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Capítulo 1

Malia

Los padres dicen que las películas donde los adolescentes o adultos hacen fiestas descontroladas o alguna tontería no sirven para nada y que solamente son idioteces que algún tipo trata de hacer ver como una broma cuando en realidad refleja la ineptitud y estupidez humana, o al menos eso es lo que ellos dicen.

Sin embargo no tienen ni idea de las veces que esas películas te pueden salvar la vida, por ejemplo en este momento donde estoy con una resaca del demonio por todo el alcohol que estuvo en mi sistema hasta hace pocas horas y ahora solamente me deja con un dolor de cabeza que me hace desear la muerte. Todo eso mientras veo como varios chicos y chicas limpian mi casa después de haber hecho una increíble fiesta anoche.

–Vamos chicos muevan esos culos como lo hicieron ayer en mi césped para copular como animales ¡Si, me refiero a ti Steven que vi como lo hiciste encima de las rosas de mi madre! –Digo haciendo que todos empiecen a reír- Yo que tu Laura, ni me rio que desde la sala y con la música a todo volumen se escuchaban tus gritos, la ha de tener grande con el que te metiste para que te hiciera gritar así, me pasas el contacto después.

Veo como ambos se avergüenzan fuertemente y sinceramente me duele tener que gritar sus intimidades enfrente de un montón de chismosos pero ambos idiotas rompieron dos de las cinco únicas reglas que tengo cada vez que hago una fiesta en casa.

1) No toquen el jardín de mi madre y mucho menos sus rosas.

2) No toquen la vitrina de trofeos.

3) No se metan en la habitación de mis padres y mucho menos en la mía para hacer sus cochinadas.

4) No toquen los autos de mi padre.

5) En su vida toquen a mi perrita Clare.

Esa última es de oro y si alguien le hace algo soy capaz de cometer asesinato, nadie toca a mí linda enana.

Pero volviendo al tema, ya deben imaginarse las reglas que rompieron y pues por mucho que sé que uno no piensa bien con unos cuantos tragos encima, no puedo ser flexible con que destruyan mi casa ya que si mis padres se enteraran estoy segura que me castigarían a pesar de que ellos sean unas personas muy calmados y tolerantes.

Sinceramente también ayudaría pero me sigue doliendo hasta las uñas postizas que tengo, pero el dolor es interrumpido cuando veo como una mano me extiende una pastilla por lo que volteó para ver de quien venía ese gesto e inevitablemente no puedo evitar sonreír al ver a mi mejor amiga con su ceño fruncido mostrando su claro disgusto.

–Mi bella Amaya, en verdad eres mi salvadora. –Le agradezco tomando la pastilla y haciendo que baje con el café-

La chica a mi lado se llama Amaya Dael Hekate Chandler y si, puede a que parece un trabalenguas su nombre si le dices eso a ella asegúrate de comprar un seguro de vida antes.

Amaya es una chica de estatura promedio para nuestra edad, cabello negro que le llega por encima de los hombros, rasgos asiáticos con la piel pálida lo que la hace ver más guapa, una nariz perfectamente perfilada y lo más lindo de ella, sus hermosos ojos que son una mezcla de verde musgo con café oscuro.

Mi amiga es muy hermosa a pesar que no usa ni una gota de maquillaje y tendría a muchos chicos detrás de ella o más bien, los que están detrás de ella serían valientes de invitarla a salir de no ser porque manda a todos al diablo.

–Sigues haciendo que me sorprenda por las fiestas que haces, cuando entre por el patio de atrás vi una maldita motocicleta en la piscina ¿Cómo diablos termino esa cosa ahí? –Me pregunta desconcertada pero también divertida-

-Yo solamente me encojo de hombros mientras siento la calidez de mi café que me hace sentir más viva de lo que estaba cuando desperté –Retaron a Raúl a que su moto no era capaz de cruzar una piscina de un salto, así que una cosa llevo a otra y pues ya viste el resultado. –Le resumo lo que pasó anoche-

Mi amiga por su parte solamente rueda los ojos.

–No sé quién es más estúpido, quien le dio el reto o quien lo hizo, por cierto ¿Quién le puso el reto? –Me pregunta curiosa-

-Trato de hacer memoria hasta que al fin lo recuerdo –Conoces al chico de la otra clase que se la pasa ligando con las animadoras? El subcapitán del equipo de fútbol, creo que era Maxine o algo así.

Cuando escucho a mi amiga gruñir en molestia me hace alzar una ceja pero al ver como aplastaba el pastelito en su mano me quedo callada, no quiero ser ese pastelito.

–Como sea, segura que podrán limpiar todo antes de que tus padres lleguen? Dentro de dos horas debemos ir a clases. –Me pregunta algo preocupada-

–Tranquila Maya, ellos llegan hasta el mediodía y mi tía me ayudara con el equipo de limpieza, así que está todo bajo control.

Mi amiga sigue exponiendo su preocupación así que como siempre trato de calmarla mientras le pido que me acompañe a mi cuarto a darme un baño y elegir mi vestimenta el día de hoy.

Mientras caminamos por el largo y amplio pasillo de mi hogar puedo ver las fotos de mi familia, pero solamente aparto la mirada al verlos y me dirijo a mi habitación para cumplir con mi rutina diaria.

Cuando le quito llave a mi habitación y al ver que todo estaba en orden solamente suspiro de alivio, que solo aumenta cuando un pequeño ladrido llama mi atención y con ello veo como un Pomerania con un listón azul, llegaba corriendo con sus pequeñas patitas a donde estábamos nosotras y me es inevitable cargar a mi bebé en brazos.

–Hola mi amor, te molestaron los tontos de la fiesta no? Perdona que te haya dejado aquí pero la última vez te bañaron en cerveza y no lo podía permitir de nuevo. –La apapacho mientras le digo mis palabras-

–Y no hubiera pasado si hubieras dejado a esas chicas entrar, pero nooooo la Reina de la escuela por supuesto que no deja a nadie fuera de sus fiestas y no solo eso, sino que ese mismo día humillaron a ese pobre chico del club de tecnología. –Me recrimina mi amiga mientras toma a mi enana y se sienta en la cama-

–Oye no es mi culpa, no pensé que Raúl iba a hacerle esa broma con esa chica, de ya sabes, grabar "ese" momento. –Digo algo incómoda al recordar ese suceso-

Mi amiga solo alza una ceja dándome a entender que no cree en mis palabras.

–Uy si, la chica por la que Raúl babea no sabía de esa broma, no me jodas Malí el tipo literalmente te presume hasta los faros que le pone a su moto y auto.

Mientras escucho eso abro mi closet para buscar que ponerme, al mismo tiempo veo de reojo a mi amiga y apreciar lo que lleva puesto.

