🎫 MORGAN STARK - Estafa
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EPISODIO CINCUENTA Y UNO
MORGAN STARK
Había estado tan sumergida en los planos y modificaciones para el nuevo chip, que ni siquiera fui consciente del cambio de horario que sucedió, eran cerca de las ocho de la noche cuando salí del edificio, debo admitir que se sintió extraño cuando pase por debajo de las escaleras y llamé al ascensor para desalojar el lugar, mi padre, me pedía que lo llamará "señor Stark" como sinónimo de respeto y de colega, sintió que se vería profesional y me dio el dinero prometido durante el día de hoy, entrando en el ascensor con él se me había olvidado completamente lo del dinero, pero me lo entrego con mucha facilidad con una mueca de sonrisa para guardar sus manos entre sí y arreglarse la corbata que tenía, decía que era nueva y que se veía muy sexy con ella, palabra suyas no mías, lo cual en cinco ocasiones me hizo reír, porque todo lo que tendían a decir sobre él era cierto, era todo un casanova, aunque no me preocupaban sus amoríos pasados, me preocupaba más si este pasado era capaz de cambiar solo por presencia.
El "señor Stark" parecía ir a una junta o al menos eso contó, decía que era una junta sobre un asunto importante y que sería la primera de dos, esperaba que esta compañía le diera unas buenas tácticas para cerrar un contrato y esperaba que no le hicieran perder el tiempo, era un hombre de muchos recursos y era obvio que esperaba que las compañías con las que se juntaran realmente fueran de apoyo y no estorbo.
Así que aquí va lo que pude haber recopilado de mi día con él, era la oportunidad de yo misma poder definir como realmente era, muchos decían que estaba obsesionado con él mismo, que era arrogante y egocéntrico, que era un playboy experto y ciertamente era lo que reflejaba, pero sus intenciones eran de diferentes contextos. Era obsesionado consigo mismo, sí, pero no por su bienestar, porque estaba dispuesto a incrustarse un chip que seguramente el pasado de mi padre difunto sí lo realizó, pero este no. Era arrogante sí, pero era una armadura para quitar una amenaza, cuando llegue lo fue, fue sarcástico inclusive porque sabía que habían personas que podían aprovecharse de él y sabía que pensaba de mí de la misma forma, era mi trabajo hacerlo cambiar de opinión. Estaba segura que era un playboy porque las testigos no mienten y sí, fue cruel con los sentimientos de las mujeres, pero nunca les hizo daño a ninguna, siempre fue lo que esa chica quería que fuera, palabras de mi madre no mías.
Su intelecto le valió el apodo como "El Da Vinci de hoy", y sus inventos en Industrias Stark revolucionaron la tecnología para la humanidad. Era un individuo muy pragmático para su tiempo, era maravilloso en todo lo que hacía, tanto como yo lo era en mi época, siempre optando por el modo más rápido y eficiente ante un problema.
— bueno, espera aquí hasta que mi auto se vaya, no queremos que nuestro secreto se revele con Happy —y era muy gracioso, me guiño su ojo como cómplice y se alejó de mí dejándome en la recepción— nos vemos —alzaba su mano sin mirarme y se despedía con lentes en su rostro, su manera de caminar única y la atención de todos.
Simplemente Anthony Edward Stark.
Y yo simplemente Morgan Edward Stark Potts.
Salí del edificio después de ver como Hogan salía del estacionamiento y se llevaba al señor Stark, suspire antes de salir y recibir el frío, no era el tipo de chaqueta que llevaba siempre para salir con el frío, ni tampoco estaba acostumbrada a cruzar la calle o caminar sola, pero lo estaba haciendo. Las calles en las noches de Nueva York desde un punto alto se veían distintas a estar entre la multitud, te sentirás vulnerable, descubierto, mirar para todos lados y entender dónde estabas, muchas avenidas, muchos semáforos, muchos autos y muchas personas en específico. Pero era lo que debía hacer.
Saqué el localizador de los Pym, fue algo que con suerte logre obtener del laboratorio del señor Stark con el permiso de Jarvis, logré escribir el software de lo que necesitaba encontrar y lo tuve listo para mantenerlo en búsqueda en un radar de trescientos metros al menos.
