En el colegio las cosas habían cambiado de manera casi imperceptible. Desde el incidente en la cafetería, cuando Jongho había defendido a Yeosang con una violencia tan salvaje que todavía se hablaba de ello en los pasillos, la tensión en el colegio había crecido como una tormenta que se avecina. Los estudiantes caminaban con más cuidado a su alrededor, algunos con miedo, otros con respeto silencioso. Sin embargo, Jongho y Yeosang permanecían en su propio mundo, un mundo marcado por la oscuridad compartida y el entendimiento tácito de que estaban conectados de una manera que nadie más podía comprender.

Jongho iba con total tranquilidad a la cafetería por algo de beber para Yeosang, con el embarazo a escondidas era un poco difícil no ocultar los grandes antojos que tenía el rubio, pero mientras caminaba logró ver la figura alta y delgada de alguien quien conocía bien y posiblemente el responsable de lo que se hablaba por todo el colegio. Río soncarronamente mientras se formaba detrás de él.

ㅡHola hyung, ¿Supo lo de Soyeon? Nada lamentable la verdad, ya era hora de que alguien hiciera algo con respecto a ella... usted no tuvo nada que ver con eso ¿oh si?

ㅡHola Jongho, te pido de favor que para cualquier cosa en relación a la escuela lo veamos más tarde ¿te parece buena idea? ㅡdijo Seonghwa amablemente mientras le regalaba una de sus dulces sonrisas.

Jongho rió.

ㅡYa entiendo, discutiremos esto más tarde ㅡdijo mientras salía de fila como si nada.

Jongho había estado más atento que nunca a lo que sucedía con Yeosang, cualquiera diría que era un acosador, pero para Yeosang, era un acto tan lindo el hecho de lo mucho que lo cuidaba. Más tarde, en la cafetería se suscitaría otro evento caótico, protagonizado por Seonghwa, el nuevo presidente estudiantil y otro alumno, que si bien, a Jongho no le importaba quien era, lo único que sabía es que aquello sería la última vez que viera a ese joven, estaba seguro que Seonghwa terminaría con él tarde o temprano.

Quiso averiguar un poco más de lo que tenía tramado el mayor, quería ser parte de ello, seguramente Yeosang querría verlo envuelto en otra pelea y que mejor oportunidad que ayudando a su hyung.

Jongho vio cómo salía de la sala de coordinación y se dirigía a los casilleros, así que ágilmente se colocó a un costado del casillero del alto rubio.

ㅡVaya espectaculo el de la cafeteria, pero logró por primera vez causar un miedo en los estudiantes, eso ya es un progreso hyung... —mencionó Jongho con una sonrisa maliciosa.

ㅡAlguien tenía que parar a ese idiota, ya me tiene harto ㅡSeonghwa tomo la perilla de su casillero para poner la contraseña y poder abrirlo.

ㅡSe lo que cruzo por su mente en ese momento, igual tarde o temprano se encargara de él, así que quiero ayudarlo ㅡdijo Jongho, con una tranquilidad viendo hacia los pasillos.

ㅡMe temo que esta vez no, quiero encargarme personalmente de acabar con él, esta tarde, pero... me tomo el atrevimiento de aceptar tu ayuda en dos personas en específico, se que tu ayuda con esos dos sera muy buena ㅡmencionó Seonghwa mientras sacaba una sudadera negra y unos guantes de latex negros a la vez que sonreía de una manera diabólica.

ㅡDejeme adivinar ¿Kim Jinwook y Seon Yein? Sera pan comido, son tan estupidamente ingenuos...

ㅡLo sé, pero aún no tengo pensado como encargarme de ellos, solo deja que termine con este idiota y ya discutiremos eso después.

Jongho asintió mientras se iba lentamente.

ㅡAcabelo sin piedad ㅡdijo el pelirrojo mientras se despedía con un gesto de soldado.

ㅡOh, claro que lo hare sin tener piedad...

Jongho ya lo tenía hecho. Mañana le daría una tarde interesante a Yeosang y de alguna manera, un pequeño distractor para evitar pensar en sus malestares del embarazo.

Al día siguiente, el pelirrojo creyó que las cosas seguirían igual de aburridas que siempre, pero en cuanto logró escuchar algunos de los rumores que se corrian esa mañana, su humor decayó completamente y su furia aumentó.