Mi amiga vestía con una chaqueta de lona arremangada hasta los antebrazos, un conjunto de blusa y jeans pegados de color negro, para terminar con unas zapatillas grises que combinan con su hebilla del cinturón. Y solo hay una palabra que la define en ese momento.

Una belleza

Maya tiene una figura envidiable por muchas chicas y eso me incluye, pero ella a diferencia de muchas más no la tiene por hacer dietas raras o ser veganas, nop. Mi querida amiga es campeona de artes marciales, jugadora de soccer y quien sabe que más que la tienen en ese cuerpo.

Pero de inmediato pienso en sus palabras provocando que una mueca salga de mis labios, odio admitirlo pero tiene razón ya que Raúl me dijo que planeaba hacer algo así más sin embargo no pensé que enserio lo fuera a hacer en la fiesta de inicio de curso, el pobre chico ahora se la pasa escondido en el salón de tecnología por eso.

Pero solamente sacudo mi cabeza para entrar al baño y desnudarme de la ropa con la que estuve toda la fiesta para entrar a mi bañera.
Sentir como las gotas de agua caliente caen en mi piel es como regresar un poco a la vida, admito que el agua helada despierta más pero la odio y no aguanto bañarme con ella.

Un rato después salgo del baño donde veo a mi amiga que veía su teléfono por lo que me acerco a mi espejo para verme mejor.

Opte por una blusa manga larga holgada de color gris, unos jeans ajustados a mis piernas de color negro, acompañados de unos zapatos de tacón del mismo color y sin olvidar por supuesto mi bolso.

–Por un demonio Malia ya vámonos, tardas una eternidad solo cambiándote. –Me reprocha mi amiga-

-Yo solamente ruedo los ojos ya que a veces exagera demasiado –No seas dramática, pero antes de que sigas me terminare de maquillar en tu auto.

-Ahora es el turno de ella de rodar los ojos –No entiendo tu afán de maquillarte siempre, como si no dejaras a todos los chicos tarados por tu presencia.

–Hoy te despertaste algo enojada verdad? ¿Qué paso?

-Ella solo me ve un segundo para bajar a mi perrita y con eso empezar a salir de la habitación juntas, por lo que cuando bajamos las escaleras suspira –Lo siento si? Es solo que trato de comunicarme con un amigo, me tiene preocupada y no me responde.

Una sonrisa escapa de mis labios en el momento que salimos de mi hogar, algo que también destaca en mi amiga aparte de su belleza es que siempre se preocupa por sus amigos y familia así que la entiendo.

Más sin embargo me confunde un poco ya que mi Maya, no es mucho de hablar con hombres por...ciertas razones. Por lo que mi mente curiosa empieza a intentar armar todo y cuando llegamos a su auto, por la cara que me muestra seguramente debo tener una sonrisa como la del gato sonriente.

–Con que un "amigo"? –Le pregunto mientras hago comillas con mis dedos- Maya me hubieras dicho que estabas interesada en alguien, dime quién es, lo conozco? Es Thiago del equipo de natación verdad? Ese rubio que siempre te sonríe cuando te ve. –La interrogo emocionada por los detalles-

Sin embargo mi amiga solo me contesta sacándome su dedo del corazón para entrar a su auto.

Agh, odio cuando la gente hace ese gesto con sus manos ¿Quién fue el estúpido que se le ocurrió que uno de los dedos de nuestras manos era para ofender a otros?

Entro al auto para poder sacarle información pero cuando entro ella me sigue sacando ese maldito dedo.

– ¡Por favor! No te pido que me digas como es en la cama, solo que me digas quien es, es mi deber como tu mejor amiga saber si esa persona se merece a mi Maya. –Me excuso tratando de verme tierna y hacer que cediera-

–No te hagas ideas equivocadas –Me dice arrancando y empezando a conducir- no me he metido con nadie y tampoco pienso hacerlo, es solo un amigo de la infancia que me preocupa, pero dejemos de hablar de eso que solo me dan ansias así que mejor cuéntame –Me sonríe con burla- ¿Cómo se sienta la Reina al ser cambiada de salón?

Okey, otra cosa que destacar de mi amiga es que es vengativa también.

Pero la verdad no es mi culpa que Rachel, la hermana de Raúl nos delato con el profesor por unas notas y algunos dibujos divertidos de él, para que no metieran a Maya yo me eche toda la culpa, por lo que según el director en esa clase solamente tenía distracciones así que me pasaron a la otra.

Así de afortunada soy.

–Seguramente Raúl saltara de alegría al verte, es irónico no? Él te adora y su hermana te detesta, me parece poético. –Se burla mientras pone el freno de mano-

Cuando me fijo que llegamos a la escuela solo hago una mueca que Maya nota y me mira con preocupación en sus ojos.

–Aún podemos hablar con el director, sabes que mientras le ofrezcas una reservación para uno de sus restaurantes él no te negara nada.

-Una risa sale de mis labios, que aunque forzada para no seguirla preocupando –No te preocupes, intentare adaptarme y no creo que sea tan malo estar con él, somos buenos amigos.

Maya, solo me mira más preocupada pero yo solamente le sonrió como puedo y ella solamente sale del auto dejando las llaves para que las tome cuando decida salir, ella sabe que necesito unos minutos sola y como se puede ver ni siquiera desde la mañana lo puedo estar.

Y es porque cuando estoy sola, es cuando sobre pienso demasiado las cosas y la sonrisa que siempre muestro ante todos, desaparece.

Pero no puedo dejar que alguien me vea así, soy Malia Smith Montenegro la capitana de las porristas, ayudante del comité de socialización e incluso apoyo en albergues de perros para que encuentren un hogar, mis notas son las mejores de la clase y jamás me he metido en problemas que sean graves.

Por lo que solamente tomo una inhalación profunda para con mis manos y dedos llevarlas a las comisuras de mis labios forzando una sonrisa que veo frente al espejo del auto.

Y aunque frente a mis ojos esta chica sea falsa, es a la que la gente tanto le agrada, a la que siempre invitan a las fiestas, a las salidas al cine e incluso a proponen como presidenta del consejo estudiantil.

Porque esta chica frente a mis ojos es a la que la gente ama, no a mí.

Sin más salgo del auto para con la sonrisa más radiante que puedo formar empiezo a caminar entre los estudiantes que me saludan y yo se los devuelvo con amabilidad, sin embargo nunca faltan aquellos que murmuran cosas de mí, por lo que solamente ruedo los ojos mientras sigo caminando.

Pero mientras estaba caminando casi me choco con un chico que pasa corriendo para atrapar un balón que le iba a dar a otro chico en la cara, dirijo mi mirada de donde vino el ovoide y no me sorprendo a encontrar a algunos del equipo de futbol.

Neandertales

Así que solamente sigo mi camino hasta mi casillero donde empiezo a tomar los libros de la primera hora, sin embargo una cabellera rubia llama mi atención haciendo que voltee y estoy segura que una mueca amarga se posó en mi cara por lo que veía.

Tenía razón, pues a unos metros se encuentra la responsable de que deba ir a un aula diferente por el resto del año escolar.

Rachel Ruiz

La hermana de Raúl y la chica que cada que nos vemos queremos jalarnos de los pelos, ella y yo jamás nos hemos llevado bien por alguna extraña razón, que se entienda mi sarcasmo en lo último.

Sé al menos un poco de la razón por la que me odia, más sin embargo que a su hermano le guste no es excusa para que ande metiéndome en problemas y siempre hablando a mis espaldas, además de ser la menos idónea para hablar de mí, ya que ella es la Reina de las zorras de esta escuela.

Sin embargo por estar tan metida en mis pensamientos no me doy cuenta en el momento que se voltea y nuestras miradas chocan, de inmediato una sonrisa se le forma en esos labios pintados de negro, una sonrisa de bruja malvada que se burla de la princesa.

Sin embargo por una extraña razón su expresión cambia y de la nada pasa su mano por su cabello como arreglándolo, lo que se me hace más raro por lo que de forma discreta volteo para ver por quien se ponía así pero al ver un montón de alumnos solo descarto esa idea y más cuando esa rubia me pasa golpeado con su hombro cuando paso detrás de mí.

Como le odio.

Sin más me dirijo a la clase donde está el doble de camino que la anterior, cuando llego la maestra que llegaba en ese momento me ve para darme la instrucción que espere un momento mientras le avisa a mis compañeros.
Mientras que yo solo aprovecho para ojear a mis nuevos compañeros, ya conozco a la mayoría por las fiestas que he hecho y a las que he asistido, incluso puedo ver al grupo de Raúl y con solo ver como estaban haciendo todo menos prestar atención me doy una idea que no será fácil estar aquí.

Cuando la maestra finalmente me da permiso de entrar veo como muchos se sorprende al verme y yo solamente me limito a saludarlos con una sonrisa.

La maestra de ciencias me indica que tome asiento y de inmediato Raúl levanta la mano para que me siente con su grupo, en su fila, a su lado.

Ugh.

Mientras me dirijo al lugar entre las filas de asientos, un olor llama mi atención.

No era nada horrible como sudor o algo, sino uno agradable y embriagador, como la mezcla entre cítricos y ¿Alcohol?

Una rara combinación a decir verdad, pero antes de que supiera a quien pertenecía me doy cuenta que estoy parada a medio camino por lo que sigo mi camino hasta llegar a mi lugar donde de inmediato empiezan a mandar mensajes de forma discreta por el grupo que tenemos entre nosotros para poder hablar sin interrupciones.

Sinceramente estaba por apagar mi celular pero al ver cómo me llega un mensaje directo de la persona que está a mi lado, para no ser grosera lo veo.

-¿Estás bien? No te molestan los demás? Solo están emocionados de poder hablar más contigo

Veo cómo ve su teléfono ansioso de que le responda y veo que no me queda de otra.

-Si Raúl, todos son muy lindos por quererme hacer sentir bienvenida, pero es mejor que prestemos atención o la maestra se dará cuenta.

Apago el teléfono para darle a entender que hablaba enserio, Raúl lee el mensaje y por la expresión en su cara veo que no le gustó nada de lo que le escribí. Y la verdad aunque no es mentira lo que dije, es solamente una excusa ya que cada vez que hablo con Raúl siempre me coquetea de manera "sutil" y la verdad no tengo cabeza para eso.

Mientras al parecer me escribe una respuesta para tratar de convencerme, de reojo lo veo mejor.

Raúl en definitiva entra en su rol como el más popular de la escuela, desde su cabello rubio desordenado, ojos color verdes algo atrayentes, sin ninguna imperfección en su cara y bien afeitado, por no olvidar su físico excepcional por el deporte que práctica.

Es guapo, gran deportista y un talentoso actor, pero en mí no genera más que una amistad, por no decir que no es mi tipo, muy cliché.

Pero la voz de nuestra maestra hace que yo salga de mis pensamientos y él rápidamente oculte el celular.

La mujer estaba interrogando a unos chicos que estaban unas filas más delante de nosotros, parecía que todo iba para una llamada de atención de la nada ese chico que reconocí como el que reto a Raúl a saltar por la piscina le dice unas palabras que nos dejó a nosotros riendo, a la maestra sonrojada y a él haciendo una reverencia a su compañero.

La clase sigue sin problemas y el resto siguen siendo iguales, con la diferencia que tengo que clamar por paciencia por cada que a Raúl o sus amigo me tratan de hablar para perder el tiempo.

Demonios he dicho su nombre tantas veces que tendré pesadillas con él.

Por lo que a la hora del receso me adelanto diciéndoles a los chicos que iba al baño y los alcanzaba pero realmente era una mentira, por lo que rápidamente voy al baño para ver los mensajes de mi tía que me llegaron durante las clases y un suspiro de alivio sale de mí cuando me cuenta que pudieron limpiar toda la casa.

Pero a pesar de que eso me quita un peso de encima, sigo completamente estresada por otras cosas y ver como Rachel entra al baño no me ayuda en nada.

–Pero miren nada más, la misma Reina en persona ¿A qué debemos su visita su majestad? –Me pregunta con una sonrisa burlona-

-Yo solamente me arreglo un poco el cabello –Nada del otro mundo, solamente me arreglo un poco. –Le respondo simplemente para de forma indirecta decirle que no pienso seguirle el juego-

Ella por supuesto que no me dejara en paz.

–Enserio? Acaso señorita perfección no es tan natural como presume que es? Pero que decepción se llevara mi hermano –Se burla con un tono fingido de pesar- bueno, dudo que se dé cuenta mientras se la estas chupando a media escuela no?

De verdad hay personas que no aprecian su vida como deberían.

-Por lo que le doy mi mejor sonrisa mientras la veo –Puede ser, quizás un día lo sepa así como todos saben la zorra que eres con tu pobre novio, seme sincera ¿Con cuántos lo vas engañando ya? 2? 3? 10?

Ver como su cuerpo se tensa antes mis palabras y el enojo en sus ojos me demuestra que toque una fibra sensible y no me importa la verdad, ella empezó así que es mejor que aguante la verdad.
Iba a decirme algo pero más chicas entraron al baño por lo que ella tomo sus cosas para irse y yo solamente suspiro más cansada que antes. Así que decido que necesito estar sola unos minutos.

Así que me dirijo a la azotea de la escuela donde al llegar de inmediato de mi bolso saco una cajetilla de cigarrillos con el encendedor para prenderlo y llenar mis pulmones de aquel humo.

Mientras suelto el humo de nuevo hago un recuento de lo que hice y dije desde la mañana, definitivamente necesito más que una cajetilla para poder sentirme mejor.

