Cap4: Necesidad
Jeremy logra que la pequeña se quede dormida en su cama tras contarle una historia para niños de su pueblo.
Justo ahora nos encontramos fuera de la tienda y espero sus palabras hacia mi decisión.
—¿Por qué le dices a la pequeña que su padre soy yo? —Expone él entre susurros.
—Solo piénsalo —le planteo.
—Látigo, es una mentira para ella. Tú eres su verdadero padre, no puedes iniciar la relación con tu hija de esa forma, llena de mentiras —responde Jeremy y toma mi mano como buscando una cercanía.
—Los niños lo dicen todo, si se enteran de que tengo un hijo lo tomarán para entrenarle —le respondo a Jeremy.
Él hace silencio unos segundos y sus ojos me miran sin comprender bien a qué me refiero.
—Solo espero que no le dejes saber nada de las funciones privadas —expone haciendo presión en mi pecho con su dedo índice—: eso sí, no te lo voy a perdonar, Látigo.
Si da esa respuesta es porque aceptó mi propuesta. Así que le tomo de la cintura y abrazo haciéndole presión en mi pecho. Subo una de mis manos a su cabello para deslizar los dedos por dentro de este y besar su cabeza.
—Vendré a verla todos los días y a ti también —le respondo para bajar a su oído, morder la parte superior de este y luego rozarlo con la nariz.
—Cálmate, que te conozco, no es el lugar —reconoce Jeremy haciendo presión con sus manos para separarse, pero ni siquiera lo intenta en serio.
Los dedos que acarician su cabello ahora lo sostienen para inclinar su cabeza hacia detrás y poder ver sus ojos. Acto seguido le beso sin contenerme, solo deseando todo de él.
Al cabo de un minuto le suelto liberando su cabello y cuerpo.
—Voy a dormir en tu tienda —le comento.
—No, ni se te ocurra. Tú no te controlas, no voy a dejar que tu hija vea esas guarradas —responde Jeremy.
—No dejaré que hagas ruido —expongo.
—Mañana, calma, deja pasar un día. Debes cuidar a Lucía, afuera no es normal esto —dice él.
Levanto una ceja cuestionando su afirmación para que la explique.
—Dos hombres juntos, Látigo, eso fuera no lo ven normal. Y además...no olvides que tú —mi pequeño cordero va a decir algo más, pero no lo continúa.
—Mañana múdate a mi carpa, junto a Lucía —le expongo.
Jeremy hace silencio, parece estar pensando algo, debe estar tratando de entender por qué lo digo.
—Lo haré, solo para que puedas estar cerca de ella. Oye, ¿también lo oculto de Daga? —Cuestiona él.
—Sí, Daga es demasiado cercano a él —respondo.
—¿Él, quién es "él"? —Me pregunta.
—Nadie importante. —Evado sus palabras y beso sus labios de nuevo—: Me retiro por hoy, Jeremy.
—Siempre me esquivas las preguntas importantes. Te dejaré marchar, debe haber sido un día lleno de altos y bajos —responde para esta vez ser él quien me besa.
—Las actuaciones privadas de esta ciudad serán en una mansión. No aquí, por lo que deberás cuidar a Lucía esos días, debemos alternarnos —expongo.
—Látigo, no puedes morir, tienes una hija que cuidar... ¿Algún día dejarás eso? —Pregunta Jeremy desviando la mirada.
No tiene derecho, no puede huir, tenemos un trato.
Tomo su mentón y le hago observarme.
—Yo no abandonaré el circo, ni a mi familia. Pero ya tú tampoco puedes, tenemos un trato. Si decides romperlo no me cuesta ir a Ciudad Victoria un segundo y acabar con ella —respondo molesto por sus palabras.
Jeremy quita con fuerza mi mano de su rostro.
—Ya lo sé, no lo hagas más presente. Me cuesta acostumbrarme a esto —indica él.
—Ya asesinaste a dos personas —le respondo levantando una ceja.
—No es lo mismo, ellos estaban haciendo daño a otros...yo solo actué desesperadamente —responde abrazando su cuerpo y se le nota atormentado por ello.
Dejo ir la molestia de mi interior ante el pensamiento de su viejo interés amoroso y termino por abrazarle yo.
—Me quedaré hoy aquí —expongo y lo cargo al frente—. ¿Siguen las pesadillas?
—El rostro de Nube no se escapa de mi cabeza...ella aparece pidiendo que muera y culpándome de todo —dice Jeremy con la voz apagada.
—Te acostumbras —expongo entrando en la tienda para acostarle al lado de Lucía.
Ella se corre para una esquina y luego abraza a Jeremy.
—¿Dónde dormirás? No cabes —dice él.
Yo me siento al lado de la cama y tomo la mano de Jeremy, la sostengo desde mi posición y apoyo la cabeza al lado de la suya para verle.
—Estaré hasta que te duermas —le comento cerrando con la otra mano los ojos.
—¿Látigo, y si no puedo con esto? —Dice Jeremy cerrando los ojos.
—Sí, podrás. Es cuestión de acostumbrarse —le digo.
—Solo quiero que se vayan las pesadillas —expone él para terminar nuestra conversación.
Me quedo a su lado hasta que ambos empiezan a roncar. Lucía para ser pequeña tiene un buen volumen de voz.
Tomo la caja de la oruga y la coloco sobre una mesita. Jackson, es muy creativa, me pregunto de dónde sacó el nombre.
Les observo a ambos unos segundos antes de salir de la tienda. Será mejor que descanse un poco.
Cuando llego a mi carpa encuentro sobre la mesa un vaso con jugo y una manzana. Esto está junto a una nota.
"Seguro te perdiste de vuelta, ten, para que no duermas sin comer".
Firma: Daga.
Será difícil ocultar de él que la pequeña es mi hija, pero si no quiero que Octavio se entere, debo hacerlo. No quiero que pase por lo que nosotros de niños, aunque Daga lo disfrutase.
Tomo la nota en mis manos observando la letra de mi hermano, en este momento todo vuelve a mí. Cuando los cuatro de pequeños entrenábamos para el circo, Daga, Cisne, Carpa y yo.
Una lástima, era divertido cómo le gustaba el agua. Pensar que se ahogaría. Con el tiempo olvidé su cara habitual y lo único que queda de este en mí es la de venas marcadas e hinchadas dentro de ese tanque.
Buenas, :3 quería anunciarles que ya vuelve la salida diaria del Circo. Terminé los Roosevelt y lo prometido es deuda.
Espero que disfruten esto y me perdonen la demora TwT
¡Sepan que les quiero! Wajajajajajaja (aich, debo comportarme con ustedes ;+;)
Bueno... Besos, UwU
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