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Epilogo : Un nuevo comienzo

El aire de la madrugada tenía un aroma fresco, a lluvia reciente. Jongho encendió el motor del auto y miró de reojo a Yeosang, quien llevaba una maleta en el asiento trasero y un abrigo grueso cubriendo su vientre ya notorio. Había tardado varias sesiones de terapia, muchas noches en vela y un sinfín de pensamientos ansiosos antes de aceptar la propuesta de Jongho. Pero finalmente, ahí estaban, listos para irse.

—¿Estás seguro? —preguntó Jongho con voz grave.

Yeosang miró por la ventanilla, observando la escuela a lo lejos. Esa maldita escuela, testigo de tantas atrocidades, de tanto dolor, de tanto sufrimiento. La escuela donde había perdido una parte de sí mismo, pero donde también había encontrado a alguien que estuvo dispuesto a destruirlo todo por él.

—Sí —respondió al fin, con un suspiro. Su mirada se posó en Jongho y trató de sonreír—. Vámonos.

Jongho no esperó más. Apretó el acelerador y se alejaron de aquel lugar para siempre.

El proceso de adaptación no fue fácil, pero tampoco imposible. Se instalaron en una pequeña ciudad lejos de todo lo que habían conocido. Un sitio donde nadie los reconociera, donde nadie supiera de su oscuro pasado. Un lugar donde pudieran empezar de cero.

Jongho trabajaba en una mecánica, algo que le mantenía ocupado y le permitía soltar la agresividad en algo más productivo. Yeosang, por su parte, encontró un pequeño refugio en la jardinería, en la lectura, en cosas simples que nunca antes se había permitido disfrutar.

Los meses pasaron rápido. Y entonces, una noche, cuando la nieve cubría la calle y el frío calaba los huesos, Yeosang sintió un dolor punzante en su abdomen.

—Jongho... —susurró, despertándolo de golpe.

Jongho no tardó en reaccionar. Lo llevó de inmediato al hospital. El parto fue largo y doloroso, pero cuando el llanto del bebé resonó en la sala, todo pareció iluminarse. Jongho miró al pequeño, tan diminuto en los brazos de Yeosang, y sintió una calidez en el pecho que nunca antes había experimentado.

—Es hermoso... —murmuró, con una sonrisa genuina.

Yeosang, con lágrimas en los ojos, asintió. Jongho, en cambio, besó suavemente los labios de Yeosang, sintiéndose cada vez más afortunado de tenerlo a su lado.

Y por primera vez en mucho tiempo, ambos sintieron que quizás, después de todo, sí podían tener algo bueno.

El viento de primavera soplaba suavemente cuando Jongho estacionó el auto en una pequeña casa de campo. Yeosang, en el asiento trasero, acariciaba la mejilla de su bebé, quien dormía plácidamente en su sillita.

Jongho aún no podía creer que estuvieran ahí. Contactar a Seonghwa no había sido fácil. Después de su escape, Seonghwa y Hongjoong prácticamente desaparecieron del mapa. No dejaron rastros, y aunque Jongho lo entendía, no podía evitar sentirse un poco molesto en su momento.

No fue hasta unas semanas después del nacimiento del bebé que Jongho logró dar con ellos. Todo comenzó con una llamada inesperada de un número desconocido.

—¿Jongho? —La voz de Seonghwa sonaba cautelosa, pero al mismo tiempo con cierto alivio.

—...¿Seonghwa? —Jongho se irguió en el sillón donde estaba sentado, sorprendido.

—Escuché rumores de que habías desaparecido con Yeosang.

Jongho rió por lo bajo.

—Y yo escuché que ahora eres un esposo devoto.

Seonghwa bufó, pero no lo negó.

Después de varias conversaciones, acordaron verse. Y ahora, finalmente, estaban ahí.

—¿Estás nervioso? —preguntó Jongho.

—No —respondió Yeosang, pero su voz temblaba un poco.

Jongho sonrió. Salieron del auto y caminaron hacia la entrada. No tuvieron que tocar la puerta, porque esta se abrió de golpe.

—¡Los estaba esperando! —Hongjoong los recibió con una enorme sonrisa, su vientre redondeado haciéndose evidente en cuanto se movió.

Yeosang parpadeó varias veces antes de esbozar una sonrisa sincera.

—Así que es verdad —murmuró—. Estás esperando un bebé.

Hongjoong asintió con orgullo.

—Seonghwa ha estado insoportable con los cuidados —confesó, riendo—. Pero ha valido la pena.

Seonghwa apareció detrás de Hongjoong, saludando con un gesto. Aunque su expresión era más calmada, en su mirada había una calidez genuina.

—Me alegra verlos —dijo, acercándose a Jongho y dándole una palmada en el hombro—. Pasen, han viajado mucho.

El interior de la casa era acogedor. La luz cálida, el aroma a té recién hecho, la sensación de tranquilidad. Todo contrastaba con la oscuridad de sus pasados, y por un momento, Yeosang sintió que realmente podían dejar todo atrás.

—¿Cómo te has sentido? —preguntó Yeosang a Hongjoong mientras se sentaban en el sofá.

—Cansado, hambriento, hormonal... —Hongjoong enumeró con los dedos, haciendo reír a Yeosang—. Pero feliz.

—Me alegra.

Yeosang tomó un sorbo de té mientras miraba a Hongjoong, quien le devolvió la mirada con una sonrisa genuina.

—Tú también pareces feliz —comentó Hongjoong, observando de reojo al bebé que dormía en la cuna portátil.

—Lo soy —Yeosang respondió sin dudar—. Ha sido difícil, pero lo soy.

Mientras Yeosang y Hongjoong conversaban sobre paternidad, Seonghwa y Jongho se alejaron un poco.

—Has cambiado —murmuró Seonghwa, observándolo.

Jongho soltó una risa baja.

—Tú también —respondió.

Hubo un silencio entre ellos antes de que Seonghwa soltara un suspiro.

—Hicimos cosas horribles, Jongho.

Jongho desvió la mirada hacia Yeosang, quien reía suavemente mientras le tocaba el vientre a Hongjoong.

—Pero lo hicimos por ellos —susurró—. Y no me arrepiento de nada.

Seonghwa asintió.

—Hongjoong me ha hecho ver la vida de otra manera. Me ha dado una razón para seguir adelante.

Jongho sonrió.

—Yeosang hizo lo mismo conmigo.

Por un momento, no hubo palabras. Solo una comprensión mutua, un reconocimiento silencioso de que, a pesar de todo, estaban exactamente donde debían estar. Tal vez el pasado nunca podría borrarse. Pero el futuro aún era suyo para escribirlo.

Antes de irse, Yeosang recibió un mensaje. Lo leyó en silencio antes de mostrarle la pantalla a Jongho.

Era de Mingi.

"Cada vez las cosas van mejorando."

Yeosang sonrió.

Quizás, después de todo, todavía había esperanza.

Y así terminamos esta historia <3

Por lo menos podemos decir que de la saga, dos historias tuvieron un "buen final", así que espero les haya gustado mucho esta historia jsjs

En unos días estaré publicando el último libro de la saga, que será Yungi, para que lo esperen con ansias.

Nos leemos pronto <3

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