Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 18

A Ho Seok se le resbalaron los anteojos por el puente de la nariz. Se los volvió a colocar con cuidado y aún sin saber bien qué debían de hacer se acercó hacia el joven pelinegro. Éste se quedó sentado y no pudo hacer más que observar el desorden de la sala.


—¿No recuerdas nada de lo que acaba de pasar?—curioso por su estado, Ho Seok analizó su mirada. Aquellos ojos brillantes volvieron a la normalidad.


—No, no entiendo qué hago aquí.


Jung Kook miró sus manos, estaban temblorosas pero podía controlarlo. Quiso pararse del sillón y sus piernas flaquearon de repente impidiéndole dicha acción.  Estaba aturdido y mareado, aquellos dos quienes lo seguían escaneado con la mirada cuales científicos comenzaban a ponerlo nervioso.

Jin, que se encontraba un poco más distante, decidió recoger sus libros y anotaciones; odiaba el desorden y ver su casa así le podía sacar canas. Mientras tanto Ho Seok seguía pensando en lo ocurrido, en lo que aquel chico había hecho tan repentinamente. Para él estaba claro que debía ser a causa del anillo porque era imposible que una persona normal y corriente como lo era ese chico pudiera hacer tal cosa. No iba a negar que estaba asustado, nunca vio algo parecido.


—Oye, chico, ¿cómo te llamabas?


—Jung Kook—le contestó, tocando su cabeza dolorido— ¿Qué está pasando?


—¿Qué está pasando?—Jin, que juntaba sus libros, se giró como un rayo hacia el jovencito, bastante molesto— Que me destrozaste la casa, Jung Kook.


Su compañero llevó la palma de su mano derecha para cubrir su rostro, era increíble que a Jin le preocupara más el desorden de la casa que lo que fue la causa del hecho. Se alejó del pelinegro y ayudó a su histérico amigo a juntar todo mientras que Jung Kook seguía observando, totalmente desorientado de la realidad.

Todas las cosas de la casa tiradas de esa manera lo mareaban. Se levantó lentamente del sillón y fue hacia ambos chicos, sin decirles una sola palabra los ayudó a mover y levantar las cosas para ponerlas en su lugar. Ho Seok le dijo que no era necesario, que se quedara donde estaba hasta que su cabeza se aliviara un poco y así  luego podrían hablar sobre lo ocurrido

Jung Kook no estaba seguro de si podría recuperarse,  le dolía el cuerpo y sus ojos ardían un poco. Nunca antes se sintió tan mal y quería saber qué fue lo que le sucedió.

 

—Oh, mira esto— Jin encontró un libro donde metía muchas de sus anotaciones sobre sucesos extraños que alguna vez le ocurrieron— Ho Seok... ¡Mira esto!


Aquel libro estaba lleno de hojas sueltas. El papel era un poco viejo y ya había tomado un color amarillento. La letra de Jin era cursiva y se leía a la perfección, había anotaciones y dibujos también en cada parte de la superficie, nada estaba vacío. A Ho Seok le llamó mucho la atención algo en particular, una de esas hojas tenía un dibujo extraño; una figura que parecía humana tenía el rostro algo desfigurado, pero se distinguían los ojos completamente negros y partes en las que chorreaba un hilo de lo que suponía debía de ser sangre, de la nariz y boca. Agarró la hoja con fuerza y se la acercó a los ojos para leer la minúscula letra allí escrita.


—¿Qué es esto, Jin?—le preguntó apresurado por obtener respuesta— ¿Es sobre brujería?


—Sí, hace un tiempo anoté todo eso— el castaño trató de hacer memoria de cuánto hacía de eso, pero no lo lograba recordar—.Es sobre magia negra.


—Magia negra...—Ho Seok lo miró de reojo a Jung Kook pero éste no se dio cuenta.


El menor estaba distraído juntando los últimos libros que quedaban en el suelo y dado esto, Ho Seok aprovechó para susurrarle algo a Jin al oído.


—¿Y si es un brujo?—cuestionó seriamente Ho Seok, pero Jin frunció el entrecejo y negó con la cabeza.


—¿Pero qué dices?  No es posible.


Ambos hablaron en susurros sobre las posibilidades. Les llenaba de intriga la actitud del chico y lo que logró hacer; aquello fue extraordinario, quien poseía los poderes de los demonios podía hacer ese tipo de cosas y dudaban mucho de que Jung Kook estuviera involucrado con eso. Tratar con seres oscuros era muy peligroso y muy pocas veces quien lo hacía lograba sobrevivir. Entonces descartaron enseguida eso y volvieron a pensar en algo más.

Jin se veía muy interesado al igual que Ho Seok, pero más por anotar en sus libros que otra cosa. Era un coleccionista de sucesos extraños. Buscó una hoja sin nada escrito y una pluma. Se acercó a Jung Kook demasiado, tanto que el chico se inclinó un poco hacia atrás.


