Five 🥀🔞
Narra:Allison🥀
Un par de días habían pasado y no dejaba de morder mis uñas y de tener ansiedad... Ansiedad de no sentir sus manos y su miembro en mi
Lo deseaba de nuevo , necesitaba sentirlo de nuevo .... Sentir sus dedos intrusos en lo profundo de mi centro . Sentir su miembro tan profundo de mi que pueda tocar mi útero
Sentir su boca devoradora en mi centro comiéndome por completo
Dejé escapar un jadeo y apreté el artículo en mis manos mientras oía su voz hablar con fuerza
Me acerque lentamente y me asomé. quedé sin aliento al ver su cuerpo fuerte pedaleando en una bicicleta eléctrica
Padre Charlie:empieza por aquí bebé el futuro de la iglesia católica está en esta clase de ciclismo vamos a subir de nivel quiero que todos aumenten su resistencia de cinco a diez más . Cinco a diez bebé vamos , de acuerdo están salvando sus almas de pecar mientras pedalean vamos! Lo llevan dentro se que lo llevan
El bebe un largo sorbo de agua mientras pedalea
Padre Charlie:de acuerdo muy bien..allá vamos prepárense y respiren hondo
El respira hondo extendiendo sus brazos y mordí mi labio
Padre Charlie:nos vamos en 5 segundos . Todo fuera ... Ya está ... Y sprint
Contuve la respiración al verlo pedalear tan rápido . Tan rápido que me recordaba lo intenso que era en mi interior
Padre Charlie:5,4,3,2,1.... Empápense
El se rocía la cara con el agua de la botella y mordí más fuerte mi labio
Padre Charlie:Inhalen el espíritu santo..... Amén
Reaccione de golpe y un rubor de vergüenza invade mis mejillas y me aleje de ahí con rapidez
🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀🥀
Entre al baño y me detuve en seco al ver su trasero
Mi interior se remueve y el se coloca la toalla alrededor de su cintura
El siente mi presencia y me mira con una sonrisa con ojos penetrantes
Sonreí ligeramente y me ruboricé
Yo:lo... Lo siento.... Solo venía... Solo quería .... Solo quería repasar mis últimos reportajes con la hermana Megan
El agarra el informe de mis manos y se aleja de nuevo mirándolo
Padre Charlie:no. No esto no será aprobado
Yo:aquí es donde estamos
Padre Charlie:no podemos publicar una historia que diga que la policía está bloqueada y que no tienen nuevas pistas es... Es aburrido , insípido ... Tomé
Agarre de nuevo el informe en mis manos y sentí mis ojos cristalizados
Padre Charlie:de acuerdo, lo siento sé que usted y la hermana Megan saben .... Que creo que son buenas escritoras con talento . Es solo que ... Me parece como fruta madura tal vez
El golpea el espejo con el cepillo de cabello y trague grueso
Padre Charlie:creo que debemos esperar mas para que usted desarrollé sus esfuerzos periodísticos
Mordí mi labio molesta , conteniendo las lágrimas me giré y me aleje de ahí rápido secándome un par de lágrimas molesta
El por supuesto me sigue y logra agarrarme por detrás
Forcejee y intenté alejar sus brazos de mi
Yo:déjeme... Padre déjeme!
El me pega contra la pared y trague grueso respirando acelerada
Cerré mis ojos y imaginé decenas de posiciones en las que podría estar con el recibiéndolo en mi interior
Me maldije mentalmente al tener estos pensamientos y abrí mis ojos
Yo:estoy bien solo déjeme ir!!! Déjeme ir
El pega más su pecho a mi espalda aplastandome más contra la pared y el roza su miembro contra mi trasero haciéndome soltar un jadeo
Padre Charlie:alguien al parecer no está limpia de pensamientos aún
El besa mi cuello y jadeé de nuevo derritiendome en sus brazos
El levanta poco a poco la falda de mi hábito hasta dejarla arriba de mi cintura y el sin pedir permiso introduce sus dedos en mi centro desde atrás y los mueve sin compasión respirando pesadamente en mi oído . Dejé escapar gemidos fuertes y obscenos que se escuchaban por todo el pasillo cerca de su habitación
Megan:Hermana Allison?!
