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Día de furia

━━━ FIVE ━━━



[Este capítulo contiene parte del libro Ciudad de Ceniza]


Johanne sabía que su celda tenía un suelo de losas de piedra, que tres de las paredes estaban talladas en la roca y que la cuarta estaba hecha a base de barrotes espaciados de electro; cada extremo profundamente hundido en la piedra. Sabía que había una puerta en aquellos barrotes. También sabía que una larga barra de metal discurría a lo largo de la pared este, porque los Hermanos Silenciosos habían cerrado una de las manillas de un par de esposas de plata a la barra y la otra a su muñeca.

Podía dar de arriba abajo unos pocos pasos en la celda, tintineando como el fantasma de Marley en Un cuento de Navidad, pero eso era todo lo lejos que podía llegar. Ya se había despellejado la muñeca derecha tirando imprudentemente de la esposa, no le dolía, pero comenzaba a fastidiarle.

Inició otro lento paseo a lo largo de la celda, arrastrando los dedos por la pared al andar. Quería leer, tenía hambre y para su tan mala suerte, había tenido el periodo. Los Hermanos Silenciosos la ayudaron con eso, pero si ya era irritable, con el periodo era peor. Mucho peor.

Muy en el fondo se preguntó si la podían condenar a muerte. No conocía los límites de la Clave ante infracciones como esas, pero la Inquisidora era la principal persona que le tenía rencor solo por los pecados de su padre. Volvió a dar un paso al frente, donde las esposas tintinearon. La oscuridad la envolvió y ella dejo de andar, prestando atención a los sonidos de pisadas.

Se mantuvo en las sombras, esperando pasar desapercibida por quien fuera a pasar. Unos minutos, y la luz de una antorcha se hizo presente, poco después la figura de una persona se hizo visible frente a la puerta.

━ ¿Qué haces aquí? ━ cuestionó molesta.

Alec dio un suspiro, tocando uno de los barrotes y la examino bajo la poca luz que brindaba la antorcha que sostenía el Hermano Silencioso. La última vez que se vieron fue cuando llegaron al Instituto; Alec había sido llevado a la enfermería para ser revisado, mientras que Johanne fue escoltada junto con Jace a la Ciudad Silenciosa.

Ninguno de los dos supo del estado del otro. Alec vio la sangre en la entrepierna de Johanne, estaba seca, pero era notoria. Algo alterado la miró esperando una explicación, una respuesta a su pregunta no formulada.

━ Es mi periodo━ respondió, cansada.

━ Ou, ¿te sientes bien?

━ Estoy encerrada, esposada, con mi periodo, bajo un silencio que comienza a fastidiarme, con hambre, ¿realmente crees que estoy bien, idiota?

Aunque por la oscuridad donde estaba Johanne no se podían ver sus gestos, Alec pudo apostar a que su esposa viró los ojos, completamente fastidiada ante la estúpida pregunta. Volvió a suspirar y miró la barra donde está la esposa. De igual forma había sangre, pero esta era resiente. La herida de Johanne era fea y bastante visible por su piel pálida.

━ Hablando de eso, el Hermano Enoch me dejo traerte esto━ de su chaqueta sacó un libro y una bolsa con fruta━. La fruta te la tienes que comer ahora, en mi visita, y el libro puedes quedártelo.

Le paso las cosas a través de los barrotes y Johanne las tomó, casi ansiosa por ver la comida. Dejo el libro en el suelo al igual que la bolsa, para solo sacar la fruta.

━ De por sí ya eres delgada, y si no comes, no creo que quede mucho de mi esposa cuando te saque de aquí━ bromeó, viendo a Johanne llevar un trozo de durazno a su boca.

━ No creo realmente salir de aquí, Alexander━ admitió con la boca llena.

Alec sonrió, era la tercera vez que lo llamaba por su nombre y no por un apodo ofensivo.

