Tae Hyung estaba contra la puerta del cuarto, escuchando los lamentos de su hermano mayor. Hacía unas horas había bebido la sangre de ese niño, pero se negaba a salir del cuarto. Él no estaba arrepentido de lo que habían hecho junto a su madre; ambos sabían que si Yoon Gi no se alimentaba acabaría muy mal.

Se atrevió a empujar la puerta levemente y así asomar su cabeza para ver la figura de su hermano sentada en el suelo, apoyándose contra la pared. Se acercó con lentitud hacia él y cuando estuvo lo suficientemente cerca se detuvo, se agachó y tocó su hombro. Yoon Gi al sentir el tacto de su mano sobre él, inmediatamente se apartó.

—No me toques...

—Tenías que hacerlo—le dijo el castaño con el ceño fruncido, volviendo a posar su mano sobre él—.Nos preocupaba verte así, ¿acaso querías morir?

—Mataron a un niño—Yoon Gi levantó la cabeza para mirar fijamente al otro; el odio que le demostró con tan sólo ese gesto, dejó a Tae indiferente.

—¿Y qué? Niño, mujer, hombre... Deberías agradecernos antes de estar lamentándote, te salvamos la vida.

Yoon Gi no podía discutir contra aquello último; lo habían hecho, lo salvaron, pero no de la manera que él hubiese querido. No quería volver a saber nada del asunto, a pesar de que aún sentía el sabor de la sangre impregnado en su lengua. Era como un tortura. Su cuerpo ahora con energía se levantó del suelo para quedar de pie; Tae lo siguió con la mirada y luego hizo lo mismo. Ambos hermanos se miraron, uno lleno de indiferencia y el otro lleno de odio. Ahora que el peligris volvía a sentirse como nuevo, no iba quedarse allí con ellos para que trataran de volverlo un monstruo una vez más.

—Me voy—le dijo al menor, claro y convencido.

—¿A dónde irás?—Tae lo agarró de la mano con fuerza, tirando de él—No puedes andar sin el anillo, van a olerte y van a ir a por ti.

—Entonces que lo hagan, no pienso quedarme cerca de ustedes.

El cuerpo de Yoon Gi se movió bruscamente hacia delante, deshaciéndose del agarre del otro. Caminó hasta la puerta para salir pero Tae Hyung inmediatamente se interpuso. Le impidió poder avanzar, posó ambas manos en su pecho para empujarlo hacia atrás; no le permitiría escapar, porque eso era lo que estaba haciendo Yoon Gi, escapar de su realidad.

—Yoon Gi, escucha, no lo dije en serio... —Tae mordió levemente su labio y cambió su expresión a una más serena—Lo de ese chico, no me importa. Sólo quiero que estés bien. Siento que me odias y eso en verdad me duele.

—Tú eres quien me hace sentir odio, ¿No te das cuenta? No quiero estar más aquí.

Yoon Gi apartó a su hermano como pudo. La insistencia por parte del chico era demasiada, tanta, que para lograr que no se fuera lo abrazó con fuerza, apretándolo contra su cuerpo. Descansó su cabeza sobre el hombre del mayor, rozando su nariz con su pálido cuello.

—Hermano, te amo.

—No, suéltame.

El castaño empezaba a sentirse enfurecido, el rechazo era tal que no podía con él. Realmente quería tratar de cambiarlo, de hacerlo ver que podían ser algo más. Pero Yoon Gi estaba cansado de sus intenciones; había prometido seguir queriéndolo a pesar de todo, era su hermano y debía de hacerlo, pero la duda estaba poniéndolo en una situación complicada.

Nunca antes lo oyó llorar, tampoco lo vio. Aquel sollozo de Tae Hyung lo dejó helado. Las manos no soltaban su abrigo, lo apretaban incluso más hasta dejar marcadas las arrugas en este.

—No llores.

—¿Cómo no quieres que llore? Mi propio hermano me desprecia... Siempre estuve a tu lado y siempre te di mi apoyo y cariño. Maldita sea... ¿Por qué prefieres a un estúpido niño?

