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 EPISODIO CUARENTA Y CINCO 

— esta es la sala, la lavandería está cruzando la cocina, la cocina está justo aquí, puedes comer solo tres comidas al día, no te excedas, las habitaciones están hacia allá, la mía y la de huéspedes que ahora será la tuya, temporalmente claro —Happy me había traído a su apartamento en un edificio cerca de la costa, era hermosa la vista, aunque era pequeño para la costa estaba preciosa.

Y si se preguntan sobre cómo termine en la casa de Happy como huésped, las respuesta viene en camino: en teoría, Happy vio mis recuerdos con él, se decepcionó en cierto modo de que engordará más que ahora, pero al parecer los recuerdos de alguna forma le hacían sonreír en algunos momentos, no quise entrar en mayor plano con él, porque puede que el futuro en este lugar sería diferente por el hecho de que él ya conocía estas cosas, además sí le dije que mi padre era Anthony Stark, su jefe y que mi madre era más cerca de lo que creía a papá, pero que aún así no podía decírselo, cero spoiler, le comente sobre el viaje en el tiempo y el porqué estaba aquí, le dije que quería ver a papá, verlo en sus años dorados, porque ya en mi mundo no existía, le dije que era Morgan, Morgan Stark y que era la nueva billonaria de Nueva York y que él era mi guardaespaldas y leal consejero, al final le admití que me robaron mis PYM lo que me permitía volver a mi hogar y debía encontrarlos, que por eso estaba corriendo en la carretera, lo cual me regaño, entendió mi situación y me dejo venir aquí, aunque dice que suena loco y que de cualquier forma no muestro una amenaza para él.

— gracias enserio por admitirme aquí —sonreí encantada y me senté en el sillón con los pies sobre la mesa del centro, pero al instante Happy me hizo bajarlos.

— sí, tampoco son vacaciones —advirtió— si estas aquí es porque me responsabilizo de tu golpe y reconozco que no tienes a nadie a quién acudir, pero debes saber que cuando te recuperes y espero que sea pronto, conseguirás un trabajo y si quieres seguir aquí tendrás que ayudar con los gastos para pagar el apartamento —bajo entonces mis pies de la mesa y se sentó sobre ella— sea quién seas, no puedo dejarte ser una holgazana —

— claro, te prometo que a primera hora mañana buscaré un trabajo y te ayudaré con los gastos —sonreí mostrándole simpatía, pero entonces hizo un amago de asco y se levantó de la mesa.

— ¿no tienes nada para cambiarte? te soporte en todo el viaje, pero hueles terrible —

— bueno, es que no suelo llevar ropa en mis viajes temporales —admití levantándome del asiento y siguiéndolo— lo que me lleva a la penosa situación de pedirte dinero para comprar mi ropa —

— no te voy a regalar mi dinero —

— ¿acaso no escuchaste? te lo pido prestado, cuando tenga un trabajo, que seguramente conseguiré muy rápido, te lo compensaré, justo después de hablar con mi padre —asumí la responsabilidad a lo que él me miró de reojo y de arriba abajo.

— Oh no, no, no, no, de ninguna manera, tienes prohibido acercarte a Stark —

— espera qué —perpleja lo ví alejarse pero le seguí— no puedes prohibirme eso —

— no, pero si me entero de que te has acercado, te echo de la casa, es en serio —sus cejas alzadas amenazantes me hacían ver qué hablaba en serio.

Parpadeé unas cuantas veces y suspiré por lo bajo, no sabía que hacía las cosas así, pero supongo que para este momento el recorrido de Happy con papá apenas comenzaba, pero por más que fuera Happy, no le permitiría que se fuera de esa forma.

Y viendo como caminaba hacia su habitación sin dirigirse hacia mí, me hizo apresurar mis palabras— Happy, aún no he terminado de hablar —cuando recién empezaba en las entrevistas, mamá me decía que debía asumir la postura de una persona determinada, alzar mis hombros, levantar mi mentón, mirar fijamente y demostrar seriedad en el asunto, Happy detuvo su caminar y volvió su mirada a mi con cansancio— la razón por la que estoy en este punto de la historia es por la misma razón que ahora usted me prohíbe ver a mi padre, puedo cumplir con el pago de mi estadía, puedo seguir todas sus indicaciones, pero lo único que no permitiré es que me arrebate lo único por lo que he venido —camine a paso firme hacia Happy y me detuve cuando considere la distancia— por ello le pido su atención y le estoy informando mi situación, porque necesito su ayuda —admití detrás de un suspiro— pero si su condición para desalojarme de aquí es alejarme de mi padre, entonces me disculpo, Happy, por robar de su tiempo, pero seguiré con mi plan —aunque eso significaba la calle de nuevo.

Happy se mantuvo en silencio durante unos segundos, con su mirada puesta en mis ojos, parecía retarme a mantenerla y no pretendía quitarla, porque la clave de todo buen empresario era fijar su objetivo. No podía rebajarme.

Pero entonces Happy acercó su mano a la frente y bufo por lo bajo murmurando algo indescriptible para mí, pero luego de ello expresó— la cuota por tu estadía seguirá en pie y si te metes en problemas, estás sola, no quiero que el señor Stark me relacione contigo —

Sonreí— te lo prometo —conocía esa mirada, por ello musite.

Happy bufo y sacó su billetera de su bolsillo— solo te daré sesenta dolares, espero que con eso sea suficiente para dos mudas de ropa —

Estiró el dinero y sonreí encantada, le miré nuevamente y le agradecí— muchas gracias, Happy —

Y a punto de tomar el dinero, Happy lo devolvió y dijo— no me llames Happy —advirtió— dejo que el señor Stark lo haga porque es mi jefe, pero no tú, llámame señor Hogan —dijo finalmente con una ceja alzada estirando el dinero a mi mano— tú y yo no somos amigos —finalizó llendose.

Me dejó en la silenciosa sala, con la vista al mar, pero sola, mientras él se encerraba en su habitación. Al final, no éramos amigos.

Suspiré con cansancio y con cero porcentaje en la cabeza, mientras trataba de pensar en cómo encontrar los PYM, en como acercarme a papá y en cómo soportar este dolor en mi cadera.

Pero al menos le había convencido a Happy de dejarme ver a mi padre.

Algo es algo.

El cuarto que Happy me había prestado era pequeño, pero útil, con persianas y una ventana que daba a la calle, abriendo la ventana vislumbre un pequeño balcón que daba a una vista amplia y libre de lo que rodeaba el edificio en el que vivía Happy. La cama era pequeña y simple, pero bastaba para mí, había un ropero, pero al abrirlo estaba lleno de herramientas, olía a betún y habían zapatos por doquier, pero además de eso había un CPU, viejo y sin utilizar, claramente.

Pero de pronto algo en mi surgió, casi como una idea instantánea, solo necesitaba un monitor, un mouse y una especie de guía para utilizar este artilugio, de estar forma tal vez podría adaptar a H.A.N.N.A a este Nueva York, de esa manera era posible que tal vez pudiera encontrar al hombre que había tomado mis PYM, aunque presentía que tal vez tendría que lanzarme a la calle a buscarle, pero de que los encontraría lo haría, por el momento sólo actualizaría a H.A.N.N.A siempre y cuando tuviera las otras partes del CPU podría hacerlo.

Dejando de lado el CPU y sus componentes que aún debía encontrar, la habitación estaba con una mesa y una lámpara de noche, además de ellos, no había más nada en esta habitación más que yo.