🎫 MORGAN STARK - Traje Donas
[ Iniciando secuencia...]
EPISODIO VEINTIDÓS
— no toques nada —alerte una vez que entre y H.A.N.N.A se encargó de encender todo.
[ Bienvenida señorita Stark, bienvenido joven Richard ]
Abrí el portal de actualizaciones de H.A.N.N.A y también el proceso del traslado de nanobots a mi traje nuevo.
— ¿q-quién habla? —Richard apenas podía hablar, sonreí.
[ Soy Hanna, asistente de la señorita Stark, estoy empleada para ofrecer los mejores servicios a la señorita Stark, señor Richard ]
— ¿asistente? ¿cómo? ¿es virtual? —le miré de reojo cuando se acercaba con una , bueno hasta ahora no parecía un enemigo— se escucha como una persona normal —
Suspire, volví mi mirada a los factores de la estructura del traje en creación. 78% de nanobots restantes.
Tendría que traer una carga nueva.
— H.A.N.N.A es mi asistente virtual sí —pase por su lado— en cuanto a su voz, con el tiempo la he ido modificando para que se escuche más normal, tomando de referencia la voz de mi madre —aunque había una pequeña diferencia entre las dos y es que la de H.A.N.N.A se escuchaba más juvenil.
— eso es impresionante —
— ¿nunca habías oído o visto un asistente virtual? —cuestione con zozobra mientras veía los datos y cosas que restaban de la armadura de nanobots de papá, H.A.N.N.A prácticamente lo había descuartizado y dejado a un lado lo poco que tenía y no era de nanobots.
— no tan actualizado de hecho —masculló por lo bajo.
— ¿has visto uno antes? —Bajo su mirada en ese momento y terminó meditando en silencio o tal vez no le gusto lo que le dije. Pero, conocía esa mirada, yo la había tenido antes, cuando intentaba debatir entre decir o no decir, suspire— Nathaniel —pronuncie para hacer una pausa— no dejo que nadie entre a mi laboratorio y es enserio, se supone que serás mi asistente así que supongo que debes saber todo de mí, pero siempre y cuando te ganes mi confianza —camine hacia él para tomar la silla cerca de él y sentarme, por un momento se quedó estático mirando— ganarse mi confianza es difícil ¿sabes? pero, algo me dice que tú y yo alcanzaremos ese punto de confianza, así que Nate, ¿puedo decirte Nate? —
Volvió su mirada a mí sonrío de lado en un suspiro— sí, señorita Stark —
— bien —sonreí igualmente, pero luego sugerí— puedes llamarme Morgan, cuando me cuentes la verdad —
— ¿la verdad? —dijo anonadado.
— vamos, me vas a decir que simplemente sentiste admiración por mí y decidiste ser mi asistente, tal vez ese cuento le funcione a un anciano —dije burlona— pero no a mí, sé cuando alguien esconde algo y cuando alguien busca algo —exprese con simpleza— si vienes a mí a por ayuda, puedo dartela, no necesitas quedarte en silencio, ya sabes —alce mis manos e hice un círculo imaginario encerrando figurativamente el laboratorio— tengo todo lo necesario —
Sus labios estaban cerrados, pero su mirada estaba impaciente, faltaba poco decir que el chico sí tenía algo que ocultar, pero la manera en que lo ocultaba demostraba que realmente no era algo malo, sino más bien una necesidad escondida. Una necesidad que parecía tenerlo de rodillas.
[ El señor James Barnes está subiendo el ascensor, señorita Stark ]
— sanguijuela —masculle con desdén. Me levanté de inmediato de mi asiento y suspire con pesimismo, pero sonreí apenas y hable a Richard— tú y yo tendremos esta conversación en otro momento ¿quieres? ahora ocupémonos del señor Barnes —camine hacia la salida— H.A.N.N.A haz que una cotización de los nanobots que necesitamos y procura que sea lo más rápido posible —
[ sí, señorita Stark ]
— ¿no desconfía de mí? —pero antes de salir, Richard me cuestionó con sutileza, eso era más que suficiente para saber que no.
El hecho de que no mostrará miedo, ni tampoco tirarse a la defensiva era suficiente para saber que los puntos que lo trajeron aquí no era para un mal.
— eso lo veremos —le guiñé un ojo y terminé saliendo. Pues después de dos días conmigo, había logrado soportar, eso era un reto, era igual que el señor Lang y que… bueno Barnes, el cyborg.