━ ¿Por qué tan segura? Cuando toques la Espada-Alma, todo esto será parte del pasado.

━ Por eso, cuando toque la Espada sentenciaré mi vida a una condena aquí━ la mirada que le dio a Alec fue algo que lo dejo inquieto.

━ Tal vez lo sientes así, pero sé que volverás a mí como yo volví por ti━ extendió su mano hacia ella.

Johanne se acercó, permitiendo que Alec le acaricie la mejilla. Un gesto tan simple para ella, pero tan significativo para él.

━ Sabes también que si llego a salir de aquí, mi padre vendrá a buscarme━ susurró, cerrando los ojos bajo el tacto de su esposo.

━ Yo te cuidaré. Siempre lo he hecho━ quiso besarla, pero los barrotes se lo impedían━. Y si quiere llevarte de nuevo, deberá pasar sobre mi cadáver.

Y de él hacerte algo. Si alguien te hace algo, yo me aseguraré de que el mundo arda en llamas━ volvió a abrir los ojos, apartándose de él.

━ Lo sé.


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Clary al igual que Alec también había ido a Ciudad de Hueso para ver a sus hermanos, aunque con Johanne solo fue para asegurarse de que estuviera bien pues no esperaba que su hermana fuera amigable como lo era con Alec. Regresó al Instituto tras recibir una notificación de reunión.

La batalla en el barco seguía repitiéndose en su cabeza. La runa que hizo cenizas el buque, la sangre, los subterráneos muertos, demonios y varios shadowhunters heridos y sin vida. Y todo para no lograr capturar a su padre ni recuperar la Copa.

━ Oh, Clary━ la llamó su madre━. Te he estado buscando. Escuche que fuiste a ver a Jace y Johanne al igual que Alec. ¿Ellos están bien?

Algo en Clary quiso responderle de mala forma, por su hipocresía, pero se contuvo.

━ Están encerrados en la Ciudad de Hueso, ¿cómo crees que están? Oye, vamos tarde a la reunión, así que podríamos...

━ Clary, espera. Hay algo que debo decirte.

La pelirroja se detuvo, dando media vuelta para ver a su madre con cierto cansancio.

━ La Clave me reasignó a Idris.

Al escucharlo, algo en su subconsciente le reprodujo una respuesta casi segura si Johanne hubiera estado ahí: "Genial, vete y ahora no vuelvas".

━ ¿Qué? ━ se acercó a su madre━. ¿Por qué?

━ Soy la ex esposa de Valentine, escondí la Copa durante 18 años. Están probando mi lealtad.

━ Pero la Clave debe saber que no estás del lado de Valentine. Solo diles que probarás tu lealtad aquí.

━ Ojalá dependiera de mí. Así que si bien voy a Idris o huyo. Y ya no quiero seguir huyendo━ admitió.

Clary pudo ver el cansancio de su madre reflejado en sus ojos. Siempre buscó en Jocelyn un parecido en Johanne, pero ambas eran tan diferentes que afirmó que su hermana era más una réplica de su padre y ella la réplica de su madre.

━ Pero acabo de recuperarte━ susurró.

━ Lo sé. Por eso quiero que vengas conmigo━ la tomó de las manos.

━ ¿Ir a Idris?

━ Sé que es un gran cambio, pero al fin podría mostrarte de dónde vienes━ sonrió, pero algo dentro de Clary se quebró━. Y empezaríamos de nuevo. Juntas.

━ ¿Sólo tú y yo? ━ intentó recordarle a su madre que no solo era ella su única hija.

━ Sí.

Una mueca de dolor atravesó su rostro.

━ Dejarás de nuevo a tus hijos━ susurró, soltando las manos de su madre.

Jocelyn iba a responder, pero alguien habló primero:

━ Ataque demoníaco en el centro━ informó Isabelle, llegando con Alec a donde estaban━. Un mundano muerto.

━ Y no tenemos a Jace ni a Johanne. Así que... tú vienes━ concluyó, casi fastidiado ante dicha idea.

━ Espera━ había cierta emoción en su voz━, ¿me quieres en tu equipo?

━ No eres mi primera opción, pero nos falta uno y los demás están en patrulla━ admitió, bajo la mirada de su hermana━. Prepárate.

Paso delante de ambas pelirrojas, sin siquiera mirar a Jocelyn.


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Sabía a la perfección que Johanne no le tenía mucho apreció a Clary, por lo que si llegaba a decirle a su esposa que se iba a librar de su madre y hermana si salía de Ciudad de Hueso, sería la mejor noticia que ella podría recibir.

Le dio un último recorrido a la zona y se acercó hacia el cadáver donde estaba su hermana. Había tenido curiosidad de preguntarle a Johanne porque estudiaba para tratar con muertos, pero poco a poco comprendió que ella prefería estar sola y un muerto no reprocharía lo que ella llegara a hacerle con un cuchillo.

━ No hay nada en toda esta área━ informó al hombre lobo y a su hermana.

━ Llevemos el cuerpo al Instituto. Le haré unas pruebas y veré con qué tipo de demonio estamos tratando━ dijo Isabelle.

━ Clary y yo ampliaremos el perímetro━ avisó━. ¡Oye, Fray! Vamos de cacería. Andando.

Camino con cierta rapidez, pues sabía que las piernas de ella eran cortas y eso la haría correr.

━ Lo más importante: no me retrases. Si me retrasas, nos matas a los dos━ indicó cuando ella llegó a su lado.

━ Suena razonable━ murmuró y Alec la detuvo.

La tomó de la mano derecha y con su estela comenzó a trazar líneas en el dorso. El adama de la estela brillaba mientras quemaba la piel.

━ ¿Para qué es esto?

━ Así veras la firma de calor del demonio━ explicó, volviendo a guardar su estela.

La vista de Clary se tornó amarilla y ciertos tonos se hacían notables.

━ Vas a sentir una sobrecarga sensorial━ volvió a hablar━. El truco es concentrarte. Filtrar lo no importante y buscar la firma de calor.

━ Me concentro, pero no puedo ver nada.

━ Paciencia.

━ Para ti es fácil decirlo━ lo miró de forma acusadora.

Alec suspiro y volvió a caminar.

━ Para alguien que no ha estado entrenando toda su vida es casi imposible.

━ Debes seguir tratando. Aunque no debes preocuparte tanto━ admitió━. Estarás fuera en poco tiempo.

Clary lo miró algo confundida y Alec también la miro, conteniendo sus ganas de sonreír por ese simple echo que él mismo dio por afirmado.

━ Te vas a Idris.

━ Guau, se supo rápido. Pero aún no lo decido, así que no te apresures a darme una fiesta de despedida.

━ Honestamente creo que te gustará Idris━ la miró de soslayo━. Es fantástica.

━ Sí. Apuesto que sería fantástico sacarme de tu camino, ¿no?

Aquello hizo sonreír a Alec de forma burlona.

━ Yo no dije esto, tú sí.

━ Te puedo hacer una pregunta━ rompió el silencio que se formó entre ellos.

━ ¿Sobre?

━ Johanne.

Con un gesto, Clary buscó las palabras adecuadas para interrogar a su ahora cuñado.

━ ¿Qué te gusta de ella?

Tenía esa curiosidad desde que Alec mantenía a raya a su hermana. Johanne se comportaba no tan grosera con él, pero seguía sin entender que podría tenerlo ahí. había llegado a la conclusión de que solo estaba con ella por la unión de la pulsera, pero sabía que Alec sentía algo más.

━ Todo━ fue sincero━. Es algo compleja de entender, pero eso la hace interesante. Cada día descubro una nueva versión de ella.

━ ¿Crees que ella y Jace salgan de Ciudad de Hueso?

Aquello le dejó a Alec un agrió y amargo sabor en el paladar.

