Capítulo 15
Tae Hyung estaba cegado por la ansiedad y la ira. Era, después de todo, el momento que había estado esperando para atacar a Jeon, para hacerlo sufrir y que Yoon Gi se diera cuenta de con quien estaba metiéndose si creía que podía rechazarlo de tal manera. Querer dañarlo no le resultó dificil de imaginar, prácticamente tenía planeado cómo hacerlo y esperaba no detenerse a pesar de que sabía lo que sucedería. Debido al anillo, su cuerpo experimentaba un intenso dolor, sus músculos se tensaban y algo en su cabeza le molestaba de sobremanera.
El joven pelinegro estaba aterrado, sus ojos no quería perder de vista qué seguía. Tenía miedo y sentía el odio que el otro desprendía con tan solo escucharlo hablar. No quería morir, se negaba a hacerlo, y menos en un lugar como ese totalmente desconocido. Jung Kook sabía que las acciones y los movimientos que el castaño ejercía sobre él eran muy forzados, notaba también que su expresión facial además de mostrarle ira, había algo de dolor. Y, no queriendo dejarse dañar de ninguna manera, tomó ventaja de ello, pensando con rapidez aunque algo desesperado y torpe.
Era consciente de que se enfrentaba a un ser superior, claramente podía salir perdiendo, pero dado que el anillo en su dedo parecía protegerlo, decidió usarlo a su favor. Antes de que Tae Hyung pudiera hacer algo más, Jung Kook sacó fuerzas y logró empujarlo.
Cuando Jung Kook lo vio quejarse por el golpe, se levantó de inmediato y se impuso ante cualquier otro ataque. Cerró ambas manos en un puño, tan fuerte que su piel blanca comenzó a tornarse de un color más rojo. Su mirada se mantuvo fija en el vampiro, parecía que había sido invadido por la valentía de repente, como si nunca hubiese temido enfrentar a alguien. No sabía qué estaba sucediendo con él en ese momento, pero algo le decía que podía ser mucho más fuerte que ese chico, sólo debía dar un paso.
—No vuelvas a acercarte—dijo amenazante, dando dos pasos al frente.
Tae Hyung, en posición de alerta, se dio cuenta de que algo no estaba bien; su plan no salió como esperaba. No creía capaz a un chico como Jung Kook de enfrentarse a él; el anillo era parte de lo que sucedía, era obvio, pero a pesar de eso había algo más de lo que ahora mismo estaba dándose por enterado. Los ojos del chico seguían tan fijos en él como los de un arquero hacia su objetivo, Tae Hyung no estaba seguro de lo que debía de hacer, una extraña energía lo inmovilizó y dejó su cuerpo estático. Pronto comenzó a sentir cómo su cara se calentaba, la sangre que de pronto resbalaba por su nariz, también lo hacía por su boca. Tocó su cara con ambas manos y tan pronto como vio el color rojo, por primera vez en su vida, sintió que estaba realmente en peligro.
—¡¿Qué me estás haciendo?! —gritó el castaño, haciendo que Jung Kook parpadeara varias veces hasta verse inmerso en una terrible confusión.
El vampiro se vio liberado de la tensión que retenía a su cuerpo y aprovechó la oportunidad para salir corriendo de allí lo antes posible por donde había logrado entrar. Claro que, sin haberse dado cuenta del ruido que había generado entre ambos, pronto se encontró con la mirada de dos personas observando cómo escapaba escaleras abajo.
—¡Tae Hyung!— lo nombró Ho Seok mientras que el chico bajaba por las escaleras apresurado, despeinando todavía más su cabello.
—¿Qué está pasando aquí?— Jin miró confundido la situación, primero clavando los ojos en Jung Kook, quien observaba al igual que él todo desde la puerta del cuarto. Luego, con rapidez, miró hacia abajo cómo su compañero trataba de retener al castaño— ¡¿Cómo logró entrar?!
—¡No, Ho Seok, no me toques!
Aún sin comprender la situación, Ho Seok no quería soltar al joven. Observó la sangre que corría por su rostro como si hubiese regresado de algún ataque, entonces sus ojos de abrieron y se dirigieron hacia Jung Kook, quien seguía ahí de pie sin decir nada.