Abrí mis ojos de golpe el padre Charlie detiene sus movimientos sacando sus dedos de mi
Rápidamente baje mi falda y acomodé mis bragas alejándome rápidamente de el bajando las escaleras
La vi al final de las escaleras y seque el sudor de mi frente
Ella me mira de pies a cabeza y levanta su ceja
Yo:a él... Al padre no le ha gustado lo que escribí
Megan:de verdad?!
Yo:si... Le parece muy aburrido.... La veo más tarde hermana tengo que asear el confesionario
Ella asiente y salí de ahí rápido
.........................
El aroma de la solución de limpieza flotaba en el aire mientras trabajaba mi zumbido era suave, casi distraído, un himno suave que apenas me daba cuenta de que estaba cantando.
Estaba tan absorta en mi tarea que no me di cuenta de la sombra que se cernía sobre mi hasta que fue demasiado tarde. Levanté la vista, sobresaltada con los ojos muy abiertos mientras intentaba recuperar la compostura.
Yo:Lo siento, este confesionario está fuera de servicio en este momento, estoy limpiando...
Mis palabras se fueron apagando mientras mi mirada se movía hacia arriba, y mi respiración se quedó atrapada en mi garganta cuando me di cuenta de quién estaba parado allí.
Era el padre Charlie.
Su presencia llenó el pequeño espacio y podía sentir que el aire se volvía más pesado a mi alrededor, mi pulso se aceleraba cuando sus ojos se clavaron en los míos. Había algo en la forma en que me miraba, algo oscuro y cómplice , que hizo que mi corazón latiera con fuerza, mis manos se congelarán donde descansaban sobre el paño húmedo.
Yo:Hay... hay algo que pueda hacer por usted, padre?
Charlie tarareó pensativamente, dando otro paso más cerca hasta que estuvo justo frente a mi, el espacio entre nosotros casi inexistente.
Bajé la mirada hacia mi pecho, la tela negra de su sotana llenó mi visión, su aroma era abrumador, algo cálido y limpio, con un toque de incienso. Podía sentir mi corazón latiendo con fuerza, mi respiración entrecortada mientras él hablaba, su voz baja y profunda.
Padre Charlie:Hay muchas cosas que podrías hacer por mí, hermana. murmuró,
Su tono cambiando, oscureciéndose, mientras sus labios se curvaban en una sonrisa burlona
Padre Charlie:Podríamos rezar... o tal vez ....
Hizo una pausa, sus ojos brillaron mientras su voz bajaba aún más
Padre Charlie:podrías ayudarme a encontrar un tipo diferente de liberación.
Mis ojos se abrieron ante la cruda implicación, mi mirada se disparó para encontrarse con la suya, solo para encontrar que él ya estaba observando mi rostro, sus ojos encapuchados y oscuros, llenos de un hambre que hizo que mi estómago se retorciera.
Sentí que el calor se acumulaba en mi vientre, la tensión en el pequeño espacio que nos separaba era casi insoportable.
Sacudí la cabeza ligeramente, mi voz salió en un susurro, temblorosa e insegura.
Yo:Padre Charlie, no deberíamos... no podemos...
Charlie no respondió, no con palabras. En cambio, dio otro paso hacia adelante, su cuerpo presionando contra el mío mientras usaba sus brazos para encerrarme una mano apoyada contra la pared del confesionario al lado de mi cabeza. Su otra mano se movió para ahuecar mi mejilla, sus dedos inclinaron mi rostro hacia arriba, obligándome a encontrar su mirada.
Podía sentir su aliento, cálido contra mi piel, su rostro tan cerca que muestras narices casi se rozaban. Sus ojos eran oscuros, llenos de algo crudo, algo que me hacía temblar las rodillas.
Se inclinó aún más cerca, sus labios flotando justo sobre los míos, su voz era un susurro, casi suplicante.
Padre Charlie:¿Sabes lo que me haces, hermana? ¿Cómo me empujas a pecar, cómo me haces querer cosas que no debería?
Su mano dejó mi mejilla y bajó para agarrar mi muñeca, guiando mi mano entre nuestros cuerpos, presionándome firmemente contra la dureza que se tensaba debajo de su sotana.
Mi respiración se atascó en mi garganta, un suave jadeo escapó de mis labios cuando lo sentí mis ojos se abrieron, todo mi cuerpo se tensó ante la sensación.
Padre Charlie:¿Sientes eso?
Susurró contra mis labios, con la voz cargada de deseo
Padre Charlie:Eso es lo que me haces. Cada vez que te veo, cada vez que me miras con esos ojos inocentes... haces que pierda el control.