Aún me era difícil reconocer que el señor Barnes era un cyborg, mi mano había mejorado, aunque aún guardaba el vendaje, saliendo de entre las escaleras escuche el ascensor llegar y justo en ese momento una corriente eléctrica recorrió mi columna, me detuve.
Eso fue extraño, pero aún así entre los escalones, vi a Barnes llegar con una bolsa chocolate en mano, mirando a todos lados, hasta que sus ojos coincidieron con los míos, cuando por fin me atreví a seguir el camino y enfrentarme a él.
Me mantuve en un solo lugar cuando él se acercaba con la bolsa en mano, mirándome de arriba a abajo como si esperara que sucediera algo.
— Hola —dijo con simpleza, me mantuve en silencio y entonces extendió la bolsa— son… donas, las mejores que he comido de hecho —dijo estirando su mano sin acercarse— pensé que… te gustarían —hablaba como si intentará arreglar algo.
— James —y entonces apareció Richard, por un instante me había olvidado de él.
Barnes lo saludo con la mano con guante y con una sonrisa. Volvió su mirada a mí— ¿interrumpo algo? —
No quería tener que hablar con él, con Richard presente, suspire— Richard, la entrega de nanobots, por favor avisa a la recepción que llegarán y también diles que te apunten en la lista de invitados oficiales, así como… James lo hizo y ahora entra con facilidad —dije sin dejar de mirar al señor Barnes.
— pero, ayer no tuve problema para entrar —
— eso es porque les avise en la noche —dije de inmediato— diles que vendrás más seguido y necesitas tu certificación —
— entiendo —masculló caminando tras el señor Barnes y dirigiéndose a el elevador.
No sé porque me costaba hablar con James cuando Nathaniel estaba, pero sería más fácil cuando él se fuera.
Eso lo sabía.
Extendí mi mano para tomar las donas y sonreí de lado— gracias, James —las puertas del elevador se abrieron— espero que tengan glaseado de chocolate —las puertas del elevador se cerraron, Nathaniel se había ido.
Suspire y me aleje de inmediato llevando las donas a la mesa de la cocina, pero entonces él habló— ¿me tienes miedo? —Solté la bolsa en la mesa y fruncí mi ceño volviendo a él algo fuera de onda, ladee mi cabeza mirando de lejos.
— ¿Perdona? —
— por lo que te enseñe —dijo— a muchos le causa… —
Reí— James —mientras negaba con la cabeza y tomaba mi cintura en mis manos— algo que tienes que entender es que no soy igual a los demás —aclare de inmediato— no suenes muy inclusivo, además, mi padre era un hombre que luchó con un extraterrestre y mi madre también, ambos usaban armadura para combatir y era de metal —alardee prácticamente— pero sí, aceptó que un brazo de metal es diferente, pero eso no quita lo emocionante —me acerque aún más, ya sin secretos, esto se veía bien— eso también explicaría el porque no envejeces, dime la verdad ¿cuántos años tienes? —entrecerré mis ojos curiosa.
Abrió sus ojos sorprendidos y negó con la cabeza mientras reía— no gracias, no quiero traumar a una jovencita —
Pero instintivamente toque su pecho y me acerque aún más hasta quedar frente a su rostro— señor Barnes, no es una sugerencia lo que le estoy pidiendo —su respiración por ese momento se detuvo, pero me aleje de inmediato y volví a la cocina— ¿quiere una dona? —
Al fin y al cabo, el señor Barnes era una persona muy interesante, tal vez por el hecho de su brazo metálico, pero además de ello, el señor Barnes también resultaba ser una persona muy curiosa a la hora en que alguien intentaba husmear en su vida personal.
— no me gustan las donas —
Abrí mis ojos impresionada y mordí la dona de chocolate volviendo a él— ¿No le gustan las donas? —trague el pedazo de dona— creí que eran las mejores que había comido, James —
Con sus labios entreabiertos y tartamudeando dijo— bueno, sí, pero fue para convencerte de comerlas —
— nadie me convence de nada —objete de inmediato— yo hago lo que quiero —
— tu madre —
— exceptuando a esa bella mujer —corregí caminando hacia él con una sonrisa— si me escucha diciendo tremenda canallada, puede que no vuelva a respirar —rei mientras mordía otro pedazo.
Y James me acompañó con una sonrisa. Pero después de un rato de estar ahí parados, James, dijo:
— ciento veinte —respondió finalmente.
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