・ *゚⚡。El Amor De Un Dios 。⚡ *゚
AMORES, MORTALES, DIOSES Y DRAGONES
CAP 001
â¡ï¸EL AMOR DE UN DIOS
â¨Aldea Nagoya. Año XXVII
Huyendo de la noche el joven campesino caminaba más presurosamente que de costumbre por el espeso bosque rumbo a casa. habÃa estado recogiendo muestras de hierbas y hongos silvestres para sus experimentos. Pero descuidadamente olvidó la hora y lo peligroso del bosque, sobre todo por la noche.
El sol se ocultaba tan rápidamente que su trote se volvió carrera en segundos. La carrera contra la oscuridad estaba perdida para él. Pronto la visibilidad fue casi nula. Sus pasos se volvieron cada vez mas torpes, tropezaba contra cuanta rama y tronco habÃa, cayendo estrepitosamente entre fango y musgo. Aunque a pesar de ello no soltaba su preciosa carga. HabÃa mucho en juego en esa mochila llena de hiervas. El capricho de los dioses condenó su aldea a merced de la peste y el futuro de su gente pendÃa de un hilo, sus compuestos medicinales necesitaban mejorarse y esas plantas le darÃan las sustancias necesarias para perfeccionar sus remedios.
__ Hay muchos enfermos... tengo que regresar a la aldea esta noche....__ Se decÃa mientras intentaba orientarse entre la bruma y la oscuridad.
Inevitablemente se vio perdido y desorientado en la creciente bruma. De pronto la prisa se convirtió en cansancio, y el cansancio en miedo, acumulando el terror de perderse en ese bosque por demás tenebroso. Muchos han sido los guerreros que se adentraron en él y no volvieron, historias de grandes hombres en campañas audaces que perdieron la vida a manos de horribles demonios y traicioneras ninfas del rio, capaces de arrancar de un tajo la cabeza de un cazador, luego de engañarlo con sus suaves encantos.
   Souichi se detuvo en seco al escuchar algo que le puso alerta. Unos pasos se acercaban rompiendo ramas y avanzando rápidamente hacia él desde algún punto que no lograba descifrar. La espalda se le congeló de susto y quedó inmóvil un momento. No veÃa casi nada, abrÃa los ojos como platos, pero era inútil, no tenÃa linterna, o siquiera un fósforo. Ni un par de ramas secas para frotar y hacer chispa, ni una piedra o tronco con que defenderse. No tenÃa nada más que su mochila con hierbas.
En eso sintió un pelaje largo y áspero recorrerle el hombro y la cara, aunque paralizado de miedo solo alcanzó a mirar hacia su izquierda de reojo. Unos enormes colmillos amarillos a la altura de sus sienes asomaban de dentro de un hocico apestoso.
Pero antes de que pudiese moverse o siquiera chistar de miedo, una mano le aprisionó por el cuello. Los enormes dedos con garras se incrustaban en su frágil cuello humano, mientras una lengua carrasposa le recorrÃa el rostro. El horrible ente rugÃa en su oÃdo, hasta hacerle helar la sangre aún más.
De repente rozando el rostro del muchacho entró un destello como la hoja de un cuchillo. Souichi no se movió ni un ápice al sentir un lÃquido sanguinolento y caliente bajar por su hombro, solo sabÃa que aquella garra caÃa al suelo seguida de la cabeza y el cuerpo de su captor. Una luz azul llenó el bosque y por un momento sintió alivio, hasta que después de acostumbrar sus ojos al destello, divisó la silueta de quien le habÃa salvado la vida.
__ Maldición! Eres tú... Mejor serÃa que estuviese en la tripa de ese monstruo y no a merced de tus infames caprichos! ¡Maldito, qué quieres?__
_ Vaya! Esa no es forma de agradecer a quien ha venido a salvarte...! ¡ Sé que tus padres te criaron bien... Porqué eres tan odioso y desagradecido?, mortal!__
__No te metas con mi familia, ni te atrevas a hablar de mis padres... Qué quieres? Haz lo que viniste a hacer y déjame ir... Tengo prisa!__
__ Bien, si asà lo quieres...!__ Dijo la deidad quien hasta ahora solo era una silueta oscura al centro de un halo de luz azul. Y convirtiéndose en poderoso viento se acercó al joven de nuevo en penumbras, quien sintió cómo se filtraba helado y resoplando por entre sus ropas, cubriendo con aire frÃo todo su cuerpo. Desesperado se resistÃa dando golpes a la nada, sin sentir más que el viento a su alrededor, era incapaz de defenderse o siquiera evitar un solo rose o que lo levantara cual hoja seca en el aire a merced de las ráfagas. El joven sintió su cuerpo desnudo remontar sobre el bosque y la bruma. Miró el cielo lleno de estrellas y una luna menguada que dejaba notar su cuerpo y de alguna forma la indescriptible y oscura silueta de este su nuevo verdugo.
