LA VIOLENCIA Y LA CAÍDA,
capitulo catorce: actos de traición!

         IRINA ROMPIÓ LA PANTALLA, juntando todas sus fuerzas, con su puño pero Zola apareció en otra. Iba a romper esa misma pero Steve la detuvo.

          —Como decía...

          —¿Qué hay en ese disco?—preguntó Steve apretando los dientes.

          —Como ya lo conoce, capitán. El proyecto Insight requiere conocimiento. Por eso escribí un algoritmo.

          —¿Qué tipo de algoritmo?—preguntó Natasha—. ¿Qué hace?

          —La respuesta a tu pregunta sería fascinante—respondió—. Desafortunadamente estarás muerta para escucharla. Ha hecho muy bien en traerlos aquí, señorita Morgan.

          Se escuchó un estruendo, la puerta del ascensor se bloqueaba. Erika miró a Irina con desconcierto—¡Es una trampa!—gritó ella—. ¡No trajo hacia una trampa!

          Steve lanzó su escudo pero no llegó hasta la puerta, Erika sacó su arma y le apuntó a Irina, Natasha no dudó en sacar su PDA—Steve, tenemos un avión enemigo no identificado—dijo—. Con misiles cortos de largo alcance. De 2 minutos máximo.

          —¿Quién lo disparó?

          —SHIELD—murmuró Irina.

          —Me temo que estuve en pausa, capitán—dijo Zola—. Admítalo, es mejor así—continuó—. Ambos estamos...Fuera de época.

          Steve se acercó rápidamente hacia Irina, tomándola del cuello, enfurecido. Morgan abrió la boca para poder conseguir aire pero la fuerza que tenía el agarre de Steve era muy superior que el de ella—¡S...Steve!—gritó intentando de conseguir aire—. ¡S-Suéltame!

          —¿Crees que voy a soltar a una traidora?

          —¡Yo no envié la ubicación!—sollozó, intentando una vez más de aflojar el agarre sobre su cuello. Su vista empezó a nublarse por la falta de aire y sintió la pesadez en sus párpados.

          —¡Steve!—gritó Natasha, quitandole el arma a su hija—. ¡Ella no es tu enemigo!¡Suéltala!

          Rogers meditó las opciones, en su cabeza debatían dos cosas: el enojo y el amor hacia Irina Morgan. El enojo era por sentirse traicionado por ella, por haberle ocultado de que ella era de HYDRA y eso la convertía en su enemigo. Pero el amor era simplemente por haber caído en los 'encantos' de Irina, porque sabía que ella de alguna manera era igual a él. Soltó el agarre e Irina cayó al suelo mientras que tomaba grandes bocanadas de aire. De ahora en más iba a apreciar el aire como si fuera oro.

          Steve agarró a su compañera por el brazo y la llevó a rastras al conducto enrejado donde se encontraba un posible escondite. Irina al recobrar la conciencia, se salió de su agarre y se levantó. Rogers le miró algo enojado, pero también se sintió preocupado en el estado en el que la había dejado.

          —Deben esconderse—habló exhausta—. Intentaré de hacer un campo de fuerza para evitar que se lastimen.

          —Deja de hablar tonterías y ve a esconderte con nosotros—habló el rubio con tono firme.

          —¿Y quedarme de brazos cruzados junto a dos asesinas rusas?—cuestionó ella, haciendo que sus ojos verdes se convirtieran en azules—. ¡Ve y cúbrete, Rogers!

          Steve no tuvo más opción que meterse con las Romanoff y protegerlas con el escudo hasta que el misil vino. La sala explotó en mil pedazos, mientras que Steve protegía a su compañera quien quedó inconsciente, pero en cuanto a Irina...no pudo evitar maldecirse mentalmente.

          La muchacha extendió rápidamente sus brazos hacia adelante e hizo movimientos con ellos hacia atrás, creando una capa de aura azul que los protegió. Irina hizo una mueca al ver que perdía fuerza, llevó las manos hacia arriba y las mantuvo así. Sintió el gustó metálico de la sangre que caía de su nariz.

          —¡Irina!—escuchó a Steve.

          Y el campo se deshizo. Irina cayó sobre sus rodillas, intentando de calibrar todos sus sentidos otra vez. Se levantó lentamente y miró a Steve quién estaba con Natasha inconsciente y Erika a su lado. Tomó a Erika y le ayudó a pararse, mientras que el capitán tomó la Viuda Negra en sus brazos.

          Corrieron hacia el bosque ya que habían helicópteros de SHIELD que empezaron a rondar por el lugar. No se detuvieron hasta que dejaron de ver la luz. Erika se detuvo, apoyándose en un árbol y miró a sus acompañantes—¿Cómo pudo haber ocurrido esto?

          Irina la miró con algo de enojo—Porque yo se los advertí, a ambos, y no me han escuchado.