Pero lo que más me molesta es lo que dijo Rachel, pero al mismo tiempo no puedo hacerlo ya que después de todo yo me he ganado esa reputación y no he hecho en lo más mínimo algo por desmentirla, porqué...

¿Qué propósito tiene desmentir un rumor cuando miles más te estarán atacando después?

Puedo ser popular y la mayoría muestra admiración o amabilidad por mí, pero todos tenemos dos caras en esta vida y estoy más que segura que esas caras que me sonríen son las mismas que serán capaces de lincharme si les doy la oportunidad, mi sonrisa es mi escudo, mi rango social es mi arma y mis palabras mi lanza.

No necesito más que eso para defenderme.

Esos pensamientos tan profundos en mi cabeza son interrumpidos de nuevo cuando la puerta se abre de golpe y alguien sale muy apresurado, nervioso y posiblemente a nada de darle una convulsión. De inmediato pienso que es alguien que consumió alguna sustancia de alguno de los que venden en la escuela.

Por lo que alejando el cigarrillo de mis labios sonrió para llamar su atención con una broma en caso de que enserio esté sufriendo algún ataque.

El chico se voltea de inmediato y en ese momento lo reconozco como el mismo que estaba con ese tal Max en mi clase, esa sudadera horrible no la podría olvidar, enserio no tiene gustos en moda. Pero dejo eso de lado y le pregunto si no había aceptado alguna sustancia que lo haya dejado así o si necesitaba ayuda, a pesar de que no puedo ver sus ojos por la capucha de la sudadera siento como si me mirara de forma intensa, como analizándome y eso no me gusta, pero cuando lo veo menear la cabeza en negativa e irse a apoyar en la baranda suspiro para acercarme e insistirle un poco.

Tal vez hablar con alguien más me haga perder el enojo.

Cuando me coloco a su lado puedo apreciar un poco de su rostro pero no completo, solamente su barbilla, que tenía un lunar en ella.

Le hablo y hago preguntas para iniciar una conversación, pero no me contesta nada, ni sonido hace, me preocupa que tal vez sea mudo y yo solamente lo estoy molestando pero la verdad si me preocupo la forma en la que entro así que al menos quiero saber eso.

Hago unas cuantas bromas de coqueteo pero ese chico no se inmuta, o eso creo ya que enserio es molesto no poder ver su cara, por lo que me pregunto si se enojara si le quito la capucha.

Pero descarto esa idea cuando solamente se voltea para irse, ignorándome completamente por lo que ofendida le digo que era un gilipollas, yo tratando de ser amable y preocupada para alguien que no se molesta en tan siquiera asentirme o hacerme alguna seña.

O bueno, seña si me hizo, en el momento que me saco ese maldito dedo mientras me daba una sonrisa burlona.

Definitivamente lo mato, lo siento enana pero mamá no llegara a casa hoy.

Cuando lo veo salir por la puerta, lanzo mi cigarrillo al suelo para apagarlo y me encamino cabreada mientras pienso en mi vocabulario de cosas soeces que aprendí a decir incluso en alemán.

Sin embargo cuando quise abrir la puerta está no me dejo, por lo que lo intente varias veces empezando a forcejear la puerta y al ver que era imposible es que me doy cuenta que el maldito me dejo encerrada, pero lo que me lo termina de confirmar es la risa que se escucha mientras se alejaba.

Santo Dios de la melodía, pero que risa más hermosa

Espera, eso no es lo que quería pensar ¡Reacciona cerebro!

¡El maldito te dejo encerrada en la azotea de la escuela!

Trato de abrir la puerta varias veces pero sea lo que sea que haya usado ese chico para trabarla, de verdad funciona. No tengo idea de cuánto tiempo estuve intentando que de alguna forma desarrollara súper fuerza para poder derribar esa puerta, pero al ver que no la obtenía no me quedo de otra que llamar a Maya.

No lo había hecho antes debido a que sé que a veces se va a hablar con los de su club durante los recesos, pero al verla abrir la puerta solamente saltó a sus brazos.

– ¡Maya, definitivamente si no estuviera segura de mi heterosexualidad te besaría ahora mismo!

-Mi amiga solamente me separa de ella para verme extrañada –Muy bien ya dime ¿Cómo rayos terminaste aquí?

Iba a responderle pero cuando veo que carga unas cintas de zapatos en su mano la veo curiosa.

– ¿Por qué tienes eso?

-Mi amiga me ve irritada porque cambio de tema, es algo usual en mí ser algo distraída con ella pero es con amor que pasa –Eso quiero saber, estaban atadas al picaporte y la baranda del pasillo, por eso no podías abrir la puerta.

De inmediato el enojo regresa a mí de golpe al saber que el maldito que me hizo esto, fue incluso de hacer una broma tan infantil. Pero al ver la hora con Maya, bajamos a los baños mientras le cuento lo que paso y yo aprovecho lavando mis dientes para que el olor del cigarrillo no se note en mi boca, además de colocarme un poco de perfume.

Sin embargo cuando termino mi relato mi amiga estalla en carcajadas mientras la miro indignada.

–Te acabo de contar como un idiota me dejo encerrada y tú solamente te ríes? De verdad haces que te odie, bruja. –Le digo hastiada de que se siga riendo-

-Ella por su parte solo se limpia una lágrima que salió de su ojo –Si, estuvo mal lo que hizo pero lo pusiste incómodo con tu acercamiento repentino, literalmente le preguntaste si se había metido algo.

–Entro como un maldito demente, que querías que pensara? Además solo quise ser amable y ofrecer mi ayuda.

–Lo sé, pero a veces en vez de ser dulce y amable solamente eres una patada en las bolas o en los ovarios en el caso de las mujeres, pero ya déjalo ser ya te gano no se puede hacer nada porque en primera ni siquiera sabes quién fue el que lo hizo –Me recuerda mi amiga- y número dos ya llegas tarde a clases por esto.

Por mucho que odie admitirlo tiene razón, aunque sé que es el chico que se sienta al lado del Montaner la verdad no me sirve de nada porque tendría que explicar la razón por la que estuve en la terraza y debido a que es zona prohibida para el alumnado, pues no es tan fácil.

Sin embargo no soy de quien olvida las cosas y mucho menos de quienes me tratan mal cuando ni siquiera les he hecho algo para merecerlo, así que me detengo enfrente de una puerta mientras sonrió. Maya se detiene conmigo y me ve extrañada por lo que voltea a donde estoy viendo, para posteriormente sus ojos abrirse en sorpresa e incredulidad.

–No –Dice negando con su cabeza- Malia no, no hagas esto ¿Dónde quedo tu orgullo? –Me pregunta incrédula al saber lo que estoy pensando-

Yo por mi parte sonrió como un angelito mientras entro a la oficina del director, esto va a ser entretenido.

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Okey, tal vez hacer ese castigo no fue de mis mejores ideas ya que hasta yo salí perdiendo.

