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🎫 MORGAN STARK - Entregas y Trucos

[ Iniciando secuencia... ]

EPISODIO VEINTITRÉS

— ¿Sientes que? —y muy sacada de onda yo ladee mi cabeza, casi atragantando mi garganta con un pedazo enorme de dona.

James sonrió y suspiró, antes de que me diera cuenta paso por mi lado y fue a la cocina, para buscar una dona, lo supe cuando busco en el paquete de donas— tengo… ciento veinte… años —terminó diciendo para sonreír y comer un bocado de la dona blanca que tenía en mano.

El ascensor sonó indicando que alguien estaba subiendo, a sabiendas de mi rostro, percibía que mi boca estaba abierta con media dona dentro y estática, mientras los pasos que conocía a la perfección ahora, eran de Nathaniel quien llegó ajustó con nosotros.

— los nanobots están avisados señorita y me dieron un carnet de identificación, por cierto, tengo que ir a mi apartamento para empacar un poco de ropa para mañana, la isla Tristán es muy calurosa, según mis investigaciones —se detuvo— ¿Señorita Stark? —

¿Ciento veinte años? Dios mío…

Este hombre era de siglos y décadas más atrás que cualquier otra persona que haya conocido.

— señorita Stark —pero al segundo llamado de Nathaniel reaccione, mientras pasaba él su mano frente a mi rostro y me miraba con una sonrisa.

Module mis labios y fruncí mi ceño mirándole y tratando de ser lo más normal posible— sí —pero mi voz se escuchó como si acabara de llorar o estuviera gimiendo, en resumen, estaba pasando pena.

Richard tosió levemente y volvió su mirada disimulada a James, mientras el otro solo bajaba la cabeza y se comía su dona.

— digo que me retiraré para alistar mi ropa, para nuestra excursión de mañana —volvio a repetir Richard.

— ah, sí —masculle sacada de onda aún— por supuesto, tomate el tiempo que quieras, no me moveré de aquí —desvie mi mirada y busqué una silla, mientras me comía el último pedazo de dona.

— okay, entiendo, gracias señorita Stark —

Me senté— no hay problema —en la mesa cercana a la ventana.

— bueno, me voy, adiós James, adiós señorita Stark —

Asentí mientras escuchaba como los pasos de Richard entraban en el elevador y se iba.

El silencio era inevitable y mi conciencia aún intentaba digerir la edad del señor Barnes y el hecho de su juventud. Podía hacer un sinfín de ecuaciones y fórmulas en segundos, pero esto me estaba fulminando la cabeza.

Y aún no me explicaba como ese tipo estaba más bueno que un vino rancio. Sé que no lo dije antes porque me resultaba tedioso que alguien me siguiera de un lado a otro, pero ahora ya me había acostumbrado a su presencia -para no decir que no tenía más remedio- y suponía que se quedaría un largo rato.

— ¿excursión? ¿eres una chica scout o algo así? —reí por las insinuaciones de James, pero aún seguía mirando por la ventana.

— es una exploración en las aguas de la isla Tristán —

— oh, entonces son vacaciones —

— no, son cristalinas, James —me levanté de mi asiento— en estos tiempos es extraño ver aguas tan cristalinas, las personas ahí tienen una vida próspera y humilde, sus árboles son verdes, imagino que lo riegan todos los días, aún así… es extraño —fruncí mi ceño y suspirando mire a James— es por eso que iré, si tienen la famosa fuente de la vida eterna, sería bueno beberla, así viviría tanto como tú —le guiñe un ojo.

— creeme, no querras vivir para toda la vida —dijo con sinceridad— hay muchas cosas que quedan en tu mente y no te sentirás bien, constantemente tendrás que ir a terapia o inclusive cambiar de aspecto —suspiro— vivirás en una miseria constante —

¿Eso le había sucedido?— has vivido muchas cosas ¿no? —

Entonces rió sin ganas— he vivido cosas que nunca me gustaría… olvidar —dijo con pesimismo.

Supongo que su perspectiva cambió como las estaciones en el año, vivió tantas cosas que resultaron grandes cambios para él, entendía que el cambio de años, las nuevas modas y costumbres, tal vez no era lo que él acostumbraba, inclusive su manera de tratar era muy rígida para este tiempo.

— James —pero no quería que fingiera conmigo, tal vez actuaba en ciertas formas para no sentirse mal, pero no quería que hiciera eso conmigo, me miró, sonreí, no tenía porqué fingir conmigo— se sincero conmigo ¿quieres? —frunció su ceño— no tienes que fingir conmigo, puedes ser libre de tomar tus decisiones y de sentirte como quieras, no te preocupes por el que diré o alguien más dirá, eres libre, ¿no? ya no tienes sentirte mal —

— lo dices como si supieras mi vida —

— no hace falta ser un psicólogo o vidente para darme cuenta que te sientes agobiado de muchas cosas y que tu mirada dice mucho —compensé.

