Narrador: primera persona

No pude dormir tranquilamente, porque cada vez que me quedaba dormida, veía a ese hombre y ahora estoy sentada en la silla del comedor tratando de bajarme un expresso por la garganta para no dormirme en el trabajo.

-¿Qué tienes? -pregunta Sara llegando a servirse un poco de este expresso.

-Otra vez lo vi... -le suelto, Sara se voltea lentamente hacia mi con una sonrisa sardónica, yo rodeo los ojos.

-¡No puede ser!! ¿y qué te dijo? -me pregunta sentándose al frente mío.

-Idylla...

-"Perfecta como el universo mismo" -recita.- ¿por qué te dijo eso?

-No lo sé, mis ojos comenzaron a iluminarse y esta vez no pasó como con Samuels...

-Porque no puedes matarlo Amunet, él no puede morir, no de la forma en que crees...

-¿Cómo sería entonces? -Cuando ella iba a hablarme algo en la ventana le llamó la atención.

-Mira... -me señala a la ventana, yo miro y veo un ave, un cuervo de pecho blanco, hermoso, pero nos quedaba viendo con mucha atención.

-Primera vez que veo un cuervo posándose en nuestra ventana y mirándonos así...

-¿Será Morfeo?

-No lo creo-le digo caminando hacia la ventana para abrirle al ave, al hacerlo ella voló.

-¿Creías que iba a entrar?- me encojo de hombros y vuelvo a cerrar la ventana.

-Quería saber si era él.

-Puede ser que lo sea... -dice pensativa.

-¿Cómo? Sé que es un cambia formas, ayer se transformó en una lechuza así que puede ser lo que él le plazca, pero ¿por qué transformarse si ya lo he conocido como realmente es...?

-No es él... él siempre anda acompañado por un cuervo, su fiel servidor.

Algo en mi hizo un click, recordé aquella vez que de pequeña observaba por la ventana como un hombre salía de una casa con un cuervo idéntico a ese.

-Creo que tienes razón... -le digo pensativa y tomando otro pequeño sorbo del expresso.

++++++++++++

Narrador omnisciente

En las profundidades del averno, se encontraba en su trono Lucifer quien hablaba con Mazekeen sobre lo de Morfeo, en ese momento fueron interrumpidos por un demonio.

-Mi señor! -exclama quedando de rodilla ante él, Lucifer con un pequeño gesto de la mano hace que el demonio vuelva a levantarse.

-¿A que vienes?

-Morfeo lo está haciendo... él protege a la mortal

-¿Cómo lo sabes?

-Salí al mundo terrenal por mandato suyo y me encontré con el cuervo apestoso de Morfeo cuidando a la humana

La noticia hizo que el rostro de Estrella de la mañana resplandeciera.

-¿Así que ya sabes quien es la humana?- el demonio asiente. Lucifer sonríe triunfante. - Mazekeen! -la mujer se presenta bajando su cabeza- Invitaré a Morfeo, el rey de los sueños a mi reino para solamente platicar con él, mientras él esté aquí será más fácil adueñarnos de la humana.

-Se llama Amunet mi señor... -dice el demonio llevándose una mirada furibunda del rey.

+++++++++++

Mientras tanto en el reino de los sueños, Oneiros camina en sus terrenos observando y vigilando que todo esté bien, Lucienne lo acompaña con un pequeño libro de apuntes.

-Tenemos que arreglar esta parte- dice Morfeo señalando un terreno un poco árido para su gusto.

-¿Quiere verlo verde señor?

-Todo lo contrario, Lucienne-le dice con una pequeña sonrisa juguetona.

En ese instante una ráfaga de llamas llamó la atención de los dos presentes, y de las llamas apareció un demonio este arrodillado ante el señor de la Ensoñación. Morfeo lo mira extrañado y hace que se levante.

-¿A qué has venido demonio?

-Vengo por mi señor Lucifer... -contesta, Morfeo lo mira seriamente.

-¿Y qué quiere él de mi ahora?

-No debería de dirigirse de esa forma a mi rey

-Y tú no deberías de estar en mi reino, puedo disiparte, dejarás de existir si a mi me place -contesta muy seriamente.

