01━❝y cuando es momento de volver❞
Una vez una bruja que mate me dijo algo tan simple, pero que caló tan hondo en mi alma, corazón y en todo mi ser, ella dijo siempre vuelves al lugar donde fuiste feliz e infeliz a la vez y luego yo le corte el cuello de lado a lado con mis uñas, pero aun así la frase de la bruja se había quedado metida ahí dentro de mi, cada vez que avanzabamos por el mundo y yo pensaba en esos lugares, la respuesta a ello primero fue Mystic Falls, ese lugar tenía mi mayor felicidad y pena, había derramado sangre en ese lugar, también lágrimas y había llenado el bosque con mis risas cuando huía de Klaus a través del bosque o cuando hacía algo con mi magia que resultaba chistoso que nos hacía reír a mi y a Rebekah. Luego con el paso del tiempo, Nueva Orleans tomo el segundo puesto en mi lista de lugares, habíamos llegado a ese lugar con la esperanza de un nuevo comienzo, aunque yo podía tenerlo cuando quisiera, pero no podía dejarles, o mas bien no podia dejar a Elijah y su misión de convertir a su hermano en su mejor versión, fuimos felices hasta que Mikael llegó y destrozó demasiadas cosas, entre ellos a Marcel, lo dimos por muerto tras ver el teatro quemarse, Rebekah sufrió demasiado aquella vez, había sido terrible la verdad, años después descubrí que mi madre había metido sus garras en todo eso también. Nueva Orleans había tenido mi llanto tambien, por mis pérdidas y tambien tenia mi risa y mi amor.
—Espero que sea una broma, Elijah —me acomodo la toalla alrededor del cuerpo mientras apoyo mi cabeza y teléfono contra mi hombro derecho humedecido —Dijiste que solo verías que pasaba y volverias.
—No he podido encontrar a Klaus, Marcel está vivo controlando una legión de vampiros fuera de control —retiro lo dicho sobre su pérdida —Las brujas están subyugadas y tal parece que mi hermano no tiene ni idea de donde se ha metido.
—Genial, sé lo que viene ahora, Elijah —doy un suspirito, me muevo por el cuarto de baño y salgo por la puerta que lleva hasta la habitación que ocupó en esa gran casa —Tomare un avion esta tarde, te ayudare.
—¿Como sabias que te pediría algo así? —yo me encojo de hombros al mirarme en el espejo mientras me paso los tirantes de mi brasier, ahí abajo en el vientre tengo una cicatriz que me recuerda siempre lo que mi madre me hizo y tambien me recuerda el gran amor que tengo por Elijah aunque quizás el no sienta lo mismo.
—Intuición, esperame que iré en tu rescate —medio sonrió cuando cuelgo el teléfono.
(...)
Son pasadas las ocho de la noche cuando pisó New Orleans, hice la mitad del camino con magia y la otra mitad en mi auto, lo deje tirado a mitad de camino cuando se me acabó la gasolina, volvería por él más tarde o al día siguiente, el barrio francés ha cambiado un poco desde que nos fuimos, pero el espíritu alegre que lo caracteriza sigue ahí, la música y los desfiles eran mi parte favorita y más amada de esta ciudad, me paseo por el lugar con las manos metidas en los bolsillos de mi chaqueta gris, amaba ese lugar cuando vivimos aquí, hasta que las cosas se complicaron, hasta que las brujas trataron de usarme para descubrir cómo llevaba tantos años viva, ellas habían sido las que hicieron contacto con mi madre y así fue como ella se alió con Mikael, el padre de Elijah, Klaus y Rebekah.
La cara que tiene Klaus mientras se acerca hasta mí es de enojo puro, la misma cara que le vi la noche después de que su madre suprimiera su lado lobuno, elijah se aparece frente a mi mirando en dirección a su hermano.
—Niklaus —yo solía llamar de esa forma solo de vez en cuando a Klaus, solo para fastidiarlo de vez en cuando.
—Es una trampa, hermano —término de acercarme hasta ellos y ladeo la cabeza —Veo que llamaste a la caballería.
—Esto es un obsequio, hermano —Klaus deja de caminar cuando pasa junto a nosotros, pongo mi mano alrededor de su brazo izquierdo para evitar que haga algo más —Para ti y para todos nosotros. Es una oportunidad.
Carraspeó llamando la atención de ambos —¿Me explican que paso?
—Me alegra que llegaras a tiempo para hacer entrar en razón a Niklaus —dice Elijah posando su mano en mi hombro derecho —Hay una chica embarazada, Klaus será padre.
Abro los ojos de par en par, se me forma un nudo en la garganta mientras analizo las cosas, todo se ma hace un revoltijo en la cabeza al darme cuenta de que ha sido el lado licántropo de Klaus al ser despertado por mi hace un tiempo atrás.
