Cap 33: Una Familia Rota
Daga se deja caer delante de nosotros, con las manos desatadas y sin nada que lo prisione, pero sin haber huido de aquí.
—Lo siento —dice Jeremy, como si hubiese hecho algo malo. Comenzando a pausar sus movimientos de rechazo.
—Deja de quejarte, Látigo no te ha dicho que hizo lo mismo, debió empezar por ahí —dice Liam, sentándose de frente a nosotros.
—También lo besé, aunque yo si me iba a acostar con él, pero lo impidió —contesto.
Jeremy parece una bola de estambre enredada.
—No te preocupes tanto, Pluma —contesta Daga, gateando hasta sobre nosotros, para darse la vuelta y apoyar si cabeza sobre el abdomen de Jeremy.
—No los entiendo —dice Jeremy, dejando salir un largo suspiro.
Quiero esto, solamente esto, luego pensaré, tratare de ordenar lo demás...
Sin darme cuenta, aumenté el agarre sobre ellos, ambos en mis brazos. Beso la cabeza de Jeremy y este se levanta, toma mis labios en un beso suave y luego busca los de Daga, el cual no le rechaza y coloca una mano en su mejilla.
Luego, Daga se levanta y se acerca a mí de frente. También besa mi boca y su ojo se desvía a Jeremy, buscando una reacción en él. No parece molesto, su rostro denota tranquilidad.
Tomo su mano, sentándole entre nosotros dos. Coloco las manos en su cintura y comienzo a besar su cuello. Liam al frente de él, juega con su lengua también en el cuello de Jeremy.
Siguiendo el juego, ambos quitamos su camisa, dejando el tacto de nuestra manos en su espalda y pecho. Con mis manos zafo su pantalón, besando la parte de atrás de su cuello y jugando con mis manos en su verga.
—Látigo... No... Tan... Rápido... —dice él como puede mientras la lengua de Daga comienza a recorrer sus pezones y bajar por su abdomen con la lengua.
Libero su miembro mientras lo masajeo de arriba a bajo, pero en ese momento, la boca de Daga llega hasta esa zona y comienza a humedecer la punta con su saliva.
Los gemido de Jeremy se exparcen por todo el lugar, siendo suficientes para ponerme completamente duro.
—Liam... Espera... —le ordeno, abriendo mi pantalón y colocando el trasero de Jeremy sobre mi miembro.
Daga, por su parte, no se detiene, sigue el juego con su lengua, subiendo y bajando desde la base hasta la punta sin dejar de observar el sonrojado rostro de Jeremy.
Humedezco uno de mis dedos y lo introduzco en su trasero, el cual lo absorbe sin problemas y pruebo dos, luego tres. Cada día es más fácil...
—Me encantas —le respondo, mordiendo su cuello y dejando la misma marca que dejé en Liam. Sin prebios aviso, introduzco mi verga en su interior de una embestida, logrando que de sus labios se escapen gemidos qué ahoga Daga subiendo a besarle.
El enano, se quita también su ropa, subiéndose sobre Jeremy abriendo las piernas. Toma las manos de Jeremy, el cual no parece coordinar bien los movimientos y las guía a su trasero.
—Prepárame... —dice Liam, relamiendose los labios e introduciendo en su boca dos de los dedos de Jeremy, los cuales, baja a su propio trasero para comenzar a dilatarlo, preparándolo.
—Me van a volver loco —dice Jeremy, jadeando por cada vez que lo penetro, dominando con mis manos sus caderas.
—Eso es lo divertido... —dice Daga, soltando a Jeremy y colocándose sobre su miembro para acomodarlo en su entrada, mientras él se encarga de sentarse sobre sus muslos e irse penetrando lentamente.
—S-suave —dice Jeremy, con el rostro hecho un poema—. Ve despacio...
Daga lo abraza fuerte para no caerse, entrando completamente el miembro de Jeremy en su interior. Mis embestidas provocan que el propio Jeremy se mueva y también Liam lo disfrute.
—Se gentil... Es la primera vez que penetra a alguien —le digo a Daga con cierta sorna, sé que no lo va a hacer.
—No puedo... N-no puedo más... —dice Jeremy entre gemidos, con la respiración entrecortada.
Sin embargo, no tenemos necesidad de cambiar o hacer algo más. Daga se detiene y levanta, sintiendo como de su interior gotea el líquido de Jeremy, el cual se corrió dentro de él sin poder evitarlo.
—Yo aún no termino... Pluma —dice Daga, introduciendo sus dedos en el cabello de Jeremy, el cual tiene que ponerse a cuatro patas para no caerse—. No es tan grande como el de Látigo, como el qué acostumbras a devorar, pero espero que lo disfrutes.
Sin más dilasion, lleva la boca a de Jeremy a su verga para que juegue con esta. El joven no se niega, sin embargo, soy capaz de sentir sus piernas como tiemblan ante mi movimiento.
—No puedo... Más —dice como puede, sacando el miembro de Daga de su boca.
—Résiste, disfrútalo —dice Daga, volviendo a introducir su verga en la boca de Jeremy, el cual la trata de envolver con su lengua mientras sube y baja con sus labios.
Quiero molestarlo un poco más, por lo que comienzo a masturbar a Jeremy con mi mano. Su pene tarda un poco en ponerse erecto, pero lo hace. Está húmedo y gotea bastante. Sus piernas fallan y casi cae al suelo, pero lo sostengo con mi otra mano por el abdomen para que no ceda.
A duras penas puede hacer un buen trabajo donde Daga, pero lo intenta mientras gime. Lo sé por experiencia propia, eso lo hace muchísimo más divertido.
Dejo de masturbarlo, llevando mi mano al cuello de Daga para besarnos. Su lengua y la mía comienzan a jugar, mientras nuestras respiraciones se sincronizan.
Aprieto el cuello de Daga, tratando de llevarle a la asfixia, mordiendo su boca y disfrutando el juego. Solemos disminuir el nivel por Jeremy, debemos acostumbrarlo suavemente.
Daga se aguanta de mis hombros por un segundo, sin dejar de besarme. Siento como su cuerpo de contrae por un momento mientras se corre en la boca de Jeremy. El cual se separa al instante y se lo traga con dificultad.
Así está bien... Así está mejor...
No tardo mucho más, logro correrme en el interior de Jeremy. Se siente super caliente y con cada descarga, su cuerpo tiembla. Me llama la atención, que él se corrió de nuevo ante esta sensación, pues el líquido sale de su pene, ese líquido blanco.
—No sean tan rudos... —dice, lograndose poner de rodillas y cayendo sobre Daga, al cual debo aguantar o los dos caerían al suelo.
—Jeremy, ¿Quieres ser también exclusivo mio? —dice Liam, mirando mis ojos, buscando mi respuesta también.
Jersemy lo duda por unos segundos, pero luego besa a Daga, dejando su propio sabor en su boca. Luego se voltea hacia mí, levantando la cabeza y dejándome probar su sabor también.
—Los tres —contesta Jeremy—. Es algo normal en el circo, ¿verdad?
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