—¿Estás bien?— le preguntó preocupado— ¿Te mordió?
—¡Es mi propia sangre, imbécil!— Tae Hyung se soltó violentamente del agarre, dejando a Ho Seok desorientado con sus palabras—Maldita sea... ¿Qué eres? ¿Cómo es posible que me hayas hecho esto?
Jung Kook fue el centro de las miradas, pero aun así no se veía muy lúcido ante las circunstancias. Volvió a parpadear repetidas veces y, cuando volvió un poco en sí, el miedo se apoderó de él una vez más cuando los ojos de Tae Hyung se clavaron en él. Dio la vuelta tan rápido como pudo y cerró la puerta de la habitación. Jin, ante esto, se encogió de hombros sin entender lo que pasaba.
—¿Cómo entraste aquí...?— Ho Seok se volvió hacia Tae Hyung, con el ceño fruncido.
—¿Eso es lo único que te importa en este momento?— cuestionó el vampiro, intentando limpiarse la sangre del rostro— Me gustaría saber qué hace ese campesino aquí, ¿ahora es parte de su grupito?
—Lo encontramos por la calle y lo trajimos— Jin contestó molesto sabiendo que el joven vampiro había burlado de algún modo la seguridad de su casa—, no íbamos a dejar que se lo comieran vivo, la noche es peligrosa por aquí ¿Y tú qué quieres de él si se puede saber?
Los labios del vampiro dibujaron una sonrisa que terminó en una especie de carcajada forzada. Sus asuntos personales no tenían nada que ver con aquellos dos, por lo que lo único que hizo fue alejarse de ambos sin decirles una palabra. Ho Seok intentó, una vez más, retenerlo y logró hacerlo sin ninguna agresión. No le era del todo extraño que alguien como Tae lograra colarse en la casa, en realidad no le sorprendió. Lo que quería saber era por qué había ido directamente a atacar al pelinegro y qué había sucedido.
—¿No vas a contarme lo que pasó?
—¿Por qué debería de hacerlo? Esto algo entre él y yo. En cuanto tenga otra oportunidad, no dudaré en matarlo.
—Tú no matarás a nadie, nosotros tenemos un trato— Jin se entrometió, recordándole con eso que las cosas podían cambiar si así lo quería.
—¿Trato?— rio el castaño con soberbia— Vamos... ¿Qué hará un humano inútil como tú? No necesito más de ustedes y sus estupideces. Me largo.
Ho Seok dejó que el castaño se marchara; una de las ventanas estaba libre de cadenas, por lo que escapó por allí. Seok Jin, mientras tanto, sin saber qué decir quedó sumergido en sus pensamientos, intentando comprender lo que acababa de ocurrir. Al parecer ahora Tae Hyung no colaboraría más con ellos delatando a otros vampiros de los que debían encargarse, hacerlo por su cuenta no es que fuera una tarea tan complicada, pero con la información que Tae Hyung siempre les regalaba se les hacía pan comido y la caza iba mejor de lo esperado.
Lo que sucedería después de esa situación no podían siquiera imaginárselo. Tae Hyung era un tipo vengativo, podía delatar el lugar de residencia de Seok Jin y todas los elementos que guardaba para la caza podían serle destruidos en una emboscada.
—¿Y ahora qué?—Jin se sentía molesto, su voz sonaba cortante y hasta agresiva— Seguramente cuando menos lo espere veré mi casa destruida por esos monstruos.
—Jin, tranquilo, Tae Hyung no hablará por el momento— trató de calmarlo Ho Seok, aunque no se veía tan convencido de ello —.Debemos hablar con el chico para que nos explique qué pasó.
—Claro, si quiere salir de la habitación... ¿O deberíamos obligarlo?¿Y si no quiere hablar?
Ho Seok no dijo nada, podía pasar cualquier cosa porque, al fin y al cabo, Jung Kook era un total desconocido. Lo que sucedía entre Tae Hyung y él debía de aclararse, y sobre todo el por qué tenía ese anillo en su dedo.
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