muy bien chico, pero me toca jugar el papel de papá oso -Dice con una sonrisa para acercarse a mi oído- un consejo, si intentas llegar a segunda base te recomiendo que primero ella te dé su permiso, te lo digo por experiencia que las mujeres Montenegro tienen la mano pesada. -Me susurra-
Le iba a responder que se equivocaba, que no tenía esas intenciones...de nuevo, pero no pude contestarle ya que Malia me tomo de la mano alejándome de sus padres.
–Ya dejen de asustarlo, no vamos a hacer nada malo -Dijo rodando los ojos- nos vemos después.
Solo pude despedirme por un gesto de la mano ya que esta chica me jalo al igual que su madre hasta salir de su hogar, donde al estar afuera soltó un suspiro para llevarse un mechón de cabello detrás de la oreja para verme.
–Lamento eso, la verdad no sé qué les pasa hoy son unos exagerados.
Me le quedo viendo un par de segundos apreciándola de nuevo y solamente suspiro mientras llevo mis manos a los bolsillos para caminar al auto haciendo que ella me siguiera hasta la puerta del copiloto donde le abrí la puerta y ella algo extrañada se subió, así que yo le di la vuelta al vehículo para poder subirme.
–Muy bien, ¿Me dirás por qué tienes la camioneta de Maxwell y donde está él?
La veo de reojo y suspiro mientras enciendo el motor.
–Cambios de planes, al parecer solo estaremos tú y yo -Le digo simplemente- espero que no te moleste.
Ella se quedó un segundo en silencio, pero después suspiro sonriendo un poco.
–Para nada, no estoy de humor para estar en grupo de todas formas así que arranca esto y vamos a ver ese eclipse raro.
Asiento y coloco mis manos en el volante listo para conducir, pero me detengo un segundo.
–Por cierto, Malia -La llamo haciendo que me prestara atención- ...te ves muy linda.
━━━ • ✙ • ━━━━━━ • ✙ • ━━━━━━ • ✙ • ━━━━━━ • ✙ • ━━━
Llegamos al lugar donde veríamos el eclipse, se trataba de una colina que había descubierto que estaba algo apartada de la civilización, pero lo suficientemente cerca en caso de emergencia (Ya saben, que salga un asesino con mascara de hockey) ya que había una zona de picnic cerca, sin embargo, donde estábamos era un lugar que había encontrado en un momento donde junto con Max, llevamos a Ursa de campamento y para hacerlo mejor, uno puede llegar en auto fácilmente.
Por lo que cuando llegamos el sol estaba casi por ponerse, tardamos un poco en llegar debido a que pasamos a comprar algunas cosas para más tarde y es así como me di cuenta de que Malia había llevado consigo una cesta de picnic que no me di cuenta de ella debido a que me quede viendo...bueno ustedes saben.
Así que cuando salimos lo primero que hice fue colocar una manta en el suelo, para después colocar los aperitivos que compramos y finalmente nos sentamos para ver como el cielo empezaba a tomar tonos oscuros.
–Y ¿Cuánto falta exactamente para que veamos este eclipse raro?
-Veo mi reloj –Como dentro de una hora más o menos.
–Okey esta no es mi idea de pasar un jueves por la noche, pero me gusta hacer diferentes cosas -Dice mientras se acomoda a mi lado- ¿Por qué no aprovechamos para conocernos mejor?
La veo con una ceja alzada haciéndole la pregunta de si hablaba enserio, mientras ella por su parte solo rodo los ojos.
–Oh vamos Isaac, después de todo lo que hemos pasado y dicho hasta ahora no somos simples desconocidos y no conozco ni tu color favorito.
Me es imposible no tensarme un poco ante eso, no es que no lo pensara, pero la verdad tenía mis reglas porque no estaba en mis planes tener más gente cercana de las que ya tenía hasta ahora.
–Bueno ya que no veo muchas ansias entonces iré yo primero, mi color favorito es el azul porque me recuerda el color del mar y bueno -Ríe- eso lleva a que cuando era pequeña uno de los pocos recuerdos que tengo de mi familia completa, es cuando mis padres nos llevaron con mi hermano a la playa, ese fue -Toma una respiración- bueno más bien, es uno de mis recuerdos más preciados y que sé que jamás se repetirá.
Me quedo un momento en silencio, veo sus ojos y entiendo lo difícil que debe ser para ella hablar sobre su hermano, alguien a quien quiso mucho, pero se fue de su vida sin dejar más que una nota donde ni siquiera le decía que la quería o que se cuidara.