—Oye... ¿Has practicado algo de magia?


—¿Qué? —el pelinegro miró a Ho Seok buscando ayuda. Jin se veía demasiado preparado con su pluma para empezar a escribir.


—Jin... Lo estás asustando— lo agarró del cuello de la camisa y lo arrastró hacia otro lado— Deja que se tranquilice un poco más y hablaremos con él.


Jung Kook los volvía a mirar, pero ahora molesto porque no le gustaba que hablaran de él en susurros. Tiró los libros al suelo y se acercó a ambos dando pisotones.


—¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué murmuran tanto?


—Tranquilo, no estamos diciendo nada malo—Ho Seok trató de sonreírle pero la simpatía en ese momento no servía—. Si estás dispuesto a charlar en este momen...


—Sí, claro que quiero charlar—Kook se sentó de golpe en el sillón y se cruzó de brazos esperando a los otros dos—.Bien, ahora charlemos...


Los dos se miraron y asintieron. Parecía que aunque no estuviera del todo bien la necesidad de saber un poco de la vida del chico les obligaba a sentarse a cada uno a un lado de éste. Ho Seok le explicó entonces lo que había hecho, que Tae Hyung lo intentó atacar y que después se vio enfurecido por la situación y ocurrió la explosión de energía que se desprendió de su cuerpo. Jung Kook sentía su corazón inquieto por el miedo que le provocaba saber que había hecho tal cosa. Claro que recordó al chico vampiro que lo quiso matar y eso lo volvió a enojar, también recordó al de cabello gris; aquel que lo dejó solo en esa habitación, aquel que lo mordió y que corrompió su inocencia. Debido a estos últimos recuerdos se sonrojó y agachó la cabeza viendo así sus manos y otra vez ese anillo. Estaba empezando a odiarlo.


—Jung Kook, ¿comprendes que sólo queremos ayudarte? —Ho Seok se lo dijo con toda la calma que pudo ya que el chico parecía haberse ido en sus pensamientos — Tae Hyung quiso atacarte por algo, ¿sabes el motivo?


—Sí...—su mandíbula se tensó. Repentinamente sacó ese anillo de su dedo y lo tiró al suelo —Quiere esa basura.


—Oye, ¿sabes lo que vale ese anillo?—Jin se molestó por su acción. No podía tratar así a una reliquia.


El anillo quedó allí tirado después de dar unas vueltas y chocar contra la pared. Jung Kook miraba la joya con desprecio, no quería saber nada más de ella, si ese chico la quería no iba a arriesgar su vida por un pedazo de metal y una piedra brillante. No le importaba lo que le había dicho el de pelo gris, no creía que algo bueno fuera a salir de todo aquello, además de que su cuerpo volvía a sentir cada sensación de cuando tocó y besó alguna parte de su cuerpo en cuanto ese objeto se ajustaba a su dedo o lo miraba. Se volvió a avergonzar por todas esas escenas eróticas que pasaban por su mente, agitó su cabeza varias veces e incluso se agarró los cabellos.


—¡No, sal de mi cabeza!—gritó, con las mejillas teñidas de rojo.


—¿De quién hablas?— el castaño lo observaba curioso al mismo tiempo que se levantaba para agarrar el anillo. Y cuando lo hizo pudo ver todo eso que estaba en la cabeza Kook— Ah, maldita sea...


Ho Seok se dio cuenta de la cara que puso el mayor, no comprendió su expresión y por qué soltó el anillo de golpe, además de que sus mejillas se tornaron rojas también.


—¿Qué pasó? ¿Por qué pones esa cara?— le preguntó Ho Seok, caminando ahora para tomar el objeto, pero Jin lo detuvo.


—Será mejor que no toques eso. Le pertenece a Jung Kook ahora— Jin miró su mano y sintió un leve ardor, sus dedos se habían quemado al tocarlo.


El pelinegro dio vueltas alrededor del sillón, tenía el corazón casi en la garganta. Esas sensaciones volvían una y otra vez a su cuerpo, el hermoso rostro del vampiro no se iba de sus pensamientos. No quería saber nada más, le dolía el pecho de tan solo pensar cómo alguien podía hacerle esas cosas y dejarlo abandonado. Las criaturas como él solo jugaban con la mente y cuerpo de los más débiles y él fue el objetivo principal de ese chico. Estaba metido en un lío por su culpa, lo único que quería en ese instante era poder olvidar todo y dejar que su corazón no sintiera nada cuando esas imágenes se paseaban por su mente.


—Jung Kook, tienes que llevar ese anillo, ahora eres su dueño— Jin le señaló la joya y luego se miró la quemadura, cada segundo que pasaba ardía más.


—No... No quiero nada de él.


Jung Kook se cruzó de brazos como un niño pequeño que no quería hacer caso de lo que le decían. Miró de reojo el anillo que seguía en el piso y luego volteó el rostro.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro