━━━━ ELEVEN ━━━━

[Este capítulo contiene parte del libro Los Hermanos Karamazov]

━ ¿Estás bien?

Solté el humo por mi boca, mirando a nada en especial, el idiota se acercó hasta quedar a mi lado.

━ Johanne.

━ Ve a buscar al estúpido de tu Parabatai━ farfullé, irritada de su presencia.

Aquella sensación que sentí en mi pecho no la había sentido nunca. Fue como experimentar una reacción nueva dentro de mi sistema. No había sentido una inquietud así jamás, nadie me había importado. No sé porque ocurrió aquello, pero me molesta saber que tiene que ver con el idiota de ojos azules.

━ Está bien━ susurró, parecía decepcionado.

Se alejó, volviendo a dejarme bajo un silencio que me logra calmar. Deje caer el cigarro y me aleje de la orilla para regresar al interior del Instituto.

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Comprenderla supondrá para los hombres el advenimiento del reino de los cielos, no como un sueño, sino como una auténtica realidad.

-¿Pero cuándo llegará ese día? –exclamé, apenado-. Acaso esa idea no pase nunca de ser un sueño.

-¿Cómo es posible que no crea usted lo que predica? Ha de saber que ese sueño se realizará, pero no ahora, cuando todo está regido por leyes. Es un fenómeno moral, psicológico. Para que el mundo se renueve es preciso que los hombres cambien de rumbo. Mientras cada ser humano no se sienta verdaderamente hermano de su prójimo, o habrá fraternidad. Guiándose por la ciencia y el interés, los hombres no sabrán nunca repartir entre ellos la propiedad y los derechos; nadie se sentirá satisfecho y todos murmurarán, se envidiarán, se exterminarán... Usted se pregunta cuándo se realizará su ideal. Pues bien, se realizará cuando termine la etapa del aislamiento humano.

-¿El aislamiento humano? –pregunté.

-Sí. Hoy reina en todas partes y no ha llegado aún la hora de su fin. Hoy todos aspiran a separar su personalidad de las demás personalidades, gozar individualmente de la plenitud de la vida. Sin embargo, los esfuerzos de los hombres, lejos de alcanzar sus fines, conducen a un suicidio total, ya que, en vez de conseguir la plena afirmación de su personalidad, los seres humanos caen en la soledad más completa.

━ Anne.

Pasé la página, esperando a que el idiota diga lo que tenga que decir. Por su forma de caminar, está inquieto y preocupado, cosa que irrumpe en la tranquilidad que había en el santuario.

━ Necesito que me acompañes a hablar con Magnus.

━ ¿Para qué?

━ Isabelle quiere que él sea su abogado defensor, y no quiero ir solo.

Aparte la mirada del libro para verlo, con cierta burla.

━ ¿Qué acaso tienes cinco años? Ve solo.

━ ¿Y si mejor eres tú su abogada?

Lo miré incrédula, cerré el libro y me puse de pie.

━ Estudie para tratar con muertos, no para abogada━ me crucé de brazos.

Él mordió su labio, claramente nervioso. Había tormento en sus ojos, al igual que cansancio.

━ Por favor, Anne━ su tono pasó de ser seguro a uno de súplica.

━ Es estúpido, ¿por qué no Lydia? ¿otra persona que venga de Idris? No hay nada concreto contra Isabelle más que una acusación estúpida. ¿De qué sirve procesarla? Lo único que la Clave quiere es la Copa Mortal, la cual ella no tiene.

Él sonrió, algo que me confundió.

━ ¿Segura que no quieres ser su abogada? Ella te descarto por el simple hecho de que odias a todo el mundo, pero ¿podrías ayudarme con eso?

Rodé los ojos, fastidiada por su faceta de "siempre necesitaré de ti". Bufé, notoriamente irritada, y acepte, dándole una mirada que supo descifrar, haciendo que pasara sus brazos a mi alrededor, dándome un incómodo y espantoso abrazo, algo que me hizo gruñir.

━ Te quiero━ dejo un asqueroso beso en mi frente y se alejó.

━ Idiota.

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Jugué con el cigarro en mis dedos, mientras camino a la salida. La mayoría de las miradas está sobre mí, con desprecio, odio y podría decir que con asco. Prendí el cigarro de una vez y rodé los ojos al ver tras las puertas al idiota y a la enviada de la Clave.

━ El mensaje decía: "Ten todo listo. El juicio comenzará de inmediato". Ella está en camino, y Johanne, deja de fumar aquí dentro━ ordeno, haciéndome rodar los ojos y lleve la punta del cigarro a mi mano.

Comenzó a quemar mi piel, para después apagarse y lo guarde en el bolsillo de la chaqueta y me recargue en la pared, mirando a ambos.

━ Pero eso no tiene sentido ━ se detuvo y la rubia se colocó delante de él ━. ¿Por qué apurar esto? Los dos sabemos que Clary y Jace siguen afuera.

━ Jace y Clary no están siendo juzgados por alta traición ━ le recordé, mirando la quemadura de mi mano ━. ¿Quién es el que va a venir? Por tu expresión, tiene que tener autoridad, para así poner de insoportable al idiota aquí presente ━ miré a la rubia.

━ Imogen Herondale, la Inquisidora, es la que viene para llevar a cabo el juzgado ━ explicó y bufé, aburrida.

━ Vamos. Los tres sabemos que no hay nada sólido contra Isabelle ━ habló el idiota, aun en desacuerdo, aguantando sus ganas de reclamar por qué estoy ahí apoyando a la rubia en lugar de a él━. Si retrasamos esto un par de semanas...

Las puertas se abrieron, dejando ver a unos soldados formados en dos filas.

━ Ahí tu retraso de dos semanas━ comente, cruzando mis brazos.

Las dos filas se abrieron dejando paso a una mujer, vestía una larga y anticuada capa gris oscuro que descendía hasta la parte superior de sus botas. Debajo llevaba un traje entallado color negro pizarra con un cuello mandarín, cuyas almidonadas puntas le presionaban el cuello.

El cabello era de una especie de rubio pálido incoloro, firmemente recogido hacia atrás con pinzas, y los ojos eran inflexibles esquirlas grises. Paso entre nosotros para mirar a los Nephilim que estaban operando.

━ Guardias, descansen ━ les ordenó a los hombres que venían con ella, ya cuando nos miró a nosotros su mirada se volvió gélida en cuando me vio.

Me examinó, parecía molesta en cuanto me miró a los ojos. Sonreí con cinismo, algo que la irrito.

━ Johanne Morgenstern━ había desprecio en su voz, tal vez inclusive rencor plasmado en mi nombre.

━ Inquisidora━ me voz fastidiada fue suficiente para ella para mirar seriamente a Lydia.

━ Discúlpenos ━ fue firme.

Sin esperar al idiota, me dirigí a la salida dispuesta a fumar.

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Solté el humo, dejando que el cigarro vuelva a quemar mi piel. Las llagas ya son notorias en mi antebrazo, en formas de pequeñas manchas de un rosa tenue contra mi pálida piel.

Volví a encenderlo, para llevarlo a mis labios. Ya oscureció, y es seguro que el idiota está buscándome para que defienda a su hermana.

No entiendo por qué me quiere a mí, soy lo suficiente directa y mentirosa también, como para enfrentar un juicio con una persona que me odia sólo por parecerme a mi padre.

La Inquisidora no creería ni una de mis palabras, aunque fueran verdad, mucho menos se dispondría a escucharme. Necesita de alguien que no se parezca a Valentine, y que sepa lo que hace al enfrentarse a un juicio.

Necesita de Magnus Bane, pero su pánico homosexual es demasiado como para ir con el brujo que le lanzó propuestas indecentes desde el primer momento.

