Lucía se divierte jugando con los animales, realmente es algo que se le da y ellos no le huyen. Aunque todavía me preocupa el hecho de que no es capaz de cuidarlos, creo que cuando crezca le gustarán.

Los ojos de Sonido se mantienen sobre mí todo el tiempo, desgraciadamente por esto no puedo mantener más cercanía con ella que la que tendría con cualquier niño, casi nula.

Ella hace comentarios sobre Jeremy y Lían, pero la freno delante de Lucía...

Él no quiere que ella sepa, aunque no entiendo sus motivos, para mí realmente no hay ningún tipo de problemas en ello.
—Tío, vamos a ver a papi, venga, venga —me dice ella con Vicaria, la araña, caminado por su cabello.

Yo la cargo y dejo a mi mascota en el bolsillo de mi chaqueta, si Jeremy la ve pasaría un mal rato.

—Debe aún estar preparando la carpa —le respondo mientras caminamos.

—No importa, le ayudo, juntos es más rápido, tío —dice ella con una sonrisa y tratando de robarse mi araña con una mano libre.

—Idéntica a ti de niño según los cuentos de Daga. Aunque se ve tan blanda como el tipo que tienen ahora, patético —comenta Sonido entre risas.

Ella luego suelta un grito de dolor y cae al suelo por las punzadas.

Lucía se asusta, pero salgo de la carpa.

—Busca a alguien que chupe la mordedura de la serpiente si no puedes soportar unas horas de dolor —le respondo antes de salir completamente.

La niña me pregunta curiosa y preocupada, pero le comento que hablaba sobre otra persona. Debo evitar que los celos de Sonido lleguen a más, no tengo intenciones de deshacerme de la esposa de Daga.

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Llegamos donde Jeremy para encontrarlo alegre trabajando con otras personas, entre ellas Soga.

Lo observo unos segundos y Lucía me jala la mejilla.

—Avanza, tío —me dice alegre—: ¡Papá!

Jeremy voltea a vernos y le sonríe a Lucía saludándola. La coloco en el suelo y ella corre hacia él para abrazarlo. Yo, en cambio, avanzo con calma hasta el lugar.

Jeremy me ignora, aunque la niña le va contando lo que hizo en este tiempo. ¿Por qué está enojado? Fueron mis últimas palabras...

"No es tu problema", ¿qué dije mal?

Lucía va donde Soga a saludarla y me quedo a solas con Jeremy un momento, sin embargo, él me ignora.

—Explícamelo —le exijo.

Me ignora, no parece querer hacer reparo en mí.

Espero un momento mientras lo analizo.

—¿Necesitas que explique mejor todo? —Le pregunto mientras me mantiene el silencio.

Decido romper la distancia y me acerco a él, pero su mano termina golpeando mi mejilla con un puñetazo. Siento la sangre correr por mi labio y la limpio con los guantes.

La serpiente en mi cuello le va a atacar, pero se detiene en seco bajo mi orden.

—No te voy a explicar nada, no si no valoras lo que hago —me dice Jeremy yendo donde Lucía.

Su rostro de molestia se queda en mi memoria, pero realmente no puedo trabajar sobre lo que no entiendo. No debo distraer mi mente con esto, debo llevar a cabo la función privada hoy en la mansión de ese marqués.

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Lucía, desde el público, observa actuar a Jeremy y a mí, nos turnamos para cuidarla. Por supuesto, esta es la función general, parece disfrutarla y ser feliz con esto.

Mientras más se corren las voces sobre un niño en el circo, más me hacen los de la función principal, la pregunta de, ¿por qué no la entrenas como a nosotros? Es una niña y podemos educarla desde cero.

Me cautiva la forma en que Jeremy camina por la cuerda floja, lo libre que se ve. Cuando llegó, su mirada de angustia era notoria, su preocupación y una seguridad destructiva. Ahora realmente se ve más humano, manchado, esclavo y libre...

—Papi es como un ángel —susurra Lucía para aplaudir.

Mis ojos van a ella, pero luego vuelven a él. Pensaba solo usarte hasta aburrirme...

No tenía pensado que esto durase tanto ni me encadenase tampoco.

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Me dispongo a marcharme con el resto cuando Jeremy me intercepta tomando mi muñeca.

—Procura volver —me dice como un reclamo.

—Es algo que hago desde niño, estaré bien —le respondo dejando que los demás vayan delante.

—Ahora es más importante que vuelvas —me explica.

—Jeremy —digo su nombre y dejo un suave beso en sus labios—: Yo...

—¿Estás preocupado por Lucía? —Me pregunta él interrumpiéndome.

Mantengo silencio y asiento.

—¿Te importo? —Sigue indagando.

Miro sus ojos un momento, dejo que siga buscando en mi interior lo que pienso. Algo que se atrevía a hacer desde que nos conocemos. Solo asiento.

—No vuelvas a decir que tú y ella no son mi problema. Látigo, sé que evitaste que muriese y todo ello, pero no te da derecho a tratarme así. Son ahora mismo lo único que tengo, yo te quiero y también a Lucía. No voy a hacerle nada malo, para ella solo quiero que sonría —me explica.

Ciertamente... de todos, Jeremy jamás se atrevería a pedir un entrenamiento para ella. No la haría exponerse a la posibilidad de morir tan joven.

¿Si no me importaba con otros niños, por qué con ella sí?

Solo asiento ante sus palabras y le abrazo por la cintura hundiendo su cabeza en mi pecho. Se intenta apartar, pero no le dejo.

—Cuídala mientras no estoy, eres la única persona que puede protegerla de la forma que quiero. —Trato de explicarme lo mejor que puedo.

—Ve, van a regañarme si te retraso —me dice apartándose, pero menos hostil.

—Cuídate tú también —le respondo volviendo a besar sus labios antes de marcharme.

Puedo sentir su mirada en mi espalda, una que no me retira hasta que desaparezco en el camino.

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Al llegar a la mansión somos guiados al subterráneo. El hombre nos prepara todo lo que debemos usar y también nos entrega a los humanos que participarán en la función.

Cuando abre el telón está el marqués sentado en la primera fila junto a una mujer de cabellos largos que parece ser su amiga. Lo curioso es que al lado de ella hay dos niños pequeños con los mismos colores blancos en sus pelos, posiblemente sus hijos, parecen gemelos. No pueden pasar de los cinco años...

La persona a la que le doy la orden de pasar por el aro de fuego se niega, por lo que termino por enredar el látigo en su cuello y obligarle a pasar de forma torpe. Su cuerpo sufre severas quemaduras y los gritos de dolor inundan el escenario.

La mujer y el hombre parecen disfrutarlo en gran medida, nada nuevo.

—Lewis, Victoria, no dejen de ver este espectáculo —le pide la madre a sus gemelos.

No soy nadie para juzgar sus acciones, simplemente seguiré dando esta función.

୨⎯ "Nota de autor" ⎯୧

Espero que hayan disfrutado el capítulo.
:3 ya sé... milagro dos seguidos XD

Látigo siendo un casito y Jeremy la mamá de las ovejas perdidas, alv.

Pasen un lindo día familia, los quiero, voten si les gustó.

🍷🎪🍷