━━━ SEVEN ━━━

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Las siluetas se volvieron borrosas, perdiéndose entre la nieve y los árboles. Para Johanne, la mansión Fairchild era un lugar ajeno, pues siempre se la pasaba en la mansión de los Lightwood con Alexander. Su padre le prohibía salir de la casa cuando él y su madre estaban en una reunión, por lo que se quedaba al cuidado de sus abuelos y con compañía de su hermano gemelo.

Soltó un gruñido de exasperación por la necesidad de ver a su amigo Alec, por lo que golpeo la ventana con el puño. Repitió el movimiento hasta que su abuela la cargó y la alejó de ahí. Dando pataleadas comenzó a forcejear con la mujer con la única intención de zafarse de sus brazos. Adele Fairchild la soltó en el sillón, aún lado de Jonathan.

━ ¡Quiero a Ander! ━ gritó la chiquilla con desesperación.

━ En un momento, tengo que hacer algunas cosas, Johanne━ la regañó, o al menos lo intentó.

Adele tenía el corazón tan cariñoso que no podía ser muy estricta con sus nietos, sabiendo también que ellos eran silenciosos y tranquilos, o al menos Johanne lo era cuando estaba dormida o con Alec, y Jonathan cuando su hermana no estaba cerca.

━ ¡Quiero a Ander! ━ repitió con molestia, poniéndose de pie.

━ Juega con Jonathan━ ordenó sin más y se fue a la cocina.

━ Deja de fastidiar, tú mocoso no te ha de tolerar━ comentó su hermano, en un módulo de voz frío.

Johanne se giró para mirarlo con la misma intensidad en la mirada.

━ Púdrete━ fue su respuesta, su voz salió como veneno.

━ Jódete━ replicó, levantándose del sillón para quedar cara a cara con ella.

━ Hey, niños, no peleen━ intervino Granville Fairchild al notar la tensión entre ambos.

En su última pelea, los dos terminaron con sangre en la boca y en los nudillos. Habían peleado en el patio, y de manera extraña, la hierba donde habían pisado o tocado, se había vuelto gris, casi echa cenizas al igual que algunas plantas cercanas se marchitaron.

Aunque hubo sospechas de que los niños estaban jugando con fuego, Valentine parecía perplejo por lo que habían ocasionado en una simple pelea. Eso le llevó a la conclusión de que, aunque no se toleraran, podían llegar a ser juntos muy letales si los entrenaba adecuadamente.

Iban a ser su mejor arma a comparación del niño Herondale.

━ Ven, Johanne, yo te llevaré con Alexander.

La chiquilla se alejó de su hermano como si este fuera fuego y le hubiera quemado, para dirigirse a la estantería y tomar uno de los libros. Había aprendido a leer perfectamente a la edad de 4 años gracias a su abuelo, por lo que le leía a Alexander algunas páginas y lo ayudaba a él a aprender con mayor facilidad.

Tomó uno de sus favoritos de León Tolstói, Ana Karénina, y por el cual Alexander la apodo Anne. Su abuelo la obligó a colocarse un suéter y juntos salieron de la mansión para dirigirse a la mansión Lightwood. Johanne podía sentir la mirada pesada de su hermano a su espalda, como si fuera una cuchilla enterrándose lentamente en su columna.

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Johanne abrió los ojos al sentir un revuelto en el estómago, al sentarse en la orilla de la cama, le dieron unas inmensas ganas de vomitar y llevó su mano a su boca. Corrió al baño para arrodillarse a un lado de la taza y comenzar a escupir su vida. El amargo sabor de los líquidos estomacales más lo que tenía en la panza se le quedo en la boca, provocándole más nauseas.

━ Anne━ susurró Alec al ingresar al baño.

Su esposa se sentó en el suelo para recargar su espalda contra la pared. Alec se arrodillo frente a ella para sujetarla de las manos.

━ Odio vomitar━ farfulló irritada, cansada y no sabía la razón.

━ Tal vez, si aquí no te quieren atender, debamos ir con los pocos Hermanos Silenciosos que quedan en Ciudad de Hueso━ propuso, acariciando con su pulgar el dorso de las manos de Johanne.