Eres un idiota, Alexander.

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━ Sé por qué te fuiste━ comento, mientras entramos a la sala donde se llevará a cabo el juicio.

━ ¿Por qué?

━ Porque de ser tú la abogada, la Inquisidora no creería ninguna de tus palabras. Por la forma en la que te miró━ me sujeto de la mano y nos sentamos.

━ Tengo entendido que su hijo murió por culpa de mi padre, es lógico que odie a toda persona que se parezca a él, más siendo yo su hija.

━ Pero no eres una Morgenstern.

Decidí no responder, y alejar mi mano de la suya.

━ Esa pulsera━ susurró, volviendo a sujetarme, pero esta vez de la muñeca.

Baje la mirada, su chaqueta dejaba a la vista su muñeca, la cual tenía una pulsera negra, igual a la mía. Ambas tenían símbolos extraños de un rojo tan oscuro como la misma sangre, similares a runas, pero por su aspecto, no precisamente angelicales.

━ ¿Desde cuándo la tienes? ━ interrogó.

━ Desde siempre.

Me miró, como si aquello le diera una idea. Había emoción, pero también miedo en su mirada. Era una sensación extraña la que comenzaba a desprender, como si tratara de reflejar aquello en mí.

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━ ¿Voy a sobrevivir si lo toco? ━ preguntó el brujo, apuntando la Espada-Alma.

━ Si dice la verdad━ habló la mujer, la cual no parecía contenta de verme ahí.

━ No podría ser de otra forma━ contestó, soltando la Espada.

━ Presente su caso, brujo.

━ Mi caso es simple━ comenzó a hablar, seguro como si realmente supiera sobre ser abogado━. Es verdad que Isabelle Lightwood actuó en contra de las órdenes de la Clave al intentar liberar a la Seelie, Meliorn.

Esto va para largo, y no entiendo porque vine aquí. Estaría terminando otro libro.

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━ Me gustaría llamar a Lydia Branwell al estrado.

━ No veo la relevancia.

━ Bueno, ya somos dos. No le veo relevancia de todo esto. Sra. Branwell ¿puede subir al estrado?

La rubia, algo confundida subió al estrado y se sentó, colocando sus manos entrelazadas sobre sus piernas.

━ Sólo tengo una pregunta. ¿Por qué está procesando este caso?

La mujer de mayor edad miró a la rubia, esperando que no arruine el caso.

━ Responda la pregunta, abogada.

━ Porque la ley es dura, pero es la ley━ respondió, rodé los ojos fastidiada━. Pero no significa que sea correcto. Juzgamos a alguien por ser compasiva, por pensar en sí misma. Ella salvo una vida que estaba siendo sacrificada por nada.

━ Eso es suficiente, Branwell.

━ No. No lo es. Estoy mirando las caras, aquí. Un hermano y una hermana que nunca están de acuerdo, excepto en lo mucho que se aman el uno al otro y en lo leal que son el uno al otro━ con cierta repulsión hice una mueca━. Un hombre que defendió este caso, fingiendo querer su pago en objetos raros, pero, que realmente cree que la injusticia hacia sus amigos es intolerable. La lealtad, la decencia, la compasión, el amor. Estos conceptos son los que debemos considerar para decidir la culpabilidad o inocencia en este caso.

━ Esos no son los conceptos de la ley━ la interrumpió la mujer algo molesta━. Ahora basta de tonterías.

━ Estoy de acuerdo. El caso no tiene sentido━ habló y se levantó de la silla━, retiro todos los cargos.

El idiota se levantó para felicitar a su hermana, yo me quede cruzada de brazos, aburrida.