Pero al ver como ese idiota parecía desesperado por irse y enojado cuando nos pidieron quedarnos como castigo de verdad me hizo pensar que valió la pena.

Cuando finalmente pudimos irnos, tuve que pensar en otro medio de transporte ya que Maya se había ido a su práctica de soccer por lo que no podía esperarme.

Sip, esa mujer tiene muchos pasatiempos que ponen su cuerpo en forma mientras que yo debo hacer dieta e ir al gimnasio para mantener mi figura, de verdad amo y envidió a mi mejor amiga.

Pero nada de eso opaca mi estado de ánimo al momento de que mi tía me envía un mensaje diciéndome que mis padres ya están en casa para que podamos comer juntos, eso me hace una gran ilusión por lo que rápidamente busco la aplicación para pedir un taxi, pero al momento que un auto se detiene a mi lado y al reconocerlo solamente suspiro para sonreír nuevamente.

El vidrio que impide ver al dueño del auto baja revelando a nadie más que Raúl que me sonríe como siempre, mientras me escanea de pies a cabeza deteniéndose unos segundos en mis piernas y pechos.

Solo sonríe Malia, me repito.

–Raúl, creí que tenías planes después de la escuela ¿Qué haces aún aquí? –Le pregunto nada más por amabilidad, porque la verdad poco me interesa lo que esté haciendo aquí-

-Él por su parte solamente se pasa una mano por el cabello para finalmente verme a los ojos –Pues de hecho voy en camino, pero te vi sola así que pensé que podrías querer venir conmigo, solo seremos nosotros y unos cuantos amigos en un club que abrió hace poco.

Sé que la juventud es para disfrutarla, de verás que lo sé porque yo misma lo hago pero chicos como Raúl que piensan 24/7 en alcohol y fiestas solamente me marean, yo tengo mi forma de pasar mi tarde y es estar con mis padres.

-Por lo que de nuevo le sonrió –En verdad me encantaría Raúl, pero la verdad ya hice planes.

Su ceño se frunció ante eso mostrando su disgusto por mi negativa.

–Planes? Con quién? –Me pregunta con la mandíbula tensa-

Okey, ahora debo desarrollar esta excusa.

No puedo decirle que con mis padres porque insistirá en ir conmigo como cada vez que se entera que ellos vienen a la ciudad, al parecer tiene la errónea idea de que si pasa tiempo con ellos y hacerse ver como el mejor partido tendrá su aprobación.

Estaba lista para inventar algo pero al momento que un brazo rodea mis hombros me sorprendo, pero más al escuchar de quien viene la voz.

–Estás lista para nuestra cita Malí? Perdona la tardanza pero es que no encontraba mi celular. –Comenta con Max con una sonrisa-

Ante su repentina aparición veo como la mandíbula de Raúl se tensa más que me da miedo que se le vaya a desencajar, pero no puedo perder más tiempo así que decido seguirle esa actuación.

–No hay problema, lo importante es que estás aquí –Digo mientras dejo un beso en su mejilla para ver a Raúl- lo siento Raúl, será otro día nos vemos.

Antes de que diga algo me voy con el chico que me salvó de un momento realmente incómodo, por lo que al caminar por el estacionamiento lo veo.

–De verdad quieres una cita? –Le pregunto alzando una ceja ya que dudo que haya aparecido por simple casualidad-

-Él solo ríe mientras niega –Suena tentador querida pero no, solamente vi que necesitabas ayuda con él así que como buen samaritano que soy te brindo mi ayuda porque me nació de mi corazoncito. –Me dice mientras junta sus manos como si rezara-

Yo por mi parte solo entrecierro mis ojos sin terminar de creerle, lo que al parecer resulta ya que suspira resignado.

–Muy bien, si quiero algo pero no es nada de citas, sexo, o esas tonterías que te pediría Raúl, más bien es un favor para un amigo. –Me comenta con una sonrisa-

-Nuevamente lo veo desconfiada –Oye Max no? Agradezco lo que hiciste pero ahora no tengo tiempo para escucharte, mañana si quieres pero ahora...

–Te llevare a tu casa y con eso me escuchas, punto y final, no acepto no por respuesta. –Dijo mientras caminaba al que parecía su auto-

Me sorprendo al ver como tiene una camioneta igual a la de Amaya, pero de color negra.

Cuando abre la puerta aún estoy insegura de si aceptar o no, pero al ver la hora no me queda de otra que aceptar su gesto. Así que arrancamos y vamos en camino a mi hogar.

–Bueno como decía, necesito que me hagas un favor para un amigo.

–No tendré una cita con él. –Niego de inmediato-

–Uh, esa suena a una mejor idea pero lamentablemente mi amigo prefiere rubias, no castañas lo siento –Se disculpa y yo solamente lo veo algo perdida- en fin, lo que quiero pedirte es que en tu siguiente fiesta le des el trabajo de Barman.

La sorpresa inunda mi ser ya que enserio no esperaba eso, aunque mi cuerpo se relaja al saber que no me pedirá nada que sea mayor de 18 años o que deba salir con un desconocido. Pero hay algo que no me cuadra.

– ¿Por qué? –Le pregunto ya que de verdad me da curiosidad-

Él solo me ve de reojo y sonríe.

–Cosas personales, pero solo diré que él te cobrara menos dinero que esos barman que siempre contratas y siempre tienen mal humor, aunque –Se pone en una pose pensativa sin despegar la vista del camino- mi amigo es igual de enojado, pero estarán tan encantados con los tragos que sabe hacer que ni cuenta se darán.

Lo pienso por un segundo y no suena tan mal, es verdad que contrato algunos Barman que aunque son buenos la mayoría de veces tiene mal humor porque siempre alguien termina vomitándole encima, sin excepciones así que me toca darles más dinero en compensación.

No estoy del todo segura pero si un chico como este que literalmente lo veo en cada fiesta recomienda a alguien es porque es muy bueno, además al parecer es para ayudarlo así que no me pesa nada hacerlo.

–Muy bien, pero no pagare más si le vomitan encima –Digo aunque seguramente lo terminare haciendo-.

Max solamente niega divertido para seguir conduciendo.

Durante el resto del camino hablamos de diversas cosas, es una persona bastante amable por no decir divertida, pero por alguna extraña razón no deja de mencionar a su amigo como si tratara de venderlo o hacerlo ver como una estrella de cine o algo. Eso me hace replantearme si fue buena idea aceptar.

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Cuando veo como Maxwell, salir de los terrenos de mi casa solamente suspiro para darme vuelta y rápidamente correr al interior de mi hogar donde tiro mi bolso a Dios sabe dónde, para acercarme al comedor donde escuchaba unas risas que conocía perfectamente.

Por lo que calmo mi ritmo para asomarme y ver a tres personas que estaban en sentados en el comedor mientras hablaban y reían.

