🎫 MORGAN STARK - Tres días después
[ Iniciando secuencia...]
EPISODIO CUARENTA Y UNO
— la verdad, es que me alegra mucho que te haya ido muy bien, estuve en la oficina hasta tarde atendiendo unas cosas y no había podido volver para recibirte, pero ahora estoy aquí contigo cariño —
Parpadeé un par de veces y fruncí mi ceño cuando el comedor y a mamá frente a mí, era su voz y era ella, mire a mi alrededor y ví la cocina, a la vista el ascensor y también los muebles, estaba en la torre Stark.
¡¿Cómo diablos había llegado aquí?!
El pánico se apoderó de mi cuerpo y por un momento la respiración se me entrecortaba, me di cuenta que tenía una cuchara en la mano y tenía un plato de comida frente a mí, mi cuerpo temblaba.
Y no sabía qué hacía aquí.
— Morgan ¿Estás escuchándome? —volví mi mirada a mamá, quién me miraba expectante desde su lugar— cariño, ¿Qué sucede? —tal vez era un sueño, seguramente lo era, disimule pellizcarme mientras esperaba que está realidad se distorsionara o algo, pero no fue así, en cambio mamá me miró preocupada.
Entonces caí en cuenta que realmente no estaba soñando y que sí estaba en la torre Stark con mamá, sorprendida por la situación y por la falta de información, entendí que no debía preocupar a mamá más y que era mejor resolver esto sola, así que simplemente negué con la cabeza y tome agua del vaso cercano y trague tanto mis dudas, como el agua para expresar una mentira— estoy bien, es solo que pensé mucho y no oí lo último que dijiste —baje mi mirada y tomé la cuchara tomando de la avena que mamá había preparado— realmente deberías hacer más de esto —dije con la avena en la boca haciendo reír a mamá.
— cuidado te atoras Morgan, será mejor que no hables mientras comes, iré al trabajo, hay mucho papeleo esperando por ti y recuerda que tenemos rueda de prensa en dos días, ve preparando el discurso que dirás —asentí mientras volvía a comer más avena y la escuchaba alejarse.
— Happy te llevará al trabajo, dile que cuando regrese me traiga una hamburguesa —solte la cuchara y trague la avena tomando agua.
Pero mamá a lo lejos mencionó algo que me dejó helada— recuerda que te dije que Happy está en el hospital —
¡¿Happy en el hospital?!
Corrí y atravesé el umbral y frunciendo mi ceño le pedí una explicación— espera ¿Por qué? ¿Está bien? —mamá llamó al elevador y se giró a verme y con una mirada de sospecha sonrió y me explicó… nuevamente al parecer.
— cariño, Happy ya no es tan fuerte como antes, ni tampoco puede andar por ahí sin estar teniendo sus chequeos con el doctor, es solo por precaución, sabemos que ya es un hombre mayor —era solo un chequeo, mi corazón se calmó un poco, aunque la angustia de que Happy estuviera chequeandose me hizo reconocer la edad que tenía.
Happy ya no era como antes, nunca había tenido tanta preocupación por la edad de Happy, pero había que reconocerla…
Vi a mamá irse y dejarme sola en el apartamento, esperaba que todo estuviera bien con Happy y también estaba preocupada por mi memoria.
Subí las escaleras cuando descubrí que aún estaba en pijamas y fui a bañarme, haber si así mi memoria se refrescaba, aunque ¿Qué se podía refrescar? No recordaba nada, absolutamente nada y cuando cerraba mis ojos solo pensaba en la esfera que había tomado y me había cegado y luego nada más, estaba frustrada por no encontrar respuesta.
Me puse ropa nueva y pensé en bajar al laboratorio, llamar a Richard y pedirle explicaciones, pero fue como si todo estuviera planeado cuando bajando las escaleras ví a Richard entrar por el ascensor y corrí hasta el final para enfrentarle con mi ceño fruncido y llena de impotencia.
— ¿Qué diablos sucede? —cuestione frente a él, reteniendo mi ira y viendo como poco a poco su rostro mostraba confusión.
— ¿De qué hablas? —y pasando a mi lado ignoro mi enojo.
Me volví a él y le seguí— ¿De qué hablo? De lo que pasó en la cueva, de lo que pasó conmigo después de agarrar la esfera —
— Morgan ¿De qué hablas? —
Irritada voltee a Richard— habló de lo que pasó después que estuvimos en la cueva —estaba a punto de estrellarlo contra la pared a este idiota.
— No pasó nada —su rostro despreocupado me hacía entender que realmente no sabía lo que estaba pasando y que desconocía todo lo que me estaba sucediendo— ¿Acaso tomaste mucha cafeína? —
Fruncí los labios y bajé mi cabeza, al borde del colapso, con mis manos temblorosas camine al sillón manteniendo la situación en mí. No podía ser cierto que no recordaba nada, que no tenía nada en mi mente, ¿Cómo era posible? Tuve una amnesia y no sabía cómo.
El Intercom sonó y no tenía fuerzas para levantarme, pero Richard lo hizo— ¿Sí? —
[ El doctor Magno está en recepción señorita, para una cita agendada hoy ]
Richard me miró y no podía dejar que mi rostro fuera nada más que un montón de confusión y Richard no estaba entendiendo.
— ¿Tienes un cita con el doctor? —
— no tengo idea —masculle, no recordaba haber agendado una cita, pero seguramente mamá sí lo había hecho, así que decidí suspirar y cerrar mis ojos anunciando mi aceptación a su visita— dile que suba —tal vez sí era así.
No demoró mucho, cuando el elevador trajo al doctor Magno y también trajo a James con él. Fruncí mi ceño, pero en mi surgió la esperanza cuando Barnes llegó.
— buenos días Morgan —el señor Magno hablo y extendí mi mano para agradecerle su presencia.
— buenos días, gracias por asistir —sonreí forzada— por favor pase a la sala, ¿Hace cuanto mi mamá agendó esta cita? Señor Magno —
Y confundido el señor Magno respondió— no, usted hace dos días me dijo que quería una cita para hoy, señorita Morgan, yo con su madre no he hablado —
¿Yo agendé una cita? ¿Hace dos días?
— claro… —masculle bajando mi mirada y tratando de recordarlo, pero no podía.
— ¿Señorita Morgan? —aún estaba de pie frente a mí y tomé mi cabeza entre mis manos temblorosas— ¿Se encuentra bien? —
Reí y asentí olvidando sosteniendo el problema a un lado— claro, en breve estaré con usted, gracias por hacer un espacio en su consultorio para mí, señor Magno, deme unos segundos, debo hablar algo con mi amigo y regresó con usted —rei y me acerque a Barnes alejándolo del lugar y escondiendonos en el pasillo esperando que él sí supiera lo que estaba pasandome— por favor dime qué tú sí lo sabes —cerré mis ojos y mantuve mi cabeza entre mis manos y camine de un lado a otro— necesito saber ¿Qué pasó después de haber salido de la cueva? Después que yo tuve la esfera en mis manos —
— ¿De qué hablas? No pasó nada, ¿Por qué te pones así? —tampoco lo sabía, no tenía ni idea.
Maldita sea.
— no me hagas esto, Bucky, en serio no pudo haber sucedido esto —sentía que iba a llorar con mi cabeza vuelta añicos.
— Morgan, cálmate, no pasa nada, no entiendo por qué estás así, pero te prometo que no pasó nada malo —
— no, no lo entiendes —rei seco pero se me quebró la voz, Richard apareció.
— el doctor espera, ¿Qué sucede? —no permití que vieran mis lágrimas y suspiré limpiando mi rostro.
Respire hondo y pase a los dos para salir y terminar con la cita del señor Magno cuanto antes.
Sabía que mi semblante jamás iba a cambiar en esta situación, por más que intentaba recordar o hacer énfasis en algo, no lograba recordarlo. El doctor ponía en mis sienes lo que él decía transmisores de estímulos a mi cerebro, lo cuál le daba una cierta estadística o electrograma del estado de mi cerebro y de mis neurotransmisores. Llevaría el resultado al laboratorio y los compararía en un periodo de dos citas, la siguiente debía ser agendada dentro de dos semanas, para hacer la diferencia con el tratamiento que ahora predispone, pues no se trataba ahora solo de tomar las pastillas cuando tuviera dolor de cabeza, sino que ahora debía tomar el medicamento que el surtía cada ocho horas en un periodo de dos semanas, para ver volver a realizar la revisión con las transmisores en mis sienes. El doctor Magno antes de irse también dió las advertencias claras que siempre daban todos los médicos, "si el medicamento le surge alguna complicación o presenta alergia, detenga su uso y acuda a su médico de cabecera". También dijo que mi ritmo cardíaco había disminuido desde la última vez y que mi pulso tampoco estaba tan desbocado como antes.
Hice como si realmente me importara lo que estaba diciendo y a la vista de Richard y de James, escuché las observaciones y las felicitaciones del doctor Magno con respecto a mi recuperación.
