🎫 MORGAN STARK - La mañana de nostalgia
[ Iniciando secuencia... ]
EPISODIO SIETE
Temo decir que aunque fui a más de no sé cuántas millas lejos de Nueva York, mi búsqueda fue en vano. Pero lo único certero para mí en esta mañana, era que mamá había enviado a Happy a por mí, lo sé porque me llamó temprano diciéndome que le diera mi ubicación para venir a buscarme.
Y ahí estaba yo, sentada en los escalones de la puerta de la casa del señor Lang, esperando a Happy, con el señor Lang a mi lado dormido.
Él insistió en levantarse conmigo para despedirme, pero creo que estaba más pegado en la madera del pilar de la casa que en el mundo de ahora.
En ese lapso de la mañana pude visualizar como el sol se levantaba de mañana y las estrellas eran opacadas por él.
— no quiero ser pequeño —y entonces el señor Lang despertó.
Le miré con impresión vaga y sonreí de lado— ¿Qué tal el sueño? —
— perdona —bostezo— es que ayer fue un viaje muy largo —acostumbró su vista a la realidad.
Me encogí por el frío, pero le reste importancia a su disculpa, de todas formas era normal tener sueño.
— por cierto ¿Tú no tienes sueño? —
Esa era la cuestión, el sueño para mí estaba sobrevalorado, porque para mí, el sueño solo me tomaba cuando mi subconsciente estaba muy cansado o muy decepcionando. Pero ahora, tenía millones de preguntas que quería contestar y tenía un invento en mente que no dejaría.
— señor Lang —llame— esa novia suya.. ¿Sabe por qué se llevaría su traje? —
Lang parecía procesar mis palabras y posterior a ello respiro hondo y dijo— Hope es una chica inteligente y supongo que tiene miedo a que alguien como yo, tan guapo —se atribuyó— le esté engañando —
— sí… hay algunos factores que no calzan ahí —masculle.
— además que su padre fue el que ideó el traje cuántico y me dió todo lo que necesitaba para crear muchos más de ellos o bueno… tome de su laboratorio —lo pensó más a fondo— no importaba después que hubieran regresado —le resto importancia.
— Hank —dije para asegurarme su nombre.
— sí, Hank —debía admitir que tenía cierta envidia en la mirada de Lang, sonreía y en su mirada podías visualizar el alma noble del tipo, era tan envidiable que no podía dejar de mirarle— tengo una relación muy estable con ellos, aunque no los veo seguidamente, pero amo a Hope, es la mejor chica que he conocido —
— así que está enamorado —sonreí de lado mirándolo a mi lado, él solo fue capaz de sonreír.
— ¿Qué puedo decir? Así es el amor —sí que estaba enamorado— ¿Y tú? ¿Cómo es tu novio? —
Y en cuanto dijo eso, no sé porqué recordé a Parker, sonriendo, abrazándome, llevándome en su telaraña por Nueva York.
Baje mi mirada y suspiré— bueno, la verdad no tengo eso, señor Lang —
— tranquila, dime Scott —
Sonreí— Scott, digamos que en mi realidad, las personas a mi alrededor están más bien por conveniencia y no por real lealtad a excepción de dos personas —recordé a mamá y Happy.
— vaya —dijo el señor Lang— pensé que por ser la hija de Stark serías más amada por las personas —
— debería ver las noticias —indique— siempre soy un punto de señalización, bueno aunque ahora es un poco diferente —
— ¿por qué? —
— porque debo vivir a base de apariencias —aún debía mantenerme firme frente a las personas y dar mi posición, debía verme soberana, inteligente y agraciada. No dejar que nada me estorbara, para conseguir aprobación.
Aunque siendo sincera, había veces que eso lo detestaba.
— sí, debe ser difícil —masculló el señor Lang.
