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05 ━❝maldad sin limites❞

Kaio estira la mano para atestar el golpe, pero lo detengo a mitad de camino y acaba tirado en el piso nuevamente esa mañana, me río de la mueca de dolor que hace cuando choca con la tierra, aun intentándolo no ha podido lanzarme al suelo ni una sola vez y yo no lo he atacado con magia, solo con mi fuerza. Estiró la mano para ayudarlo a levantarse, habíamos salido de la casa un poco temprano, luego de ver a Klaus metiendo un cuerpo y dejándolo sobre la mesa de centro de la sala principal, muy bien por él. Las cosas se habían tensado con la vuelta de Elijah, o al menos yo las sentía así, el original había vuelto a la casa y parecía ser que su mayor preocupación eran Hayley y el bebé, cosa que me hacía sentir un tanto mal porque había empleado bastante de mi para encontrarlo y mientras cuidaba una loba semiadulta embarazada milagrosamente, me costaba asimilar que quizás yo no era su mayor prioridad y la verdad nunca me había sentido como prioridad de Elijah Mikaelson.

Observo mi reloj y luego miró a Kaio que se está sacudiendo la polera deportiva —Debemos volver, Hayley ya debe de haber despertado y debo vigilar que no coma helado otra vez.

El licántropo parece mirarme un poco con pena mientras asiente y me sigue entre los árboles de manzanas en dirección a la gran casa, Klaus había dejado que Kaio Ariza se quedará en la casa luego de proporcionarnos protección mientras íbamos al bosque a buscar al amigo de Hayley, si, lo sé suena muy raro.

Abro la puerta de la casa, observó el cuerpo de la muchacha aún sobre la mesa de centro y hago una mueca de asco al ver la sangre chorreante, pobre alfombra de doscientos años, me quito el poleron deportivo y lo dejó sobre un gancho, Klaus está sentado en un sofá cerca del cuerpo mientras lee un libro que tiene entre las manos, no veo a Elijah por ninguna parte y tampoco hay señales de Hayley en el segundo o primer piso.

—Ambos están en la cocina —alzó ambas cejas en dirección a Klaus —Elijah salió como un perrito tras ella.

Kaio ha desaparecido de mi lado, me siento furiosa, son celos seguramente. Cuando me acerco a la cocina siento el sonido del cereal cayendo en un plato, sé que no es Hayley quien esta virtiendo cereal en un cuenco porque ella prefiere comer galletas a cereal si es que no se la obliga.

—Veo que ahora preparas desayunos, Elijah —me apoyo en el marco de la puerta de entrada a la cocina, Elijah está apoyado en la encimera mientras sostiene con una mano la puerta del refrigerador, Hayley sostiene una caja de galletas en las manos —Ya te dije hace unos días, nada de galletas para desayunar.

—Ha eso me refería, han sido buenos, tus hermanos y Seraphine —me acerco a Hayley para quitarle la caja de galletas y las dejo en la nevera —Sobre todo Seraphine que es tan amable de alimentarme bien.

Elijah me sonríe cuando Hayley le dice eso —Creo que tengo un poco de instinto materno, lo desarrolle con Marcellus.

Quizás no era correcto decir que el pequeño Marcel había sido la causa de que yo fuera tan maternal, pero si había explorado ese lado con él. 

—Volviendo a las brujas asesinas, algo me preocupa —Elijah le entrega el plato y la cuchara a Hayley, observó la forma en que la está mirando justo ahora, como si una pequeña chispa empezará a crecer ahí, en sus ojos, en su cuerpo.

Mi mano derecha parece cargarse de poder de una sola sentada y me asusto, sé un poco lo que significa, me alejo de Elijah y Hayley, me topo con Rebekah que esta arrastrando fuera el cuerpo de la chica y salgo de la cocina, apretó mis manos delante de mi boca mientras intento calmarme y controlarme.

(...)

—¿Serias tan amable de acompañarme a enseñarle algo a Davina Claire? —suelto la tapa de mi maleta de golpe, está vacía, aun.

—¿Algo como que? —juego con el anillo de mi dedo mientras me concentro en algo que no sean mis sentimientos intentando no explotar —Estoy algo ocupada, Elijah.