   La deidad del viento sostenÃa al joven a la vez que penetraba incansable todos sus orificios y recorrÃa su piel en forma de aire y bruma, haciéndolo estremecerse de frÃo, miedo y algo asà como un extraño y secreto placer. No podÃa evitar ni los besos ni las profanas caricias que llenaban su cuerpo. El dios entraba, comprimÃa músculos y llenaba sus pulmones, a la vez que le rociaba con dulce ambrosÃa la piel y los labios, para luego lamer el néctar y hacerlo venir una y mil veces hasta dejar su cuerpo inconsciente. Aún asà el inmortal no paraba de saciar sus deseos por aquel cuerpo, sino hasta llegado el primer rayo del amanecer. Entonces, ya sin el velo de la noche, depositó con cuidado al joven en la fresca hierba junto al rÃo que llevaba en dirección a la aldea.
Allà quedó el cuerpo dormido unos minutos más hasta que una voz le despertó..
__ Senpai, Sen-pai! Estas bien... Senpai!__
El joven abrió de repente los ojos y miró a su kohai agachado a su lado. Sintió vergüenza de su desnudez, sobre todo cuando el recién llegado le empezó a hacer miles de preguntas, que de ninguna manera iba a contestar.
__ Estas bien?... Qué pasó? Pasaste la noche en el bosque! Senpai te volviste loco...? Dónde está tu ropa?__
_ Cállate y dame algo para cubrirme! Dónde está mi mochila...No puede ser que la perdiera...!__ El rostro del joven se tornó en una expresión de sincera tristeza, mientras se cubrÃa con la túnica de piel de su ayudante.
__N-No Senpai esta justo aquÃ, dormiste sobre ella..._
__ Ahhh menos mal. al menos no fue en vano! Vámonos Morinaga, corre debemos llegar a la aldea!.__
El kohai miró hacia atrás en actitud de vigilia mientras una silueta se desvanecÃa detrás de los arbustos.
Ya en la aldea Souichi regresaba ante la mirada atónita de su padre.
_ Hijo en que fachas regresas? Es necesario que pruebes tus experimentos en esas condiciones?... No crees que al menos debes desayunar algo?__
El cientÃfico se miró a si mismo con actitud despreocupada.
__ Padre, no he tenido tiempo de nada. Además aquà solo está el inútil de Morinaga. Entre hombres no esta mal que esté asÃ. Pero tienes razón. En realidad muero de hambre... __ y volviéndose hacia su ayudante le ordenó: __¡¡Morinaga!! No seas flojo! Tráeme algo de ropa y dile a mi hermana Kanako que me mande el desayuno! Date prisa!!__
El muchacho dejó lo que hacÃa y salió como de rayo a cumplir el mandato de su Senpai.
__No deberÃas ser tan estricto hijo. Además ya va siendo hora de que yo te entrene en las artes mágicas y dejes de tratar de darle explicación a todo lo que se mueve.__
_ Acaso me crees loco? Yo no creo en esas tonterÃas de magia! Todo es un montaje de esos seres malvados para que los humanos les veneren y gastemos nuestras fuerzas en sacrificios y tesoros para sus templos. Y que nos dan a cambio? Vidas robadas, humillaciones, plagas y castigos... Todo lo que tocan lo convierten en desolación, guerras o enfermedad. No me pidas que rece o les pida algo a semejantes monstruos... Quisiera encontrar la manera de eliminarlos a todos!__ Diciendo esto dio un golpe en la mesa de trabajo haciendo saltar uno de los troncos que sostenÃan un panel, el cual se precipitó y fue a dar en la cabeza del ayudante que entraba con los pedidos de su superior, dejándolo tendido en el suelo con una herida en la frente.