-Lucifer Estrella de la Mañana quiere invitarlo a una cena amistosa-dice de mala gana el demonio. -Lo espera

-¿Hoy mismo? -pregunta, el demonio asiente.

-Dice que puede llevar a sus sirvientes mas cercanos, a Lucienne y a su cuervo Jessamy. Que por cierto, el cuervo no anda por aquí.

-Ella no está, está con varios trabajos que le he comendado, pero esto no tengo porque decírtelo demonio. -responde, el demonio hace una mueca y se va como llegó.

-Mi señor... ¿usted cree que Lucifer sepa lo que está haciendo? - pregunta Lucienne, Morfeo no dice nada dándole la espalda a ella, pensativo.

-Llama a Jessamy, que regrese a la Ensoñación, si Lucifer no la ve, empezará a sospechar aun más. -contesta comenzando a caminar.

++++++++++

Morfeo, el señor de los sueños, aparece junto con Lucienne y Jessamy en las puertas del infierno, donde un demonio, el cuidador de la puerta ya se encontraba esperándolos para encaminarlos hacia el palacio. Al llegar, Lucifer se encontraba de pie y con una sonrisa en sus labios se dispone a recibirlos.

+++++++++

Narrador primera persona

Al llegar a mi casa veo que la luz de mi dormitorio esta encendida y me dirijo hacia ella con mucho cuidado.

-¿Sara? -pregunto.

-No temas mi niña, ven... -escucho una voz maternal que no se porque sentí tranquilidad y confianza. Al llegar, observo a tres mujeres sentadas en mi cama, la del centro era la mas vieja de las tres, ella me miraba inspeccionándome, como juzgando mi vestir o algo así, la de la izquierda era la mas joven y me sonreía amistosamente y la de la derecha era ya una mujer madura y era la que me sonreía con dulzura abriendo sus brazos para abrazarme y así lo hizo, no sentí miedo sino protección.

-Quien... ¿quiénes son ustedes? - pregunto mirando sorprendida a aquella mujer que me dio un abrazo que me recordó a mi madre.

-Tenemos muchos nombres... -responde la anciana.

-Y ninguno es erróneo- me responde la joven.

-El que tu elijas esta bien... -me dice la tercera con una sonrisa.

En ese momento, recordé las historias que leía cuando estaba pequeña, las tres mujeres simbolizaban las tres fases de la mujer en su vida y por ende se les denominaba Moiras, Hecate o la triple madre. Siempre representadas por las fases principales de la luna; luna llena: la madre, luna menguante: la anciana y luna creciente: la joven o doncella.

-Hécate... -susurro, las tres me sonríen.

-Venimos a advertirte-me dice la anciana.

-De un mal que te acecha-me dice la doncella.

-Y que no podrás librarte tu sola mi niña-me dice la madre.

-¿Es por mis ojos?

-Tiene mucho que ver este regalo que te dio la original Amunet-dice la doncella.

-¿Y que es lo que me acecha?

-Pregunta acertada! -exclama la anciana.

-Lucifer quiere adueñarse de tus ojos- responde la doncella.

-¿Lucifer? ¿Qué quiere de mí?

-Tus ojos son la puerta a muchos reinos los cuales él quiere destruir y gobernar- responde la anciana.

-¿Y qué debo hacer?

-Es tu decisión si quieres pedir ayuda al único ente que te ha protegido- responde la madre.

-¿Quién me ha protegido?

-¡Ya hemos contestado tres preguntas, no puedes pedirnos más!- dice de mala gana la anciana desapareciendo junto con la doncella. La madre se acerca a mi y me caricia una mejilla sonriéndome dulcemente.

-Sabrás que hacer y a quien acudir cuando sea el momento de elegir. - me dice desapareciendo, desconcertándome aún más.

++++++++

En mis sueños aparecí ante un salón enorme sin ninguna ventana ni puerta, mis ropas eran blancas y brillantes al caminar en el gran salón aparece a un lado mío un espejo el cual me reflejo en él observando mis ojos, los cuales se movían como el mismo universo lo hace.