━ Sí, sé que cuando toquen la Espada-Alma la verdad surgirá y probarán que nunca estuvieron del lado de Valentine━ trató de ser optimista━. Pero si soy honesto, temo por Anne.


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Volviendo a caminar en la oscuridad, los Hermanos Silenciosos la escoltaron de nuevo al lugar donde la interrogarían. El primero había sido Jace, pues lo vio pasar frente a su celda y a la media hora volver. No tenía conocimiento de lo que le toque a él, pero estaba segura de que a ella le tocaría lo peor.

Las esposas tintinearon cuando jaló las manos, con la única intención de liberarse, pero no lo logró. Aunque durmiendo le causaba pesadillas, ella lograba mantenerse tranquila. Nada le había dado miedo desde que tenía memoria, no había experimentado aquella sensación y ciudad de Hueso no le causaba mucho.

Los sueños eran vívidos, podía mirarse las manos y ver la sangre de Alec corriendo por sus dedos. La mayoría eran relacionados con él; lo apuñalaba, lo lastimaba, lo mataba y ella de algún modo lo disfrutaba, pero de algún modo extrañamente también le dolía. Otros eran con ella misma, una Johanne de ojos verde esmeralda... y feliz; una chica sin sangre de demonio envenenándole las venas; una chica que podía reír y amar y ser humana.

Se colocó frente a la Espada-Alma, la cual era más grande lo que pensó. La enorme espada de gruesa hoja de plata con la empuñadura en forma de alas extendidas solo a centímetros de ella. A unos metros al frente estaba Víctor Aldertree. Este parecía casi ansioso por interrogarla, cosa que hizo a Johanne profundizar su mirada sobre él.

"Estas frente a la Espada acusada por traición a la Clave" habló uno de los Hermanos, colocando la espada sobre las palmas mugrientas de Johanne. Fría al tacto y demasiado pesada, pero de alguna manera algo le impedía soltarla. "Seas inocente o culpable. Que la verdad libere tu alma".

━ ¿Al que decir antes de empezar?

Johanne se lo meditó. Conocía varias frases que decir ante una situación así, pero por más que intentara recordar, nada venía a su mente. Nada excepto una frase:

Aunque haya obrado de buena fe, habrá que proceder con más inteligencia en el futuro━ comentó, en una voz monótona e impasible que hizo a Aldertree dar un paso al frente.

Había conocido a Valentine antes de lo ocurrido, y ahora tenía a su hija frente a él. Tan igual, un reflejo con la misma expresión cruel en los ojos que Jace no tenía. Jace no era como Valentine, aunque este así lo pensara, en cambio, Johanne era igual a su padre como un tenebroso y fino cristal. Filoso y letal.

━ ¿Obrar de buena fe?

━ Ayude a la Clave diciendo la ubicación de mi padre. Luche a su lado en el barco, y estoy aquí encerrada por la misma acusación: traición a la Clave━ habló, y pensó Aldertree que fue obligada por la Espada. Pero esta seguía igual, sin ejercer su poder sobre ella.

━ Pero no nos advertiste de sus demonios y tripulación.

━ Los Shadowhunters creados no están entrenados. Creí que ustedes llevaban entrenamientos desde pequeños y lograrían vencer. De los demonios, sólo los había visto en sueños y creí que eran pesadillas pues al despertar estaba en mi cama━ respondió, en su mismo módulo de voz.

━ Y no luchaste con nosotros, estabas al lado de Alexander Lightwood.

Algo en sus palmas comenzó a quemarla. Miró la espada, el brillo de la misma y su piel quemándose ante su poder.

━ Uno protege lo que le importa━ respondió al fin, algo fastidiada.

━ ¿Te importa tu esposo? Creí que no le tenías mucho cariño.

━ Es un idiota, pero yo tampoco sé lo que siento por él.

━ ¿Lo amas?