Podría solamente dejar que ella hable y aportar a la conversación nada más con simples palabras para contestar a sus respuestas, sin embargo, la verdad hasta este punto siento que ya sería perder el tiempo. No confió del todo en ella, pero se ha ganado algo de ella por todo lo que ha hecho por mi hermana y por mí.
–...Me gusta el color verde -Empecé llamando su atención- la verdad no tiene un significado tan profundo como lo tuyo, solamente me gusta y ya.
Ella me sonrió y así comenzamos a hablar durante el resto de tiempo que nos quedaba antes de que el eclipse sucediera, comimos y hablamos de ciertas cosas. No fue nada personal, pero admito que pude conocer un poco a Malia Smith, como por ejemplo que adopto a su perrita hace unos años pero que es desconfiada de la gente no dejando que cualquiera se le acercara a ella o a sus dueña (aunque me costó creerlo ya que fue muy linda cuando la conocí) y otras cosas, también me hablo de exposiciones de pintura que ha visto en algún viaje que ha hecho con su tía.
La escuche atentamente, aunque no conociera nada de lo que hablaba se le notaba algo diferente cuando hablaba de arte, no es como la misma chica que sonríe falsamente mientras hablaba con Raúl y los idiotas, no, esto era completamente diferente. Había un brillo en sus ojos y la forma tan apasionada de como hablaba de cada una de las piezas que ni siquiera recordaría su nombre.
En ese momento entendí que la que tenía enfrente de mí era la verdadera Malia Smith, no la popular Reina que todos en la escuela quieren ser, sino que la chica con algunos problemas familiares y al parecer un gran amor por el arte.
–Y creo que ya hablé demasiado de mí -Dijo riendo mientras se abrazaba las rodillas- debo admitir que no esperaba que supieras más de dos idiomas ¿Enserio sabes ruso e italiano? –Me pregunta curiosa-
-Frunzo el entrecejo al ver como temblaba un poco –Bueno, el ruso apenas lo hablo y el italiano me lo enseño una vieja amiga -Digo cerrando recordando de quien lo aprendí pero sacudo la cabeza- no es nada importante, por cierto toma antes de que te hagas paleta, las noches en esta época son demasiado frescas. –Le tiendo mi chaqueta-
Ella se me queda viendo sorprendida y al parecer me iba a llevar la contraria, pero un poco de aire fresco le hizo reconsiderarlo y la tomo colocándosela, obviamente quedándole grande.
Debo admitir que he visto muchas veces a Rachel, usando mis camisas o de vez en cuando robándome una sudadera después de que...bueno, no entrare en detalles.
Pero al ver a Malia con esa chaqueta, no sé cómo explicarlo, pero debo admitir que es una sensación agradable, por no decir que es divertido ya que parece una niña vistiendo algo grande.
– ¿Seguro que no la necesitas? ¿No tienes frío?
Le sonrió levemente mientras la veía.
–Recuerdas el lugar donde vivo ¿No? No tengo calefacción, para estos momentos digamos que he adquirido una resistencia al frío que me ha sido muy útil y pues, no todos mis sudaderos son gruesos así que no creas que me cubren demasiado cuando hace frío en mi departamento o en alguno de mis trabajos.
–Hablando del tema, siempre he querido preguntarte ¿Por qué usas esas horribles sudaderas? No es por sonar grosera, pero sabes que hay más en la vida que esas cosas ¿No?
Una risa escapa de mi boca sin poder evitarlo, no es la primera persona que me lo pregunta.
–Cuando tenía 14, una persona muy importante para mí me dio una sudadera vieja para poder cubrirme por ciertas circunstancias -Le digo mientras trataba de no meterme demasiado en ese recuerdo que ni siquiera entiendo porque le cuento, pero las palabras salen solas- me dijo que una sudadera era algo muy cómodo y podía ser multiusos para la vida, desde algo para cubrirte del frio hasta incluso un cinturón, creo que tal vez no fue tanto por la sudadera de ese momento sino que por la persona que me la dio, de hecho aún la tengo y creo que cree un hábito de vestirlas.
Hay más detrás de esa historia, pero no le diría nada de eso.
–Okey, es especial llevarlas, aunque no lo entiendo todavía -Dice extrañada- sin embargo, siempre cargas la capucha puesta incluso en clase, lo cual no entiendo cómo es que te dejan usarla ya que incluso le quitaron un gorro de lana a un chico en clase, así que espero esa explicación.
–Bueno eso es sencillo, le dije al director que mis ojos son sensibles a la luz y a menos que quisiera que usara lentes negros durante las clases me dejara usar la capucha, obviamente estaban los anteojos con vidrió especial, pero en ese momento no pensó demasiado en ello, así que me dio esa prórroga.
–No puedo creerlo -Suelta un suspiro exasperado- pero hay algo que no me respondiste, ¿Por qué? Digo, dudo que esa sea la razón ¿No?