Reconozco de inmediato a la mujer que está con vista a la puerta como mi tía Cassie Montenegro, la misma mujer que me ayudo a limpiar todo el desastre que hice con mi fiesta, es una mujer de 34 años de cabello marrón oscuro lacio que le llega hasta la espalda, ojos cafés similares a los míos, una figura envidiable debido al gimnasio al que asiste cada día sin faltar.

En resumen mi tía es una mujer muy hermosa como exitosa.

Pero a pesar de que es la mujer que más admiro en este mundo, la razón por la que vine tan apresurada son los dos individuos que no se han dado cuenta de mi presencia. Por lo que de la forma más discreta entro al comedor, siendo la única que me ve en ese momento mi tía Cassie y que para reprimir su risa se lleva el vaso de agua a sus labios.

No sé de qué estaban hablando, pero cuando abrazo a mis padres de sorpresa provocando que dieran un pequeño salto del susto para después ambos darse cuenta de que era yo y abrazarme de igual forma.

–Pero miren nada más, nuestra querida princesa –Dice mi padre con una sonrisa en su rostro para besar mi mejilla- y yo que pensé que te ibas a olvidar del viejo de tu padre. –Comenta con clara desilusión que finge muy bien-

–No seas dramático Arthur –Se burla mi madre de su esposo, para luego verme- no le hagas caso querida, sabes que tu padre solamente le faltó ir a un teatro para decir sus dramas libremente.

Mi padre le reprocha por eso, pero al mismo tiempo veo como le da una mirada llena de amor a mi madre. Y ella de igual forma lo ve, es increíble que a pesar de casi 23 años de matrimonio aún se siguen amando como la primera vez.

Mi padre, Arthur Smith, es un hombre de 45 años con una cabellera corta que esta mezclada entre gris y negro, sus ojos negros cual carbón pese a lo que representa su color brillan en un esplendor de amabilidad, es de complexión levemente robusta y sin olvidar su barba que esta de igual forma que su cabello pero le da un toque más agradable.

Y mi madre, Sofía Montenegro, con sus 43 años de edad sigue manteniéndose como una mujer joven ya que en su cabello solamente se encuentran aquellos cabellos de un color más claro que el mío y sus ojos cafés iguales a los míos, a pesar de ser complexión delgada es una mujer que también asiste al gimnasio cuando tiene tiempo y siempre come de forma saludable.

En verdad estas dos personas enfrente de mí, que me hablan con sonrisas radiantes son mis mejores amigos del mundo (No le digan a Maya) y son con quienes dejaría todo atrás con tal de estar unos minutos con ellos. Y usualmente es así debido a sus trabajos.

Mi padre trabaja en una cadena de hoteles por todo el país y algunos en el extranjero, por lo que se pasa la mayor parte del tiempo en un avión yendo de un lugar a otro. Mientras que mi madre es dueña de una cadena de restaurantes bastante famosa, tiene restaurantes desde Italia, Francia e incluso llega hasta Noruega.

Ambos son personas completamente importantes y ocupadas, muchas personas dependen de ellos por lo que tienen una agenda más apretada que la del presidente.

Por eso ahora que me siento enfrente de ellos y al lado de mi tía para poder hablar mejor con ellos.

–Tu tía nos estaba contando que pronto vendrá un partido en tu escuela, me imagino que debes estar nerviosa con las porristas no? –Me pregunta mi madre mientras me ve con algo de preocupación- Por favor ten cuidado cariño, no te vayas a sobre exigir y te lastimes.

–Por Dios cariño, ya no es una niña como para que le recuerdes eso y además sabes que es muy buena dando esos giros y piruetas o como sea que se llamen. –Defiende mi padre-

-Mi madre por su parte solo hace un puchero gracioso –Lo sé, pero algunas chicas de ahora por la ansiedad o nervios empiezan a dejar de comer o aumentar más de lo que comen, no quiero que nuestra hija le pase algo así.

–Por Dios hermanita, Malia es más inteligente que esas niñitas que necesitan estar haciendo malabares solamente por los nervios, mi sobrina es mejor que eso y si en caso de que suba de peso yo me encargo de que lo baje. –Se ofrece mi tía como siempre a bajar los nervios de mi madre-

Mi tía y mi madre se ponen a discutir de forma amistosa, mientras que mi padre y yo solamente nos aguantamos la risa ya que era algo normal ver como ambas mujeres se la pasaban peleando hasta por el color de una pared.

El ambiente que se siente cuando estamos los cuatro es agradable, pero al voltear y ver un lugar al lado de mi tía mi sonrisa tiembla un poco al recordar a quien le pertenece, pero decido que dejo eso de lado ya que no quiero preocupar a mis padres y solo quiero aprovechar su tiempo aquí.

–Entonces ya que están aquí, qué les parece si mañana falto a la escuela para que podamos salir los cuatro? Antes de que se nieguen sepan que ya adelante mis deberes y le pediré a unos amigos que me presten sus apuntes para no atrasarme. –Les ofrezco, aunque posiblemente tenga que ser con algún otro compañero ya que el grupo de Raúl dudo que presten atención en clase-

Estoy preparada para incluso recibir clases extras el día después de mañana con tal de poder salir con mis padres, así que solamente espero que acepten.

Sin embargo al ver como ellos se miraban entre sí, pero eso no es lo que me preocupa sino la expresión en sus rostros y después ver ambos a mi tía que solamente se enfoca en su plato de comida casi a terminar como si fuese lo más interesante del mundo en ese instante, cuando lo que en realidad quiere es evitar la mirada de mis padres y yo sé muy bien por qué.

Conozco este patrón muy bien.

–Malia, verás –Empieza mi padre con una mirada apenada- nosotros no estaremos mañana, solo estaremos hoy y en la madrugada nos iremos de nuevo, ambos debemos asistir a la inauguración del nuevo hotel que abrimos en los Ángeles y pues, no podemos faltar ya que unos socios realmente importantes llegaran. –Termina viéndome con disculpas en sus ojos-

-Mi madre rápidamente decide hablar para no dejarle solo el trabajo a mi padre –Trataremos de terminar lo más rápido posible para regresar y poder hacer algo juntos si? Te traeremos algo de allá, como el bolso que me pediste en nuestro último viaje. –Trata de hacerme sentir mejor mi madre-

Pero solamente siento un nudo en la garganta que me está dificultando poder respirar un poco, pero a cómo puedo una sonrisa sale de mi rostro para verlos a ambos para que no se preocuparan.

–Está bien, entiendo que deben estar en sus lugares de trabajo pero no me compraran solo con un bolso, sino que también quiero un vestido nuevo, con los zapatos que le combinen obvio y un abrigo igual al que tiene mi tía que trajo de Francia. –Les digo para que relajaran sus expresiones tan apenadas-

Ambos se ven más aliviados ante mis palabras, mientras que yo solamente lucho para que las lágrimas no salgan de mis ojos a pesar de que siento que en cualquier momento lo harán, así que como un poco más para retirarme diciendo que estaba cansada por el día de hoy, para así poder retirarme.

