Narra Harry.

Después de caer al suelo por toda la gente, sentí el golpe en mi cabeza dejándome inconsciente, no supe nada y únicamente escuché susurrar cerca de mí. Habrá pasado bastante que desperté viendo a todos lados y no había nadie, las carpas humeaban tras los incendios y todo estaba destruido.

Me puse de pie buscando a alguien que pudiera ayudarme, todo era silencioso, la luna estaba despejada dejando ver su completa forma hasta que di con una extraña nube verde la cual tenía un aspecto escalofriante.

Unas pisadas me alertaron y a lo lejos, frente a mí, había alguien viéndome y se fue acercando con su varita en mano, aún seguía aturdido que ni siquiera podía sacar mi varita y no lo haría a tiempo.

― ¡Avada Keda...! ―

Antes de que terminara el hechizo, alguien se interpuso y atacó a aquel hombre misterioso, solo le vi de espaldas notando ese cabello alborotado que tenía, no sabía de donde había salido.

― ¡Expulso! ―

Su hechizo fue firme y chocó con el contrario evitando que siguiera, acto seguido una gran explosión hizo que el polvo se levantara escuchando a lo lejos un quejido del extraño, un humo negro se alzó y desapareció de la zona quedando solo la mujer extraña quien me había ayudado, mitad de su rostro era tapado que solo lograba ver sus ojos oscuros.

― ¿Quién eres? ―

Pregunté, pero no recibí respuesta, ella solo se fue haciendo una aparición, me quedé ahí pensando en lo ocurrido y con una gran curiosidad de saber quién era ella.

― ¡Harry! ―

Gritaron y me fui en busca de mis amigos, nos encontramos y me dio tanto alivio verlos a salvo.

― ¿Dónde estabas? ― preguntó Hermione

― Llevamos horas buscándote ― dijo Ron

― ¿Qué es eso? ―

Pregunté evadiendo su preocupación, anteriormente aquella nube verde con el aspecto escalofriante tenía la forma de una calavera con una serpiente saliendo de su boca, la cicatriz empezó a doler. En eso varias veces a la vez hablaron y aparecieron a nuestro alrededor atacándonos.

― ¡Desmaius! ―

Los tres nos tiramos al suelo esquivando el hechizo, nos protegíamos sin saber que era lo que ocurría.

― ¡Deténganse! ¡El es mi hijo! ― el señor Weasley apareció ― ¡Ron, Harry, Hermione! ¿están bien? ―

― Si, venimos a buscar a Harry ― contestó Ron

― ¿¡Quién la conjuró!? ―

― Crouch, no es posible que... ―

― ¿¡Quién lo hizo!? ¡Los descubrimos en la escena del crimen! ―

― ¿Crimen? ―

Pregunté, estaba muy confundido.

― Barty, son solo niños ―

― ¿Qué crimen? ―

― Harry, es la marca tenebrosa, es su marca ― respondió Hermione

― Lord Voldemort ― dije observando el cielo ― La gente que vimos, con las máscaras ¿eran sus seguidores? ―

― Si, mortifagos ―

― Síganme ― ordenó el ministro a los aurores que lo seguían

― Había un hombre ― voltearon a verme ― Parado, allá ―

― Vimos una explosión en esa dirección ¿estás seguro? ―

Asentí.

― Si ―

― ¡Vamos! ―

Quería decirle de la extraña mujer que se interpuso ante el hombre y yo, me había protegido o eso me pareció a mí, tal vez no debería confiarme tanto de que un mortifago me haya defendido.

― ¿Un hombre, Harry? ¿Quién? ―

― No lo sé, no pude identificarlo, pero... también alguien más apareció, una mujer, evitó que el hombre me atacara después desaparecieron los dos ― dije

Nadie dijo nada, solo quedaron confundidos y temerosos por lo que había ocurrido, miré la marca otra vez notando como tenía un leve movimiento en el cielo. Era su señal, la señal de que algo malo estaba por pasar.