Lo cual era útil, pero si conocía la ciudad y era claro que yo no lo hacía, así que me detuve en una tienda en una esquina cuando vi un mapa extendido en una vitrina, era el mapa de los metros subterráneos de Nueva York y también había otro de las avenidas de Nueva York, especiales para turistas, podía ser algo que me ayudaría a orientarme y de esa forma podría encontrar lo que estaba buscando.
Iba a entrar, abrir la puerta para comprar con el dinero que el señor Stark me dio, pero antes de siquiera poder hacerlo, alguien salió de forma abrupta, un chico con boina y mirada inquisidora— mira por donde vas —dijo grotesco y se alejo de mi soltando la puerta.
Era cierto que las personas en Nueva York podían ser muy groseras y ese era un ejemplo, bufé entrando a la tienda y viendo a cuatro posibles compradores de recuerdos de Nueva York y un vendedor muy entusiasmado, sonreía y amasaba sus manos acercándose— muy buenas noches, ¿eres alemana? ¿Quizás española? no importa, tenemos lo que necesitas —me tomo de las esala desprevenida y me acerco a su vitrina, cruzó la puerta y aún con una sonrisa dijo— tenemos desde la torre más grande seattle, hasta el puente de San Francisco como recordatorio, también tenemos llaveros, mire —era un llavero con la estatua de la liberta— totalmente originales —era obvio que era entusiasta en su negocio y especialista en turistas, pero era algo que yo no era.
— escuche, no quiero sus regalices —su sonrisa se borró de su rostro, casi como si hubiera roto sus sentimientos— pero sí necesito un mapa del subterráneo y otro de las avenidas o si tienes uno que incluya ambos, sería perfecto —su sonrisa volvió a aparecer y con un dedo deductor salió de su mostrador.
— tengo lo que necesitas, excursionista y amante de la aventura —ya hasta apodos me había puesto. Entonces fue a los gabinetes de la ventana desde la que vi el mapa y sonriente trajo tres mapas sacudiendolos y celebrando su logro de haberlas encontrado— son avenidas, subterráneos para que no te pierdas en el metro y también tengo los lugares más turísticos a los que podrás encontrar, tres mapas, maravillosos lugares a solo quince con noventa —fruncí mi ceño frente a su sonrisa en el mostrador y los tres mapas frente a él.
Y me queje— oiga, son solo papel, no es nada que valga la pena para gastar quince noventa —
Hizo un amago y alzó sus hombros sin importancia— bueno sí, pero sirven para que gente como usted no se pierda, turista —lo decía con tanto entusiasmo que era difícil enojarse con él.
— es una broma —masculle, pero volví mi mirada a los mapas y bufe— okay, los lugares de visita no los necesito, solo los subterráneos y avenidas, ¿siguen siendo quince noventa? —
— no, pero si se lleva dos mapas, por consiguiente debe llevarse este maravilloso collar de amo a Nueva York en su pecho —me estaba estafando.
— no, no quiero un collar de amo a Nueva York —
— oh señorita —dijo bajando el collar y mirándome como perro faldero— pero sino se lleva el collar no podrá optar por el descuento en compra de gorra y lentes de la estatua de la libertad —
¿Es broma?
— oiga, solo quiero los mapas y listo, más nada, no hay nada más de su tienda que me... —pero si un abrigo, un abrigo que se veía perfectamente de mi talla y me ayudaría a abrigarme de este frío.
— ¿sí? —y él se había dado cuenta de mis intenciones y buen vendedor siempre lo hace, baje la mirada y vi una libreta y una caja de lápices, sentí que también las necesitaba, fruncí mis labios y suspiré con resignación para levantar mi cabeza y ladear.
— ¿cuánto por el abrigo, los lápices, el cuaderno y los dos mapas?, menos el turístico, menos el collar, menos el gorro o suéter o cualquier cosa que intentes venderme de más —
Sonreía como si hubiera ganado la lotería y eso le asustaba a mi bolsillo de cierta manera, nunca había tenido problemas de economía, pero era posible que esta vez sí.
Marco y dígito, triunfante dijo— serían veinticinco con noventa —
Maldita sea.
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