          Steve le ignoró y los tres siguieron caminando, todos estaban en silencio. La ira en Irina incrementaba por cada paso. ¿Cómo habrían sido capaces de creer que ella les traicionaría? Era algo que le era incapaz de creer. Por un momento, decidió borrar aquel pensamiento.

          Después de dos horas sin cesar de caminar, el estado de Irina empeoraba. Se sentía débil, abatida. Su nariz no dejó de sangrar y su garganta empezaba a hincharse. Natasha había despertado hace un par de minutos y se encontraba caminando al frente. Steve atrás de Irina y Erika detrás de Steve. Todavía estaba oscuro, pero la vista de todos se había acostumbrado bastante al entorno. Irina intentó respirar, pero fue en vano. Su vista se nubló de inmediato y fue hasta un árbol para apoyarse. Cuando lo hizo, sus párpados se volvieron pesados.

          Sintió la voz de Steve muy lejana, como si estuviera a punto de quedarse sorda. Irina perdió la poca fuerza de voluntad que le quedaba y cayó en la tierra. Vio que los tres se acercaban rápidamente hacia ella y sin más, cerró los ojos.

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          Sam Wilson se encontraba bebiendo un jugo de naranja hasta que escuchó que tocaban la puerta. Subió la persiana, encontrándose con cuatro personas. Estaban con algo de cenizas en su ropa y cabello. Sam los conocía bien: Steve y Natasha. Steve se encontraba cargando en brazos el cuerpo de Irina Morgan, completamente pálida e inconsciente.

          —Hola, amigo—saludó.

          —Lo siento, necesitamos un lugar donde escondernos—dijo Steve.

          —Todos los que conocemos quieren matarnos—dijo Natasha tomando la mano de Erika.

          —No todos—dijo Sam, haciéndose a un lado para dejarlos pasar. Cuando entraron todos, Sam miró si había alguien observando pero al no ver a nadie, cerró la puerta.

          No tardaron mucho en poner a Irina en una cama. Y que Erika se diera un baño. Mientras tanto, Steve y Natasha estaban en un cuarto mientras que Morgan estaba en otro. Steve estaba limpiándose las manos mientras que veía a la espía rusa secándose el cabello rojizo.

          —¿Estás bien?—preguntó Steve a Natasha, quien seguía ocupada con su cabello.

          —Sí—respondió, algo distraída.

          Este se sentó frente a ella—¿Qué sucede?

          —Cuando me uní a SHIELD pensé que hacía lo correcto—admitió con seriedad, mirándole con sus ojos claros—. Pero supongo, que cambié la KGB por HYDRA. Pensé que sabía de quien eran las mentiras que decía...pero ahora creo que ya no puedo notar la diferencia.

          —Puede que estés en el trabajo equivocado.

          Le miró fijamente después de haber dicho aquel comentario—Te debo una. Y otra a Irina.

          —No es problema.

          —Si fuera al revés...—bramó, buscando indagar en los pensamientos del capitán—. Y dependiera de mi o de Irina salvarte la vida, sé sincero conmigo...¿Confiarías en mi?¿Confiarías en ella?

          —Ahora, sí—respondió con confianza—. Confío en las dos.

          Natasha le observó y repentinamente soltó—Le gustas—y Steve se dio cuenta de que Nat ya sabía lo que ocurría entre ellos dos—. Y no intentes negar algo que yo sé.

          Steve se quedó mudo, sin responder a su pregunta. ¿Le gustaba también? Por supuesto, le resultó difícil darse cuenta antes, sin embargo, las circunstancias no ayudaban. Pero, con su mirada más clara, confiaba en ella, había logrado confiar en su 'enemigo'. Observó a Natasha y dijo—Es extraño, pero luego de lo que pasó en el Triskelion...las cosas han cambiado entre nosotros dos y—se rascó la cabeza—. He visto algo en ella que no he visto en nadie más. 

          Natasha sonrió—Sabía que tarde o temprano lo dirías—tomó la mano de Steve—. Rogers, hay cosas que vienen en forma de problemas, pero también hay cosas que vienen en forma de ayuda. Capaz...ella vino para ayudarte con algo muy grande. Ella buscaba prevenirnos y no la hemos escuchado. Irina está tan rota como tú—dijo y luego hizo una mueca—. Ve y discúlpate con ella.

          —Nat, ¿qué insinúas?

          —Nada—dijo ella sonriendo con aire divertido y al ver la expresión confusa de Steve, rodó los ojos—. Ya, vete y busca a tu chica.

          Steve se levantó y salió de la habitación, miró si Sam estaba rondando en los pasillos, pero al escuchar que tarareaba algo en la cocina supuso que estaba entretenido. Fue hasta la habitación de al lado y esperó en la puerta. No sabía qué decirle a Irina, primero por su comportamiento con ella en Wheaton. Respiró hondo y tocó el picaporte. Capaz ella sabía que él estaba ahí. Giró el picaporte y entró.

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