La espada volvió a ejercer su poder, quemando las palmas de Johanne a un punto donde toda su mano se volvió roja.

━ No lo sé.

━ Ya veo. ¿Amas a tu padre?

━ No━ viró los ojos, gesto que advirtió a Aldertree que estaba posiblemente mintiendo.

━ ¿Crees que el objetivo de tu padre, de matar a todos los subterráneos, es justo?

━ No, es estúpido y ridículo.

━ ¿Por qué?

━ No son más que personas mal vistas desde su punto de vista. Los mundanos a quienes ustedes dicen proteger, son la verdadera peste que debe ser exterminada, y tal vez llegue alguien a estar de acuerdo conmigo━ sonrió, y algo en sus ojos centelló con maldad.

Aldertree la miró con seriedad y tal vez molestia.

━ Pregunta final. ¿Puedes comprometer tu lealtad incondicional a la Clave?

━ No, no puedo━ fue directa, levantando su mentón. Aquel movimiento permitió ver a Aldertree una clara imagen de Valentine Morgenstern. Altanería, crueldad e inteligencia reflejadas en los oscuros ojos━. El único a quien lealtad le doy es a Alexander Lightwood. Tu Clave no es precisamente algo en la que esté dispuesta a confiar.

━ Entonces confiesas que estas del lado de tu padre y aceptas tu traición a la Clave━ sentenció él, cosa que molestó a la chica.

━ ¿Del lado de mi padre? ━ su tono agrió hizo a la espada comenzar a quemarla━. Estoy dispuesta a expiar mi supuesta traición hasta el fin con tal de que no repercuta en mi esposo. ¿A caso también lo hará partícipe de mi condena? ¿eso no sería un delito y algo injusto? ¿dónde está la verdad de la Clave? ¿sólo porque soy hija de Valentine Morgenstern?

Antes de que dijera algo más tiró la espada al suelo. Sus manos estaban rojas y ensangrentadas, y tal vez podía decir que veía sus huesos.

━ Basado en tu testimonio y en tu comportamiento. Recomendaré a la Clave castigo de cadena perpetua. Que el ángel tenga misericordia de ti.

━ No necesito la misericordia de nadie━ escupió hacia él en cuanto los Hermanos Silenciosos la arrastraron de nuevo a su celda.


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Un sonido cortó el aire, deteniendo en seco el andar de Johanne. Era un aullido agudo y ululante, un sonido de puro y ciego terror. Pareció seguir y seguir como una única nota arrancada a un violín, volviéndose más sonoro, fino y afilado hasta que se interrumpió bruscamente.

Le restó importancia, regresando su atención al libro que Alec le había dejado. Prefería eso a dormir de mal forma y con agudo dolor en las muñecas y manos. Estaba agotada, tal vez más sensible al dolor desde que estuvo de nuevo dentro en la celda.

El sonido regresó, más fuerte esta vez, y luego hubo otro grito, y otro. Algo cayó estrepitosamente. Fastidiada se recargó en la pared, volviendo a retomar su lectura, pero oyó otro estrépito. Había algo en el ambiente, algo que desconocía y le parecía repugnante. Era diferente a las sensaciones que había llegado a experimentar. Un raro cosquilleo en su estómago que no sabía identificar.

Uno algo que la hizo llevar su mano a su cabeza, soltando el libro. Justo cuando sonó otro alarido, muy potente que resonó en su cabeza. El aire le salió con un chirrido del pecho cuando algo se estrelló contra el suelo con un fuerte estrépito, muy cerca de ella, y vio una repentina fluorescencia luminosa, una ardiente flor de fuego que le acuchillaba los ojos.