—¿Y por qué esto sería una oportunidad? —le pregunto a Elijah —Quieres redimir a tu hermano con esto —Lo ultimo se lo digo en un susurro intentando que Klaus no escuche nada, pero es obvio que el va a escuchar con su fantástico odio de híbrido. Elijah había estado intentando llevar a Niklaus por el lado correcto desde siempre, pero el híbrido no se dejaba ser llevado hasta ahí, él quería gloria, que le temieran y hacer las cosas a su manera, pero Elijah seguía intentando sobre todo después de que la maldición fue quitada de su hermano menor.
—De comenzar de nuevo —Klaus se safa de mi agarre y empieza a caminar —De recuperar todo lo que perdimos, todo lo que nos fue arrebatado. Niklaus, nuestros propios padres nos despreciaban —Elijah avanza hasta su hermano y yo soy la unica que queda atrás —Nuestra familia fue arruinada, fue la ruina y desde entonces todo lo que has querido, todo lo que nosotros hemos querido es una familia.
Klaus se queda en silencio pensando que decir, doy pasitos hasta ellos —Klaus, escucha a tu hermano, lo que esa mujer lleva en ella es a tu bebé, es tu oportunidad de cambiar, de demostrar que no eres el monstruo sin corazón que todos creen que eres.
—No me van a manipular —el gruñe —Ninguno de los dos, ni las brujas con un falso bebé mío, ni tú con tus demonios.
Parece escupir las palabras hacia mí, sé perfectamente a que se refiere con demonios, se está comportando como un completo idiota, un maldito idiota que se niega a ver lo que tiene frente a la narices.
—¿Ah si que te están manipulando? —Elijah aparece al otro lado de Klaus cuando este se da la vuelta —Con este trato, la chica y su hijo, tu hijo, vivirán.
—Por una vez en tu vida, Klaus —pasó saliva, quito las manos de mis bolsillos —Deja de pensar que la gente conspira contra ti para hacerte débil, la familia es poder.
—Voy a matar a todos y cada uno —declara, le da un empujón a Elijah y a mi me mueve con fuerza con su brazo.
—Deja de comportarte como un idiota, Nik —me acomodó la chaqueta gris mientras veo a Elijah ponerse delante de él nuevamente —Haz las cosas bien maldita sea.
—¿Qué harás después de matarlos a todos? —el original abre los brazos —¿Volverás a Mystic Falls donde retomaras tu vida como el odiado?¿como el malvado híbrido? —se acerca a su hermano, siento el enojo de uno de los dos chisporrotear en el ambiente —¿Es tan importante para ti que la gente tiemble de miedo al escuchar tu nombre?
—La gente tiembla de miedo porque to tengo el poder de hacer que lo hagan —Klaus esta bastante enojado.
—Tienes el poder de hacerlo porque nos tienes a nosotros, a tu familia —le digo yo, le pongo la mano en el hombro y estoy lista para ponerlo a dormir con magia, pero recuerdo lo de las brujas reprimidas en este lugar —A la bruja que te libero del encierro puesto por tu madre, a los hermanos que luchan junto a ti aunque les claves dagas en el corazón y los hagas dormir por noventa años, por eso eres poderoso, porque tienes una familia detrás que te ayuda en todo.
El se mofa —Quizas sea asi, pero, ¿que me da este niño?¿me dará poder?
—La familia es poder, Niklaus —Elijah se aliza en traje —Seraphine ya te lo dijo.
—Muy lindo viniendo de alguien que no tiene a nadie en este mundo además de una familia de vampiros a la que se ha aferrado demasiado, ni siquiera tiene un heredero, ni podrá tenerlo —saco la mano de donde la tengo y me pongo recta mientras niego.
—Tienes razón, técnicamente no tengo a nadie, mi madre me odia y me arrebato a mi hijo hace más de mil años atrás, y quizás si, me aferre a ustedes con uñas y dientes, pero lo que yo he hecho todos estos años por ti, por todos ustedes, es el claro ejemplo de lo que hace uno cuando tiene una familia —hago una mueca con la boca para evitar las lágrimas —Pero tú eres demasiado terco para entenderlo. Haré el trato con las brujas, un niño con el padre incorrecto no tiene porque pagar las consecuencias, ni tampoco la madre que se metió en la cama equivocada.
Elijah me agarra del brazo cuando pasó a su lado cuando me empiezo a encaminar al cementerio —Las brujas no harán un trato contigo, Seraphine.
—Claro que lo haran, soy Seraphine Morningstar, tengo conocimientos que puedo ofrecerles y ademas, si quieren que mate a alguien lo haré —me giro hacia Klaus —Porque alguien no está dispuesto a dejar de ser un maldito, tienes la misma cara que tenía Mikael cuando te veía.
Mis tacones suenan en las baldosas mientras me muevo por Nueva Orleans en dirección al cementerio, los ancestros descansan en ese lugar, cuando llego muevo la reja metalica con cuidado y esta rechina, entró en la tierra santa donde los Vampiros tienen prohibido entrar sin ser invitados. La cripta donde las brujas están reunidas está bastante iluminada por lo que las encuentro muy pronto, una chica sale desde el lugar impidiendo el paso, sé quien es, me lo dicen mis instintos.
—¡Sophie Deveraux! —le digo a la chica morena frente a mi —Te sentí en los huesos.
—¿Qué hace aquí alguien de tu clase?
Yo frunzo el ceño —¿de mi clase? Soy como tú, solo que mejorada y con algunos trucos bajo la manga —junto mis manos frente a mi y me miro un poco la manicure —Vengo a ofrecerte un trato a cambio de la chica.
—Solo haremos tratos con Klaus, ¿crees poder controlarlo?
Las palabras quedan en mi garganta porque alguien responde por mi —Claro que si, juntos podemos. Aunque tu aquelarre desató su ira, quizás sea difícil, entreguenme a la chica y lo intentaremos, él y nosotros haremos lo que quieran.
—No lo creo, una vez que lo convenzan, vengan por ella —ella se pinchó un dedo con un alfiler que tenía en su bolsillo, alguien gritó desde dentro —Tienen hasta medianoche, pasado eso, diganle adios a Hayley.
(...)
Marcel está en un bar del barrio francés, empujó la puerta cuando entro, me acomodo el pelo y me quitó la chaqueta tirándola en el asiento justo frente a él, esta alza la cabeza sorprendido, no me sonríe ni yo lo hago, muevo la silla hacia atrás y me dejo caer en ella, cruzó las piernas una sobre otra mientras le miro divertida.
—Es extraño ver al niño que ayudaste a criar y que nisiquiera te de una bienvenida —le digo con un deje de ironía —pero más extraño es que lo creíste muerto por más de cien años y resulta que está vivo, ¿de casualidad hoy es domingo? Porque parece Domingo de resurrección.
—Tanto tiempo, Seraphine —se lleva el vaso que tiene en la mano a la boca —Nunca pensé volver a verte pisar el barrio francés.
Yo me mofo —Siempre se vuelve al lugar donde se fue feliz, ¿no?
—¿Que haces aqui?
—De visita, tal como otros dos hermanos originales —alzó las manos —Si te preguntas por Rebekah, ella está muy bien y ya sabe que estás vivo.
—¿A qué viniste a mi ciudad? —inquiere él, eleva un poco el tono de voz, parece molesto y a la vez está nervioso.
—¿Tu ciudad? —me río —Este lugar lo fundamos nosotros, de hecho yo fui quien llamó a la brujas a este lugar, ¿no lo recuerdas?
—Tal parece que no tienes nada muy importante de qué hablar —se levanta de la mesa mientras le da un último sorbo a su bebida —Te recomiendo volver a donde estabas antes, mandale mis saludos cordiales a Rebekah.
—¿De esta forma se le habla a la mujer que te calmaba por las noches cuando tenías pesadillas, Marcellus? —me giro en mi silla —¿O a la mujer que trato de ayudarte cuando Klaus casi te mata por estar con su hermanita?
El se para en medio del camino hasta las afueras, se gira sobre los talones mientras niega lentamente —¿A eso viniste?¿A recordarme lo débil que fui alguna vez?
—La verdad es que no, solo quería mencionar el pasado que nos une —me levanto de mi silla —Sé que uno de tus hombres fue mordido por Klaus y adivina, la sangre de él, puede curarlo.
—¿Que quieres a cambio de la sangre de Klaus? —yo frunzo los labios mientras tomo la chaqueta gris.
—Devuelve el cuerpo de la bruja Jane Anne Deveraux y deja que su gente la entierre.
El chasquea la lengua —¿No son esas las mismas brujas que te sometieron y dejaron tan mal, por qué las ayudas?
—Es algo que no te importa, Marcel —los tacones suenan en los tablones de madera cuando me muevo —No te metas en mi camino, ni tampoco con mi magia, sé cosas que podrían acabar contigo y lo sabes muy bien, Marcel Gerard.
—¿Me amenazas?
Niego con la cabeza mientras pongo cara de diversión —Es solo una linda advertencia, cariño.
Salgo del bar sintiéndome gloriosa, no hacía algo parecido a una amenaza hacia bastante tiempo, nunca había amenazado a los hermanos Salvatore o a alguien mas, de eso se encargaron los demás, yo solo hice los hechizos y conseguir una que otra informacion, pero nada más allá, pero hacerlo ahora me recordaba a mi en el pasado y mis grandes hazañas de protección, volver al barrio francés no solo era volver a los recuerdos, era volver a la esencia que deje atrás cuando dejamos este lugar, era volver a luchar por mi y lo que creía correcto, era luchar por algo que permitiría hacer mejor las cosas para mi familia y sobre todo, me abría el camino a mi para ser feliz por una vez en mucho tiempo.
AHAHAHAHAHAHAHA
VERDADERAMENTE ESTO ES TAN RARITO, PORQUE YO CASI NI ACTUALIZABA AQUI, pero aqui estamos, mostrando un poquis de lo que Seraphine cree sera su felicidad, pero buenoooooo, ya sabemos como son estas cosas, jeje.
Para ella es como un final, pero verdaderamente es el inicio de un poco de bastante caos, hasta ahi se las dejo.
pd: si tienen dudas, dejenlas aqui
UN BESO GIGANTE
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