-Son muy hermosos Amunet... -me dice una voz, al girarme miro a un hombre deformado, no tenia ojos y me sonreía con sus grandes dientes, yo me asusto retrocediendo, observando también que en su mano derecha tenia un puñal. Mi grito fue tan fuerte que el mismo espejo que estaba ahí se quebró en miles de pedazos y aturdiendo a ese ser, aprovecho para escapar de él, pero era inevitable él aparecía enfrente mío.

+++++++++++

Narrador omnisciente

A las afueras del palacio de Lucifer se escuchaba un genterío el cual Morfeo no pudo evitar escuchar mientras trataba de comer con un poco de asco al ver el manjar de gusanos que le habían servido a él y a Lucienne.

-Parece que algunos demonios se están peleando- dice Morfeo a Lucifer el cual disimula el disgusto de la bulla.

Al instante se escucha un estruendo en la entrada del palacio abriéndose estrepitosamente y dejando ver al que armaba semejante lío. Gregory, una de las pesadillas de la Ensoñación se dirigía volando con urgencia buscando a su amo. Oneiros al verlo se levanta de la mesa sorprendido.

-Gregory! ¿qué haces aquí?

La gárgola se dirige a él corriendo, escapando de los demonios que lo querían encadenar.

-Detén a tus demonios Lucifer, él me anda buscando a mí.

-Pero él se ha metido a la fuerza mi señor! - exclama uno de los demonios que quería capturarlo y hacerlo sufrir. Lucifer hizo un gesto con su rostro y los demonios dejaron de intentar agarrarlo.

-¿Qué pasa Gregory? Vienes aquí por algo muy importante. - le dice Morfeo, la gárgola le mira como comunicándose con él sobre lo que ocurre. El rostro de Morfeo se oscurece de rabia girándose lentamente a Lucifer quien lo mira de la misma manera. -Así que esta reunión no es de simpatía... querías distraerme mientras atacabas a Amunet.

-¿Por qué te enojas Oneiros? Recuerda que no puedes sentir esos agrados hacia una humana.

Los ojos de Morfeo se oscurecen llenando de miedo a Gregory quien retrocede buscando la protección de Lucienne y Jessamy.

-Mi señor... no haga algo que pueda arrepentirse... -dice Lucienne asustada por su señor, debido a que la ultima vez que vio su enojo a esa magnitud fue por aquel hombre que quiso usurpar el reino de la Ensoñación y lo mató haciendo con su cuerpo un yelmo, el cual anda siempre cada vez que cruza a distintos sueños.

En ese instante una gran ventisca hace que los seres ahí presentes exceptuando a Morfeo se taparan los ojos, Lucifer a abierto sus alas haciendo ráfagas poderosas, pero Morfeo no lo asustó en lo mas mínimo. Atacándolo.

-Basta Señor!!! -grita Lucienne al ver que Morfeo cae al suelo un poco herido por las alas de Lucifer. - No sigan!! ¡Esto hará un apocalipsis y lo saben!

-Mi señor... tiene que ir por Amunet... -dice Jessamy acercándose a él.

Morfeo se levanta del suelo mirando fijamente a Lucifer quien le sonríe sarcásticamente.

-No haré represalias por esto que has hecho en mi reino Oneiros.- El nombrado le sonríe sínicamente.

-Eres el dios de las mentiras... habrá alguna vez y lo sé. -responde.

-Recuerda que un Eterno no puede enamorarse de una mortal-le dice Lucifer, al mismo instante en que los invitados junto a Gregory desaparecen.

+++++++++++++

Morfeo aparece solo en la habitación de Amunet, donde la encuentra dormida, él la trata de despertar, pero no lo hace, así que se adentra en las profundidades de sus sueños.

+++++++++++++

Narrador primera persona

Estaba cansada de correr, de escapar del agarre del ser que solo se reía. Así que me detuve posando mi espalda en la pared, mi pecho estaba subiendo y bajando rápidamente, no podía despertar así que me dispuse a enfrentar ese ente.

-¿Qué quieres de mí?

-Lo sabes muy bien Amunet... -me dice acercándose a mí, su respiración sonaba como la de un toro y olía a puro azufre. Yo solo cerré los ojos esperando el final. Pero nunca llegó. Los abrí, topándome a Morfeo y en su mano un pequeño cráneo.

-¿Estas bien?- me pregunta acercándose a mí. Yo asiento, nerviosa.