El hermano Jeremiah apareció tambaleante ante él; con la mano derecha aferraba una antorcha que todavía ardía, y la capucha color pergamino, caída hacia atrás, mostraba un rostro convulsionado en una grotesca mueca de terror. La boca, que había estado cosida, estaba abierta de par en par en un grito mudo, y los ensangrentados hilos de los desgarrados puntos le colgaban de los labios hechos jirones. Sangre, negra a la luz de la antorcha, le salpicaba la túnica de color claro. Dio unos pocos pasos bamboleándose hacia el frente, con las manos extendidas... y luego, mientras Johanne le

observaba con total incredulidad, Jeremiah se desplomó de bruces sobre el suelo. Cuando el cuerpo del archivero golpeó el suelo, Johanne oyó el sonido de huesos al quebrarse y la antorcha chisporroteó, rodando fuera de la mano de Jeremiah hacia el canalón de piedra excavado en el suelo justo fuera de la puerta de barrotes de la celda.

Johanne seguía parada observando el cuerpo sin vida de Jeremiah sin mucho que hacer. La ansía de acercarse para examinarlo, tal vez abrirlo, era grande. Se arrodilló al instante, estirándose todo lo que le permitió la cadena, y alargó los dedos para coger la antorcha. La luz se desvanecía con rapidez, pero bajo su menguante resplandor, Johanne pudo ver el rostro con la sangre rezumando aún por la boca abierta. Los dientes eran retorcidos rasgones negros.

Lo que había escuchado no eran más que los alaridos de hombres que no habían chillado en medio siglo, el sonido de un terror más profundo y poderoso que la antigua runa del silencio. Un terror que Johanne jamás había experimentado. Se lanzó otra vez hacia la antorcha y notó como uno de los huesecillos de la muñeca se le hacía añicos. Un casi perceptible dolor le recorrió el brazo, pero le proporcionó el centímetro extra que necesitaba. Agarró rápidamente la antorcha y se puso en pie. Al mismo tiempo que la llama volvía a cobrar vida, oyó otro ruido. Un ruido espeso, una especie de arrastre desagradable y penoso.

Pero su tranquilidad le decía que allí no había nada. Nada más que sombras consumiendo cada rincón de la ciudad. Volvió a oír el ruido, el roce de algo que se arrastraba, y ahora estaba cerca, cosa que le provocó una gran curiosidad. También había otro sonido, detrás del culebreo, un susurro quedo y constante. Un sonido tan malévolo que le era extrañamente familiar.

Levantó la antorcha para poder iluminar un poco más. Por un momento, brillante como la luz del día, vio toda la sala: la celda, la puerta de barrotes, las losas desnudas más allá y el cuerpo sin vida de Jeremiah. Había otra puerta, justo detrás de Jeremiah, y se estaba abriendo lentamente. Algo avanzaba con un gran esfuerzo por ella. Algo enorme, oscuro e informe. Ojos que eran como hielo ardiente, hundidos profundamente en oscuros pliegues, contemplaron a Johanne con cierta malicia. De repente la cosa se abalanzó hacia delante. La antorcha se apagó de golpe, y lo último que observó fue un brillo verde y azul antes de ser engullida por la oscuridad.


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━ Johanne.

La voz surgió de la oscuridad, lenta, sombría, familiar como el dolor. Johanne intentó mirar, buscar al dueño de dicha voz, pero no vio más que oscuridad. La voz volvió a hablar, y está vez Johanne la reconoció.

━ Seguramente reconoces a tu propio padre, Johanne.

Su sonido a hierro viejo, su suave casi atonalidad. Aunque seguía parada casi en un rincón de la celda, dio un paso al frente. Las esposas tintinearon como un carrillón de acero.

━ ¿Estás herida?

Una luz llameó hacia arriba, quemándole los ojos. Parpadeó fastidiada un par de veces y vio a Valentine de pie al otro lado de los barrotes, junto al cuerpo del hermano Jeremiah. Una refulgente luz mágica en una mano proyectaba un potente resplandor sobre la habitación. Johanne pudo ver las manchas de sangre antigua en las paredes... y de sangre más fresca, un pequeño charco, que había brotado de la boca abierta de Jeremiah. Sintió su lado demoníaco ansioso por acercarse a tocar el cuerpo y tal vez probar la sangre, pero había otro lado que le provocó nauseas.

