Dulce y exquisita condena que aprisionas mi alma haciendome desear probar del fruto prohibido.

Que haces mi cuerpo arder ante la tentación.

Oh Mi dulce y exquisito dilema me confunde.

Dejame llenar tu cama con mi calidez y deja que yo tome tu cuerpo hasta hacerte temblar de placer.

Envuelveme...

Dame tu luz, yo te daré mi oscuridad.

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-¿Quien eres y que haces aquí?-
Susurro al joven de radiante sonriss jovial frente suyo quien le ofrecía la mano.

Otra vez ese sueño, esa ilusión.

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Al finalizar su día había tomado un baño antes de ir a la cama, no sin antes poner cinco seguros a la puerta y dos  a sus ventanas.

Xanxus preparo su dormitorio, acomodando todo, colocandose una larga bata blanca atada por dos  cordones a su cintura.
Se acomodó entre las sabanas grises y sus almohadas.
Al dormir dio una ligera plegaria encomendando su descanso al guardian de los sueños tranquilos, Chrome y la vitalidad a el guardián Ryohei.

Apenas se quedo dormido y esa dulce risa lo envolvió.

Sus sentidos se sintieron atrapados por esa bella imagen.

-¿Por que tardaste tanto? Sabes que no debo alejarme por mucho tiempo-
Era ese chico de nuevo, un chico castaño de mirada inocente y alegre, haciendo un dulce puchero.

Una piel blanca como las nubes que se alzaban orgullosas en el cielo,labios delgados y de un bello color cereza.

Vestido con una corta toga blanca y lleno de adornos dorados.
Una gargantilla en su cuello, pulseras que tintineaban con cada movimiento de sus manos, una preciosa tiara de piedras resplandecientes en su alborotado cabello castaño.

Un cinto de oro y varias incrustaciones de piedras preciosas que lograba acentuar su angelical figura.

Las cintas café que trepaban por su piernas lucían más que el simple calzado del muchacho.

Ese par de alas grandes y poderosas era toda una visión.

-¿Quien eres tu, escoria?-
Su voz no sonaba del todo suya.
Era más profunda y oscura.

-Xanxus que grosero-
El chiquillo lanzo un grito indignado, cruzandose de brazos bajo su pecho.
-No puedes tomar mi virginidad ,si eres así conmigo-

-¿Tu que?-

-Xanxus, ¿Te pegaste en la cabeza?- la risa del chico era tan suave, como un arullo, lo vio acercarse, ese sonido de campanas lo adormecia, al fin lo tuvo frente a frente.

Era demasiado bajo, sus manos eran pequeñas...como un muñeco de porcelana ,frágil y hermoso.

-Tu nombre...-

-Mi nombre no es importante...Xanxus-

La brisa sopló con delicadeza a su alrededor, las bellas y emplumadas alas del castaño se batieron con cuidado.

Rítmicas y lentas, pudo verlo levantar el vuelo a escasos centímetros del suelo.

Ambos rostros a una distancia corta y fácil de terminar.

El aroma del joven era tan...hipnótico...como esa mirada inocente de tono chocolate.

--¿No me amas?-

La pregunta le descolocó, y sin saberlo, sus brazos se movieron hasta sujetar al ángel, abrazandole con fuerza.

Sentía la necesidad de aferrarse a él y jamás dejarle ir.

-Tsunayoshi...-
El nombre afloro de sus labios dejando en su boca el sabor más dulce que pudo haber sentido en toda su vida.

-Me reconoces...Mi amado- el joven ángel suspiro y le correspondió con la misma fuerza.
El abrazo se prolongo más tiempo.

El paisaje a su alrededor se formo.

Un amplio campo.

Verde y fresco, lleno de varias flores de diversos colores y formas.

Un enorme quiosco de mármol blanco adornado por velos de color anaranjado, Un sendero  lleno de guijarros blancos y negros.

Escuchaba el murmullo de agua corriendo a poca distancia.
El cielo era billante y claro, su alrededor se lleno de vida.

-Te he esperado tanto tiempo mi amado, Que creí que existir ya no valía la pena...haz vuelto Xanxus...-

Escucho el llanto del joven en su hombro, una voz tan débil y cansada, que le hizo querer besar ese par de bellos labios con fueza.

Acaricias esas rosadas mejillas y desvanecer esaa lagrimas.

Deseaba consolar aquel bello ser.
Quien se separo de el momentos después.

-Volemos juntos-

El chico se alejo unos centímetros considerables de el, batiendo sus alas suavemente extendiendole una mano para que le siguiera.

-Yoshi, no podemos volar...-

-Ven Xanxus...no pasa nada, nadie nos vera-

El azabache sintió en subo pecho un dolor intenso, y deseo tomar esa bella mano.

Más no lo hizo.

"yoshi" parecía decepcionado y descendió al suelo con elegancia.

Primero colocó su pie derecho sobre el césped y dejo poco a poco caer todo su peso hasta descender completamente.

-Xanxus...Por favor...Recuerdame, y aferrate a mi-

La triste mirada del chico le hacia sentir mal, ese rostro no debía verse así.

Jamás debería de verse en ese estado.

Cuando intento acercarse nuevamente el castaño retrocedió.

Lo siguiente que vio fue a ese dulce e inocente ser retirar el cinturón que sujetaba su prendas.

Vio aquellas ropas blancas caer en el suelo, de forma inocente, pero demasiado seductoras para cualquier ser vivo.

Esa delicada figura quedo desnuda frente a el, solo adornado por las finas joyas.

-¿Te gusta este yo?-

La pregunta lo extraño...e incluso confundió.
¿Quien no gustaría de un cuerpo tan gentil y exquisito?.

-¿Me deseas?...Xanxus, deseame...-

-Vistete Yoshi, las cosas no van a pasar así...por que nunca fueron así-

Sus labios hablaron palabras que no entendía y de las cuales dudaba tener control.

-¿Por que juegas conmigo de esta manera?-

-¿Quien juega contigo Xanxus?-
El joven desnudo sonrió con dulzura, elevandose en el aire nuevamente, y volando alrededor del azabache.

-Yoshi jamas, El no es así-

-Tsk...Xanxus, el ángel que amaste no vive más, no hay un cuerpo para el...esta es su ultima oportunidad de volver...Acepto la mentira a ver y sufrir la verdad-

Hablo con dureza el joven deteniendose frente a Xanxus pegando sus labios contra la mejilla del azabache.

-Mi Yoshi aun me espera, salvare su alma...-
El estaba determinado, o más bien, quien hablaba sufría y deseaba ayudar al bello ser que le atormentaba con sus encantos.

-Mi alma ya no es mía... y las tres entidades no podrán darme la paz, el cielo y el infierno estan contra mía ,¿Acaso tus brazos podrán abrazarme en la calamidad?-

El castaño susurro lentamente al oido del azabache, lamiendo suavemente el contorno de la oreja de Xanxus.

-No te perderé,  he muerto y renacido por ti...-

El Ángel se separo de el, dejando ver que aquellas alas se volvieron negras.

Esa figura desnuda cambio a un cuerpo igual de delgado pero lleno de cicatrices y heridas de quemaduras.

Su rostro lleno de vitalidad e inocencia ahora solo reflejaba gran tristeza y cansancio.

-Yoshi-

Más de una lágrima se apoderó de las mejillas del azabache con ver el autentico rostro de su amado.

-Por favor...despierta, y olvida...-

Rogó Tsunayoshi juntando ambas manos, llorando con amargura al dejarse ver en tan horrenda forma.

Xanxus vio su alrededor teñirse de rojo y negro, un mareo se apodero de el.

La sensación de ser absorvido lo invadió.

En el plano terrenal, El joven aprendiz de Padre desperto sudado y envuelto en cálidas sabanas en un pequeño cuarto.

El azabache respiraba agitado, sus ojos ardían y el nudo en su pecho no se disipaba.

-Yo...-

No enfocaba bien, solo miro a la ventana donde la luna se alzaba brillante.
En sus manos estaba un rosario con algunas cuentas fracturadas.

-Fue un estúpido sueño...-

Susurró, y trató de recordar el rostro del chico en sus sueños...no pudo...solo su voz.

Todo era tan confuso.

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-Yuni...¿Por que lloras?-

Byakuran estaba preocupado, era más de media noche y el llanto de su pequeña compañera lo tenia angustiado.

La niña abrió los ojos, y apenas vio al albino se lanzo a el en busca de un abrazo desesperado.

-Dios mio no, Byakuran...no podemos permitirlo...eso no, no...no no...piedad...no de nuevo-

Byakuran la abrazo en un deseo de calmarle, así que le saco de la enorme plataforma llena de simbolos para poder sostenerla contra el sobre el suelo.

-Tranquila...calma...Yuni-

No sabia que pasaba, pero entendia que el futuro que se avecinaba era oscuro...

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Emmmh no se que decir...Holis ^^

Perdonen la desaparición y aparición mística. Jajaja
Los ama y les extrañaba.
Seirian Yun.
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