Mis padres solamente asienten deseándome que tenga una buena siesta, pero mi tía solamente me ve con tristeza en sus ojos pero la verdad no tengo la fuerza ni la cabeza para poder pensar en alguna mentira.

Por lo que cuando estoy segura que no me escuchan corro lo más rápido que puedo a mi habitación y cerrar con fuerza mientras me lanzo a mi cama, para en ese momento no poder aguantar un segundo más para romper en llanto que trato de ahogar con la almohada.

Estoy cansada

Todo el estrés del día, las tonterías de mis compañeros que no me dejan concentrarme las clases, las amenazas y burlas de Rachel con sus amigas, separarme de mi mejor amiga en la clase solamente por un estúpido papel y los coqueteos incesantes de Raúl.

Para rematar con que el momento que mis padres están aquí después de dios sabe cuánto tiempo para irse de nuevo en unas horas?

Me fastidia que me hablen mientras anoto mis cosas para la clase.

Detesto a Rachel y sus formas de tratar de hacerme ver como una zorra que se acuesta con cualquiera.

Aborrezco el haberme separado de Maya.

No me gusta Raúl y me pone incómoda que me siga insistiendo cuando ya le he dicho que no busco nada más que una amistad.

Pero lo que más odio con todo mí ser es que mis padres tengan que irse.

Mas sin embargo a pesar de todo no puedo dejar de sonreír, no debo dejar que nadie note que estoy mal, tampoco las lágrimas que no suelto, que en vez de reír por un mal chiste quiero llorar porque tengo que estar sola en una inmensa casa todos los días desde que amanece hasta que anochece

Soy Malia Elizabeth Smith Montenegro, la chica que se consiguió el título de Reina por sonreír y llevarse bien con todos, la chica que se lleva los suspiros de los chicos y el odio del doble de chicas, la chica que siempre lleva la ropa de diseñador y siempre busca llevarse bien con todos a pesar de que hablan a sus espaldas.

La chica que tiene los autos más lujosos, el teléfono de última generación, la ropa de las mejores marcas, viajes a donde quiera y dinero que jamás terminaría de gastarme. Tengo todo lo que alguien desearía, pero a pesar de eso.

Estoy vacía

Incluso Clare, trata de levantarme el ánimo con su ternura infinita, pero no lo logra.

Ni siquiera las fiestas, el alcohol o incluso las salidas con compañeros me llenan aunque sea un poco.

Pero nadie sabe que me siento así, ellos solo ven a la chica perfecta y sonriente que hago que vean, incluso Maya, solamente sabe la superficie de mi problema.

Nadie sabes y nadie debe saber, incluso yo tampoco lo quisiera saber.

Y la única persona que estaba cerca de entenderme se fue de mi lado sin siquiera despedirse.

No quiero pensar más, no quiero sentir más, solamente quiero soñar en un mundo donde al menos pueda tener algo de felicidad real, sin tener que forzar una sonrisa.

Donde recuerde como es sonreír de verdad.

Por eso del cajón de mi mesa de noche saco unas pastillas de un frasco que dice "Vitaminas" cuando en realidad son pastillas que me ayudarán a poder dormir, así que tomo la dosis necesaria para acostarme.

A los pocos minutos siento los párpados tan pesados que ni me resisto en mantenerlos abierto.

Hasta que caigo en la oscuridad.

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Saben que es peor que pasar un día cansado en la escuela?

Tener que asistir a un evento en nombre de tu familia y convivir con gente mucho mayor que tú, donde hay rabo verdes que me escanean como un pedazo de carne y los padres que tratan de presentarme a sus hijos.

¡Maya, Clare, no importa quién pero sáquenme de aquí!

No me malentiendan, amo usar la clase de vestidos como el que llevo puesto ahora, que consiste en un vestido rojo que se pega a mi figura pero nada que sea excesivo, con mi espalda descubierta y el escote en forma de corazón, además de unos tacones de un color vino similar al del vestido.

Amo los vestidos y los zapatos, pero odio tener que ir a esos eventos de gente seria y todo eso.

El único consuelo aparte del vestido es que mi tía organizo este evento y está en algún lado dándole las últimas indicaciones a los meseros que contrato.

Ajusto la máscara que me hicieron ponerme desde que llegue, Dios sabe porque, para con mi mano tratar de darme algo de aire ya que está cosa es demasiado incómoda.

¿Quién rayos se le ocurre hacer un evento que solamente es para inaugurar un edificio con una fiesta de máscaras?

Aunque por una parte lo agradezco ya que hay algunos compañeros aquí por lo que no me reconocen del todo con esta cosa puesta y aún más que Raúl, no haya decidido venir. No estoy de humor desde la mañana donde en vez de encontrar a mis padres solamente encontré una carta de despedidas.

Así que ahora estoy sola, aburrida y tratando de no irme porque mi tía me llevara.

Estuve tan metida en mis pensamientos que no note que alguien se colocó a mi lado hasta que me dieron unos toques en el hombro que me hicieron pegar un pequeño brinco.

–Lo lamento señorita, no quise asustarla solamente quería ver si se encontraba bien.-Comenta una voz masculina a mi lado-

Por alguna razón sentí un escalofrió en mi espalda por esa voz tan suave pero a su vez profunda, por lo que volteo para encontrarme con el dueño de ella.

Frente a mí se encuentra un hombre de cabello azabache peinado hacia atrás, vestido como los demás meseros y la charola con bebidas en su mano, por no decir que tiene el mismo antifaz que los demás meseros.

Pero lo que me roba el aliento en ese momento es lo poco que muestra ese pedazo de plástico, un par de ojos azules de una tonalidad que jamás vi en los ojos de alguien antes, tan profundos, tan brillantes, como si vieras el mismo mar en ellos.

Nunca me considere una persona que juzga por el físico o tal vez si, la verdad no sé ni que digo ahora, pero al ver esos ojos fue como si me atrajeran hacía algo que desconocía.

Pero al ver la expresión de desconcierto de la persona frente a mí, siento como las mejillas estaban a punto de prenderse fuego, de no haber sido porque tome uno de los trago y bebí un poco.

Por dios, que vergüenza.

–Segura que se encuentra bien señorita? No necesita que la asista? –Me pregunta de manera educada ¡Dios! Este tipo quiere matarme con su voz-

-A como puedo me recompongo y sonrió para él –No es nada, solamente estaba algo cansada por estar dando vueltas tanto tiempo.

–Ya veo, entonces si me disculpa me retiro. –Me avisa para darse vuelta dispuesto a marcharse-

La verdad no sé porque lo hice o que estaba pensando en ese momento, pero cuando lo detuve al tomarlo del brazo haciendo que casi tirara las copas que llevaba, al parecer se manchó con un poco del contenido ya que escucho una maldición, okey ya ¿Qué me está pasando?