Pensó en la masa negra e informe, con los ojos igual que gemas ardientes que había visto antes.

━ Esa cosa ━ murmuró, levantando la mirada hacia su padre━. ¿Dónde está? ¿Qué era?

━ Estás herida ━ Valentine se acercó más a los barrotes━. ¿Quién ordenó que te encerraran aquí? ¿Fue la Clave? ¿Los Lightwood? ¿Tu esposo?

━ Fue Víctor Aldertree.

Se echó un vistazo a sí misma. Seguía igual de mugrosa, con la peste de las aguas del río East y la tan fastidiosa mancha de sangre en la entrepierna. Miró a su muñeca ya desgarrada. La sangre le caía lentamente de debajo de las esposas.

Valentine la contempló pensativo por entre los barrotes. Johanne volvió a mirarle, dándose cuenta de que llevaba una correa amplia cruzada sobre el pecho, y la empuñadura de una espada le brillaba por encima del hombro.

━ Él y la Clave son la misma cosa. Y tu chico Lightwood jamás debería haber permitido que sucediera esto. Yo jamás habría permitido que nadie te hiciese esto. A ti ni a tu hermano.

Johanne presionó los hombros contra la pared; era todo lo que la cadena le permitía alejarse de su padre.

━ ¿A qué has venido?

━ Viene a sacar a mis hijos de aquí.

━ ¿Era necesario matar al Hermano Silencioso? Y no te molestes en soltarme alguna historia de que pasabas por aquí casualmente justo después de que él muriera espontáneamente. Sé que lo has hecho tú.

Por primera vez, Valentine echó una mirada al cadáver del hermano Jeremiah.

━ Sí que lo he matado, y al resto de los Hermanos Silenciosos también. He tenido que hacerlo. Tenían algo que necesito.

━ Aja.

Valentine sacó la espada de la vaina del hombro con un veloz movimiento. Johanne la reconoció, mirando con frivolidad a su padre.

Maellartach.

━ ¿Has tomado la espada de los Hermanos Silenciosos?

━ Jamás fue suya ━ replicó Valentine, cosa que la hizo bufar━. Pertenece a todos los Nephilim. Esta es la espada con la que el Ángel expulsó a Adán y Eva del jardín. «Y colocó en el este del jardín del Edén querubines, y una espada encendida que se movía en todas direcciones» ━ citó, bajando la mirada hacia la hoja.

━ ¿Qué vas a hacer con ella? ━ quiso saber, más por información que por cualquier otra cosa.

Debía encontrar una manera de avisar al idiota de ojos azules.

━ Te lo contaré ━ repuso Valentine━, cuando crea que puedo confiar en ti y sepa que tú confías en mí.

━ ¿Confiar en ti? ━ había gran burla en su voz━. Seamos honestos, padre. Somos iguales en ese y varios aspectos: ninguno de los dos confía en el otro.

Valentine sonrió, orgulloso de la forma en la que su hija le habló.

━ Adelante━ ordenó, y de la misma puerta por la que él ingresó apareció un par de Nephilim sujetando a Aldertree━. Tengo que ir por Jonathan.


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Podía escuchar la resistencia del moreno al ser jalado por ambos Shadowhunters. La ponte luz de la luz mágica era como la misma luz del sol: iluminando casi todo rincón con claridad. Los pasillos de la ciudad eran más profundos de lo que llegó a pensar Johanne. Siguiendo a su padre, llegaron a la zona donde estaba Jonathan.

Había querido ir primero, pero era esa cosa la que llevaba la delantera. Podía seguir escuchando con claridad los alaridos de los Hermanos mientras se adentraban más a la ciudad. Apretó la piedra-runa cuando su padre se acercó al pasillo.

━ Una triste perdida, pero no me dio otra opción. Nunca los hubiera dejado salir━ respondió ante la pregunta no formulada de Jace.

