[ Iniciando secuencia... ]

EPISODIO TRECE

Creo que algo que tenía siempre y que era como mi superpoder a más no poder, era el ser odiada por todos. Nadie que me conocía desde la perspectiva social y no amistosa pensaría que soy una chica con buenas intenciones.

Mamá había salido nuevamente a otra reunión con el consejo para reunirme la información que se había dado hoy en la conferencia y también las nuevas propuestas que se habían diseñado, ella aún no me dejaba ir al trabajo, todo desde casa, por miedo a que colapsara, algo ilógico para mí.

Estando encerrada estaba mucho más propensa a sufrir de un colapso.

Pero ahora, podría decir que era más un momento incómodo que solo, pues parada frente al señor Hank, a la señora del señor Hank y a la asistente del señor Hank, en completo silencio era incómodo.

Scott como medio estaba mirándonos, creo que esperaba a que alguien iniciará la conversación, por lo que me dispuse a hacerlo.

— señor Hank... —

— Pym —me corrigió de inmediato.

Reprimí mis labios y respire hondo— señor Pym, es un honor tenerlo en mi casa y también contar con la grata presencia de su ¿Esposa? —ella sonrió y estiró su mano.

— Janet van Dyne —dijo gustosa, creo que a ella no le caía mal.

— Morgan Stark —respondí igual de encantada.

— y su ¿Asistente? —la chica de atrás me miró con su ceño fruncido.

Pero la señora Van Dyne corrigió de inmediato— no, no, ella es nuestra hija, Hope —

Asentí lentamente— señorita Hope, es un placer —

— creo que no queremos tantas presentaciones, ¿Por qué no mejor vamos al grano? —el señor Hank parecía estar fastidiado, pero aún así accedí.

— por favor, acompáñenme a mi laboratorio, hay podremos hablar entre científicos —

— no es necesario, señorita Stark, sólo dígame lo que necesita saber y a cambio usted me hará el favor —

Fruncí entonces mi ceño— ¿Favor? —y mire a Scott.

¿De qué favor hablaba?

— no me diga, no querrá cumplirlo como todo Stark que es —volví entonces mi mirada desorientada al señor Hank.

— ¿Disculpe? —

¿Por que ahora sentía que había más enemistad que antes?

— no, no, esperen, yo lo aclaro —pero Scott se interpuso— sobre el favor, aún no se lo he dicho, Hank —explicó Scott dándome la espalda.

Fruncí mi ceño y retrocedí— ¿De qué favor hablas? —

— dijiste que había dicho que sí a todo —el señor Hank se había exaltado.

— sí, bueno, técnicamente lo hizo —Scott río nervioso.

— solo hiciste perder mi tiempo Scott, no volveré a confiar en tu palabra —el señor Pym estaba enojado con Scott, además de que era amargado ahora se le notaba más.

— Scott debiste haber dicho las cosas como son —la señorita Hope también intervino.

Scott trataba de explicar y ellos lo atacaban, eso no me gustaba, además que estaba empezando a sentir migraña por culpa del montón de personas.

— por favor —masculle, la señora van Dyne también intentaba calmar a su esposo, cerré mis ojos— por favor, señores —

Se supone que eran adultos, ¿Por qué se comportan así?

Entonces sentí un leve toque en mi cabeza, abrí mis ojos y mire a mi lado donde el señor Barnes apareció.

— ¿Podrían hacer silencio por favor? —me había olvidado que este tipo estaba aquí— la señorita quiere hablar —y me cedió el poder.

Mire a Barnes en medio del silencio, pero agradecí en mi mente por ello, todos estuvieron en silencio.

Suspire— puedo darle lo que quiera, señor Hank, inclusive un lugar en la industria Stark —

— no necesito un lugar en su industria —dijo de inmediato.

— bueno, ¿Qué es lo que desea? —Scott se apartó— no sabía sobre el trato que se había hecho, pero ahora estoy al tanto, así que no culpen a Scott, es un buen hombre —Scott reprimió sus labios y sonrió.

— conocemos a Scott mejor que tú —y otra pelea se desencadenó, mire con vagueza a la señorita Hope, pero analice su carácter e intui corra anomalía en su voz.

Alcé una ceja y sonreí de lado— usted es la novia del señor Lang, la hija del señor Pym —

— soy Hope —corrigió.

— bueno, Hope, Hank, Janet, , pero agradecí internamente.