— pero, no me gusta hablar mucho de mí —suspire— cuéntame ¿Qué pasó después de que volvió? Me refiero al mundo cuántico y eso —
Scott miró al frente y suspiró sonriendo— bueno, fue muy confuso —reconoció— lo primero que hice fue salir de un almacén, la verdad no sabía ni cómo llegué ahí, a decir verdad tampoco supe cómo salí de ahí —dijo con la cara más inocente— pero, de alguna forma alguien o algo me devolvió a la mundo real, te juro que se sintió como dos horas ahí dentro, en medio de ese espacio cuántico, pedía auxilio y nadie me respondía —parecía estar recordando— es increíble que cuando volviera hubieran pasado cinco años —
— ¿Qué pasó después? —
Frunció su ceño— recuerdo que fui a un lugar donde había un montón de pilares, ¿Sabes a cuáles me refiero? —
— no —reconocí.
— el muro de los desaparecidos en el chasquido, vamos aún sigue en pie recordando a… —
— a los vengadores que murieron —masculle.
Algo que había olvidado contar… el muro de los desaparecidos, luego de que la mitad del mundo volviera, el presidente de los Estados Unidos, decidió hacer de los muros de los desaparecidos un homenaje al sacrificio de los vengadores, a los que murieron, al Capitán América y mi padre, Iron Man, el homenaje de mi padre se levantó en Nueva York, el del capitán América se levantó en Washington.
Si me preguntan, el de la agente Romanoff por qué no tenía, diría que fue algo irrelevante para las personas del exterior, la señorita Nathasha nunca fue reconocida, pues un espía no podía darse esos lujos.
No obstante, el el complejo de los vengadores se alzó un pilar en su honor, donde verdaderamente las personas sabían quién era y lo que sacrificó.
Y los muros de las personas desaparecidas seguían en pie por ellos, en su honor.
— fui ahí —Scott siguió contando— y entendí que sucedía, fueron como cuestiones de segundos cuando lo entendí, era nombre de personas que habían desaparecido, sentía que era como una especie de masacre —mostraba dolor— y me asusté, ¿Sabes? —me miro— porque habían muchas personas en orden alfabético y pensé en Cassie, mi hija, pensé que a ella también le había pasado lo mismo, que quizás… ella también había desaparecido, pero nunca ví su nombre, en cambio de ello, ví el mío —toco su pecho extrañado— me sentía en ese momento como un fantasma —reconoció— fui a la casa de Cassie, porque quería asegurarme de que estuviera bien y cuando una chica abrió la puerta, me fue difícil reconocerla, pero ella me reconoció perfectamente, es decir, no había cambiado, yo seguía igual, pero Cassie no, ella creció y fue… —bufo casi impresionado o mejor dicho muy impresionado.
— al menos la volviste a ver —
— pero me perdí mucho de su vida —reconoció— ella me contó que el primer cumpleaños que pasó sin mí, en el momento de mi desaparición, dijo que no lo celebraron, porque ella no quiso hacerlo, dijo que ese día estuvo llorando todo el día, esperando a que volviera —sus ojos se cristalizaron— y cada vez que lo pienso, es difícil para mí olvidarlo, porque sus mejores años de infancia, no estuve —
Era gracioso, el hecho de lo contradictorio que era su vida y la mía.
Me levanté de las escaleras y suspire— a diferencia de usted, Scott, yo viví mis primero cinco años con mi padre —el viento estaba soplando, la nostalgia estaba en mi corazón— pero me toca vivir todo lo que me queda de la vida sin él —
— no imagino lo difícil que debe ser eso —
— ya lo sé —masculle con una sonrisa— para todos es difícil —
— ¿Qué recuerdas de él? —
Fruncí mi ceño al señor Lang. Nunca nadie me había preguntado algo así. Pero aún así le contesté.
— no tengo mucha memoria de ese tiempo —reconocí— pero cuando era pequeña —tosi levemente— siempre jugaba con sus inventos o comía paletas de jugo con él —reí por lo bajo— papá compró una casa cerca de un lago para nosotros, lejos de la vida monótona, pero cuando murió… decidimos mudarnos a Nueva York y guardar esa casa como homenaje a papá —puse un mechón tras mi oreja— y de alguna forma creo que él encontró un puente para estar ahí con nosotras —de eso estaba convencida.
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