Cuando ambos rubios se miraron, Johanne se dio cuenta de que él estaba aterrado. La sangre que tenía en sus prendas más la mugre de su rostro. Cuando miró al costado, a la otra celda, vio al hombre de ojos grises que tanto miedo le tenía a ella. Y ahora él miraba a su padre y a ella con odio puro.

━ Hola, Jonathan. ¿Ves lo que estas personas les hacen cuando no estoy cerca para protegerlos? ━ se acercó más a los barrotes, pero Jace mantenía su mirada sobre Johanne.

━ Estamos aquí porque nos inyectaste sangre de demonio━ lo miró con odio, y cada palabra le sabía a Jace a veneno.

━ Tan poco apreció después de lo que he hecho por ti━ parecía casi decepcionado━. ¿Crees que fue fácil entrar aquí para rescatarlos? Se requirió esfuerzo.

━ ¿Qué era esa cosa? ━ interrogó, sabiendo muy bien a lo que se refería.

━ Organicé un ataque demoníaco al Instituto como distracción━ ignoró lo que dijo.

Johanne apretó más la piedra, a tal punto que los mismos bordes afilados le cortaron la palma. La sangre cayó y ella miró a su padre.

━ ¿Hiciste qué? ━ preguntó Aldertree, hablando por primera vez.

━ No, no estás aquí por nosotros. Estás aquí por la Espada-Alma.

━ No estoy para esto━ hizo una señal hacia los dos Shadowhunters.

Como lo hicieron con la celda de Johanne, obligaron a Aldertree a colocar su mano sobre la cerradura. Una mirada, sólo una mirada bastó entre los hermanos para que supieran que hacer. Los barrotes hicieron un sonido grotesco, como si la tierra se abriera, y cayeron. Sabía que había más Nephilim ahí sosteniendo antorchas, así que soltó la piedra.

La oscuridad consumió loque pudo y eso dio movimiento a lo que Jace tenía planeado y a lo que Johanneestaba pensando. Jace sujetó a su padre del cuello para tirarlo al suelo cuandola luz se volvió tenue. Johanne tomó a Maellartach cuando su padre quedódesorientado. Jace con mayor rapidez tomó una de las espadas que tenía Valentine en el cinturón, el cual se iluminó ante su contacto. Ambos detuvieron los ataques de los dos Nephilim. La hoja de Maellartach cortó cada extremidad que se ponía en su camino. Estando a metros bajo tierra, en las profundidades de la Ciudad Silenciosa, se sentía más débil, más agotada.

Su lado demoníaco no estaba tan presente como otras veces. Estaba matando gente con una espada tan pesada y gloriosa, pero no sentía nada. En cuanto el último cayó al suelo, se volvió hacia su padre, caminando decidida y levantó la espada nuevamente. En el Instituto estaba Alec, y si Alec resultaba herido, Valentine atendría a las consecuencias.

Un grotesco gruñido hizo a Jace, que iba atrás de Johanne, detenerse y comenzar a respirar de forma lenta. La misma sensación que recorrió a Johanne la hizo ser más atenta. Ahí seguía, comprendió sin despegar la mirada de su padre. Iba a clavar a Maellartach en el pecho de su padre, pero una fuerza la arrojó hacía atrás. La espada salió de su mano y cayó en seco sobre el suelo, aún lado de Jace.

Una gran nube de turbulento vapor de alzó ante sus ojos, y vio de nuevo aquellos ardientes ojos y a Dorothea, casi apenas visible atrás de su padre. El dolor de su cabeza la hizo jadear, viendo borrosamente a Jace ponerse de pie e ir hacia su padre. La oscuridad la arrastró de forma brusca, y cerró los ojos.


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Y volví, aunque les tengo un par de preguntas, ¿qué les gusta a ustedes de Johanne? y, ¿por qué les gusta está historia? :)

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