__ Morinaga, grandÃsimo estúpido... como se te ocurre aparecer en el camino de un tronco al vuelo?. Bueno! más tarde te haré un ungüento para esa herida. Casi tiras mi desayuno, sino es por mi padre que tiene buenos reflejos...!__
__ Senpai, que malo eres... Me sangra la cabeza... Voy a morir!__ Lloraba el ayudante mientras se ponÃa un trapo en la herida.
__ Grrrr... qué estaré pagando yo? Ya entra y lávate! Ya voy a curarte, deja que me vista al menos...! Y termina ya de llorar... Compórtate como un hombre!__
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â¡ï¸Casa Eien Hogar de los Dioses
Muy lejos de ahÃ, entre las nubes más altas... más lejos de los que cualquier mortal o semidiós pudiera llegar, se erguÃa majestuosa La Ciudad de Eien. Hogar de los más poderosos dioses. Orgullosos e indolentes, ajenos a las calamidades terrenas.
El Gran Consejo de Sabios se enfrascaba en una acalorada discusión...
__ La guerra es inminente, debemos estar preparados para invadir la Galaxia o los Titanes de Caos tomarán ventaja de nuestra debilidad __ DecÃa el anciano rey del cielo a su hijo primogénito, el general y a su séquito.
__ Padre, aún no estamos listos... Nos faltan elementos y los dragones de Tetsuhiro aún no han alcanzado todo su poder. Sin mencionar que algunos jóvenes guerreros todavÃa no terminan su entrenamiento...__
__ No quiero mas excusas! Esto es grave... No puedo esperar a Tetsuhiro y sus dragones blandos, ni tampoco a que tu amante sea un buen guerrero... ! ¡Es un humano... jamás alcanzará nuestro nivel de lucha.!__ Dijo el anciano apuntando al guerrero al lado de su hijo. quien dio un paso atrás al verse acechado por el imponente y despótico dios.
__ El Oráculo ha hablado, padre, él ha sido elegido como mi compañero, el heredero de mi dragón azul, asà que no puedes hacer nada al respecto. Masaki será entrenado y no hay discusión.__ Y haciendo una seña al joven salieron del salón dejando al dios escupiendo fuego y rayos de ira.
Ya en su aposento el Dios de la guerra intentaba apaciguar los ánimos de su amante.
_ Cálmate... no le hagas caso a mi padre. El Oráculo nos ha unido y eso ni siquiera él puede deshacerlo... Solo está preocupado por la guerra, y de mal humor por los caprichos de Tetsuhiro. Pero sabes? No culpo a mi hermano pequeño de haberse ido. Si tú volvieras a la Tierra yo irÃa a buscarte incluso al fin del infierno.__
__Mi señor...__
__ Te he dicho que no me llames asÃ... Eres mi pareja, mi igual...__
__ Kunihiro... te amo y estoy dispuesto a dar mi vida por ti... Pero soy un guerrero y los insultos de los dioses me hacen querer la muerte entes que semejantes humillaciones __
__ Entonces te entrenaré aún más intensamente y traeré a los grandes maestros para que te instruyan... Despertaré al mismo Aquiles si es necesario para que seas el mejor soldado. Nunca más te sentirás humillado ni rebajado en mi presencia ni la de mi padre.__
El joven levantó la cabeza entre las manos de su amante y sonrió, luego le agradeció sus palabras con un beso apasionado en los labios.
__ Masaki... quédate conmigo esta noche. __
__ Los soldados empiezan a murmurar...__
__ Y eso qué? No hay nada que ocultar ni de qué avergonzarse. No soy diferente ahora de cuando tenÃa doncellas. Simplemente ahora soy completo y feliz... Quédate conmigo esta noche... Aún soy tu dios y te lo ordeno...__
__ Siendo asÃ... no podré negarme __ Aseveró el joven rubio, mientras soltaba las correas de la armadura de oro de su señor. _ Esta noche será solo nuestra... ya mañana nos ocuparemos de los demás... Ahora solo quiero que mi amado esté cómodo...__
Y sacándole la pesada armadura procedió a despojarlo también de su túnica, mientras besaba y acariciaba la piel morena y recia de su amante. Ambos se entregaron al deseo y a su mutuo amor sin pensar en los infortunios que se avecinaban en sus vidas.
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â¨Aldea Nagoya (Algunos dÃas después...)