—Yo no prefiero a nadie —Yoon Gi intentó que el menor lo mirara para poder hablar claramente—Nunca dije que te odie, pero varias veces me has hecho dudar.

—Entonces...¿Sigues queriéndome? ¿A pesar de lo que hice? —lo miró esperanzado, acercándose a su rostro.

—No lo sé.

La expresión de Tae nuevamente volvió a cambiar de forma drástica. Apretó los dientes y fue moviendo ambas manos hacia el rostro del peligris; lo apretó y lo acercó hacia el suyo para poder pegar sus bocas. Fue un acto violento que lo obligó a actuar rápido, encajando sus labios en la boca de Yoon Gi, tocando su lengua y obligándolo a que cediera.

Lo empujó contra la puerta sin despegar su boca de él; Yoon Gi no sabía qué hacer en ese momento, nunca Tae Hyung fue tan violento, prácticamente lo que estaba haciendo era obligarlo. Las salivas de ambos se mezclaban en sus bocas, sus cuerpos se chocaban debido a los movimientos. Tae trató de quitar el abrigo que llevaba puesto para así luego meter sus manos bajo la camisa y tocarlo como lo necesitaba. La resistencia de su hermano era fuerte, pero estaba logrando retenerlo.

La excitación que sentía mezclada con el enojo eran un arma peligrosa. Los colmillos de Tae Hyung se asomaron en su boca cuando se separó del peligris para así poder morderlo. La sangre de su familia no servía para alimentarse, pero tenía un sabor especial, era realmente único y lo hacía querer aun más.

—¡Tae Hyung, detente! —Yoon Gi se quejó debido a la mordida pero por más que intentaba no podía sacárselo de encima.

—¡No! —gritó el menor, tirándolo al suelo—Tienes que amarme como yo te amo a ti. ¡Ámame Yoon Gi, maldita sea!

El peligris quedó tumbado en el suelo observando cómo la mirada del otro se tornaba oscura, suponía que no se detendría por nada y que seguramente terminaría haciéndolo. Algo que nunca creyó posible estaba al borde del precipicio, sus ideas lo estaban. Tae Hyung abrió su propia camisa dejando ver su delgadez y, sin despegar sus ojos de Yoon Gi, sonrió de forma perversa.

—No lo hagas.

—¿Que no haga qué?¿Violarte? —su sonrisa se volvió aún más amplia, dejando salir a ese ser depredador que tenía en su interior —Siempre desee tenerte, escuchar tus gemidos, ah...

—Estás loco, somos hermanos. No puedes tener esos pensamientos hacia mí.

—¿Por qué? ¿Es un pecado acaso? —su cuerpo se agachó hasta tocar el suelo con las rodillas para ir hacia Yoon Gi gateando —Si realmente amas a alguien no importa. Una vez que esté dentro de ti cambiarás de opinión.

Tae Hyung se deslizó rápidamente hacia el cuerpo del otro para colocarse encima. Agarró ambas manos del mayor y las colocó en una posición que le impidiera moverse, pero antes de que pudiera hacerlo, Yoon Gi pudo escabullirse y dejar un brazo libre con el cual, a puño cerrado, golpeó la cara del menor. Éste se cayó hacia el costado, quejándose por el fuerte golpe y tapándose el lado derecho del rostro.

Yoon Gi se levantó con rapidez y tomó su abrigo para marcharse de allí, pero antes de eso, agarró a Tae del cuello de la camisa y le propinó otro puñetazo en la cara. Después lo soltó bruscamente, dejando que resbalara de nuevo hasta el suelo.

—No vuelvas a intentar tocarme —le dijo entre dientes —Olvídate de mi existencia a partir de ahora.

El golpe de la puerta cerrándose hizo un eco ensordecedor en la habitación. Tae Hyung aún no podía creer que hubiera sido golpeado de esa manera. Se quedó allí en el suelo mirando hacia la puerta con lágrimas en los ojos, maldiciendo a su hermano y su rechazo.

《Nota: siento a quien le desagrade el personaje de Tae Hyung por lo que hace, pero debe ser así

Canción: Super psycho love - Simon Curtis》