[ Iniciando secuencia...]

EPISODIOS CUARENTA Y SEIS

Las mañanas desde el balcón era majestuosas, eran calladas, hasta que veías los diversos autos y personas cruzando bajo mis pies, casi parecían hormigas saliendo de su ¿Colmena? ¿Las hormigas tenían colmenas?

— ahí estás —la voz de Happy me hizo girar al instante en cuanto lo ví en la puerta de mi cuarto y miro alrededor y su mirada cayó en el CPU del suelo, frunciendo su ceño artículo lo que está a punto de decir— ¿Ese es mi CPU? —atravesé la ventana y me mantuve en pie frente a ella, sonreí a Happy y dirigió su dedo hacia mí acusador— ¿Ese es mi suéter blanco? —ladee mi cabeza y tape con disimulo mi cuerpo, tal vez no se daría cuenta si lo hacía… así…

— ¿Le puedo ayudar en algo, Ha…señor Hogan? —Rasque mi nuca entonces algo nerviosa, pero Happy solo fue capaz de rodar sus ojos.

Ya estaba uniformado con su típico atuendo negro y camisa blanca— solo venía aquí y esperaba que todo lo de anoche fuera una… pesadilla —masculló lo último con pesar.

Sonreí amigable y junté mis manos frente a mí — ¿Y te alegra que no sea así? —Happy hizo entonces un amagó con sus labios y terminó rodando sus ojos.

— como sea, hay café en la cocina, toma si quieres —dicho esto salió por la puerta y desapareció, me apresure a seguirle el paso y lo ví tomando sus lentes de la mesa y las llaves también— recuerda más reglas —dicho ello sacó algo de su bolsillo y terminó tirándolo hacia mí, al instante lo atrapé cerca de mi rostro y reconocí una llave— es del apartamento, sino estoy, puedes entrar, no invites a nadie más, no están permitidas las fiestas —me había dado la llave de su apartamento, por un momento me sentí feliz, porque aunque no lo reconociera, Happy confiaba en mí.

Happy salió por la puerta sin despedirse y las cerró tras de sí, con un pequeño salto camine a la cocina y tome una taza para tomar café, la mañana apremiaba y aún había mucho que hacer, tome en café en manos y pensaba en lo primero que haría al salir de aquí, así que mi rutina empezó con una mirada profunda al mar, sentada en una silla en el apartamento de Happy.

Al salir del apartamento, con el suéter blanco y enorme de Happy, con mis pantalones sucios y mis zapatos, recorrí el mall más cercano y con el dinero que Happy me había proporcionado obtuve dos pantalones nuevos, una camisa y suéter ligero, no alcanzaba el dinero para un buen calzado, pero al menos tenía ropa para cambiarme, luego iría a una tienda de ropa interior y tomaría el precio más accesible de ropa interior y los obtendría. Por consiguiente, luego de haber terminado mis compras, iría a un internet café para realizar un currículum, con el dinero que me sobraba podría hacerlo y me alcanzaría para dos viajes en taxi.

Pero cuando salía del mall, no pude evitar rodear el centro y tener un flashback muy chocante.

— ¿Se te perdió algo Parker? ¿Buscas a alguien? —

Con una mano hecha puño y la palma de la otra chocando, parecía tranquilizar a Parker de su nerviosismo.

— no, no, es solo que… hay… muchas chicas —masculló nervioso.

— ¿Te dan miedo las chicas? —aposte con una mirada retadora, pero Parker me miró y trago fuerte.

— no, es solo que… hay muchas, nunca… —por un instante suspiró y bajó su cabeza— nada —y se dispuso a arreglar su pantalón.

— una conversación es de dos, Parker, no puedo ayudarte sino me dices que te pasa —encontre el suéter de mi talla y lo tome, para pasar al siguiente guardarropa.

— no te conozco del todo —

— por eso hablamos, para conocernos —

— ni siquiera sé tu nombre… —río y me señaló— a ver, dime ¿Cuál es tu nombre? —detuve mi mano sobre un suéter.