Muchas veces me sentía en la obligación de ser de cierta forma porque mi estatus lo requería, en el colegio debía mantener el margen, ser la mejor no era mucho trabajo, pero la presión social era algo que continuamente afectaba mi subconsciente y no era que podía simplemente dejarlo, porque recuerdo que en ese entonces ocultaba la presión que el consejo ejercía en mí y sentía que ellos sabían realmente lo que debía hacer, que me regañaban por mi bien, intentaba entender eso, pero no entendí que estaba perdiendo mi esencia.

— Morgan Stark —pronunció con una sonrisa, desperté de mis pensamientos, para cuando quiso decir algo más, H.A.N.N.A habló.

[ señorita, su pedido llegó, esta subiendo ]

— gracias, H.A.N.N.A —masculle algo incómoda, porque en realidad quería escuchar lo que diría, tenía una sonrisa tan sincera.

— ¿Qué pediste? —pero ahora cambiaba de tema y se acercaba al ascensor, rasque mi cabeza y suspire caminando tras de él, sonriendo.

— bueno, algo para mi… el trabajo que estoy desarrollando —el ascensor marcaba los números restantes, mientras James miraba como ascendía y yo suspiraba apoyándome en la pared y mirándolo desde esa perspectiva.

— ¿En qué trabajas? —

Entrecerré mis ojos— ¿no te dicen que eres muy preguntón? —

Me miró cachado y dijo— dijiste que fuera yo contigo ¿no? —

Suspire con pesimismo— supongo —

El ascensor abrió sus puertas y pronto deslumbró dos cajas, con un transportista— orden de nanobots para la señorita Stark —

Dejé que pasará mientras tapaba mi vista de James, mientras tanto el cargamento iba descendiendo.

— señorita Stark, firme aquí por favor —y otro tipo también salió del ascensor con una libreta y un bolígrafo.

— ¿Dos personas para entregar un pedido? —agarre el bolígrafo extrañada y mire dónde firmar— ¿No creen que es muy exagerado? Solo son nanobots —

— bueno, señorita, no cualquiera tiene el privilegio de hablar con Morgan Stark —comentó el primer transportista con una sonrisa.

La mirada del tipo con la libreta me estaba penetrando, mientras que el otro mantenía una sonrisa en sus labios, por un momento me sentí en peligro, aunque James estaba aquí.

Y es que siempre que habían personas a mi alrededor que no conocía, me sentía tan expuesta.

— no vuelvan a entrar en pareja, para la próxima solo puede subir uno —y aunque ambos tenían el traje de transportistas de Industrias Stark, no podía simplemente quedarme calmada.

— bonito tatuaje —y entonces sucedió lo que hacía mucho no sucedía.

Fue cuando James se acercó al primer transportista con la caja de nanobots— James Barnes, ¿Creíste que no te reconoceríamos? —

— ¿Quién los envío? —

Y en ese momento, todo se volvió caos, cuando sin darme cuenta el tipo a mi lado saco un arma y quiso apuntar a James— lo siento, sargento, son solo órdenes —y no sabía bien que sucedía si era la adrenalina o era el miedo, que pronto me encontrada bajando la mano del repartidor a mi lado y dándole un codazo en su estómago.

cuando alguien tenga un arma y este en peligro tu vida, solo haz una llave en su mano, para que la suelte —las palabras de Yolanda venían a mi como episodios— y luego, cuando esté inclinado, asegúrate de darle un rodillazo en su rostro, para que se desestabilice y también un codazo en el cuello, eso atragantara a la persona y posiblemente le de dificultades de respirar —cada cosa que Yolanda había dicho, parecían como si fueran mis pasos en este momento— y recuerda, nunca, pero nunca le des la espalda a tu contricante, hasta que estés completamente segura que está inconsciente o muerto

Ahora yacía tirado en el suelo, con su manos en el cuello intentando mantener una respiración, fruncí mi ceño y alcé mis pies para proporcionarle un último golpe en el estómago.

Para entonces, James tenía al otro tipo contra la pared y le estaba proporcionando golpes, aunque muy bien las esquivaba el otro y pensé que James ganaría, por su brazo de metal, hasta que el otro le dió un golpe bajo y terminó sacándolo de base. Debía hacer algo, mire al suelo y vi el arma y no me lo pensé dos veces y apunte con el arma antes que hiciera algo más.

— manos arriba, dónde las pueda ver —apuntando al tipo, cuando me asegure que se había alejado de James.

Él alzó sus manos mientras reía y una línea de sangre bajaba por sus labios— no era mentira cuando decían que eras peligrosa —respiraba difícilmente y estaba impotente— pero admitamoslo solo eres una niña malcriada que no sabe usar un arma —

sobre esto… procura no dispararle a nadie en la cabeza, porque no lo tienes permitido y eso sería homicidio, así que solo dispara a su pies, así sabrá que hablas en serio

Quite el seguro y baje el arma acercándome a él— probemos —y dirigiendo el arma a su pies, le proporcione una bala que sonó como bombita y terminó incrustados en su pies.

— AH —y mientras gritaba adolorido me acerque aún más y desde mi altura le ví.

— para ser una niña malcriada, tengo algunos trucos bajo la manga —alce mi mano con el brazalete y la hice puño, soltando una descarga eléctrica hacia su frente y deshabilitando su sistema por completo.

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