— me alegra que hayas tomado mi idea y la hayas aplicado, es bueno que de vez en cuando no tengas tanto trabajo para ti misma, eres joven y también acumulas mucho estrés —prácticamente me estaba diciendo que me la pasaba agobiada todos los días— que te tomes un tiempo para ti está más que bien, me contaste de tu viaje y eso está muy bien, un poco de naturaleza y de expedición siempre hace bien —una sonrisa reconfortante y una mirada, fue lo último que recibí del señor Magno antes que mirara su reloj y dijera que era hora de irse y que tenía que volver al consultorio dónde habían más personas esperándolo, agradecí su visita nuevamente y esta vez dejé que fuera Richard quién lo guiará al elevador.
Aún pensativa en las cosas que habían pasado y en mi aparente falta de memoria, pregunté— ¿Hace cuánto volvimos? —con un nudo en mi estómago y en la garganta y con una aparente preocupación. Barnes quién se sentó frente a mí, justo donde el señor Magno estaba, se acomodo y apoyo en el respaldar del sillón y con un amagó en sus labios cerro sus ojos y respondio.
Expuso— hace tres días ¿Por qué? ¿Ya tienes noticias del señor Pym? —
Restregue mi mano contra mi rostro y bufé desviando mi mirada y reconocí— no, no sé nada —no sabía en qué embrollo me había metido pero lo detestaba.
— ¿Qué mierda es eso? —Volví mi mirada a dónde Barnes la dirigía y ví a un gran prototipo de lata, salir del pasillo secreto y dirigirse hacia nosotros.
Trague fuerte ante ello, pero recordé que era el prototipo que había diseñado para proteger la casa.
[ Señorita Stark, recordatorio de ir al laboratorio para seguir su trabajo ]
— eso es nuevo —masculle, no recordaba haberle pedido que me avisara cuando debía ir al laboratorio.
Además, no tenía muchas ganas de ir y centrarme en mis cosas cuando no sabía que había pasado hace tres días, desde que regresamos.
[ Señorita Stark… ] volví mi mirada a la repetición que estaba haciendo el prototipo.
— sí, gracias, apagate —dicho esto, el prototipo volvió por dónde vino y desapareció.
Richard en la cocina y Barnes acostado con sus ojos cerrados en mi sillón, un hambriento y otro perezoso, no podía dejar de pensar en que rayos había sucedido.
Fui a la cocina a encarar a Richard y este con un pan en la boca me miró sorprendido pero siguió con su preparación— no me malinterpretes, tengo hambre y la señora Potts dijo que podía venir —
— no te estoy reclamando nada, Nate —dije en un suspiro— pero necesito saber que pasó después de que tome la esfera —
— ¿Por qué preguntas tanto de eso? Ya te dije que no pasó nada —
— solo dime —pedí por segunda vez entre dientes.
Richard bufo y mientras sacaba la mantequilla de la nevera relato, me senté sobre la mesa del comedor y sin mirarle escuché lo que decía— saliste de la cueva con la esfera en la mano y dijiste que la esfera guardaba algo importante, dijiste algo sobre el cosmos y el espacio, pero que no sabías mucho y que aún se debía investigar —
— ¿No notaste nada extraño? —
— no —recalco y siguió— salimos del bosques, volvimos al campamento, la esfera fue sometida a investigación y ya —
— ¿Cómo volvimos? —pregunte.
— Morgan, volvimos como fuimos en helicóptero, esa misma noche —
Esa misma noche… eso quiere decir que hace cuatro noches que estoy en casa.
Quise preguntar más, pero entonces apareció Barnes frente a mí, con su ceño fruncido y con mirada sospechosa, se cruzó de brazos en el umbral y dijo— ¿Por qué tienes tanto interés en saber lo que pasó? Si ya lo sabes —
El miedo creció en mi pecho y por un momento trague fuerte desviando mi mirada, no lo entenderían, absolutamente nada.
Por eso no podía decir la verdad— no recuerdo que me dijo el señor Hank, cuando le di la esfera —
— no se la diste al señor Hank, le pediste a Parker que fuera él quien la llevará, al señor Hank le pediste que la investigará, pero que no la tocará sin consentimiento del señor Parker —fruncí mi ceño frente a la redacción de Nathaniel.