━ Que fastidio━ admitió e hizo una mueca.

━ No puedo dejarte así━ se puso de pie y la ayudó a levantarse.

━ Tal vez esté muy cerca de mi muerte.

Ambos salieron del baño, Johanne soltó un bostezo. Su cuerpo después del rito había comenzado a cansarse, lo que la obligó a dormir sin necesidad de tomar algo. Alec buscó en el armario ropa y la arrojó a la cama deshecha.

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El pelinegro le brindó un apretón a la mano de su esposa cuando ingresaron a la Ciudad Silenciosa. La hierba crecía enmarañada sobre los pies de la estatua del Ángel en el centro de la entrada. Los ojos del Ángel estaban cerrados, las desgastadas manos cerradas sobre el pie de una copa de piedra, una reproducción de la Copa Mortal. El rostro de piedra estaba impasible, cubierto de mugre y polvo.

"¿Cuál es su asunto aquí, jóvenes Nephilim?" interrogó la voz de un Hermano Silencioso.

Johanne lo miró, examinando que este Hermano no tenía los ojos o la boca cocidos, era más humano de lo que esperaba, y muy joven. El Hermano Silencioso los miró a ambos esperando una respuesta.

━ Mi esposa ha tenido problemas de salud━ habló Alec, con firmeza.

"Síganme" dio media vuelta y comenzó a caminar a la oscuridad de la Ciudad.

La pareja lo siguió, mientras que Johanne miraba con desinterés los grabados en las paredes: Youngblood, Fairchild, Thrushcross, Nightwine, Ravenscar. Cada nombre tenía runas a su lado, como símbolos de cada familia. El símbolo de los Lightwood era una antorcha o una llama de fuego, y lo sabía por el símbolo del anillo que alguna vez tuvo en su dedo anular.

Vagando entre los diferentes pasillos, llegaron a una sala donde había diferentes utensilios en una mesa de piedra. "Súbete, te revisaré" ordenó el Hermano y Johanne a mala gana hizo caso. Se trepó a la camilla hecha de piedra gris y se acostó para mirar el techo. El Hermano Silencioso comenzó a analizarla, tocando su estómago en repetidas ocasiones.

Johanne respiró profundo tras percibir un aroma desagradable que le provocó nauseas. El Hermano se volvió hacia Alec con tranquilidad.

"No está enferma" aclaró primero, para ambos. "Pero está embarazada, de apenas unas semanas".

━ Maldita sea━ farfulló Johanne al incorporarse y de un brincó se bajó de la mesa.

━ ¿Embarazada? ━ repitió Alec, procesando la noticia.

Estaba más pálido de lo que ya era, y miraba al Hermano Silencioso con claro asombro. Miró a Johanne y se desplomó, el Hermano Silencioso se acercó a él para verificar de que estuviera bien tras la caída, mientras que Johanne miró su estómago con indiferencia.

Esa era la razón por la que tenía una pequeña y casi insignificante curvatura en su vientre tan plano. Un bebé crecía en su interior consumiendo de su energía, y si ella parecía un cadáver andante, la criatura la terminaría acabando de a poco.

"¿Estás bien? "preguntó el Hermano, ayudando a Alec a ponerse de pie.

━ Sí, sí estoy bien━ llevó su mano a su cabeza, donde Johanne pudo ver una marca roja en su frente.

"Como te decía, está embarazada y necesita cuidarse, comer más y evitar vomitar seguido. Está muy delgada y podría ocasionar un aborto, o inclusive, un nacimiento prematuro si logra sobrellevar el embarazo" comunicó el Hermano, como sugerencia.

━ Por supuesto, me encargaré de eso━ aseguró Alec, aun en un estado de shock━. Gracias...

"Hermano Zachariah" por su forma de expresarse por la mente, Alec pudo apostar que intentó sonreír.

━ Gracias, Hermano Zachariah.

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Cuando llegaron al Instituto, Johanne no había dicho alguna palabra al respecto, y eso inquieto a Alec. Él estaba feliz, iba a ser padre con la mujer de la cual se enamoró desde que tiene memoria y con la que está unido por medio de runas tanto angelicales como demoníacas.

Formaría una familia con el amor de su vida.

━ Sabes, este es el mejor regalo de cumpleaños que me pudiste dar, aunque no sea intencional━ comentó mientras se dirigían al ascensor.

Johanne se detuvo para mirarlo, algo confundida.

━ ¿Es tu cumpleaños?

Alec sonrió, acercándose a ella para sujetarla de la cintura. Aunque ella se puso rígida ante su tacto, no se apartó.

━ Sí, 12 de septiembre━ le robó un beso, tomándola desprevenida━. Cumplo 24 y me entero de que seré padre.

━ ¿Qué tiene de emocionante? ━ cuestionó con cierto fastidio━. Mocosos lloriqueando y pidiendo a gritos comida, atención.

━ Tal vez sean sus desventajas, pero me emociona el hecho de que formaremos una familia, Anne━ un brillo iluminó su mirada azulada, provocándole a Johanne una extraña sensación━. Tal vez sea como tú, o como yo, o una rara combinación de ambos. Da igual, porque lo amaré por los dos.

Ella frunció el entrecejo, algo confundida por lo último.

Lo amaré por los dos.

━ Sé que tú no sientes mucho al respecto de cariño. No lo entiendes, por lo que no sabrías que hacer con nuestro hijo━ explicó Alec━. Y yo estoy dispuesto a amarlo como lo harías si tu sangre no hubiera sido contaminada.

━ ¿Y lo amarías si sale como yo, un ser demoníaco sin capacidad de amar, pero sí de destruir y odiar?

━ Por supuesto, porque te amo a ti━ juntó sus frentes, sonriendo cual niño enamorado.

Aquella rara sensación le recorrió el cuerpo, poniéndola inquieta. Era una sensación ajena, desconocida por su sistema y por ella misma. Algo demasiado raro para comprender por si sola. Johanne se apartó de él para ingresar al elevador, y él la siguió.

━ Jamás pensé que la estupidez humana fuera demasiada━ alegó cuando las puertas metálicas se cerraron━. Amar a alguien que desconoce esa palabra, pero qué puedo esperar de ti.

Alec sonrió, pues su tono no fue de fastidio o indiferencia, sino tranquilo. Un tono del cual Alec comenzaba a notar más seguido, más constante cuando se dirigía a él y sólo a él.

━ Y, feliz cumpleaños, supongo.

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El día estuvo entre un Alec inquieto y emocionado tratando de no gritarlo a todo el Instituto que iba a ser papá, en cambio Johanne no salió de la habitación. Se veía por minutos a través del espejo y tocando su vientre con cierta irritación. Iba a ser madre, tendría un vientre grande si alcanzaba a subir de peso, y de no hacerlo apenas y sería notorio. No estaba lista para eso, tener que cuidar aun mocoso que podría ser como ella.

Tal vez podría ser letal si ella le enseñaba lo que sabía sobre la psicología humana y como tratar con los muertos. Podría experimentar con alguien de su mismo rango y con sus facciones. No sería más que un experimento que podría triunfar como ella no lo hizo para su padre.

Tras colocarse una sudadera grande de color azul, salió de la habitación para caminar por los pasillos hacia el ascensor. Volver a la rutina en el Instituto después de haber estado presa y haber intentado retomar su vida en la universidad, nada mal para una chica que le vale un carajo su propia vida.

Al llegar a la caja metálica, un Nephilim estaba ahí esperando con impaciencia. Johanne lo ignoró y pudo percibir la incomodidad del chico, no era más que un joven Shadowhunter moreno de alrededor de 20 años. El Nephilim le dio una mirada y soltó un bufido.

━ Tal vez deberías largarte━ opinó cuando las puertas se abrieron ante ellos━. Tú y tu hermano, no deberían estar aquí los hijos de Valentine.

━ Mientras yo sea la esposa de Alexander Lightwood, olvida el hecho de que me largue━ lo miró de una forma de desinterés, pero su mirada oscura pareció consumir la luz y confianza del joven━. Y, además, joderle la vida a los demás es algo que disfruto más de lo que crees, imbécil.

Ingresó al ascensor, el chico se quedó parado mirando como las puertas se cerraban. A ella le daba igual la opinión de los demás, y seguía sin entender porque los humanos decían su opinión cuando nadie se las pedía, intentando intimidar o hacer sentir menos a alguien, como si ellos fueran el centro del universo y lo más grandioso. Era estúpido y por más que leyera sobre la mente humana, esa sería su mayor incógnita.

Las puertas se abrieron y ella salió para dirigirse al comedor. Su estómago pedía a gritos cualquier alimento asquerosamente dulce que le calmará el antojo de comer chocolate.

━ Johanne Morgenstern.

Viró los ojos con claro fastidio al escuchar a Raj. El moreno se posicionó delante de ella con un gesto serio en su rostro, como si intentara intimidarla o al menos denotar autoridad. Johanne lo miró desinteresada, esperando a que hablara el idiota.

━ Aldertree quiere verte en su oficina.

━ Que siga queriendo━ pasó por su lado.

━ Mira, si no vas te llevaré a la fuerza y...

Antes de que pudiera concluir su oración, Johanne se volvió a hacia él y lo sujetó del cuello de la camiseta. Con fuerza lo levantó un poco del suelo y soltó un gruñido, casi similar a un bufido.

━ Inténtalo, humano mediocre━ lo soltó empujándolo para que cayera al suelo.

Retomó su camino hacia la cocina. Después de tomar algunos cup-cake de chocolate recién hechos, se dirigió a la oficina del director. Necesitaba calmar su ansiedad por comida dulce o terminaría realizando una masacre. No tocó la puerta, sólo ingresó a la oficina donde Jace ya estaba.

━ Johanne, que bueno que llegas━ habló el moreno, y Jace le dio una mirada de soslayo a su hermana━. Como le dije a tu hermano, su sangre de demonio hace imposible confiar en ustedes.

━ Tres personas confían en nosotros, así que no es imposible. Solo tienes miedo, y buscas cualquier indicio para retirarnos del Instituto━ el tono firme y seguro de Johanne hizo a Aldertree sonreír.

━ ¿Puedo saber a dónde fueron tú y tu esposo esta mañana?

Jace miró de inmediato a su hermana, con cierta duda en los ojos dorados. Johanne no estaba de humor para responder con la mayor amabilidad que conocía, y tampoco le apetecía contestar a la pregunta.

━ Creí que tenías ojos en todas partes━ habló Jace, al notar el fastidio de su hermana.

━ ¿Dónde estuvieron? ━ volvió a cuestionar.

━ Que te importa, imbécil━ escupió con asco y se cruzó de brazos.

━ Así que los hijitos de Valentine, ¿qué están planeando? ━ interrogó a ambos.

━ Tenemos derecho a tener nuestra vida privada━ respondió Jace, antes de que Johanne volviera a hablar.

━ Muy bien━ había un deje de sarcasmo en su voz, y caminó para rodearlos━. Los pondré en tareas de limpieza. Solo por el momento.

Johanne profirió un sonido, similar a un gruñido y se giró para mirar a Aldertree al mismo tiempo que Jace, pero fue el rubio quien avanzó para quedar frente al director.

━ ¿Te parezco un novato de primer año?

━ Puedo hacer que limpies las letrinas si prefieres.

━ Y yo puedo incendiar el Instituto si así lo quieres ━ amenazó Johanne, mirando al moreno con frivolidad.

Sus ojos negros consumieron la luz, dejándolos sin brillo y eso le provocó un escalofrío a Aldertree.

━ Pero, eres tú quien dicta las órdenes. El responsable de lo que ocurra━ sonrió de una forma macabra y salió de la oficina.