—Le ofrecí los grimorios de mi madre y quiero que haga un hechizo para mi, separar a Sophie Deveraux de Hayley —él se sienta en la punta de mi cama —Sé lo mucho que has hecho por ella cuando no estuve.

—Ya que volviste, supongo que no debo hacer nada más —casi le gruño —Al parecer esta bastante bien cuidada contigo.

Él frunce el ceño —Ella necesita de esta familia para ser cuidada, tú eres parte de esto, Seraphine.

Las ganas de gritarle están ahí, como aferrándose a mi garganta y una parte de mi quieren que salgan y que destrocen todo, quieren expresarse y soltar, porque verlo ahí, tan preocupado por alguien a quien conoce hace cinco minutos me hace sentirme mal, me hace querer gritar y golpear su estúpido y hermoso rostro, rasgar su ropa con mis uñas y llorar, llorar tan fuerte que incluso en España pudieran escucharme, quizás no solo se trate de celos, quizás se trataba de querer que Elijah note un poco más que yo daría mi vida porque él viviera un poco más que yo. Seraphine Morningstar daría su vida por Elijah Mikaelson y su familia, pero él es el único en esta tierra que nunca se ha dado cuenta de eso, ni de cuánto le quiero.

—Bien, iré contigo —logro decir, agarro mi telefono que esta en la mesita de noche —Solo porque ella necesita de mi, pero espero mi recompensa.

Elijah fue rápido para llegar hasta la iglesia Santa Ana, Davina aún estaba en ese lugar porque según una rápida puesta al tanto la misma bruja había evitado que Marcel la sacara de la ciudad como medida de protección contra las brujas, tengo entre las manos unas hojas de los grimorios con los que Esther me enseño un poco de magia antes de morir, cuando llego hasta el ático, los dejo sobre una mesita.

—Hola Davina —le medio sonrió al verla sentada sobre su cama —Elijah me pidió que viniera con él para enseñarte unas cosas, y si te gusta lo que te enseñe, puedo seguir haciéndolo, una magia como la nuestra debe ser controlada.

—¿Eres Seraphine, no? —yo asiento —La bruja/demonio hija de Lilith que crio a Marcel Gerard, él me hablo de ti.

Le sonrió —Esa soy yo, Seraphine Morningstar, hija de la perra de Lilith.

Ella se ríe.

Cuando le explico lo del hechizo de separación con la cuerda atada, Davina Claire me recuerda a mi cuando salí de la burbuja, sin saber mucho y con un gran poder ahi dentro, sin duda alguna, me gustaria enseñarle todo lo que sé a esa adolescente que espero no sea tan inestable.

—No es tan difícil, la cuerda es un lazo de sangre y solo debes seguir las instrucciones y creer en ti, siempre debes creer en ti —Ella asiente, Elijah está en un borde del ático como dando ánimos —Muy bien, debes desatar el nudo, repite lo que dice el papel y siente como tu magia fluye por ti, esto requiere mucho poder, pero solo intentalo.

—¿Por qué no lo haces tú? 

Trago saliva —Porque quiero que tu aprendas, tú solo vivirás unos pocos años, yo puedo vivir otros mil y conseguir hacer este hechizo, de todas formas yo ayude a crearlo, es uno de los últimos hechizos de Esther Mikaelson.

Elijah se para detrás de mi —Klaus me necesita para algo, continúen.

Y solo desaparece, espero no tener que volver a encontrarlo con una daga en el pecho.

—Tú puedes hacerlo, Davina —le hago un intento de porras con las manos —Eres mas poderosa de lo que crees, todas lo somos, y lo mejor de todo eso, es que nadie se espera que un rostro tan lindo como el nuestro pueda desatar una maldad sin límites.

—Eres bastante buena con los discursos motivadores —ella me sonríe —Serias una buena madre.

Eso se siente como una puñalada en el pecho, duele, arde y quema, me llevo una mano a la parte baja del vientre y palpo donde tengo la cicatriz —Una pena que mi madre me quitara mi único hijo y la posibilidades de otro.

—¿Tú y... —ella se sorprende mientras sostiene la cuerda entre sus manos.

—Elijah, antes de que fuera vampiro, fue hace mucho tiempo y desde entonces nunca he dejado a los Mikaelson, son la unica familia que podre tener, y nunca he sido lo suficientemente valiente como para dejarlos atras.

Ella suspira —Una mujer como tú, que puede desatar una maldad sin limites con solo chasquear los dedos, no deberia de tener miedo de buscarse una vida.

Y la verdad es que Davina Claire, con mil años menos que yo y bastante menos experiencia en este cruel mundo, tenia razon, alguien como yo no deberia de tener miedo de avanzar y de soltar.

(...)

—¿Como te fue con la bruja? —ruedo los ojos cuando Rebekah me pregunta.

—Yo tambien soy una bruja, y Davina es adorable —me trueno los dedos mientras observo un grimorio de Esther —No muy bien, ella nunca a usado su magia con un hechizo asi, no funciono. Puede que yo llegue a un acuerdo con ella para que no me delate con Marcel y asi cotar el vínculo.

—¿Por qué cuando hablas del vínculo siento que te refieres a otra cosa? —yo me mofo y niego lentamente.

—¿Donde está Hayley? —me levanto de la silla —¡Hayley! 

Espero a que ella responde, pero no lo hace —Esta arriba, paso algo raro hace un rato, sintió una punzada y tenia sangre en el cuello.

Subo las escaleras —Llama a Elijah, tengo un mal presentimiento sobre eso.

Me encuentro a Hayley recostada en su cama, esta quejándose y se ve sudorosa, tiene las manos sobre el pequeño vientre —Voy por un paño húmedo, no te muevas mucho. 

Eso de la fiebre no se veía muy bien, agarró una toalla del baño y la mojo, vuelvo con Hayley casi corriendo y chorreando agua por la habitación, dejó la toalla sobre su frente, coloco mi mano sobre su pecho y lo siento demasiado caliente.

—Rebekah ayúdame a quitarle la ropa, hay que ponerle algo mas liviano —le quitó las botas y los calcetines y los pongo a volar por la habitación —Van a estar bien.

Me pone nerviosa que algo pudiera pasarle a Hayley y al bebé, sobretodo porque la fiebre no significaba nada bueno en una mujer embarazada.

—Me siento como en un microondas —se queja Hayley.

—Que estés esperando un bebé no significa que actúes como uno —le dice Bekah mientras le acomoda la camiseta —Elijah estará aquí pronto, estarán bien.

—Klaus tambien deberia venir, al final ese bebé es de él —casi lo gruño mientras paso el pijama por la cabeza de Hayley —Estoy suponiendo que Hayley no se auto embarazo de un bebé híbrido que todos creen es el anticristo.

Elijah entra por la puerta y su cara de preocupación podría verse desde fuera de la casa, Sophie Deveraux venia con él, salto de la cama en su dirección y le doy un empujón.

—Esto es tu culpa, maldita bruja ambiciosa —le gruño, por un segundo creo ver un borrón rojo.

—Solo vengo a ayudar.

Rebekah se mofa —Estamos en esta situación por tu culpa, tú decidiste unirte a Hayley y ahora está ahí, enferma.

—Rebekah, Seraphine, dejenla que ayude.

—Yo podria hacer esto sola, soy mucho más poderosa que esta bruja de quinta que no sirve ni para protegerse sola —le dedicó una mirada de ojala te mueras pronto y te pudras en el infierno con los demonios de Lilith —Yo hare el hechizo de separacion.

—Puedo bajarle la fiebre mientras tanto, necesitaré unas hierbas especiales —Rebekah se separa de la cama —Les haré una lista.

—Bien, me gusta ser servicial.

(...)

—Tu madre no tenía otra copia del hechizo, no puedo llevarlo a cabo sin la hoja que tiene Davina, pero le pedí que lo siga intentando cuando la deje esta tarde, ella podra —apretó los puños mientras veo a Hayley al borde la piscina —Debemos seguir con el plan de Sophie, por cierto, ¿donde esta Niklaus?

—No importa, Hayley se está quemando por dentro —Elijah se quita la chaqueta de su traje —necesitamos hacer esto ahora.

Lo veo correr hacia ella y trato de solo pensar en que se trata de ayudarla a que ese bebé, que es la redención de su hermano menor, esté bien. Elijah se deja caer en la piscina y la ayuda a entrar en ella.