— ¿Y qué dijo el señor Hank? —
— estuvo de acuerdo, además agrego algo más, pero no recuerdo que fue, porque justo cuando lo iba a hablar contigo, me dijiste que empacara lo que quedaba, porque nos iríamos —
Y por más que trataba de buscar esas frases o acciones en mi cabeza, no las recordaba. No recordaba absolutamente nada. Estaba a punto de quitarme la cabeza porque la sentía inservible.
Con mis pasos vagos y mi cabeza por las nubes, decidí que era mejor ir al laboratorio, al parecer había hecho cosas durante estos tras días que no recordaba y debía cumplirlas, entrando en el laboratorio y encendiendo las luces, mire en retrospectiva a ver si algo faltaba, si algo había de nuevo o si había cambiado, no obstante, descubrí que mi laboratorio permaneció intacto durante mi "ausencia".
Me tiré sobre la silla de mi escritorio, veía todos los papeles, planos e informes viejos, pero ninguno me daba la respuesta que necesitaba, además de que el señor Pym, seguramente ni siquiera me dijo algo sobre el viaje cuántico. Esto había sido un completo fracaso, mi mente se había vuelto añicos.
Pero entonces surgió, así como una luz de pronto, como señales divinas y recordatorio abrupto, fue cuando recordé lo que H.A.N.N.A siempre hacía con respecto a mi día a día, H.A.N.N.A grababa siempre, la voz y las acciones, era como un vídeo casero andante, pero a diferencia de ese artilugio, yo utilizaba un collar especial para eso, pequeño y sin mucho que agregar, también estaban en los lentes y en brazalete, pero él que comúnmente ahora utilizaba era el del collar porque tenía un mejor panorama de las cosas.
Le levanté con urgencia de mi asiento y encendí el mostrador de holograma— H.A.N.N.A muéstrame la grabación de hace cuatro noches —
[ Buscando grabación… ]
Era lo único que podía darme respuestas, no demoro mucho cuando H.A.N.N.A desplazó un vídeo en pausa frente a mí, con la portada de nuestra entrada a la cueva, toque de inmediato el vídeo y empezo a correr, desde el inicio, desde que salimos corriendo del campamento cuando se nos dijo lo de la señorita Hopes— H.A.N.N.A dame control de la reproducción —ordene con una mano en la boca por los nervios, pronto apareció la línea de control y adelante diez minutos, justo al momento en el que iba bajando las escaleras de roca, tenía intenciones de seguir adelantando, pero me detvue en cuanto mi mirada se poso en el charco, me quedé estática mirando hacia abajo, frunci mi ceño y recordé que Barnes me había dicho que yo me había tirado sin avisar, que simplemente lo hice… y sí fue así, porque de un momento a otro solo ví como caía al agua y escuchaba las voces de Bucky y Nate, ambos llamándome tan preocupados mientras yo solo caía de las escaleras. Fruncí mi ceño y adelante la expedición en la cueva, miraba detenidamente en busca de algo extraño, aún así nunca ví nada fuera de lo normal, tampoco al chico que ví en esa cueva, en la grabación tampoco se escuchaba la voz que nos estaba llamando, solo nos veíamos caminar a la oscuridad, adelante aún más hasta el punto en que no podían cruzar el portal y en el que tuve que subir para tomar la esfera, pensé que ahí se detendria la grabación, desde ahí deje que fluyera sola y me abracé a mi misma, me aleje del holograma y solo ví como todo paso con tanta naturalidad y justo como Nate dijo, baje de la cueva interna y salimos de ahí con ayuda del equipo, regresamos a él campamento con la esfera tapada y le pedí a Peter que hiciera los exámenes correspondientes junto con el señor Pym, todo siguió igual, normal, era una victoria para todos y me escuchaba relajada.
Era imposible que no recordara algo tan sencillo, tome asiento y seguí viendo el holograma desde ahí, pero me frustraba tanto que ahora mis recuerdos volvían, pero solo porque ví los que H.A.N.N.A recopiló, pero entonces escuche una conversación, una conversación que nadie más lo hizo, justo cuando le pedí a Nathaniel que fuera a terminar de empacar, justo cuando estuvimos frente a la fogata comiendo, el señor Pyn se me había acercado y le había ofrecido una bebida, la había aceptado y habíamos iniciado una conversación.
— Fue una buena búsqueda —felicito el señor Pym tomando su bebida.
A lo que le di la razón— tiene razón, de hecho creo que fue una gran idea lo de tirarme desde las escaleras rocosas —bromee inclusive.
