🍎17🍎
¿Hasta cuando piensas estar parloteando?
Yo no tengo tiempo que perder.
Deseo volver a perderme entre dulces besos en tus brazos bajo la luz del atardecer.
¿Que esperas para venir por mi?
Oh mi dulce amante, dejame probar del néctar prohibido de tus labios.
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-Oe, ¿Por que mierda no estas rezando?-
Un pelinegro de ojos rojos, miró enojado a un chiquillo de al menos 12 años, quien jugueteaba con otra persona, al frente de las figuras de piedra del altar.
Si, ahí acababa la paz de su mañana de cuidados en la iglesia.
Tal vez a el podrían importarle una mierda esas estatuas simplonas, pero no iba dejar de lado su trabajo.
El niño al verse descubierto por el se vio aterrado, escondiendo tras de si a su acompañante.
Debía ser la sotana, hasta a el mismo le daba horror tener que ponersela pero le debía un favor al hombre que lo crió así que, si era necesario arrojarle agua bendita a ese crio y tenerlo de rodillas por horas repitiendo rezos sin sentido, claro que lo haría.
-Padre, no es lo que parece...ella...yo-
Grito el niñato de cabello rojo asustado, y la persona que le acompañaba no era otra que una de las niñas que se habían criado con el.
Xanxus suspiro, la puta iglesia podía ser una mierda pero tampoco estaba como para ser mancillada por un par de niñatos estúpidos.
-Fuera de aquí , si quieren fornicar vayan a los establos, pero no en este jodido lugar, tch-
Contestó de mala manera, el también tendría que rezar por decir groserías frente a los ángeles y dioses de la iglesia.
Ya podía escuchar al padre Dino y Squalo regañarlo por horas.
El niño se fue corriendo, dejando a la chica de trenzas con las ropas un poco desarregladas.
-Margareth, Vete a lavar ahora mismo, Y deja de traer a más niños aquí, estúpida mujer-
Escupió de mala forma, con fastidio hacua la joven quien sonreía divertida.
-Aiya, Que exagerado eres hermanito Xanxus, solo me divertía- El pelinegro alzo una ceja con desdén ante las palabras de la chica quien solo se acomodo sus ropajes.
-Como sea, Ya sabes el castigo...Reza a tus ángeles, Al Diligente y noble Giotto unas quince veces, y escribe los votos sagrados de la pureza unas cincuenta veces-. Sentenció sin más,alejandose de los atrios y buscar salir hacia las puertas traseras.
-Moh~ Xanxus, no pienso escribir eso otra vez esta semana, además no he fornicado...así que no debo escribir esos votos-
Contesto la chica rápidamente, mientras iba tras el pelinegro.
-Me vale un carajo, los vas a escribir-.
-Xanxus, pasa de esta, ammmh, te ofrezco pagar mi castigo con algo más físico...¿Que dices?- Ella apenas le alcanzo, sujeto el cinto que colgaba de la cintura del pelinegro para buscar detenerlo, sonriendo divertida.
Pues se sabia que nadie le decía que no a sus servicios.
Después de todo, ella no era una doncella... Y le importaba poco que la criara esa iglesia.
Pero el azabache solo se halo de su agarre.
-Sueltame, no me interesa una mujer como tu, Margareth, cumple tus castigos y presentate ante el Padre Dino cuando regrese el próximo mes de su viaje-.
La joven le dejo ir, pero ella estaba molesta fruncio el ceño con gran ira.
De los 5 niños y 2 niñas que el Padre Dino había reunido en los últimos 20 años solo uno se quedo en la iglesia.
Xanxus era el siguiente en la lista a tomar el puesto como Ayudante del Benevolente Dino.
Había un aura extraña en su compañero de crianza.
Pero al fin y al cabo, solo le quedaba estar ahí hasta que eligiera el camino recto de la vida.
Odiaba el culto al Ángel de la pureza.
Y odiaba el hecho que se le intentara en convertir en una monja debota.
A refunfuños se fue a buscar a otra víctima.
Siempre era divertido fornicar ante el altar del Ángel guardián de la castidad, pureza e inocencia.
Xanxus por otro lado había salido hacia los jardines traseros.
Apenas comenzaba el día y ya estaba harto.
Miró hacia el cielo brillante y despejado.
Con elegancia levanto su manga derecha hasta por encima de su codo ,alzo el brazo, cerro el puño y levanto el dedo medio.
-Jodanse todos-.
Gruñó en voz baja.
-No no no, Quien lo diría el venerable aprendiz maldice a los cielos-
Y ahí estaba, esa maldita voz cantarina que solía escuchar solo por las mañanas antes del medio día o a la mitad de sus noches.
Escondido tras los arboles del jardín.
A unos metros de donde el estaba parado bajo la luz del sol, estaba oculta esa sombra.
- Sal de ahí...-
Ordenó firmemente el azabache con una sonrisa maliciosa.
-Oh no~, claro que no...puedo ver sus negras intenciones, ¿Que planea hacerme? Atarme con ese rosario mientras me azota con un látigo bañado en agua bendita hazta hacerme llorar, mientras pido piedad retorciendomente en deliciosa agonía, suena excitante pero no quiero...o tal vez si-
Canturreo la suave voz, aveces podía ser irritantemente atractivo.
-Mejor ven tu aquí, la sombra es exquisita-
Xanxus suspiro con fastidio, suficiente tenía con Margareth ofreciendo sus atenciones.
No quería a esa presencia acosandolo.
Llevaba ocho años soportando todas las insinuaciones que le tiraba.
Y eso era poco menos de la mitad de su sacrosanta vida.
Además El metido de Squalo empezaba a sospechar de la presencia que lo acosaba.
-Ah~ Querido, eres de los mortales más duros que he conocido, yo solo quiero follar y me ire, ¿Vale?-
Menciono la sombra escondida tras los arboles, quien asomo su brazo para saludarle.
-No creas que me entregare a un hijo de puta como tu- gruñó el azabache con el rosario listo y una botella de agua bentida más que dispuesto a hacer que esa cosa dejara de fastidiarle la vida.
Para joderle la existencia nada más el mismo.
-Xanxus malo, Uno ofreciendose en charola de plata...para que no te condenes a ser un aburrido monje de capilla-
Chilló escandalizado lo que sea que fuera la cosa escondida a metros de Xanxus.
-Es mi jodida vida y nada te concierne-
-Llamame Tsu-Tsu, tu futuro amante-
-ESCORIA DE MIERDA-.
-¡TSU-TSU!-
-Maldito bastardo deja de joder-
-¡Jodeme y te dejo en paz!-
El azabache no supo en que momento se había puesto a discutir con la sombra.
Quien después de tantos años se dejo ver.
Era una visión borrosa...
Un muchacho de complexión delgada, vestido con una camisa blanca de mangas llena de encaje, y un pantalón negro pegado a sus delgadas pero largas piernas.
Cabellera desordenada del color de la madera, café claro.
Y unos ojos rojo brillante...no, era más como ver el atardecer en aquella traviesa mirada.
-Es un gusto ver que esta apariencia te agrada, tal vez deba venir así más seguido-
Escucho al chiquillo reírse, y el por reflejo le arrojo el rosario mientras recitaba algunos rezos.
Más solo pudo ver la risa burlona del ser extraño desaparecer entre suave neblina.
Por alguna razón una vez ese ser se fue, su corazón sintió una mezcla horrible de emociones.
Al igual que una lágrima solitaria cayó lentamente por su mejilla.
-¿Que mierda?-
🍂
-Oh mi querido Nieto, al fin te veo trabajando diligentemente, Que alegría-
Timoteo caminaba sonriente hacia el hermoso dosel donde Giotto estaba sentado rodeado de distintos pergaminos.
Con un aspecto indiferente al mundo, ese ángel lleno de luz ahora estaba opaco.
Sus alas ya no podían volar...y eran ocultas por una fina capa de seda.
G, salió rápido y evito que el anciano se acercara más a su amigo e hizo una reverencia.
-Le ruego mi señor, no distraiga a el Joven Giotto, es complicado regir dos grandes designios.-
Timoteo miro mal al ángel guardián de la sabiduría más no le llevo la contra.
Solo se fijo en la mirada vacía de su nieto.
Y le resto importancia, G mantuvo la cabeza gacha esperando que el anciano se retirara.
-Bien, cuando acabe sus labores dile que se presente ante el consejo, Vida, suerte y destino han de venir de visita pronto e igual el regente de los demonios, se celebrara un banquete en su honor la próxima luna-
Sin decir más el anciano ángel abandono la sala.
Y G pudo caer de rodillas.
Al instante la figura de Giotto se convirtió en escarcha dejando flotando una delicada pluma blanca.
-La que me debes, idiota-
Hacia tantos años que su adorado amigo se había escapado al mundo humano.
Ahora Lampo y el mantenian esa farsa.
Las cuentas se estaban ajustando y los tiempos se preparaban para el ultimo asalto.
Las cartas habían sido puestas.
Solo rogaba que esta ocasión se hiciera lo correcto.
Más allá del reino angelical un rubio ángel cabalgaba junto a un pelinegro.
Su viaje estaba por llegar a su fin, dos semanas más y llegarían a la ciudad donde sabían el alma del príncipe Xanxus reencarno.
-Solo esperanos...Tsuna, te prometo cuidar de ustedes hasta el final-
Valor, amor y arrepentimiento...
Un alma destrozada...
Escucha por Dios todas mis plegarias...
Dejame estar a su lado...y vivir en paz hasta el final con el.
🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆🥆
SIGO VIVAAAAAA >:3
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