— ¿Mi nombre? —cuestione.

Sí, definitivamente era el mismo mall, en otro universo y sin Peter Parker. Aún así no pude evitar sonreír de lado por los recuerdos e instintivamente mirar mi brazalete que compartía con él y con todos. Debía admitir que de vez en cuando brillaba con el azul de Morgan, pero lo hacía con frecuencia y sabía que lo hacía porque era pequeña y seguramente me extrañaba. Pero no sabías cuántas veces soñaba con que brillará con el rojo apasionado de Peter, que me pidiera verlo otra vez, que quisiera hablar conmigo, pero hasta el momento, no había tenido una sola luz de él.

Y en parte me alegraba saber que aún estaba bien.

Fui al Internet café que quedaba cruzando la calle, cerca de un restaurante poco transitado, realice mi currículum para nada poco atractivo y pedí la impresión. Salí del internet y pedí un taxi que me llevará al edificio Stark, llegado al edificio, me detuve en la entrada y mire hacia arriba, está vista era normal, aunque me faltaba la enorme "A" que solía tener el mío. Pero supongo que aún no era el momento para eso, faltaban cerca de un año para que los vengadores existieran.

En fin, como siguiente paso, tenía entrar al edificio y pedir el baño, una vez pedido el baño tomar una ropa decente, un pantalón y una camisa y ponerla, lo demás lo guardaría en la mochila que tomé prestada de la habitación de invitados de Happy, arregle mi cabello frente al espejo y limpie mi rostro tres veces, pellizque mis mejillas tres veces y les pegue cuatro, el rosado apareció instantáneo, mordí mis labios mientras limpiaba mis manos y arreglaba mi cabello, solté mis labios y el rojizo apareció y tal vez un poco de sangre, tome papel y limpie mi rostro, tome la mochila y salí del baño con el currículum en mano.

— pizza para el señor Stark —y ví mi oportunidad.

— último piso, avisaré que subirás —la secretaria se distrajo, el repartidor se alejó y caminó al ascensor, me acerque a él de manera natural y esboce una sonrisa.

Mire su nombre— hola Daniel —y camine junto a él.

Pero su mirada rara hizo despertar en los guardias cierta zozobra o tal vez era por el hecho de que no me había identificado que el guardia pelón tomo mi hombro y me alejó de Daniel— no tiene autorización para estar aquí —y ví como perdía mi oportunidad de ver a papá.

Bufe— oye enserio necesito subir —

— sin autorización no puedes subir —su postura era firme como un roble y el ascensor estaba cerca, una pequeña mirada al ascensor y otra al guardia me hizo rebotar una idea en cuanto a mi currículum.

Levanté mis hombros y mi mentón, levanté mi mirada y retrocedí tres pasos para no verle la cara desde una perspectiva tan pobre— bueno, no sabía que requería de una autenticación, el señor Stark me pidió venir con urgencia de mi universidad, soy su aprendiz y la verdad tengo mucho que aprender —llame su atención— fue de imprevisto, pero creí que ya me tendría registrada para mí llegada, después de todo traigo mi currículum para el trabajo de aprendiz, solo falta esto para hacerlo oficial —alegue al instante y con pena me gire hacia la salida— supongo que sí el señor Stark me llama, tendré que decirle que el guardia sin pelo no me dejó subir a verlo —estaba dispuesta a caminar hacia la salida, hasta que el pelón se retractó.

— eh, no, señorita, pido una disculpa, si esa es la situación, llamaré al señor Stark y le avisaré que está subiendo —estaba dispuesto a hacerlo por el comunicador, pero me apresure.

— no creo que se buena idea —dije al instante— conoce al señor Stark, cuando está en un proyecto no le gusta ser interrumpido —detuvo su contacto y cayó en cuenta, al instante asintió y me hizo pasar.

Habría entrado al elevador con el aire retenido y apenas un suspiro cuando estuve en el elevador cada nivel retumbaba mi espíritu y cada número me acercaba más a él. Dios, lo vería de nuevo y esta vez frente a frente.