[ Iniciando secuencia... ]

EPISODIO CINCO

Y en retrospectiva... Pensé que el señor Lang viviría en Chicago, pero no fue así.

Pues, la noche cayó y aún estábamos en la carretera a eso de las ocho de la tarde. Trague fuerte y termine suspirando.

Ahora sí estaba en problemas.

— Señor Lang, ¿podría repetirme donde vive? —

El señor Lang había puesto música de fondo desde hacía cuatro horas.

— vivo en San Francisco —abrí mis ojos de la impresión y terminé tragando fuerte mientras entreabro mis labios.

— ¡¿SAN FRANCISCO?! —me pegue a la puerta— ¡¿está demente?! —

Frunció su ceño algo desorientado— es un buen lugar —respondió.

No, era yo la que estaba demente por haberme subido al auto de un desconocido sin saber a donde iba.

— claro —masculle. Ahora estaba preocupada.

— ¿sucede algo? —

— sucede que metí la pata señor Lang —todo por ir a ver un traje cuántico.

¿Tanta era mi ambición? Reprimí mis labios, pero el solo hecho de pensar que podría servirme para mi próximo proyecto, me estaba revolucionando la cabeza.

— ¿por qué lo dices..? —

Saqué la coleta para amarrarme el cabello, sino terminaría arrancándolo.

— porque estoy en la camioneta de un desconocido y le mentí a mi guardaespaldas, encima mi madre seguro debe estar... —pare de hablar, mamá, debe pensar que voy en camino— maldición, H.A.N.N.A —me acomode en mi asiento.

— oye... —le hice seña de que callará.

[ ¿sí señorita Stark? ]

— llama a mamá —

[ llamando a mamá... ]

— Morgan, ¿don..? —

— antes que digas que es muy tarde, lo sé —Dios, enserio estaba demasiado preocupada y mamá estaba desconcertada— estoy... yendo a San Francisco, estoy buscando algo que es importante para una investigación que tengo —

— ¿San Francisco? ¡¿Q-qué?! —

— lo sé, lo sé, enserio perdón, pero fue algo que sucedió de imprevisto —

— MORGAN STARK —

Mi oído, auch, este maldito sensor de sonido en mi tímpano.

— perdoname —masculle— prometo que volveré en la mañana —

Estaba respirando constantemente para mantener la cama, la escuchaba.

— no, Morgan, tú... —

Hizo un silencio y terminó cortando.

— ¿mamá? —sí, había metido la pata a fondo, termine tirando mi cabeza hacia el asiento— maldición —

[ Lenguaje ]

— creo que fue muy precipitado —

— ¿en serio lo cree? —masculle con recelo.

— perdona —

— no —dije de inmediato, tomando el puente de mi nariz— esto es mi culpa, estoy tan obsesionada con esto de los viajes en el tiempo, que vine con usted en cuanto hablo del mundo cuántico, no debería estar haciendo esto, debería centrarme en mis estudios y la empresa, mamá no puede seguir preocupándose por mí, pero es... —bufé tratando de controlar las lágrimas que estaban saliendo— detesto mi inestabilidad —murmure con odio. Y ahora estaba llorando en el auto de un desconocido.

Esta era la historia de mi vida, porque entre ser una exitosa emprendedora y mantener mi estatus o ser una investigadora científica con aires de ir más allá de mis límites y derribar todo muro... elegía siempre arriesgar mi vida e ir en busca de lo imposible.

Y mi familia me lo prohibía, arriesgar mi vida era poner en riesgo un legado tan importante como Stark. No podía simplemente estar viajando, ni tampoco experimentado cosas sin autorización, aunque estaba segura que nunca lo haría, no quería decepcionar a mamá, pero tampoco podía negar que añoraba estas cosas.

El señor Lang detuvo el auto y entre lágrimas me vi en un estacionamiento de una tienda, fruncí mi ceño.

— ¿por qué..? —

— tomemos algo, el viaje será aún más largo —sonrió... una sonrisa comprensiva.

Respire hondo y asentí. Llevando mi mochila para poder cambiarme, aún tenía el uniforme de entrenamiento.

Abrí la puerta y salí de la camioneta, limpiando mis lágrimas. El aire me tranquilizaba.

Entrando en el lugar, donde no había nadie, solo la cajera y un montón de comida rápida, le dije al señor Lang que iría al baño para cambiarme, este entendió y dijo que pediría algo para tomar y comer.

Entre al baño y entre vomitar o lanzarme a llorar, preferí mantener la cordura, el baño estaba asqueroso. Puse mi bolsa sobre el inodoro y saqué mi ropa para cambiarme lo más rápido posible.

Al terminar me aseguré de que todo estuviera en orden y abrí el grifo para limpiar mi rostro, saqué mi pañuelo, no usaría el papel del baño.

Salí del baño y caminé por el pasillo para ir en busca del señor Lang, entre tantos estantes, lo vi sentado en un comedor y alzó su mano con una sonrisa para que lo visualizara bien.

Respire hondo, de igual forma era la única persona en la que podía confiar ahora, me senté frente a él y deje mi mochila sobre la mesa.

— pedí papas con pollo, ¿te gustan? —

— no está mal —prefería una hamburguesa. Aunque ahora lo que tenía era ganas de vomitar. Pero entonces escuché una captura y un flash por consiguiente, fruncí mi ceño y mire a mi lado, donde un hombre sonreía y me tomaba una foto.

— ¿disculpa? ¿qué estás haciendo? —cuestione desconcertada.

— eres la princesa de Nueva York y estás comiendo aquí ¿qué hace tan lejos de su palacio? —

¿Acaso se estaba burlando de mí?

— ¿qué? —

— oye, no tienes derecho a tomarle fotos, eso es invasión —el señor Lang intervino— borra la foto —

— no borrare nada, es una figura pública, tomarle fotos es normal —

— siempre y cuando seas periodista, ¿eres periodista amigo? sino es así, borra la foto —me estaba defendiendo, se había parado de su asiento.

El señor de aspecto fuerte y barba rojiza se rió entre dientes— ni loco, esta fotografía vale millones —

Odiaba a los bravucones.

Me levanté de mi asiento— al igual que valdrá millones tu salida de prisión —y me interpuse entre el señor Lang y el señor— publique la foto y firmará su sentencia a la cárcel —

Se rió— no iré a la cárcel —dijo convencido.

— usted lo ha dicho, soy la princesa de Nueva York y si me place... usted irá a la cárcel por cualquier cosa, de todas formas me creerán —hice un ademán.

También debía proteger a los débiles de tipos tan sacados de su línea.

El señor frunció su ceño, pero retrocedió— ¿Por una foto? ¿Me llevará a la cárcel? —

Y no tendría remordimiento de nada— por invasión como dijo el señor presente —indique con un suspiro.