👣19👣
☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆
¿Cuanto durará esta mentira?
Mis alas se han carcomido entre la esperanza y el anhelo.
¿Cuando será que estaremos finalemente juntos, mi demonio?.
◇
Xanxus terminaba sus labores un día más en aquella iglesia. Correteando algunos niños traviesos, reprendiendo a Margareth tras encontrarla acosando a una de las pequeñas hermanas de la iglesia.
Pasando de tareas tras tareas.
Hoy le tocaba mantenrse en sagrada vigilia ante la figura santa del ángel de la pureza al que más se le rendía culto en esas tierras.
Era una idiotez.
Decenas de jovenes venían a profanar a aquella estatua casi todos los días, pero las damas casaderas y los jovenes mozos enamorados venian a rezarle por buena fortuna, si se mantenian en la rectitud posiblemente y les fuera realmente bien.
Las madres rogaban por sus hijos y los ancianos le agradecían su vida por si fue buena...por si fueron amados.
Ya ni al Dios regente del cielo le daban tantas alabanzas.
El sol no tardaba en esconderse. Con pesadez el joven azabache aflojó las correas de su sotana.
Venia lo más pesado de su día.
Prepararse para pasar la noche frente a una fría estatua era horriblemente tedioso y laborioso ya ni las novias se preparaban tanto para casarse con sus novios.
Lo primero era deshechar toda impureza del día sobre su cuerpo lavandose con agua tibia y diversos aceites de dulce olor.
Debia frotar su piel con distintos petalos frescos de las flores más hermosas que pudiera cultivar.
Una vez limpio debía salir del baño sin secarse ni cubrise y llegar ante el altar donde debia postrarse desnudo y dócil ante la estatua por un largo tiempo sobre un manto de color naranjo.
La luna debía de entrar por la ventana y esa era la señal de que era recibido.
Para vestirse solo debía usar una fina capa de seda blanca atada a la cintura por un cinto de oro una vez el ángel lo recibiera.
Sino funcionaba había otra cosa por hacer pero si era efectivo entonces debía rezar...Nada en concreto pero si mantenerse rezando toda la noche sobre o ante los pies de la estatua hasta el amanecer sin abrir los ojos en ningun momento. Dandole la espalda a la entrada.
Las reglas de no abrir los ojos y no tener pensamientos "pesados" en el corazón durante la noche era esencial según las largas clases de Dino sobre como llevar a cabo los rezos nocturnos.
Bola de pesados...
Mientras trataba de relajarse se quejaba a sus adentros pues una vez dentro de las puertas del autentico templo solo debia estar vacio o bien, lleno de gracia y plenitud.
Aunque debía de admitir...El baño con flores y aceites le parecía algo agradable.
Era lo unico medianamente bueno de todo ese show barato.
No era como si la piedra con forma de persona fuera a bajar para estar a lado de un simple mortal.
Solo había oficiado esa ceremonia dos veces en su corta vida, esta seria la tercera.
Lo curioso es que solo gente pura de corazón, personas benevolentes o bien los virginales discipulos debían de participar.
El no era puro de corazón...ni benevolente...pero si virgen.
Y asi seguiria por muchos años más.
Pues no pensaba más que quedarse dentro de aquella iglesia viviendo hasta sus ultimos días en paz.
Paso a paso escuchaba el eco de su andar.
Esos pasillos oscuros iluminados apenas por algunas luces suaves de velas pequeñas.
El recinto dedicado al ángel guardian de todo lo puro era el más resguardado en todo templo.
Se moría de frio, el cielo oscuro de la noche no parecia mostrar señales de luz de luna.
-Tsk...- Su corazón debía permanecer en calma.
No debia mirar atras...solo al frente y una vez se arrodillara a esperar la luz de la Luna...podría cerrar los ojos y de paso cubrir su piel un poco.
◇
Oeeeeeeeeee...
OOOEEEEEEEE~
-Oh vamos querido amigo no puedes ignorarme para siempre.-
Una voz siniestra llamaba entre dientes al muchacho que descansaba sus piernas sobre el pasto marchito que le rodeaba entre la penumbra.
Tantos años y nada había cambiado en ese eternamente oscuro lugar.
Solo las voces agonicas...llantos y eternas maldiciones que debes en cuando rompían el tortuoso silencio.
-Oe Oe Niño niño, Ya dinos como es allá arriba...¿Cuantos humanos te diste? Ohhh~ ¿Fueron angeles...demonios?-
Risas llenas de amarga burla resonaron incontables y sin control.
El castaño se mantenía indiderente a sus palabras.
Desde la ultima decada a el se le habia dado un inusual permiso. Podía ir o venir de cualquier reino sin problema siempre y cuando no fuera atrapado.
Todos los que estaban en ese abismo eran almas sin descanso...no eran ni siquiera demonios.
Ellos mismos se decian Errantes.
No habia lugar para ellos pero todos querían ir a algun lugar. La razón por la que debes en cuando alguien era elegido para salir a la superficie era para tomar energias de los humanos, corromper almas, cumplir bajas pasiones o una que otra venganza de seres asquerosamente inferiores.
Su trabajo en los ultimos años había sido doblegar corazones debiles, seducir hombres y mujeres a pecar para luego tomarles la energía.
E
l alimento de los errantes...Cuando los seres que cayeron en sus vicios al final eran arrastrados a la misma oscuridad que ahora les daba cobijo a ellos era muy divertido.
-No perdere mi tiempo hablando contigo, no vale la pena- Pronunció con pereza extendiendo lentamente su par de alas ahora más grandes y siniestras. Acomodó sus ropas que apenas cubrían su esbelta figura delicada.
Iría a dar una vuelta al mundo mortal, no tenía otra cosa que hacer. Las voces de sus compañeros realmente le causaban hartazgo.
Y el no estaba para estar soportando a esos irritantes errantes cuando en realidad podía subir a la tierra a jugar.
▪︎¤◇¤▪︎
Una gota de sudor frió se corrió por sus mejillas cuando aún entre los rezos manteniendo los ojos cerrados en todo momento había cometido un pequeño error.
Debido al asfixiante frió que sentia calarle hasta los huesos se cubrió con una manta de seda fina los pies.
Una vez cometió esa acción se sintio infinitamente agotado.
Con escalofrios por todo el cuerpo y una sensación de ser observado por todas partes.
El sonido de un ligero taconear llamo su atencion.
¿Margareth? Esa mujer blasfema...o...no, no era ella
Una risita melodiosa y cantarina se hizo sonar con el eco del templo.
-¿Ahora los sacerdotes ya no aguantan nada? O por que has decidido romper tan sagrado voto...Aunque dudo que a ese angelito de ahí le guste andar viendo gente desnuda- La voz sin duda le pertenecia a un hombre joven.-Aunque a mi realmente no me importa.-
Xanxus no paró de rezar sin abrir los ojos aun cuando tuve que morderse el labio al sentir algo mojado acariciar sus omoplatos.
Sintiendo un extraño liquido recorrerle hasta su espalda baja.
Fue cuando el ser que estaba molestandolo se pasoal frente que titubeo.
La fuerte mordida a su clavicula lo hizo abrir los ojos, revelandose un par de orbes de tono rojizo iluminados por la luna.
El ser se puso frente a Xanxus y le tapo los ojos.
-Ah~ No dejare que me veas, tendré que venir a jugar otro día.-
Canturreo mientras escuchaba gritos de las puertas externar.
Xanxus quedo cegado cuando el Ser le quito la mano de encima. Le habia robado la luz de los ojos y encima de eso tomo la castidad de sus labios en habil beso.
No supo como pero el sueño se apodero de el.
Los gritos del padre Dino se hicieron escuchar...¿Que hacia el ahí?
Poco a poco se dejo llevar por el sueño y el cansancio.
《◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇》
Aprovechando el tiempo libre a causa de la fiebre de la Astrazeneca :3 jiuuu
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro