Extra
Deja caer el resto de ropa sobre la cama con un resoplido largo. Son aproximadamente las cuatro de la tarde y sigue desempacando del pequeño viaje que ha hecho con su familia. Apenas ayer regresó después de estar una semana lejos de Londres que lo último que quiere hacer es desempacar su ropa y volver a acomodar sus cosas en los lugares correctos, además de que no ha parado de sonar su teléfono. Sabe quiénes son los responsables de que suene un par de veces. Sus amigos saben que regresa hoy y quizás quieren armar algún plan que lo involucre y la otra persona se trata de Louis, su alfa y destinado. Aún le es extraño llamarlo de esa manera cuando pasó más tiempo odiándolo que pensando en tener una relación con él o que pensar en que iba a ser su pareja destinada. Todavía le es un poco difícil hacerse la idea y todos los cambios que conllevan, cómo el hecho de querer intercambiar mensajes de texto o lo cariñoso que puede llegar a ser Louis.
Solo han pasado dos semanas desde que lo hicieron oficial y una semana desde que no se ven por completo, tan solo han tenido del otro mensajes de texto y fotos. Debe admitir que, aunque lo suyo es reciente, lo extraña. Extraña tanto tener su aroma impregnando la mayor parte del día o recibir sus comentarios fuera de lugar que lo hacen sonrojarse y rodar los ojos al mismo tiempo, incluso las bromas que aún definen su relación y las pequeñas peleas por simples cosas, sin embargo, esos pequeños momentos no los hacen alejarse.
Ignora por completo el sonido de su teléfono y empieza a doblar la ropa limpia para dejarla en el sitio correcto en el closet antes de escuchar el sonido del timbre por toda la casa. ¿Quién podría ser a esta hora? Se gira hacia la ventana para asomarse un poco esperando poder ver a la persona que está tocando su puerta ahora mismo. Debe abrir los ojos en grande y girar con rapidez cuando ve a Louis parado frente a su puerta con el cabello despeinado por el aire y con las manos metidas en los bolsillos de sus jeans. Como si su alfa supiera, empieza a aullar de felicidad y no demora en abrir la puerta y bajar las escaleras.
Ni siquiera repara en que no está para nada presentable. Lleva una sudadera encima y unos pantalones de pijama. No esperaba a nadie por lo que tomó algo cómodo para pasar la tarde arreglando su habitación antes de volver a clases en dos días. Pero ya es demasiado tarde cuando abre la puerta y Louis lo barre con la mirada aguantando una risa. Está preparado para advertirle sobre decir algo de su ropa, pero es sorprendido cuando estos brazos se enredan en su cintura y la nariz de su alfa está presionada contra su cuello.
Le echa los brazos alrededor mientras cierra los ojos. Es tan extraño como antes podía vivir perfectamente estando lejos de Louis y ahora, abrazarlo después de una larga semana sin verse se siente tocar el mismísimo cielo. Es por esa razón que cierra los ojos cuando siente los besos del alfa sobre su cuello y sus manos apretando sus caderas.
—Espera. —Le coloca las manos sobre el pecho—. No le he dicho a mis padres y pueden vernos.
—Pensé qué les dirías en el viaje.
—Lo sé. —Asiente cerrando la puerta y se recarga en la puerta—. Es solo que no se dio la oportunidad. No sabes lo habladora que es Gemma y más en los viajes.
—Entiendo.
—El fin de semana planeo hablar con ellos—comenta antes de sonreír—. ¿Qué haces aquí? Se supone que nos veríamos el lunes en la universidad. Debiste avisarme.
—No pude aguantar ni un día más.
Aun con la advertencia, Louis lo toma entre sus brazos reteniéndolo para buscar su aroma. Chilla de sorpresa cuando eso sucede, pero en cuestión de segundos se relaja en los brazos de su alfa y ladea la cabeza para darle más acceso. De verdad que poco le importa que sus padres se enteren que tiene novio, y que este sea un alfa y la cereza del pastel, que sea su destinado. Sabe que no es la forma adecuada para que se enteren, pero no puede evitar dejar que su naturaleza y su corazón tomen el absoluto control de sus acciones y cierra los ojos entregándose a Louis, confiando en él.
Abre la boca para soltar un jadeo bajo que muere en la boca del alfa cuando los captura al momento en que se deslizó de sus labios. Se sujeta de él y luchan por el dominio. ¿A quién engaña? Ama dejarse dominar por Louis, volverse flexible para que lo tome y lo bese de la forma en que desee en ese momento.
—Extrañaba tanto esto.
—Cierra la boca y bésame más—demanda el alfa de ojos verdes.
Louis gruñe sobre sus labios empujando su espalda contra la pared—. Extrañaba lo demandante que puedes llegar hacer.
—Eso no era lo que decías antes.
—Antes no podía admitirlo sin esperar algún grito de tu parte y que no dijeras que estaba bromeando—confiesa sobre sus labios, sintiendo las manos posesivas de su alfa sobre su cuerpo—. Pero me tenías entre tus manos, me tienes, amor.
—Louis.
—¿Si, cariño?—susurra por lo bajo. Están ignorando por completo que están frente a la puerta de su casa y que en cualquier momento alguien podría abrir o el hecho de que los vecinos puedan verlos.
—Te extrañé demasiado.
—Lo sé. —Louis sonríe con arrogancia. Ugh, Harry odiaba está sonrisa antes, pero ahora solo lo hace temblar—. ¿Es por eso qué tienes puesta mi sudadera, princesita?
Baja la mirada cuando lo escucha. Inspecciona la sudadera dándose cuenta de que tiene razón, le pertenece al alfa. Tal vez es por eso es que se la puso, porque aún puede captar un ligero aroma fuerte en ella y que es justo como huele Louis siempre. No se había dado cuenta en qué momento la robó, quizás fue un día antes de marcharse de su viaje que Louis lo retuvo en su regazo y lo llenó de su aroma, uno que casi no pudo ocultar por completo, pero que logró que nadie preguntara.
Ahora recuerda haberla tomado “prestada” por todo el tiempo que durara su viaje, pero en realidad no planeaba devolverla en algún punto, pero eso Louis no debe saberlo.
—No.
—Sí, que lo es—se burla tomando sus labios entre los suyos—. Se me hace tan conocida ahora que lo estoy viendo de cerca.
—Alucinas.
—No lo creo—afirma el alfa. Harry cierra los ojos una vez más cuando hunde su nariz en su pecho—. Incluso tiene mi olor en ella. Admite que querías tener algo para recordarme. No tenías que robarla, amor, tan solo podrías habérmela pedido y con gusto te daba otras cinco.
—No bromees.
Se aleja alzando una ceja. Harry cae un tantísimo más—. ¿Quién dijo que bromeo?
—¿Solo viniste a decir mentiras de mi?
—En realidad me gustaría que fuéramos a dar un paseo. —Louis se aleja por completo que ya extraña la cercanía.
¿Así es como se siente encontrar a tu destinado? Sentir los sentimientos multiplicados por mil. Querer sonrojarse con cada acción que haga Louis o simplemente cada vez que suelta algo. Ya de por sí el alfa es demasiado suelto, sin filtro, todo lo que piensa es lo que suelta que puede vivir sonrojándose toda la vida y es capaz de que sí lo haga, porque vamos, son destinados y lo único que quiere es seguir las reglas; estar de por vida.
En otro momento habría hecho de todo para no compartir un mismo espacio o círculo de amigos con el ojiazul, pero ahora es todo lo contrario y es extrañamente bonito. Así que asiente despacio mirando lo que lleva puesto.
—Creo que debo cambiarme.
—Incluso con eso puesto luces precioso. —Louis se encoge de hombros capturando su mano—. ¿Te espero en el auto?
—Por favor.
—No demores—pide el alfa.
—Intentaré.
Con eso, se da la vuelta y abre la puerta cerrándola suavemente para encontrar a su madre que suelta un grito del susto. Ella está cruzada de brazos con una ceja alzada. No sabe que ha visto o que ha escuchado, pero espera que no sea nada, no importa que hace unos segundos atrás haya dicho que ya no le importa si se entera de esta manera, estaba mintiendo y sí que le importa. Quiere hablar con calma y no con la cara roja de la vergüenza. Algo debe salirle bien de todo esto.
—¿Quién es ese atractivo joven?
—Nadie importante—Alguien especial—. Saldré un rato en unas horas regreso.
—¿Estás diciéndome la verdad, Harry?
Suspira deteniéndose en el primer escalón. Se gira hacia ella—. Es mi alfa y mi destinado. ¡Una larga historia, luego te cuento!
—¡Tienes mucho que contarme, pero quiero que sepas que te apoyo en todo, cariño!
Escuchar eso le da una alivio, pero no sé detiene, no cuando Louis está esperándolo afuera, así que se pone en marcha y toma sus jeans favoritos y una camisa de botones lisa de color negra. Entra al baño a trompicones y toma el cepillo pasándoselo por el cabello al mismo tiempo que lucha con colocarse sus skinny jeans. Es claro que no puede hacer las dos cosas al mismo tiempo, pero termina logrando lucir bien para cuando baja las escaleras con rapidez.
Cierra la puerta detrás de él antes de que su madre pueda interceptarlo y se acerca Louis tomando sus mejillas para plantearle un beso que lo toma de sorpresa.
—Mi madre ya sabe que eres mi destinado y no se lo conté como quisiera.
—Puedo hablar con ella—propone tomando sus manos entre las suyas para besar sus nudillos.
—Oh, no, no.
—¿Por qué no, bebé?—pregunta.
—Porque digamos que primero debo ponerla al tanto que ese Louis de quien me quejaba en todas las cenas es el mismo Louis que es mi destinado—confiesa mordiendo sus labios con diversión—. Va tomarle tiempo digerirlo.
—¿Por qué me recuerda a alguien?
—Dame un descanso—pide con un puchero—. ¿Cómo querías qué reaccionará? De pronto llegas y me dices que soy tu destinado. Destinado de aquel alfa irritante, enfadoso y gruñón.
—Ya entendí.
Suelta una carcajada que muere en los labios de Louis. El alfa de ojos verdes suelta un suspiro que es robado por el otro alfa que aprovecha cada segundo para guardarlo en el baúl de su alma y sostenerlo cerca para que no se aleje. Sería un tonto hacerlo cuando esto es lo que más deseo desde que volvió a Londres, Incluso cuando pretende que no es así. Aún le tomará un poco más de tiempo ser más abierto con sus sentimientos, pero Louis se lo está haciendo más fácil.
Habría pensado que el alfa sería al que le tomaría más tiempo, pero actúa como si no lo hubiese odiado en algún punto desde que se conocieron, sin embargo, entiende porque le es más sencillo. Ha estado enamorado de él más tiempo, mucho antes de saber que estaban destinados.
—Sí, es tu sudadera.
Louis gruñe mordiendo su labio inferior—. Lo sabía.
—Y también te extrañé demasiado.
—Sigue, me encanta todo lo que sale de tus bonitos labios—se burla Louis en un tono de cariño absoluto. Se burla pero al mismo tiempo besa su mejilla—. Me vuelves loco.
—Estoy enamorado de ti y—dice por lo bajo—, ya debemos ponernos en marcha.
Se suelta del alfa abriendo la puerta de su coche y salta dentro del auto viendo cómo Louis trata de recomponerse, pero le toma más tiempo rodear el auto y entrar. Se inclina de nuevo y le sostiene la mandíbula para besarlo lentamente antes de ponerse en marcha.
La tarde es acogedora. Caminan por la ciudad con las manos entrelazadas, y luego se detienen a cenar bajo las estrellas y cuando es lo suficiente tarde se besan frente a la casa de Harry.
♡
Hunde su nariz más en su bufanda mientras camina con rapidez para encontrar Liam mientras entre sus dedos lleva café calientito con el objetivo de llenar su cuerpo de calidez en un día tan helado. No debe ser legal levantarse de la cama en días como estos, especialmente Harry que debe abrigarse de más para no pescar un resfriado y para que su nariz no quede roja. Por lo que quiere encontrar a Liam y sentarse para comer de esas galletas que le ha prometido y tomar de su café para sentirse un poco mejor y cuando lo ve sentado en una de las mesas al aire libre con Louis a su lado no demora en acercarse a ambos alfas y dejarse caer al lado del alfa de ojos azules.
Se supone que debido a que es un alfa es capaz de aguantar estás temperaturas, pero no lo es, así que debe bajar su suéter para abrigarse más a la vez que saluda a Liam y le roba una galleta. Louis alza una ceja, Harry solo el saca la lengua con la boca llena por lo que no puede saludarlo como quisiera, sin embargo, al ojiazul no parece molestarle, tan solo se quita su chaqueta dejando otro suéter abajo y se lo pasa por los hombros empujándolo en sus brazos. Harry suspira hundiendo su nariz helada y roja en la mandíbula de su guapo alfa y lleva sus manos detrás de la espalda de este.
Recibe calor que le proporciona el cuerpo de Louis y muchos más cuando crea fricción con sus manos en su espalda y brazos. Alza la cabeza para encontrarse cara a cara con él.
—¿Mucho mejor, amor?
—Demasiado—murmura sobre su mandíbula.
—Te ves adorable. Un alfa adorable.
—Shh está Liam—lo calla alzando su rostro otra vez solo para encontrar los ojos de Louis luciendo más vivos que de costumbre—. Vas a arruinar nuestra reputación.
—Bebé, estamos abrazados, ya está arruinada.
—Créeme—Liam los interrumpe, y Harry inmediatamente lo mira sonrojado y no por el frío que hace está mañana—. Ha estado arruinada desde antes.
—Ya vez.
Le reclama con diversión. Louis tan solo rueda los ojos y se inclina para capturar sus labios. Harry cierra los ojos y se aferra a su suéter mientras se pega más y disfruta de todo el calor que está obteniendo. No solo el calor del cuerpo de Louis pegado al suyo, sino el calor que recorre sus venas cada vez que su estómago hace esas cosas raras cada vez que Louis hace una simple acción.
Mueve sus labios con lentitud centrándose en Louis y olvidando que Liam está frente a ellos o que toda la universidad se enteré de su relación. No le importa en absoluto, es todo lo contrario, así sabrán que el alfa ya no está disponible.
—¿Te gustaría ir a ver películas y tomar chocolate caliente en mi departamento cuando terminen las clases?
—Sería agradable—acepta.
Louis alza su mirada con una mueca de disculpa—. Me gustaría incluirte, Liam, pero casi no tenemos tiempo a solas.
—Pero, podríamos-
—Shh—lo calla poniendo sus labios sobre los de él. Harry se queja por la interrupción pero disfruta del toque y del calor—. Quiero tenerte solo para mí, ¿es tan difícil de entender?
Debe de admitir que molestar a Louis se le hace tan divertido, pero al mismo tiempo se le calienta el corazón ver cómo su alfa hace todo lo posible para pasar tiempo a solas con él. Desde que descubrieron que son destinado han pasado por demasiado, desde alejarse porque creyó que Louis solo estaba bromeando y buscando jugar con sus sentimientos, hasta aquel momento culminante que los separó por completo, hasta que tuvo que irse unos días y ahora que ha llegado no han tenido tiempo juntos. No han podido darse esos momentos que entiende porque quiere hacerlo.
Asiente guardando su rostro en el cuello de Louis mientras recibe calor y toques suaves antes de que tenga que ir a clases. Después de beber todo su café y sentir el cuerpo caliente por lo mismo, se levanta con Louis a su lado y entrelazan sus manos cuando el alfa se ofrece a llevarlo a su siguiente clase.
Todavía le genera un poco de timidez el caminar con Louis a su lado por todo el campus. De pronto, pasaron de odiarse a tener una relación. Ninguno lo planeó así, fue totalmente sorpresivo el enterarse que dos alfa podían resultar destinados y más cuando se desagradaban el uno al otro. Y salir públicamente fue un poco abrumador con las miradas y los rumores alrededor.
Se detienen en el aula del alfa de ojos verdes—. Te ves adorable con tu nariz roja.
—Mas te vale hacer un buen chocolate caliente—advierte Harry.
—Lo haré.
—Gracias—murmura abrazándolo de los hombros—. Gracias por tu chaqueta y por invitarme hoy a tu departamento. Te quiero alfa.
—Te quiero mucho más.
—Nos vemos a la salida—se despide aplastando un beso largo en sus labios antes de darse la vuelta, sin embargo, Louis lo sostiene contra su pecho.
Sostiene su ropa entre sus dedos a la vez que cierra los ojos amando como su alfa besa su cuello con cariño y como le sostiene las caderas con posesividad. Nunca creyó que Louis podía ser tan celoso y posesivo, y tampoco creyó amar tanto esos aspectos de Louis que cada vez que lo hace, sus piernas tiemblan y su cabeza gire sin parar. Debe tener el suficiente autocontrol para alzar su cabeza y sellar sus labios rápidamente antes de empujar a Louis y entrar a su aula. Puede escuchar su gruñido y su aroma seguirlo gracias a que lo impregnó con su aroma.
Suelta una risa baja.
♡
Sonríe mirando por la ventana teniendo a su alfa a su lado después de haber ido a una cita nocturna. No hicieron gran cosa, tan solo salieron a caminar y luego Louis lo llevó a ver las estrellas para luego acostarse en el césped del lugar mientras hablaban sin parar. Le habría gustado no haber juzgado al alfa antes de tiempo, quizás antes de saber que son destinados hubiesen sido buenos amigos y eventualmente se habrían enamorado de forma muy natural. Las cosas se dieron de otro modo, algo forzado, pero eso no restaba lo mucho que se amaban el uno al otro, porque aunque ha pasado un periodo corto de tiempo de estar juntos Louis le hace sentir tantas cosas y la forma en que el alfa se encarga de demostrarle lo que siente hace que sus mejillas se sientan calientes y que su estómago se sienta raro.
Su alfa aúlla de felicidad y no puede dejar de pensar en lo mucho que ha cambiado su vida desde la fiesta de Louis y desde que descubrió que estaban destinados en su cumpleaños número veintiuno.
La noche es tranquila y está en un lugar apartado de la gente, estacionados en un buen sitio. Pasaron otro tiempo sentado sobre el auto de Louis mientras comían lo que trajo el alfa para la cita. Sin duda puede decir que ha sido la mejor cita que ha tenido en tanto tiempo y no tiene nada que ver qué es la primera vez que no prepara nada, tan solo esperaba que lo pasaran a buscar y centrarse lucir bonito. Le gusta más esto que salir con omega, ¿por qué no se le ocurrió salir con alfas antes? ¿Por qué no se le ocurrió salir con este atractivo alfa?
El alfa no ha sido más que dulce, atento y romántico. La noche ha sido increíble.
Parpadea girando la cabeza hacia Louis con la cabeza recargada en el asiento y su mano se desliza por su brazo hasta encontrar sus dedos y entrelazarlos.
—¿Te gustó la cita?
—Aun no me llevas a casa, aún no termina. —Suelta una risa—. Pero sí, gracias por esto. Ha sido la mejor cita que he tenido en mi vida.
—¿Así que lo admites? Quien diría que esas palabras salieran de tu boca, debí grabarlo.
—Es la última vez que salen—se queja con diversión.
—Solo bromeo.
—También yo. —Suspira mirándolo con profundidad y una sensación extraña en el cuerpo—. Te amo.
Louis abre los ojos con incredulidad. Le suelta la mano—. ¿Qué dijiste?
—Te amo.
De pronto, tiene a su alfa inclinado hacia él con la mano en su cuello mientras lo besa con desespero, con tanta pasión que enreda sus brazos a su alrededor y abre las piernas para tener una cómoda posición, pero incluso así, sigue siendo incómoda, sin embargo, no dice nada, deja que lo siga besando hasta que sus dedos cobran vida propia y bajan por el pecho de su novio encontrando los botones. Es totalmente inconsciente cuando empieza abrirlo uno por uno mientras el alfa desvía sus besos a su cuello.
Jadea cuando sus dedos entran en contacto con la piel caliente y fuerte de Louis. Acaricia su tatuaje de su clavícula y suelta gemidos bajos que llenan el auto y que hacen encender aquella chispa.
—Dios, ¿siempre has estado así?
—Eres increíble—Louis balbucea mordiendo una porción de su piel—. Dilo de nuevo.
—¿Qué cosa?
—Di que me amas—pide el alfa alejándose.
Harry aún tiene que conectar sus pensamientos a tierra porque no entiende a lo que se refiere, está tan ocupado tocando y mirando el pecho de su alfa que en lo que salen de sus labios. Le toma segundos procesar todo y sonrojarse demasiado, tiene ganas de ocultarse por la vergüenza. ¿De verdad ha salido de sus labios? Quería decirlo en otro momento más especial y no en el auto, además de que esas palabras mandaron todo el autocontrol de Louis por el caño y el suyo al mismo tiempo, porque solo quiere sentirlo, lo desea, quiere que lo tome aquí mismo.
Le sostiene el rostro con los ojos brillantes y dilatados—. Te amo demasiado.
—Te amo más, siempre.
—Ahora follame, dios lo deseo tanto—suplica acariciando su pecho y estómago—. Tómame con fuerza dentro de tu auto después de una increíble cita. Y no digas que quieres esperar o que es demasiado pronto, no tomaré un no por respuesta. Además, ya estoy demasiado caliente.
—Tan demandante, pero esto no es así—Louis gruñe tomándolo con fuerza del cuello que se le cierran los ojos—. Aquí el único que toma el control soy yo, tu alfa, así que ve a los asientos traseros y quítate esos pantalones ajustados.
—Sí, sí, alfa.
—Eso quiero escuchar.
Harry no demora en seguir las instrucciones con desesperación de tener a Louis encima de él de nuevo. Se pasa a los asientos traseros abriendo sus pantalones y bajándoselo por completo para quitarse también la ropa interior mientras ve a Louis tomar un nuevo bote de lubricante. Se sonroja y rueda los ojos al ver que venía preparado, ¿de verdad creía que iban acabar de esta manera? Pues ha acertado.
Lo ignora por completo y abre sus piernas para que Louis se posicione sobre él. Su camisa ha caído en algún sitio del auto y su cabello es un caos que Harry se encarga de tomar entre sus dedos para jalarlo hacia abajo y obligarlo a besarlo. Cuando Louis coloca sus manos a los lado de su cabeza sus manos bajan con sensualidad por todo su pecho hasta llegar a su bragueta para abrir sus pantalones y meter su mano en su ropa interior y tomar su miembro endurecido entre sus dedos.
Los jadeos ahogados de su alfa lo hacen sonreír y mover su mano a lo largo de su polla. Lo mira a los ojos mientras mueve su mano. Louis tan solo puede gruñir de vez en cuando y tocarle la piel.
—Te lo dije.
—¿Eh?—suelta confundido.
—Dije que ibas a pedirme que te follara con fuerza—se burla con una sonrisa orgullosa en su rostro. Se inclina capturando un pezón entre sus dientes cuando logra abrirle la camisa—. Y lo voy a cumplir. Voy a follarte hasta que ya no lo aguantes más, hasta que me supliques correrte. Voy a dejarte con las piernas temblando y diciendo que soy tu alfa. Solo mío.
—Louis.
—¿Si bebé?—pregunta.
—Hazlo, follame ya.
—¿Tan desesperado estás?—se burla sobre sus labios antes de apartarle su mano—. ¿Confías en mí?
—S-siempre.
—No te haré daño.
Le da una sonrisa suave, para mostrarle que confía absolutamente en él. Sabe que va a ser cuidadoso y va a darle su tiempo para acostumbrarse al tamaño. Será su primera vez estando con un alfa y eso lo pone nervioso, pero está más ansioso como para pensar mucho. Tan solo se deja guiar por sus más salvajes deseos de tener a Louis hundiéndose dentro de él en medio de la nada en una noche estrellada.
¿Qué mejor que acabar la noche así? La cita ha sido romántica, Louis ha sido increíble y siente que puede flotar.
Se aferra a su cabello al mismo tiempo en que Louis toma bastante lubricante entre sus dedos para guiar dos dedos hasta su entrada. Cierra los ojos y sus dedos alrededor del cabello del alfa al sentir la intromisión y el dolor. Debe morder sus labios esperando que aquel molesto dolor se reemplace por olas de placer. Louis tiene que empujar sus dedos un par de veces para relajarse y disfrutar del momento.
—Oh mierda.
—Eso es bebé, quiero escucharte—Louis balbucea con los ojos cerrados.
—Sigue. Más, más.
Pide jalando del cabello del alfa al mismo tiempo que apoya su pierna en el asiento de enfrente. Louis traga saliva mirando como sus dedos se pierden dentro de la entrada del otro alfa y como sus vellos se erizan a los segundos.
Hay una combinación de varias cosas. Sus aromas son demasiado fuertes y se entrelazan en el aire. El sudor correr por sus cuerpos es visible y las venas de los brazos de Louis al hacer fuerza y presión también se notan a simple vista, esto tienen a Harry delirando, pensando que está soñando y en cualquier momento alguien va a despertarlo. Y lo único que llena el auto son sus respiraciones profundas y los sonidos que salen de sus labios. Todos altos, sin reparar si hay alguien cerca.
Están desafiando las reglas desde un principio.
Suspira sintiendo como Louis le aprieta con la otra mano su muslo izquierdo. Harry solo puede jadear y buscar de dónde agarrarse ante todas las sensaciones que lo golpean. La manera en que su cuerpo tiembla por los dedos de Louis entrando y saliendo de él de manera profunda y sin descanso alguno. Sabe dónde tocar, dónde besarlo, cómo sujetarlo, que parecen que han estado hechos para estar juntos desde que nacieron y no le sorprende que sea así, después de todo están destinados a estar juntos.
—¿Listo?
—Sí alfa—gime arqueando su espalda ante los últimos movimientos antes de que Louis saque sus dedos—. Por favor, Lou, apúrate.
—No sabes lo mucho que me calienta escucharte.
—¿A-alguna vez soñaste con esto? Con tenerme para ti así, mi alfa—dice mientras lentamente. Acaricia el pecho de su novio—. ¿Me querías así solo para ti, Louis?
—No tienes idea de las veces que me masturbe pensando en este momento.
Se le cierran los ojos por puro instinto cuando Louis guía su polla a su entrada y empuja con lentitud, dándole tiempo a que Harry se acostumbre al tamaño. Cuando está por completo adentro, siente el ardor extenderse, por lo que Louis se inclina y lo besa. Le encanta como puede llegar a ser tan posesivo y soltar tantas cosas sucias a su paso y al mismo tiempo ser este alfa cuidadoso, amoroso y romántico. Solo Louis puede serlo.
Sus manos bajan por sus brazos para hundir sus uñas en la piel tersa de Louis. Quiere dejarle recuerdos de esta noche. No es lo más romántico para su primera vez, aunque si lo ve desde otra perspectiva puede que lo sea.
Sus uñas se deslizan sintiendo a Louis morder un poco de piel en su cuello. Sabe que pueden crear un lazo, no lo necesitan y su alfa tampoco súplica por uno, pero luego de saber que pueden tenerlo y que eso quiera decir que Louis lo reclama como suyo, dios todo se enciende y desea que alguna vez lo haga. No sabe si está noche es apresurada o si van a tomarse su tiempo para llegar hasta ahí, pero no le importa esperar o apresurarse y saltarse varios pasos.
—Algún día voy a poner una marca aquí.
—¿Si?—dice ilusionado.
—Sí—demanda tomando a Harry de las caderas con fuerza para follarlo con profundidad, en el ángulo correcto para sacarle un coro de gemidos—. Todos van a saber que eres mío, que me perteneces, que soy tu alfa.
—¿Y yo? ¿Puedo ponerte una marca?
—Lo que tú quieras. Ya te pertenezco, ya soy tu alfa, princesa—confiesa tomando sus labios jugosos. Harry suspira entre gemidos suaves—. Me tienes en tus manos desde que puse mis ojos en ti. No hay nadie más que tú en mi vida, incluso si te tomó tiempo darte cuenta.
Se sonroja más si eso es posible. Ya está demasiado rojo por todo el calor que siente, por las marcas de los dedos de Louis en su piel. De tenerlo sobre él moviéndose sin descanso alguno y que lo tiene viendo las estrellas y no solo de manera literal como hace unos minutos atrás.
Con dedos presionados en su cuello, con Louis follandolo contra el asiento trasero de su auto. Con el alfa soltando palabras posesivas, sucias y cariñosas se viene sobre su estómago y a su alfa le toma un poco más de tiempo. Aunque está flexible, y un poco abrumado, se deja hacer hasta que su nudo se forma. Su cuerpo se desploma en el asiento respirando como si nunca lo hubiese hecho antes.
De alguna forma, el ojiazul logra cambiarlos de posición por lo que está acostado sobre su pecho.
—¿Lo dijiste en serio?
—¿Qué cosa?—Alza su cabeza para encontrarse con el cielo en los ojos de su alfa—. Dije muchas cosas durante el sexo, alfa.
—Que me amas.
—Lo hice. Te amo demasiado, y no creas que no estoy tan metido en esto como tú porque he caído al fondo—confiesa siendo honesto. Le acaricia el pecho con total calma. Tiene una larga vida por delante para tenerse, para tener otros momentos como este—. Cada momento que paso a tu lado me hace preguntarme si había sentido algo como esto antes. ¿No crees qué somos más qué esto?
—¿Más que destinados?—Louis se inclina divertido.
—Sí, más que destinados.
Quizás están hechos el uno para el otro, más allá de que son destinados.
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