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Después de la traición de su prometida, decepción que más le hería cuanto más ocultaba a todos, el efecto que le había producido, las condiciones de vida en que antes se sentía feliz se le hicieron penosas, resultándole mucho más desagradable la libertad y la independencia con las cuales tan bien se encontraba hasta entonces. No solamente no mantenía aquellos pensamientos que habían acudido a su mente por primera vez al mirar el campo de batalla de Austerlitz, pensamientos de los que le gustaba hablar con Pedro y que llenaron su soledad en Bogutcharovo y después en Suiza y en Roma, sino que incluso temía recordarlos por cuanto le descubrían un horizonte infinito y diáfano. Entre tanto, el interés inmediato, sin lazos con el pasado, ocupaba su espíritu, pero cuanto más se unía a este interés concreto, más las ideas antiguas se crecían y afirmaban en él. Aquella bóveda infinita que se alejaba del cielo por encima de él, de momento parecía transformarse en una bóveda baja y determinada que le ahogaba, bajo la cual todo era preciso, sin nada eterno ni misterioso.

━ Aquí estás.

Johanne levantó la mirada para verlo. En sus manos había una bandeja, platos con fruta picada y pan tostado con alguna mermelada untada, pequeños platitos para algún jarabe dulce y un vaso de alguna bebida igual de dulce. Alec se sentó en el suelo, frente al banco donde estaba su esposa y dejo la bandeja en el suelo.

━ El Hermano Zachariah dijo que tienes que comer, así que supongo que tienes hambre ya que recibí un llamado de atención por tu robo a la cocina━ sonrió, parecía más vivo de lo que pudo haber estado antes.

━ Supongo, gracias━ tomó uno de los panes y lo llevó a su boca.

Tenía chocolate, algo que le dejo una embriagues por el sabor tan exquisito en su boca. Alec parecía satisfecho por eso, y tomó uno de los pedazos de fruta cortados para llevarlo a su boca para poder comer también.

━ Jace, Isabelle y Clary irán al Reino Seelie para hablar con la Reina━ comunicó, algo nervioso.

━ Por tu nerviosismo, no es bueno que vayan a allá, cosa que me indica que pueden morir y no regresar━ fue indiferente al tema.

━ Isabelle dice que la reina de la Corte Seelie ha solicitado una audiencia con nosotros, aunque ni tú ni yo vamos a ir.

━ ¿Por qué? ¿tan mala es esa Reina? ━ le dio una mirada de acusación, buscando que dijera algo más.

━ No voy a arriesgarlos a ninguno de los dos━ afirmó, tomando otro pedazo de fruta━. ¿Qué libro estás leyendo ahora? ━ preguntó para intentar entablar una conversación más extensa con ella.

La chica Morgenstern tomó el libro de sus piernas y se lo pasó a Alec para que él pudiera leer el título.

━ Me lo dio Jonathan como regalo de bodas. Cualquier libro de León Tolstoi es bueno━ respondió, tomando un pedazo de fruta y lo sumergió en lo que parecía ser mermelada de piña.

━ Tengo la sensación de que hay un libro de este mismo autor que ya he leído━ aseguro, hojeando el libro con curiosidad.

Aquello dejo a Johanne algo desconcertada.

━ ¿Lees?

Una risa salió de los labios de Alec y la miró, sonriendo con cariño. Parecía más acostumbrado a estar con ella, como si nunca hubieran estado separados. Alec se seguía preguntando en lo que hubiera pasado si ambos hubieran crecido juntos, ¿se habrían casado desde más antes? ¿Johanne sería diferente?

Pero por más que encontrara aquella idea increíble, no cambiaría a su Anne de ahora. La amaba así tal cual y su indiferencia al mundo.

━ Leí sobre la historia de los Shadowhunters y sobre demología, por supuesto que leo, Anne ━ dejó el libro en el suelo y tomó uno de los panes.

━ Y no eres tan idiota como pensé.

El pelinegro volvió a reír.

━ Lo tomaré como un halago, así que gracias, amor━ hizo énfasis en el apodo, solo para ver la reacción.

Johanne viró los ojos, pero no replicó y tampoco parecía fastidiada, solo estaba tranquila. Y, por primera vez, Johanne habló por voluntad propia y le platicó sobre el libro, o lo poco que llevaba del mismo, haciendo que Alec le prestara la mayor atención posible. No pensaba interrumpirla, dejaría que ella se expresara y hablaría cuando ella le pidiera su opinión.