-¿Dónde estoy?

-Estas en el castillo de Gregory, él fue el que me alarmo sobre el ataque.

Atrás de él aparece una puerta entrando de ella una gárgola, la misma que anteriormente vi junto a los hermanos.

-Ya estas a salvo Amunet. -me dice Morfeo.

-Gracias... -le contesto bajando mi mirada hacia el cráneo que él sostenía, él al darse cuenta me lo enseña.

-No hay nada más humillante para Lucifer que yo el rey de los sueños le haga una modificación a este demonio.

-¿Era un demonio? ¿Cómo es posible? Se supone que tu vigilas los sueños...

-Me descuidé por un segundo y Lucifer le dio al demonio el suficiente poder para adentrarse en tus sueños para matarte.

-¿Y ahora qué vas hacer con él? -le señalo el cráneo.

++++++++++

Morfeo me lleva hacia uno de los terrenos el cual estaba árido y donde había cuerpos que parecía que estaban construyéndose lentamente. Él pone en la tierra arenosa el cráneo y con sus manos un remolino de arena apareció alrededor del cráneo, al momento se disipó dejando ver un ser de saco y corbata con sombrero de copa, pero sin ojos y a cambio de, dos bocas con dientes aparte de la boca real.

-Se llamará Corintios- me dice mirándome yo me sorprendo.

-Y qué es él?

-Una pesadilla, al igual que Gregory, estará al servicio de la humanidad.

El ser al mirarme me sonríe amistosamente, desapareciendo del lugar.

-No te preocupes, lo modifiqué y no hará daño.

-¿Cómo estas tan seguro? proviene de un demonio

-Soy el señor de la Ensoñación, sé lo que hago- me contesta con una sonrisa amable. - Ven, debes despertar ya... -me dice empezando a caminar, pero yo no lo hago, así que él se gira mirándome sin decirme nada.

-¿Qué soy? -suelto la pregunta, él me mira sonriéndome dulcemente acercándose a mi. Sus ojos eran hipnotizantes y sus caricias en mis mejillas me deleitaban.

-No eres nada malo, si a eso te refieres Amunet.

-¿Por qué entonces me están sucediendo cosas malas?

-Estas atrayendo a seres que quieren adueñarse de tu poder, de tus ojos.

-¿Qué hacen mis ojos?

-Creo que eso ya lo sabes- me responde dejándome de acariciar y sonriéndome me dice. - Dejaste a un humano en mi reino, un tal Samuels.

Mis ojos se abrieron, no podía hablar.

-Lo trajiste hasta acá sin saber cómo lo hiciste, pero lo hiciste. - me dice.

-¿Lo lastimé?- él niega con la cabeza.

-¿Qué fue lo que te hizo?

-Trató de propasarse conmigo y algo en mi quiso que se fuera lejos...

-¡Y si que lo mandaste lejos!- dice entre risas.

++++++++++++

Al llegar a las puertas de su palacio él se detiene girándose a verme.

-¿Me seguirás cuidando? ¿volveré aquí? -le pregunto.

-Te seguiré cuidando las noches que duermas, y en los días en que estes despierta. No te preocupes Amunet, nadie podrá lastimarte. Y volverás a mí, las veces que quieras.

-Gracias... -le digo abrazándole, despertando al instante, aun despierta sentía el abrazo y era así, abrí los ojos y lo vi, al soltarlo me sonríe desapareciendo.

-Amunet despierta ya es tarde!!! -escucho el grito de Sara.

++++++++++++

Narrador omnisciente

Morfeo se encuentra sentado leyendo un libro de título Amunet Cisse pero es interrumpido por la mirada de Lucienne.

-Ahora que pasa Lucienne...

-Mi señor, disculpe, pero debo preguntarle algo...-el dios de los sueños cierra el libro dejándolo a un lado, tomando toda la atención posible. - Usted mi señor, ¿Se encuentra enamorado de Amunet?

La pregunta atrevida de Lucienne hizo que el señor de los sueños, Morfeo, Oneiros, Sueño de los Eternos quedara mudo.

-Si lo está... -susurra alegremente Abel quien se encuentra escondido escuchando la conversación junto a Gregory.