__ Senpai, no comprendo cual es tu odio a los dioses... No se supone que son los protectores de la humanidad?
Gracias a ellos existimos y...__
_ Cállate Morinaga...!! No te atrevas a defender esa raza nefasta... Protegernos? Solo nos utilizan. Y cuando no les servimos nos mandan a que Akuma (Demonio) nos atormente en Dshigoku (Infierno) por toda la Eternidad nos torture a su antojo. Son una raza de pervertidos egolatras.__
__ Pero... tu madre... adoraba a los dioses... ella era... su sacerdotisa! y tu padre es sacerdote del templo, toda tu familia se dedica a la magia y la curación por medio del oráculo...__
__ Eso es porque no he podido hacerles ver que todo es ciencia y fÃsica... no magia barata. Mi madre murió porque esa piedra inerte que llamas Oráculo quiso un sacrificio humano, pero ella era bella y pura, amaba a mi padre y tenÃa tres hijos pequeños... qué clase de dios exige un sacrificio como ese?__
__ Senpai... Tal vez lo hicieron por alguna buena razón...__
__ Escucha imbécil, si sigues defendiendo los puedes irte ahora mismo de aquà y no volver nunca!__
__ N-NO Senpai... Lo siento...__
EL joven de pelo negro guardó silencio ante su maestro, aunque le dolÃa en el alma los reproches del aquel hombre, cada palabra fue lapidaria en su corazón. querÃa ayudarle a defender su aldea de las plagas y enfermedades que mandaban algunos dioses caprichosos, pero también querÃa hacerle ver que no todos eran asÃ. HabÃan algunos compasivos y preocupados por el bienestar de los humanos.
Ya pasada la tarde ambos hombres salieron de la gran biblioteca del templo de Kunihiro el Dios de las Artes de la Guerra. Caminaron juntos un rato en silencio hasta que el de pelo largo mirándole de reojo dijo:__ Oye... ya no puedes que regresar a tu casa. No quiero que atravieses el bosque tan tarde... Nadie deberÃa entrar ahà por la noche!__
__ Gracias Senpai, no te preocupes, me quedaré en casa de un amigo no muy lejos de aquÃ.__
Y diciendo esto se despidió con su habitual sonrisa en el rostro y se dirigió al camino de piedra al final del caserÃo. Su maestro quedó inquieto de pie viéndolo desaparecer entre los árboles y los arbustos.
__ Ese idiota! Un dÃa se va a llevar un buen susto, espero que la casa de su amigo en serio este cerca... no quisiera que le pasara nada...__
Asà pensaba el hombre en voz alta hasta que sintió la presencia de esa entidad que tanto odiaba.
__ Rayos! Maldito espectro!... por qué en vez de acecharme a mÃ, no cumples con cuidar a un chico bueno y puro como ese?__
__ Te preocupas por ese insignificante esclavo...? Por qué?__
__ No es mi esclavo! Es mi amigo. Y sÃ!... me preocupo por él! OdiarÃa que alguien como tú le hiciera daño __
__ Ese cariño por el chico parece sincero... si me lo pides te prometo que lo cuidaré... a cambio de algo __
__ Qué podrÃa darte yo a tÃ? No juegues conmigo!__
__ Puedes ser más amable y llevarnos mejor. Estoy aquà para cuidarte, pero tú te resistes a mis pedidos __
__ Llamas pedidos a tus perversas intenciones? Además cada vez que me niego tú mismo tomas todo lo que quieres _
_ Prometo cuidar al chico a cambio de un beso tuyo _ _
__ Solo un beso... nada de tus trucos perversos?__
__ Eres tan hermoso con esa mirada ingenua... solo un beso... no haré nada mas _
El joven frunció el ceño y el rubor subió a sus mejillas.
__ Un beso...? Y me juras que Morinaga estará siempre a salvo?__
__ Juro que siempre que esté a mi alcance lo cuidaré bien _
__ Esta...! Esta bien! Qué es un beso después de todo lo que me has hecho?__
__ Bien! Quédate muy quieto y cierra los ojos...!__
El muchacho hizo lo que se le ordenó y se quedó quieto de pie con los puños apretados, como esperando que pasara algo asqueroso. La deidad tomó su forma fÃsica. Era un hombre muy alto y musculoso, con una tiara de oro en el cabello negro azulado y los ojos color esmeralda y jade. Con su sandalias con cordones de oro hasta casi la altura de las rodillas y túnicas doradas y blancas. Tetsuhiro era uno de los más impresionantes dioses del Eien.