Sentí que mi corazón se aceleraba, mi mente daba vueltas, una mezcla de miedo y algo más, algo oscuro y emocionante, recorriendo mi cuerpo mientras la mano del padre Charlie sostenía la mía en su lugar, su mirada fija en la mía implacable, sus labios rozando los míos en el más mínimo toque, esperando, persuadiéndome a que me rindiera
Mis pensamientos corrían a toda velocidad. Desde esa noche, había fantaseado con él muchas veces, había soñado que me poseía por completo, que se entregaba a los deseos que me habían estado carcomiendo. Pero ahora, con él justo frente a mi, tan desesperado, tan deseoso, me mareaba
Mis labios se separaron mientras tomaba una respiración temblorosa, tratando de estabilizarme tratando de aferrarme a los últimos jirones de mi fe.
Pero entonces me lamí los labios y vi cómo sus ojos se concentraron inmediatamente en el movimiento, oscureciéndose con algo casi primario. Su mirada era intensa, sin pestañear, y sentí el tirón, el peso de su necesidad, y eso hizo que algo dentro de mi se rompiera.
Con toda la valentía que pude reunir, me incliné hacia delante y presioné mis labios contra los de él.
Fue suave, un beso delicado, apenas más que un roce de tus labios contra los suyos, pero fue suficiente para hacer que tu corazón se acelerara como si estuvieras corriendo una maratón.
Por un momento, pensé que podría dar un paso atrás, que ese breve beso podría ser suficiente para satisfacer lo que fuera que ardía entre nosotros
Pero entonces Charlie gimió, un sonido profundo y crudo, y antes de que pudiera apartarme su mano se movió hacia la parte posterior de mi cuello, atrayéndome hacia él, sus labios chocando contra los míos con un hambre que me hizo temblar las rodillas. Su lengua se deslizó entre mis labios entreabiertos, invadiendo mi boca, explorando, saboreando.
El beso no se parecía en nada a mi tímido intento fue feroz, abrumador, absorbente
Sentí su lengua acariciando el interior de mi boca, trazando la forma de mis dientes, acariciando mi propia lengua, incitándola a moverse con la suya. Se movía lentamente, deliberadamente, como si tuviera todo el tiempo del mundo, como si estuviera saboreando cada segundo, cada sabor.
Sentí que mi cabeza se aligeraba por la falta de aire, mi cuerpo temblaba, pero aún así, estaba atrapada en el beso, incapaz de apartarme, incapaz de hacer nada más que responderle.
Mis manos se movieron por voluntad propia, una de ellas agarró la parte delantera de su sotana, la otra se estiró para enredarse en su cabello. Los suaves mechones se deslizaron entre mis dedos y podía sentir el calor que irradiaba su piel, la forma en que su cuerpo parecía vibrar de tensión, de necesidad.
La otra mano de Charlie se movió hacia mi cintura, acercándome más a él, y podía sentir las líneas duras de su cuerpo presionando contra el mío el calor de él abrasando la fina tela de mi hábito. Me hizo sentir como si me estuviera ahogando en él, en su tacto, en su sabor.
Gemí contra sus labios, el sonido amortiguado por el beso, y él respondió con un gruñido bajo, su mano apretando mi cintura, sus labios moviéndose más insistentemente contra míos
Charlie se apartó, apoyando su frente contra la mía mientras jadeaba, su aliento caliente y pesado, mezclándose con el mío Sus ojos eran oscuros, llenos de algo crudo y desenfrenado, y dejó escapar un gemido bajo, su voz áspera por el deseo.
Padre Charlie:Deseo tanto marcarte, desnudarte aquí mismo y perderme en ti. murmuró,
Sus palabras enviando un escalofrío por mi columna vertebral. La explicitud de sus palabras hizo que mis mejillas ardieran, mi rostro se sonrojó mientras lo presionaba contra su cuello, tratando de ocultar mi vergüenza.
Pero no había terminado. Levantó mi barbilla, rozó mi mejilla sonrojada con el pulgar y buscó la mía con la mirada.
Padre Charlie:Pero es demasiado arriesgado
Susurró, con la voz llena de arrepentimiento y algo casi salvaje
Padre Charlie:Así que me conformaré con algo mucho más rápido.