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La pequeña comida que él tenía pensada como algo común, se volvió cada vez más agradable de lo esperaba. Apenas recordaba que no habían tenido una cita, ni siquiera habían sido novios antes de casarse y ahora estaban ahí, en el invernadero teniendo su primera cita.

━ Anne━ la llamó, acariciando el cabello blanco de la chica.

Johanne no abrió los ojos, pero emitió un sonido para indicar que hablara.

━ ¿Esta fue nuestra primera cita?

Ella abrió los ojos para mirarlo, estaba acostada en sus piernas mientras que Alec estaba recargado en el árbol. Johanne le dio el privilegio de tenerla acostada en las piernas para que él la acariciara y mimara.

━ ¿Eso importa?

Alec sonrió y asintió, mordiendo su labio.

━ Da igual, pero supongo que sí━ respondió para después cerrar de nuevo los ojos.

El morocho siguió acariciando el cabello de su esposa, blanco que algunas veces él confundió con plateado. Le daba curiosidad saber si su bebé tendría el cabello blanco de los Morgenstern, o el negro de los Lightwood, los ojos negros de los Morgenstern o los azules de los Lightwood. Tenía intriga por saber si sería niño o niña, pero de lo único que estaba seguro: sería demasiado inteligente que podría ser de nivel avanzado.

Con los conocimientos que Johanne podría brindarle, y juntos corregirlos. Intentar que no sean un desastre como lo es Johanne y tal vez hacer que se lleve bien con sus futuros hermanos.

La simple idea de ser padre lo mantenía pensando en el futuro.

━ Johanne Morgenstern━ el tono autoritario de Aldertree los hizo a ambos mirar a la entrada. El hombre caminó hacia ellos, mirando seriamente a la chica━, deberías estar realizando las actividades que se te solicitaron al igual que a tu hermano, no de descanso━ miró a Alec, con cierto fastidio━. Y usted, señor Lightwood, le sugiero que se ponga a trabajar.

━ ¿Actividades solicitadas? ━ cuestionó Alec, mirando de forma molesta a Aldertree.

━ Eso no es asunto tuyo, ahora ambos harán lo que se les ordenó.

Johanne se sentó en el suelo, mirando de forma desafiante al director.

━ No haré nada, así que busca a otro conejillo que te chupe las bolas y deja de joder━ escupió, con una sonrisa sin vida y sus ojos oscuros consumiendo la poca energía del hombre frente a ella.

━ Vuelves a revelarte ante mí, como alguna vez lo hizo tu padre a la Clave━ comparó, en un tono que a Johanne le irrito.

━ ¿Intentas ser el bueno ahora? ━ se puso de pie, dando un paso al frente para quedar a centímetros de él━. Podrido y jodido de hipocresía, no eres más que un simple soldado estúpido que cree que por tener el liderazgo puede hacer lo que quiere. Jodido imbécil, ¿realmente piensas que soy como mi padre? ━ sonrió con cinismo, en un reflejo lo sujetó del brazo al ver que él retrocedió━. Estas equivocado, tú y tu Clave.

━ Anne, suéltalo━ pidió Alec, en un tono preocupado.

Ella lo ignoró, se acercó para susurrarle algo a Aldertree antes de soltarlo.

━ Soy peor que mi padre, la reencarnación de Luzbel que espera a su Miguel para ser desterrada.

Aldertree miró con seriedad a Alec, para después regresar la mirada a Johanne.

━ Te quiero fuera del Instituto y no volver a verte hasta que sea necesario.

━ ¡No puedes hacer eso! ━ exclamó Alec, colocándose a un lado de su esposa━. Johanne no se irá de aquí.

━ Soy el director de este Instituto, y toleraré a dos insubordinados, no a tres. Si gustas irte con ella junto con tu parabatai, adelante que no te detengo.

La sangre le hirvió a Alec, apretando la mandíbula y los puños; mirado como Aldertree se retiraba del invernadero. Johanne se agachó para tomar su libro y comenzó a caminar fuera de ahí, por lo que Alec la siguió.

━ Anne, no tienes a donde ir. No puedes vivir en la calle, eso no le hará bien al bebé ni a ti━ trató de detenerla.

