La noche en la que desaparecí, miles de historias empezaron a contarse, desde que Harry Potter no tenía hermanos hasta haber muerto tras mi captura cuando solo era una bebé. No sabía que es peor, que no sepan que eres una Potter o que nadie sepa en lo absoluto que existes.

No es como si me afectara, he vivido 14 años de mi vida en muchos lugares, huyendo de la gente que me persigue y donde no pueda hacerle daño a nadie, aunque sabía que no duraría mucho el ocultarme.

Vivía lejos del mundo mágico, donde nadie sabría de mí ni siquiera un demente. El mundo muggle.

En una tarde nublosa a nada de comenzar a llover, dentro de casa frente a la chimenea me encontraba yo, solo veía el fuego arder y chispear, las gotas de agua no tardaron en golpear la ventana.

El tiempo pasaba tan lento en ese lugar, después de todo, de tener un techo y comida, nada interesante pasaba en Londres cuando salía a caminar por sus calles, me la pasaba encerrada recostada en el sofá y sin nada que hacer, solo apreciar el fuego o hacer garabatos con mi varita.

Y justo cuando creí que nada mejor pasaría, el fuego ardió más y noté como un rostro se fue formando, una sonrisa se asomó en mi rostro.

— ¿__________? —

— ¡Sirius! —

Me acerqué sentándome en el suelo.

— Creí que te habías ido a tus caminatas nocturnas —

— Está cayendo un diluvio afuera, no creo que pueda —

— Es una lástima, lamento haber tardado ¿Cómo está todo por allá? —

— Bien, todo sigue igual. Nadie viene, nadie sospecha nada —

— Y que siga así, _________ ¿Estás lista para regresar? —

— Supongo que si ¿Te veré allá? —

— Me temo que no, cariño, estaré en la madriguera por un tiempo más. Aún no es seguro de que salga, pero tú ve y diviértete —

— Con que sea mejor a estar encerrada aquí — sonreí — Él estará allá ¿verdad? —

— Claro que si, lo verás. Recuerda no llamar mucho la atención ¿de acuerdo? —

— Está bien —

— Estaremos en contacto —

Su rostro desapareció, otra vez me quedé en soledad en aquella guarida que me proporcionaron con ayuda. Dentro de dos días estaré en la Copa Mundial de Quidditch, será la primera vez en mucho tiempo que regresaré al mundo mágico y por primera vez en toda mi vida... veré a mi hermano.

Si algo sé, es que estábamos en peligro.

La marca en mi brazo se movía lentamente dándome solo una señal y no era buena. Debía estar preparada.

...

Narrador.

En una mansión muy lejos de todos, se encontraba abandonada sin civilización alrededor que pudieran ver que las luces se habían encendido.

— Me encargaré de todo, señor — dijo un hombre robusto

— ¡No! Yo mismo lo haré — habló una voz siniestra — Tengo que recuperar fuerzas para después de los mundiales de Quidditch —

— ¿Después de tanto, señor? —

— ¿A caso crees que arriesgaré estando ahí? Todos los magos del mundo estarán ahí y también el Ministerio —

— Y con respecto a... —

— Los mataré cuanto antes —

— Pero, mi Lord, ellos... —

— ¡Silencio! Cuando recupere mis fuerzas, yo mismo lo haré —

Aquel hombre robusto guardó silencio mientras observaba a su amo, quien en unos sillones viejos se encontraba, estaba recuperando fuerzas para regresar el miedo al mundo mágico.

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La historia se está corrigiendo para mejor comodidad de lectura.

Corregido 2022.