Arqueando un poco su espalda tocó con sus labios los del ser humano al que amaba desde hace mucho.
La principesca deidad habÃa jurado a la madre protegerlo desde niño y al llegar a ser un hombre no pudo evitar enamorarse de su belleza. El chico a quien cuidaba se fue tornando en un apuesto joven de esbelta figura y rasgos suaves, Las Kekkais personalmente moldearon el mármol blanquecino para que Susoo Dios de las artes y la belleza tallara su cuerpo, con el fin de preparar la profecÃa entorno al muchacho.
"Será el más hermoso mortal, pero ningún hombre o mujer se atreverá a tocarlo... el Dios que lo ame parecerá...".
Susoo habÃa ido plasmando con los años cada lÃnea de su rostro y cuerpo. con especial cuidado y el resultado hasta superar al mismo Adonis, esto hizo que el dios quisiera tomarlo como suyo. Pero la maldita profecÃa hacÃa que ni él mismo se atreviera a amar a su obra.
__
âââ
El beso fue dulce y calmo. El dios acarició su cara y sus cabellos largos como hebras de plata entre sus manos. El joven saboreó con la boca entreabierta aquel beso sin poner resistencia unos minutos, hasta que recobrando la cordura se apartó de golpe y quiso zafarse de aquellas manos.
__ Suficiente! Ahora ve y cuÃdalo!__
__ Mi amado mortal! Soy un dios recuerdas? Mi dragón blanco de protección está con él. No necesito seguirle a donde vaya. Mi arma lo hará por mi __
__ Entonces... ya puedo irme a casa? O quieres algo mas de mi? Asquerosa criatura __
__ No... puedes irte!__
El humano abrió los ojos y buscó a su alrededor señas de aquel, pero solo sintió el viento acariciando su cabello
__ Cómo te odio! Maldito. Algún dÃa... me vengaré de ti!__
En la oscuridad del bosque la deidad regresaba a su guarida
__Mi señor. Hasta cuando vas a jugar este juego con ese mortal? Perdemos tiempo valioso. Tu padre está impaciente porque vuelvas y cumplas con tu destino __
__ Ãl es mi destino, Isogai... no puedo irme hasta que él lo comprenda o al menos me acepte __
__ Pero te odia y cuando sepa la verdad seguro te odiará más. Se ve que aprecia a su kohai, cuando sepa quien es en realidad te odiará más. Ademas es un Fuun Na (caÃdo en desgracia o meldito por los Dioses)
Te pido que tengas cuidado __
El dios dejó ver en su piel las marcas tatuadas de su fuerza en ambos brazos. Marcas y lÃneas de hermosos trazos dejaron ver el luminoso contorno que componÃa su poder. De su brazo derecho se formaba un enorme dragón fuerte y majestuoso de color negro con espadas y cuchillos, filosos, dientes y garras aterradores y ojos centelleantes y aliento de fuego. Shere-Kah era una oda al arte de matar. Grandeza y poderÃo solo comparado en el universo con Susaku el dragón rojo de su hermano Kunihiro. Igualmente hermoso y temible salÃa de su extremidad izquierda Káh el dragón blanco de la sabidurÃa y la protección.
Ambas armas eran convenientemente letales en la guerra. Pero el dios estaba decidido a dejar en la tierra la única entidad capaz de proteger a su ejército con tal de cumplir la promesa que hace años hizo a Hanna la madre de su amado. Aunque su hijo nunca supo el secreto que ella guardaba.
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Continuará â¡ï¸
//Espero este siendo coherente. No sé mucho de mitologÃa oriental. Asi q debà estudiar un poquito. Este fic pretende ser épico (guerra y aventura) emocionante, dentro del romance conocido.
Esta casi todo escrito solo debo cambiar de etnia por que empezó siendo MitologÃa Griega. Pero ellos son japoneses. XD
Asà que es posible que actualice seguido.
Gracias por leer! Bellas personitas. Se les agradece y se les quiere!!!!//
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Dragones
Descripción
ShereKah: extemidad derecha Tetsuhiro
Dragon de Guerra
Kah: extremidad izquierda Tetsuhiro
Dragon de Protección y sanacion
GENBU Torso de Kunihiro
Dragón Rojo Fuego
Seyru: espalda de Misaki
Dragon de Agua y La Primavera
YOKAI pertenece al Supremo IZANAGUI Dragón de Guerra
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