🎫 MORGAN STARK - Conociendo gente de San Francisco
[ Iniciando secuencia... ]
EPISODIO SEIS
En el camino, el señor Lang me dijo que durmiera un rato, ya que el tiempo estimado de llegada sería en la madrugada como a eso de las tres de la mañana.
En el momento no tenía sueño, pero mientras él hablaba y me contaba sobre cómo se divorcio de su esposa y mantuvo su vida de ladrón cibernético o cosas parecidas y con la canción más lenta que haya escuchado. Terminé conciliando el sueño en medio de la carretera con él como conductor.
Aún así, en mis sueños, podía imaginar casi un mundo tan distinto al de ahora, dónde parecía flotar en diferentes tonalidades y sintonías.
— Morgan —
— Morgan —
Alguien me llamaba, en medio del lugar, mientras yo flotaba, alguien me llamaba, parecía reconocer la voz.
Pero, porque no podía saber su nombre.
— no —
— Morgan —
Esa voz, sonaba como dos, pero era una sola. Mire a todos lados, pero no veía de quién era.
— no vayas —
— Morgan, no —
Mi ritmo cardíaco se estaba acelerando, ¿Quién? ¿Por qué no? ¿Qué no?
— te dije que te quedarás —y ahora se escuchaba más claro.
— nunca haces caso, Morgan —pero aún así seguía escuchando como eco.
Y en un lugar de tiempo y espacio indefinido, alguien me tomó de imprevisto, mi corazón saltó y entonces lo ví.
Dr. Strange, con sus ojos brillantes como el oro, me sostenía con sus manos por mis hombros, parecía demente.
Me asustaba.
— Morgan, no —y fue lo último que dijo, hasta que alguien me despertó. Sus ojos verdes esmeraldas invadieron mi zona.
— ¿Estás bien? —era el señor Lang— parecía que estabas teniendo una pesadilla —el auto se había detenido.
El señor Lang tenía su mano en mi hombro, de esa forma me despertó.
— ¿Dónde estoy? —masculle limpiando mi rostro con mis manos.
— en mi casa —y él respondió contento.
Parpadee unas cuantas veces para mirar a través del vidrio delantero del auto y darme cuenta que ya nos habíamos estacionado.
Pocos segundos después, bajó y el señor Lang se ofreció a llevar mi bolsa.
La casa no era tan grande, pero tampoco era pequeña, era roja y de dos pisos, desde afuera parecía espaciosa.
Hasta que el señor Lang abrió la puerta y de ella salió algo disparado, me corrí al instante, antes de que eso me cayera a mí y lo ví regresar y también ví a dos personas en la puerta disparando lo que parecía un teaser.
Trague fuerte.
En fin, casi me electrocutan.
— Scotty —volví mi mirada a Lang después de un pre infarto y él solo río algo en pánico.
Pero un hombre, de una estatura casi idéntica a la mía, por pocos centímetros me pasaba, abrazo al señor Lang.
— ey Scott, mira esto —y el otro tonto que casi me electrocuta alzó el teaser como si fuera un juego.
Lo mire con odio.
— ¿Por qué tienes un teaser? —yo también me hacía la misma pregunta.
— es que mi... —
— la hermana de Kurt tiene un novio que le gusta andar de pajarito en nidos y ya sabes cómo son las mujeres, es todo o nada, así que ella le pidió a Kurt que le comprara un teaser, tú sabes para sus cosas —
— ¿Qué cosas podría hacer una chica con un teaser? —cuestione sin entender a la carretilla parlante frente a mí.
— bueno, muchas cosas —alzaba y bajaba sus cejas consecutivamente y sonreía por debajo de su bigote— la hermana de Kurt cree que su novio la engaña, así que planea ir a una cita que su novio tiene y ver si solo es un amigo o es más que un amigo —el tipo me veía de cierta forma pretenciosa, me aleje instintivamente— y luego PAM —exclamó— electrocutado como zorro en cerca eléctrica —me hice atrás del señor Lang, este tipo estaba loco.
— Luis, Kurt, ella es Morgan —
— un placer Morgan, soy Luis —era demasiado imperativo este hombre.
Frunciendo mi ceño extendí mi mano y asentí.
— Kurt es medio tímido, pero es un buen muchacho —habló Luis.
Extendí mi mano a Kurt, pero él extendió el teaser, aleje mi mano.
— lo siento —y río guardando el teaser— soy Kurt —extendió su mano ahora.
Dude en dársela, pero no tenía otra opción, solo ser cortés con el tipo.
Ambos estaban en saco y camisa.
— acabo de pedir un Delivery —
— son las tres de la mañana —masculle extrañada.
— Scotty dijo que vendría, así que pedí comida para él —
— ¿Al menos hay algo abierto? —cuestione.
— la señora Chela siempre está abierta veinticuatro horas —alzó su dedo pulgar y sonrió.
¿En qué me había metido?
— también habrá para ti —Luis me codeo.
— será mejor que entremos, los vecinos ya están encendiendo sus luces por la conversación —dijo Lang entrando a la casa e invitandome.
En muchos aspectos jamás pensé en que pasaría una madrugada fuera de casa, en otra realidad sí, pero en la casa de un desconocido que dijo haber visto a mi padre y hablo del mismo cuántico.
Wao.
Enserio tenía una gran debilidad, con esto.
— puedes usar mi cama —el señor Lang ahora arreglaba la cama, mientras yo dejaba mis cosas en el suelo, era una casa de aspecto sucio o tal vez solo era el color.
— en retrospectiva, solo tengo una pregunta —
— sí, dime —
— ¿ustedes duermen... juntos? —el señor Lang detuvo su arreglo de cama y me miró como si le hubiera preguntado algo obvio.
— pues, no —un alivio recorrió mi ser.
— bien —terminé sentándome sobre la cama y suspirando aún tenía sueño— entonces ¿dónde está el traje cuántico? —
— oh sí —Lango sonrió y aplaudió como si se le hubiera encendido el bombillo— está en mi maniquí secreto, ni siquiera mis amigos saben —y entonces recurrió a la pared y tocándola tres o cuatro veces, en distintos lugares dio a conocer un botón secreto que abrió una puerta.
Estaba asombrada de que tuviera algo así. Pero el señor Lang estaba tan confiado que esperaba ver mi cara de asombro, cuando la puerta se descubrió y yo solo vi el maniquí, pues sí en efecto el maniquí estaba, pero no el traje.
— señor Lang... —
— lo sé, lo sé, es genial, con su fondo blanco y sus líneas... —y entonces volteo y se dio cuenta que no estaba— no... —
— Scott ya llego la comida —y Luis entró en la recamara— oh mira es el maniquí que desnudo Hope —
— ¿qué hizo qué cosa? —Lang giró hacia Luis cuestionante— ¿cómo lo supo? ¿por qué? —
— sí, dijo que le escondías algo y vino a ver tu cuarto, claro es tu novia, no le dije que no —y esa fue la excusa de Luis.
Estrellé mi mano contra mi cara. Muchas horas de viaje por nada.
Lang solo fue capaz de venir con vagueza a su cama y caer sobre ella— no... —y prácticamente se lanzó a llorar.
— entonces ¿qué? ¿vienen a comer? —volví mi mirada a Luis.
Todas mis esperanzas desaparecieron. Excelente.
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