–Lo siento, no era mi intención hacerlo. –Me apresuro a disculparme-

El mesero se voltea a verme y la diferencia de su anterior mirada era de claro fastidio ahora.

–Pero qué diablos le pasa? Si no soporta el alcohol no debería tomarlo, maldición. –Me reclama al parecer bastante enfadado-

Okey esa no fue la reacción que esperaba, pero no es para tanto como para que se ponga de ese modo.

Iba a disculparme, pero al verlo de perfil noto un lunar en su barbilla que se me hace bastante familiar.

–Okey admito que fue un error, no es para que se ponga así es solo un uniforme.

–Solo un uniforme? Claro como a ustedes no se los cobran como nuevos solo por una mancha, para ser porrista no tienes ni el más mínimo sentido del equilibrio.

Iba a volver a disculparme pero al escuchar su comentario me quedo en silenció ya que ¿Cómo sabe este tipo que soy porrista?

Pero mi mente, que después de ver tantos episodios de NCIS y CSI, ato rápidamente cabos no solo con ese comentario que me dio a entender que era un compañero de la escuela, sino que mi pensamiento de ese lunar en la misma zona que había visto no es solamente coincidencia.

Esto debe ser una maldita broma

–Eres el maldito que me dejo encerrada en la terraza. –Suelto sin darme cuenta-

Y de inmediato me muerdo la lengua ya que debía decir eso ya que solamente era una suposición, pero todo me lo termina de confirmar ver como su cuerpo se tensaba.

Okey, todo lo que ese extraño me hizo sentir con sus ojos y voz se evaporo en ese mismo instante.

–No sé de qué habla señorita. –Me dice cuando trata de irse pero me pongo enfrente de él impidiendo que se vaya-

–No, de verdad eres tú maldito desgraciado –Le exclamo enojada- te pareció gracioso dejarme encerrada en la terraza? Solamente por querer ser amable? Eres un idiota.

Es increíble ver como su cara cambia de desconcierto a fastidio.

–Mira niñita de papi, no estoy con la paciencia ni el tiempo para estarte aguantando, así que mejor supera una simple broma. –Me responde con un tono que hace resaltar su claro enojo-

Y a este idiota que le pasa?

El nudo en mi pecho que había sentido desde ayer solamente aumenta, pero no es para llorar o algo similar, sino que aumenta en mi frustración y enojo que ya no soy consciente de lo que digo o hago.

–Simple broma dices? Muy bien. –Le dije con una sonrisa ladina en mi rostro-

Al parecer entendió que no era nada bueno, por lo que intento irse pero antes de que tan siquiera se moviera, tire el contenido de la copa encima de mi vestido y solté la misma al suelo haciendo que el sonido del impacto contra el suelo hiciera que varios voltearan a vernos.

– ¡Pero a usted que le pasa! –Exclamo con enojo y sorpresa fingida-

El chico frente a mí entendió lo que estaba haciendo, por lo que su enojo aumento al verme.

La gente a nuestro alrededor empezó a murmurar como se esperaba de los chismosos del lugar.

– ¿Qué está pasando aquí? –Pregunta un hombre de traje con una expresión de pocos amigos- Señorita, hay algún problema? –Me pregunta viéndome-

Mis ojos se mueven hacía el mesero que había cambiado su mirada a una de susto, por lo que puedo suponer que este hombre era su jefe.

–Es usted el anfitrión? –Le pregunto mientras veo como asiente- Pues entonces debería aprender a elegir mejor a su personal, este mesero de aquí me tiro la copa encima manchando mi vestido ¿Sabe usted lo costoso que fue? –Le reclamo enojada-

El anfitrión de la fiesta me ve sorprendido para cambiar su cara de enojo contra el chico.

Okey tal vez me pase un poco, pero seguramente solo lo mande por sus cosas por hoy y le descuente el día o le reclame en público para que se disculpe.

En verdad fui estúpida.

–Es eso cierto Hale? –Le cuestiona enojado, pero no lo deja contestar cuando comienza a hablar de nuevo- Sabes qué? No me digas nada, cuando la señora Montenegro te recomendó creía que tal vez eras profesional y serio pero no pasas de ser un muchacho estúpido que no sabe ni limpiarse el trasero, estás despedido y olvídate que te pague lo de esta noche.

Abro los ojos sorprendida por dos cosas, una es por la mención de mi tía en esto y la segunda es porque no esperaba que este hombre llegara a tanto, solamente quería que lo regañara no que lo despidiera.

Veo como el chico trata de hablar con su ex jefe pero al parecer no estás dispuesto a hacerle caso y solo le sigue exigiendo que se vaya. Hasta este punto no me sorprende que seamos el centro de atención.

Intento hablar pero veo como el chico enojado se quita el antifaz de la cara mostrando su rostro y.

Santa madre de Dios, ¿Cómo es que un chico tan borde puede ser tan guapo?

Cabello negro, ojos azules de una tonalidad tan increíble, rasgos marcados y sus labios ¡Su puta madre, ni yo los tengo así!

Pero eso se me olvida cuando me da una mirada cargada de enojo y bastante odio que me quedo quieta.

–Muy bien señor, entonces significa que ya no trabajo para usted no? –Pregunta sin siquiera ver a su ex jefe- Entonces no hay problemas que haga esto. –Dijo para tomar una de las copas de su bandeja para darle un trago y después alejarla de sus labios para sonreírme de forma ladeada-

Lo siguiente que siento es como aquel líquido de la copa se resbala por todo mi cabello hasta llegar a mi cara y seguir bajando.

La gente suelta una exclamación de sorpresa ante eso y yo solamente lo veo con los ojos abiertos.

–Ahora si me voy. –Hablo con una sonrisa para arrojar la copa provocando que se rompiera mientras se iba a la salida del lugar-

Yo solamente escuchaba las disculpas del dueño del lugar mientras veía al chico irse, pero en eso veo como mi tía me estaba viendo con desaprobación en sus ojos para seguir al chico que salió por la puerta.

Esto no era lo que quería que pasara, solamente quería poder sacar un poco de la frustración dentro de mí.

Pero solamente creció más el nudo en mi pecho y ahora si quería llorar, pero sabía que no me lo podía permitir por lo que solamente alce la cabeza manteniendo la apariencia que siempre muestro a los demás, con una sonrisa en mi rostro.

Definitivamente está noche fue del asco.

No dejes de sonreír

No dejes que los demás noten tu vació

No dejes de ser amable y compartir con tus amigos

No dejes que nadie quite los muros que pusiste en tu corazón

No dejes ver que en vez de reír solamente quieres llorar

Ese era mi mantra, mi código, mi himno y la canción que siempre me repito todos los días.

Entonces ¿Cómo es que ese tipo de los ojos azules y actitud horrible hizo para cambiarlas?

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