— bien, creo que podemos llegar a un acuerdo —suspire por lo bajo, al final, todo tenía que ver siempre con negocios, retrocedí mis pasos para ir a mi laboratorio, pero me detuve a mitad del paso— Scott, acompáñame y los demás, siéntanse bienvenidos en mi casa, volveré en unos minutos —

Entrando en el laboratorio, debía admitirlo me sentía un poco traicionada y decepcionada, cuando pensé conocer a Hank, no pensé que sería así.

[ Bienvenida, señorita Stark, bienvenido señor Lang ]

Scott se resaltó y me hizo dibujar una sonrisa en mis labios— ¿quién dijo eso? —

[ Soy HANNA la asistente virtual de la señorita Stark ]

Diseñada para responder a conciencia, H.A.N.N.A respondía a constancia de ella, le había dado un libre diccionario para que ampliará su formato de respuestas y preguntas.

Las luces del laboratorio se encendieron en cuanto entramos y el tablero digital se iluminó.

— eso es increíble, Hanna —parecía bastante emocionado.

— tiene un increíble software —comente.

— ¿tú lo hiciste? o lo mandaste a hacer —

Hice una risa seca y me senté en mi silla giratoria— H.A.N.N.A redacta un documento —hice una pausa mientras cargaba y mire a Scott— ¿crees que es algo que haría yo? —Scott se acercó para ver más de cerca y me miró entrecerrando sus ojos.

— siento que sí, pero a la vez te ves como una niña mimada, pero al escucharte hablar con tanta calma y saber a ciencia cierta lo que habla Hanna, puedo decir que sí lo has hecho tú, además que eres muy inventora, te fuiste con un desconocido —alzó sus hombros sin importancia.

Entrecerré mis ojos igualmente tratando de asimilar su información, termine asintiendo lentamente— bien... —volví mi mirada a la presentación del documento que hacía H.A.N.N.A.

— oye, en serio perdón por no decírtelo antes —

Sonreí de lado— no importa, está bien —al menos con Scott no me equivoque— es natural que pidan algo a cambio —

Siempre era igual y no debía esperar algo diferente.

— no pensé que lo haría —se excuso.

— no hace falta que te disculpes, es lo normal en mi área laboral —Scott parecía mirar un desastre— ¿Qué? —

— nada... yo... —

No sé volvería a disculpar ¿O sí? Suspire— ¿Puedes decirme los términos que quiere el señor Hank? —

— no es necesario... Morgan, puedo convencer al señor Hank... —

— son las cartas que hay sobre la mesa, señor Lang —

— sé las ansias que tenías de conocer al señor Hank, de verdad —

— las normas —reclame sin mirarle.

— él necesita de tu equipo para hacer una exploración en una isla —

Fruncí mi ceño— ¿Una isla? —

— solo recuerdo que se llamaba Tristán —hizo un amago extrañado.

— Tristán —masculle para recordar, no era buena en geografía a decir verdad— H.A.N.N.A busca la isla Tristán —

¿Por qué un Bioquímico querría ir a una isla de bioquímica?

[ Tristán de Acuña es un archipiélago británico compuesto por varias islas en el Atlántico Sur. Junto con la isla de Gough o isla Gonçalo Álvares, todo el territorio se constituye como una dependencia de la isla de Santa Elena, el lugar habitado más cercano, situado a 2173 km al norte ]

¿Un Archipiélago británico? ¿Por qué tanto alboroto por una isla británica?

— La isla Tristán de Acuña —masculle— ¿sabes el por qué quiere ir ahí? —

— la verdad no lo sé —dijo Scott— pero mencionaron algo sobre... un artefacto y también sobre el agua purificada —

Un bioquímico interesado en el agua purificada, eso sí era interesante, creo que habría que investigar— bien, redactaré el documento, H.A.N.N.A —

[ Abriendo documento... ]

— ¿qué harás? —

— para que sea algo real y llegar a tener la aprobación del señor Hank, debo hacer esto, para que ambos firmemos, sino no habrá un acuerdo real—

— Morgan... —

— Hoy diecinueve de abril de dos mil treinta y ocho —sé que el señor Lang se preocupaba, pero por más que lo hiciera no tenía necesidad, ahora mismo yo estaba acostumbrada a esta situación y no había un contra de la situación.

Pero, esta tarde después de tantas emociones y discusiones, el dolor de cabeza era inevitable y H.A.N.N.A no demoró en decírmelo en privado.

[ señorita Stark, sus dilataciones están aceleradas, es recomendable que tome agua y una pastilla ]

— lo sé, H.A.N.N.A, lo sé —masculle con cansancio, pero no podía detenerme ahora.