Mientras hablaba, sus manos se movían hacia abajo, sus dedos viajaban más abajo, amontonando la tela de mi túnica alrededor de mi cintura. Su toque era frenético, casi desesperado, sus manos apretaban y amasaban cada centímetro de mi que podía alcanzar, como si no pudiera tener suficiente
Podía sentir sus dedos clavándose en mis muslos, mis caderas, acercándome más, presionándome contra él, y eso hizo que mi cabeza diera vueltas, hizo que mi cuerpo doliera con una necesidad que no entendía del todo.
Mis manos temblaban al encontrar su lugar sobre sus hombros, mis dedos vacilaban, se curvaban ligeramente en la tela de su sotana. Quería tocarlo como él me tocaba a mi, dejar que mis manos exploraran, pero era demasiado tímida, demasiado abrumada.
La intensidad de su presencia, la forma en que su cuerpo se sentía contra el mío, todo me dejó sin aliento y con el corazón latiendo con fuerza en mi pecho.
La mirada de Charlie permaneció fija en la mia sus ojos oscuros y llenos de algo crudo, algo que hizo que mi pulso se acelerara. Se inclinó hacia mi, sus labios rozando mi oído, su voz era un murmullo bajo, casi un gruñido.
Padre Charlie:No tienes que tener miedo... solo déjame cuidarte
Mi respiración se entrecortó, mi cuerpo se tensó cuando sentí que sus manos se aventuraban más abajo, deslizándose por debajo de la cintura de mi ropa interior. Mis ojos se abrieron, un suave jadeo escapó de mis labios, pero Charlie lo tragó rápidamente mientras cubría mi boca con la suya, sus labios moviéndose contra los míos, silenciando mis pequeños gritos y gemidos.
Sus dedos se movían con determinación, buscando mi punto más sensible, frotando lentamente mi clítoris en círculos. La sensación hizo que mis rodillas se debilitaran y mi cuerpo temblara contra él mientras me trabajaba con una pericia que me dejaba sin aliento.
Intenté alejarme del beso, para recuperar el aliento, pero él no me lo permitió, su boca insistía, su lengua intentaba convencer a la mía para que se moviera con la suya, tragándose cada sonido que hacía
Mis manos se aferraron a sus hombros, mis dedos se hundieron en la tela mientras sentía sus dedos deslizarse más abajo, provocando ni entrada antes de empujar lentamente hacia adentro.
Un gemido ahogado escapó de mi garganta, mi cuerpo se tensó ante la intrusión, la sensación era extraña y emocionante a la vez. Él se movió lentamente, sus dedos me estiraron, persuadiendo a mi cuerpo a relajarse, a aceptarlo. Podía sentir cada movimiento, cada centímetro mientras me llenaba, su toque deliberado, paciente.
Sus labios nunca dejaron los míos, su beso se hizo más profundo, más exigente, como si pudiera sentir mi vacilación y estuviera tratando de persuadirme más, de llevarme a la oscuridad con él. Se apartó por un momento, su frente descansando contra la mía mientras hablaba, su voz era un susurro bajo, cargado de deseo.
Padre Charlie:Te sientes tan bien, hermana... tan perfecta. Déjate llevar por mí
Antes de que pudiera responder, antes de que pudiera siquiera recuperar el aliento, su mano se movió hacia mi muslo, sus dedos se curvaron alrededor de mi pierna mientras la levantaba, envolviéndola alrededor de su cintura.
El nuevo ángulo hizo que todo fuera más intenso, sus dedos se hundieron más profundamente, su pulgar rozó mi clítoris, arrancando un gemido estremecedor de mis labios.
El calor en mi vientre creció, convirtiéndose en una pequeña llama que lamía mis entrañas, consumiendo cada pensamiento, cada vacilación; mi cuerpo respondió a su tacto, mis caderas se movían contra su mano, buscando más del placer que él me estaba dando.
La respiración de Charlie se volvió superficial, sus ojos se oscurecieron mientras me miraba, su mirada vagaba por mis mejillas sonrojadas, la forma en que mis labios se separaban, los suaves jadeos escapando de mi garganta.
Mis muslos temblaron, mi cuerpo se tensó mientras sentía que la presión aumentaba, la sensación se enroscaba fuertemente en mi centro, amenazando con estallar en cualquier momento.
Pero justo cuando me sentía al borde del abismo, justo cuando las primeras oleadas de mi orgasmo empezaban a llegar a su punto máximo, Charlie se detuvo. Retiró los dedos, dejándome sin aliento, con el vacío repentino casi doloroso.
Un suave y desesperado gemido escapó de mis labios, mis ojos se abrieron de golpe, amplios y confundidos mientras lo miraba
Él me miró a los ojos, sus labios se curvaron en una sonrisa maliciosa mientras se llevaba los dedos a la boca, sus ojos nunca dejaron los míos mientras los chupaba hasta dejarlos limpios, su lengua giraba alrededor de cada dedo, saboreando mi sabor.
Padre Charlie:Sabes tan dulce, hermana Allison murmuró
Su voz cargada de lujuria, sus palabras me enviaron un escalofrío por la columna vertebral.
Padre Charlie:Podría pasar todo el día entre tus muslos... pero ahora mismo, necesito algo más
Se movió, sus manos se movieron hacia la cintura de su bata, moviendo la tela de un lado a otro mientras se liberaba. No podía ver nada, la tela me impedía ver, pero lo sentía su dura y pesada longitud rozando mi muslo interior, la sensación me dejaba sin aliento, mi pierna se contraía involuntariamente ante el contacto.
Charlie se movió con una facilidad practicada, sus manos agarrando mis caderas mientras me movía, levantándome como si no pesara nada.
Mi espalda se apoyó contra la pared del confesionario, la superficie fría contrastaba marcadamente con el calor de mi cuerpo. Él ajustó su agarre sobre mi, sus brazos envolvieron mis muslos, levantándolos hasta que mis dos piernas quedaron enganchadas alrededor de su cintura.
Me sentí expuesta, vulnerable, la posición me dejaba completamente a su merced, pero había algo en la forma en que me miraba, algo en sus ojos que hacía que mi corazón se acelerara, hacía que mi cuerpo anhelara más.
Su mirada se clavó en la mía, sus ojos llenos de una mezcla de lujuria y algo más profundo, algo que me hizo quedarme sin aliento, mis dedos se aferraron a sus hombros mientras me sostenía, presionándome contra la pared. Su frente descansó contra la mía por un momento, su aliento cálido contra mis labios, su voz apenas por encima de un susurro.
Padre Charlie:Me vuelves loco hermana... Perdóname, no puedo contenerme más
Él ajustó su agarre sobre mi, envolviendo firmemente mi cintura con un brazo, sosteniéndome contra la pared con facilidad mientras su otra mano se movía debajo de la tela con volantes de mi hábito.
Abrí más las piernas, instintivamente permitiéndole más acceso mientras sentía el calor de su mano recorriendo mi muslo interior, sus dedos rozando mi piel. La anticipación me dejó sin aliento, mi corazón latía con fuerza en mi pecho mientras esperaba mi cuerpo anhelaba su toque.
Jadeé suavemente cuando sentí que algo contundente presionaba mi clítoris, subiendo y bajando por mi hendidura, la sensación esta vez era diferente, más firme, más caliente. Pensé que eran sus dedos otra vez, pero luego Charlie dejó escapar un suave suspiro, un silencioso y entrecortado "joder" que hizo que abriera los ojos de par en par, y la comprensión me golpeó de golpe.
No estaba usando sus dedos. Era él , su dura longitud rozándome, extendiendo mi semen mientras se movía, la presión haciendo que mi cabeza diera vueltas, mi cuerpo cada vez más húmedo ante la pecaminosa y blasfema intimidad de todo aquello.
Sus movimientos eran lentos, deliberados, sus ojos clavados en los míos como si me desafiara a apartar la mirada, a negar lo que estaba sucediendo. Pero no pude mi mirada quedó atrapada en la suya, mis labios se separaron mientras se escapaban suaves gemidos, el sonido se lo tragó el aire pesado entre nosotros
La respiración de Charlie se volvió más entrecortada, sus labios rozaron mi oído mientras susurraba
Padre Charlie:Sientes eso, hermana? ¿Ves lo que me haces?
Su voz estaba cargada de lujuria, sus palabras eran una mezcla de reverencia y algo mucho más depravado. Movió sus caderas, deslizándose contra mi, la fricción enviaba chispas de placer a través de mi cuerpo, haciéndome gemir suavemente, mis dedos clavándose en sus hombros
Sus labios se movieron hacia mi cuello, presionando besos calientes y con la boca abierta contra mi piel mientras comenzaba a empujar dentro de mi, su voz baja y temblorosa mientras murmuraba una escritura, las palabras sagradas distorsionadas por el deseo que impregnaba su tono.