— sí, en cuanto a eso, quiero darte las gracias por ayudar a mi hija —expresó el señor Pym— aún teniendo a un escuadrón completo, decidiste arriesgarte tú, para salvarla —
— Hacemos lo que es mejor, Hank —lo tutee, frunci mi ceño— un día estamos vivos y al otro estamos dependiendo de alguien más —arrugue mi rostro, ¿Qué rayos significaba eso y porque yo lo había dicho?— el punto es que no tiene que agradecerme señor Hank, lo que hice fue un favor que no tendrá consecuencia, la vida de una persona no debería ser pagada —
— hablas como toda una sabia —escuche la risa del señor Hank— me sorprendes, jamás escuché hablar a una jovencita de esa forma —
— digamos que tengo a los mejores expositores como amigos y familia —
No demoró mucho en silencio cuando el señor Hank volvió a hablar diciendo— en cuanto a ese tema que has querido hablar —tomó un trago de su bebida y comentó— es difícil para mí confiar esto a cualquier persona, de hecho es difícil para mí confiar en absoluto en cualquier persona —reímos al unísono— pero esta noche me ha demostrado lo que realmente tienes en mente —hizo un silencio y siguió argumentando— eres muy joven, eres una Stark, pero creo que Scott tenía razón en cuanto a ti —y por un momento sonrió con su mirada dirigida a algún lugar— no tienes malas intenciones, ni tampoco buscas dañar a nadie, salvar a mi hija fue el acto más heroico que pudiste haber hecho a mis ojos, me demostró que te interesamos y de alguna forma también entiendo el porque eres así de determinada en ocasiones —
— la determinación es algo que aún estoy tratando de manejar, hay veces que ni siquiera sé qué hacer y solo sé que debo tomar una decisión, aunque nunca sé cuál es la correcta —
— es normal eres joven —aseguró— aún tienes mucho qué vivir y errores que cometer, aunque sé que en tu posición los errores cuestan —el holograma asintió y seguí escuchando— cree el viaje cuántico con la intención de buscar a mi esposa que se había perdido en el mundo cuántico, creí que la había perdido para siempre, hasta que Scott me dió la esperanza de que ella aún seguía viva y me empeñe en buscarla y aunque parecía una locura, no me detuve hasta que logré hacerlo todo por completo, con esto —y entonces de su bolsillo sacó un frasco con platillos negros dentro— funcionan en los trajes que hice y según me han contado también funcionó en los trajes que hizo tu padre, sé que quieres volver a verlo y que existe la esperanza de hacerlo aunque no será él mismo —me había mostrado el frasco de platillos pero ¿Qué eran?— no te culpo por querer verlo, pero tienes que tener en cuenta que en cuanto lo veas, no será a quien esperabas encontrar, sé que eres inteligente y que los usarás correctamente, ahora lo sé, así que tómalo, son contenedores de partículas Pym y se adaptan a los trajes de viaje cuántico, he de suponer que ya tienes uno y cuando vuelvas me cuenta como te fue —mi corazón se detuvo y en ese momento que mis manos tomaron el frasco sentí algo dentro de mí que quería estallar, cuando de pronto la imagen se distorsionó y a mi vista ahora se veía a una yo frente a mí espejo del cuarto sonriéndome a mí misma.
El momento pasó a ser tan tétrico que pensé que algo no estaba bien— H.A.N.N.A ¿De qué día es esto? —
[ Anoche, señorita Stark ]
Anoche…
— no te asustes, Morgan —y de pronto mi holograma en el espejo reflejado habló y siguió— estarás bien, necesito que estés bien, pronto nos conoceremos, pero habrá tiempo para eso —¿Me estuve hablando a mi misma en el espejo?— quería volver a sentir lo que era un cuerpo real y perdóname por estos tres días, cuando vuelvas seguramente no recordarás nada, pero eres tan inteligente que hiciste un collar que te muestra todo —¿Qué mierda?— no te preocupes, no hay nada mal en tu cuerpo, estarás completamente bien, de eso me encargaré yo, pues ahora estamos destinados a estar juntos por siempre —maldita sea esto no es una película de terror— en cuanto al frasco que necesitarás, lo guardaste en el cajón izquierdo de tu escritorio del laboratorio, también me tomé la libertad de conocer a tu familia y a tus amigos o socios, todo está bien y lo estará al final —
— deja de repetir que todo estará bien, eso no suena a mí —dije entre dientes a mi holograma, como si pudiera oírme.
Pero al final, el vídeo se pausó y la producción dejó de mostrarse. Ahora no solo estaba preocupada, sino aterrada de que un espíritu había tomado mi cuerpo.
Eso me pasaba por meterme en antiguos lugares.
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