—¿Necesitas ayuda? —le pregunto desde el borde la piscina, estoy por quitarme las botas, pero el niega mientras se mete hacia el fondo de la piscina.

Sophie tambien se mete en la piscina con un vasito, me siento inutil parada en el borde de la piscina sin poder hacer nada, meto mi mano al agua y con un hechizo que me había enseñado una bruja aquí en Nueva Orleans enfrió un poco el agua para que lo que la bruja Deveraux planea funcione de mejor manera.

—No va a funcionar —le dedicó una mirada mala a Rebekah mientras aun tengo mi mano en el agua.

—Davina romperá el vínculo, ya veras, ella es fuerte —suspiro —Igual que Hayley y la bebé.

Puedo sentir como la magia que unía a Hayley y a Sophie empieza a desaparecer, sobretodo lo sé porque Hayley deja de gritar y Sophie tiene una mueca de decepción. Ella anuncia que se elevó y se pincha la mano para verificar, Elijah mira la mano de Hayley y esta no tiene nada, ella se le queda mirando y el a ella, y parecen ahi metidos en su propio mundo, y la chispa de esta mañana volvía a aparecer en los ojos de Elijah y estaba tambien en los de Hayley.

Sacó la mano de la piscina y me doy la vuelta para entrar en la casa, me siento mal, tengo los ojos aguados porque hay una maleta a medio hacer arriba que me espera, porque por primera vez en mil años, yo no quería quedarme a ver como Elijah se enamoraba de alguien más y se olvidaba de mi.

La ropa que apenas había desempacado acaba en la maleta sin mucha dedicación al doblar, me he cambiado la camiseta, y tengo la chaqueta puesta cuando termino las dos maletas.

—¿Que haces? —me pregunta Elijah mientras entra en la habitación, toma el saco que dejo colgado sobre la silla del escritorio la noche anterior —¿Donde vas?

—Me voy.

Tengo los ojos llenos de lágrimas, dejó la maleta en el piso y la junto con la otra —Yo...He estado contigo siempre, pero no más, Elijah, necesito conseguirme una vida.

El se esta abotonando las muñecas de la camisa —Podemos hablar de esto cuando vuelva, perdoname si te herí, perdón, Seraphine.

Yo niego mientras agacho la cabeza, siento las primeras lágrimas brotando, Elijah se va en búsqueda de su hermano y yo tomo mis maletas, que no solo contienen mi ropa y zapatos, tambien están los pedacitos de mi corazon, del corazon de una mujer que puede desatar una maldad sin límites, arrastro las maletas hasta la puerta, pero me detengo cuando la siento.

—Hola, madre —me giro quitándome las lágrimas de la cara —¿Vienes a ver como me destrozan?

—Vengo a evitar que te vayas y arruines un trato que tengo con alguien —ella se acerca hasta mi y un portal se abre en el piso, un frasco sube hasta su mano —Aqui mi golpe maestro, solo debia decidir cuando usarlo, creo que es momento.

—¿Planeas matarme? —abro los brazos —Hazlo, estoy lista, arranca mi agonía, Lilith. Toma mi poder, hazme cenizas como has querido todos estos años.

Ella se ríe —Siempre tan dramática, Seraphine. En realidad estoy aquí para darte más ganas de luchar y de vivir. Porque aun te falta hacer algo aquí.

Mi madre saca lo que hay en el frasco que está marcado con runas, lo sostiene en la mano, parece flotar en una nube muy blanca y luego lo impulsa hacia mí, con fuerza, pero aun cuando espero el impacto en el pecho, este va hasta mi vientre, y me siento rara, se me remueven las entrañas y siento que me hincho entre las caderas y un poco más arriba.

—¿Que me hiciste? —me llevo las manos al vientre, siento como algo se mueve ahí dentro y siento minúsculos latidos como los del bebé de Hayley.

—Supongo que sabes que la maldad sin límites de tu madre, te ha devuelto a tu hijo solo para que no te alejes de los Mikaelson —ella pone su mano en mi frente y y me empuja hasta la cama, donde me dejo caer porque su tacto me ha generado cansancio y pronto ya no siento nada.

O mas bien, solo siento como mi madre en su infinita maldad, nunca deja de ser una perra con un az bajo la manga.


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BUENAS NOCHES, ESPERO QUE LES GUSTARA

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