━ A una cuadra de aquí hay una casa abandonada con suministros que deje en caso de emergencias. Pensaba irme ahí cuando ustedes me trajeron aquí, y ya que el otro edificio se incendió, en el campus no quiero estar. Puedo irme ahí━ le restó importancia, caminando entre los pasillos para llegar a su habitación.

━ Me iré contigo.

Johanne no le respondió, por lo que ambos al estar en la habitación se pusieron a empacar una maleta con ropa y algunas cobijas extras como almohadas. Aunque Alec iría al Instituto todos los días, debía dejar a su mujer en condiciones adecuadas para su embarazo.

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El lugar era deplorable, aunque tenía el aspecto adecuado para evitar que algún mundano ingrese al lugar, tal vez después Alec le pediría a Magnus que le colocara un glamour y los ayudará a mejorar la casa y que este en mejores condiciones para que ambos estén cómodos.

Con una runa Alec abrió la puerta, permitiendo a ambos ingresar y oler la humedad de la madera del suelo, como las manchas de la misma en el techo y paredes. Había una mesa en mejores condiciones en lo que parecía ser la cocina, y en la sala que estaba a un par de metros, un revoltijo de sábanas algo delgadas.

━ ¿Segura que quieres que vivamos aquí? ━ interrogó con cierto deje de asco al ver una cucaracha en la pared de la escalera.

━ Tú te puedes largar.

Soltó un resoplido y dejo las maletas sobre la mesa.

━ Revisaré el perímetro en caso de que haya alguien más aquí━ antes de irse dejo un beso en la frente de su esposa y camino a las escaleras.

En cambio, Johanne sacó uno de los cuchillos de su cinturón y caminó a las tablas sueltas del suelo de la cocina. No había encontrado otro lugar a donde esconder su comida, por lo que con una gran bolsa en el suelo guardó las latas y la tapo con las tablas. Si tenía suerte, esta seguiría en condiciones para consumirse, de no ser así, debería encontrar la manera de ganar dinero para ir a comprar más.

Removió las tablas y con el cuchillo rasgó la bolsa negra, permitiendo ver las relucientes latas envueltas con sus etiquetas. Metió la mano y sacó una de ellas para mirar la fecha de caducidad.

━ ¡Johanne!

El grito de terror por parte de Alec la hicieron soltar la lata y subir corriendo las escaleras, donde algunos escalones estaban podridos y demasiado frágiles. Al llegar al segundo piso, no tuvo que buscar en las habitaciones para encontrar a su esposo, pues Alec ya había salido corriendo de la última habitación del pasillo.

━ ¡Hay un nido de arañas! ━ dijo alterado, nervioso y Johanne pudo ver su miedo reflejado en sus ojos.

━ Aparte de idiota y maricón, miedoso a las arañas━ viró los ojos y caminó a la habitación.

━ Son muchas, no vayas━ intentó detenerla, pero ella ya estaba ingresando.

Johanne buscó con la mirada el nido que Alec mencionó, viendo un nido negro de arañas en una de las esquinas, al igual que se extendía por la pared y parte del techo. Con el cuchillo se acercó para comenzar a apuñalar el nido, las arañas salieron para defenderse y Johanne con el pie las fue aplastando.

Alec estaba en el marco de la puerta, mirando con terror como su esposa se hacía cargo de esos seres tan aterradores de ocho patas y ocho ojos. Fueron minutos hasta que Johanne con su estela trazo una runa de calor en la pared y en el suelo, dejando que se quemaran las telarañas y las mismas arañas junto con sus huevecillos.

━ ¿Estás bien? ━ preguntó cuándo Johanne lo miró.

━ Solo son arañas, Alexander━ viró los ojos━. Ellas son inofensivas, yo no y sin embargo estás conmigo. Aprende a acerté amigo de tus miedos, o tu enemigo será mi mejor amigo━ le sonrió de forma carente de vida y camino hacia él.

━ Hazte la mejor amiga de quien quieras, pero de las arañas yo no pienso hacerme el amistoso━ dio vuelta para bajar a la primera planta.

━ Que patético y cobarde me saliste.

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