Me quedo un momento en silencio, pero ella parece que no le importo ya que de la canasta que trajo saco una tarta para partir un pedazo, pasándome uno.
Cuando le di un mordisco me quedé sorprendido.
–Tarta de frambuesa. -Murmuro-
– ¿No te gusta? -Me pregunta sin verme mientras jugaba con el dobladillo de la chaqueta- Hay más cosas que comer, puedes tirarlo si no lo quieres.
– ¿Qué? No, al contrario -Digo sorprendido dándole otra probada- de hecho, es mi favorito -Parpadeo- ¿Dónde lo compraste? Es el mejor que he probado.
Me lo comí casi de un bocado ya que no estaba exagerando, era el mejor que había probado en mi vida. Usualmente cuando me permitía ese gusto de comprar postres siempre averiguaba si vendían esta clase de postre, pero aunque supieran bien, siempre se sentía el sabor genérico de ellos. Nada que destacar.
Pero este, madre santa me caso con quien lo haya hecho ya sea hombre o mujer, incluso si fue un perro.
–De hecho -Me saca de mis pensamientos- yo la hice.
...
Okey creo que saben que estaba exagerando, no me iba a casar literalmente.
–Oh, no sabía que tú, bueno ya sabes.
-Ella rueda los ojos –Sí Isaac, sí sé cocinar y con el desayuno que te hice debió quedarte claro, simplemente que no me da tiempo para hacer muchas cosas, mi madre es dueña de varios restaurantes es obvio que más de algo aprendí de ello.
Iba a responder, pero en eso alce la vista para observar como el eclipse comenzaba haciendo que ambos nos enfocáramos en ello.
Un suceso tan raro que pocos son capaces de ver en sus vidas y que serían una gran historia para nuestros hijos o nietos en un futuro, aquel satélite natural que siempre está dando vueltas cerca de la tierra por un corto periodo de tiempo se vuelve a un color que tal vez no muchos aprecien, pero nadie negara que es único.
–Ya veo porque tenías tantas ganas de venir, escuché una vez sobre una luna roja, pero creí que solamente pasaba en las películas y en las novelas. -Comenta Malia a mi lado-
–Es un suceso muy raro, como el cometa Haley o una lluvia de meteoritos e incluso poder ver todas las constelaciones en el cielo. -Le hablo-
–Para ser alguien que no le gusta su nombre de estrella, se ve que te gusta el espacio. -Dice con una sonrisa-
Solté un suspiro para verla.
–No es lo mismo apreciar estos sucesos a vivir con la gente preguntándote si conoces a Harry Potter.
Ella se quedó pensando un segundo por lo que yo solamente me quede viendo la luna roja enfrente de mis ojos, grabando esa imagen en mi mente.
–Sirio.
-Volteo a verla – ¿Qué?
–Bueno, el nombre de la estrella es Sirio y comparado con el otro, es más decente e incluso original -Dice mientras me ve- así estarías más cómodo con tu nombre ¿No? Ya que después de todo es lo primero que te pertenece desde que naces, así que es mejor que estés bien con él.
–El nombre no me trae buenos recuerdos. -Le digo viéndola-
–Entonces yo te ayudare a hacer buenos -Me dice con una sonrisa- así como lo hiciste conmigo hoy.
En ese momento debí aclararle que no debería pensar en eso, que no quería que se acercara más de lo que lo había hecho hasta ahora. Debí detenerla en ese maldito instante que sus ojos cafés me miraban solo a mí, bajo la luna roja, solo nosotros dos.
No pude decir nada.
–Oye -Me llama- te lo voy a agradecer, pero necesito que veas para allá. -Dijo apuntando a un punto a mi izquierda-
Yo solo alce una ceja escéptico y ella rodo los ojos.
–Vamos no será nada malo, solo -Aparta la mirada- no te atrevas a voltear.
Ahora fui yo quien rodo los ojos para voltear como me indico estando así unos segundos pero cuando recordé algo que quería preguntarle voltee para decirle pero ni siquiera pude abrir la boca.
¿La razón?
Mis labios estaban sobre los de la chica enfrente de mí, sobre los labios de Malia Smith.
La noche que se supone que debía ser para ver el eclipse de luna, termino en un beso de ambos que para nada me esperaba.
Bueno después de un tiempo por fin actualizó, y doble así que alegrense, además que con una nueva portada que en mi opinión esta preciosa. Finalmente quiero agradecer a DicaBautista por la nueva portada que me hizo, quedo hermosa de verdad y a EApoyoTuTalento que fue quién me ayudó también, de verdad hicieron un trabajo increíble.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro