Cap17: Noche en el circo
Daga se marcha tras conducirme a dudar de si contarle la verdad a Jeremy. A duras penas he logrado que acepte las costumbres del circo, sería aún mayor la carga mental si le comento esto.
Sigo debatiendo ideas en mi cabeza mientras avanzo hacia su carpa.
¿Debería decirle?
¿Quizás no?
Saco el dedo de la mujer que había guardado en mi bolsillo para enseñárselo y lo observo durante el camino. Mejor no le digo por ahora...
Lo haré cuando termine de acostumbrarse a la función principal, no quiero causar que huya y haya que asesinarle.
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Al llegar a la entrada de su carpa, me encuentro con un mal olor bastante acentuado en ese pedazo. Al bajar mi vista me encuentro con unos zapatos tirados ahí y los ronquidos de su compañera de habitación.
Jeremy está en el suelo acostado, con unas sábanas y, en cambio, Lucía duerme en la cama de él con unas bolsas del lado hacia afuera, creo yo que es para evitar que se caiga.
Me acerco hacia Jeremy para agacharme en el suelo viendo su rostro. La frente está sudada y al deslizar los dedos por su mejilla la siento fría. Sus párpados tiemblan y veo como su garganta traga suavemente.
Estás despierto y posiblemente estuviste fuera...
Sin hacer reparos, lo levanto por la espalda y piernas cargándolo entre mis brazos. Él finge despertarse de a poco.
—¿Látigo? ¿Llegaste ahora? —Pregunta él desviando la mirada.
¿Dónde estabas? Simplemente no le respondo, acelero el paso a mi habitación.
—¿Dejarás de hablarme? —Dice él sin subir la voz.
Yo solo mantengo la mirada al frente mientras avanzo.
¿No has terminado tus salidas nocturnas?
¿Vas a seguir jugando al policía?
¿Fuiste a ver a alguien?
¿Me estabas siguiendo?
Decirle cualquier cosa ahora mismo lo pondría a la defensiva, así que mejor averiguo personalmente que fue.
—Al menos, ¿estás bien? —Comenta Jeremy.
Yo abro las telas de la entrada y avanzo hacia mi cama para dejarle ahí. Él se me queda mirando sin entender nada.
Deslizo mis ojos por su cuello y me acerco a quitar los cierres de sus botones dejando sus hombros y clavículas al descubierto.
Jeremy trata de aguantar mis manos, pero no puede. Observo cada detalle de su piel, no hay marcas en la zona por lo que me dispongo a dejar una en su cuello con mi boca.
Siento como se eriza su piel al tacto de mis dedos, lo que provoca que arrecie mi agarre por los deseos reprimidos que tengo.
Termino de quitar su camisa y solo huele a él, su cuerpo no tiene ya marcas. Quiero llenarlo de ellas, mi pequeño Jeremy.
Cuando vuelvo en mí él está abajo de mí acostado y yo sobre él con las manos apoyadas en la cama y cierta distancia sobre nuestros rostros.
¿Tú, me estabas siguiendo, verdad?
¿Zafaste y desataste a Daga para luego marcharte?
—Dime la verdad, Jeremy —susurro en su oído para luego morder el lóbulo de su oreja.
Adentro una mano por su pantalón hasta llegar a su trasero que extrañaba, dejando en el la marca de mis dedos.
Jeremy parece que va a hablar, pero no sabe que decir.
Yo te iba a mentir para que no pasases por esto.
Pero tú mantienes los deseos de jugar al gato curioso.
—Jeremy, mi amado Jeremy, en este mundo los gatos suelen morir —le respondo.
Él me deja ver una expresión desconcertada ante mis palabras, pero le beso, muerdo sus labios e introduzco mi lengua.
Lo deseo, te deseo, es una dichosa necesidad.
Termina por subir sus manos a mi espalda para abrazarme mientras mantiene el beso. Luego quita mi camisa recorriendo con su mirada las vistas posibles.
—¿No estás molesto? —Dice entre suspiros cuando bajo mi boca a su cuello para morderlo y dejar esas marcas que me gusta que tenga.
Quiero marcarlo, es mío, Jeremy es jodidamente mío.
Llevo mi mano a su cuello forzando que me mire. Lo húmedo y rosa de sus labios, esa mirada de cordero que ha cometido un crimen, su piel, su olor. Termina por hacer que me pierda en los impulsos y retire su pantalón de forma rápida.
Mi único pensamiento ahora mismo es poder estar dentro de él, he estado resistiendo demasiado estos días.
Coloco mi mano en su miembro para darme cuenta de que se encuentra duro igual que el mío y lo acaricio con mi mano dejando el dedo pulgar en la punta. Repito movimientos a lo largo de este para escuchar los gemidos de Jeremy.
Adoro su voz, es sumamente deliciosa y más en esta situación.
Llevo uno de mis dedos de mi mano libre a mi boca para lamerlo. Los ojos de Jeremy se mantienen sobre mí y cubre su rostro al saber que continua.
—No te cubras, quiero verte —le exijo y obedece quitando suavemente sus brazos dejándome ver un rostro sonrojado y labios mordidos.
Mantengo mis movimientos mientras introduzco un dedo en su interior y lo muevo. Por la facilidad, adentro un segundo, después un tercero.
—Látigo... Por favor, para —dice Jeremy y siento algo caliente caer en mi mano.
Ver los espasmos de su cuerpo y los gemidos de placer que se escapan de su boca son el último detonante. Retiro lo que queda de mi ropa para intentar introducir mi miembro en él, pero se aparta un momento para venir a gatas sobre mí.
—Látigo... ¿Me dejas probar? —Dice tomando mi miembro en sus manos.
Acerca la boca a este llegando primero a sentir el tacto de su lengua. Lo introduce como puede, noto que le cuesta, pero junta sus labios dejándome una sensación placentera.
Mantiene los movimientos haciéndome poner mi mano en su cabello para guiarlo.
Se siente demasiado bien...
Su inexperiencia se nota, pero las caras que pone son únicas.
No aguanto más, termino por correrme en su boca. Con cada latido que da mi verga se hace más presente la cavidad en la que está.
La retiro de ahí y veo el rostro de Jeremy, uno completamente rojo y con sus mejillas infladas.
Cierra los ojos y termina por tragarlo. Cosa que hace que le bese de vuelta y aparicione contra mí.
—Jeremy, solo no quiero que te suceda algo malo —digo en su oído.
Luego de esto sus manos abrazan mi espalda y hunde su cabeza en mi cuello.
Las cortinas de la carpa se abre, Daga nos alerta de su llegada bajo la voz de: "las cervezas ya están aquí".
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