Padre Charlie:Aunque ande en valle de sombra de muerte...
Su voz se apagó en un profundo gemido gutural mientras se hundía más profundamente, el estiramiento casi demasiado, un ardor agudo que me hizo jadear, mis ojos se cerraron con fuerza mientras mi cuerpo luchaba por adaptarse a él.
Charlie se detuvo un momento, con la frente apoyada contra la mía una vez más, respirando agitadamente, sus ojos escrutando mi rostro como si buscara cualquier signo de vacilación. Pero estaba demasiado perdida en la sensación: la forma en que me llenaba, la forma en que mi cuerpo parecía amoldarse a él, el ardor dando paso lentamente a algo más, algo que hizo que se me encogieran los dedos de los pies, que se me entrecortara la respiración mientras asentía una súplica silenciosa para que siguiera adelante.
Él sonrió, una sonrisa oscura, casi tierna, sus labios rozando los tuyos mientras susurraba
Padre Charlie:Perfecto
Sus caderas se movieron de nuevo, lentamente al principio, sus movimientos cuidadosos, deliberados, mientras comenzaba a construir un ritmo, cada embestida enviaba una ola de placer a través de mi, la sensación abrumadora, absorbente.
Y mientras me aferraba a él, con mi cuerpo temblando, sabía que no había vuelta atrás, que no había forma de escapar del control que tenía sobre mi.
Los dos nos perdimos el uno en el otro, el calor entre nosotros ardía como un fuego, el deseo crepitaba como brasas, volviéndose más caliente con cada movimiento. El ritmo de Charlie se aceleró, su respiración salía entrecortada, sus gemidos se amortiguaron mientras enterraba su rostro en el hueco de mi cuello, su cuerpo presionando contra el mío como si no pudiera acercarse lo suficiente.
El ritmo de sus embestidas se hizo más errático, cada una más desesperada que la anterior, la intensidad hacía que mi cabeza diera vueltas, el placer aumentaba hasta que era casi demasiado.
Podía oírlo, su voz era una mezcla de gemidos y suaves gemidos de necesidad, sus labios rozando mi cuello, la sensación enviaba escalofríos por mi columna vertebral. Sus manos me sujetaban con más fuerza, manteniéndome en el lugar mientras se movía, la fricción, la presión, todo me empujaba cada vez más cerca del borde.
Mi cuerpo se tensó, mis músculos se tensaron alrededor de él cuando la ligadura dentro de mi finalmente se rompió, el placer me inundó en una ola cegadora. Jadeé mi cabeza cayó hacia atrás contra la pared, mis ojos se cerraron con fuerza mientras todo mi cuerpo temblaba, mis dedos se clavaron en sus hombros mientras me aferrabas a él, soportando la euforia.
Charlie se estremeció en mis brazos, su propio cuerpo se tensó al sentir que me apretaba a su alrededor, sus movimientos se volvieron descuidados, desesperados, hasta que finalmente se quedó quieto, sus caderas presionando contra las mías mientras dejaba escapar un gemido bajo y gutural.
Sentí su calor extendiéndose dentro de mi, la sensación casi surrealista, la comprensión de que lo había empujado hasta ese punto, que lo había hecho perder el control, haciendo que mi corazón latiera aún más fuerte.
Se quedó así por un momento, su frente apoyada contra la mía, su respiración entrecortada, sus ojos entrecerrados mientras me miraba, algo casi suave en su mirada.
Lentamente, se apartó, sus manos se movieron para acunar mi rostro, sus pulgares rozando mis mejillas sonrojadas mientras se inclinaba, su nariz chocando suavemente contra la mía, un gesto pequeño y tierno que hizo que mi corazón se hinchara.
Los ojos de Charlie me sostuvieron, su mirada intensa, llena de una mezcla de emociones que no podía descifrar. Se inclinó hacia mi, sus labios rozando mi oído mientras susurraba, su voz todavía cargada con los restos de su deseo.
Padre Charlie:El placer es engañoso... como lo fue para la ramera, pero no puedo resistirme a ti
Cerré mis ojos y sonreí
La hermana Megan se aleja y niega con la cabeza al ver cómo se distraía el sacerdote pero poco a poco sonríe al ver que solo estaba siguiendo su plan
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Well.... Que piensan con todo esto🙊 voten y comenten please saludos ❤️
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