━ ¡Silencio! ━ habló la mujer, pero todos la ignoraron━. ¡Orden! ¡Silencio! ━ golpeo con su partillo de madera━. Si cree, que negarse a procesar exculpa a la acusada, está equivocada. Ella es culpable━ habló firme, demostrando autoridad━. Las defensas tienen razón, la Clave quiere la Copa Mortal. Si la Copa se devuelve dentro de 24 horas, este fallo se anulará y si no es así, Isabelle Lightwood será despojada de sus runas y exiliada de la sociedad de los Shadowhunters para siempre━ habló y volvió a golpear con su martillo, dando por finalizado la corte.

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Acaricié su cabeza, dejando que mis dedos dividan sus mechones negros, mientras que mi otra mano reposa en su pecho. El idiota, después de aquella sentencia de la Inquisidora, se puso muy tenso, más molesto que a como otros días.

Me dirigí a la biblioteca, para poder leer y deseando, por primera vez, que la estúpida de Clarissa regresara con el teñido para que el idiota estuviera tranquilo.

Verlo así me provoca un amargo sabor en mi boca, al igual que un molestar en mi estómago. Fue cuando él, sin decir nada, se acostó a mi lado para dejar su cabeza sobre mis piernas. No vi necesario decirle nada, ya que sus ojos reflejaban un tormento inquietante.

En silencio, nos quedamos ahí. Su respiración se volvió tranquila, dando a entender que estaba dormido o al menos relajado. Mi celular sonó, irrumpiendo con el silencio y haciendo que el idiota se remueva y termine de lado.

Tomé el aparato y miré el mensaje, rodando los ojos de ver que la naranjita sigue con vida.

La estúpida copia de Jocelyn

Acabo de llegar al Instituto.

Necesito hablar contigo. Estoy en la enfermería.

Bufé, mirando al idiota. Su tranquilidad me fastidia.

Me puse de pie, haciendo que él terminara en el suelo y él se despertara alarmado.

━ ¿Qué ocurre? ━ se levantó, algo adolorido por el golpe.

━ Clarissa y el teñido están aquí, con la Copa━ le dije, tomándolo de la mano y lo jale para salir de la biblioteca.

━ ¿De verdad?

Su tono cansado pareció tranquilizarse. No cambio la posición, dejo que lo guiara por el Instituto hasta llegar a la enfermería. En medio de la habitación estaba una burbuja verde flotante, donde en su interior estaba a la estúpida de Jocelyn.

━ Genial, sigue con vida la estúpida━ comente, soltando al idiota y me acerque.

El teñido se puso a hablar con Alec, quien de estar tranquilo pasó a estar serio, de brazos cruzados y mirando con molestia a su Parabatai. Decidí ignorarlos, mirando con fastidio a la pelirroja dentro de la burbuja.

━ Si le entierro un cuchillo, ¿morirá dentro de la burbuja? ━ cuestione, pasando mi mano por el brazo pálido de la mujer que desgraciadamente me dio la vida.

Clarissa se mantuvo en silencio, mirando a Jocelyn. La tensión entre el idiota teñido y Alec era clara, me aparté, para mirarlo y él suspiro en cuanto su mirada chocó con la mía. Me hizo un movimiento, indicando que lo acompañé, pero negué.

Él le dedicó una mirada a Clarissa para después irse, dejando al estúpido teñido al aturdido. Se giró, para acercarse y me miró.

━ Tenemos que hablar.

Me crucé de brazos, mirándolo con indiferencia.

━ ¿Ahora?

Asintió, agobiado de verme. Parecía buscar algo en especial en mi rostro.

━ En Renwick, Valentine dijo algo━ comenzó la naranjita, poniéndose de pie y se acercó, quedando en medio de los dos.

━ Valentine también es mi padre.

Miré seriamente al rubio, analizando sus facciones. No hay nada de él que se parezca a Valentine, mucho menos a la estúpida de Jocelyn. Ni siquiera nos parecemos él y yo para que él sea Jonathan, mi Jonathan.

━ No, no puede ser━ negué, endureciendo mi mirada.

━ Johanne, él es Jonathan.

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