EPISODIO SESENTA Y CINCO

[Iniciando secuencia]

— ¿Recuerdas cuando me pediste que viajará para buscar la verdad sobre Hammer? —la taza de chocolate estaba tibia, los ruidos de los autos apenas y se escuchaban en mis oídos, mamá estaba sentada al frente mientras me escuchaba— viaje en el tiempo y me abrí a ese mundo y desde entonces yo he estado... —levanté la mirada esperando una mirada sorpresiva.

Pero mamá solo revolvió su chocolate y pareció sonreír— parece que todo lo heredas de él —masculló casi meramente orgullosa del desastre de persona que era— supuse que pasabas todo los días en el laboratorio porque querías aprender de las cosas que tu padre hacía —

— Y era así, madre, de hecho, sé mucho, he aprendido sobre todos sus proyectos e incluso he mejorado algunos —

Mamá negaba con la cabeza mientras sonreía— y todo eso en serio me hace sentir maravillada contigo, me hace recordar mucho a tu padre, pero Morgan, tu padre se empecinó en sus proyectos, tanto que se metió en la cabeza ser el escudo del mundo y lo perdí por ello —sus ojos se cristalizaron— sé que estaré siendo egoísta, pero tu padre tomó su decisión de ser un héroe, pero no me gustaría que siguieras ese camino —escondió sus labios entre sí, tratando de no llorar, tomó mi mano y me obligó a sentir la suya— no soportaría perderte, primero tu padre y luego... —

Me adelanté— no moriré, no aún, en algún punto sucederá, tampoco seré un héroe, no está en mis planes... —

— Tampoco en los de tu padre, Morgan, pero mira como resulto —

— Madre... —

— Escúchame, por favor, te lo suplicó —bajo su cabeza y respiró hondo— por una vez en tu vida, ve lo que tienes en frente, preocupate por ti, Morgan —sé que se hacía la fuerte— preocupate por estar juntas, pasas tanto tiempo en el laboratorio, que casi no te veo para cenar, despierto y a veces estas dormida ahí dentro, te fuiste con un extraño a otra ciudad... —

— Pero no era tan extraño —apelé.

Ella respiró hondo y enfatizó sus ojos en mí— Scott Lang, no pertenecía a tu vida, hasta hace una semana, mucho menos James Barnes —baje la mirada a su razón— estás cosas no pasan por mera casualidad, después de todo eres la hija de un héroe mundial y quién sabe en que momento otra catástrofe vuelva a ocurrir y tú estarás involucrada entre ellos que querrás ser una de ellos, como los jóvenes héroes de ahora... como la señorita Williams —y entonces negué con la cabeza.

— Me niego a que me compares con ella —

Mamá rió— siempre tan competitiva, pero también tan cabeza dura como tu papá —trago por un momento y acarició mis manos— hace cuanto volviste a viajar en el tiempo —

Entonces sacó el tema y el ambiente nostálgico se volvió tenso para mí, bajé mi mirada— hace unas horas, volví... —

— ¿A dónde viajaste? —

Me tenté, pero no podía mentirle, sentía mi corazón latir a mil— al 2011, para ver a papá... —y ahí sí encontré esa mirada angustiada— quería estar con él y lo estuve de hecho —reí mientras sentía como mi corazón se estrujaba— pero se sintió tanto raro no poder decirle que era Morgan, su hija, por quién daría su vida —respiré hondo, porque en cierta forma, casi siempre el recuerdo de papá era una punzada en el corazón— poder decirle que fue el mejor, aunque no estuvo por mucho tiempo, que él... —y mamá no demoró mucho para abrazarme, me abrazó tan fuerte que casi podía fundirme en ella, su olor a perfume y el chocolate se mezclaban tanto, que no sabía diferenciarlos.

— shshsh —y recordaba las noches de calma, cuando mamá estaba cerca mío, después que siempre esperaba a papá por esa puerta— todo estará bien —sentía su respiración en mi cabeza— yo estoy aquí, mi pequeña Morgan —y también recordé las veces que la veía llorar, las veces que sin ella dar cuenta, escuchaba sus quejidos.

La vida que le había tocado después de que papá no estuviera, aunque no habían problemas financieros, habían vacíos que solo papá podía llenar.

Y con el tiempo, eran vacíos que estaba segura que nunca se llenarían.

Porque papá sería siempre una parte de mí, una parte que jamás dejaría ir.

Casi de inmediato la noche cayó y con ella la visita del doctor Magno con el doctor Strange. Así que básicamente mi caso era explicado tanto a mi madre como a Stephen, ambos empapados en lo que el doctor Magno decía.

— básicamente, su corazón viene con un defecto congénito, la miocardiopatía hipertrófica —explicó el doctor Magno, lo cuál Strange lo simplifico.

— Las paredes del músculo se engrosan y las contracciones se vuelven más fuertes. Esto afecta la capacidad del corazón para absorber y bombear sangre —me miro— lo que causa la fatiga, el dolor en el pecho, desmayos, las palpitaciones irregulares, la dificultad para respirar y los mareos —usaba ropa normal, no parecía un hechicero.

— lo que le recomendaba a su hija, señora Potts o señora Stark... —

— Potts esta bien —argumentó mamá.

— Bien —trago fuerte antes de seguir— señora Potts, su hija necesitará una cirugía, si así queremos eliminar por completo la preocupación del agrandamiento de las paredes —

Mamá me miró— ¿someterla a la cirugía? —

— Le aseguró que estará en manos de los mejores doctores cardiólogos que existan y cirujanos también, me encargaré personalmente —parecía un buen doctor, pero someterme a cirugía, sería por mucho tiempo estar ausente.

Miré a Strange, pero él pareció coordinar con el doctor Magno, parecía aceptar su idea.

No tenía idea, debía pensarlo— le llamaré cuando tome una decisión —porque aún seguía siendo mi cuerpo.

Mientras tanto, mamá estaría cómoda con la decisión y mi medicación estricta.

Una vez el doctor Magno se hubiera ido, el doctor Strange nos acompañó en una cena que mamá preparó, pero al final, ella misma se despidió de nosotros para descansar porque percibía que el doctor y yo teníamos algo de qué hablar.

NOTA:

Este capítulo va dedicado a mi papá (QPD) quién libro la batalla más valiente y devastadora que al día de hoy el ser humano conscientemente acepta a duras penas y con trago amargo. Papá murió el 31 de Enero de 2024, pero ese mismo día trascendió a su descanso eterno, donde sé que ya no sufre más dolor.

Es un recordatorio para todos ustedes, abracen a sus seres queridos, porque nunca sabes cuando será la última vez que los puedas ver.