La verdad sobre que Yeosang estaba embarazado ya lo sabía media escuela, los alumnos no dejaban de mirarlo con una mirada juzgadora y alguna que otra burla e incluso con insultos. Yeosang aquello no lo tolero y huyo del colegio, Jongho no logró reaccionar a tiempo, su furia lo había bloqueado por un momento y en su mente solo cruzaba una idea: terminar con ese hijo de puta que le acababa de arruinar la vida a aquel tierno y lindo chico de cabello rubio que comenzaba a enloquecerlo.

El día se había tornado aburrido en cuanto a las clases, pero Jongho ya había tomado una decisión antes de que el sol se metiera. Seonghwa, había descubierto una verdad que involucraba a alguien, a Yeosang. Una verdad que si bien, ambos se unían, saldrían beneficiadas ambas partes. Seonghwa había notado la forma en que Jongho observaba a los alumnados, con ese brillo calculador en sus ojos. Seonghwa no era estúpido; sabía que Jongho estaba investigando. Por lo tanto, cuando Seonghwa se acercó a él esa tarde, no fue una sorpresa para ninguno de los dos.

—Jongho, necesito un favor —le dijo Seonghwa, su tono serio, pero no suplicante.

—Sabes que ya estoy haciendo uno —respondió Jongho con una sonrisa apenas visible en la comisura de sus labios.

Seonghwa lo miró con un silencio tenso. Siempre había algo en Jongho que lo ponía nervioso, algo en esa calma que era el preludio de la tormenta. Sin embargo, había llegado a confiar en él, porque entendía lo que Jongho era capaz de hacer, y sabía que si alguien podía resolver las cosas de manera definitiva, era él. Sin mencionar que los dos harían lo que fuera por la persona que amaban, estaban igual de trastornados.

—Es sobre Yeosang, ¿verdad? —preguntó Seonghwa, directo al grano.

Jongho no respondió de inmediato. Miró alrededor, asegurándose de que no había nadie escuchando. Aunque la escuela estaba llena de rumores, nadie sabía realmente lo que sucedía en las sombras.

—Lo es —contestó finalmente, sus ojos oscuros brillando con una peligrosa determinación—. Quiero saber quién lo hizo.

Seonghwa asintió lentamente, como si hubiera esperado esa respuesta. Había algo en Jongho que no podía ser ignorado: una lealtad inquebrantable hacia Yeosang, tan profunda que, si no se manejaba con cuidado, podría arrastrar a todos los involucrados al abismo.

—Te daré un nombre —dijo Seonghwa, su voz apenas un susurro—, pero lo que hagas después, Jongho... será bajo tu responsabilidad. Solo necesito que nos unamos para terminar con esto.

Jongho lo miró fijamente, su mandíbula tensa. No necesitaba más advertencias. Había estado esperando este momento, la oportunidad de corregir lo que se había hecho mal, de vengar a Yeosang de la manera más violenta posible.

—Dame el nombre —insistió, su voz fría como el acero.

Seonghwa exhaló lentamente, como si liberar ese nombre lo pusiera a él mismo en peligro.

—Fue Jinwook. Kim Jinwook, tú más que nadie sabes quien es.

El nombre cayó como una piedra en el estómago de Jongho. Kim Jinwook era conocido por su popularidad y carisma, mejor amigo de Yein. Seonghwa le había contado lo que había logrado conseguir, para Jinwook, Yeosang había sido solo un juego, una apuesta cruel entre amigos, y eso era algo que Jongho no podía perdonar.

—Ese hijo de perra, al fin sabrá lo mucho que he esperado este momento.

Seonghwa lo detuvo del hombro por un momento y Jongho se detuvo abruptamente.

—Si has estado aprendiendo de cómo hago este tipo de trabajos ya deberías saber que las cosas hechas impulsivamente nunca salen bien —Seonghwa se dio la vuelta para encararlo de manera seria—, por un momento deja de actuar impulsivo y razona un poco las cosas, ambos nos involucra este tipo, ambos queremos hacerlo pagar ¿recuerdas que dijiste que deseabas ayudarme? Pues, tengo un plan.

Jongho suspiró profundamente antes de asentir, no lo quería hacer de esa manera pero de alguna u otra forma su hyung tenía razón: el impulso no lo llevaría a nada bueno.

—Dame una semana o más para investigar lo más posible algo que nos ayude contra estos dos idiotas, en ese tiempo dedícate a cuidar a Yeosang, con el embarazo corre peligro en el colegio, no dejes de regrese.

Seonghwa no se lo tenía que decir dos veces, Jongho cuidaría a Yeosang como si su vida dependiera de ello.